MSc. Yoslán Silverio González (1).
Centro de Investigaciones de Política
Internacional
La intervención franco-africana en Mali a inicios de
2013 para luchar contra la avanzada de los grupos terroristas, el posterior
despliegue de las tropas de la ONU, de las misiones de la Unión Europea y de la
nueva operación militar de Francia – Barkhane – no han garantizado la seguridad
en este país del África occidental. A pesar del restablecimiento del orden constitucional
en Bamako, tras la elección presidencial de Ibrahim Boubacar Keita (IBK) y la
presencia militar extranjera, el proceso de transición política en el país ha
experimentado varios problemas: se mantuvieron las contradicciones interétnicas
en el norte del país, las dificultades para avanzar en el proceso de
negociación con las diferentes organizaciones tuareg, una mayor polarización y
fragmentación de los grupos armados con diferentes tendencias y las esporádicas
pero reales y amenazantes acciones de células terroristas, incluso en zonas del
país no afectadas antes. En este adverso contexto, las reivindicaciones de los
tuareg nacionalistas quedaban en segundo plano, marginadas por las improntas
del terrorismo y los delitos conexos.
Tras la retirada de parte de los efectivos francés –
desplegados solo para enfrentar a los grupos terroristas – los grupos armados
tuareg mantenían el control militar de importantes regiones del norte,
haciéndole la guerra a las débiles fuerzas armadas malienses. Este sería un
tema de seguridad primordial para el nuevo gobierno obligado a impulsar nuevas
negociaciones para lograr una reconciliación con los tuareg, que controlaban
parte de la región de Kidal (2), así como desarmar a todos los actores no
estatales en el norte y restaurar la autoridad gubernamental sobre esta parte
del país.
El proceso de negociación con los rebeldes tuaregs fue
complicado. En septiembre de 2013,
después de que Keita prestara juramento como presidente, estos se enfrentaron
con las fuerzas malienses rompiendo el Acuerdo de paz de Ouagadougou del 18 de
junio de 2013, alegando que el gobierno no había liberado a los presos.
Mientras
se reorganizaba el aparato del Estado y se asignaban los principales cargos
entre los partidos políticos de mayor peso, la guerra en el norte se mantenía,
ahora bajo el mando de las diferentes organizaciones tuareg y árabes del
Azawad. Las relaciones intercomunitarias pasaban por momentos de tensión, un
por ejemplo de ello eran las contradicciones entre los árabes berabiches y los
tuareg. El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) acusaba al
Movimiento Árabe de Azawad (Mouvement Arabe de l’Azawad, MAA)
de ser una “extensión” del grupo Movimiento por la Unicidad y la Yihad en
África Occidental (MUYAO) y aumentaban las diferencias en cuanto a los
objetivos de cada grupo: los del MNLA se centraban en la autonomía de su
territorio mientras los del MAA permanecían enfocados en reivindicaciones
económicas. Otro de los grupos presentes era el Alto Consejo de la Unidad de
Azawad (Le
Haut Conseil pour l’Unité de l’Azawad, HCUA o ACUA),
organización compuesta por tuaregs de los Ifoghas que
habían abandonado Ansar al Din luego de la intervención militar de 2013.
Un nuevo proceso negociador
se inició con la mediación de Burkina Faso en mayo de 2014, pero sin resultados
concretos porque los enfrentamientos continuaban. Las fuerzas militares de
Francia y de la ONU no pudieron estabilizar los centros urbanos del norte ni
evitar el retorno de los grupos armados. Entre los días 17 y 21 de ese propio
mes se reportaron los mayores combates entre los tuareg y el ejército en torno
a la región de Kidal. La derrota de la ofensiva del ejército y la incapacidad
de tomar la ciudad provocaron la renuncia del Ministro de Defensa, Soumeylou
Boubeye Maiga.
El nuevo Ministro maliense
de defensa, Bah N'Daw y su homólogo francés Jean-Yves Le Drian firmaron un
acuerdo de cooperación militar destinado a reforzar la lucha contra los grupos
terroristas que seguían realizando incursiones en el norte del país. El acuerdo
entró en vigor luego del anuncio por Paris del fin de la Operación Serval que
fue remplazada por la Operación Barkhane de lucha permanente contra el
terrorismo en los países de la zona saheliana (3). Los pocos
niveles de seguridad que se lograron en el norte, fueron garantizados solo por
la presencia de las tropas extranjeras, las cuales no se han retirado y en el
caso de las franceses su “salida” de Mali no fue más que una estrategia de
reposicionamiento en el Sahel.
Un nuevo proceso de diálogo
político para buscar una solución definitiva a la crisis se inició en junio de
2014 en Argelia, país que había sido el histórico mediador de los conflictos de
los tuareg. Todos los esfuerzos regionales se concentraron en aras de llegar a
un verdadero acuerdo de paz. En esta etapa de las negociaciones los reclamos de
independencia por parte de los tuareg fueron nominalmente abandonados, pero se
remplazaron por demandas de alguna forma de autonomía u otro tipo de estatus
para la zona del Azawad.
Entre las organizaciones
presentes en Argel se encontraban el MNLA, el HCUA, dos
facciones del MAA, la Coordinación por el Pueblo de Azawad (Coalition du Peuple
de l’Azawad, CPA) y las milicias songhai
de “autodefensa” agrupadas en la Coordinación de Movimientos y Frente
Patriótico de Resistencia (Coordination des Mouvements et Front Patriotique de
Résistance, CM-FPR).
La
delegación del gobierno maliense llegó a Argel encabezada por el Ministro de
Exteriores, Abdoulaye Diop y los grupos rebeldes formaron una única delegación de 30 personas presidida por el Secretario General del HCUA, Alghabass Ag Intalla (4). Estarían
excluidos de las negociaciones los grupos terroristas afiliados a AQMI (5) como
Ansar al Din.
Luego de la derrota del
ejército en el norte en mayo de 2014 y su incapacidad demostrada para controlar
estos territorios se fortaleció la idea de apoyar a milicias de carácter étnico
en contra de los rebeldes tuareg. Es en este contexto que surgió en agosto de
2014 el Grupo de Autodefensa Tuareg Imghad y Aliados (Groupe Autodéfense
Touareg Imghad et Alliés, GATIA),
una nueva organización contraria a la nominal alianza creada en el contexto de
las negociaciones entre los movimientos del MNLA, HCUA y MAA. El GATIA comenzó
a operar en conjunto con el CM-FPR, la milicia de los songhai y con una facción
progubernamental del MAA, realizando acciones militares exitosas contra la
coalición rebelde del HCUA, el MNLA y la facción del MAA contraria al gobierno,
en la región de Anéfis en julio de 2014. Luego en octubre de 2014 se produjo
una nueva derrota por parte del MNLA cuando el GATIA los expulsó de su base en
el poblado de Tillit en la región de Gao.
El GATIA estaba dirigida por
el único general tuareg miembro del ejército maliense, Hajj Ag Gamou, por lo
que se insertaba dentro de la órbita de los grupos progubernamentales. Sus
integrantes estaban conformados por individuos de las comunidades tuareg y
árabes que no tenían interés en las demandas separatistas, de autonomía o
federalismo, convirtiéndose en un obstáculo real para el resto de las
organizaciones que planteaban dichas demandas. Su surgimiento también estuvo dado
por otra dimensión menos visible del conflicto relacionada con las luchas
interclánicas: las históricas contradicciones entre los clanes de los Ifoghas
que constituyen la nobleza tuareg y los clanes de los vasallos representados
por los Imghad (6). Esto es un ejemplo de cuánto se quebraron las estructuras
tradicionales de la jerarquizada sociedad tuareg, luego de la aplicación de los
principios “democráticos” introducidos en estas regiones en las últimas décadas
(7).
A pesar de que el GATIA
acusaba al MNLA de estar involucrado en el tráfico de drogas han sido pocos los
grupos armados en el norte de Mali que no se hubiesen beneficiado en algún momento
de los ingresos procedentes de estas actividades delictivas. Su plataforma
intentó presentar la idea de que las otras organizaciones no eran
representativas de todas las comunidades que habitaban la zona del Azawad,
tratando de deslegitimarlas. Todo ello complicó aún más el panorama de cara a
las conversaciones de paz iniciadas en Argelia desde junio de 2014 (8), en las
cuales estuvo excluido el GATIA por ser considerado una amenaza para las
demandas tradicionales del resto de los grupos.
Las negociaciones se
extendieron por espacio de casi nueve meses hasta que en marzo de 2015 se
adoptara un documento preliminar. Para esta fecha las alianzas políticas entre
los actores se habían modificado. Por una parte se encontraba la coalición
antigubernamental llamada Coordinadora de Movimientos del Azawad (Coordination des Mouvements de l’Azawad,
CMA) integrada por el MNLA de Bilal Ag Cherif, el MAA-CMA dirigido por Sidi
Brahim Ould Sidatt y el HCUA encabezado por Alghabass Ag Intalla y por la otra,
la alianza pro Bamako denominada la “Plataforma” y que estaba conformada por el
CM-FPR, una escisión del MAA y la CPA, a los cuales se unió luego el GATIA. En
esta oportunidad el documento final no fue aceptado por el MNLA debido a su
exigencia de que se incluyera el reconocimiento del Azawad no sólo como una
unidad cultural y que se estableciera una administración regional en el norte
del país.
Debido a las presiones
internacionales se obligó a la Coordinadora a que aceptara la ratificación del
Acuerdo consensuado en mayo de 2015 en Bamako. Aun así, las principales
reticencias siguieron girando en torno al tema de la administración. Esto se
debió a que el documento no recogía nada relacionado con el establecimiento de
un sistema autonómico o federal, que serían las principales demandas de la
mayoría de los tuareg luego de haber renunciado al principio de la
“independencia” de las regiones del norte (9).
Finalmente, el 15 de mayo de
2015 se firmó en el Centro Internacional de Congresos de Bamako el Acuerdo de
Paz y Reconciliación (Accord pour la Paix
et la Réconciliation au Mali) entre el gobierno y los movimientos rebeldes.
Entre los principales
aspectos del Acuerdo se planteaba el respeto absoluto a la unidad
nacional, la integridad territorial y a una república laica, y tan solo
reconocía que el Azawad era una realidad cultural en las regiones
septentrionales no haciendo alusión a una posible administración federal del
Estado y mucho menos a una posible secesión del territorio del Azawad. En lo
que respecta al gobierno central, este se comprometía a incrementar el
desarrollo de la región, a luchar contra la corrupción y el crimen
transnacional. Todo ello en sintonía con una agenda de reconstrucción nacional
bajo supervisión internacional (10).
Esto no ha significado el
fin de las contradicciones puesto que la Coordinadora siguió propugnando por el
establecimiento de un sistema federal en Malí, por la tanto las tensiones no
disminuyeron. De todas maneras se han realizado
progresos en la implementación del Acuerdo de Paz sobre todo después de una
nueva ronda de conversaciones bilaterales sostenidas en Anéfis en la región de
Kidal del 27 de septiembre al 14 de octubre de 2015 entre los grupos del CMA y
de la Plataforma. En esta oportunidad se ratificó el cese de las hostilidades
intracomunitarias e intercomunitarias, el intercambio de prisioneros, el
establecimiento de administraciones locales interinas y la libre circulación de
las personas y los bienes.
A pesar de los cambios en
los ministerios anunciados por el presidente Keita el 24 de septiembre de 2015
donde se amplió el número de ministros de 29 a 31 y donde se incluyeron dos
titulares procedentes de las regiones del norte, los grupos de la CMA y la
Plataforma todavía planteaban sus quejas sobre el retraso por parte del
gobierno para el establecimiento de las administraciones locales en las
regiones del conflicto, demandaban aún una mayor integración de los ciudadanos
del norte en las instituciones públicas y del Estado, así como un mejor
despliegue de la asistencia humanitaria (11).
De acuerdo a dos informes
del Enviado especial de la ONU para Mali la situación en ese país durante el
2015 (12) se puede resumir de la siguiente manera:
Ø
Persistieron
las tensiones en el norte.
Ø
A
pesar de la firma del acuerdo de paz la seguridad siguió siendo muy inestable.
Ø
Todavía
se producían ataques de los grupos de carácter terrorista contra las fuerzas de
defensa de Malí y la MINUSMA, propagándose a regiones del centro, el occidente
y el sur a lo largo de las fronteras con Burkina Faso, Costa de Marfil y
Mauritania.
Ø
Mientras
tanto, las violaciones del alto al fuego por parte de los grupos armados del
CMA y la Plataforma prácticamente se eliminaron en el último trimestre del año.
Ø
Por
su parte los grupos Ganda Izo y Ganda Koy, que fueron excluidos del proceso de
negociación intentaron organizar sus propias reuniones intercomunitarias entre
los bella, los fulani y los songhai, y se mantenían reacios a deponer las
armas.
Ø
Los
grupos armados vinculados con la CMA y la Plataforma siguieron reposicionándose
sobre el terreno. Por ejemplo la MINUSMA observó en la región de Tombuctú que
la CMA se había extendido cerca de la frontera con Mauritania y que había
establecido cuatro posiciones nuevas.
Ø
En
junio de 2015, Ansar al Din atacó el campamento de la Gendarmería y la Guardia
Nacional en Nara, 30 km al sur de la frontera con Mauritania, en la región de
Koulikoro y el de Fakola, en la región de Sikasso, a 20 km de la frontera con
Costa de Marfil, demostrando que todavía seguía activo en el país.
Ø
Siguieron
reconfigurándose las alianzas entre los grupos armados, incluidos los que
empleaban tácticas terroristas. En el período surgió un nuevo grupo terrorista
vinculado a Ansar al Din: el Front de
Libération du Macina. Este grupo se atribuyó el atentado realizado contra
el Radisson Blu Hotel en Bamako el 20
de noviembre de 2015 (13).
Ø
Las
enfrentamientos intercomunitarios no han desaparecido, a pesar de que han
disminuido entre comunidades tuareg (daoussak e Imghad) y árabes, han
persistido por ejemplo entre tuareg daoussak y los fulani en la región de Gao.
Ø
Las
acciones militares de la MINUSMA no ha podido garantizar la seguridad y la
protección de los civiles. A pesar de ello han desarrollado múltiples reuniones
intercomunales dirigidas a “fomentar” la cohesión social y la reconciliación.
Ø
La
situación con los desplazados internos ha mejorado. La cifra disminuyó de
102.757 en mayo de 2015 a 78.183 en julio. Mientras tanto, alrededor de 137.789
refugiados malienses permanecían todavía en países vecinos.
Ø
Se
mantienen los problemas socioeconómicos y altas tasas de desempleo juvenil – en
la población de menos de 35 años alcanza el 60%. Esto sigue siendo un factor
para el reclutamiento por parte de los grupos armados de diversas tendencias
políticas.
A modo de conclusión se puede plantear que la crisis
generada en Mali fue un resultado claro de la ramificación del
conflicto de Libia en 2011 hacia el Sahara y de la inestabilidad generalizada que esta guerra provocó
entre el 2012 y el 2013, aunque no se pueden obviar las condiciones objetivas
internas ya explicadas. El conflicto creado en Libia significó
una ventaja para AQMI en dos sentidos: primero por el acceso al armamento y en
segundo lugar porque el resquebrajamiento del sistema de seguridad de Gadafi
permitió que ampliaran sus operaciones hacia este país, sobre todo como
escondite seguro.
Finalmente, en el conflicto
maliense se entrelazaron varios elementos: una insurgencia nacionalista de carácter
étnico y secesionista mezclada con actores islamistas cuyo accionar tuvo como
respuesta la ejecución por parte de los militares de un golpe de Estado en la
capital y luego una intervención militar internacional. Se
mantuvo en todo momento una postura política tanto de las instituciones
regionales africanas, como de la ONU y la UE, de condenar la partición del país
y en favor de la unidad territorial. La ocupación militar de Malí por parte de
las fuerzas francesas y soldados africanos fue sustituida por una Misión de
Mantenimiento de la Paz de la ONU como segundo paso. Existió una paulatina
recuperación de la constitucionalidad en el país, mediante la conclusión del
período de transición política con el desarrollo de las elecciones
presidenciales y el logro de la débil institucionalidad civil, pero la
estabilización interna ha resultado ser difícil debido a las escasas pero
mantenidas incursiones de grupos terroristas.
El movimiento tuareg en este
contexto, no ha alcanzado ninguna reivindicación concreta y se ha mantenido la
distensión con el gobierno central. La situación de guerra en el norte de Malí
se ha mantenido pero en el plano de pequeños y esporádicos enfrentamientos
entre insurgentes tuareg y otras milicias, así como los producidos por parte de
células terroristas que permanecen activas al interior de las aisladas
localidades y los componentes militares de la MINUSMA. El conflicto se ha
transformado en una guerra sin frentes definidos, constituyendo esto uno de los
retos en materia de seguridad al que se enfrenta al gobierno de Bamako. El
conflicto ha alcanzado una dimensión interétnica, que tiene en cuenta las
históricas desavenencias entre las distintas comunidades tuareg y árabes en el
norte y, entre estas y las etnias del sur.
La desestabilización del
Sahel en estos años fue un resultado del caos generalizado en Libia, país que
siguió estando en la anarquía luego de la retirada del grueso de las tropas de
la OTAN. Esta situación ha propiciado el asentamiento en este país de otros
grupos terroristas como la organización del autodenominado Estado Islámico y
durante el 2015 ya se estaba planteando la posibilidad de una nueva
intervención militar de occidente en dicho país. Un segundo capítulo en Libia
volvería a provocar la explosión del polvorín del Sahel y la destrucción de lo
que se ha logrado avanzar en Mali y en Níger.
Notas y referencias
2) Paula Ballesteros. Malí sella la
reconciliación nacional. 16 de agosto de 2013. Disponible en:
http://www.hoy.es/v/20130816/internacional/mali-sella-reconciliacion-nacional-20130816.html
3) La France et le Mali signent un accord de
coopération militaire. 17 de julio de 2014. Disponible en:
http://www.slateafrique.com/497341/la-france-et-le-mali-signent-un-accord-de-cooperation-militaire
4) Comienzan conversaciones en Argel para
resolver el conflicto en el norte de Malí.
16 de julio de 2014. Disponible en:
http://www.mundonegro.com/mnd/16-07-2014/comienzan-conversaciones-conflicto-norte-mali
5) Mali: gouvernement et groupes négocient. 16 de julio de 2014.
Disponible en:
http://www.slateafrique.com/497065/mali-gouvernement-et-groupes-negocient-%3F-alger
6) Cuando los grupos islamistas conservadores
y terrorista ocuparon el norte de Mali una parte de los nobles de los Ifoghas
apoyó al movimiento de Iyad ag Ghali (Ansar al Din) mientras que la milicia de
los tuareg del clan de los Imghad comandada por Hajj Ag Gamou se alineó con el
gobierno.
7) Andrew McGregor. GATIA: A Profile of
Northern Mali’s Pro-Government Tuareg and Arab Militia. Terrorism Monitor
Volume: 13 Issue: 7, 3 de abril de 2015. Disponible en:
http://www.jamestown.org/programs/tm/single/?7&no_cache=1#.VTZGd6Iuwb4
8) Assane Koné. Nord du Mali: Un nouveau
groupe armé est né. 14 de agosto de 2014. Disponible en: http://www.malijet.com/actualte_dans_les_regions_du_mali/rebellion_nord_du_mali_un_nouveau_groupe.html
9)
Jesús Díez Alcalde. Desafío en Mali: acordar una paz definitiva y reforzar la
seguridad (EUTM Mali). Instituto Español de Estudios Estratégicos, Documento de
Análisis 29/2015, 20 de mayo de 2015, p.5. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2015/DIEEEA29-2015_Desafio_en_Mali_JDA.pdf
10)
Jesús Díez Alcalde. Ob.cit., p.7.
11) United Nations.
Report of the Secretary-General on the situation in Mali. Security Council,
S/2015/1030, 24 de diciembre de 2015, p. 3. Disponible en:
http://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/N1543528.pdf
12)
Naciones Unidas. Informe del Secretario General sobre la situación en Malí.
Consejo de Seguridad, S/2015/732, 22 de septiembre de 2015, p.5-13. Disponible
en:
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/BDL/2016/10327.pdfview=1
y United Nations. Report of the Secretary-General on the situation in Mali.
Security Council. Ob, cit., 24 de diciembre de 2015.
13) Mali Hotel Attack
Claimed by Fighters Linked to Mokhtar Belmokhtar. Agence France-Presse,
11 de agosto de 2015. Disponible en:
http://www.ndtv.com/world-news/mali-hotel-attack-claimed-by-fighters-linked-to-mokhtar-belmokhtar-1206135
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