jueves, 30 de enero de 2014

El impacto de la CELAC en el sistema-mundo


Por Leyde E. Rodríguez Hernández

La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebra en La Habana, los días 28 y 29 de enero, tiene un carácter trascendental para el sistema-mundo, pues como expresó el Presidente cubano Raúl Castro Ruz: "la Humanidad no podrá responder a los colosales desafíos que amenazan su propia existencia, si no lo hace mediante una nueva concertación de esfuerzos entre todas las naciones... " [1]

Después de una larga travesía histórica y política, los Presidentes y Jefes de Gobierno de 33 países independientes dieron su consentimiento para formalizar un sueño anhelado, una legítima aspiración: la proclamación de América Latina y el Caribe como zona de paz, que tendrá, inevitablemente, un significativo impacto para el conjunto de las relaciones internacionales.

Existen razones y argumentos que apuntalan ese vaticinio. La CELAC es un nuevo foro político de los países de América Latina y el Caribe, sin la presencia de los Estados Unidos y Canadá, lo que constituye un hecho sin precedentes que conmociona las relaciones hemisféricas, porque, entre otros aspectos, supera en todos los ámbitos a la Organización de Estados Americanos (OEA).

La proclamación de una zona de paz regional establece que América Latina y el Caribe respetarán los principios del derecho internacional, abogarán por la solución pacífica de las controversias para desterrar el uso de la fuerza, y cumplirán con la obligación de no intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos de cualquier Estado. También, se comprometen a observar la soberanía de las naciones, la igualdad de derechos y la autodeterminación, entre otros principios progresistas.

Muchos son los desafíos futuros para la CELAC, en el plano interno e internacional, pero esta iniciativa es una clara contribución al equilibrio del sistema-mundo y al mejor funcionamiento de las relaciones internacionales, seriamente afectadas por las guerras imperialistas desatadas por los Estados Unidos en Irak y Afganistán, y por conflictos fratricidas entre naciones y grupos humanos en diversas regiones del planeta. La CELAC instituye un freno considerable a las políticas hegemónicas de los Estados Unidos y sus aliados europeos, símbolos de una civilización capitalista en decadencia económica y moral que agudiza las contradicciones políticas en el escenario mundial.

La CELAC es una vía hacia un sistema-mundo pluripolar y pluricultural que, desde su conformación, asesta un duro golpe a la imposición de un único polo de poder global y a una perspectiva de multipolaridad concebida para la prolongación de un pensamiento político único centrado en las relaciones de poder y de dominación, de unos estados por otros, en la política internacional.

Si con la CELAC se consolida un sistema de relaciones políticas y económicas diferente, portador de un nuevo paradigma ético, entonces la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha realizado un fructífero aporte a la verdadera integración de los pueblos, en un escenario internacional ensombrecido por el fantasma de la guerra. Es por ello que el progreso es equivalente a la paz y al desarme nuclear. Por lo que sin desarme nuclear y paz, otro mundo no sería posible, como ha afirmado en múltiples ocasiones el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. 

En pocas palabras, en los tiempos difíciles que corren para la vida en la Tierra, la tarea impostergable, no exenta de audacia política, es la necesidad de "pensar la paz" y el desarme nuclear.

En suma, la CELAC es la nueva esperanza para la paz y el desarrollo socio-económico de "Nuestra América", así queda reflejado en el establecimiento de un foro de cooperación con China que institucionaliza "la cooperación de todo tipo" con la potencia que, tradicionalmente contraria a la guerra, se perfila como la principal del sistema internacional del siglo XXI.

Todo ese proceso transcurre en el contexto de una evolución geopolítica internacional que se manifiesta en el desplazamiento del centro de gravedad de la economía mundial hacia el Asia-Pacífico; la declinación del poderío hegemónico de los Estados Unidos; el irreparable derrumbe del proyecto de integración europeo; la persistencia de la crisis económica desatada en el 2008 y la permanencia de un "orden" económico mundial in-justo que concentra riqueza, margina naciones y profundiza la depredación del medio ambiente. En este complejo escenario internacional, sin duda, la CELAC es un vigoroso incentivo para el ideal nuestroamericano, por el cual luchó el inolvidable Comandante Hugo Chávez Frías.

[1] Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en los funerales del líder sudafricano Nelson Mandela, en Johannesburgo, el 10 de diciembre del 2013, Granma, La Habana, 11 de diciembre del 2013, p. 5.

Fuente: Granma

martes, 28 de enero de 2014

CELAC: Actor progresista en las Relaciones Internacionales



Por Leyde E. Rodríguez Hernández

A pocos días de la celebración en La Habana de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), los días 28 y 29 de enero, mucho se ha debatido sobre el surgimiento de un nuevo actor regional de carácter progresista en las relaciones internacionales.

En ese sentido, la teoría política internacional ha acuñado el concepto de actor para referirse a entidades colectivas, o entes sociales, que actúan e influyen con su accionar en la dinámica del escenario mundial. En suma, los actores internacionales son los elementos que integran el sistema de relaciones internacionales.

Además de los estados, que han sido los principales actores internacionales, y durante siglos los protagonistas casi exclusivos de la dinámica mundial, también son actores internacionales, las grandes organizaciones interestatales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las organizaciones regionales, pues, aunque sus facultades les han sido atribuidas por los estados, tienen, una vez creadas, personalidad jurídica propia.

En relación con la introducción teórica de los párrafos iníciales, la CELAC es el único mecanismo de diálogo que agrupa a 33 países independientes de América Latina y el Caribe, que han acordado su disposición de avanzar en el proceso de integración política, económica, social y cultural, en los marcos de un equilibrio justo entre la unidad y la diversidad, y sobre la base de un programa común de bienestar y paz regional, seguridad y desarme nuclear internacional, con el objetivo de consolidarse en una verdadera e integrada comunidad regional.

Es el resultado de los acervos heredados por los principios compartidos y consensos adoptados en la Cumbre de Amé-rica Latina y el Caribe sobre la Integración y Desarrollo (CALC) y el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política del Grupo de Río, que luego de una trayectoria útil cesaron formalmente sus acciones y dieron lugar a la CELAC.

Es un foro de concertación política cuyos procesos de intercambio y negociación tendrían en cuenta los valores y principios reconocidos por todos los estados en la Carta de las Naciones Unidas, a saber: el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de las controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, la soberanía, la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia.

La CELAC representa un avance en el fortalecimiento y la consolidación de las complementariedades latinoamericana y caribeña en la senda del desarrollo socio-económico y la cooperación; es un eje integrador del espacio común y servirá de instrumento para la reducción de las asimetrías entre los países miembros de la entidad.

Con la CELAC, se ha sellado un ciclo histórico y nació un actor progresista en las relaciones hemisféricas e internacionales, porque en sus concepciones estratégicas está contenido el ideario bolivariano, martiano, fidelista, chavista, guevariano, el cual irrumpe en la Política Internacional para contribuir a la transformación de las actuales relaciones hegemónicas Norte-Sur, y hacer de los vínculos Sur-Sur un verdadero paradigma de la unidad y la paz, en un sistema-mundo deseado pluripolar y pluricultural en su perspectiva contraria a las injustas relaciones de poder dominantes en las relaciones internacionales.

En resumen, la CELAC es portadora de una nueva ética política, lo que la convierte en un actor con efectivas potencialidades para el despliegue de una amplia agenda continental, en un contexto histórico y político de avances progresistas en las relaciones hemisféricas, aunque no todos los gobiernos de los respectivos países tengan un signo ideológico progresista. 

La CELAC es una importante contribución al equilibrio global. No por casualidad, su existencia y pleno desarrollo gozan del reconocimiento de importantes potencias, como China, Rusia e India, y de otros actores de gran influencia y significación en la Política Internacional.  

 Fuente: Granma.

viernes, 24 de enero de 2014

Celac y la visión de Martí sobre la necesidad de la unión de nuestros pueblos


Por Wilkie Delgado Correa


Para hacer realidad los planes y estrategias presentes y futuras de la Celac es necesario que nos sintamos fuertes y consolados para lo que tenemos que hacer.

La II Cumbre de la CELAC en La Habana reafirmará la voluntad de unión de los países latinoamericanos y caribeños para alcanzar los objetivos que permitirán el progreso y bienestar de los pueblos en un siglo en que  incertidumbres variadas rondan el destino de naciones tanto desarrolladas como pobres de un mundo amenazado por hecatombes sociales, económico-financieras y ecológicas.

No ha sido fácil el proceso de unidad de los pueblos de Nuestra América, que sólo ha sido posible después de 200 años de encuentros y desencuentros, en los que estos últimos han estado signados por la intervención del “gigante de las siete leguas” del Norte. Lo que fue legado de los próceres de nuestra independencia, que soñaron con la unidad, cooperación y solidaridad de los pueblos para que fueran la garantía contra las aviesas intenciones de poderes imperiales vecinos y distantes, al fin ha sido posible después de muchos traspiés, caídas y extravíos de rumbos.

La coincidencia de la fecha de este magno acontecimiento con el 161 aniversario del natalicio del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, el 28 de enero, tiene, sin dudas, una significación especial, pues fue continuador de las ideas unitarias de Simón Bolívar y ferviente defensor de la búsqueda de un equilibrio salvador para la América y el mundo. Tanto valoraba el papel de la unión que lo expresó sintéticamente de esta manera: “Juntarse, ésta es la palabra del mundo.” Además, consciente de la misión histórica que ello tenía para los pueblos, señalaba: “Unificar es abreviar. Cada nueva comunidad, siquiera sea en detalles a primera vista poco graves, aprieta los lazos de los pueblos.”

En su constitución la CELAC abarca 33 naciones independientes, con historias y rasgos comunes, pero también con características distintivas en asuntos como extensión territorial, población, historia, cultura, sociales, lingüísticos y otros. Por lo tanto, el éxito de esta comunidad de naciones está en la unificación esencial en torno a un factor denominador común que promedie las diversidades naturales acumuladas en siglos de existencia colonial, neocolonial e independiente. El ahora de todos estos países es fruto de estas particularidades que aun están presentes con mayor o menor preponderancia, y de la cual se derivan la modalidad del poder de los estados y el tipo de gobierno que los rige.  

La obra de la CELAC estará inconclusa hasta que no integre a todos los territorios aun coloniales, cuyo caso más señalado es Puerto Rico, actual “estado libre asociado” de los Estados Unidos, y sobre el cual se analizará una propuesta de Venezuela, que servirá para enfatizar la política de descolonización de la ONU sobre este territorio usurpado a consecuencia de la guerra imperialista desatada por EE.UU. en 1898, durante su intervención oportunista en la guerra que libraban los cubanos por su independencia. En esta propuesta solidaria por la unión debe estar presente aquella alerta política de Martí: “lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otro, es separarlo de los demás pueblos”. Por eso, para enfrentar la pretensión dominadora, se trata de reivindicar para el pueblo puertorriqueño su espacio vital en nuestra América, mal que le pese a la potencia conquistadora y rapaz. Y para ello, los dirigentes de nuestras naciones, más allá de cualquier formalidad del estatus actual, deben ser de aquellos que “ven para ahora y para luego, que es como se debe ver en las cosas de los pueblos, para quienes lo presente no es más que la manera de ir al porvenir”.

Nunca podrá olvidarse que la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico tuvieron en época un origen similar en 1868, y eran para Martí “gemelas por el alma dolorosa y la esperanza indómita como por el capricho de la mar, gemelas por la pasión de la libertad y el ánimo valiente, gemelas por el cariño vivo a sus héroes comunes (…)”, y pronosticó en 1894, algo que jamás imaginó se prolongaría durante más de un siglo, que Cuba y Puerto Rico “entrarán a la libertad con composición muy diferente y en época muy distinta, y con responsabilidades mucho mayores que todos los demás pueblos hispanoamericanos”. Además, consideraba que Cuba y Puerto Rico eran, “precisamente, indispensables para la seguridad, independencia y carácter definitivo de la familia hispanoamericana en el continente”.

Existen razones suficientes para valorar que una elemental justicia histórica y una política consecuente con el legado de los libertadores de nuestras tierras, obligan a ejercer una solidaridad firme con el pueblo latinoamericano que, desgraciadamente, cayó en las garras del águila imperial hace 115 años.     

Por otra parte, todo lo que hoy se hace y hará en el seno de la Celac redundará en un mayor grado de libertad, independencia y felicidad de nuestros pueblos. Martí fue preclaro al señalar que “es necesario ir acercando lo que ha de acabar por estar junto. Si no, crecerán odios; se estará sin defensa apropiada para los colosales peligros, y se vivirá en perpetua e infame batalla entre hermanos por apetito de tierras”. Se trata, por lo tanto, de continuar la obra de fundar, de redimir, de incluir, de juntar, para gozar de un triunfo de pleno amor solidario entre nuestros pueblos.

En conclusión, para hacer realidad los planes y estrategias presentes y futuros de la Celac es válido el reclamo de José Martí, recogido en sus apuntes, en el sentido de que “juntarnos, es tan necesario que estemos todos juntos! Que nos sintamos fuertes y consolados para lo que tenemos que hacer”.


jueves, 23 de enero de 2014

Los BRICS aún tienen potencial para impulsar el crecimiento económico global



XINHUA

Pese al actual crecimiento reducido de algunas economías emergentes, los países del BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) aún cuentan con el potencial de apoyar a la economía mundial, que necesita un crecimiento más equilibrado.

La élite política y empresarial, presente en el Foro Económico Mundial que se está celebrando en Davos, Suiza, tienen previsto detallar el rol que estas cinco principales economías emergentes puedan desempeñar en mantener la recuperación económica global, que aún se presenta complicada.

El grupo ha actuado como antídoto para la economía mundial desde el inicio de la crisis financiera global en 2008.

Los hechos prueban que un dinámico grupo de los principales países emergentes no sólo fortalece la cooperación entre ellos mismos, sino que también ayuda a conseguir una relación más constructiva entre las economías en vía de desarrollo y aquellas desarrolladas.
Durante los últimos años, los países del BRICS han hecho tremendas contribuciones a la economía mundial aumentando el empleo, reduciendo la pobreza, inyectando capital, y exportando e importando bienes, entre otros.

En otras palabras, su crecimiento económico en los últimos años ha compensado el estancamiento de los países desarrollados, y sus reservas de divisas han ayudado en la crisis de deuda europea.

Debido a que la percepción negativa sobre el futuro poder de las economías del BRICS está desmoralizando a algunos inversores por la actual ralentización, se deberían utilizar abundantes recursos como prueba fehaciente de su todavía robusta economía y su tremendo potencial.

Entre los cinco miembros del grupo, China ha sido la "fábrica del mundo" durante años, Brasil es una importante "base de materias primas" para el mercado global, Rusia es la "gasolinera" del mundo, la India es conocida como la "oficina" global, mientras que Sudáfrica es la reserva de recursos de Africa.

El BRICS, con casi un tercio de la población mundial y más de un cuarto de la extensión terrestre, registró en 2013 un PIB nominal combinado de más de 16 billones de dólares, según el informe de Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Algunas fuentes han sugerido que las economías del BRICS podrían sobrepasar al G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia) en 2027. 

Como miembro líder del grupo, la economía china creció un 7,7 por ciento en 2013, muy por encima del 5 por ciento previsto por el FMI para los mercados emergentes y las economías en desarrollo en conjunto.

El economista británico Jim O'Neill, conocido por haber acuñado el acrónimo BRIC en 2001, ha señalado que el tamaño de la economía china es ahora más de la mitad de la de Estados Unidos, lo que significa que "si China está creciendo a un 7,5 por ciento... esto equivaldría a Estados Unidos creciendo a un 4 por ciento".

Según las previsiones de O'Neill, si China crece un 7,5 por ciento anualmente durante la próxima década, se convertirá en una economía de cerca de 16 billones de dólares o más en 2020, permitiendo que su PIB per cápita alcance entre 12.000 y 13.000 dólares.

En enero, el FMI proyectó que China crecería un 7,5 por ciento en 2014, la India un 5,4 por ciento, Rusia un 2 por ciento, y Brasil un 2,3 por ciento, mientras que entre las economías avanzadas, el FMI solo espera que Estados Unidos crezca un 2,8 por ciento, la zona euro un 1 por ciento y Japón un 1,7 por ciento.

La tasa de crecimiento y el potencial de creación de bienestar de China, así como de otros miembros del BRICS destacan entre otras grandes economías mundiales, lo que seguirá siendo un motor clave para la recuperación económica global a medio y largo plazo.