viernes, 22 de julio de 2016

Echándole gasolina al fuego: el despliegue del sistema THAAD en la Península Coreana



MSc Enrique R. Martínez Díaz
CIPI

Recientemente fue anunciada la decisión por parte de las Fuerzas Armadas de EE.UU, de desplegar una batería del sistema de defensa antiaérea de gran alcance denominado THAAD[1] en la República de Corea (RC), como parte de un acuerdo entre ambos países (EE.UU. y la RC) para incrementar la seguridad de ambos ante las “amenazas”  que significan el desarrollo por parte de la República Popular Democrática de Corea de mísiles balísticos.

De acuerdo a las informaciones disponibles, los norteamericanos tienen desplegados baterías del sistema THAAD en su territorio continental, en Hawái y en las islas Guam (como se conoce, ambas islas ubicadas en el océano Pacífico). La primera batería de estos mísiles en la RC se desplegará en Seongju, en el centro del país, y a unos 290 kms (180 millas statute) al sur de Seul.

Es dudoso pensar que el despliegue de este sistema, por muy sofisticado y eficiente que sea, eliminará para las fuerzas militares norteamericanas y sus aliados surcoreanos el peligro que significa para ellos, de acuerdo a sus planteamientos, la posesión de sistemas balísticos más modernos o de mayor alcance por parte de la RPDC, máxime cuando es conocido que esa nación posee desde hace tiempo, e incluso ha exportado, mísiles balísticos de mucho menor alcance, como versiones del célebre mísil SCUD. 

Dadas las distancias existentes entre la RPDC y los principales objetivos político-militares en la RC, incluyendo las bases militares estadounidenses, esa argumentación es poco sostenible. Baste señalar que el 19 de Julio de este año 2016 se reportó el lanzamiento de prueba de tres misiles Scud, con un alcance de 600 kms,  por parte de la RDPC; un reporte de la agencia KNNews informaba que con ese alcance pueden ser golpeados objetivos en Seúl, la capital de la RC, y Busan, segunda ciudad  del país, situada en la costa sur de la península.

Pudiera considerarse que el despliegue de esa batería THAAD complementa las capacidades de los buques de la US NAVY con el sistema AEGIS desplegados en los mares cercanos a Japón, y que coadyuva a la defensa de ese país (y de las fuerzas militares norteamericanas allí ubicadas), de acuerdo a las informaciones brindadas por los mandos militares estadounidenses.

Como existe una ciencia llamada historia, que algunos políticos occidentales (incluido el actual presidente de los EE.UU.) llaman constantemente a olvidar (sobre todo cuando les conviene, o los deja mal parados), uno no puede dejar de recordar que en 1991 los muy celebrados por entonces mísiles antiaéreos Patriot, de fabricación norteamericana,  no pudieron evitar que varios misiles SCUD lanzados por las fuerzas de Saddam Hussein hicieran blanco en Israel (un reporte de un centro de investigaciones norteamericano consultado plantea que la efectividad de los Patriot osciló entre un 40 y un 50%; o sea, que la mitad de los mísiles SCUD lanzados por Irak no fueron interceptados). Para otros, esto puede significar que el despliegue del mucho más moderno sistema THAAD, que por cierto no ha sido aún verificado en acciones combativas, no es garantía de seguridad para los posibles blancos, como probablemente no lo sea ningún sistema de armamentos de país alguno.  Lo único seguro contra las armas es que estas no existan, o sea, el desarme y la paz.

Por su parte, tanto el gobierno de la República Popular China como el de la Federación de Rusia han manifestado su desacuerdo con el despliegue de dicho sistema en la península coreana, manifestando que esta acción violenta el equilibrio estratégico en el Este de Asia, y pretende adjudicar ventajas a EE.UU. y sus aliados respecto a esas naciones.

Estos estados argumentan que dicho sistema puede contribuir a contrarrestar un golpe de respuesta por parte de sus países si son atacados en un primer golpe por parte de los norteamericanos; este argumento es el mismo que esgrimen los rusos respecto al despliegue en Europa del sistema de defensa contra mísiles norteamericano; es conocido que en círculos militares estadounidenses, desde la lejana década del 50 del pasado  siglo, es muy popular la teoría del “primer golpe”, o algo así como los llamados “golpes preventivos” o “anticipados” (preemptly) del anterior presidente norteamericano George W. Bush.

Por su parte, el gobierno de la RPDC, como es usual, ha respondido amenazando con aplicar “medidas físicas” contra el mentado despliegue, considerando esta acción como una amenaza directa contra su país y planteando su decisión de interrumpir el hasta hoy único canal de comunicación entre su gobierno y el de los EE.UU.

Los hechos demuestran que a pesar de que el despliegue del sistema THAAD se ha venido negociando desde hace más de dos años, tanto los norteamericanos como sus aliados surcoreanos, al parecer, han desestimado las consecuencias negativas que tal acción puede acarrear para la paz y la estabilidad en el Este de Asia.

Ante todo, la solución del añejo conflicto de la Península coreana ha sido repetidamente torpedeado por las sucesivas administraciones norteamericanas desde 1953, por diferentes motivos, aunque el principal de todos, en nuestro criterio, sigue siendo el que los imperialistas anidados a orillas del Potomac saben que una pacificación de esa región haría innecesaria su presencia militar en la misma, lo cual es contrario a sus intereses en el Este de Asia. No es ocioso recordar que el actual inquilino de la Casa Blanca ha sido el impulsor del llamado Rebalance hacia el Pacífico; por lo tanto, mantener e incrementar sus fuerzas en la RC coadyuva a dicho propósito.

Uno de los principales interesados en solucionar el conflicto en dicha área es el gobierno de Beijing, dado el claro hecho de que esa zona de conflicto está a sus puertas, tanto terrestres como marítimas. Por años el gobierno chino se esforzó en el desarrollo de las llamadas “conversaciones a seis bandas”, y aún sigue llamando a resolver este conflicto de forma negociada.

Como se conoce, la RPDC está sometida a un régimen especialmente fuerte de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que indudablemente ha afectado la situación de esa nación de 25 millones de habitantes.

El gobierno de Pyongyang es conocido por su política de priorizar la defensa, justificable si se tiene en cuenta la cruenta guerra de 1950-1953 y la sostenida hostilidad norteamericana y de sus aliados en la región, que realizan constantes maniobras y ejercicios militares de todo tipo. La no consecución de un tratado de paz, y la vigencia, contra toda lógica, de un “Armisticio” que pronto cumplirá 63 años, no hace pensar que los gobernantes de la RPDC puedan confiar en sus declarados enemigos.

Es muy curioso que naciones que gastan más dinero en armamentos que el producto interno bruto de la RPDC  acusen a esta nación por desarrollar armas para su defensa. Todos estamos de acuerdo en la necesidad de que no proliferen las armas de destrucción masiva, y en el desarme, pero debemos desarmarnos todos, no pedir que se desarmen solamente los demás. En el caso de EE.UU., el gasto militar de esa nación es prácticamente equivalente  a lo que gastan todos los restantes países del mundo, y aun así,  no se cansan sus dirigentes políticos de levantar fantasmas por todas partes.

Cualquiera pudiera comprender que una nación pequeña, bloqueada y con grandes dificultades económicas no tendría que parecer una amenaza significativa para una superpotencia como EE.UU.; y es lógico considerar que ningún país pequeño atacaría primero a esa nación, pues la respuesta  que pudiera recibir sería demoledora.

Entonces queda la opción lógica: los países pequeños, que se consideran amenazados, buscan tener armas que les permitan RESPONDER a un ataque norteamericano, y principalmente DISUADIR  a los gobernantes de EE.UU. de atacarlos. Esta lógica parte del conocimiento de que el país que ha desatado más guerras en el siglo XX, y lo que va del XXI es precisamente  EE.UU.

Solo mediante negociaciones claras, sin búsqueda de imposiciones,  encaminadas a lograr la seguridad de los estados, es posible lograr que se eliminen los programas de desarrollo de armamentos en todos  los países del mundo. Todos los gobiernos del mundo deben comprometerse con la Paz.

¡Un Mundo Mejor es Posible!

Nota:

[1] THAAD son las siglas de Terminal High Altitude Area Defense,  o sea, Terminal de Defensa Antiaérea de Área De Gran Altitud

Bibliografía:

Lewis George N; Fetter, Steve; Gronlund, Lisbeth; DACS Working Paper     March 1993       CASUALTIES AND DAMAGE FROM SCUD ATTACKSIN THE 1991 GULF WARMIT Center for International Studies. Massachusetts, 1993
(web.mit.edu/ssp/publications/working_papers/wp93-2.pdf )

NKNews.Org. North Korea launches three SCUD-variant missiles. 19 Julio 2016
https://www.nknews.org/2016/07/north-korea-launches-three-short-range-missiles-media/



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