Por Leyde E. Rodríguez Hernández
En
un discurso que Nelson Mandela, premio Nobel de la Paz y ex-presidente de
Sudáfrica, pronunció, en Cuba, el 26 de julio de 1991, dejó plasmado para la
historia su admiración hacia la Revolución Cubana, su líder histórico Fidel
Castro Ruz y el pueblo de la Isla, cuando dijo:
“El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de
África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la
independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por
los principios y el desinterés que la caracterizan.
Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de
inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad.
Admiramos los sacrificios del pueblo cubano por mantener su independencia y soberanía ante la pérfida campaña imperialista orquestada para destruir los impresionantes logros alcanzados por la Revolución Cubana.”
Mandela también mostró su agradecimiento al pueblo cubano por la desinteresada
ayuda que le han ofrecido a África:
“Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola —en una escala tal que nos era difícil creerlo— cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y de Zaire en 1975.
Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que
quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la
historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en
defensa de uno de nosotros.
Sabemos también que esta fue una acción popular en Cuba. Sabemos que aquellos que lucharon y murieron en Angola fueron solo una pequeña parte de los que se ofrecieron como voluntarios. Para el pueblo cubano, el internacionalismo no es simplemente una palabra, sino algo que hemos visto puesto en práctica en beneficio de grandes sectores de la humanidad.”
Mandela terminó su discurso diciendo:
¡Viva el compañero Fidel Castro!”
En esta hora de la desaparición física de
Nelson Mandela, honramos al amigo de Cuba que se ganó el respeto y la
admiración de miles de luchadores por la justicia social alrededor del mundo.
Al hombre convertido en símbolo de lucha contra el régimen del apartheid, al
rebelde que no pudieron doblegar en la lucha por el ideal de una sociedad libre,
democrática y no racial. Con su vida extraordinaria, Mandela demostró, como
dijo José Martí, que una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que
cualquier ejército.
El propio Mandela había dicho sobre su
existencia: “He dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano de
Sudáfrica; he luchado contra la dominación blanca y contra la dominación negra.
He soñado con el ideal de una sociedad libre y democrática… un ideal por el
cual deseo vivir para lograrlo. Pero si fuera necesario, un ideal por el cual
estoy dispuesto a morir.”
Mandela fue un ejemplo digno de luchador valiente e inquebrantable, por valores legítimos que, en el siglo XXI, siguen siendo universales.
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