Por Ignacio Ramonet
ALAINET
¿Cómo se explica la actitud de
manipulación y mentira de los monopolios mediáticos en América Latina?, se
pregunta el especialista español en ciencias de la comunicación Ignacio
Ramonet, al referirse sobre el fenómeno de lo que muchos analistas han
calificado como “la canalla mediática”.
Su respuesta es contundente:
los que él denomina “latifundios mediáticos” privados en Latinoamérica porque
concentran canales de televisión, estaciones de radio, periódicos y revistas,
han declarado una guerra a muerte a los gobiernos progresistas de la región
debido a que en su lucha por pagar la deuda social mediante un Estado
redistributivo, pretenden desconcentrar el poder de la palabra impulsando una
información pluralista que afecta sus intereses corporativos.
Lo paradójico, explica, es que
por buscar ampliar la oferta informativa a través de fortalecimiento de canales
públicos, los grandes dueños de los monopolios mediáticos que quieren seguir
conservando su privilegio, no solo distorsionan la realidad sino que aducen que
dichos gobiernos están atentando contra la libertad de prensa. Por el
contrario, recalca Ramonet, de lo que se trata es que haya más libertad de expresión
mediante la pluralidad y diversidad de expresión.
Este destacado científico
social, doctor en Semiología e Historia de la Cultura, con una amplia
experiencia tanto periodística como docente, y uno de los analistas más agudos
internacionalmente sobre el fenómeno de las comunicaciones, director
actualmente de la edición en español de Le Monde Diplomatique, estuvo en Bogotá
y Medellín entre el 13 y el 16 de noviembre cumpliendo una serie de compromisos
académicos.
En la Universidad Piloto de
Bogotá presidió un dinámico conversatorio, especie de rueda de prensa, en el
que participó el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.
COMPORTAMIENTO DESCARADO Y
CARICATURAL
Al estar empeñados los
gobiernos de países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay y
Venezuela en democratizar el acceso a los medios de comunicación a través de
una legislación que permita diversificar la oferta informativa, impulsando y
fortaleciendo los canales de radio y televisión públicos y comunitarios, están
tocando en forma directa los intereses de los dueños de los grandes medios de
comunicación que por años han tenido posición dominante.
Ello explica en buena medida,
señala Ramonet, la guerra mediática descarada que han desatado los empresarios
de los medios privados contra mandatarios progresistas como Cristina Fernández
de Kirchner, Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, para traer a colación
los casos más recurrentes.
En la actualidad, explica,
“los medios de comunicación se utilizan como arma de combate y su propósito es
el de defender sus intereses de casta. Ya no actúan como medios sino como
auténticos partidos políticos. Si antaño se exigía la reforma agraria porque la
tierra era un elemento de poder, ahora se hace necesario una reforma a la
concentración de los medios, los denominados latifundios mediáticos”, por
cuanto que de “la calidad de la información depende la calidad de la
democracia. No puede haber opinión pública si no hay medios de masas”, afirmó
el científico social.
Calificó de “descarado y
caricatural” el comportamiento de los “latifundios mediáticos” en la región
que, por defender sus oligopólicos intereses corporativos, vienen desplegando
una intensa campaña para desestabilizar los gobiernos que no les son afines a
sus conveniencias lucrativas.
Señaló al Grupo Clarín de
Argentina que concentra innumerables canales de televisión abierta y por cable,
estaciones radiales y posee el diario del mismo nombre que se edita en Buenos
Aires, de estar detrás de la organización e impulso de la manifestación del
pasado 8 de noviembre que se publicitó bajo la denominación del 8N contra el
gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
La impudicia llegó a tanto,
agregó Ramonet, que la CNN en español, “en un caso de intromisión de una cadena
internacional pocas veces visto en un debate nacional como el argentino, hacía
llamados a la insurrección publicitando el 8N”. Y todo lo presentan como si
fuera información, en una actitud caricatural de periodismo, recalcó.
Lo mismo ha ocurrido, dijo,
con el gobierno de Rafael Correa en Ecuador, país en que los grandes medios han
estado tradicionalmente en manos de banqueros corruptos que estafaron a
millones de ciudadanos o de grupos económicos reducidos, los cuales han
pretendido seguir ostentando la propiedad de los mismos. Como se resisten a
perder el control de la información, han montado toda una matriz mediática para
hacer aparecer al mandatario ecuatoriano como autócrata, contrario a la
libertad de prensa y reacio a la crítica.
Afortunadamente, agregó, “poco
a poco los ciudadanos van tomando conciencia y empiezan a mostrar gran
desconfianza de la manipulación mediática. Temen encontrarse en un estado de
inseguridad informativa”.
SE CREYERON DUEÑOS DEL ESPACIO RADIOELÉCTRICO
Tras visitar durante los últimos seis meses países como Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Venezuela y ahora Colombia para informarse en detalle sobre la legislación y funcionamientos de los medios de comunicación en estas naciones latinoamericanas, Ramonet explica que en todas ellas se adoptó la pauta norteamericana en el sentido de que los medios fueran manejados por el sector privado a través de concesión de espacios del espectro radioeléctrico que, como se sabe, es de propiedad de los Estados.
Por lo general, recuerda, las
licencias para operar canales de televisión y las emisoras de radio fueron
entregadas a familias prominentes del establecimiento o a determinados grupos
empresariales por favoritismo político o por conveniencias económicas. Dichas
licencias se otorgaban para que esos medios fueran explotados durante 15 o 20
años. Lo que ocurre, dice Ramonet, es que los favorecidos se consideraron
“dueños de los espacios por siempre jamás”.
DE MEDIOS DE INFORMACIÓN A PARTIDOS POLÍTICOS
Al tiempo que la canalla
mediática en América Latina defiende a rabiar sus intereses corporativos
mediante estrategias de desprestigio contra los gobiernos progresistas, hasta
tal punto que logró dar un golpe de Estado como el de Venezuela en abril de
2002 cuando fue derrocado por 48 horas el presidente Hugo Chávez,
simultáneamente se ha convertido en partido político, explica Ramonet.
En efecto, afirma, “ante el
derrumbe de los partidos corruptos de derecha que ya no tienen apoyo popular,
en varios países latinoamericanos los grandes medios que están en manos del
establecimiento, han asumido el rol de oposición y desestabilización política”,
lo cual se observa no solo en Venezuela sino en Honduras y Paraguay en donde
contribuyeron a tumbar a los presidentes José Manuel Zelaya en junio de 2009 y
Fernando Lugo en 2012, respectivamente, así como en Ecuador cuando trataron de
derribar del poder a Rafael Correa en septiembre de 2010; y actualmente en
Argentina, en que el Grupo Clarín y el ultraconservador diario La Nación buscan
torpedear por todos los flancos a la mandataria Fernández de Kirchner.
DEMOCRATIZACIÓN DE LOS MEDIOS ESTÁ EN LA DIVERSIDAD
No obstante la guerra
mediática contra los líderes de izquierda y progresistas de la región, Ramonet
resalta que paulatinamente varios países latinoamericanos están implementando
legislaciones que permitan la pluralidad de la información, lo que como es
obvio, va a posibilitar diversidad de miradas y voces sobre la realidad.
En ese sentido, hace un
comparativo con lo que ocurre en Europa, en donde los Estados desarrollan
canales de comunicación pública, cuyo trabajo responsable y profesional han
posicionado a emisoras como la BBC de Londres, RTVE de España, Deutsche Welle
de Alemania, la RAI de Italia, Radio Francia, entre otras, al tiempo que el
sector privado explota como negocio sus propios medios.
No sería justo, afirma
Ramonet, que el Estado solo manejara la totalidad de los medios de
comunicación, por el contrario, lo es necesario y lo importante es la
diversidad. “Hay que defender la pluralidad informativa pero infortunadamente
en América Latina se oponen los privados porque tiene concentrado todo el
pastel comunicacional y publicitario”. De allí, colige, es imperativo desarrollar
los canales públicos y el sector comunitario, dándoles espacios radioléctricos
y brindándoles financiación.
Sin embargo, reitera que es
precisamente la búsqueda de pluralidad informativa por parte de varios
mandatarios latinoamericanos lo que ha creado irritación en los monopolios
mediáticos que están viendo perder su exclusividad, y por esta razón la han
emprendido contra los gobiernos que están tocando directamente sus
plutocráticos intereses.
NUEVAS TECNOLOGÍAS Y EL IMPULSO DE MEDIOS ALTERNATIVOS
Como bien lo señala en su
último libro “La explosión del periodismo”, Ramonet recalca que Internet ha
puesto en jaque a los medios tradicionales, pero al mismo tiempo, está
impulsando la generación de medios alternativos y comunitarios.
“Las nuevas tecnologías han
transformado la comunicación y han permitido el apoderamiento de la sociedad
frente a los monopolios mediáticos”, hasta tal punto, agrega, que “nunca había
sido tan fácil ser periodista como hoy”.
Destaca experiencias
comunicacionales como la radio La Colifata de Argentina que emite desde un
sanatorio psiquiátrico y sobre la cual Ramonet tuvo conocimiento gracias a la
información que le suministró el cantautor francés de origen español Manu Chau.
Como lo señala en la
presentación de su web (www.lacolifata.org/)
esta estación radial “es una ONG que brinda servicios en salud mental
utilizando los medios de comunicación para la creación de ‘espacios en salud’,
además, desarrolla actividades en el área de investigación. Es comúnmente
conocida como LT 22 Radio ‘La Colifata’, la radio de los internos y ex internos
del Hospital Borda de Buenos Aires. Es la primera radio en el mundo en
transmitir desde un neuropsiquiátrico”.
MODELO TRADICIONAL DE MEDIOS ESTÁ EN CRISIS
Las posibilidades que ofrecen
no solo el Internet sino la computadora, el celular, el iPad, las cámaras
digitales, etc., para procesar información han producido la crisis de los
medios tradicionales, sostiene el director de la versión española de Le Monde
Diplomatique.
Por ello no duda en aseverar
que “la democratización de la información es relativamente posible” gracias a
estas tecnologías que han permitido la irrupción de medios alternativos, pero
así mismo es evidente que “el modelo tradicional de los medios está en crisis,
y eso que la revolución en Internet apenas está empezando”.
Ramonet explica que esta
crisis se refleja en tres aspectos: la mayor parte de los medios de prensa
escrita están perdiendo dinero; o están ganando menos; o están en quiebra. Puso
como ejemplo el hecho de que en Estados Unidos más de 120 periódicos en los
últimos años han cerrado y 35 mil periodistas han perdido su trabajo. O el caso
de El País de España adquirido recientemente por el fondo financiero Liberty
que acaba de despedir a 129 trabajadores. Es más, se atrevió a afirmar que
“nadie puede asegurar que la CNN pueda llegar al final del próximo año”.
Frente a este panorama
desolador dijo que la alternativa son los medios independientes que por sus
innovadores esquemas funcionales están posibilitando hacer buen periodismo.
Trajo a colación el caso de la web norteamericana de noticias on line
Politico.com, especializada en noticias sobre la Casa Blanca y el Congreso de
los Estados Unidos.
“Su modelo económico se basa
en la gratuidad, pero este diario on line a lanzado a principios de 2011 una
web de pago: Político Pro con una suscripción anual que cuesta 1.49 dólares”.