viernes, 1 de julio de 2016

Los tuareg en Mali: entre el diálogo y la confrontación


MSc. Yoslán Silverio González (1).

Centro de Investigaciones de Política Internacional



La intervención franco-africana en Mali a inicios de 2013 para luchar contra la avanzada de los grupos terroristas, el posterior despliegue de las tropas de la ONU, de las misiones de la Unión Europea y de la nueva operación militar de Francia – Barkhane – no han garantizado la seguridad en este país del África occidental. A pesar del restablecimiento del orden constitucional en Bamako, tras la elección presidencial de Ibrahim Boubacar Keita (IBK) y la presencia militar extranjera, el proceso de transición política en el país ha experimentado varios problemas: se mantuvieron las contradicciones interétnicas en el norte del país, las dificultades para avanzar en el proceso de negociación con las diferentes organizaciones tuareg, una mayor polarización y fragmentación de los grupos armados con diferentes tendencias y las esporádicas pero reales y amenazantes acciones de células terroristas, incluso en zonas del país no afectadas antes. En este adverso contexto, las reivindicaciones de los tuareg nacionalistas quedaban en segundo plano, marginadas por las improntas del terrorismo y los delitos conexos.
Tras la retirada de parte de los efectivos francés – desplegados solo para enfrentar a los grupos terroristas – los grupos armados tuareg mantenían el control militar de importantes regiones del norte, haciéndole la guerra a las débiles fuerzas armadas malienses. Este sería un tema de seguridad primordial para el nuevo gobierno obligado a impulsar nuevas negociaciones para lograr una reconciliación con los tuareg, que controlaban parte de la región de Kidal (2), así como desarmar a todos los actores no estatales en el norte y restaurar la autoridad gubernamental sobre esta parte del país.
El proceso de negociación con los rebeldes tuaregs fue complicado. En septiembre de 2013, después de que Keita prestara juramento como presidente, estos se enfrentaron con las fuerzas malienses rompiendo el Acuerdo de paz de Ouagadougou del 18 de junio de 2013, alegando que el gobierno no había liberado a los presos.
Mientras se reorganizaba el aparato del Estado y se asignaban los principales cargos entre los partidos políticos de mayor peso, la guerra en el norte se mantenía, ahora bajo el mando de las diferentes organizaciones tuareg y árabes del Azawad. Las relaciones intercomunitarias pasaban por momentos de tensión, un por ejemplo de ello eran las contradicciones entre los árabes berabiches y los tuareg. El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) acusaba al Movimiento Árabe de Azawad (Mouvement Arabe de l’Azawad, MAA) de ser una “extensión” del grupo Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO) y aumentaban las diferencias en cuanto a los objetivos de cada grupo: los del MNLA se centraban en la autonomía de su territorio mientras los del MAA permanecían enfocados en reivindicaciones económicas. Otro de los grupos presentes era el Alto Consejo de la Unidad de Azawad (Le Haut Conseil pour l’Unité de l’Azawad, HCUA o ACUA), organización compuesta por tuaregs de los Ifoghas que habían abandonado Ansar al Din luego de la intervención militar de 2013.
Un nuevo proceso negociador se inició con la mediación de Burkina Faso en mayo de 2014, pero sin resultados concretos porque los enfrentamientos continuaban. Las fuerzas militares de Francia y de la ONU no pudieron estabilizar los centros urbanos del norte ni evitar el retorno de los grupos armados. Entre los días 17 y 21 de ese propio mes se reportaron los mayores combates entre los tuareg y el ejército en torno a la región de Kidal. La derrota de la ofensiva del ejército y la incapacidad de tomar la ciudad provocaron la renuncia del Ministro de Defensa, Soumeylou Boubeye Maiga.
El nuevo Ministro maliense de defensa, Bah N'Daw y su homólogo francés Jean-Yves Le Drian firmaron un acuerdo de cooperación militar destinado a reforzar la lucha contra los grupos terroristas que seguían realizando incursiones en el norte del país. El acuerdo entró en vigor luego del anuncio por Paris del fin de la Operación Serval que fue remplazada por la Operación Barkhane de lucha permanente contra el terrorismo en los países de la zona saheliana (3). Los pocos niveles de seguridad que se lograron en el norte, fueron garantizados solo por la presencia de las tropas extranjeras, las cuales no se han retirado y en el caso de las franceses su “salida” de Mali no fue más que una estrategia de reposicionamiento en el Sahel.
Un nuevo proceso de diálogo político para buscar una solución definitiva a la crisis se inició en junio de 2014 en Argelia, país que había sido el histórico mediador de los conflictos de los tuareg. Todos los esfuerzos regionales se concentraron en aras de llegar a un verdadero acuerdo de paz. En esta etapa de las negociaciones los reclamos de independencia por parte de los tuareg fueron nominalmente abandonados, pero se remplazaron por demandas de alguna forma de autonomía u otro tipo de estatus para la zona del Azawad.
Entre las organizaciones presentes en Argel se encontraban el MNLA, el HCUA, dos facciones del MAA, la Coordinación por el Pueblo de Azawad (Coalition du Peuple de l’Azawad, CPA) y las milicias songhai de “autodefensa” agrupadas en la Coordinación de Movimientos y Frente Patriótico de Resistencia (Coordination des Mouvements et Front Patriotique de Résistance, CM-FPR). La delegación del gobierno maliense llegó a Argel encabezada por el Ministro de Exteriores, Abdoulaye Diop y los grupos rebeldes formaron una única delegación de 30 personas presidida por el Secretario General del HCUA, Alghabass Ag Intalla (4). Estarían excluidos de las negociaciones los grupos terroristas afiliados a AQMI (5) como Ansar al Din.
Luego de la derrota del ejército en el norte en mayo de 2014 y su incapacidad demostrada para controlar estos territorios se fortaleció la idea de apoyar a milicias de carácter étnico en contra de los rebeldes tuareg. Es en este contexto que surgió en agosto de 2014 el Grupo de Autodefensa Tuareg Imghad y Aliados (Groupe Autodéfense Touareg Imghad et Alliés, GATIA), una nueva organización contraria a la nominal alianza creada en el contexto de las negociaciones entre los movimientos del MNLA, HCUA y MAA. El GATIA comenzó a operar en conjunto con el CM-FPR, la milicia de los songhai y con una facción progubernamental del MAA, realizando acciones militares exitosas contra la coalición rebelde del HCUA, el MNLA y la facción del MAA contraria al gobierno, en la región de Anéfis en julio de 2014. Luego en octubre de 2014 se produjo una nueva derrota por parte del MNLA cuando el GATIA los expulsó de su base en el poblado de Tillit en la región de Gao.
El GATIA estaba dirigida por el único general tuareg miembro del ejército maliense, Hajj Ag Gamou, por lo que se insertaba dentro de la órbita de los grupos progubernamentales. Sus integrantes estaban conformados por individuos de las comunidades tuareg y árabes que no tenían interés en las demandas separatistas, de autonomía o federalismo, convirtiéndose en un obstáculo real para el resto de las organizaciones que planteaban dichas demandas. Su surgimiento también estuvo dado por otra dimensión menos visible del conflicto relacionada con las luchas interclánicas: las históricas contradicciones entre los clanes de los Ifoghas que constituyen la nobleza tuareg y los clanes de los vasallos representados por los Imghad (6). Esto es un ejemplo de cuánto se quebraron las estructuras tradicionales de la jerarquizada sociedad tuareg, luego de la aplicación de los principios “democráticos” introducidos en estas regiones en las últimas décadas (7).
A pesar de que el GATIA acusaba al MNLA de estar involucrado en el tráfico de drogas han sido pocos los grupos armados en el norte de Mali que no se hubiesen beneficiado en algún momento de los ingresos procedentes de estas actividades delictivas. Su plataforma intentó presentar la idea de que las otras organizaciones no eran representativas de todas las comunidades que habitaban la zona del Azawad, tratando de deslegitimarlas. Todo ello complicó aún más el panorama de cara a las conversaciones de paz iniciadas en Argelia desde junio de 2014 (8), en las cuales estuvo excluido el GATIA por ser considerado una amenaza para las demandas tradicionales del resto de los grupos.
Las negociaciones se extendieron por espacio de casi nueve meses hasta que en marzo de 2015 se adoptara un documento preliminar. Para esta fecha las alianzas políticas entre los actores se habían modificado. Por una parte se encontraba la coalición antigubernamental llamada Coordinadora de Movimientos del Azawad (Coordination des Mouvements de l’Azawad, CMA) integrada por el MNLA de Bilal Ag Cherif, el MAA-CMA dirigido por Sidi Brahim Ould Sidatt y el HCUA encabezado por Alghabass Ag Intalla y por la otra, la alianza pro Bamako denominada la “Plataforma” y que estaba conformada por el CM-FPR, una escisión del MAA y la CPA, a los cuales se unió luego el GATIA. En esta oportunidad el documento final no fue aceptado por el MNLA debido a su exigencia de que se incluyera el reconocimiento del Azawad no sólo como una unidad cultural y que se estableciera una administración regional en el norte del país.
Debido a las presiones internacionales se obligó a la Coordinadora a que aceptara la ratificación del Acuerdo consensuado en mayo de 2015 en Bamako. Aun así, las principales reticencias siguieron girando en torno al tema de la administración. Esto se debió a que el documento no recogía nada relacionado con el establecimiento de un sistema autonómico o federal, que serían las principales demandas de la mayoría de los tuareg luego de haber renunciado al principio de la “independencia” de las regiones del norte (9).
Finalmente, el 15 de mayo de 2015 se firmó en el Centro Internacional de Congresos de Bamako el Acuerdo de Paz y Reconciliación (Accord pour la Paix et la Réconciliation au Mali) entre el gobierno y los movimientos rebeldes. Entre los principales aspectos del Acuerdo se planteaba el respeto absoluto a la unidad nacional, la integridad territorial y a una república laica, y tan solo reconocía que el Azawad era una realidad cultural en las regiones septentrionales no haciendo alusión a una posible administración federal del Estado y mucho menos a una posible secesión del territorio del Azawad. En lo que respecta al gobierno central, este se comprometía a incrementar el desarrollo de la región, a luchar contra la corrupción y el crimen transnacional. Todo ello en sintonía con una agenda de reconstrucción nacional bajo supervisión internacional (10).
Esto no ha significado el fin de las contradicciones puesto que la Coordinadora siguió propugnando por el establecimiento de un sistema federal en Malí, por la tanto las tensiones no disminuyeron. De todas maneras se han realizado progresos en la implementación del Acuerdo de Paz sobre todo después de una nueva ronda de conversaciones bilaterales sostenidas en Anéfis en la región de Kidal del 27 de septiembre al 14 de octubre de 2015 entre los grupos del CMA y de la Plataforma. En esta oportunidad se ratificó el cese de las hostilidades intracomunitarias e intercomunitarias, el intercambio de prisioneros, el establecimiento de administraciones locales interinas y la libre circulación de las personas y los bienes.
A pesar de los cambios en los ministerios anunciados por el presidente Keita el 24 de septiembre de 2015 donde se amplió el número de ministros de 29 a 31 y donde se incluyeron dos titulares procedentes de las regiones del norte, los grupos de la CMA y la Plataforma todavía planteaban sus quejas sobre el retraso por parte del gobierno para el establecimiento de las administraciones locales en las regiones del conflicto, demandaban aún una mayor integración de los ciudadanos del norte en las instituciones públicas y del Estado, así como un mejor despliegue de la asistencia humanitaria (11).
De acuerdo a dos informes del Enviado especial de la ONU para Mali la situación en ese país durante el 2015 (12) se puede resumir de la siguiente manera: 
Ø  Persistieron las tensiones en el norte.
Ø  A pesar de la firma del acuerdo de paz la seguridad siguió siendo muy inestable.
Ø  Todavía se producían ataques de los grupos de carácter terrorista contra las fuerzas de defensa de Malí y la MINUSMA, propagándose a regiones del centro, el occidente y el sur a lo largo de las fronteras con Burkina Faso, Costa de Marfil y Mauritania.
Ø  Mientras tanto, las violaciones del alto al fuego por parte de los grupos armados del CMA y la Plataforma prácticamente se eliminaron en el último trimestre del año.
Ø  Por su parte los grupos Ganda Izo y Ganda Koy, que fueron excluidos del proceso de negociación intentaron organizar sus propias reuniones intercomunitarias entre los bella, los fulani y los songhai, y se mantenían reacios a deponer las armas.
Ø  Los grupos armados vinculados con la CMA y la Plataforma siguieron reposicionándose sobre el terreno. Por ejemplo la MINUSMA observó en la región de Tombuctú que la CMA se había extendido cerca de la frontera con Mauritania y que había establecido cuatro posiciones nuevas.
Ø  En junio de 2015, Ansar al Din atacó el campamento de la Gendarmería y la Guardia Nacional en Nara, 30 km al sur de la frontera con Mauritania, en la región de Koulikoro y el de Fakola, en la región de Sikasso, a 20 km de la frontera con Costa de Marfil, demostrando que todavía seguía activo en el país.
Ø  Siguieron reconfigurándose las alianzas entre los grupos armados, incluidos los que empleaban tácticas terroristas. En el período surgió un nuevo grupo terrorista vinculado a Ansar al Din: el Front de Libération du Macina. Este grupo se atribuyó el atentado realizado contra el Radisson Blu Hotel en Bamako el 20 de noviembre de 2015 (13).
Ø  Las enfrentamientos intercomunitarios no han desaparecido, a pesar de que han disminuido entre comunidades tuareg (daoussak e Imghad) y árabes, han persistido por ejemplo entre tuareg daoussak y los fulani en la región de Gao.
Ø  Las acciones militares de la MINUSMA no ha podido garantizar la seguridad y la protección de los civiles. A pesar de ello han desarrollado múltiples reuniones intercomunales dirigidas a “fomentar” la cohesión social y la reconciliación.
Ø  La situación con los desplazados internos ha mejorado. La cifra disminuyó de 102.757 en mayo de 2015 a 78.183 en julio. Mientras tanto, alrededor de 137.789 refugiados malienses permanecían todavía en países vecinos.
Ø  Se mantienen los problemas socioeconómicos y altas tasas de desempleo juvenil – en la población de menos de 35 años alcanza el 60%. Esto sigue siendo un factor para el reclutamiento por parte de los grupos armados de diversas tendencias políticas.
A modo de conclusión se puede plantear que la crisis generada en Mali fue un resultado claro de la ramificación del conflicto de Libia en 2011 hacia el Sahara y de la inestabilidad generalizada que esta guerra provocó entre el 2012 y el 2013, aunque no se pueden obviar las condiciones objetivas internas ya explicadas. El conflicto creado en Libia significó una ventaja para AQMI en dos sentidos: primero por el acceso al armamento y en segundo lugar porque el resquebrajamiento del sistema de seguridad de Gadafi permitió que ampliaran sus operaciones hacia este país, sobre todo como escondite seguro.
Finalmente, en el conflicto maliense se entrelazaron varios elementos: una insurgencia nacionalista de carácter étnico y secesionista mezclada con actores islamistas cuyo accionar tuvo como respuesta la ejecución por parte de los militares de un golpe de Estado en la capital y luego una intervención militar internacional. Se mantuvo en todo momento una postura política tanto de las instituciones regionales africanas, como de la ONU y la UE, de condenar la partición del país y en favor de la unidad territorial. La ocupación militar de Malí por parte de las fuerzas francesas y soldados africanos fue sustituida por una Misión de Mantenimiento de la Paz de la ONU como segundo paso. Existió una paulatina recuperación de la constitucionalidad en el país, mediante la conclusión del período de transición política con el desarrollo de las elecciones presidenciales y el logro de la débil institucionalidad civil, pero la estabilización interna ha resultado ser difícil debido a las escasas pero mantenidas incursiones de grupos terroristas.
El movimiento tuareg en este contexto, no ha alcanzado ninguna reivindicación concreta y se ha mantenido la distensión con el gobierno central. La situación de guerra en el norte de Malí se ha mantenido pero en el plano de pequeños y esporádicos enfrentamientos entre insurgentes tuareg y otras milicias, así como los producidos por parte de células terroristas que permanecen activas al interior de las aisladas localidades y los componentes militares de la MINUSMA. El conflicto se ha transformado en una guerra sin frentes definidos, constituyendo esto uno de los retos en materia de seguridad al que se enfrenta al gobierno de Bamako. El conflicto ha alcanzado una dimensión interétnica, que tiene en cuenta las históricas desavenencias entre las distintas comunidades tuareg y árabes en el norte y, entre estas y las etnias del sur.
La desestabilización del Sahel en estos años fue un resultado del caos generalizado en Libia, país que siguió estando en la anarquía luego de la retirada del grueso de las tropas de la OTAN. Esta situación ha propiciado el asentamiento en este país de otros grupos terroristas como la organización del autodenominado Estado Islámico y durante el 2015 ya se estaba planteando la posibilidad de una nueva intervención militar de occidente en dicho país. Un segundo capítulo en Libia volvería a provocar la explosión del polvorín del Sahel y la destrucción de lo que se ha logrado avanzar en Mali y en Níger.  
 
Notas y referencias

2)    Paula Ballesteros. Malí sella la reconciliación nacional. 16 de agosto de 2013.            Disponible en: http://www.hoy.es/v/20130816/internacional/mali-sella-reconciliacion-nacional-20130816.html

3)    La France et le Mali signent un accord de coopération militaire. 17 de julio de 2014. Disponible en: http://www.slateafrique.com/497341/la-france-et-le-mali-signent-un-accord-de-cooperation-militaire

4)    Comienzan conversaciones en Argel para resolver el conflicto en el norte de Malí.  16 de julio de 2014. Disponible en:  http://www.mundonegro.com/mnd/16-07-2014/comienzan-conversaciones-conflicto-norte-mali

5)    Mali: gouvernement et groupes négocient. 16 de julio de 2014. Disponible en: http://www.slateafrique.com/497065/mali-gouvernement-et-groupes-negocient-%3F-alger

6)    Cuando los grupos islamistas conservadores y terrorista ocuparon el norte de Mali una parte de los nobles de los Ifoghas apoyó al movimiento de Iyad ag Ghali (Ansar al Din) mientras que la milicia de los tuareg del clan de los Imghad comandada por Hajj Ag Gamou se alineó con el gobierno.

7)    Andrew McGregor. GATIA: A Profile of Northern Mali’s Pro-Government Tuareg and Arab Militia. Terrorism Monitor Volume: 13 Issue: 7, 3 de abril de 2015. Disponible en: http://www.jamestown.org/programs/tm/single/?7&no_cache=1#.VTZGd6Iuwb4

8)    Assane Koné. Nord du Mali: Un nouveau groupe armé est né. 14 de agosto de 2014. Disponible en: http://www.malijet.com/actualte_dans_les_regions_du_mali/rebellion_nord_du_mali_un_nouveau_groupe.html

9) Jesús Díez Alcalde. Desafío en Mali: acordar una paz definitiva y reforzar la seguridad (EUTM Mali). Instituto Español de Estudios Estratégicos, Documento de Análisis 29/2015, 20 de mayo de 2015, p.5. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2015/DIEEEA29-2015_Desafio_en_Mali_JDA.pdf

10) Jesús Díez Alcalde. Ob.cit., p.7.

11) United Nations. Report of the Secretary-General on the situation in Mali. Security Council, S/2015/1030, 24 de diciembre de 2015, p. 3. Disponible en: http://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/N1543528.pdf

12) Naciones Unidas. Informe del Secretario General sobre la situación en Malí. Consejo de Seguridad, S/2015/732, 22 de septiembre de 2015, p.5-13. Disponible en:
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/BDL/2016/10327.pdfview=1 y United Nations. Report of the Secretary-General on the situation in Mali. Security Council. Ob, cit., 24 de diciembre de 2015.

13) Mali Hotel Attack Claimed by Fighters Linked to Mokhtar Belmokhtar. Agence France-Presse, 11 de agosto de 2015. Disponible en: http://www.ndtv.com/world-news/mali-hotel-attack-claimed-by-fighters-linked-to-mokhtar-belmokhtar-1206135






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