jueves, 5 de diciembre de 2013

Acuerdo Occidente-Irán. El yuan en la mira

Por Raúl Zibechi

Alainet


El acuerdo firmado con el mayor enemigo de Estados Unidos desde la caída de la Unión Soviética, identificado como el “eje del mal”, es un sacudón en la geopolítica mundial de incalculables consecuencias. Lo que está en juego, además de la paz, es la continuidad del petrodólar, o sea la hegemonía de la moneda estadounidense.

Hace unos meses parecía inalcanzable. Antes de la primavera árabe era imposible. Pero después del acuerdo que evitó una invasión a Siria, forzado por Rusia, todo parece posible en Medio Oriente y, tal vez, en otras partes del mundo. El entramado de alianzas que durante medio siglo mantuvo cierta estabilidad en la región se ha desvanecido. Los tres aliados tradicionales de Estados Unidos, Israel, Arabia Saudí y Egipto, van perfilando caminos divergentes respecto a la superpotencia, mientras Rusia ensaya su retorno y China aumenta su protagonismo en una región clave.

Como ya aceptan todos los analistas y buena parte de los medios, Washington ya no juega solo en el tablero global. Algunos asesores que siempre han jugado un papel determinante en las decisiones de la Casa Blanca, como el influyente Zbigniew Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter (1977-1981), venían pregonando un acuerdo con Irán desde la llegada a la presidencia de Hassan Rohani, conocido por su pragmatismo. “El Congreso se está finalmente avergonzando de los esfuerzos de Netanyahu por dictar la política estadounidense”, escribió en su cuenta twitter días atrás (Eldiario.es, 15 de noviembre de 2013).

El acuerdo firmado entre los integrantes permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), más Alemania, con Irán, tiene una duración de seis meses y establece una reducción del alcance del programa nuclear iraní a cambio de suavizar el embargo internacional. Irán se compromete a rebajar a la mitad el uranio enriquecido al 20 por ciento, no enriquecer a más del 5 por ciento en el futuro, y a no aumentar la capacidad de enriquecimiento de la planta de uranio de Natanz ni de los reactores de Fordow y Araki, ni a construir nuevas instalaciones aceptando la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Washington a su vez se compromete a suspender el boicot al petróleo iraní, desbloquear fondos de Teherán en el exterior, suspender las sanciones sobre la industria automotriz y a los servicios aéreos, además de permitir la compra por Irán de alimentos, medicamentos y equipos médicos.

El acuerdo alcanzado en la madrugada del domingo en Ginebra tiene varias ventajas para las partes: se asegura que Irán no desarrollará armas nucleares y preserva su derecho a desarrollar un programa de energía atómica con fines pacíficos. Podría ser el primer paso en 35 años para llegar a un entendimiento de largo plazo entre la República Islámica y Occidente, aunque persisten focos de tensión y desavenencias tanto en la región como a escala más global. Por diferentes motivos, los principales ganadores son Irán, Estados Unidos, Rusia y China, mientras los más perjudicados son Arabia Saudí e Israel. Francia procuró descarrilar las conversaciones, pero finalmente debió ceder.

El realismo de Obama

Comprender las dificultades de Washington es el tema clave, ya que es el actor que había construido el edificio de la gobernabilidad global que ahora se resquebraja. Intentar restaurar su influencia pasa por un acuerdo con Teherán, pero no por los motivos que se aducen. En efecto, es altamente improbable que Irán pueda construir un arma nuclear en un plazo breve. Todo indica que en el futuro inmediato seguirá habiendo sólo una potencia nuclear en la región, Israel. Por otro lado, Paquistán e India se convirtieron en potencias nucleares sin el consentimiento de Washington, pero el primero es ahora su aliado y coquetea con el segundo.

El problema para Obama está en otro lado: necesita un urgente reposicionamiento geopolítico. La creciente influencia de Rusia en la región y sobre todo de China en el mundo, llevaron al Pentágono a establecer la estrategia del “pivote Asia Pacífico” para contener al país que visualiza como su principal competidor. Todos sabemos que el futuro de la economía mundial pasa por Asia. Además, desde el comienzo de la primavera árabe en 2011 Washington perdió aliados vitales que antes eran incondicionales: Turquía, Israel, Arabia Saudí, Irak. Demasiada inestabilidad que le impide concentrarse en Asia. Por eso el analista Pepe Escobar escribe: “Washington quiere más influencia en el suroeste de Asia, y en toda Eurasia” (Russia Today, 15 de noviembre de 2013).

“Con el acuerdo temporal obtenido con Irán en Ginebra, Barack Obama acaricia el mayor éxito de política exterior de su presidencia y Estados Unidos la mejor oportunidad de un rediseño de la geopolítica mundial desde la caída del Muro de Berlín” (El País, 25 de noviembre de 2013). Si ese acuerdo no se obtuvo antes fue porque el frente interno estadounidense no lo permitía. Si se consigue ahora, es por la necesidad de reposicionarse en una región a la que está atado de pies y manos. Tres años atrás, cuando Brasil y Turquía llegaron a un acuerdo para que Irán enriqueciera uranio fuera del país, “estaba haciendo una concesión que ahora no necesitó hacer”, destacó el ex canciller y actual ministro de Defensa Celso Amorim (Folha de São Paulo, 27 de noviembre de 2013).

Para Irán era urgente una tregua, sobre todo aliviar las sanciones que sacuden su economía. La inflación alcanzó el 30 por ciento, la desocupación el 20 por ciento. Las exportaciones de petróleo, que representan el 80 por ciento de los ingresos del gobierno, cayeron a la mitad. La moneda iraní, el rial, se devaluó el 100 por cien frente al dólar y los precios de los alimentos se duplicaron. Es cierto que Irán siguió exportando crudo a más de 30 países, entre ellos India y China, y que la mitad de su comercio con Beijing se realiza en yuanes, lo que afecta al dólar. Además el levantamiento de las sanciones aportará 8 mil millones de dólares a Teherán por el acceso a activos congelados en el exterior y la reanudación del comercio.

Si el acuerdo se consolida y avanza en los próximos seis meses, la Casa Blanca tendrá las manos más libres para dedicarse a lo que realmente le importa: cercar a China apoyándose en Japón, Corea del Sur y Australia. Y, por supuesto, en su flota de portaaviones y su red de bases militares.

La nueva alianza saudí-israelí

La diplomacia china aseguró que el acuerdo firmado es “sólo el comienzo” y destacó que aún queda un largo camino por recorrer (Xinghua, 25 de noviembre de 2013). “China continuará facilitando las conversaciones y desempeñará un papel constructivo en este sentido”, dijo el portavoz de la cancillería.

China es probablemente el país más interesado en evitar una guerra en la región, que involucraría a varias potencias y llevaría al cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico, por donde pasa el 20 por ciento del petróleo que se comercializa en el mundo. Si eso sucediera, el precio podría duplicarse y los flujos podrían interrumpirse afectando principalmente a los países asiáticos y a Europa. Por el contrario, Washington camina hacia la autosuficiencia energética y sus fuentes de abastecimiento se encuentran más diversificadas que las de su principal competidor.

Para Moscú es importante poner fin a la guerra en Siria y “cambiar el énfasis de derrocar a Bachar al Assad a combatir el terrorismo” (The Brics Post, 25 de noviembre de 2013). Algo similar sucede con el gobierno iraquí de Nouri al Maliki, que necesita superar la terrible polarización entre sunitas y chiítas que ha sumido al país en el caos, una década después de la invasión estadounidense. En ambos casos el papel de Teherán no es menor. Aliado de los presidentes de Irak y Siria, puede convertirse en pieza clave para bajar los decibeles, apoyándose en la cada vez más influyente diplomacia rusa.

Pero la cuestión clave es la nueva alianza entre Israel y Arabia Saudí. El primer ministro Benjamín Netanyahu regañó en conversación telefónica a Obama ya que considera “un error histórico” la firma del acuerdo con Irán, porque “el mundo se ha convertido en un lugar mucho más peligroso” (Russia Today, 26 de noviembre de 2013). Por su parte, la familia real saudí se mostró indignada con el acuerdo con Irán. Los saudíes sufrieron en poco tiempo la doble derrota de ver cómo se les escapó de las manos el esperado triunfo en Siria y ahora cómo su archienemigo Irán se convierte en interlocutor privilegiado de Washington, desafiando su liderazgo en la región.

Algunas fuentes sostienen que los servicios secretos israelíes y saudíes están trabajando juntos para preparar ataques en suelo iraní, mientras la BBC aseguró hace varias semanas que Arabia Saudí pretende conseguir armas nucleares a través de Pakistán, cuyo programa atómico apoyó en su momento. Más grave aún es que Riad está dispuesto a facilitar drones, aviones cisterna y helicópteros, además de su espacio aéreo, para un ataque israelí a Irán.

Lo más probable, empero, es que los nuevos aliados no ataquen directamente a Irán sino que intensifiquen el enfrentamiento en el frente sirio y, probablemente, en Líbano, donde la milicia chiíta Hezbolá sigue siendo un problema para Tel Aviv. Al parecer el ataque suicida contra la embajada de Irán en Líbano, que costó la vida a 23 personas hace dos semanas, sería parte de la escalada que se prepara en la región para intentar contrarrestar la nueva relación de fuerzas. El otro punto débil es la Franja de Gaza, donde el delegado de la ONU declaró que la crisis humanitaria como consecuencia del bloqueo israelí al gobierno de Hamas ha llegado a “todos los servicios esenciales, como hospitales, clínicas, estaciones de bombeo de aguas residuales” (Asia Times, 27 de noviembre de 2013).

Medio Oriente fue el nudo de la hegemonía estadounidense desde 1945. Ahora ya no lo es y su interés se desplaza gradualmente hacia Asia Pacífico. Pero en esta zona que sigue teniendo una importancia estratégica, la cosas se han complicada demasiado para Washington. Desde la caída de Hosni Mubarak durante la primavera árabe perdió el control de Egipto. Israel se ha convertido en un aliado problemático y Arabia Saudí está mirando hacia China. Las principales piezas del ajedrez estratégico se mueven cada una por su lado sin un mando central que las pueda regular.

Petróleo y dólares

El escenario sobre el que se mueven las principales potencias en Medio Oriente fue diagramado, durante la Primera Guerra Mundial, por Francia e Inglaterra a través del acuerdo secreto Sykes-Picot, el 16 de mayo de 1916, arbitrando sus respectivas áreas de influencia en la región cuando el petróleo adquirió importancia estratégica al sustituir al carbón como combustible de las marinas de guerra. En febrero de 1945, retornando de la Conferencia de Yalta, el presidente Franklin Roosevelt desembarcó en el Canal de Suez para reunirse con la autoridad saudita, Ibn Saud, consolidando una alianza por la cual la potencia victoriosa de la Segunda Guerra Mundial sustituyó el papel que había tenido Inglaterra.

La Casa de Saud se convirtió en el principal abastecedor de petróleo barato a la potencia que era responsable de casi la mitad del PIB global. El reciente informe de la Agencia Internacional de Energía señala que gracias a las nuevas técnicas como la fractura hidráulica, Estados Unidos alcanzará y superará a Arabia Saudí como principal productor de petróleo. Y señala que eso se producirá en 2015. Como quien dice, un viraje que está a la vuelta de la esquina.

Para Estados Unidos es importante asegurar su autosuficiencia energética, toda vez que la dependencia de las importaciones ha sido uno de sus flancos más débiles. Pero el papel de Riad queda en el aire. A comienzos de 2012 China y Arabia Saudí firmaron un acuerdo para la construcción de una enorme refinería para producir 400 mil barriles diarios en 2014, en el puerto de Yanbu, en el mar Rojo. La estatal china Sinopec será propietaria de un 37,5 por ciento de la refinería junto con la saudí Aramco que tendrá el 62,5 por ciento.

El acuerdo representa “una asociación estratégica en la industria de la refinería entre uno de los principales productores energéticos de Arabia Saudí y uno de los principales consumidores del mundo”, afirmó el presidente de Aramco, Khalid Al-Falih (China Daily, 16 de enero de 2012). China importa el 56 por ciento del petróleo que consume; el reino saudita es el principal proveedor de petróleo de China y el mayor exportador de crudo del mundo. China participa en proyectos de construcción de infraestructuras en Arabia Saudí, incluyendo áreas como ferrocarriles, puertos, electricidad y telecomunicaciones. Lo que se está gestando es un viraje de larga duración en el área petrolera mundial y muy en concreto en la presencia china en una región, y en un país, que fue pilar de la hegemonía de Washington.

El año 2012 registró ese viraje: China desplazó a Estados Unidos como principal importador de crudo saudí. Pero el tema es más profundo: en 1972 Estados Unidos y Arabia Saudí acordaron que todo el petróleo vendido por la monarquía sería nominado en dólares estadounidenses. Así nació el petrodólar que fue adoptado por casi todos los países y se convirtió en el sostén de la economía de la superpotencia, otorgándole una ventaja que ningún otro país poseía.

En 1975, todos los países de la OPEP habían acordado fijar el precio de sus propias reservas de petróleo en dólares estadounidenses a cambio de armas y protección militar. Este sistema del petrodólar, más conocido como “petróleo por dólares”, crea una inmediata demanda artificial de dólares en todo el mundo. Al aumentar la demanda mundial de petróleo, también aumenta la demanda de dólares de Estados Unidos. De ese modo el dinero que gasta el mundo fluye a través de la Reserva Federal asegurando la financiación de la deuda estadounidense. Además, tiene el privilegio de hacerse con el petróleo del mundo gratuitamente, al imprimir los billetes con los que paga.

Si el petrodólar se derrumba, el dólar se termina como moneda de reserva lo que marcará el fin de la hegemonía estadounidense. Los países integrantes del BRICS empezaron a comerciar en sus propias monedas, en particular China y Rusia. La llave la tiene Arabia Saudí. El día que deje de vender su petróleo en dólares, el sistema financiero y Wall Street sentirán un impacto demoledor. Recordemos que la verdadera razón para la invasión a Irak fue que Saddam Hussein decidió vender su petróleo en euros.

El declive del dólar se acelera en los últimos años con acuerdos entre China y Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Rusia y los BRICS entre ellos, pero también Japón y Australia, para utilizar sus propias monedas (Geab 72, febrero 2013). A comienzos de 2013 el Laboratorio Europeo de Anticipación Política señalaba que “levantar las sanciones a Irán es la primera etapa para el pago en euros del petróleo importado por Europa” y añadía que el viejo continente no debería “hacerse cargo de la inestabilidad y la debilidad de la economía estadounidense”.

Esta tendencia choca de frente con la internacionalización del yuan, la moneda que más se ha apreciado frente al dólar. Síntoma de lo que se viene es el vertiginoso aumento de las compras de oro por los bancos centrales en 2012, las mayores desde 1964 (CNBC, 14 de febrero de 2013). El Banco Popular de China acaba de informar que “el país ya no se beneficia con el aumento en sus tenencias de moneda extranjera”, por lo que puede frenar la compra de dólares (Bloomberg News, 21 de noviembre de 2013). China tiene reservas de 3,6 billones de dólares, el triple que cualquier otro país y más que el PIB de Alemania.

Una característica de los tiempos de transición suele ser la aceleración de los cambios y, sobre todo, la tendencia a resolver los conflictos por la vía militar. El acuerdo con Irán aplaza una guerra en Medio Oriente, pero puede acelerar la tensión en Asia Pacífico.

- Raúl Zibechi, periodista uruguayo, escribe en Brecha y La Jornada y es colaborador de ALAI.

lunes, 2 de diciembre de 2013

‘Bye bye Monroe, hello Troilo’


Pese a lo que digan muchos, Estados Unidos no se ha “retirado” de Latinoamérica. Su presencia es relevante en cuestiones económicas, políticas, asistenciales y militares. Y los países de la zona no deben confundirse.

Por Juan Gabriel Tokatlian

Recientemente, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, proclamó lo que en los hechos ya resultaba evidente a mediados de la década pasada: el ocaso de la doctrina Monroe.Un conjunto de factores estructurales de diversa índole, de tendencias globales y regionales y de transformaciones de envergadura en muchos países del continente —incluido, por supuesto, EE UU— fueron confirmando los límites y los costes de la diplomacia coercitiva, de la capacidad de Washington de intervenir unilateralmente en los asuntos internos de América Latina y de lograr, sin consultar a nadie, la satisfacción de sus principales objetivos en el área.

Quizás de modo un tanto ingenuo, algunos observadores en la región detectaron en las palabras de Kerry una nueva vocación de aislacionismo de Estados Unidos respecto a Latinoamérica. Con escasa base empírica, hubo otros que percibieron que el gesto de Kerry era la constatación de que Estados Unidos ya se había “ido” de América Latina. La consecuencia natural de esas dos lecturas fue enseguida una sola: bye bye Monroe, adiós Estados Unidos.

Probablemente resulte más preciso reconocer que el fin de la doctrina Monroe no implica el “retiro” o el “olvido” de Estados Unidos con relación a América Latina. Es posible que resulte útil comenzar a hablar de la doctrina Troilo como una suerte de sustituto simbólico a propósito de las relaciones interamericanas. Aníbal Troilo no fue un político latinoamericano, sino uno de los más grandes bandoneonistas argentinos. Nocturno a mi barrio fue una composición suya especial: no solo la escribió en 1968, sino que fue la única que interpretó en 1972. Su letra viene al caso. En aquel soberbio tango, Troilo decía: “Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo? ¿Pero cuándo? Si siempre estoy llegando”. La letra tanguera se puede usar para discernir cómo, a pesar de las apariencias y de algunos diagnósticos altisonantes que han ido surgiendo en la propia América Latina, los datos concretos más recientes muestran que Estados Unidos nunca se “fue” de la región: hello Troilo.

Según un estudio, en 2012 la inversión fue cinco veces mayor que en los cinco años anteriores. Por ejemplo, es cierto que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se desvaneció en 2005 en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. Pero Estados Unidos ya suscribió y ratificó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá, el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana y los tratados de comercio bilaterales con Chile, Colombia, Perú y Panamá. Mientras Mercosur no ha definido una mirada medianamente consistente hacia el Atlántico ni tiene una perspectiva consensuada con relación al otro océano que baña las costas de América Latina, la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) se suma, por interés propio, a la denominada pivot strategy mediante la cual Estados Unidos busca afirmar su proyección de poder en Asia, acompañada por aliados regionales, y rodear a Beijing para limitar la influencia china en la cuenca del Pacífico. Paralelamente, Estados Unidos continúa siendo, a pesar del avance de China en América Latina, el principal inversor en México y la cuenca del Caribe según el último informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en la materia. Además de acuerdo a la misma fuente, y a pesar de la persistente crisis económica interna, “en 2012 las empresas transnacionales de Estados Unidos fueron responsables del 24%” de la inversión extranjera directa en América Latina; “un porcentaje mayor que el de los cinco años anteriores”.

En cuanto a políticas contra el narcotráfico, y al margen de que se cuestione en la región la llamada “guerra contra las drogas”, Washington ha llevado a cabo el Plan Colombia, la Iniciativa Andina, el Plan Mérida, la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe y la Iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica. La creación en 2009 del Consejo Sudamericano de Defensa fue trascendental, pero se produjo después de que Estados Unidos volviera a restablecer en 2008 la IV Flota que había sido disuelta en 1950 y que ahora tiene como misión principal combatir el crimen organizado transnacional. Es cierto que en diciembre de 2000 se cerró la infausta Escuela de las Américas, donde se adiestraron tantos dictadores de la región, pero el total de latinoamericanos entrenados en Estados Unidos entre 1999 y 2011 fue, según el sitio web Just the Facts (www.justf.org) de 195.807 —superior a algunas de las décadas de mayor contacto intramilitar en el continente—. A ello hay que sumar la consolidación de bases en Centroamérica y el Caribe y la ampliación de facilidades militares, como el despliegue de radares y el aumento de operaciones contra las drogas, en esa zona próxima que Washington considera su “tercera frontera”.

Por más diversificación de la asistencia que han buscado los Estados latinoamericanos, la ayuda total a la región de Estados Unidos sigue destacándose sobre el resto de países: 17.317 millones de dólares para el periodo 2009-2014. La asistencia militar y policial de Estados Unidos a América Latina, 6.821 millones de dólares entre 2009-2014, supera la cantidad brindada por cualquier otra nación extrarregional. Si bien la región apuntó a tener fuentes distintas en cuanto a la provisión de armamentos, el total de ventas de armas de EE UU a Latinoamérica fue de 11.191 millones de dólares entre 2006 y 2011. Aunque Estados Unidos se replegó de Ecuador al finiquitarse su uso de la base de Manta y no logró que fuese constitucional el acuerdo con Colombia para usar siete bases militares de ese país, Washington logró sellar dos compromisos con Brasilia —el acuerdo de cooperación en defensa de abril de 2010 y el acuerdo de seguridad en información militar de noviembre de ese mismo año— e iniciar la readecuación de un acuerdo de cooperación en defensa con Perú de 1952. Corresponde aclarar asimismo que según el Stockholm International Peace Research Institute, EE UU es el segundo proveedor de armamentos de Brasil después de Francia y antes de Alemania y Suecia.

En todo momento del año hay hasta 4.000 efectivos militares desplegados a lo largo y ancho de la región.

En buena parte de la opinión pública y política persiste la idea de que la cuestión de los drones (vehículos aéreos no tripulados) y de las fuerzas de operaciones especiales se manifiesta fuera de la región; en especial, en Asia Central, Próximo Oriente y el norte de África. Sin embargo, los drones operan en los límites entre Estados Unidos y México y ya hay ensayos con dichos vehículos para interceptar cargamentos de drogas en el Caribe, al mismo tiempo que, según una nota del The Washington Post de julio de este año, los militares estadounidenses han empleado drones, los llamados ScanEagles,en Colombia. Por su parte, las Special Operations Command South, en el marco del Comando Sur con sede en Miami, vienen desarrollando ejercicios con varias fuerzas armadas de la región y el Air Force Special Operations Command ha estado activo en América Central desde 2009. Cabe destacar que en el último año ha surgido un interés de las firmas constructoras de drones en Estados Unidos para desplazar a Israel como principal proveedor de los mismos, mientras que el almirante William McRaven, al frente del Special Operations Command, indicó en 2012 la voluntad del Pentágono de expandir el rol de las fuerzas de operaciones especiales en América Latina, a pesar de no ser esta un área desde donde se ponga en jaque la seguridad nacional de Estados Unidos. Las afirmaciones de McRaven coinciden con lo expresado a principios de este año por el general Sean Mulholland del US Special Command South. Hay que añadir que, según una nota de comienzo de 2013 de Associated Press, en todo momento del año hay hasta 4.000 efectivos militares de Estados Unidos desplegados a lo largo y ancho de América Latina.

En síntesis, Estados Unidos no ha sido pasivo ni irrelevante en materia de relaciones interamericanas, ya sea en lo económico, en lo político, en lo asistencial y en lo militar. Nunca se “fue” de la región: está ahí. La doctrina Monroe perdió vigencia, pero eso no significa que Estados Unidos se haya retirado de América Latina. En realidad, Washington siempre está “llegando” a la región: bye bye Monroe, hello Troilo.

El gran desafío para la región es saber cómo manejar esas relaciones y cómo avanzar en la autonomía internacional de América Latina, salvaguardando los intereses nacionales de cada país. La región se equivoca si confunde el reconocimiento de parte de Estados Unidos de nuevas realidades mundiales y continentales con inactividad por parte de Washington respecto a la región. El error podría ser mayúsculo si no se entiende que es imperativo para Latinoamérica desagregar temas y discernir coyunturas en sus relaciones con Estados Unidos: al final del día ese país es, simultáneamente, proveedor de orden y desorden en el continente.

Juan Gabriel Tokatlian es director del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de UTDT.

LA CUARTA PÁGINA

miércoles, 27 de noviembre de 2013

7 claves para comprender la política mundial



Por Carlos Santa María
Analista internacional


Según 'The Financial Times', una encuesta de la Fundación Marshall manifiesta que la mayoría de europeos y estadounidenses rechazan a Rusia y a China como líderes mundiales, aseverando que este liderazgo es "indeseable". Para quienes conocen las claves que permiten saber exactamente lo que se pretende con esa información y los mensajes que se descubren detrás de ella, son nítidos su dirección y propósito: el Plan Marshall tuvo su origen en una propuesta destinada a la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial, unido a un proyecto reservado que era detener el avance del comunismo, creado fundamentalmente por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, de cuyo Secretario recibió la denominación.

Así se entiende nítidamente el mensaje dado a la comunidad internacional: es conveniente rechazar a naciones que puedan afectar a las potencias tradicionales. De allí que es preciso buscar herramientas que le permitan a un número cada vez más alto de personas comprender la realidad política mundial, ya que, teniendo claro los fundamentos, se posibilita explicar lógicamente lo que parece una anarquía. Que la Conferencia de Ginebra se realice, que Irán esté sometido supuestamente a lo que plantee el gobierno de Francia, que la ONU sea una organización eficiente-ineficiente en términos de paz mundial, que el terrorismo suspenda su acción armada en Siria producto del aprendizaje en "talleres" para negociar, si pagará Chevron la extrema destrucción ambiental en Ecuador o si existirá resolución pronta del problema palestino, qué impedirá el acuerdo nuclear de Irán, etc., están dentro de la guerra político-mediática, tanto como se prevé afortunadamente una situación proactiva con el fin de impedirla.

Desde una óptica dialéctica humana todo es comprensible e incluso es factible proponer nuevos escenarios a las problemáticas presentes. Para ello, es fundamental utilizar claves metodológicas que pueden ser compartidas en la academia, en seminarios, en las fábricas, en la cotidianidad tanto como en la charla familiar.

Clave 1. Existen élites y transnacionales mundiales de poder omnímodo.

El primer elemento a tener en cuenta es que hay un desconocimiento en el mundo de la existencia de megapoderes que actúan de modo invisible a los ojos de la gente y que no aparecen en las imágenes de los medios. Estas transnacionales de la decisión mundial, a través de una dirigencia reservada, determinan cómo debe ser el movimiento económico en las bolsas internacionales, qué guerra puede o no convenir a sus intereses, cuál es la ganancia en la obtención de un mercado nacional, entre otras. A los riesgos que encarnan las políticas soberanas en los países es a lo que prestan más atención, pues implica no tener certeza sobre la posible pérdida del control de los recursos básicos y mercado de éstos. El negocio, fuente del objetivo que guía sus actuaciones, es la temática principal independiente del sufrimiento, dolor o enfermedades que puedan causar sus decisiones.

Las últimas revelaciones sobre las 10 compañías que manejan la alimentación transnacional, asociadas a complejos militares y financieros, corroboran la tesis sobre enclaves de poder mundial.

Clave 2. Estas poseen intenciones no ligadas a la nacionalidad ni autonomía social.

Lo que guía la acción de estos complejos es básicamente la unidad de dos valores sustanciales: enriquecimiento y disfrute. En ese sentido, no poseen nacionalidad efectiva y la pueden variar dependiendo de su fin máximo.

Para el logro poseen un elemento sustancial: su mentalidad. Ella los dirige hacia ese camino, sin remordimientos, convencidos incluso en una visión divina (poseen altos grados de fe religiosa) y poseídos de la creencia en el poder de definir los destinos del orbe (lo que han logrado en la historia).La hipocresía y la perversidad son dos de sus características necesarias. Los países poseen gobiernos con tendencias y, por tanto, sus inversiones deben ser protegidas a través de dinero en altas magnitudes (miles de millones de dólares), los cuales hay que cuidar pues los intereses son prioritarios… y están vigentes ahora mismo.

El interés soberano de las naciones, población, hambre o desarrollo, son secundarios frente a sus propias inclinaciones mercantiles.

Clave 3. Las vinculaciones ocultas y el poder magno.

Estas organizaciones poseen una red amplísima de contactos para ejercer sus proyectos, que van desde el uso de instituciones reconocidas como la ONU-OTAN (y asociadas), el FMI, el BM, derechos humanos (como el Observatorio Sirio), culturales (USAID),"fundaciones independientes" (Marshall), junto a un sistema de relaciones del más alto nivel (presidentes, primeros ministros, jerarcas), hasta llegar al lúmpen mismo como ejecutor de sicariato. El golpe de Estado o la desestabilización son herramientas comunes.

El dominio de la información internacional (CNN, AP), más lo local (periodismo interno), posibilita la función de propaganda disfrazada y el manejo de las críticas a través de coacciones oscuras a la prensa que calla, y con uso hábil de la farandulización como temible ideología para construir una mentalidad ocupada del consumismo e individualismo. Simplemente, como ejemplo, en un nuevo atentado terrorista donde un autobús escolar con niños fue atacado y hecho explotar en Siria, este dato no aparece en los medios occidentales en una clara intención de ocultar la información. El uso de la tendencia a crear miedo si hay posibilidad de cambios es frecuentemente utilizada.

Clave 4. Existen tendencias contrarias o ligadas a la democratización.

Sin embargo, el mundo ha pasado lentamente a convertirse en un espacio multipolar donde ese dominio de estos megapoderes inclementes ya tiene opositores que cada día se van afincando con mayor fuerza y denunciando dichas empresas de perversión, incluso desde el interior de sus propias fuerzas consideradas "leales". No sin razón, la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), no apoyará el tratado contra la 'piratería' y las falsificaciones ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), propuesto y defendido por Estados Unidos, pues este tratado podría poner en peligro otros derechos y libertades. A nivel internacional el nacimiento del BRICS, una alianza estratégica entre cinco grandes naciones: Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, pone sobre el tapete la oportunidad de creer en nuevas organizaciones más proclives a sistemas solidarios.

La CELAC en el caso latinoamericano, que une a 33 países, busca la institucionalidad regional donde converjan los Estados de la Cumbre de América Latina y el Caribe y el Grupo de Río en un bloque político que muestre la voz del continente americano y "se consolide como una zona de paz, de democracia" (Hugo Chávez). Cercana a los 600 millones de habitantes con una extensión de más de 20 millones de kilómetros cuadrados, donde por vez primera no participan Canadá ni Estados Unidos en un hecho histórico, su significado se liga a nuevos aires de libertad.

La presencia de Rusia, China, Líbano, Irán, Siria, en conjunto con países que comienzan a prestar oídos a la necesidad de una solución política en Oriente Medio, muestra que los propósitos colectivos pueden aflorar.

Clave 5. La existencia de multipolaridad permite que exista un equilibro relativo.

Es gracias a la multipolaridad, donde existen potencias que pueden enfrentarse a los imperios, que millones de seres están vivos. No es por milagro, pues en Irak la pérdida de vidas humanas se estima en más de un millón y ellos son el síntoma de que los débiles no tienen oportunidad para escapar del azote inquisidor si no hay quien defienda derechos inconculcables.

La oportunidad en este nuevo siglo para que sean protagonistas otros actores internacionales, además de varios pueblos que han adscrito su obra a la soberanía, es lo que ha posibilitado que las órdenes de hincarse y pedir clemencia no sean tan permanentes. Afortunadamente, Siria, pese a que cada día asesinan a sus niños por efecto de obuses mortales (situación que la prensa occidental en todos los continentes calla, oculta y deforma), ha mostrado la altivez ante estos nuevos sátrapas. Irán no se rendirá, ni Venezuela, pese a la inversión de millones de dólares para sabotear la economía, situación que tampoco se ve en las imágenes televisivas.

Por el contrario, en la Alianza del lado oscuro, Francia ejerce el papel donde sus rodillas tocan con el suelo permanentemente contrastando con los principios sagrados de la Revolución francesa.

Clave 6. El mundo se mueve en esta tensión.

Todo lo que ocurre de magnitud en la arena internacional y también en gran parte del mundo invisibilizado, incluso lo cotidiano, marcha conforme estos juegos de poderes se equilibran, donde uno adquiere más poder que otro o se debilita. Sin embargo, todo hace pensar que la dignidad se está consolidando cada día más por sobre la falsedad y la maldad torturadora, opresora y destructora del ser humano. No es tarea fácil aunque se percibe una tendencia esperanzadora.

Por tanto, los conflictos continúan existiendo y, a su vez, las contradicciones se agudizan o resuelven dialécticamente.

El caso del control de Internet es un ejemplo preciso de cómo estos criterios de democracia y autoritarismo se enfrentan cada día y en cada momento. Las denuncias de Julian Assange sobre el TPP negociado por Australia, Chile, Brunei, Singapur, Malasia, Perú, México, Canadá, Japón, Vietnam y Nueva Zelanda, muestran cómo su promotor, Estados Unidos, pretende limitar la libertad en el acceso a Internet y coaccionar a los dueños de derechos de autor a suprimir determinados contenidos que considere necesarios, creando nuevos derechos inexistentes en ningún instrumento de propiedad intelectual, dificultando el acceso a la cultura y el conocimiento, lo que es sujeto de oposición.

Clave 7. El método dialéctico humano contribuye a la lectura analítica comprensiva de la realidad.

El uso de una metódica que emplee categorías confiables y en forma estructurada ofrece rigurosidad para comprender con mayor claridad los sucesos mundiales. En esta dirección, el uso de la historicidad, la dialéctica, proactividad y equicracia, contribuyen notablemente.

La historicidad implica ubicarse en el mundo de hoy, con sus conflictos, intencionalidades, oportunidades y propósitos, mostrando la realidad en su dimensión objetiva. La dialéctica se refiere a que los fenómenos están en movimiento y no definidos por siempre sino que adquieren alta movilidad y se someten a cambios incluso coyunturales. Proactividad es una visión fundada en el optimismo histórico por el cual se posee la convicción que los mejores propósitos humanos serán cada día más propios de la vida del ser. Y la equicracia se refiere a la búsqueda de una sociedad donde la justicia equitativa sea por fin recuperada.

Pese a ello, habrá oponentes que propiciarán formas diferentes de ver la sociedad y que creerán que este mundo debe marchar según sus intereses. En este orden de ideas está el exconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sbigniew Brzezinski, quien se ha opuesto radicalmente a las opciones por sociedades realmente democráticas manifestando que la "resistencia populista" es la que impide un Nuevo Orden Mundial (naturalmente manejado por las élites que tienen el  derecho a enriquecerse a costa de los negocios bélicos y el saqueo a las riquezas de diversas naciones), por lo cual, según su opinión, se hace necesario un "movimiento mundial de resistencia" al "control externo" (¡¡), impulsado por el activismo populista de pueblos políticamente despiertos e históricamente resentidos.

Parece ser que estos planteamientos se resumen en un lamento acerca de los "populismos" que muchas naciones lo expresan como recuperación de su territorio y la dignidad perdida por obra de relaciones de domesticación que deberán ser superadas.

En la medida que los esfuerzos de las naciones, organizaciones y movimientos que postulan la democracia real como el objetivo a alcanzar en el mundo, pilar para la paz social, posean cada vez más fuerza persuasiva soportada en los fundamentos que dan las ideas, sin descuidar lo militar que es lo definitivo que las disuade, se podrá imaginar un mundo cada vez más en prosperidad y, obviamente, superando las cicatrices dejadas por las guerras, el hambre y la explotación de los hombres. Ese momento llegará y ya son los tiempos para avanzar más decididamente.

Fuente: RT  20 de noviembre de 2013 RUSIA

lunes, 25 de noviembre de 2013

CUBA.- Ministro cubano: “nunca” se permitirán partidos distintos al PCC

Agencia EFE 

RIO DE JANEIRO -- El ministro de Comercio Exterior de Cuba, Rodrigo Malmierca Díaz, aseguro este viernes que en su país "nunca" se permitirá que se presenten a las elecciones formaciones que lleven unas siglas distintas a las del Partido Comunista Cubano (PCC), que gobierna la isla desde 1959, año de la Revolución.

Malmierca realizó estas declaraciones durante un seminario celebrado en el Palacio de Comercio de Rio de Janeiro que tuvo como objetivo el estímulo de inversiones brasileñas en Cuba.

El ministro dijo que el hecho de que el sistema político y económico cubano sea distinto al de la mayoría de estados del mundo no dificulta las relaciones de comercio con otros países.

Durante el encuentro, el ministro presentó a empresarios brasileños algunas de las inversiones más importantes llevadas a cabo por el Gobierno cubano, entre las que destacó la ampliación del Puerto de Mariel, en La Habana, donde se ubicará la bautizada como Zona de Desarrollo Especial, un área dedicada a fomentar las inversiones extranjeras para impulsar su economía.

Tal y como hizo ayer en Sao Paulo, el ministro Malmierca explicó los beneficios y objetivos del proyecto, al tiempo que animó a los empresarios brasileños a invertir en él.

Entre las ventajas del Mariel para la inversión extranjera, el Gobierno cubano destacó la ubicación estratégica de este enclave, cuyo puerto se está modernizando con financiación brasileña para aprovechar las oportunidades que abrirá la próxima ampliación del Canal de Panamá.

Localizada a 45 kilometros al oeste de La Habana, la zona franca ofrece mayores facilidades que en el resto de la isla para el establecimiento de empresas extranjeras, entre ellas exenciones tributarias y aduaneras y más agilidad en el trámite y evaluación de los proyectos que se presenten.

Rodrigo Malmierca rehusó atender después del acto y aludió que ya había respondido a "dos preguntas sobre cuestiones políticas".