martes, 29 de septiembre de 2015

Celebrado en la ACNU el día internacional para la eliminación total de las armas nucleares

En la sede de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) se celebró un panel de expertos, en ocasión del Día internacional para la eliminación total de las armas nucleares (26 de septiembre), auspiciado por la propia Asociación, la Sociedad Cubana de Derecho Internacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba y el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (MOVPAZ). 

El panel estuvo compuesto por los doctores Magda Bauta, profesora del ISRI y miembro de la Sociedad Cubana de Filosofía; Néstor García Iturbe, Profesor Titular del ISRI y miembro de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional; Leyde Rodríguez, profesor del ISRI y miembro del MOVPAZ y Carlos Pazos, Presidente de la Filial cubana de la Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW).

El encuentro se inició con la presentación del Dr. Néstor García Iturbe, quien ofreció una perspectiva general de la problemática del desarme internacional, con énfasis en el caso de los Estados Unidos. El reconocido profesor planteó la existencia de tres condicionantes para lograr el desarme: la existencia de una situación mundial, la voluntad política de las naciones más poderosas y la no afectación de la economía de los principales países productores de armas. Su ponencia se centró fundamentalmente en la nueva estrategia de defensa nacional de los Estados Unidos. 

Por su parte, el Dr. Leyde Rodríguez abordó los desafíos del desarme nuclear, resaltando la importancia del pensamiento del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, sobre ese tema. Entre los aspectos destacados en su exposición estuvieron: el pesimismo dominante y la falta de capacidades de los órganos multilaterales dedicados al tema del desarme, como es el estancamiento de la Conferencia de Desarme; la existencia de nueve Estados declarados por las Naciones Unidas como poseedores de la bomba atómica, los que practican el chantaje nuclear en las relaciones internacionales; el acrecentamiento de las disputas políticas entre Estados Unidos y Rusia; las diferencias en el seno del MNOAL; así como la presencia de grupos terroristas incontrolables. 

El Dr. Carlos Pazos cerró las exposiciones del panel con un recorrido por la historia de la Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear. Esa organización no gubernamental mundial, fundada en 1980 por los prestigiosos doctores Bernard Lown (estadounidense) y Evgeny Chazov (soviético), que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1985; sin embargo, su accionar se ha visto limitado en América Latina y el Caribe por la falta de recursos económicos en los últimos catorce años. Además, el Dr. Pazos destacó el interés de la filial regional de la IPPNW de celebrar el Congreso mundial de esa organización en Cuba. en mayo de 2016. El último Congreso de la filial regional celebrado en Cuba fue en el año 2001.

La Dra. Magda Bauta fungió como moderadora del panel. De esa manera, los temas tratados por los panelistas fueron relacionados y comentados, lo que facilitó la mejor comprensión por parte de los presentes y el debate posterior.

Entre las ideas que emergieron del debate sobresalió que no solo se debe luchar contra la guerra nuclear, sino también contra la guerra convencional, pues ésta ha cobrado un mayor número de víctimas. Por tales razones, se hizo, además, un llamado al desarme general y completo.

Estuvieron presentes además, el Embajador Pedro Núñez Mosquera, Director General de Asuntos Multilaterales y de Derecho Internacional del MINREX, Soraya Álvarez Núñez, Directora General de la ACNU, Silvio Platero Yrola, Presidente del MOVPAZ y Doris Quintana, Secretaria de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional de la Unión de Juristas de Cuba.

Los resultados de este panel propiciarán la elaboración de una Declaración Final de la Sociedad Civil Cubana por la Eliminación Total de las Armas Nucleares que deberá circularse como documento oficial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, como contribución al 70 aniversario de la ONU.
 

Mientras persista el bloqueo, continuaremos presentando el proyecto de resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”.


Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en el segmento de alto nivel del 70 Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, el 28 de septiembre de 2015, “Año 57 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Estimados Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno;
Distinguidos Jefes y Jefas de Delegaciones;
Señor Secretario General de las Naciones Unidas;

Señor Presidente:

Hace 70 años que, en nombre de los pueblos, los miembros de esta organización suscribimos la Carta de las Naciones Unidas. Nos comprometimos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y a edificar una nueva forma de relacionarnos bajo la guía de un conjunto de propósitos y principios, que debían augurar una época de paz, justicia y desarrollo para toda la humanidad.

Sin embargo, a partir de entonces, han sido constantes las guerras de agresión, la intervención en los asuntos internos de los Estados, el derrocamiento por la fuerza de gobiernos soberanos, los denominados “golpes suaves” y la recolonización de territorios, que han sido perfeccionados con formas de actuar no convencionales, con el empleo de nuevas tecnologías y esgrimiendo supuestas violaciones de los derechos humanos.

Es inaceptable la militarización del ciberespacio y el empleo encubierto e ilegal de las tecnologías de la información y las comunicaciones para agredir a otros Estados, como también lo es que se distorsione la promoción y protección de los derechos humanos, utilizándolos de forma selectiva y discriminatoria para validar e imponer decisiones políticas.

A pesar de que la Carta nos llama a “reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana”, el disfrute de los derechos humanos continúa siendo una utopía para millones de personas.

Se niega a la humanidad el derecho a vivir en paz y su derecho al desarrollo. Es en la pobreza y la desigualdad donde deben buscarse las causas de los conflictos, generados por el colonialismo y el despojo de las poblaciones autóctonas, primero, y más tarde por el imperialismo y el reparto de esferas de influencia.

El compromiso asumido en 1945 de “promover el progreso social y elevar el nivel de vida” de los pueblos y su desarrollo económico y social, sigue siendo una quimera, cuando 795 millones de personas sufren hambre, 781 millones de adultos son analfabetos y 17 000 niños mueren cada día de enfermedades curables, mientras que los gastos militares anuales en todo el mundo ascienden a más de 1,7 millones de millones de dólares. Con solo una fracción de ese monto podrían solucionarse los problemas más acuciantes que azotan a la humanidad. Incluso, en los países industrializados ya prácticamente desaparecieron las “sociedades de bienestar”, que se nos presentaban como el modelo a seguir. Los sistemas electorales y los partidos tradicionales, que dependen del dinero y la publicidad, son cada vez más ajenos y distantes de las aspiraciones de sus pueblos.

El cambio climático pone en peligro la existencia de la especie humana, y los Estados deben asumir responsabilidades comunes pero diferenciadas ante la inobjetable realidad de que no todos los países somos responsables por igual de lo ocurrido, ni despilfarramos los recursos naturales y humanos en un consumismo irracional e insostenible.

Las consecuencias del cambio climático son especialmente devastadoras en los pequeños países insulares en desarrollo e imponen una tensión adicional a sus frágiles economías. Lo mismo sucede en África, con el incremento inexorable de la desertificación.

Nos solidarizamos con nuestros hermanos caribeños y demandamos que se les dé un trato especial y diferenciado. Apoyamos a los países africanos y reclamamos para ellos un tratamiento justo, transferencia de tecnología y recursos financieros (Aplausos).

Señor Presidente:

Con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y, particularmente con la firma por los jefes de Estado y de Gobierno, en enero del 2014, de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, ha quedado demostrado que, por encima de nuestras diferencias, podemos avanzar hacia la unidad y la consecución de objetivos comunes en el marco de nuestra diversidad (Aplausos).

En la Proclama, reafirmamos el compromiso inquebrantable con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional y de resolver las diferencias de forma pacífica, así como la convicción de que el pleno respeto al derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural constituye una condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones. Reclamamos que estos principios sirvan de base a las relaciones de otros Estados con nuestra región.

La República Bolivariana de Venezuela contará siempre con la solidaridad de Cuba frente a los intentos de desestabilizar y subvertir el ordenamiento constitucional, y destruir la obra iniciada por el compañero Hugo Chávez Frías (Aplausos) y continuada por el presidente Nicolás Maduro Moros a favor del pueblo venezolano.

De igual manera, va nuestra firme e irrestricta solidaridad a la República del Ecuador, a su Revolución Ciudadana y a su líder, Rafael Correa Delgado, quien se ha convertido en el blanco del mismo guión de desestabilización aplicado contra otros gobiernos progresistas de la región (Aplausos).

Nos solidarizamos con las naciones del Caribe que solicitan justas reparaciones por los horrores de la esclavitud y la trata de esclavos (Aplausos), sobre todo en un mundo en el que la discriminación racial y la represión de las comunidades afrodescendientes han ido en ascenso.

Ratificamos nuestra convicción de que el pueblo de Puerto Rico merece ser libre e independiente, luego de más de una centuria sometido a la dominación colonial (Aplausos).

Nos solidarizamos con la República Argentina en su legítimo reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur (Aplausos).

Reiteramos nuestro apoyo solidario a la presidenta Dilma Rousseff y al pueblo de Brasil en la defensa de sus importantes logros sociales y de la estabilidad del país.

Reafirmamos nuestro rechazo a la intención de extender la presencia de la OTAN hasta las fronteras de Rusia y a la imposición de sanciones unilaterales e injustas contra esa nación.

Saludamos el denominado acuerdo nuclear con la República Islámica de Irán, que demuestra que el diálogo y la negociación son la única herramienta efectiva para solventar las diferencias entre los Estados.

Renovamos nuestra confianza en que el pueblo sirio es capaz de resolver por sí mismo sus diferencias y demandamos que cese la injerencia externa.

Una solución justa y duradera al conflicto del Medio Oriente exige, inexorablemente, el ejercicio real del derecho inalienable del pueblo palestino a construir su propio Estado dentro de las fronteras anteriores a 1967 y con su capital en Jerusalén oriental, lo que enérgicamente apoyamos (Aplausos).

Durante las últimas semanas nos han impactado las imágenes de las oleadas migratorias hacia Europa, que constituyen una consecuencia directa de las acciones de desestabilización que la OTAN promovió y ejecuta en países del Medio Oriente y África del Norte, y del subdesarrollo y la pobreza imperantes en países del continente africano. La Unión Europea debe asumir, de manera plena e inmediata, sus responsabilidades con la crisis humanitaria que ayudó a generar.

Señor Presidente:

Tras 56 años de heroica y abnegada resistencia de nuestro pueblo, quedaron restablecidas las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos de América.

Ahora se inicia un largo y complejo proceso hacia la normalización de las relaciones, que se alcanzará cuando se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero; se devuelva a Cuba el territorio ocupado ilegalmente por la Base Naval de Guantánamo; cesen las transmisiones radiales y televisivas y los programas de subversión y desestabilización contra la isla, y se compense a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que aún sufre (Aplausos).

Mientras persista, continuaremos presentando el proyecto de resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”.

A los 188 gobiernos y pueblos que han apoyado aquí y en diversos foros internacionales y regionales nuestra justa demanda, les reitero el eterno agradecimiento del pueblo y el gobierno cubanos por su sostenido respaldo.

Señor Presidente:

Cuba celebra, con profundo compromiso, el aniversario 70 de la Organización de las Naciones Unidas. Reconocemos que en estos años se ha intentado, pero no se ha hecho lo suficiente, para proteger a las generaciones presentes y futuras del flagelo de la guerra y su derecho a un desarrollo sostenible, sin exclusión. La ONU ha de ser defendida del unilateralismo y profundamente reformada para democratizarla y acercarla a los pueblos.

Como señalara en esta misma sala hace 15 años el compañero Fidel Castro Ruz, Líder Histórico de la Revolución Cubana —y cito: “Cualquiera comprende que el objetivo fundamental de las Naciones Unidas, en el siglo apremiante que comienza, es el de salvar al mundo no solo de la guerra sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables para la existencia humana, ¡Y debe hacerlo con premura antes de que sea demasiado tarde!” —fin de la cita.

Podrá contar siempre la comunidad internacional con la sincera voz de Cuba frente a la injusticia, la desigualdad, el subdesarrollo, la discriminación y la manipulación; y por el establecimiento de un orden internacional más justo y equitativo, en cuyo centro se ubique, realmente, el ser humano, su dignidad y bienestar.

Muchas gracias (Ovación).

lunes, 28 de septiembre de 2015

Conferencia de líderes globales sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres: un compromiso de acción global



Discurso del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la “Conferencia de líderes globales sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres: un compromiso de acción”.

Nueva York, 27 de septiembre de 2015

Señor Presidente:

Cuarenta años después de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer y a veinte años de aprobada la Declaración y Programa de Acción de Beijing, una de cada tres féminas experimenta violencia física y sexual; el 90% de los 2,5 millones de víctimas de la trata de personas pertenecen al sexo femenino; sus niveles de desempleo son más elevados y reciben, como promedio, solo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres por trabajo de igual valor. 

Millones de ellas no disfrutan de igualdad de derechos en materia de herencia y propiedad; y su representación en los parlamentos a nivel mundial solo alcanza el 22%. 

Cerca del 90% de las víctimas de las guerras en la actualidad son civiles, la mayoría mujeres, ancianos, niñas y niños. También lo son más del 75% de las personas refugiadas y desplazadas por los conflictos.

Ellas constituyen el 70% de los 2 mil 700 millones de pobres en el mundo y dos tercios de los casi 800 millones de personas adultas analfabetas. Más de      300 mil mueren cada año por complicaciones evitables durante el parto, el 99% en los países del Sur.

Señor Presidente:

La esperanza de vida al nacer de las cubanas es de 80,45 años; la tasa de mortalidad materna directa es solo de 21,4 por cada cien mil nacidos vivos, una de las más bajas del mundo; representan el 48% del total de las personas ocupadas en el sector estatal civil y el 46% de los altos cargos de dirección; el 78,5% del personal de salud, el 48% de los investigadores científicos y el 66,8% de la fuerza de mayor calificación técnica y profesional. Cursan, como promedio, 10,2 grados y son el 65,2% de los graduados en la educación superior.

El 48,86% de nuestro Parlamento está formado por mujeres, lo que nos ubica como el segundo país del hemisferio americano, solo superado por Bolivia, y el cuarto en el mundo.
Sin embargo, aún nos queda mucho por hacer. Trabajamos para seguir cambiando los patrones culturales, de forma que se comparta entre hombres y mujeres el cuidado de la familia y se continúe incrementando su presencia en los cargos decisorios a nivel gubernamental, por solo mencionar algunos aspectos.

Señor Presidente:

No negamos que existan logros en las últimas décadas, pero resultan frágiles e insuficientes. Para avanzar hacia la plena realización de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es preciso, ante todo, el logro de un orden internacional justo y equitativo, que erradique la pobreza y el hambre, ponga fin a los conflictos bélicos, privilegie al ser humano por encima del capital y preserve el medio ambiente.
Muchas gracias.




domingo, 27 de septiembre de 2015

El Desarme nuclear debe ser una prioridad…. debemos actuar ahora


Por Leyde E. Rodríguez Hernández
Profesor Instituto Superior Relaciones Internacionales
Movimiento Cubano por la Paz y Soberania de los Pueblos


El 25 de septiembre de 2015 coincidieron varios especialistas en un taller sobre desarme nu­clear organizado por la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, la Unión Nacional de Juristas y el Movimiento Cubano por la Paz

La eliminación y prohibición de las armas nucleares es un asunto de máxima prioridad para la seguridad internacional y la protección de la especie humana, coincidieron  varios especialistas en un taller sobre desarme nu­clear organizado por la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, la Unión Nacional de Juristas y el Movimiento Cubano por la Paz.

En la cita, que formó parte de las actividades desarrolladas en todo el país a propósito del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, se denunció la proliferación de ese tipo de armamento que, a 69 años de ser usado por primera vez y a casi 25 de concluida la Guerra Fría, continúa siendo un peligro para la humanidad.

Sobre el tema expresé que si revisamos la documentación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las publicaciones de la prensa internacional encontramos que se han vivido años difíciles para el desarme nuclear por las crisis, tensiones y conflictos que han afectado a la humanidad. Lo peor de todo es que, en este contexto, la prevalencia de las armas nucleares sigue siendo la principal amenaza para la vida en el planeta. Esta situación ha determinado  que, para muchos académicos y periodistas, la ausencia del desarme nuclear sea una frustración, un fracaso de la comunidad internacional. Existe pesimismo en lo que se publica, como parte de la disfuncionalidad de las propias instituciones internacionales vigentes, en cuanto al desarme nuclear.

En mi intervención expliqué que las armas nucleares constituyen la máxima expresión de las relaciones de poder en la política internacional, de un poder ilimitado, catastrófico e irracional. Es por eso que los estados debieran privilegiar una diplomacia para el desarme nuclear, analizando el fenómeno desde las concepciones filosóficas y políticas que generan las estrategias militares y doctrinas de política exterior centradas en la llamada "disuasión nuclear".  Queda claro que preservar la vida en el planeta es un derecho y un deber de alcance global.

Recordé que la OTAN ha saboteado la iniciativa sobre el impacto humanitario que tendría el uso de las armas nucleares en el cambio climático global, si se produce un invierno nuclear y la responsabilidad que tienen también los países europeos que han aceptado las armas nucleares de Estados Unidos en sus respectivos territorios, como son los casos de  Alemania, Bélgica, Italia, Países Bajos y Turquía. 

En este escenario resulta muy importante el llamado de Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU: “las consecuencias de que se vuelvan a utilizar armas nucleares, ya sea de manera intencionada o por error, serían terribles. En lo que atañe a nuestro objetivo común de lograr el desarme nuclear, no debemos demorarnos: debemos actuar ahora.”

Por su parte, el Papa Francisco expresó en la Asamblea General de la ONU: “una ética y un derecho basados en la amenaza  de destrucción mutua – y posiblemente de toda la humanidad – son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones unidas, que pasarían a ser  `Naciones unidas por el miedo y la desconfianza´. Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia la total prohibición de estos instrumentos”. 

El profesor del Instituto de Relaciones Internacionales, Néstor García Iturbe, destacó la política de doble rasero de algunas potencias imperialistas que se de­claran a favor del desarme, enfatizando la conducta de los Estados Unidos.

En la nación norteamericana, indicó, los gastos de Defensa representan el 20 % de su presupuesto anual, aproximadamente; y los montos destinados a las armas nucleares y su mantenimiento ascienden a cerca de ocho mil millones de dólares.

Además, los estimados para el periodo 2015-2020 indican una mayor introducción de la robótica, del control remoto y de la computación en los armamentos.

El Dr. Carlos Pasos Beceiro explicó el amplio trabajo realizado por la IPPNW (Internacional de Médicos Para la Prevención de la Guerra Nuclear). El panel estuvo moderado por la Dra. Magda Bauta, profesora del Instituto de Relaciones Internacionales y especialista de los temas de desarme en el ámbito multilateral.