Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios-Argentina*
La lógica íntima de
la historia de América Latina nos indica que estamos en las vísperas de nuestra
Segunda Independencia que transcurre sin pausa y torrentosamente, bajo la
etiqueta o rótulo de los bicentenarios.
El itinerario
geopolítico de América Latina está marcado por la tensión de la bipolaridad
bolivarismo vs monroísmo, titulo de una famosa obra y advertencia del filósofo
mejicano, José Vasconcelos-Del Monroísmo o mal
llamada “doctrina” Monroe , se desprenden en forma anacrónica: la Junta
Interamericana de Defensa-1942-, el Tratado Interamericano de Asistencia
Reciproca(TIAR)-1947-, la Organización de Estados Americanos(OEA)-1948- e
inclusive las llamadas Cumbres de Ministros de Defensa de las Américas, que
como pudimos observar en Punta del Este-Uruguay- en octubre de este año,
reflejan los intereses antagónicos de los EE.UU. con la Patria Grande,
concretamente con respecto a la instalación de “misiones ” humanitarias ante
catástrofes naturales, sin precisar logística, tiempos, etc., que pueden
conducir a la instalación de un collar de bases militares de los EEUU en
América del Sur, direccionado por el Comando Sur y la IV Flota.
Los fundamentos
geopolíticos del monroísmo se inscriben en la Estrategia “América Latina para
los AMERICANOS”, es decir, ubicarnos nuevamente como “patio trasero
neocolonial”, en función de su objetivo estratégico de máxima, desprendida de
su Estrategia de Seguridad Nacional presentada a principios del 2012 por Obama,
que pasa por controlar el Pacifico-Indico ante la emergencia de China, y en el
fondo implica el control de la “isla mundial” al decir del geopolítico inglés
Mackinder-Eurasia-.Y para ello, el control de América del Sur es estratégico,
nada más erróneo que plantear la irrelevancia estratégica de Suramérica.
El Bolivarismo
implica la reintegración de la Nación Latinoamericana como comunidad mestiza
histórico-cultural gestada en los siglos XVI, XVI y XVII, pero priorizando
geopolíticamente la identidad geopolítica suramericana donde se librará la
batalla decisiva. No hay América Latina sin América del Sur. Y la geopolítica,
nos obliga a distinguir el camino principal del secundario. Porque el espacio,
no es neutro y amorfo, posee jerarquías.
El fundamento
geopolítico del Bolivarismo se ubica en el unionismo hispanoamericano de los
Libertadores San Martin y Bolívar- aquí está el origen de un ejército
suramericano con la primera independencia-, el latinoamericanismo
continentalista de los Movimientos Nacionales Populares con Vargas y Perón y el
renacer de los Movimientos Nacionales populares pos consenso de Washington con
Kirchner, Lula, Chávez, Mujica, Correa, Morales ,y todos los actuales presidentes
de la Unasur, absolutamente todos-excepto el neogolpe congresista del Paraguay
que interrumpe el gobierno de Lugo-
El Consejo
Suramericano de Defensa constituye el músculo de UNASUR. Y esta semana, se
reúnen en Lima-Perú-, los Ministros de Defensa de UNASUR.
No podemos dejar de
puntualizar que únicamente el Estado Continental Suramericano industrial podrá
ser actor con soberanía, es decir con capacidad de autonomía, en un sistema
mundo en transición, a partir del fracaso del proyecto militarista de los
neoconservadores con Bush-h- y continuado por Obama (basta decir que León
Panetta actual Secretario de Defensa de Obama, era Jefe de la CIA de Bush-h-),
o sea de una unipolaridad hegemónica posYalta.
Y nos encontramos en
un camino hacia una multipolaridad en actual trance apolar, porque todavía no
está nítido quiénes serán los Estados Continentales Industriales del siglo XXI.
Sin duda, EE.UU., China, Rusia e India han alcanzado el paradigma, Europa es un
signo de interrogante como el mundo islámico, y América del Sur una
posibilidad.
Hemos planteado,
justamente hace un año, en nuestro libro “Consejo Suramericano de Defensa:
desafíos geopolíticos. Editorial Biblos.BsAs.2.011″ que lo presentamos en la
Escuela de Defensa Nacional de la República Argentina, la necesidad urgente de
crear un Colegio Suramericano de Defensa.
Decíamos que una
identidad cultural se adquiere a partir de una Educación Común que nos
reencuentre con nuestro ser histórico real, ya que nuestro drama es que somos
una totalidad que nos cuesta totalizarnos , y así resulta casi imposible
identificar nuestros Intereses Vitales Comunes o Bienes Públicos Regionales en
un más allá de nuestros Estados, y en un plano espacial suramericano, ya que
somos una potencia acuífera, alimentaria, energética, acuífera, en
biodiversidad y en un origen común y un futuro común. Y ellos, solo se logra,
mediante la educación, es inconcebible pensar una doctrina suramericana
cooperativa sin una educación que sea la correa de reencuentro con nuestra
cultura. En el fondo, se trata de lograr una ciudadanía regional. Y hablamos a
todos los niveles, si no, no hay Estado Continental posible, pero el Consejo
Suramericano es nuestro musculo decíamos.
Y hoy vemos como un
salto gigantesco, las declaraciones realizadas por el Ministro de Defensa de
Brasil, Celso Amorim, afirmando que planteará en Lima, le necesidad de impulsar
un Colegio Suramericano de Defensa, ubicando a Brasil, a la altura de los
desafíos de la historia.
Más aún, explicó, que
no necesariamente debe existir el Colegio en un solo lugar, aludiendo que ya
existe el Centro de Estudios Estratégicos de UNASUR en Buenos Aires, y un Curso
Avanzado de Defensa Sudamericano en la Escuela Superior de Guerra del Brasil.
Consideramos un paso
de enorme magnitud y trascendencia, y además la idea de que funcione
descentralizadamente, o sea que haya múltiples sedes de un futuro Colegio.
Pero, también,
resulta necesario dejar en claro que los lineamientos doctrinarios y
curriculares que emanen de la doctrina, se desprenda del Centro de Estudios
Estratégicos de Defensa de UNASUR que funciona en Buenos Aires, para que el
gigantesco esfuerzo tenga un rumbo y horizonte, para no caer en un montón de
islitas, y con ella daremos el gran salto cualitativo y cuantitativo pendiente,
que pasa por la Soberanía Cultural a partir de la Geopolítica, entendiendo a
ella como el Pensamiento estratégico del movimiento de la Historia en la
dinámica de los espacios que nunca son neutros, y para nosotros lograrlos
existe un único camino , una Geopolítica de la Patria Grande, para lograr
nuestro pasaporte a la historia, al decir de Helio Jaguaribe.
* Autor de obras de
referencias sobre América Latina como el “Diccionario Latinoamericano de
Seguridad y Geopolítica-Director” y “Consejo Suramericano de Defensa: desafíos
geopolíticos”.
28 de noviembre de 2012
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