¿Qué significa para la economía cubana la aprobación de la nueva ley de
Inversión Extranjera?
Ante todo, quiero dejar bien establecido al amigo
Santiago Masetti[2], que soy un profesor de Economía Política retirado y
voy a responder estas preguntas a partir de la información que apenas hace unos
pocos días he conocido por la prensa cubana y por la televisión cubana, con la
presentación y aprobación de la
Ley de Inversión Extranjera en la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, el 29 de marzo del presente año.
¿Qué queremos los cubanos con la actualización del
Modelo económico?
Queremos prosperar por el camino socialista, que
nuestra empresa estatal logre un mejor
vínculo con los sectores no estatales; proteger a la naturaleza y a la
sociedad; y desarrollar la integración
legítima que necesitan nuestros pueblos de América.
Cuando en 1982 el Gobierno cubano estableció el
Decreto-Ley 50 “Sobre Asociación Económica entre entidades cubanas y
extranjeras en el país”; y después, en 1995, cuando la Asamblea Nacional
aprobó la Ley 77,
“Ley de la Inversión Extranjera”,
esta fue concebida como un complemento de la inversión nacional. La simple
lectura de la información que hoy recibimos de esta nueva Ley aprobada este
sábado 29 de marzo de 2014, nos permite llegar a una primera conclusión: hoy la
inversión extranjera tiene un significado estratégico para Cuba; ya no es
propiamente un complemento de la inversión nacional; es una verdadera necesidad
para lograr la adecuada dinámica entre el crecimiento y el desarrollo económico;
e incluso lograr el cambio más favorable de la estructura económica, para
hacerla más diversificada en su esfera productiva y en sus vínculos con el
sector externo.
¿La nueva ley mantiene las mismas reparticiones accionarias en negocios
con empresas extranjeras que la anterior legislación, en la que el Estado se
quedaba con el 51 por ciento y el grupo inversor extranjero con el resto?
Realmente, desde que la Asamblea Nacional
aprobó en 1995 la Ley
77, “Ley de la Inversión Extranjera”,
ya entonces se reconoció la posibilidad de la inversión extranjera directa a un
100%. Como quiera que cada inversión se
aprueba caso a caso por el Estado Cubano, en virtud de la conveniencia para el
país, fueron muy pocos los casos de este tipo de inversión al 100% aprobadas.
La forma de proteger la economía nacional se puede
lograr con otro tipo de regulaciones y prácticas por un Estado nacional
legítimo frente a la inversión extranjera. La inversión extranjera en nuestros
países del “Sur” está “diseñada”
para provocar una dependencia
tecnológica que tienda a ser estable y permanente con los países del “Norte”. La simple
restricción del 51% de la propiedad nacional en una empresa mixta ya no
garantiza lo principal para proteger la economía nacional.
La empresa socialista cubana ha de alcanzar la
suficiente capacidad de respuesta ante las variaciones exógenas de la
tecnología. Y el Estado debe estar diseñado con vistas a inducir la mayor
competitividad tecnológica de la empresa socialista. Pero en las actuales
condiciones de cadenas globales productivas, una pequeña economía muy abierta
como la cubana, tiene que acceder a esos encadenamientos productivos mediante
una selección adecuada acorde con las fortalezas propias logradas, sobre todo
con el llamado “capital humano” desarrollado en estos más de 50 años de
desarrollo propio.
La idea consiste en identificar aquellas variables que
permitan a los diversos actores sociales
conducir al modelo socialista cubano
hacia el futuro deseado, en un determinado período de tiempo. Y la
inversión extranjera directa es una de esas variables hoy por hoy. Una economía
abierta no vive de lo que exporta, sino de la diferencia entre sus costos de
producción y los precios que logra en el mercado. Y los costos dependen de los
insumos importados y la productividad del aparato productivo nacional. Para
poder importar lo que el país no produce, el país tiene que exportar no solo
servicios con alto valor agregado, sino también productos y bienes con alto
valor agregado: ello exige acceder a fuentes de financiamiento externo.
Además de atraer inversión extranjera, ¿la puesta en práctica de esta
nueva normativa busca incidir en el levantamiento del bloqueo económico de
Estados Unidos a Cuba?
Desde mis días de adolescente, cuando estudiaba mi
bachillerato en el Instituto de la
Vibora en La
Habana, conocí de mis profesores de Historia de Cuba, que en
tiempos en que éramos colonia de España, nuestra “fortaleza” mayor era ser “la Llave del Golfo de México”.
Ciertamente, nuestra Isla o nuestro Archipiélago, siempre ha sido codiciado por
los Estados Unidos; y nuestro pueblo ha tenido que luchar por más de 100 años
por su soberanía y su independencia; pero no podemos mudarnos de la cercanía tan
peligrosa a 90 millas
de este vecino codicioso y agresivo; y por tanto, tenemos que aprovechar el
lugar geográfico que nos dio la naturaleza y la historia. Brasil audazmente se
ha atrevido a desafiar el bloqueo y ha impulsado la Zona Especial de Desarrollo del
Mariel, enorme inversión directa a las puertas del Coloso del Norte.
José Martí, a fines del siglo XIX, nos alertó de la
necesidad del equilibrio del mundo, algo que aprendió de Bolívar, quien también
habló a inicios de ese siglo de ese mismo concepto. Hoy los BRICS parecen
confirmar el desarrollo de un mundo multipolar como una nueva tendencia
mundial; y Cuba abre su economía a ese mundo multipolar, pero por sobre todo
apuesta a la integración de la
Patria Grande a que aspiraron nuestros próceres
fundadores.
El Jefe del Departamento de Estado de los Estados
Unidos no ha tenido el mínimo pudor para utilizar el término “patrio trasero”
para referirse a América latina. La
Asamblea de las Naciones Unidas ha sido casi unánime
para votar contra el bloqueo económico y financiero contra Cuba, y
seguimos estando en una lista negra como supuesto país terrorista. No podemos
construir nuestro análisis prospectivo más probable sobre la base de un
escenario sin bloqueo, pero tampoco debemos desdeñarlo. Tal vez, el equilibrio
de un mundo multipolar en los próximos años nos traiga el fin del bloqueo, pero
no por eso Cuba volverá a destinar mayoritariamente su comercio y sus finanzas
a un solo polo y mucho menos al Norte Revuelto y Brutal que ha tenido que aprender a respetarnos.
¿Cuál piensa que es el nivel de presión que pueden generar el
empresariado estadounidense para invertir en Cuba?
No he conocido
todavía de una presión suficientemente fuerte a lo interno del empresariado
estadounidense para modificar sustancialmente la situación entre Cuba y Estados
Unidos. Pienso que una vez más la política tiene primacía sobre la economía:
sin una convergencia inteligente entre ambos Estados en la esfera política, no
habrá cambios en el diferendo entre Estados Unidos y Cuba.
Lo ideal sería
encontrar formulas en las que ambos países pudieran estar de acuerdo, sin
menoscabar la independencia, soberanía y legítimos intereses de cada cual y sin
el objetivo principal de cambiar el régimen cubano, lo cual en mi criterio,
debería ser la forma en que la administración Obama modificara la política
hacia Cuba.
Un trabajo, patrocinado por el Center for Democracy in the Americas, titulado "Nueve vías para que Estados Unidos hable con Cuba y para que Cuba hable con Estados Unidos", realizado por un equipo de expertos, bajo la dirección de Sarah Stephens, en sus primeros párrafos reconoce que:
La política de Estados Unidos, imponiendo sanciones económicas, tratando de provocar la caída del gobierno de Cuba, nunca ha funcionado ni funcionará. Cuba pide que incondicionalmente se suspenda el bloqueo. Estados Unidos exige que Cuba, unilateralmente, desmantele su sistema político. Con ambas partes divididas, sin esperanza de cambio, como podremos, tan siquiera comenzar a conversar para superar este punto muerto.
Pero la mayor
parte de los estudios realizados en Estados Unidos sobre este asunto, salvo el
anterior mencionado, nos permite concluir que:
- Todos están dirigidos al aseguramiento y promoción de la "transición", léase la destrucción de Revolución Cubana, e implantar un gobierno que actúe acorde a los intereses de Estados Unidos.
- Se trata de utilizar a los cubanos residentes en Estados Unidos como una fuerza importante para promover los objetivos de la "transición".
- Se plantea que cualquier cambio de carácter económico no debe fortalecer la Revolución Cubana sino garantizar los intereses de Estados Unidos.
- Dentro del proceso de "transición" que se trata de promover se han tomado en consideración las medidas que deben desarrollarse contra los militares cubanos, que son considerados uno de los pilares fundamentales en que se apoya la Revolución.
Considero que para obtener resultados que nos alejen de la crisis actual y promuevan un mayor entendimiento entre Cuba y Estados Unidos, la política agresiva debe cambiar, los intentos de establecer en Cuba un régimen del agrado de Estados Unidos deben suspenderse, la injerencia en los asuntos internos de Cuba debe eliminarse.
Solamente un clima de confianza y respeto mutuo puede construir los puentes necesarios para la comunicación entre los dos países, esto puede iniciarse de forma moderada, sin permitir que intereses particulares traten de impedir lo que representa un interés de los pueblos de ambas naciones.
¿Qué aporta esta nueva ley a la unificación monetaria y en la
actualización del modelo económico?
Antes de responder esta pregunta, es necesario hacer
un poco de historia económica reciente. Al perder Cuba sus principales socios comerciales,
los antiguos países socialistas de Europa del Este, el peso cubano se devaluó
violentamente por la escasa oferta de bienes y servicios; y se hizo
imprescindible una política de estímulo a la entrada de dólares vía ingresos
por remesas, turismo, exportación de servicios y bienes producidos
nacionalmente. Se hizo imprescindible la dualidad monetaria.
La dualidad monetaria favoreció el incremento de la
inversión foránea entre 1994 y 1997 y el ingreso de remesas al país. También,
dentro de la política de redistribución de los ingresos en divisas de parte de
la población, se estableció un fuerte impuesto sobre las ventas en esa moneda,
lo que permitía destinar recursos a necesidades sociales a partir de los
tenedores de divisas.
El dólar llegó a cotizarse en 150 pesos. A partir del mes de noviembre de
2004 se decide que no circulara el dólar y demás monedas extranjeras, quedando
en circulación el peso convertible cubano (CUC) y el peso cubano (CUP). De esa manera el Banco Central de
Cuba, logra el control de la divisa y la emisión de la moneda.
El Estado tuvo que legalizar la circulación del dólar
y crear un mercado interno para recaudar divisas. Se estableció una tasa de
cambio 1x1 en el sector empresarial, mientras que la tasa de cambio para la población
funcionó en base a la oferta y la demanda del dólar y el peso cubano. Mediante
una política de saneamiento financiero (eliminación de gratuidades, subsidios,
tiendas recaudadoras de divisas, mercados agropecuarios, etc) se ha logrado
estabilizar la tasa de cambio para los ciudadanos entre 20 y 25 CUP/dólar.
Normalmente, un país subdesarrollado devalúa la moneda
y promueve la inflación para promover las exportaciones. Cuba hizo lo
contrario, equiparó el CUC al dólar 1x1
a nivel empresarial (revaluó el peso convertible) para facilitar las
importaciones; y devaluó el CUP para los ciudadanos 1x25, para estimular la
entrada de dólares.
La doble tasa de cambio resulta problemática hoy por
varias razones, entre ellas, estimula las importaciones y no promueve las
exportaciones. Los principales cambios en esta primera etapa se producirán en
el sector de las personas jurídicas, a fin de propiciar las condiciones para el
incremento de la eficiencia, la mejor medición de los hechos económicos y el
estímulo a los sectores que producen bienes y servicios para la exportación y
la sustitución de importaciones.
Para responder a esta quinta pregunta, hay que tener
en cuenta la diferencia entre la competitividad espuria y la competitividad
legítima.
La tasa de cambio monetaria es la tasa en que las monedas extranjeras,
incluida la internacional, son convertidas a la nacional. Un país que compite internacionalmente, mediante el mejoramiento de la
productividad, tendencialmente revalúa su moneda. Esto es competitividad legítima.
Téngase en cuenta que el patrón oro desapareció desde los años treinta y
las monedas son fuertes o débiles en dependencia de sus capacidades productivas
nacionales, más que por las reservas en oro que posean dichos Estados. Un país que compite internacionalmente
mediante una mayor explotación de su clase obrera, en términos de intensidad de
trabajo, tendencialmente reduce el valor de su moneda. Esto es
competitividad espuria.
Los países subdesarrollados devalúan sus monedas porque compiten básicamente
mediante altas tasas de explotación e inflación. El aumento de la explotación
es el antídoto de los países subdesarrollados contra la competencia tecnológica
frente a los países desarrollados. Una alta tasa de inflación en el país
subdesarrollado conduce a un salario real bajo. La inflación no aumenta la
producción ni el valor, pero sí reduce el salario real, como regla.
Un empresario de un país subdesarrollado con alta inflación, al vender al
extranjero pierde competitividad, a menos que dicho Estado nacional deprecie la
moneda. Gracias a la depreciación se obtiene menos moneda internacional, es
decir, menos valor internacional. Ello equivale a reducir los precios de sus
mercancías en el exterior. No es casual que siempre los países subdesarrollados
firmen acuerdos con el FMI en los cuales están obligados a combinar fuertes
reducciones en los gastos de bienestar social con una drástica depreciación.
Mediante la inflación los capitalistas obtienen más plusvalía absoluta y
mediante la depreciación pueden vender a precios competitivos en el mercado
internacional.
En las últimas décadas, Estados Unidos, y la Unión Europea, a
pesar de su alto desarrollo tecnológico, han acudido sistemáticamente a esta
competitividad espuria.
Con la inversión extranjera
directa, Cuba aspira alcanzar en un mediano o largo plazo, mejorar la productividad, y por tanto,
revaluar su moneda.
La respuesta a esta pregunta puede realizarse también
a la inversa: ¿Qué aporta la unificación monetaria y esta nueva ley a la actualización
del modelo económico?
La unificación monetaria crea un entorno más favorable
a la inversión extranjera y a llevar adelante un modelo económico socialista
cubano próspero y sostenible, no sin riesgos y obstáculos, porque el mundo se
mantiene convulso en medio de una crisis global y se evidencia la intención
imperial de un nuevo reparto económico y territorial del mundo mediante las Alianzas del Pacífico y del
Atlántico.
Además, se hace imprescindible la organización y
aprendizaje del personal cubano idóneo para la aprobación eficaz y eficiente de
la inversión extranjera, con vistas al desarrollo diverso de la economía cubana
y a la competitividad del aparato productivo nacional, tarea estratégica de
gran envergadura nada fácil de realizar.
Es todo lo que puedo decirte por el momento y
responsablemente como profesional de la economía.
Portal del Sur
[1]
Presidente de la Sociedad Científica
de Pensamiento Económico y Economía Política de la Asociación Nacional
de Economistas y Contadores de cuba (ANEC)
[2] Periodista que cubre
Centroamérica, el Caribe y Cuba, para la agencia Portal del Sur en
Argentina.
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