martes, 28 de abril de 2015

La integración económica internacional: Una pieza inconclusa

Dra. Zoila González Maicas
Instituto  Superior  de  Relaciones  Internacionales.

El sistema de las relaciones económicas internacionales ha devenido en la actualidad en un proceso altamente complejo, donde la actuación de los intereses económicos, políticos y militares del capitalismo desarrollado lograron incidir decisivamente en la recomposición del Orden Económico Internacional existente.

En efecto, en el escenario mundial, los países capitalistas desarrollados ocupan su soñada posición preponderante a través de un hábil e impetuoso proceso de utilización y desarrollo de su potencial científico- técnico, del manejo de políticas macroeconómicas que alargan los ciclos expansivos coyunturales y mediante la búsqueda y ampliación de los espacios económicos regionales sobre la base de una convergencia de intereses económicos y geopolíticos.

En definitiva, la revolución tecnológica de los procesos y de la organización productiva ha promovido un mayor nivel de integración e interdependencia económica en el ámbito internacional, especialmente entre los países industrializados. A éste fenómeno de la economía mundial se le denomina globalización, el cual tiene una estrecha relación de causalidad con el proceso universal de internacionalización del capital. Así pues, la actual tendencia hacia la "aldea global" no es nueva ni casual y mucho menos fruto de la voluntad divina, sino por el contrario constituye un proceso objetivo que emana del propio desarrollo lógico e histórico del capitalismo como sistema. 

La globalización abarca diferentes ámbitos de la vida, incluyendo tanto el aspecto socioeconómico y político como el científico-técnico, el teórico- conceptual, el medio ambiental y el institucional. Sin embargo, la tendencia más sobresaliente es, sin dudas, la globalización e internacionalización de la actividad económica.

No obstante, la imbricación de los mercados y la consiguiente destrucción de los sistemas estatales actuales en que encajan las actividades económicas, están generando grandes cambios estructurales que se traducen en la creciente concentración del ingreso y en formas de exclusión social que se manifiesta en todos los países. Estos negativos resultados, en ocasiones son presentados como condiciones previas para una nueva forma de crecimiento económico cuyos contornos aún no están definidos.

En otras palabras, el crecimiento económico tendría imperativamente como contrapartida el nacimiento de una nueva forma de organización social. Puede interpretarse esa simple observación como una amenaza o como un desafío, o por lo menos, como el presagio de una era de transición, y también de incertidumbre.

El aumento del comercio intraindustrial, la deslocalización y los sistemas regionales de producción, son solo algunos de los aspectos que dan cuenta del proceso de integración global del comercio.

Por otra parte, en los últimos años la liberalización y desregulación de los flujos financieros acompañado del aumento de las Inversiones Extranjeras Directas y de las nuevas formas de internacionalización especialmente entre los polos de poder, han provocado un cambio importante en la internacionalización de las economías. La interdependencia económica se ha reforzado y se han creado nuevas redes y alianzas estratégicas entre las transnacionales a escala mundial y regional.

El enorme monstruo del Mercado Financiero Globalizado ha creado una piramidación de transacciones que se alejan o, si se quiere, se independizan tanto de la base real de operaciones a la que supuestamente sirven, como de las regulaciones y políticas nacionales. El dominio financiero constituye quizás, la expresión más clara de la integración planetaria de los mercados. Se estima que ese Mercado Financiero maneja 70 veces más dinero que la Economía Real.

Ahora bien, la seguridad y la rentabilidad de las operaciones financieras del mercado, no siempre coinciden con los objetivos más relevantes de la economía internacional en general y de los países en particular: contribuir y cerrar la brecha del atraso, atemperar los desequilibrios entre las naciones industrializadas, facilitar el ajuste estructural y la estabilización del llamado Tercer Mundo y favorecer el crecimiento conjunto de la producción y el empleo a escala mundial. Valgan algunos ejemplos ilustrativos.

En 1960 el 20% más rico de la población mundial obtenía el 70.2% de los ingresos, mientras el 20% más pobre recibía el 2.4% lo cual significa una relación de 30 a 1, para el 2014  esta proporción es  más del 60 a 1.   Como se sabe, la Globalización Neoliberal supone además, serios límites a la acción del Estado, especialmente para los países subdesarrollados. La transnacionalización de los flujos de comercio, tecnología y capital ha provocado la pérdida de importancia de las fronteras nacionales de los países, haciendo más complejo y difícil el diseño y efectividad de las políticas macroeconómicas.

Como resultado de todo lo anterior, el margen de acción de los países subdesarrollados se ha reducido. Los planes de desarrollo son cada vez más condicionados por la inserción del país en el escenario internacional. Esta realidad compleja y contradictoria del proceso de Globalización, está en la base del proceso de integración  y  cooperación  internacional que  se  ha  desarrollado  hasta  el  momento, a partir del reconocimiento de dos tipos de fenómenos: -Un mundo globalizado que aplana y excluye a los no elegidos y a su vez la necesidad de tener bases propias de sustentación como las que están en el fundamento de los procesos integracionistas de la región en  cuestión.

LA  INTEGRACION INTERNACIONAL

En   éste  contexto   la  Integración  Económica  Internacional  se  concibe  como un  proceso  histórico  que  se  lleva  a  efecto consecuentemente  con el  desarrollo de las  fuerzas  productivas. Este  desarrollo, por  su propia  naturaleza, trae  consigo  un  fortalecimiento  del  carácter  social de  la  producción, que  al  chocar,  en  muchos  aspectos,  con  las  limitaciones  nacionales  de la  reproducción,  da lugar  a la internacionalización del  trabajo así  como  a la  especialización  y  cooperación entre  las   economías  nacionales.

En  este  proceso  la  revolución  científico-técnica  ha  desempeñado  un  papel  de  excepcional  importancia. En  efecto,  el  nivel  actual  de la  ciencia  y  la  técnica  crea  la  necesidad  de  ampliar  la  especialización y  cooperación  entre países ,  lo  que  a  su  vez  se  revierte  como  factor  decisivo  en  el  propio  desarrollo  de  las  fuerzas  productivas.
Esta  tendencia  al ahondamiento de  la  división  internacional  del  trabajo y  a  la  ampliación  y  profundización  de  la  especialización  y  cooperación  internacional tiene  su  expresión  máxima  en la  integración  económica  internacional.

Constituye  ésta,  en  la  actualidad  una  necesidad objetiva, tanto  de  los  países  capitalista   desarrollados  como  subdesarrollados,  aunque  obviamente   están  atados  por  la  línea  vertical  de  la  relación  de   dependencia   centro-periferia,  que  aunque  con   cambios,  adecuaciones,  matices  y  frustraciones ,  se  mantiene  en la  actualidad  como  base   del  sistema  internacional  de  relaciones  económicas.

Resulta  así  conveniente, antes de   adentrarnos  en  el  análisis  de  algunos  aspectos   claves  de la  integración  internacional, examinar de  manera  general  los  cimientos  sobre  los  que  se  desarrolla la  integración  en  las  condiciones  del  capitalismo  actual.

En  este  sentido  se puede  conceptuar  ,  sin  temor  a  equivocarnos ,  que  dicho proceso  se  realiza  mediante  la  agrupación  de  grandes  monopolios,  los cuales  al  rebasar  en  su  actividad  económica  los marcos nacionales,  se  unen  a la  búsqueda   de  mayores  mercados  y  ganancias. 

El  propio  desarrollo   de la internacionalización  de  la  actividad  de  los  monopolios  ,  al  agudizar las  contradicciones  entre  sus  intereses  expansionistas  y  los  limitados  intereses  de  los  gobiernos  nacionales,  crea  las  condiciones  propicias  para la intensificación  de  la interpenetración  de  los  monopolios  y  el  estado y posibilita asimismo el  desarrollo de  formas internacionales  de  regulación  estatal  monopolista  cuya  expresión  suprema  es la  integración  imperialista  mundial.

Ahora  bien,  la integración  internacional  es,  en su  sentido más general,  un problema primariamente  político. Así la  homogeneización de  los  intereses  políticos es un  prerrequisito básico  para la consolidación de  un  proceso  de  integración  internacional.

En  la  integración  imperialista  estos  objetivos   responden  a los  reaccionarios  propósitos  políticos  de  consolidación  de  posiciones  de  grupo  y  de países, en el contexto  del  sistema  capitalista  mundial. y  de  esta  manera  asegurar  una  mayor  participación en el  reparto  de las  esferas  de  influencia  económico-político  y  militar. 

Se  busca  ,  por  otra  parte  el  perfeccionamiento  y  consolidación y  extensión  del   poderío de  los  países   capitalistas   desarrollados,  en  su  lucha   incesante  contra  la  acción  emancipadora  de  los  pueblos  y  el  desarrollo   y perfeccionamiento   de  los  procesos  de  cooperación,  concertación  política e  integración  con  propósitos  económicos  y  sociales  que  siguen  nuevas  pautas   de fortalecer  las  economías  subdesarrolladas,  luchar  y  buscar  nuevos  mecanismos  que   en  este  complejo  contexto  internacional, de dependencia  económica,    permita  un  avance  tanto  en  el  plano  conceptual,  como  en  el  propio  ejercicio  de  la integración.

No   debemos   dejar  a un lado  el  hecho   de  que  para lograr  sus  objetivos  unificadores   las integraciones  capitalistas,  partiendo  de  los  conceptos  que  se  han  desarrollado  hasta  la  actualidad, crean  organismos  institucionales con  características  de  supranacionalidad. 

Ahora bien, el  supra nacionalismo, analizado en  el contexto  económico-social del  capitalismo contemporáneo queda  solo concebido como un  plan, un deseo. En  efecto,  en  el  plano  nacional no  existen  como  norma ,  contradicciones  entre  los  intereses  de las  clases dominantes  y los del  Estado: por  el contrario, éste  no  hace  más  que  representarlos  en  el  poder. Pero el  caso  es  diferente  en  el  marco  internacional  donde  las  aspiraciones  extra nacionales  de  los  grandes  monopolios  entran  en  conflicto con las  funciones  organizadoras y  reguladoras de  la actividad  económica de los  gobiernos  nacionales.

Esto  se  complementa lógicamente  con las contradicciones  que  surgen  entre  las   grandes  potencias capitalistas,  lo  cual  se  manifiesta, en el marco  de  las  integraciones  internacionales,  mediante   las  luchas  de  los  distintos  países  miembros  por  alcanzar  posiciones  hegemónicas o  ventajas particulares, con  relación  a  las tendencias   unificadoras  de la integración.

Estos  choques  de  intereses  y  tendencias  desintegradoras  intrínsecas , en  última  instancia , al  propios  carácter  contradictorio  de  la integración  capitalista. 

Resulta  necesario  resaltar en este  bosquejo  inicial,  las  firmes  bases proteccionista y  discriminatorias  sobre las  que  se  asientan las  políticas  comerciales,  agrícolas  y financieras  de  las  integraciones  de  los  países  desarrollados. Este  proteccionismo   afecta  principalmente a  los  subdesarrollados debido  a las  sustanciales  limitaciones  que  impone  a las  potencialidades  exportadoras de  ambos  grupos  de  países. 

Como   se apunta  por  la Lic.  Lourdes  Regueiro,  investigadora  del  Centro  de  Politica  Internacional (CIPI)  en  sus   estudios  de  la  economía  internacional  “En los debates sobre el tema de integración que se desarrollan en el ámbito latinoamericano es prácticamente ineludible que estos se inicien haciendo referencia al vacío de no contar con una definición consensuada de integración, que cubra lo que es común a las propuestas asociativas de la región que se auto identifican, o son identificadas bajo discursos diferentes como integración. Este es un problema no resuelto en el campo de las relaciones internacionales y de la llamada economía política internacional. 

Ciertamente   se  ha  señalado  por  los  estudiosos   de  este  proceso   que   la  Integración  Internacional   es  una  copia   del  proyecto   Europeo,  el  cual  constituyó  la  fase  final  de  un  largo  proceso  de  cooperación e  integración. Durante  siglos  diferentes  personajes  europeos propugnaron  la  unión  política  y  económica  de  Europa Occidental,  proceso   que  resulta  imposible  de pormenorizar  dado  el  limitado alcance  de  este  trabajo   

El  largo   proceso   de  integración  de  Europa   Occidental , que   hoy    integran  28 países,  de  los   seis  iníciales  que  en  1957  firmaron  el  famoso  Tratado  de  Roma,   ha  sido ,  a  nuestro  criterio,  un  proceso que   ha  cumplido   en  sentido   integral  sus  propósitos  iníciales   de unir   posiciones   y  fortalecer su  `proyección  político  económico  internacional,.  Hoy  en día  se  encuentra  en  una  etapa   de  grandes contradicciones, después  de  haber  transitado    por  la   famosas   Fases   de : Zona  de  comercio  Preferencial,   Zona  de  libre  Comercio;  Mercado  Común, Unión Económica  y  Unión  Política(Estas  dos  últimas en  pleno  proceso  critico  de  reestructuración  y limitación  en  sus   alcances  nacionales  y   supranacionales)  El elemento común a estas tres etapas ha sido el peso del eje comercial como incentivo de la integración, aunque a  partir  de  los  objetivos  de  crear  el  Mercado  Común  se  desarrollan  formas  integracionistas  superiores  que   rebasan  el  marco  comercial, como  es  conocido.

Su desarrollo y   dinámica fue asumido como TEORIA  DE  LA  INTEGRACIÓN.

En  realidad   los   proyectos  de  Integración  Internacional  que  se han  gestado y  se  desarrollan  en  los  países   subdesarrollados   de  América  Latina,  Caribe, África  y en  cierta  forma  Asia , son  una  copia  de  los  objetivos  integrales  ,especialmente   comerciales   del  proyecto  de  la  Unión Europea.

Los  proyectos   actuales   de  avanzada  social como  el  ALBA,  UNASUR, BRICS  etc., son  cuestionados  por  una  parte  importante   de  los  estudiosos  de la  materia.  No   se  ha  profundizado  al  respecto, ni  resulta   realmente conveniente  para  algunas  organizaciones  internacionales  especializadas  que  los   nuevos   proyectos  partan  de  diferentes   bases,  y persigan  objetivos  más  amplios  e integrales ,  en  los  cuales  el  factor   social,  tiene  una  importancia  sustancial  ,  sin  dejar  a  un lado   la  potencialidad  que  brinda  a un  proceso  integracionista, la  cercanía  geográfica  de los  países,  la  eliminación  de las  barreras  comerciales,  la  unión  financiera,  etc.  y  donde  los  propósitos centrales   desafían  como  se  plantea  los   intereses  de  los  países  dominantes  en  el contexto  mundial.

Ahora bien  cuando   se   analizan   profundamente  las  dimensiones   de  acción  de  estos  nuevos   proyectos  integracionistas  ,  especialmente  en  América  Latina ,  tales  como  el ALBA,  se  puede  concluir  que  el  proyecto  se  justifica   o  valida  totalmente  por  los  logros  sociales  y  políticos  que  han  obtenido. No  es  así  en  la  dimensión  económica   donde   los   rezagos  son  evidentes   y   tienen causas  muy   claras  ,  que   parten  de la  propia  esencia  del  proyecto;  basar  las  economías  en sistemas   capitalistas  de  propiedad   que  no  devotan  a los  objetivos   centrales  del  proyecto ALBA  y  que  por  el  contrario  actúan  como  posibles   detonadores  del  mismo ,  Estos  son, las principales  causas  del  retraso  de  los  resultados  en la  dimensión  económica  del  ALBA: El  poder  que  aun  detenta el imperialismo,  el mercado,  las  oligarquías y  la doctrina  neoliberal; el  asunto  de la  complementariedad  económica  aún  no ha  sido eficientemente;         desarrollado;el sector   privado  de  la  economía ,  con  alta  capacidad  de  acumulación  no   tributa  al ALBA; el  Sector  público  no  está  suficientemente  desarrollado; modelos  económicos   heterogéneos,   marcos  legales  diferentes; no  posibilidad  de  integración física; efectos   negativos  de la  crisis  económica mundial.

Ahora   bien   estos  procesos  como  ya  se  ha  planteado   están  sujetos   a  relacionamientos  de  dependencia  externa   a  los  que  hay  que  tomar  muy  en  cuenta  a la  hora   de  teorizar  o  generalizar  y  no   se  puede  obviar  la  importancia  de  los intereses  regionales,  la  necesidad  de incrementar  el  comercio,  la  inversión, la   movilidad  libre  de los  factores  de  producción  entre  los  miembros. Es  por ello  que  el  grupo  de  investigación  del  CIPI  utiliza  una  definición  que  nos  parece  acertada  para  un comienzo  en  el  proceso  de  análisis  y  perfeccionamiento.

La  Integración: construcción histórica basada en la voluntad política compartida de emprender procesos dirigidos a la creación de espacios económicos, políticos, sociales culturales y medioambientales que privilegian las sinergias regionales en relación con las existentes con otros países y regiones del mundo, aunque estos sean sus socios comerciales naturales. Como resultado de un proceso de integración debe producirse un incremento de las relaciones de interdependencia regional.

Con el proceso de globalización, las relaciones externas inciden de manera cada vez más determinantes en el diseño de las políticas internas. Las disciplinas internacionales tienden a abarcar ámbitos cada vez más amplios. En lo económico inciden en las políticas fiscales y monetarias, en los impuestos y subsidios, en las condiciones de competencia, las prácticas laborales y los planes de promoción del desarrollo. En otras áreas abarcan campos tan diversos como el ámbito de competencia del Estado, la propiedad intelectual, la administración de justicia, la participación de la mujer, la preservación de ambiente, la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción.

La participación cada vez más disminuida de los países subdesarrollados en los Foros en los cuales se diseñan y adoptan decisiones sobre las normas y políticas de aceptación internacional profundiza la significación de este problema.

Los  procesos   regionales  de  integración requieren ser considerados de manera explícita en un mundo donde interactúan actores con capacidad de acción global, agrupaciones regionales de Estados y actores transnacionales. La fluidez en las relaciones de poder y en la alineación de los actores, así como las exigencias del proceso de globalización han conducido a nuevas modalidades institucionales en las relaciones económicas internacionales y al fortalecimiento de ámbitos de acción no gubernamentales. Se plantea por tanto, el problema de ¿Cual es y será el papel de los  países  subdesarrollados   en ese escenario mundial y como podrían los países y sociedades de las regiones defender sus intereses en tal entorno?

En este sentido se destaca la importancia de innovar en la constitución de alianzas con los diferentes actores: Estados, Empresas, ONG etc., para participar en el proceso de creación y modificación de las estructuras institucionales para la negociación y adopción de decisiones.

En el  caso  de  América  Latina y Caribe  se cuenta hoy con diversas opciones reales de Integración, Cooperación e Inserción Externa. La profundización de la cooperación e  integración regional y la inserción externa por la vía de la vinculación de los espacios sub regionales.

Los  proyectos  que  se   desarrollan  en la  región, especialmente  el  ALBA, como se   analizara  previamente, han avanzado, con paso firme, en la práctica bilateral y regional. Resulta  necesario  la  búsqueda   de  un  perfeccionamiento  y ampliación  del  espectro  de  acción  económica del  proyecto,  en  el contexto  nacional e  internacional  que  se  desarrolla.

La   tarea  no  es  fácil ,  porque  la solución  definitiva   radica,  a  nuestro  entender  en  una   radicalización  de  los  mecanismos  de  propiedad y  distribución  de  las  riquezas, y  ello , como  dijéramos  anteriormente  esta  en relación  directa  con  la  dependencia  económica  externa  hacia  los  centros  de  poder  con  los  cuales  se  comercia prioritariamente  y  se  mantienen  lazos   financieros  de  alto  nivel.  

Sería  a su vez  necesario  un fuerte  golpe  o  salto  cualitativo en  el proceso  de  diversificación  productiva  en  busca  de  la  complementariedad  económica entre  los  países  miembros.

Hasta ahora, esto  no  se  ha  logrado, y  se  han  priorizado  los  mecanismos  de  cooperación  internacional.

Existe  sin  embargo  una   fuerte voluntad política de sus progenitores de ponerla en marcha  en beneficio del futuro. 

El ALBA   se ha extendido y materializado  con objetividad, a países de la subregión del Caribe Insular, en proyectos sectoriales de alcance prioritario con fines de desarrollo y crecimiento económico y social, tales  como PETROCARIBE, firmado en Junio de 2005, el cual abarca no solo aspectos de  ajustes de precios, sino también se encamina y avanza  su ejecución hacia el desarrollo económico y social de los pueblos. 

Hoy  en  día  el  ALBA  se ha  constituido  en  la  Alianza Bolivariana  para la  Américas,  después  de la  Cumbre  del  2009.  Existen  más  de  45  Proyectos  Mega nacionales, el  Banco del  Sur y las  propuestas   de  creación  del  SUCRE, (Sistema Unificado Compensatorio  Regional,  que  crea  una  moneda  de compensación  como  base  para  la  integración  monetaria  e  inicio  de  un  proceso  de  convergencia  macroeconómica  entre los  países  miembros.)  Ello  ,  como  se  analizó  previamente  ,  está  en  un  proceso  inicial   de  acción,   y  condicionado  a  la  dependencia  de  estos  países  de  su  estructura productiva y  comercial, con  los   países  desarrollados.

 Ahora  bien, es importante reconocer que aún no se ha alcanzado una adecuada cohesión de América Latina y el Caribe en su proyección externa. La región no opera en la escena internacional como una entidad ya que existen intereses diversos entre los países y subregiones. Estas diferencias se expresan en los varios procesos de negociación. Existe un escenario de negociaciones múltiples sin que se perciba aún con claridad para  todos, aquello que se puede ofrecer y lo que se desea obtener.

La agenda económica externa de América latina y el Caribe enfrenta un formidable desafío: compatibilizar la integración regional con los proyectos de alcance extra regional. En tal sentido, se presenta una situación paradójica: mientras los acuerdos de integración de alcance regional, se concentran en aspectos comerciales, las perspectivas de negociación con los  Acuerdos bilaterales  y  los  acuerdos previstos con la Unión Europea (EPAs) tienen objetivos mucho más abarcadores en su propia filosofía hegemónica neoliberal. Surge como un desafío central en la región volver a plantear, con dimensiones de mayor alcance, la integración latinoamericana y caribeña.

La región enfrenta simultáneamente varios frentes de negociación Estos ámbitos presentan interacciones múltiples. Cualquier beneficio o ventaja en uno de ellos tiene la potencialidad de extenderse a los otros ámbitos de negociación. En este contexto debe plantearse el problema de cómo negociar en varios frentes en forma simultánea e interrogarse sobre la compatibilidad de los diversos procesos. En tales circunstancias se evidencia la necesidad de asumir posturas de avanzada en el marco de las negociaciones comerciales de la OMC y la necesidad de adoptar una forma distinta de vinculación entre los países subdesarrollados y desarrollados.

Un diagnóstico adecuado de la situación internacional y una visión prospectiva sobre el papel que le correspondería jugar a América Latina y el Caribe resultan decisivos al respecto. Actualmente, existe una creciente incertidumbre sobre la evolución del escenario internacional, la cual ha sido exacerbada por la existencia de una crisis económica -- financiera de carácter sistémico.

A nivel mundial la crisis sistémica ha subrayado la importancia de introducir profundos cambios en el sistema financiero globalizado, que corrijan las actuales situaciones de escasa participación en las decisiones por parte de los países subdesarrollados  que incluyan una normativa general e incorporen las necesidades de estabilidad  y financiamiento al desarrollo. La necesidad de estos cambios se incrementa a partir de la radical separación producida entre la economía virtual y la productiva y ante la insuficiencia de los mecanismos de mercado para asegurar adecuadamente los recursos.

El carácter de las crisis financieras que se han sucedido, recuerdan que en la construcción de escenarios internacionales a partir de una  perspectiva regional se deben incorporar las cuestiones financieras. Las incertidumbres del presente han conducido a visualizar, desde una multiplicación de Acuerdos Parciales y de nuevos regímenes de regulación hasta un nueva Arquitectura Financiera Internacional. Esta situación se produce en un escenario definido en cuanto a la distribución del poder mundial. Los Estados Unidos de América, muy probablemente mantendrán durante  los próximos años el peso y el papel protagónico que tienen actualmente. De igual manera, es presumible que la Unión Europea, como resultado de la expansión y profundización de su proceso de integración se fortalezca más aún.

Japón mantendrá su rol como protagonista en la arena internacional y China ha pasado a asumir posiciones  de primera línea en la economía internacional. En este contexto los países subdesarrollados continuarán profundizando su situación de marginación.

Una situación  en la que se aúnan  las inestabilidades del poder político y económico-financiero en casi todos los países ha conducido a que se aceleren en los ámbitos más diversos negociaciones destinadas a establecer o consolidar marcos de referencia para el intercambio económico o dicho en otras palabras, para hacer frente a las oportunidades y riesgos de  la globalización.

En tales circunstancias, es necesario reforzar en la región el sentido de la urgencia ante las complejas negociaciones del presente o del futuro. Se puede prever una congestión en la capacidad de negociación de la región en los años venideros, lo que podría incidir en la adopción de compromisos sin una adecuada evaluación de sus efectos a largo plazo.

Resulta conveniente en consecuencia plantear la necesidad de una estrategia para las negociaciones de los países  subdesarrollados, evaluando los costos y beneficios de las relaciones Económicas Internacionales, con las partes negociadoras. Ahora bien para realizar estas evaluaciones y trazar las estrategias debe por supuesto tenerse en cuenta el panorama económico y social de los países de cada región. Esto obliga a abordar brevemente temas tan complejos como la génesis y desarrollo de la Crisis económica. Sobre  ella  se han escrito decena de miles de cuartillas: los llamados factores exógenos, los internos, la falta de voluntad política, integracionista y las políticas de ajuste que han estado presente en centenares de Diagnósticos. En Realidad la crisis es resultado de la combinación de factores históricos, externos e internos, que han deformado estructuralmente a los países, han convertido a las economías latinoamericanas en apéndices de los países desarrollados y sostenedores del status quo del Orden Económico Internacional. 

Un análisis detenido de la naturaleza o cimientos de dichas políticas permite comprender la absoluta insuficiencia de sus postulados para encarar la crisis del continente. En efecto, en ella se entrelazan las recetas para la solución de los factores limitantes externos e internos, tales como las conocidas propuestas a la solución del problema de la Deuda Externa, al estímulo del proceso exportador y desestimulo a las importaciones que por demás pueden poner en peligro hasta el propio proceso de reproducción simple del proceso económico, privatizaciones y estímulo descontrolado a la Inversión extranjera, la reducción del gasto público y afectación sensible a los salarios reales y el empleo. En fin, la combinación de acciones inmediatas que pueden llevar a paliativos coyunturales que dejan de la mano la reclamada respuesta integral a los desequilibrios estructurales macroeconómicos.

La solución al problema de la crisis va más allá de un alivio transitorio basado en políticas económicas de corte neoliberal que ha funcionado bajo consignas elementales pero con resultados apropiados a los intereses oligárquicos de los gobiernos y clases dominantes.

La hipótesis de la que se parte es la de la existencia de un estancamiento estructural cuya superación implica la recomposición del aparato productivo en su conjunto, dada la pretensión de insertar eficientemente   a la región en una economía global altamente competitiva a partir de una apertura comercial y financiera. En Síntesis, se trata de una crisis en la cual de una parte, los bajos niveles de productividad inhiben la generación de un excedente mayor y de otra parte, las formas de articulación con la economía mundial impiden su plena retención para usos internos que pudiesen mejorar la productividad.

Los hechos esbozados muestran que nos hallamos sumidos en la enorme complejidad  y que resulta difícil reconocer el hecho y enfrentarlo.

La reducción de opciones alternativas lleva a otra lógica de razonamiento. Aparentemente no hay soluciones con los términos conocidos del problema a resolver. Dicho de otra manera, la escala y complejidad del problema no permite una solución viable con el herramental conocido. La etapa crucial que vive el continente latinoamericano y  caribeño requiere de una ruptura del modo de pensar y actuar.

Se requiere trascender un enfoque de corto plazo, de alta sensibilidad a las coyunturas y ser capaz de superar las formas tradicionales de operar en el Sistema. Es imprescindible, como elemento de cohesión, de un programa de desarrollo a mediano y largo plazo, coherente, nacional y movilizativo, que incorpore en su acción a todas las fuerzas sociales. Resulta imprescindible diseñar alternativas de desarrollo global, sectorial ramal y empresarial  donde las fronteras nacionales no sean un elemento condicionante restrictivo y que ofrezcan soluciones pragmáticas y concertadas.

La  cooperacion e integracion Internacional constituyen como  derivacion, una necesidad incuestionable para los países subdesarrollados y por ende para elevar el nivel de vida de toda la población y comenzar a satisfacer las apremiantes necesidades sociales acumuladas
Ahora bien, estos procesos hay que verlos con una óptica de integralidad y objetividad  profunda y realista, lo que implica, a nuestro entender,  tener presente el criterio de que la solución real y definitiva para lograr resultados positivos en lo que respecta al crecimiento y desarrollo económico de los países y pueblos y de avanzar eficientemente desde el punto de vista económico y social,  deviene primariamente de la voluntad política interna para realizarlos y de la elaboración y puesta en marcha de estrategias y políticas económicas internas, que obviamente tengan en cuenta el contexto internacional en el cual se van a proyectar y desarrollar, pero que prioricen la consecución adecuada de aspectos tan importantes como los  procesos de acumulación, ahorro, desarrollo tecnológico, estructuras productivas para satisfacer las demandas nacionales y de comercio exterior, financieros, salarial y de precios, empleo, y otros. En fin, de políticas  macroeconómicas, que respondan a los intereses económicos y sociales nacionales y  que viabilicen y posibiliten el futuro  eficaz  de los  proyectos de cooperación e integración que se desarrollan y/o desarrollen en la región.

Esto es, los procesos y proyectos  de cooperación e integración regional que se encuentran en marcha están sujetos en su éxito pleno a una concepción y ejecución previa de acciones nacionales  que permitan la creación y uso adecuado del ahorro interno y externo, del desarrollo de las fuerzas productivas, la detención o control de la salida al exterior de los excedentes productivos y financieros creados por los países para que sean invertidos  y reinvertidos  en función de la solución de los acuciantes problemas económicos, sociales y financieros existentes. Solo así se podrá hablar de una proyección social de la política económica interna y de procesos de cooperación e integración internacional que coadyuven y permitan el logro de tales objetivos. Solo partiendo de estos principios se hace viable el reclamo internacional de los pueblos de establecer estrategias o  proyectos  de cooperación e integración que prioricen la problemática social incluyente de todo lo referente a aspectos tales como:  la    reducción de los niveles de pobreza, eliminación del analfabetismo, elevación de los niveles de educación, estrategias epidemiológicas y de salud primaria y especializada que permitan la reducción de los índices de morbilidad y mortalidad,  incorporación de la mujer en condiciones equitativas a los procesos productivos y sociales, cuidado del medio ambiente,  seguridad, empleo y otros.

Actualmente existe una comprensión más profunda  de que uno de los puntos más débiles que han tenido los esfuerzos unitarios en toda la región ha sido el no haber logrado el verdadero efecto social. 

Los sectores de educación y salud pública, toda la amplia gama que supone el desarrollo espiritual mas pleno del ser humano, reclama atención priorizada y privilegiada.
La integración   tiene  que poner en primer plano al ser humano. Solo así se logrará que todos y cada uno sientan como suyo, como algo esencial para si mismo y para su progreso y bienestar este  proceso.

La sociedad civil tiene que participar activamente en este esfuerzo de concertación, cooperación  e integración, que sea capaz de adaptarse a las condiciones surgidas en el planeta en los últimos años y enfrentar los principales desafíos que se levantan en el mundo de hoy, que es ya de por sí un reto colosal. Tratar de despojar de las insuficiencias y limitaciones que han experimentado los mecanismos integracionistas existentes y subsanar sus fallas supone sabiduría y audacia.

El análisis profundo y objetivo de la efectividad que han alcanzado en la actualidad las experiencias de estos procesos de acercamiento en la región, sus logros, limitaciones conceptuales, prácticas , su real posibilidad de continuidad o vigencia en el enfoque de su proyección, resulta el aspecto clave a definir en estos momentos trascendentales para nuestros países subdesarrollados El proceso  de integración  regional tiene que llegar a ser capaz de involucrar en su trabajo y gestión acciones más apropiadas al más amplio espectro de la sociedad civil. 

Las opciones no son fáciles pero deben ser exploradas, apoyar los procesos que se desarrollan actualmente sobre estas bases a fin de lograr su perfeccionamiento constante y ascendente. Debemos analizar y actuar en el marco de toda la complejidad del problema sin perder de vista la heterogeneidad de la región.  

,La integración hay que verla con una óptica de integralidad y en ese sentido reclaman cada vez más atención las formulas de cooperación e integración en sectores sociales que hasta hace poco se creía que nada, o casi nada, podían hacer en el marco de un esfuerzo integracionista. Hoy hay cada vez más comprensión de que uno de los puntos más débiles que han tenido los esfuerzos unitarios en toda la región ha sido el no haber logrado el verdadero efecto social. Siendo los aspectos socio-culturales menos conflictivos para lograr concertar posiciones y esfuerzos conjuntos, esta resulta un área donde es necesario avanzar en profundidad y contribuir así a rescatar y a afirmar la credibilidad en sus  objetivos centrales

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