Por:
Iván Gil (el confidencial)
Los
modelos de la comunicación digital propiciados por las nuevas tecnologías “han
roto el oligopolio comunicativo de los grandes medios. Sin embargo, no han
servido para mejorar la calidad de la información ni para democratizarla debido
a la falta de rigor y al caos de internet. Creo que hemos perdido una gran
oportunidad”. Así de pesimista y crítico con los análisis “tecnoutópicos” se
muestra el periodista y ensayista Pascual Serrano, una visión a contracorriente
que desarrolla en su último libro La comunicación jibarizada. Cómo la
tecnología ha cambiado nuestras mentes (Península).
Para
Serrano no hay duda de que los aspectos negativos que rodean a las nuevas
formas de informarnos y comunicarnos son mucho mayores que los positivos. La
dispersión de las ideas, el dominio de lo audiovisual, la tiranía de la
inmediatez, la ausencia de rigor o el anonimato de las fuentes en las redes sociales
son solo algunas de las características de lo que este experto en medios ha
dado en llamar ‘comunicación jibarizada’. Las consecuencias, dice, “ya se están
viendo en las nuevas generaciones, que han perdido la capacidad para
concentrarse en un texto escrito durante más de media hora. Ahora se les hace
muy difícil comprender y seguir la línea argumental de un discurso”.
Las
dificultades para comprender y reflexionar críticamente sobre un texto se está
contagiando a todo el mundo, pues “pocos son los que pueden estar frente al
ordenador durante más de dos horas sin dispersar su atención, ya sea
consultando el correo o cualquier otra cosa”. Un efecto inherente a las nuevas
tecnologías porque, como explica el analista, todas sus características juegan en
contra. “Un elemento tan inocente y aplaudido como son los hipervínculos hace
que el discurso del emisor se rompa. Es decir, provoca que te encuentres ante
el dilema de pinchar el enlace e interrumpir el discurso argumental, es como un
cruce de caminos que destruye la correcta recepción del mensaje”.
De
la sociedad teledirigida a la sociedad ‘jibarizada’
La
reflexión que plantea Serrano guarda cierta relación con la teoría del Homo
Videns (o sociedad teledirigida) de Giovanni Sartori, en la que advertía sobre
el poder de los medios audiovisuales para lanzar mensajes directamente sobre
nuestro cerebro. Un impacto que anularía nuestra capacidad para distanciarnos y
procesar los mensajes de manera reflexiva, al contrario de lo que hacemos con
los contenidos escritos. “Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para
comprobar cómo estamos sufriendo una pérdida de nuestra autonomía de
pensamiento. No seamos ingenuos y no creamos que por el hecho de realizar
varias tareas al mismo tiempo, como ‘retuitear’ al tiempo que vemos la
televisión y navegamos por la web, nos convierte en unos superdotados. Se trata
de todo lo contrario, nos volvemos superficiales y nos ‘jibarizamos’”.
El
mayor peligro de la comunicación jibarizada es que sus reglas y prácticas están
“contaminando” a los medios escritos, lamenta Serrano. “Desde el punto de vista
de la ética periodística es insostenible que los medios recurran a las redes
sociales, citando fuentes anónimas y con un rigor discutible”. Con esto,
Serrano no quiere decir el sistema mediático tradicional sea beneficioso para
la democracia, ya que “no asegura la información como servicio público. No se
trata de preguntarnos cuál es el mejor y elegir, pues ninguno de los dos
modelos es bueno”.
El
llamado periodismo ciudadano ejercido por blogueros ha supuesto un cambio de
paradigma que, en contextos bélicos o donde la libertad de expresión brilla por
su ausencia, ha servido para romper el cerco informativo e, incluso, trasformar
la realidad, como en el caso de la Primavera Árabe. A pesar de ello, Serrano
advierte que debemos acudir a estas fuentes con cautela. “Creo que en estos
casos ocurre como con las ONG; algunas son honradas y otras no. Las que no lo
son es porque están influenciadas por alguna mano negra que no sabes quién es,
pero que tiene sus propios intereses”.
Como
ejemplo subraya el caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez: “No creo que pueda
presentarse como una periodista espontánea o como testigo de una determinada
realidad cuando las agencias estadounidenses le pagan viajes por todo el mundo
para dar conferencias y hace una supuesta entrevista a Obama que luego los
cables de Wikileaks demuestran que era falsa”. El gran reto de la comunicación
hoy en día, remacha el analista, consiste en “luchar por saber quién está detrás
de cada fuente informativa y a que intereses responde”.
En
Latinoamérica los medios son más libres y democráticos.
Pascual
Serrano suele presentarse siempre como fundador del portal de periodismo
alternativo Rebelión, pero entre 2005 y 2006 también fue asesor editorial de
Telesur, una compañía pública auspiciada por los gobiernos de Argentina,
Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela con el objetivo de hacer
contrapeso a las grandes cadenas internacionales de noticias. Como tal,
defiende las iniciativas gubernamentales de estos países para “hacer un reparto
equitativo del espectro radioeléctrico”.
Unas
medidas que levantaron fuertes críticas, principalmente en Argentina y
Venezuela, donde las cadenas privadas acusaron a estos gobiernos de atacar la
libertad de expresión. Sin embargo, para Serrano se trata de todo lo contrario:
“La ley de medios en Argentina u otros países latinoamericanos fomenta la
democracia al garantizar el acceso a la información de todos los sectores
sociales, al contrario de lo que sucede en los neoliberales”.
Precisamente,
la defensa de ciertos intereses económicos y políticos por parte de los medios
generalistas tiene como resultado, según apunta Serrano, un tratamiento
informativo agresivo contra los gobiernos bolivarianos. En el caso concreto de
la muerte del expresidente de Venezuela Hugo Chávez, quedó patente para este
analista que “los medios de aquí anteponen los intereses de las multinacionales
españolas que operan en estos países a los de la ciudadanía. Embisten contra
Chávez porque recuperó los recursos naturales para distribuir sus beneficios
entre el pueblo, y eso no le viene bien a las multinacionales que se dedican a
explotar los hidrocarburos, a las eléctricas o las de telefonía”. Así,
sentencia que “los medios españoles nos engañan sobre lo que realmente sucede
en América Latina”.
“La
muerte de Chávez no afectará a la continuidad del proceso bolivariano”.
Desde
el primer momento, Serrano vivió el proceso bolivariano en primera persona y es
un gran conocedor de la política latinoamericana en general. Según su punto de
vista, la muerte del líder venezolano no influirá en la continuidad de las
políticas socialistas en este y otros países de su entorno. “La población
latinoamericana ha podido comparar los efectos del neoliberalismo, como la
privatización de recursos públicos, el problema de la deuda externa y, en
definitiva, el empobrecimiento generalizado, con los efectos de las políticas
sociales que han mejorado sus condiciones de vida. De este modo, la desaparición
de Chávez no va a cambiar esta forma de pensar”.
Otro
de los factores principales sobre los que el periodista sostiene estos
argumentos es que la Venezuela de Chávez “sembró un precedente muy importante
en la unidad de los países de América Latina. Ahora se han dado cuenta de que
es más positivo colaborar y ayudarse entre ellos que competir. Es decir, el
petróleo venezolano le puede servir a Cuba y los médicos cubanos le pueden
servir a Venezuela, así como que los astilleros argentinos le pueden servir al
resto, al igual que los alimentos bolivianos. Esto va mucho más allá del
proceso biológico de un gobernante”.
El
escenario socioeconómico de los años 90 en Latinoamérica guarda un fuerte
paralelismo, según Serrano, con lo que está sucediendo ahora en los países del
sur de Europa. “La pauperización social, la crisis de la deuda, el saqueo de
los bancos, de los recursos naturales y de los derechos ciudadanos es
absolutamente extrapolable e identificable con la situación actual en el Sur de
la UE que está provocando el neoliberalismo”, apunta el analista.
“El
cambio de modelo económico solo es posible en las urnas”.
Los
paralelismos socioeconómicos entre ambas regiones no son cuestionables, dice
Serrano, por lo que anima a que la ciudadanía indignada en Europa se mire al
espejo de los movimientos sociales latinoamericanos y replique los mecanismos
que ellos utilizaron para salir del hoyo. Sin embargo, “el desprestigio de las
elecciones y de cualquier forma de partido político por parte de los actuales
movimientos de contestación juegan en contra” de este fin.
Para
Serrano hay que entender que la única herramienta útil y al alcance de la mano
para cambiar el modelo económico “pasa por las urnas, como ocurrió en
Latinoamérica”. Y esta es la principal carencia que le encuentra a movimientos
como el 15-M en España: “Hace falta que esa indignación caótica se organice y
se convierta en una alternativa política real. Luego hay que buscar ciertos
liderazgos y conseguir una cohesión social de todos los sectores indignados”.
Al
preguntarle sobre el futuro de los países del Sur de Europa y, en concreto de
España, Serrano apunta dos salidas políticas: O Argentina o Venezuela, hay que
elegir. La primera opción sería el resultado de una movilización en la calle
sin apenas repercusión en unas elecciones. Algo similiar al ‘que se vayan
todos' de Argentina, que simplemente desembocó en un gobierno reformista. Si,
por el contrario, la indignación se canaliza políticamente en las urnas, el
resultado será más similar al venezolano o al ecuatoriano, donde llegó al poder
un gobierno de transformación.
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