lunes, 15 de abril de 2013

Nicolás Maduro presidente de Venezuela




Al filo de la medianoche de domingo 14 de abril, desde Miraflores, Nicolás Maduro, llamó a todos los venezolanos a trabajar juntos, tras conocerse el anuncio del Consejo Nacional Electoral de que había ganado las elecciones presidenciales con el 50,66  por ciento de los votos, frente al 49, del opositor Henrique Capriles.

Nada pudo interrumpir el triunfo del pueblo venezolano y la continuidad de la Revolución Bolivariana. Maduro explicó el saboteo a la economía del país, especialmente los cortes eléctricos, y la guerra psicológica a que fue sometido el pueblo para evitar el triunfo, pero dijo que el pueblo venezolano supo enfrentar esa guerra y el triunfo electoral ha sido justo, legal, popular y constitucional, afirmación que fue recibida con gritos de ¡No volverán!, por parte del los seguidores del chavismo reunidos en Miraflores para celebrar el triunfo electoral.

Este trascendental triunfo, que demuestra la fortaleza de las ideas y la obra del Comandante Hugo Chávez. Esta decisiva victoria y lealtad de Maduro al pueblo, asegurarán la continuidad de la Revolución Bolivariana y de la genuina integración de Nuestra América. 

Los revolucionarios de América Latina y el Caribe estamos de fiesta. Ratificamos toda nuestra solidaridad y compromiso internacionalista con la Revolución Bolivariana. Sabemos que el imperialismo y sus súbditos, en Venezuela, seguirán con sus acciones de sabotaje, pero el pueblo y los revolucionarios no se dejarán arrebatar sus conquistas, teniendo ahora  de presidente a Nicolás Maduro, un digno continuador de las ideas bolivarianas y socialistas del prócer Hugo Chávez. 


 Principales sufragios (1998-2013)

—6 de diciembre, 1998: Tras una campaña cuyo eje fue la refundación del país con un llamado a Asamblea Constituyente, para elaborar una nueva Carta Magna, el comandante Hugo Chávez vence en las elecciones presidenciales con 56 por ciento de los votos. Asume como Jefe de Estado el 2 de febrero de 1999. Comienza la Revolución Bolivariana.


—25 de abril, 1999: Referendo para la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. La iniciativa de campaña del presidente Chávez triunfa en las dos preguntas sometidas a escrutinio con más de 80 por ciento. Los constituyentes serían elegidos por voto directo, universal y secreto, tras lo cual quedaría establecida la Asamblea por seis meses a fin de redactar la nueva Ley de leyes.


—25 de julio, 1999: Elecciones para elegir a los 131 miembros de la Constituyente. El chavismo gana 125 escaños, 95 por ciento de la Asamblea.


—15 de diciembre, 1999: Se realiza referendo constituyente. La iniciativa chavista de nueva Carta Magna gana con 72 por ciento de los votos.


—30 de julio, 2000: Ocurre la llamada mega elección del 2000. Al amparo de la nueva Constitución Bolivariana, se realizaron comicios presidenciales, parlamentarios, regionales y municipales; o sea, cuatro en uno. Chávez revalida en el cargo con 60 por ciento del sufragio. El chavismo y gana en la mayoría del resto de las jurisdicciones.


—15 de agosto, 2004: Referendo sobre permanencia en el poder  del presidente Hugo Chávez, a iniciativa de la oposición. El líder bolivariano fue ratificado en el cargo por el 59 por ciento del electorado.


—31 de octubre, 2004: Elecciones de gobernadores y alcaldes. El chavismo ganó 22 de los 23 estados, el Distrito Capital, y el 80 por ciento de las alcaldías. La oposición perdió seis de los ocho estados que se agenció en el 2000.


—4 de diciembre, 2005: Elecciones legislativas. La oposición decidió abandonar los comicios. El chavismo se adjudicó los 165 escaños del parlamento unicameral.


—3 de diciembre, 2006: Comicios presidenciales. Chávez gana con 62 por ciento. Declara socialista a la Revolución Bolivariana, un rumbo que ya había trazado anteriormente. Propone convocar a referendo para cambios constitucionales que reconozcan por ley el camino socialista de la Revolución.


—2 de diciembre, 2007: Referendo para reforma constitucional. La iniciativa chavista contemplaba la modificación de unos 70 artículos de la Constitución Bolivariana de 1999 y la declaración de Venezuela como Estado socialista. Es rechazada por una diferencia de menos de dos puntos. Fue la única derrota electoral del mandatario Hugo Chávez.


—23 de noviembre, 2008: Elecciones regionales y municipales, excepto en Amazonas y varias alcaldías. El chavismo gana 18 gobernaciones y la mayoría de los municipios, ratifica su hegemonía política.


—15 de febrero, 2009. Referendo para enmienda constitucional a fin de permitir la postulación continua para todos los cargos públicos elegidos por voto popular. Chávez gana con 54,86 por ciento del sufragio.


—26 de septiembre, 2010. Comicios para la Asamblea Nacional. Luego de retirarse de este tipo de elecciones en 2004, la oposición regresa. El chavismo obtiene la mayoría parlamentaria, aunque no logra las dos terceras partes de los escaños para mantenerse con la mayoría absoluta.


—7 de octubre, 2012. Elecciones presidenciales. Chávez es reelecto para un cuarto mandato. Logra 55,07 por ciento del sufragio. Es, a la vez, el más alto número de electores que logra en la historia, con casi 8 200 000 votos. La oposición, con el 44,31 por ciento, obtiene también un récord de votos en los 14 años de chavismo, con 6 591 304 boletas.


—16 de diciembre, 2012: Comicios regionales. El chavismo gana en 20 de las 23 gobernaciones.


—14 de abril, 2013: Elecciones sobrevenidas tras el fallecimiento, el pasado 5 de marzo, del Comandante Presidente Hugo Chávez. Según todas las casas encuestadoras más serias que realizaron estudios de opinión, y el criterio de la mayoría de los analistas, incluido el servicio de inteligencia de EE.UU., el presidente (e) Nicolás Maduro debe ganar. Quizá sea una elección muy cerrada.


sábado, 13 de abril de 2013

La verdad sobre los Estados Unidos

Por José Martí Pérez

Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos. Ni se debe exagerar sus faltas de propósito, por el prurito de negarles toda virtud, ni se ha de esconder sus faltas, o pregonarlas como virtudes. No hay razas: no hay más que modificaciones diversas del hombre, en los detalles de hábito y forma que no les cambian lo idéntico y esencial, según las condiciones de clima e historia en que viva. Es de hombres de prólogo y superficie–que no hayan hundido los brazos en las entrañas humanas, que no vean desde la altura imparcial hervir en igual horno las naciones, que en el huevo y tejido de todas ellas no hallen el mismo permanente duelo del desinterés constructor y el odio inicuo, –el entretenimiento de hallar variedad sustancial entre el egoísta sajón y el egoísta latino, el sajón generoso o el latino generoso, el latino burómano o el burómano sajón: de virtudes y defectos son capaces por igual latinos y sajones. Lo que varía es la consecuencia peculiar de la distinta agrupación histórica: en un pueblo de ingleses y holandeses y alemanes afines, cualesquiera que sean los disturbios, mortales tal vez, que le acarree el divorcio original del señorío, y la llaneza que a un tiempo lo fundaron, y la hostilidad inevitable, y en la especie humana indígena, de la codicia y vanidad que crean las aristocracias contra el derecho y la abnegación que se les revelan, no puede producirse la confusión de hábitos políticos, y la revuelta hornalla, de los pueblos en que la necesidad del conquistador dejó viva la población natural, espantada y diversa, a quien aún cierra el paso con parricida ceguedad la casta privilegiada que engendró en ella el europeo. Una nación de mocetones del Norte, hechos de siglos atrás al mar y a la nieve, y a la hombría favorecida por la perenne defensa de las libertades locales, no puede ser como una isla del trópico, fácil y sonriente, donde trabajan por su ajuste, bajo un gobierno que es como piratería política, la excrecencia famélica de un pueblo europeo, soldadesco y retrasado, los descendientes de esta tribu áspera e inculta, divididos por el odio de la docilidad acomodaticia a la virtud rebelde, y los africanos pujantes y sencillos, o envilecidos y rencorosos, que de una espantable esclavitud y una sublime guerra han entrado a la conciudadanía con los que los compraron y los vendieron, y, gracias a los muertos de la guerra sublime, saludan hoy como a igual al que hacían ayer bailar a latigazos. 

En lo que se ha de ver si sajones y latinos son distintos, y en lo que únicamente se les puede comparar, es en aquello en que se les hayan rodeado condiciones comunes: y es un hecho que en los Estados del Sur de la Unión Americana, donde hubo esclavos negros, el carácter dominante es tan soberbio, tan perezoso, tan inclemente, tan desvalido, como pudiera ser, en consecuencia de la esclavitud, el de los hijos de Cuba. Es de supina ignorancia, y de ligereza infantil y punible, hablar de los Estados Unidos, y de las conquistas reales o aparentes de una comarca suya o grupo de ellas, como de una nación total e igual, de libertad unánime y de conquistas definitivas: semejantes Estados Unidos son una ilusión, o una superchería. De las covachas de Dakota, y la nación que por allá va alzándose, bárbara y viril, hay todo un mundo a las ciudades del Este, arrellanadas, privilegiadas, encastadas, sensuales, injustas. Hay un mundo, con sus casas de cantería y libertad señorial, del Norte de Schenectady a la estación zancuda y lúgubre del Sur de Petersburg, del pueblo limpio e interesado del Norte, a la tienda de holgazanes, sentados en el coro de barriles, de los pueblos coléricos, paupérrimos, descascarados, agrios, grises, del Sur. Lo que ha de observar el hombre honrado es precisamente que no sólo no han podido fundirse, en tres siglos de vida común, o uno de ocupación política, los elementos de origen y tendencia diversos con que se crearon los Estados Unidos, sino que la comunidad forzosa exacerba y acentúa sus diferencias primarias, y convierte la federación innatural en un estado, áspero, de violenta conquista. Es de gente menor, y de la envidia incapaz y roedora, el picar puntos a la grandeza patente, y negarla en redondo, por uno u otro lunar, o empinársele de agorero, como quien quita una mota al sol. Pero no augura, sino certifica, el que observa cómo en los Estados Unidos, en vez de apretarse las causas de unión, se aflojan; en vez de resolverse los problemas de la humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, la dividen y la enconan; en vez de robustecerse la democracia, y salvarse del odio y miseria de las monarquías, se corrompe y aminora la democracia, y renacen, amenazantes, el odio y la miseria. Y no cumple con su deber quien lo calla, sino quien lo dice. Ni con el deber de hombre cumple, de conocer la verdad y esparcirla; ni con el deber de buen americano, que sólo ve seguras la gloria y la paz del continente en el desarrollo franco y libre de sus distintas entidades naturales; ni con su deber de hijo de nuestra América, para que por ignorancia, o deslumbramiento, o impaciencia, no caigan los pueblos de casta española, al consejo de la toga remilgada y el interés asustadizo, en la servidumbre inmoral y enervante de una civilización dañada y ajena. Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos. 

Lo malo se ha de aborrecer, aunque sea nuestro; y aun cuando no lo sea. Lo bueno no se ha de desamar, sólo porque no sea nuestro. Pero es aspiración irracional y nula, cobarde aspiración de gente segundona e ineficaz, la de llegar a la firmeza de un pueblo extraño por vías distintas de las que llevaron a la seguridad y al orden al pueblo envidiado:–por el esfuerzo propio, y por la adaptación de la libertad humana a las formas requeridas por la constitución peculiar del país. En unos es el excesivo amor al Norte la expresión, explicable e imprudente, de un deseo de progreso tan vivaz y fogoso que no ve que las ideas, como los árboles, han de venir de larga raíz, y ser de suelo afín, para que prendan y prosperen, y que al recién nacido no se le da la sazón de la madurez porque se le cuelguen al rostro blando los bigotes y patillas de la edad mayor: monstruos se crean así, y no pueblos: hay que vivir de sí, y sudar la calentura. 

En otros, la yanquimanía es inocente fruto de uno u otro saltito de placer, como quien juzga de las entrañas de una casa, y de las almas que en ella ruegan o fallecen, por la sonrisa y lujo del salón de recibir, o por la champaña y el clavel de la mesa del convite:–padézcase; carézcase; trabájese; ámese, y, en vano; estúdiese, con el valor y libertad de sí; vélese, con los pobres; llórese, con los miserables; ódiese, la brutalidad de la riqueza; vívase, en el palacio y en la ciudadela, en el salón de la escuela y en los zaguanes, en el palco del teatro, de jaspes y oro, y en los bastidores, fríos y desnudos: y así se podrá opinar, con asomos de razón, sobre la república autoritaria y codiciosa, y la sensualidad creciente, de los Estados Unidos. En otros, póstumos enclenques del dandismo literario del Segundo Imperio, o escépticos postizos bajo cuya máscara de indiferencia suele latir un corazón de oro, la moda es el desdén, y más, de lo nativo; y no les parece que haya elegancia mayor que la de beberle al extranjero los pantalones y las ideas, e ir por el mundo erguidos, como el faldero acariciado el pompón de la cola. En otros es como sutil aristocracia, con la que, amando en público lo rubio como propio y natural, intentan encubrir el origen que tienen por mestizo y humilde, sin ver que fue siempre entre hombres señal de bastardía el andar tildando de ella a los demás, y no hay denuncia más segura del pecado de una mujer que el alardear de desprecio a las pecadoras. Sea la causa cualquiera, –impaciencia de la libertad o miedo de ella, pereza moral o aristocracia risible, idealismo político o ingenuidad recién llegada, –es cierto que conviene, y aun urge, poner delante de nuestra América la verdad toda americana, de lo sajón como de lo latino, a fin de que la fe excesiva de la virtud ajena no nos debilite, en nuestra época de fundación, con la desconfianza inmotivada y funesta de lo propio. En una sola guerra, en la de Secesión, que fue más para disputarse entre Norte y Sur el predominio en la república que para abolir la esclavitud, perdieron los Estados Unidos, hijos de la práctica republicana de tres siglos en un país de elementos menos hostiles que otro alguno, más hombres que los que en tiempo igual, y con igual número de habitantes, han perdido juntas todas las repúblicas españolas de América, en la obra naturalmente lenta, y de México a Chile vencedora, de poner a flor del mundo nuevo, sin más empuje que el apostolado retórico de una gloriosa minoría y el instinto popular, los pueblos remotos, de núcleos distantes y de razas adversas, donde dejó el mando de España toda la rabia e hipocresía de la teocracia, y la desidia y el recelo de una prolongada servidumbre. Y es de justicia, y de legítima ciencia social, reconocer que, en relación con las facilidades del uno y los obstáculos del otro, el carácter norteamericano ha descendido desde la independencia, y es hoy menos humano y viril, mientras que el hispanoamericano, a todas luces, es superior hoy, a pesar de sus confusiones y fatigas, a lo que era cuando empezó a surgir de la masa revuelta de clérigos logreros, imperitos ideólogos, e ignorantes o silvestres indios. Y para ayudar al conocimiento de la realidad política de América, y acompañar o corregir, con la fuerza serena del hecho, el encomio inconsulto, –y, en lo excesivo, pernicioso–de la vida política y el carácter norteamericanos, Patria inaugura, en el número de hoy, una sección permanente de «Apuntes sobre los Estados Unidos», donde, estrictamente traducidos de los primeros diarios del país, y sin comentario ni mudanza de la redacción, se publiquen aquellos sucesos por donde se revelen, no el crimen o la falta accidental–y en todos los pueblos posibles–en que sólo el espíritu mezquino halla cebo y contento, sino aquellas calidades de constitución que, por su constancia y autoridad, demuestran las dos verdades útiles a nuestra América:–el carácter crudo, desigual y decadente de los Estados Unidos–y la existencia, en ellos continua, de todas las violencias, discordias, inmoralidades y desórdenes de que se culpa a los pueblos hispanoamericanos.


Fuente: José Martí "La verdad sobre los Estados Unidos." En Patria, Nueva York, 23 de marzo de 1894.Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1975. Tomo 28. Páginas 290-294.

El terrorismo contra Cuba

Vigilia víctimas cubanas del terrorimo
Vigilia víctimas cubanas del terrorimo

Más de 3000 cubanos han fallecido a causa de acciones terroristas.


Miles de cubanos han resultado víctimas de actos terroristas organizados o auspiciados desde Estados Unidos, afirma un informe que el gobierno de la isla circula hoy en Naciones Unidas.

Como resultado de 681 acciones terroristas y una invasión mercenaria se ha producido la pérdida irreparable de la vida de tres mil 478 mujeres, hombres y niños.

Así lo consigna el texto, que se puede consultar en el sitio web del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Otros dos mil 099 cubanos han quedado físicamente discapacitados por el resto de sus vidas, añade el informe que Cuba presentará el 1 de mayo en el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra.

Ese día corresponderá a la isla comparecer al Examen Periódico Universal (EPU) al que se someten todos los estados miembros de Naciones Unidas en materia de derechos humanos. Cuba se presentó en febrero de 2009 a su primer EPU con resultados que La Habana consideró positivos.

En su próxima presentación, la delegación antillana insistirá en que la continuada política de hostilidad de Estados Unidos atenta contra los derechos humanos de los habitantes de su país.

Por estos días los cubanos conmemorarán 52 años de la invasión de fuerzas mercenarias armadas y financiadas por Washington, que fue derrotada en menos de 72 horas a un alto precio en vidas civiles y militares.

El informe de la isla al Consejo de Derechos Humanos afirma que esta y otras acciones armadas han provocado cuantiosos daños a objetivos económicos y sociales del país.

Invasiones mercenarias, sabotajes, agresiones biológicas, radiales y televisivas; aliento a la emigración ilegal y violenta, intentos de asesinato a sus principales líderes, se cuentan entre las modalidades de agresión denunciadas en el texto.

También acusa a la administración estadounidense de proseguir financiando planes para provocar “un cambio de régimen” en Cuba, que incluyen acciones encubiertas.

Refiere que para los años fiscales 2010 y 2011 el gobierno del presidente Barack Obama destinó 40 millones de dólares para tales fines.

El texto califica de guerra económica el bloqueo financiero, económico y comercial que Washington ha impuesto durante más de cinco décadas contra la pequeña y vecina isla.

Datos que el gobierno cubano considera conservadores cifran en 108 mil millones de dólares las pérdidas económicas sufridas por Cuba como consecuencia del bloqueo.

Tomado de Cubadebate

(Con información de Prensa Latina)










viernes, 12 de abril de 2013

Entrevista con pascual serrano. "de la sociedad teledirigida a la sociedad ‘jibarizada’".



Por: Iván Gil (el confidencial)  


Los modelos de la comunicación digital propiciados por las nuevas tecnologías “han roto el oligopolio comunicativo de los grandes medios. Sin embargo, no han servido para mejorar la calidad de la información ni para democratizarla debido a la falta de rigor y al caos de internet. Creo que hemos perdido una gran oportunidad”. Así de pesimista y crítico con los análisis “tecnoutópicos” se muestra el periodista y ensayista Pascual Serrano, una visión a contracorriente que desarrolla en su último libro La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes (Península).

Para Serrano no hay duda de que los aspectos negativos que rodean a las nuevas formas de informarnos y comunicarnos son mucho mayores que los positivos. La dispersión de las ideas, el dominio de lo audiovisual, la tiranía de la inmediatez, la ausencia de rigor o el anonimato de las fuentes en las redes sociales son solo algunas de las características de lo que este experto en medios ha dado en llamar ‘comunicación jibarizada’. Las consecuencias, dice, “ya se están viendo en las nuevas generaciones, que han perdido la capacidad para concentrarse en un texto escrito durante más de media hora. Ahora se les hace muy difícil comprender y seguir la línea argumental de un discurso”. 

Las dificultades para comprender y reflexionar críticamente sobre un texto se está contagiando a todo el mundo, pues “pocos son los que pueden estar frente al ordenador durante más de dos horas sin dispersar su atención, ya sea consultando el correo o cualquier otra cosa”. Un efecto inherente a las nuevas tecnologías porque, como explica el analista, todas sus características juegan en contra. “Un elemento tan inocente y aplaudido como son los hipervínculos hace que el discurso del emisor se rompa. Es decir, provoca que te encuentres ante el dilema de pinchar el enlace e interrumpir el discurso argumental, es como un cruce de caminos que destruye la correcta recepción del mensaje”.

De la sociedad teledirigida a la sociedad ‘jibarizada’

La reflexión que plantea Serrano guarda cierta relación con la teoría del Homo Videns (o sociedad teledirigida) de Giovanni Sartori, en la que advertía sobre el poder de los medios audiovisuales para lanzar mensajes directamente sobre nuestro cerebro. Un impacto que anularía nuestra capacidad para distanciarnos y procesar los mensajes de manera reflexiva, al contrario de lo que hacemos con los contenidos escritos. “Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para comprobar cómo estamos sufriendo una pérdida de nuestra autonomía de pensamiento. No seamos ingenuos y no creamos que por el hecho de realizar varias tareas al mismo tiempo, como ‘retuitear’ al tiempo que vemos la televisión y navegamos por la web, nos convierte en unos superdotados. Se trata de todo lo contrario, nos volvemos superficiales y nos ‘jibarizamos’”.

El mayor peligro de la comunicación jibarizada es que sus reglas y prácticas están “contaminando” a los medios escritos, lamenta Serrano. “Desde el punto de vista de la ética periodística es insostenible que los medios recurran a las redes sociales, citando fuentes anónimas y con un rigor discutible”. Con esto, Serrano no quiere decir el sistema mediático tradicional sea beneficioso para la democracia, ya que “no asegura la información como servicio público. No se trata de preguntarnos cuál es el mejor y elegir, pues ninguno de los dos modelos es bueno”.

El llamado periodismo ciudadano ejercido por blogueros ha supuesto un cambio de paradigma que, en contextos bélicos o donde la libertad de expresión brilla por su ausencia, ha servido para romper el cerco informativo e, incluso, trasformar la realidad, como en el caso de la Primavera Árabe. A pesar de ello, Serrano advierte que debemos acudir a estas fuentes con cautela. “Creo que en estos casos ocurre como con las ONG; algunas son honradas y otras no. Las que no lo son es porque están influenciadas por alguna mano negra que no sabes quién es, pero que tiene sus propios intereses”. 

Como ejemplo subraya el caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez: “No creo que pueda presentarse como una periodista espontánea o como testigo de una determinada realidad cuando las agencias estadounidenses le pagan viajes por todo el mundo para dar conferencias y hace una supuesta entrevista a Obama que luego los cables de Wikileaks demuestran que era falsa”. El gran reto de la comunicación hoy en día, remacha el analista, consiste en “luchar por saber quién está detrás de cada fuente informativa y a que intereses responde”.

En Latinoamérica los medios son más libres y democráticos.
 
Pascual Serrano suele presentarse siempre como fundador del portal de periodismo alternativo Rebelión, pero entre 2005 y 2006 también fue asesor editorial de Telesur, una compañía pública auspiciada por los gobiernos de Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela con el objetivo de hacer contrapeso a las grandes cadenas internacionales de noticias. Como tal, defiende las iniciativas gubernamentales de estos países para “hacer un reparto equitativo del espectro radioeléctrico”.

Unas medidas que levantaron fuertes críticas, principalmente en Argentina y Venezuela, donde las cadenas privadas acusaron a estos gobiernos de atacar la libertad de expresión. Sin embargo, para Serrano se trata de todo lo contrario: “La ley de medios en Argentina u otros países latinoamericanos fomenta la democracia al garantizar el acceso a la información de todos los sectores sociales, al contrario de lo que sucede en los neoliberales”.

Precisamente, la defensa de ciertos intereses económicos y políticos por parte de los medios generalistas tiene como resultado, según apunta Serrano, un tratamiento informativo agresivo contra los gobiernos bolivarianos. En el caso concreto de la muerte del expresidente de Venezuela Hugo Chávez, quedó patente para este analista que “los medios de aquí anteponen los intereses de las multinacionales españolas que operan en estos países a los de la ciudadanía. Embisten contra Chávez porque recuperó los recursos naturales para distribuir sus beneficios entre el pueblo, y eso no le viene bien a las multinacionales que se dedican a explotar los hidrocarburos, a las eléctricas o las de telefonía”. Así, sentencia que “los medios españoles nos engañan sobre lo que realmente sucede en América Latina”.

“La muerte de Chávez no afectará a la continuidad del proceso bolivariano”.

Desde el primer momento, Serrano vivió el proceso bolivariano en primera persona y es un gran conocedor de la política latinoamericana en general. Según su punto de vista, la muerte del líder venezolano no influirá en la continuidad de las políticas socialistas en este y otros países de su entorno. “La población latinoamericana ha podido comparar los efectos del neoliberalismo, como la privatización de recursos públicos, el problema de la deuda externa y, en definitiva, el empobrecimiento generalizado, con los efectos de las políticas sociales que han mejorado sus condiciones de vida. De este modo, la desaparición de Chávez no va a cambiar esta forma de pensar”.

Otro de los factores principales sobre los que el periodista sostiene estos argumentos es que la Venezuela de Chávez “sembró un precedente muy importante en la unidad de los países de América Latina. Ahora se han dado cuenta de que es más positivo colaborar y ayudarse entre ellos que competir. Es decir, el petróleo venezolano le puede servir a Cuba y los médicos cubanos le pueden servir a Venezuela, así como que los astilleros argentinos le pueden servir al resto, al igual que los alimentos bolivianos. Esto va mucho más allá del proceso biológico de un gobernante”.

El escenario socioeconómico de los años 90 en Latinoamérica guarda un fuerte paralelismo, según Serrano, con lo que está sucediendo ahora en los países del sur de Europa. “La pauperización social, la crisis de la deuda, el saqueo de los bancos, de los recursos naturales y de los derechos ciudadanos es absolutamente extrapolable e identificable con la situación actual en el Sur de la UE que está provocando el neoliberalismo”, apunta el analista.

“El cambio de modelo económico solo es posible en las urnas”.

Los paralelismos socioeconómicos entre ambas regiones no son cuestionables, dice Serrano, por lo que anima a que la ciudadanía indignada en Europa se mire al espejo de los movimientos sociales latinoamericanos y replique los mecanismos que ellos utilizaron para salir del hoyo. Sin embargo, “el desprestigio de las elecciones y de cualquier forma de partido político por parte de los actuales movimientos de contestación juegan en contra” de este fin.

Para Serrano hay que entender que la única herramienta útil y al alcance de la mano para cambiar el modelo económico “pasa por las urnas, como ocurrió en Latinoamérica”. Y esta es la principal carencia que le encuentra a movimientos como el 15-M en España: “Hace falta que esa indignación caótica se organice y se convierta en una alternativa política real. Luego hay que buscar ciertos liderazgos y conseguir una cohesión social de todos los sectores indignados”.

Al preguntarle sobre el futuro de los países del Sur de Europa y, en concreto de España, Serrano apunta dos salidas políticas: O Argentina o Venezuela, hay que elegir. La primera opción sería el resultado de una movilización en la calle sin apenas repercusión en unas elecciones. Algo similiar al ‘que se vayan todos' de Argentina, que simplemente desembocó en un gobierno reformista. Si, por el contrario, la indignación se canaliza políticamente en las urnas, el resultado será más similar al venezolano o al ecuatoriano, donde llegó al poder un gobierno de transformación.


martes, 9 de abril de 2013

Marx sigue vivo y cambiando al mundo



Por Manuel E. Yepe

“Karl Marx parecía estar muerto y enterrado. Con el colapso de la Unión Soviética y el gran salto adelante al capitalismo en China parecía desvanecerse el conflicto de clases que Marx creía determinante del curso de la historia, en una era próspera de libre comercio y libre empresa”. 

Así de simple suponía y describía el escenario mundial actual la prensa corporativa estadounidense, pero la testaruda realidad ha obligado a otros análisis como el que apareció con la firma de Michael Schuman en la revista TIME el reciente 27 de marzo, que comienza con el párrafo arriba citado. 

Lo que el artículo llama “gran salto adelante al capitalismo en China” es en verdad el milagro económico mediante el cual el gigante asiático logró el más notable registro de reducción de la pobreza en la historia humana a partir de una estrategia de desarrollo en su proyecto socialista que se sirve, con mayor amplitud e intensidad que en el pasado, de las herramientas del mercado, la iniciativa individual y la inversión extranjera, así como de las posibilidades y el largo alcance que le aporta la globalización. 

El artículo de TIME considera que, aunque la teoría de Marx sobre la dictadura del proletariado no ha funcionado como él lo previera, hay que aceptar, a la luz de las desigualdades crecientes, que es justo lo que Marx había predicho y la lucha de clases está ahora de vuelta en todo el mundo. 

TIME reconoce que en Estados Unidos los ricos se están haciendo cada vez más ricos en detrimento de la clase media y los pobres. Advierte que con la economía global en prolongada crisis y los trabajadores de países desarrollados de todo el mundo agobiados por el desempleo, las deudas y el estancamiento de sus ingresos, cobran actualidad las teorías de Marx sobre la concentración de la riqueza en manos de pocos y sobre el sistema capitalista intrínsecamente injusto y autodestructivo. El futuro apunta hacia un magno conflicto entre los ricos y la clase obrera, estima la revista corporativa norteamericana. 

“El enojo de los trabajadores del mundo es creciente, así como su exigencia de acceder a una  parte justa de la economía mundial. Desde el Congreso estadounidense hasta las calles de Atenas y las líneas de montaje del sur de China, los eventos políticos y económicos que se suceden están definidos por crecientes tensiones entre el capital y el trabajo a un nivel no visto desde las revoluciones comunistas del siglo XX”. 

“Las tensiones entre las clases económicas en Estados Unidos están claramente en aumento y la sociedad percibe la escisión entre el 99 % de gente común que lucha por el sustento, y el 1% de superricos, interconectados y privilegiados, haciéndose cada día más ricos”, argumenta la publicación norteamericana.

En una encuesta del Pew Research Center publicada el año pasado, dos tercios de los consultados definía el conflicto entre ricos y pobres en Estados Unidos como la división principal en la sociedad y la valoraba como "fuerte" o "muy fuerte", un aumento significativo de 19 puntos porcentuales respecto a las respuestas a la misma pregunta en una encuesta realizada en 2009. 

Advierte el artículo de TIME que el conflicto clasista ya ha dominado la política estadounidense y considera que “la batalla partidista sobre cómo solucionar el déficit de presupuesto de la nación ha sido, en gran medida, una lucha de clases. Cada vez que el Presidente Barack Obama hablaba de aumentar impuestos a los más ricos para reducir la brecha presupuestaria, lo acusaban los conservadores de estar promoviendo una lucha de clases contra los ricos”. 

También señala como fundamentación de este criterio el hecho de que Obama basó gran parte de su campaña por la reelección en la caracterización de los republicanos como insensibles a las clases trabajadoras. 

Hay señales de que los obreros del mundo están cada vez más impacientes por sus débiles perspectivas. Decenas de miles han tomado las calles de ciudades como Madrid y Atenas, en protesta por el desempleo estratosférico y los efectos sociales de las medidas de austeridad que están haciendo los peores estragos. 

El artículo de TIME recuerda que la izquierda política europea y norteamericana fue arrastrada hacia la derecha por la embestida neoliberal de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, pero hace notar que ésta ahora comienza a desarrollar rutas alternativas creíbles. 

Concluye el ensayo señalando que Marx no sólo diagnosticó los defectos del capitalismo sino también el resultado de esos defectos. “Si las autoridades no descubren nuevos métodos de asegurar oportunidades económicas justas para los trabajadores del mundo, éstos pueden unirse y Marx podrá tener su venganza”.

(Cubaperiodistas.cu)