domingo, 31 de julio de 2011

Fidel Castro, Cuba y el ALBA

En Francia, la obsesión de Paranagua
 
Por Leyde E. Rodríguez Hernández
Rebelion. 04-01-2011

Por mediación de un amigo conocí un artículo con el crédito de Paulo Paranagua, prolijo periodista del diario francés Le Monde, cuyo título: “Castro y la izquierda latino- americana”, le serviría para obtener un chocolate caliente en la gélida noche vieja francesa. Una ocasión no menos propicia para también optar por un “meritorio” aguinaldo de nuevo año. 

Lo que aquí se comenta fue publicado, el 30 de diciembre, en el blog de Paranagua incrustado en la versión digital del periódico Le Monde, en plena etapa de jolgorio parisino con motivo de las lindas fiestas de fin de año.

Genera verdadera compasión que cuando el público galo de Le Monde festejaba, Paranagua estuviera sofocado -como una rara excepción en este mundo- tramando ideas, frases altisonantes e impresionantes para construir un artículo contra su más brutal adversario: “Fidel Castro”, y lo que, sin tapujos, él ha denominado en décadas “el régimen dictatorial de La Habana”.

¡Infortunado Paranagua! Tamañas pesadillas pudieron haberle arrebatado el sueño y los días de descanso a inicios del nuevo año.

Más allá de la motivación personal de Paranagua, -sólo él y sus dioses sabrán con certitud- la publicación de la nota de marras se afinca en los sondeos del Instituto Latinobarómetro para el 2010, el cual nos avisa que la popularidad del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, se encuentra en el más bajo nivel entre los dirigentes políticos de la región, según las consultas a personas en dieciocho países.

Paranagua coloca, sin más argumentos y con toda intención, la dirección del sitio en Internet de esa institución: http: //www.latinobarometro.org/, para que su público consulte un excelso centro de proyecciones científicas, en el que los gráficos y las tablas incitan la emoción del pensamiento. Su único fin es poder mostrar y demostrar la verdad revelada de ciertas clases privilegiadas en las Américas.

Los pueblos de la región difícilmente podrían dar credibilidad a un barómetro identificado con las aproximaciones teóricas y los objetivos político-mediáticos de las oligarquías. De sobra es conocido que constituyen unos sondeos con nula comprobación sobre el terreno de sus datos matemáticos y cientificistas.

La carencia de evidencias y testimonios, para determinar quién es el más aceptado, el más popular y el más repudiado en materia de liderazgo político en América Latina, mutilan el esfuerzo intelectual del barómetro regional.

Llama la atención que la encuesta haya hurgado en la aceptación del antiguo Jefe de Estado de Cuba, Fidel Castro, y no se haya detenido, por ejemplo, en conocer el grado de conformidad con otros ex presidentes de la región. Está ausente una valoración sobre George W. Bush, quien al frente de la administración de Estados Unidos diseñó políticas desastrosas hacia América Latina, y llevó a cabo guerras que mantienen encendida la mecha de los conflictos a nivel global. Políticas y pésimos procedimientos que Obama ha dado continuidad.

Para que sea creíble y con apego a la realidad, una encuesta sobre la dirigencia cubana debería hacerse en las calles de la Isla o al ritmo del calor humano en el acto de los trabajadores por el 1 de mayo de 2011, en La Habana. En el ámbito latinoamericano bastaría entrevistar a las poblaciones beneficiadas de los servicios médicos de los especialistas cubanos. Una labor humanitaria que tiene en Fidel Castro especial seguimiento, como su principal promotor en el desarrollo de la política cubana de cooperación y solidaridad internacional.

Haití, es un ejemplo, en donde más de 1 200 médicos cubanos brindan ayuda, en un país que quedó totalmente devastado luego de sufrir un terrible terremoto, y ahora la epidemia de cólera hace mayor los daños. Según las estadísticas publicadas, los médicos cubanos, trabajando en 40 centros a través de Haití, han tratado más de 30 000 pacientes de cólera desde octubre. Son el mayor contingente extranjero en la atención médica de alrededor del 40 por ciento de todos los pacientes de cólera en ese país.

Y no es nuevo, el esfuerzo cubano en favor de la salud humana comenzó desde el triunfo mismo de la Revolución. Sus logros son apreciables en el hecho de que en el 2011 se pronostica la graduación en la República Bolivariana de Venezuela de 8 000 médicos que fueron capacitados en la teoría y en la práctica con la cooperación de los especialistas cubanos, permitiendo de esta forma que Venezuela alcance niveles de salud que la ubicarán entre las primeras naciones del mundo.

De regreso a la evaluación de los líderes por el Latinobarómetro, queda al descubierto la intención de atacar y minimizar a los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). No es casual que los dirigentes relacionados en la página 121 del informe con las valoraciones más negativas sean por este orden: Evo Morales, Daniel Ortega, Hugo Chávez y Fidel Castro.

Ni el barómetro latinoamericano, ni Paranagua tuvieron el buen designio de mencionar al presidente cubano Raúl Castro, que tan importante trabajo de continuidad de la Revolución cubana realiza de conjunto con la abrumadora mayoría de la población cubana. Tal vez eso se deba porque fue electo para perfeccionar el socialismo y consolidar la independencia política y económica de la mayor de las Antillas.

Por supuesto, la credibilidad del Latinobarómetro de la derecha es cuestionada, puesto que entra en contraposición con los sentimientos de los pueblos.

Además, lo corrobora el hecho de que el documento, en su página 15, sitúa a Estados Unidos a la cabeza de las “democracias” más consolidadas del continente. En contraste, coloca a Venezuela y Cuba en los últimos peldaños por debajo de Honduras, donde desgobierna una dictadura resultante de un golpe de Estado entronizado bajo la complicidad silenciosa de Estados Unidos y la derecha latinoamericana.

Claro, como de costumbre, el barómetro no podía dejar de mencionar los incidentes con presos en Cuba durante el 2010, y el proceso de excarcelación de un amplio grupo de ellos. Su diagnóstico reduce el acontecer anual de la Isla a esos hechos. No se refiere a sus importantes logros sociales, todavía ausentes en muchos países de la región. Obviamente, campea por su respeto la omisión de los profundos debates democráticos de su población en torno a las ideas programáticas de actualización del modelo económico a las condiciones de Cuba y el mundo.

Sin embargo, el barómetro -citado por Paranagua- acierta sobre algo que es inobjetable: el mayoritario rechazo de la opinión pública al bloqueo (lo llama embargo), algo que el periodista de Le Monde aborda con timidez en su artículo, y no se atreve a solicitar que sea levantado en el 2011 por la administración de Obama. Estoy seguro que si Paranagua osa escribir en propiedad sobre los efectos del bloqueo contra Cuba, perdería la deleitable cobija de su blog a la carga de Le Monde durante los 365 días del calendario.

En efecto, un bloqueo que Cuba está padeciendo desde hace medio siglo y que ha causado, según cálculos realizados por el propio gobierno cubano, un daño económico directo acumulado hasta diciembre de 2009 ascendente a 118 mil 154 millones de dólares, pero que se incrementaría a 239 mil 533 millones de dólares si se tomara como base la inflación de precios minoristas en Estados Unidos, y si se compara a la evolución del precio del oro la cifra sobrepasaría los 700 mil millones de dólares.

De ese escenario de todos los días a causa del bloqueo Paranagua no desea hablar, mucho menos escribir.

Para más disparate, Paranagua apuntala su artículo con algunos pasajes de un pequeño libro de Claudia Hild. Ella es una profesora argentina que acaba de publicar un ensayo titulado “Silencio, Cuba: La izquierda democrática frente al régimen de la Revolución cubana (Editorial Edhasa Buenos Aires, Paz y Tierra, Sau Paulo). A juzgar por su presentación y los comentarios emitidos por Paranagua, también se entretiene con la sinfonía que desvaloriza el proceso revolucionario cubano.

Se comprende que Claudia Hild no está en condiciones de entender el proceso cubano. Le resulta imposible porque no va a sus raíces, no ha estudiado su evolución histórica. Paranagua se encarga de demostrarlo cuando cita las recientes declaraciones de la autora en Buenos Aires: "Estoy más cómoda con la teoría política que con la historia".

Aunque es desconocida la notoriedad de la profesora Hild, el solo hecho de presumir de la comodidad de ignorar la historia coloca interrogantes acerca de la metodología utilizada para el estudio de un proceso histórico por excelencia. Probablemente con su revelación, difundida por Paranagua en su blog, no haya hecho más que pregonar la existencia de una debilidad académica.

La profesora Hild debiera recordar que la teoría política surge de la historia. Se nutre de la historia. En otras palabras, la historia está en el origen de la teoría política. La historia es la fuente originaria de todas las ciencias sociales, incluyendo la filosofía. La historia es la primera ciencia que estudió la política. Todavía en nuestro tiempo la historia contribuye activamente a la elaboración de los principales enfoques teóricos de la política, independientemente de la orientación ideológica de sus exponentes.

La subestimación de los procesos históricos, de sus causas y consecuencias, obstaculizan la posibilidad de analizar con objetividad los fenómenos del presente y el carácter de sus fuerzas actuantes. E incluso, limita la capacidad del estudioso para tomar de las lecciones del pasado los requerimientos teóricos y prácticos para transformar el mundo en beneficio de la Humanidad.

Hild no podría negar que en la historia también se encuentra la teoría, aunque ya sabemos que prefiere optar por esta última.

Fidel Castro, Cuba y el ALBA han demostrado que no existe el fin de la historia. Todavía estamos lejos del triunfo de la teoría política sobre la historia, porque ambas ciencias se complementan en el estudio de los fenómenos políticos y económicos internacionales.

A juzgar por lo escrito sobre Cuba y América Latina, Hild privilegia los enfoques paradigmáticos de la derecha y de la ciencia al servicio de las oligarquías. Sí, de un sector minoritario que desprecia a los países del sur y los mide con falsos barómetros, ocultando las realidades objetivas de las naciones, pueblos y grupos humanos.

En ese sentido, el Latinobarómetro se felicita en coronar en los mejores rangos democráticos y de derechos humanos a las potencias que imponen el pensamiento único occidental. Las mismas que ejercen un poder dominante a escala planetaria, gracias al concurso de un conjunto de países que siguen a cadencia de comparsita las disposiciones de Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea. 

En fin, Paranagua nos regala más de lo mismo por el nuevo año en su blog del afamado Le Monde. Trinchera en la que con asiduidad reitera que su pluma sigue fiel a sus vagos y febriles argumentos contra Cuba y los países del ALBA. Su apego sin límites a la causa contra Fidel Castro, Chávez y otros líderes progresistas, se mantiene en pie para el 2011, pues ha sabido ganarse el puesto de tenaz gladiador en el coliseo de las campañas mediáticas de la prensa francesa. Fidel Castro y Cuba siguen siendo sus temas preferidos. Fidel Castro es su obsesión personal y el más injuriado en toda la gacetilla periodística emanada de su estilo pusilánime.

Sin necesidad de un barómetro, desde el palco de los lectores, aprecio que el respeto por las estulticias elucubraciones de Paranagua se encuentran al mismo nivel de aceptación que otros cubanólogos parisinos implicados en escudriñar el acontecer cubano desde una óptica enrevesada y simplista. Siempre alineada con los que desean destruir la obra que defiende la abrumadora mayoría del pueblo cubano.

Pero mañana serán vilipendiados por Paranagua: Raúl, Orlando, Mariela, Eduardo, porque no son los nombres de personas el centro de sus rabiosos y frustrados artículos, sino lo que ellos representan en ideas de progreso y un futuro socialista en construcción para Cuba y por la izquierda latinoamericana, de la cual en realidad reniega y no quisiera saber.

Y, claro, todo esto se debe a la endeble comodidad de acogerse a una teoría con límites estrechos para la talla del sur político. A la insistencia en el fin de la historia. Por ver el nacionalismo donde existe el patriotismo. Por sufrir la insoportable levedad del desconocimiento histórico. Y persistir, finalmente, en la búsqueda de un aguinaldo para cada nuevo año.

sábado, 30 de julio de 2011

Socialismo, China y los demás países


Por Lorenzo Gonzalo* / Foto Virgilio Ponce - Martianos - Hermes - Cubainformación

Con la desaparición de la URSS terminó el mundo bipolar que vivimos desde el comienzo de la Revolución Bolchevique en 1917.

Desde entonces y hasta el derrumbamiento del Bloque Socialista, existió ese balance que sirvió, en alguna medida, para proteger los excesos tanto de unos como de otros. En los años posteriores a esa época, Estados Unidos se convirtió en la fuerza rectora, capaz de aplastar por las armas y la coerción, a aquellas naciones consideradas contrarias a sus intereses económicos y políticos. La única nación del orbe que asume como un desafío el surgimiento de una idea sociopolítica contraria a sus postulados, es Estados Unidos.  

La bipolaridad no está dada porque otra potencia de gran poderío económico, exista como fuerza retadora o contenedora del poderío militar de Estados Unidos. Su definición está dada por la existencia de una nación que, además de poseer un fuerte poderío militar, posea valores sociopolíticos diferentes respecto a la función del Estado. Ese era el caso de la URSS versus Estados Unidos. La Rusia de hoy, aun si llegara a un distanciamiento beligerante con el país del Norte no representaría jamás la bipolaridad de aquella época. Sería un enemigo más, pero no causaría una preocupación, del tipo que significó en aquellos años la presencia soviética. Las diferencias sociopolíticas son para Washington una amenaza a largo plazo, incapaz de ser controladas fácilmente por las armas.

China comenzó a convertirse en la otra cara del mundo político, cuando su enorme desarrollo y crecimiento, colocaron su economía al punto de competir, tanto en el mercado como en lo militar. En este último aspecto su crecimiento ha sido callado, pertinaz y bien administrado. Ya en los últimos dos años, Estados Unidos no puede hablar de China, sin considerarla una contrapartida, imposible de evadir a la hora de tomar decisiones que puedan dañar algunos de sus intereses, supuestos o reales.

Como consecuencia de la actitud guerrera asumida por Estados Unidos, desde que debutó en la arena internacional, luego de la injustificada guerra declarada a España en 1898, es prácticamente imposible desarrollar un Estado de nuevo tipo, orientado a la defensa efectiva del cuerpo social que representa.

El desarrollo posterior a la caída del Bloque Soviético, dejó manos libres a la nación del Norte para darle forma a políticas corruptas nacidas de prácticas económicas no reguladas. El proceso de liberalización, facilitado por el vertiginoso crecimiento de la economía, permitió delegar aún más el manejo de las leyes económicas a grupos particulares, con un carácter y propósito puramente individual, permitiendo a determinadas personas legislar e imponer géneros productivos y estilos de vida, en contradicción con la disponibilidad de recursos. Las leyes económicas no fueron administradas por su sociedad a través de la representación del Estado, sino de forma individual. El desarrollo de esa práctica llevó a la corrupción y eventualmente colocó el mundo al borde del colapso económico.

Frente a la política agresiva de Estados Unidos, no es concebible organizar un Estado socialista. Dicha conducta representaría un gran obstáculo. Sin embargo, la emergencia de China hace posible pensarlo nuevamente. Esta vez contamos también con la experiencia de aciertos y errores acumulados en los últimos cien años y de hecho sus probabilidades son totalmente factibles.

No sabemos cómo China podrá eventualmente arribar a la concepción de un Estado socialista, siguiendo el camino actual que ha escogido. La experiencia demuestra que las riquezas individuales terminan por imponer las condiciones y estilos del Estado, el cual por definición es un mero instrumento político, cuya función esencial es imponer y administrar las leyes jurídicas y económicas, en función de las necesidades sociales, con un mínimo de interferencia en las actividades individuales. Ecuación ésta muy difícil de resolver, pero que definitivamente no es imposible de realizar, a la luz de los nuevos mecanismos de dirección y administración.

China optó por lograr una acumulación acelerada de capital, para lo cual tuvo que recurrir a procedimientos similares a los empleados por los Estados que practican las políticas económicas bautizadas por Marx con el nombre de capitalismo.

Sin dudas que de otra manera China no hubiese llegado al desarrollo de hoy, porque la lucha con las burocracias estatales u otras de naturaleza colectiva, influenciadas por un mundo que brinda ejemplos desorientadores sobre estilos de vida no aplicables socialmente, hubiera conducido a las mismas trabas que hicieron colapsar a la URSS. No es que la dirección colectiva no pueda llegar a ser efectiva, es que los patrones de pensamiento, condicionados por un mundo que presenta ejemplos deslumbrantes de estilos de vida, dificultan prácticas económicas distintas. Entonces todo el proceso se convierte en una lucha interminable por imponer, corregir y sancionar a cuanta persona es encargada de la tarea económica y el proceso de producción y la acumulación de capital nunca se logran. No sabemos si China pensó en todo esto cuando optó por su modelo actual.

El socialismo no se hace con hombres buenos o malos, sino con las realidades sociales, las condiciones materiales y los fenómenos de conducta y procedimientos cambiarios originados en su devenir. La idea no es fabricar un hombre nuevo, sino administrar las condiciones que lo han llevado a su dimensión actual. En el beneficio de esa gestión, nuevos patrones de conducta lo transformarán con el tiempo. En la medida que el beneficio tenga un contenido colectivo, se alejará más de las ilusiones que, hasta los días de hoy, son resultado de particulares beneficios individuales, dimensionados como ganancias colectivas.

La decisión China, de acelerar el proceso acumulativo, pudiera crear problemas futuros para organizar un Estado socialista, pero su realidad de hoy, permite que el mundo pueda continuar moviéndose con mayores facilidades hacia esos objetivos, sin enfrentar una irremediable agresión de Estados Unidos. La práctica política de Washington es un peligro potencial, pero no una realidad absoluta mientras existan balances que desafíen su poderío. En este caso China se ha convertido en ese balance.

Mientras este fenómeno internacional existe como consecuencia de la decisión china de acelerar la acumulación de capital y desarrollar una política armamentista no perturbada por intervenciones que no requiere, otros países, como Cuba y algunos suramericanos, avanzan en la adecuación de sus estados, con el propósito de alcanzar un balance socialista.

Quizás estos países, que no tienen que atravesar por la experiencia amarga de una profunda asimetría nacional en la distribución de sus riquezas, como es el caso chino, puedan servir de ejemplo al Gigante Asiático cuando esté en condiciones de orientarse hacia políticas socioeconómicas de un mayor carácter social. Decimos esto pensando en la disciplina milenaria china y en la confianza que sus dirigentes sean concientes, que la estabilidad del país solamente estará garantizada, si logra una paz social interna sostenida, para la cual las grandes asimetrías son malas consejeras.

Sin China no habría camino al socialismo actualmente, pero su política económica también puede abrir el camino hacia un mundo tecnocrático. Hasta hoy no existen síntomas y al parecer sus decisiones no son para la complacencia de sectores internos particulares, como ocurre con Estados Unidos, donde el Estado está secuestrado por grandes capitales, controlados y administrados individualmente. Hasta hoy la corrupción china parece existir solamente en sus esferas económicas, pero sus decisiones políticas brindan la impresión de estar protegidas de esas aberraciones.

Para que el socialismo pueda instrumentarse en los países que no tienen que recurrir a una competencia feroz con Estados Unidos como única modo de subsistir, deberán encontrar fórmulas que les permitan convivir en un mundo con valores muy distantes a sus propósitos socialistas.

Las inversiones extranjeras serán necesarias, inversiones de carácter privado nacional tendrán que ser favorecidas a través de fórmulas realistas, no condicionadas ideológicamente y el reconocimiento de iniciativas administrativas, compensadas a la altura de expectativas que respondan a nuestro mundo y no a uno imaginario, deberán ser valoradas e implementadas.

El socialismo consiste en la formación de un Estado, donde las decisiones puedan dimanar de la participación mayoritaria de la sociedad y la influencia política del elemento económico sea erradicada.

Esto no es una aseveración, sino una reflexión que escribimos en pocas líneas, pero que requiere de mucho debate y sobre todo, la posibilidad de implementarse sin interrumpir por defecto, la continuidad del desarrollo económico. Las interrupciones económicas en la instauración de un Estado socialista han sido hasta hoy, de una magnitud superior a las causadas por las aberraciones de las naciones capitalistas.

De no realizarse el esfuerzo dentro de esa ponderación y realismo, volveremos a los tiempos de las muchas ilusiones y poco caldo.


*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en los EEUU y subdirector de Radio Miami 

Foto Virgilio PONCE

Fuente original: enviado por el autor a MARTIANOS-HERMES-CUBAINFORMACIÓN
 

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jueves, 28 de julio de 2011

Europa tiembla con vientos neoliberales

Hedelberto López Blanch
Rebelión


El neoliberalismo se ha lanzado con fuerza atroz contra varias naciones de la Unión Europea lo que ha provocado que se aplique su fórmula básica: enriquecer aun más a las clases altas, en detrimento de las clases media y pobre de la sociedad. Así de simple es la explicación de lo que esta pasando en el viejo continente. 

Con una larga experiencia de fracasos desde la década de 1980 cuando se impuso su aplicación en Asia y América Latina, que llevó a la bancarrota a numerosos países, incrementó la miseria y provocó manifestaciones y caídas de gobiernos, ahora los mismos síntomas comienzan a aparecer en Europa. 

Aunque los grandes medios de comunicación intentan con su culpable silencio no mencionar las consecuencias que las políticas neoliberales provocaron en México, Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, por mencionar algunos, lo cierto es que el endeudamiento, el hambre y la pobreza se extendieron por sus países y motivaron en muchos casos, tras huelgas y movilizaciones, el cambio o la disminución de esas políticas. 

No han sido solo los pueblos asiáticos o latinoamericanos los que han sufrido las consecuencias del neoliberalismo, sino también Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, donde gran parte de sus habitantes han visto reducirse sus ingresos en los últimos 30 años; el desempleo oficial se sitúa en el 10 %; la pobreza sobrepasa los 45 millones de personas; 56 millones carecen de seguro médico y cerca de tres millones han perdido sus viviendas al no pagar los impuestos. 

Como denunció recientemente el Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz, “las tesis neoliberales han llevado al mundo al borde de la ruina al propugnar las bondades económicas de los mercados libres y sin restricciones y la reducción al mínimo de las funciones del Estado a favor de la iniciativa privada”. 

Stiglitz explicó que “desde principios de los años 80 hasta 2007, el capitalismo desregulador al estilo estadounidense trajo mayor bienestar material solo para los más ricos en el país más rico del mundo”.
Al señalar que tras la crisis financiera los dirigentes estadounidenses debieron comprender la necesidad de buscar mayor igualdad, una regulación más fuerte y mejor equilibrio entre el mercado y el gobierno, el economista enfatiza que desgraciadamente ese no ha sido el caso. 

Al contrario, agregó, hay un “resurgimiento de la economía de derecha, impulsada como siempre por ideologías e intereses especiales, que amenazan una vez más a la economía mundial o al menos a las de Europa y de América (EE.UU.) donde estas ideas continúan floreciendo. 

Las rancias políticas neoliberales estan llevando a la bancarrota a las naciones europeas cuyas consecuencias comenzaron a corroer a las economías más débiles como Letonia, Grecia, Rumania, Irlanda o Portugal, y le han puesto una espada en la garganta a España, Italia, Gran Bretaña. 


Para tratar de salvar a las naciones en crisis se les otorgan a sus bancos, préstamos millonarios con altos intereses, en aras de que estos no dejen de pagar las deudas acumuladas, mientras se imponen a los pueblos profundas medidas de recortes sociales y se impulsan las privatizaciones, es decir, las viejas recetas ya fracasadas.                                                          
                            
Atenas recibió el pasado año un empréstito de 110.000 millones de euros y en estos días la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) le entregarán otros 120 000 millones para que no caiga en el impago (default) de su deuda internacional cuyos principales acreedores son Alemania y Francia. Es un cubo sin fondo que mientras más dinero eche, más se desperdicia. 

Para obtener los enormes parches de capitales, Grecia fue obligada a imponer un recio plan de austeridad con recortes de sueldos y pensiones, elevación impositiva a los productos de primera necesidad, disminución al máximo en los gastos públicos y sociales y la privatización incondicional de las propiedades estatales. Los analistas aseguran que si en estos momentos en esa nación una cada cinco personas vive por debajo del nivel de pobreza, en los próximos cinco años esa cifra se duplicará. 

El país helénico ha puesto todo en venta, desde trenes, puertos, aeropuertos, bancos, correos, loterías, electricidad, empresas de agua hasta las autopistas con el fin de recaudar 50 000 millones de euros para el 2015 y reducir la enorme deuda del país (de unos 350 000 millones de euros). 

Irlanda, que recibió un salvataje financiero de 85 000 millones de dólares, encausó un plan de ajuste presupuestario de 15 000 millones de euros para reducir en cuatro años su déficit. 

Mientras los bancos irlandeses reciben los empréstitos, se rebajaron 2 800 millones de euros de gastos sociales, se despedirán 25 000 trabajadores públicos, se reducirá el salario mínimo, se encarecerán las matrículas universitarias y aumentarán en más de 20 % los Impuestos sobre el Valor Añadido (IVA). 

Una reciente comisión de la UE y del FMI que visitó Dublín, evaluó de satisfactoria la marcha de las medidas. O sea, aprieten las tuercas que estamos ganando. 

Portugal se tuvo que montar en el mismo carro de reducciones sociales para poder recibir el salvamento financiero pues su deuda pública alcanza los 161 000 millones de euros, cifra que ronda el 82 % de su PIB. 

Las recetas fueron las mismas: reducciones sociales en contra de los trabajadores y el pueblo en general, con un desempleo del 11 %. 

España ha ido introduciendo reducciones y medidas para rebajar el gasto público y sufre un índice de desempleo de 19,8 %. Muchos aseguraban que el país ibérico se convertiría en el próximo en caer pero se ha mantenido en la cuerda floja pese a las grandes manifestaciones y huelgas de protestas por las acciones antisociales tomadas por el Ejecutivo. 

Inmersa en los mismos problemas, Italia, la tercera economía de la Eurozona, integrada por 17 países (27 la Unión Europea) resultó el próximo candidato. 

El Senado aprobó con urgencia un estricto plan de austeridad de 70 000 millones de euros (99 000 millones de dólares) con gran incidencia en la salud, que busca convencer a los mercados de que su economía no se sumergirá en la crisis financiera. La deuda soberana italiana es la mayor de la Eurozona y alcanza al 120 % del PIB. 

La declaración del ex ministro de Defensa, Antonio Martino en una entrevista al diario Il Corriere della Sera parece recoger el sentir de la población en general: "Este plan es una cochinada, golpea a los más pobres". 

Pero los ajustes o tensiones no se han limitado a los países de la zona euro. En Gran Bretaña, el gobierno conservador del primer ministro David Cameron impuso recortes presupuestarios profundos que provocan grandes malestares entre la población. 

En Francia, donde han sido continuas las protestas contra el alto costo de la vida, el presidente Nicolás Sarkozy logró que la Asamblea Nacional sancionara duros recortes para reducir el déficit del Estado en 2011 de 152.000 a 92.000 millones de euros.  

Si en décadas anteriores América Latina se debatía entre manifestaciones obreras y campesinas que rechazaban las recetas neoliberales que imponían el FMI, el Banco Mundial (BM) a instancias de Estados Unidos y la Unión Europea, hoy le ha tocado el turno a millones de habitantes del viejo continente, que tendrán que continuar en las calles para reclamar sus legítimos derechos.

miércoles, 27 de julio de 2011

Solidaridad con Cuba y los Cinco en Francia con motivo del 26 de Julio


Paris, 27 de julio de 2011.   Asociaciones de solidaridad con Cuba en Francia celebraron el 58 aniversario de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes con diversas manifestaciones en todo el país.

El comité Francia-Cuba de Saint Ouen l'Aumone, en la región Isla de Francia, festejó la fecha con la presencia de su presidente Paul Hazelard, miembros y amigos de la asociación.  
 
Ante un amplio auditorio, Hazelard explicó los acontecimientos ocurridos el 26 de julio de 1953 al tiempo que describió los hechos que motivaron la creación de Francia-Cuba hace cinco décadas.

Mencionó asimismo los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Isla y agresiones terroristas como la explosión del vapor francés "La Coubre" a su llegada al puerto de La Habana en 1960.

Visiblemente emocionado, Hazelard leyó parte de la  correspondencia que mantiene con Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco antiterroristas cubanos injustamente encarcelado en Estados Unidos, y reiteró la solidaridad con esta noble causa. 

 
Por su parte, Leyde E. Rodríguez Hernández, Encargado de Negocios a.i de la Embajada de Cuba en Francia, agradeció las muestras de solidaridad y apoyo hacia los Cinco Héroes cubanos, así como a la Revolución en una fecha tan significativa para el país caribeño.

El diplomático ofreció información actualizada sobre los resultados del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba y las transformaciones puestas en marcha con el objetivo de actualizar el modelo económico del país con la participación activa del pueblo.

 Mientras, en Montpellier, al sur del país galo, representantes de Francia-Cuba Hérault y Aude, Cuba-Sí Francia, Cuba-Cooperación, el Partido y la Juventud Comunista de esa ciudad rindieron homenaje a los combatientes caídos en la heroica gesta del Moncada.

Un comunicado de condena al bloqueo estadounidense contra la Isla y a la injusta prisión de Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, fue leído por los participantes en esta manifestación, quienes también colocaron una ofrenda floral ante el busto del Apóstol de la Revolución, José Martí. (Embacuba Francia)
    

De Oslo en Noruega, a Libia y Medio Oriente


Por Lorenzo Gonzalo


Foto de Virgilio Ponce
Ante la incapacidad de los llamados gobiernos liberales para administrar la economía a la altura de sus leyes y en consecuencia con las relaciones sociales surgidas de su desarrollo, hay sectores primitivos de dicho sector que se mueven como reptiles venenosos para imponer condiciones de emergencia, capaces de detener la catástrofe.

Esos sectores son aquellos identificados con movimientos fascistas y otros de tendencia nazi, que brotan como hongos dentro de la podredumbre del sistema. Los vemos en Europa y también en Estados Unidos.

La prensa gusta de presentar las barbaridades que comenten algunos fanáticos de la religión musulmana y las acciones de grupos marginales como algunos guerrilleros de Colombia y otros países. 

En cambio, mantienen en un limbo el resurgimiento de grupos que siempre fueron de una violencia descomunalmente inhumana, dando lugar a una formación reactiva, tanto dentro de las civilizaciones científica y tecnológicamente menos desarrolladas de Medio Oriente, como entre los movimientos políticos desplazados de las opciones democráticas. Las guerrillas suramericanas, los movimientos asiáticos y africanos, asumieron como lecciones de guerra los métodos que tanto los colonialistas como los gobiernos tiránicos les aplicaban como normas.

Sin defender las barbaridades que unos y otros cometieron, pero sin enarbolar banderas éticas que pueden ser justas y bondadosas con los opresores, pero injustas con los sectores oprimidos, la realidad indica que la historia no es como la cuenta la prensa de hoy. En esto no hacemos excepción de prensa. Ni una ni otra, ni izquierdas, ni derechas, ni liberales, ni moderadas. Ni siquiera exceptuamos la información alternativa, donde violamos de consuno la debida abstracción ante la dinámica de los acontecimientos, para arrimar a nuestra sardina un fuego que excede las necesidades de cocción.

Antes que los musulmanes fanáticos se hicieran volar en pedazos, a nombre de un Dios que supone misericordia y bienestar, fueron las Cruzadas, a nombre del suyo, quienes arrasaron los campos del Norte de África; antes de cada estampida de violencia protagonizadas por la llamada izquierda, existieron avalanchas de muertos en Argentina, Chile, la misma Colombia, Salvador, Guatemala, Nicaragua, Uruguay, Paraguay, en el desarrollado y democrático Brasil y en cada rincón del mundo. Aunque muchos lo tomen como repetitivo, la violencia trae violencia y los aviones bombardeando poblados en los países de Medio Oriente, no hacen más que continuar con una tradición que lacera la esencia misma de humanidad que proclaman los llamados “países civilizados”.

El mundo se espanta ante la aparición de un señor, no menos fanático que quienes cometieron el genocidio de las Torres Gemelas en New York, matando jóvenes en un campamento de Noruega. El hombre de 32 años se autoproclama de derecha extrema, salvador del mundo, iniciador de una “nueva cruzada”, cuyo objetivo es acabar con la izquierda y detener la inmigración de los infieles musulmanes a Europa. Siempre con el mismo cuento. Una reacción contra una izquierda que lleva más de un siglo debatiendo precisamente cómo terminar con el genocidio económico y militar que los actuales administradores de la economía perpetúan diariamente.

¿Quiénes son los que han administrado la economía mundial hasta hoy? ¿Las izquierdas o las derechas, los moderados o los conservadores?

La prensa confunde con sus enfoques e informaciones distorsionadas. No hay nada de malo en mostrar que la violencia no fue inventada en las selvas de Colombia o en los campamentos de Alquaeda. Es necesario enfrentar las realidades.

Una de las zonas más bellas de Estados Unidos se encuentra en el Noroeste del país, extendiéndose desde el estado de Washington hasta el Parque Nacional Glaciar de Montana.

Por esa región en semanas recientes un jefe de milicia, tiroteó a varios policías en la región ubicada en Lolo Nacional Forest. En enero del 2011, una bomba fue colocada durante la parada de Martin Luther King Jr. en la ciudad de Spokane.

Algunos expertos consideran que Montana en especial, se está convirtiendo en una “cama caliente”, donde grupos extremistas de las llamadas milicias y patriotas anuncian la quiebra del gobierno, el peligro de un gobierno mundial y la necesidad de prepararse para la supervivencia y el ataque.

Desde comienzos del año 2011, varias personas han sido detenidas en esa zona, algunas de ellas enfrentando la posibilidad de sentencia a cadena perpetua.

La institución Southern Poverty Law Center Intelligence Project, ha documentado la existencia de 1002 grupos violentos de este tipo durante el año 2010. Más de doce se encuentran en el Noroeste del país entre Missoula y la ciudad de Spokane.

Estos grupos terroristas de derecha son más viejos que cualquier grupo musulmán o de la llamada izquierda, en cambio reciben poca publicidad, mientras quienes pretenden aportar a la solución de los problemas nuevas vías, son crucificados a diario por la prensa.

Europa se nutre cada día más de grupos de esta naturaleza, muchos de ellos inspirados por el nazismo que impregna su cultura. El objetivo es desandar artificialmente, caminos construidos por gente de pensamientos similares a los suyos, excepto que con algo más de racionalidad. La inmigración que estimularon al terminar la Segunda Guerra Mundial, alentada después durante el despegue económico que facilitó la destrucción, ahora es objeto de propuestas draconianas para poder contenerla, sin importar cuántos males, las mismas puedan añadir a las otras orillas

Las culpas no están solamente en las medidas internas que adoptan los países desarrollados, sino en las prácticas seguidas internacionalmente en otras épocas. El peligro no radica en el surgimiento de grupos que en la realidad siempre han estado allí agazapados, sino en la falta de racionalidad de los más maduros que aún sostienen las riendas del poder en esas naciones y no han visto que tienen que apelar a otros métodos y otros compromisos, para que el fanatismo no se apodere de la razón.

Es en extremo lamentable la masacre de Oslo y la bomba a uno de sus ministerios. Pero también es lamentable y responde a igual filosofía, la política de Afganistán, el bombardeo a Libia, el desconocimiento de reclamos básicos de los Palestinos, el surgimiento de extremistas radicales de la “supremacía blanca” en Montana y otros estados estadounidenses, y sobre todo, la persistencia hegemónica de Estados Unidos.

Oslo no es una novedad y bien podemos encontrarla en los anales de viejos sucesos, aunque muchos consideren esta tragedia noruega como inesperada e impensable. En realidad es una vieja historia.

Oslo es una noticia permanente de las últimas décadas, excepto que nadie habla de ellas y cuando lo hacen las envuelve en papel edulcorado para disfrazarles el veneno.

*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en los EEUU y subdirector de Radio Miami 

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