Discurso del presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la
“Conferencia de líderes globales sobre igualdad de género y empoderamiento de
las mujeres: un compromiso de acción”.
Nueva York, 27 de septiembre de 2015
Señor Presidente:
Cuarenta años después de la Primera
Conferencia Mundial sobre la Mujer y a veinte años de aprobada la Declaración y
Programa de Acción de Beijing, una de cada tres féminas experimenta violencia
física y sexual; el 90% de los 2,5 millones de víctimas de la trata de personas
pertenecen al sexo femenino; sus niveles de desempleo son más elevados y
reciben, como promedio, solo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres
por trabajo de igual valor.
Millones de ellas no disfrutan de igualdad
de derechos en materia de herencia y propiedad; y su representación en los parlamentos
a nivel mundial solo alcanza el 22%.
Cerca del 90% de las víctimas de las
guerras en la actualidad son civiles, la mayoría mujeres, ancianos, niñas y
niños. También lo son más del 75% de las personas refugiadas y desplazadas por
los conflictos.
Ellas constituyen el 70% de los 2 mil 700
millones de pobres en el mundo y dos tercios de los casi 800 millones de
personas adultas analfabetas. Más de 300 mil
mueren cada año por complicaciones evitables durante el parto, el 99% en los
países del Sur.
Señor Presidente:
La esperanza de vida al nacer de las
cubanas es de 80,45 años; la tasa de mortalidad materna directa es solo de 21,4
por cada cien mil nacidos vivos, una de las más bajas del mundo; representan el
48% del total de las personas ocupadas en el sector estatal civil y el 46% de
los altos cargos de dirección; el 78,5% del personal de salud, el 48% de los
investigadores científicos y el 66,8% de la fuerza de mayor calificación
técnica y profesional. Cursan, como promedio, 10,2 grados y son el 65,2% de los
graduados en la educación superior.
El 48,86% de nuestro Parlamento está
formado por mujeres, lo que nos ubica como el segundo país del hemisferio
americano, solo superado por Bolivia, y el cuarto en el mundo.
Sin embargo, aún nos queda mucho por
hacer. Trabajamos para seguir cambiando los patrones culturales, de forma que
se comparta entre hombres y mujeres el cuidado de la familia y se continúe
incrementando su presencia en los cargos decisorios a nivel gubernamental, por
solo mencionar algunos aspectos.
Señor Presidente:
No negamos que existan logros en las
últimas décadas, pero resultan frágiles e insuficientes. Para avanzar hacia la
plena realización de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es
preciso, ante todo, el logro de un orden internacional justo y equitativo, que
erradique la pobreza y el hambre, ponga fin a los conflictos bélicos,
privilegie al ser humano por encima del capital y preserve el medio ambiente.
Muchas gracias.
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