Desde el Sur de Francia, en Pau, y en nombre de un Festival latinoamericano que lleva ya 20 años de compromiso solidario con los pueblos de América latina, le decimos:
"si alguien debe vivir, es usted".
Nada de culto a la personalidad, o de huellas de viejas culturas militantes.
Es más bien lo que sienten miles de militantes antimperialistas en el mundo, después de leer su "mensaje al pueblo venezolano" .
Si la Revolución cubana no hubiese resistido hasta hoy, América Latina distaría mucho de ser un continente en marcha hacia la soberanía, la justicia social, la integración y la unidad...
Profesor Jean Ortiz |
Usted, a pesar suyo, es más que su persona: es bandera.
Ha tenido el valor y la lucidez de elegirse un destino de identificación con su pueblo, de enseñar lo que es usted a "los de abajo", de corazón solidario, a los que más le apoyan. Usted es el arquitecto aun imprescindible de una creación colectiva; ha armado con nuevos derechos, con libros, con voz, a los que siempre han sido parias. Usted lo hace inventando un socialismo democrático, participativo. A veces, se equivoca, pero ¿quién no? El balance global habla por sí solo.
En un mundo en que solo logran existir los muy ricos, usted se ha colocado del lado de los que siempre "perdían". No olvidaremos nunca lo que nos dijeron, en los barrios de Caracas, los pobres: "Ahora existimos; somos por fin visibles". Sí, visibles. ¡Qué bella palabra! Usted ha arriesgado su vida por ellos, y ¡qué lindo homenaje le devuelven!
Decía nuestro gran Pablo Neruda, que "quien no cambia la vida cuando está insatisfecho [...] muere lentamente".
En Francia como en Venezuela, le odian los intelectuales de pandereta, los medios ramplones, la burguesía entreguista, los politiqueros de zarzuela, y muchos liberales poco liberales, cuyo pensamiento va supeditado exclusivamente al dinero.
Mi viejo guerrillero de padre, combatiente republicano español, me decía siempre: "Ten cuidado cuando el enemigo te adula; cuando te odia, es que vas por el buen camino". Gustar a los poderosos, no es ningún mérito, es servidumbre voluntaria.
Usted intenta, como lo pregonaba el gran pensador socialista francés, Jean Jaurés "que la República corra pareja con la justicia social". La democracia con miseria, es la miseria de la democracia.
Así que somos muchos los que deseamos "para la causa" (como decía mi viejo "rojo" de padre), que se recupere, que mejore su salud, y siga con todos nosotros en primera línea de fuego, "nuestro paradero".
"No hay posadas de felicidad, ni de descanso;
se va por un camino heroico
hasta la dignidad"
(León Felipe)
Un fuerte abrazo solidario de
Jean Ortiz, profesor en la Universidad de Pau (Francia)
Presidente fundador del Festival latinoamericano CULTURAMERICA.
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