Discurso del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la Cumbre de las Naciones Unidas dedicada a la aprobación de la agenda para el desarrollo después del 2015. Nueva York, 26 de septiembre de 2015.
Estimados jefes y jefas de Estado y de Gobierno:
Distinguidos jefes y jefas de delegaciones:
Señor Secretario General de las Naciones Unidas:
Señor Presidente:
La inestabilidad en numerosas regiones tiene sus raíces en la
situación de subdesarrollo en que viven dos tercios de la población mundial.
Los avances, quince años después de adoptados los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, son insuficientes y desigualmente distribuidos.
Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de
pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones
industrializadas. La brecha entre el Norte y el Sur y la
polarización de la riqueza se incrementan.
Constatamos que estamos aún muy lejos de contar con una verdadera
asociación mundial para el desarrollo.
No menos de 2 mil 700 millones de personas en el mundo viven en la
pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue
siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en
las regiones en desarrollo es 14 veces más alta que en aquellos.
En medio de la actual crisis económica y financiera, los
acaudalados y las compañías transnacionales se hacen cada vez más ricos, y aumentan
dramáticamente los pobres, los desempleados y las personas sin casa debido a
crueles políticas llamadas “de austeridad”. Oleadas de inmigrantes
desesperados arriban a Europa huyendo de la miseria y de los conflictos que
otros desataron.
Los medios para implementar la Agenda, sin compromisos medibles ni
calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo
sostenible.
Si queremos un mundo habitable, de paz y concordia entre las
naciones, de democracia, justicia social, dignidad y respeto a los derechos
humanos de todos, tendríamos que adoptar cuanto antes compromisos tangibles en
materia de ayuda al desarrollo y solucionar el problema de la deuda ya pagada
varias veces. Habría que construir otra arquitectura financiera internacional,
eliminar el monopolio tecnológico y del conocimiento, y cambiar el orden
económico internacional vigente.
Los países industrializados debieran aceptar su deuda histórica y
ejercer el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. No
puede esgrimirse como pretexto la falta de recursos cuando se invierten 1,7
millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción
no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera.
Sr. Presidente:
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y
los Estados Unidos, la apertura de embajadas y los cambios que el presidente
Barack Obama ha declarado en la política hacia nuestro país constituyen un
importante avance, que ha concitado el más amplio apoyo de la comunidad
internacional.
Sin embargo, persiste el bloqueo económico, comercial y financiero
contra Cuba, por más de medio siglo, el cual causa daños y privaciones al
pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de
nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y
continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías
estadounidenses. Esta política es rechazada por 188 Estados miembros de las
Naciones Unidas que demandan ponerle fin.
Pese a todo, Cuba cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio
y brindó su cooperación a otros países en desarrollo en varios sectores, lo que
continuaremos haciendo en la medida de nuestras modestas posibilidades.
No renunciaremos jamás a la dignidad, la solidaridad humana y a la
justicia social, que son convicciones profundas de nuestra sociedad socialista.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
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