lunes, 18 de marzo de 2019

El presupuesto de “defensa” de los EE.UU para el año fiscal 2020, más beneficios para el Complejo Militar Industrial y mayor inseguridad para el mundo.



MsC. Enrique R. Martínez Díaz, Profesor Auxiliar, CIPI

Como cada año, el pasado 11 de Marzo de 2019  el gobierno de los EE.UU. ha presentado ante el Congreso de esa nación la propuesta para el presupuesto previsto a ejecutar en ese país en  el Año Fiscal 2020[i](FY 2020). Como era previsible, dentro de la solicitud presupuestal presentada tienen un lugar principal los fondos planificados para el Departamento de Defensa (DOD), que sobrepasan los 718 mil millones de dólares, cifra superior a los 716 mil millones destinados a ese fin en el presupuesto del año fiscal 2019 (FY 2019) actualmente en ejecución; esta propuesta de fondos para el DOD constituye más del 95 % de los 750 mil millones de dólares solicitados por la administración Trump para la “seguridad nacional”.

Como es la práctica usual en EE.UU., los diferentes Secretarios del gobierno[ii], así como directores de agencias federales y altos jefes militares acuden ante los diferentes comités del Senado y la Cámara de Representantes a fin de justificar las solicitudes de fondos hechos para sus entidades. 

De esa manera, el actual Secretario de Defensa (en funciones) Mr. Patrick M.Shahanan defendió el 14 de Marzo ante un comité congresional la necesidad de seguir incrementando los gastos militares de la superpotencia imperial, ante las “terribles” amenazas que esta enfrenta en su pretensión de dominar el mundo, hecho que consideran disputado por el ascenso de la República Popular China, la fortaleza militar de Rusia, la existencia de estados “villanos” (roguestates) como Irán o la República Popular Democrática de Corea;otras amenazas como son Venezuela, Cuba, Nicaragua, estados que en el patio trasero de EE.UU. no se pliegan a sus designios; además de también enfrentar lo que ellos denominan organizaciones extremistas violentas.

Para calmar un tanto a los congresistas estadounidenses ante estos cada vez más crecientes gastos militares, el Secretario del DOD les informó que están insistiendo fuertemente ante sus aliados para que asuman en mayor grado la financiación de los contingentes militares desplegados en esos países; como se sabe, EE.UU. tiene  514 bases militares fuera de su territorio, de acuerdo  al Reporte de Estructura de Bases del año 2018 del DOD[iii](esto es oficialmente, ya que se sabe que hay instalaciones secretas en diferentes lugares del mundo, en las cuales incluso se han torturado a prisioneros durante la llamada “Guerra contra el Terrorismo”). En esas instalaciones militares hay desplegados diferentes medios de combate (aviones, buques de guerra, tanques, piezas de artillería, sistemas de mísiles, etc), cientos de miles de soldados y marinos, amén de funcionarios civiles y las familias de muchos de ellos.

En un documento que explica los objetivos de esta propuesta de presupuesto se expresa[iv]: El presupuesto del año fiscal 2020 es un hito importante para enfrentar este desafío y proporcionar recursos a la fuerza conjunta más letal, ágil e innovadora que Estados Unidos necesita para competir, disuadir y ganar en cualquier posible conflicto  futuro del más alto nivel:

1. Invirtiendo en los dominios de enfrentamiento emergentes del espacio y del ciberespacio;
2. Modernizar las capacidades en los dominios de combate aéreo, marítimo y terrestre.
3. Innovar más rápidamente para fortalecer nuestra ventaja competitiva; y
4. Sostener nuestras fuerzas y construir sobre nuestras ventajas de preparación. (fin de la cita)

Para ello proponen invertir, entre otros recursos, 9 mil 600 millones en la llamada ciberguerra (como se conoce, fue activado el US CyberCommand, que unifica elementos destinado ese “dominio” en los cuatro Servicios Armados); 14 mil 100 millones en asuntos espaciales (en el cual está en proyecto activar el llamado Comando Espacial); 57 mil 700 millones en reforzar sus fuerzas aéreas (las mayores del mundo); 34 mil 700 millones en incrementar sus fuerzas navales (que como se conoce, operan en todos los océanos y mares del planeta).

De igual forma, importantes fondos se destinarán a la modernización de las  tropas terrestres, la defensa contra mísiles, el desarrollo de armas “inteligentes” y drones,y otros entre los cuales no sería descartable que designen recursos para el desarrollo de nuevos mísiles de alcance intermedio, debido a la retirada estadounidense del tratado INF. Igualmente se prevén importantes fondos para las operaciones de sus fuerzas militares desplegadas en operaciones fuera de su territorio, como son Afganistán, Irak, Siria, etc.

De acuerdo a los documentos hechos públicos por el DOD, se prevén gastar en desarrollo e investigación de nuevos armamentos y medios de combate más de 104 mil 294 millones de dólares (un incremento de 9 mil millones de dólares respecto al año anterior).

Queremos significar dos cosas: los presupuestos solicitados por el gobierno de Mr. Trump en el FY 2020 para la Agencia de Protección del Medio Ambiente (6 mil 100 millones); de la Agencia Nacional de Exploración Espacial NASA (21 mil millones) y de Educación (61 mil millones), sumados, son inferiores a lo que se prevé gastar en investigaciones militares; y segundo, de acuerdo a los datos que aporta el SIPRI, solo hay una  nación en el planeta (la República Popular China), aparte de los EE.UU.,   que tenga un gasto militar total superior a lo que EE.UU. prevé invertir  solamente en investigación y desarrollo de medios destinados a la esfera militar.

El caso es similar si lo comparamos con lo previsto para adquisición de armas y  medios de combate. La partida presupuestal solicitada para comprar armamento y medios de combate para las Fuerzas Armadas más poderosas del planeta (como se ufanan en proclamar) asciende a 143 mil 43 millones de dólares.

Como puede concluir cualquier persona racional, es difícil creer que todo ese enorme gasto en cuestiones militares vaya a garantizar que nuestro pequeño y contaminado planeta sea más seguro; ello indudablemente estimulará a que otras naciones inviertan más recursos en esos rubros, en detrimento de la salud, la educación, la ayuda al desarrollo de los países más pobres, el enfrentamiento al cambio climático y otros muchos males que aquejan a la humanidad.

Sumemos a esto que recientes informes señalan que el déficit comercial de EE.UU. en 2018 se incrementó a 621 mil millones de dólares, el mayor en la última década (de este, 421 mil millones con la RPCH); y la deuda pública de esa nación ha continuado aumentando, a pesar de toda la vanagloria que predica el actual inquilino de la Casa Blanca respecto a su gestión presidencial; es por lo tanto poco  comprensible que un gobierno medianamente racional mantenga una política de sostenidos incrementos en los gastos militares, que como se conoce, no son productivos para la mayoría de la población.

La respuesta está en dos aspectos: primero, ante el crecimiento de la RPCH y otros países, que supuestamente amenazan la hegemonía imperialista de EE.UU.,  queda su poderío militar como recurso final para seguir siendo la “superpotencia” de que tanto han presumido sus líderes políticos, y que consideran tan necesaria para proteger sus intereses globales (especialmente el de las grandes transnacionales).

Y segundo, y no menos importante: los intereses del Complejo Militar Industrial  norteamericano, el mayor y más poderoso del planeta; las empresas que conforman la base principal de producción armamentista a nivel mundial tienen una influencia cardinal dentro de la estructura gubernamental estadounidense; financian a través de los llamados PACs (Political Action Committe)  las campañas de los políticos norteamericanos, incluyendo los candidatos presidenciales; financian muchos órganos de prensa de esa nación; aportan fondos a universidades y centros de investigación; ofrecen puestos de trabajo bien renumerados a políticos que cesan en sus funciones, o a altos jefes militares en retiro; de igual forma, muchos de sus altos ejecutivos se han postulado y resultado electos a  cargos en el Congreso, o nominados para puestos en el gobierno.

Gracias a la política de los gobiernos norteamericanos, la tensa situación internacional y la pujanza de esta industria, las exportaciones de armas de EE.UU. crecieron un 29% entre 2009–13 y 2014–18, y su participación en el total de las exportaciones mundiales pasó de un 30% a un 36%, según los datos del Instituto para Investigaciones Internacionales sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI). De acuerdo a datos de este “think tank”, entre las 100 mayores empresas del mundo dedicadas a la producción de armas y medios de combate, las 42 norteamericanas ubicadas en ese “ranking” significaron el 57% de todas las ventas en el año 2017.

Bueno es decir a nuestros lectores que aun las cifras concluyentes del presupuesto para el FY 2020 deben pasar por un debate en el Congreso de los EE.UU. que generalmente se extiende hasta agosto o septiembre; no obstante, casi siempre el resultado final representa enormes gastos asignados a la maquinaria de guerra imperial. Malas noticias para la paz mundial y para aquellos que necesitan la ayuda de aquellos que solo piensan en sus bolsillos y en mantener su dominio sobre extensas regiones del planeta.

Se hacen así aún más vigentes las palabras escritas pornuestro invicto Comandante en Jefe en una de sus últimas Reflexiones[v]: Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus religiones o país de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su juventud.

Bibliografía

Barría, Cecilia. Qué hay detrás del mayor déficit comercial de Estados Unidos en una década. BBC News Mundo, 12 Marzo 2019 (https://www.bbc.com/mundo/noticias-47502248 )

Castro Ruz Fidel Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos La Habana, 2016(http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2016//02/21/luchar-por-la-Paz-es-ei-deber-mas-sagrado-de-todos-los-humanos/)

Department of Defense Base StructureReport FY 2018 Baseline Washington, September 30, 2017 (https://www.acq.osd.mil/eie/Downloads/BSI/Base% 20Structure%20Report%20FY18.pdf)

Department of DefenseDoDReleases Fiscal Year 2020Budget Proposal Washington, March 12, 2019 https://comptroller.defense.gov/Portals/45/Documents/     defbudget/fy2020/fy2020_Press_Release.pdf

Department of Defense Office of theUnderSecretary of Defense (Comptroller)/ChiefFinnancialOfficerOverview – FY 2020 Defense Budget, Washington, March 2019 (https://comptroller.defense.gov/Portals/45/Documents/defbudget/fy2020/fy2020_Budget_Request_Overview_Book.pdf)

SIPRI. Pressrelease EMBARGO 11  StockholmMarch 11 2019 (https://www.sipri.org/sites/default/files/2019-03/sipri_at_press_release_esp.pdf)

SIPRIGlobal armsindustry: US companiesdominatethe Top 100; Russianarmsindustrymovestosecond placeStockholm, December 10, 2018
(https://www.sipri.org/media/press-release/2018/global-arms-industry-us-companies-dominate-top-100-russian-arms-industry-moves-second-place)

Notas:

[i] Que debe transcurrir entre el 1 de Octubre de 2019 y el 30 de Septiembre de 2020, de acuerdo a lo establecido en ese país.
[ii] Como se conoce, el cargo de Secretario de un Departamento en los EE.UU. equivale al de  Ministro en otros países.
[iii]Department of Defense Base StructureReport FY 2018 Baseline, pág. DoD 7
[iv]DoDReleases Fiscal Year 2020 Budget Proposal, pág. 1
[v] Castro Ruz Fidel Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos (http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2016//02/21/luchar-por-la-Paz-es-ei-deber-mas-sagrado-de-todos-los-humanos/)

jueves, 14 de marzo de 2019

Las relaciones asimétricas en el sistema internacional “multi-nodal”




Por Leyde E. Rodríguez Hernández

El profesor de Teoría de las Relaciones internacionales, Dr. Brantly Womack, especialista en las problemáticas asiáticas, en la Universidad de Virginia, en los Estados Unidos, impartió, en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa Garcia”, en La Habana, una magistral conferencia titulada: “Más allá de los grandes poderes y las guerras: la gestión de la asimetría en un sistema internacional “multi-nodal”.
 
Dr. Leyde E. Rodríguez Hernández, Vicerrector del ISRI y Dr. Brantly Womack.

Desde el inicio de su intervención, el profesor Womack diferenció el término multipolar, para referirse a la estructura del sistema internacional, con respecto a "multi-nodal”, el cual utiliza para referirse a las emergentes asimetrías entre los países, la profundización de la heterogeneidad y la aparición de coaliciones. Es un concepto que se entrelaza con la seguridad y estabilidad del sistema internacional y sus alianzas.

La teoría de las asimetrías y poderes regionales del distinguido profesor estadounidense, Brantly Womack, propone explicar las relaciones entre los poderes regionales y sus vecinos a partir de esta lente conceptual, al igual que las interacciones entre estas potencias regionales y el hegemon internacional que representa los Estados Unidos.

El hilo conductor de este marco teórico es que las diferencias materiales entre países y sus distintas prioridades estratégicas generan disparidades en cuanto al nivel de atención que los dos componentes de la relación se prestan mutuamente, lo cual puede derivar frecuentemente en tensiones y conflictos. 

 La forma normal en que se estructura esta relación bilateral es mediante un intercambio de respeto -del más débil al más fuerte- y de reconocimiento de autonomía -del más fuerte al más débil-. Extrapolando este esquema para abordar la relación de los poderes regionales con la superpotencia, el corolario es la existencia de un sisterma "multi- nodal", donde hay mayor espacio para la intervención de estos actores internacionales, los cuales, a su vez, puede suponerse que aspirarán a un orden mundial más predecible. 

Este esquema teórico permite además pensar en una mayor fluidez del sistema internacional a partir de las negociaciones constantes que deben sucederse entre fuertes y débiles tanto en un nivel como en otro, lo cual quedó muy bien expuesto por Womack en su obra: “Asimetría y Relaciones Internacionales”, publicada por la Universidad de Cambridge en 2016.


En el diálogo que sostuvo con profesores del ISRI e investigadores del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), Womack expresó que en los últimos años su actividad teórica se ha concentrado en el estudio de los países asiáticos y sus relaciones asimétricas, refiriéndose así a los principales aspectos de su obra, porque entiende que el tema principal hoy en este campo de estudio es el problema de cómo manejar las asimetrías en un sistema internacional “multi-nodal”; en una nueva era de las relaciones internacionales, que se inició, a partir de 2008, con la última crisis económica global del capitalismo. Entonces, Womack se preguntó: ¿Cuál es la estructura de esa nueva era? Y se respondió que existen asimetrías para entender esas nuevas interacciones del sistema internacional.

Significó la emergencia y la importancia de los problemas entre los Estados Unidos y China, en esta nueva era “multi-nodal”, pero aunque esa es la principal relación del sistema internacional, piensa que no lo determina todo en las relaciones internacionales actuales, pues hay que analizar también la situación de otras potencias mundiales y regionales.

Una posible solución a esos conflictos pudiera encontrarse, según Womack, en una convergencia global entre las potencias medias en vías de desarrollo, en un contexto en que aumentan las interacciones Sur-Sur y los actores en este eje observan a occidente como algo menos esencial para su progreso económico y social. Por lo que evidenció con suficientes datos y gráficos estadísticos las diferencias y divergencias entre las potencias occidentales y el resto de los países emergentes, asegurándose la caída de los principales indicadores económicos de las tradicionales potencias occidentales frente a las potencias medias emergentes como China, India e Indonesia, entre otras.

Para  Womack, estamos en una era diferente de las relaciones internacionales porque el poder de la riqueza per cápita se mantiene estable pero la jerarquía cambia. El poder de la riqueza y los avances tecnológicos están determinando la estructura asimétrica del sistema “multi-nodal”, la cual tiene notable diferencia con la distribución de poder multipolar porque en esta, como establece el enfoque neorrealista, solo cuentan o importan un conjunto de potencias principales y las demás carecen de significación o no cuentan en la distribución del poder.

En un sistema internacional “multi-nodal”, dijo Womack, existen muchos poderes secundarios. A la sazón, hay que ver la diferenciación del poder. Y en esa disertación hizo justa una crítica al realismo político porque no es objetivo. Según sus palabras: “no es realista”. Para el profesor Womack, el poder sigue siendo importante, es un factor siempre a tener en consideración, en todo análisis de las relaciones internacionales, pero no siempre prevalece, pues ha visto la capacidad de algunos países de resistir el poder de una o varias superpotencias y ese resultado tiene un costo. Y es por eso, enfatizó Womack, que el uso del poder no siempre permite dominar aunque frecuentemente los daños son altos para la parte más modesta o vulnerable. Y la resistencia a un gran poder genera una diferencia cualitativa importante para el enfoque sobre las “Asimetrías en Relaciones Internacionales”. El poder de permanecer, resistir y lograr los objetivos se relaciona con el poder conectivo y potencial, para alcanzar lo que se quiere en el ámbito de la política internacional.     

Sin embargo, todos los actores están expuestos al proceso de la globalización que crea costos y beneficios. Otro aspecto esencial es que un actor no pueda controlar el costo que produce el exceso de exposición global. Womack dijo que eso lo podemos observar en la existencia de estados y gobiernos estables, mientras otros son menos estables o inestables, la causa está en la afectación por el exceso de exposición global.

Womack penetró en la relación Estados Unidos-China para destacar que ambas son potencias globales especiales porque representan un tercio de la economía mundial, pero la relación entre ellas es asimétrica. Por el poder de la riqueza y la economía se puede decir que Estados Unidos sobrepasa todavía a China, pero esta tiene mayor producción. Hay que analizar también la paridad en términos de dólares y poder adquisitivo. En el análisis, si se observa una brecha de treinta años, se puede describir o identificar una asimetría. Esto será un rasgo definitorio en las relaciones Estados Unidos-China en los próximos treinta años. Habrá que ver si China seguirá siendo una potencia regional y Estados Unidos global. En este punto, Womack recordó que China, a finales del siglo XX, era uno de los países de más bajos ingresos, ahora es de ingresos medios y, en 2018, había superado el nivel de ingresos medios del conjunto de países de Asia meridional. China sobrepasa hoy tres veces la economía regional y su nivel per cápita aumenta y ha alcanzado a los Estados Unidos.

Womack se preguntó cuáles son las opciones de las potencias medias. Dijo que estar cambiando de aliados es peligroso frente a las grandes potencias. Estar a un lado u otro de las grandes potencias puede comprometer demasiado a una potencia media, por lo que estima que mantenerse al margen de las grandes potencias es lo mejor para ellas. Podrían protegerse de la incertidumbre,  en su relación con otras potencias medias. Puso el ejemplo de los países miembros de la ASEAN que se unieron por su vulnerabilidad política y económica, diferenciando a esta organización de la OTAN.

Otro elemento a considerar, según Womack, es que las personas son la base de las relaciones internacionales, sin ellas no es posible impulsarlas. Tiene gran valor la relación entre el pueblo y su gobierno, y los beneficios que obtiene de las políticas gubernamentales. El pueblo es esencial para todas las transformaciones, lo cual se ha probado en el caso de Cuba.  

En la visión de Womack, en la compleja situación internacional actual, hay que mantener la calma, el control y el buen juicio. Hay que concentrarse en los asuntos estratégicos. La política de Estados Unidos contra las alianzas ha provocado inestabilidad política. Existe mucha inestabilidad y los países tienen que trabajar mucho para controlar las exposiciones en ese medio. Se debe reflexionar sobre las alianzas en un sistema internacional “multi-nodal” entre los medianos y pequeños estados.

Womack reconoció que en su enfoque sobre las asimetrías insiste en los países, en las comunidades políticas, se refiere menos a los estados, porque es una teoría en construcción. El aspecto del poder blando en las relaciones internacionales, en esencia es la persuasión, y el tema de los actores no estatales se encuentra en construcción en la teoría sobre las asimetrías.    

El futuro traerá cambios en muchos aspectos: los países en desarrollo aumentarán la productividad per cápita; la producción se quedará en gran parte de esos países y a nivel regional; ocurrirán significativos cambios en el comercio, con los avances tecnológicos, como la impresión 3D, lo cual incidirá en el capital transnacional y la transportación de materias primas. Ya existen problemas para el aumento de la productividad y el empleo, enfatizó  Womack, quien, una vez más, fue sugerente en la convergencia, en condiciones de asimetrías, entre distintos tipos de potencias para alcanzar la estabilidad internacional.

Todos esos factores hacen que las relaciones internacionales sean menos predecibles, pero la idea de la convergencia entre las potencias medias y los pequeños países parece útil, cuando los países en vías de desarrollo sobrepasan a los desarrollados en el PIB, sin incluir a China, que hace una diferencia de diez años. Y, en ese sentido, los Estados Unidos tiene fijación en China, como parte de ese futuro global, concluyó el profesor Brantly Womack.