martes, 21 de julio de 2015

Conferencia de prensa conjunta de Bruno Rodríguez Parrilla y John Kerry



El evento se desarrolló en el Departamento de Estado después un encuentro bilateral entre ambos ministros

Bruno Rodríguez, canciller cubano (izq) y John Kerry, secretario de Estado de EE.UU. durante la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco 

Conferencia de prensa conjunta de Bru­no Rodríguez Parrilla, ministro de Rela­ciones Exteriores de Cuba, y de John Kerry, Secretario de Estado de Estados Unidos, en el Departamento de Estado, Washington, el 20 de julio de 2015.

 (Versiones Taquigráficas–Consejo de Es­ta­do)

 John Kerry.—Buenas tardes a todos.
Es un gran placer para mí esta tarde dar la bienvenida al Departamento de Estado a mi colega Bruno Rodríguez, ministro de Rela­ciones Exteriores de Cuba.

Me disculpo por estar un poquito atrasados, pero hablamos muchísimo en nuestra reu­nión previa, no solamente sobre las relaciones de Cuba y Estados Unidos, sino también sobre la región, y creo que tuvimos una conversación sumamente constructiva.

Esta es la primera visita al Departamento de Estado de un Canciller de Cuba desde el año 1958.

Hoy marca también la reanudación de lazos diplomáticos entre nuestros países y la reapertura de nuestras embajadas después de una ruptura que duró 54 años. Entonces, es una fecha histórica, un día en que se quitan barreras.

Estados Unidos acoge con beneplácito el nuevo comienzo de sus relaciones con el pueblo y el gobierno de Cuba. Estamos decididos a vivir como buenos vecinos sobre la base del respeto mutuo, y queremos que todos nuestros ciudadanos en Estados Unidos y en Cuba miren hacia el futuro con esperanza. Por ello celebramos este día, el 20 de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que se ha dañado y a abrir lo que durante demasiado tiempo ha estado cerrado.

Por supuesto, este hito no significa el fin de las profundas diferencias que todavía nos separan, lo que sí refleja es la realidad, que la guerra fría finalizó hace mucho tiempo y que en interés de ambos países va a ser mejor un acercamiento diplomático que un alejamiento, y que hemos comenzado un proceso de normalización completa y que, por supuesto, va a llevar tiempo, pero que va a beneficiar a los pueblos, tanto al de Cuba como al de Estados Unidos.

Este deseo de mirar hacia delante fue lo que impulsó las conversaciones del día de hoy y lo que nos ha hecho llegar a este momento. El Ministro de Relaciones Exteriores y yo hemos abordado una gran cantidad de temas de interés mutuo: la cooperación en las fuerzas del orden, la lucha contra los estupefacientes, las redes de comunicaciones, el Internet, temas ambientales, derechos humanos y también la trata de personas, y, por supuesto, también hablamos sobre la apertura de nuestras embajadas.

Deseamos asegurarnos de que estas embajadas puedan funcionar plenamente, y estoy seguro de que nuestros diplomáticos en ambos países van a tener la libertad de viajar y conversar con los ciudadanos de todo el país.  Para poder liderar ese esfuerzo, me siento sumamente contento de que tenemos un equipo de primera clase en Cuba, encabezado por el embajador DeLaurentis, Encargado de Negocios, quien es uno de los mejores y más experimentados servidores públicos.

Felicito al ministro de Relaciones Exteriores Rodríguez, por la apertura de la Embajada de Cuba aquí en Washington esta mañana.

El 14 de agosto voy a realizar mi primer viaje como Secretario de Estado a Cuba, y también voy a celebrar una ceremonia similar en nuestra Embajada en La Habana.

Pero antes de finalizar quiero agradecer a nuestros colegas de Suiza por el papel fundamental que desempeñaron durante mucho tiempo como un Estado protector que, por supuesto, terminó siendo por mucho más tiempo del que se contempló originalmente.

También deseo agradecer a nuestros amigos del continente que nos instaron, y muchas veces durante décadas, a que normalizásemos las relaciones diplomáticas y han acogido con beneplácito nuestra decisión de hacerlo.

Quiero agradecer la ayuda de nuestra subsecretaria, Roberta Jacobson y todos los representantes que han trabajado tan denodadamente y que han permitido que se celebrase este día.

También deseo reconocer el compromiso de todos aquellos que se interesaron por las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ya estuvieran de acuerdo o no. Los cambios no son fáciles, sobre todo cuando las relaciones están profundamente arraigadas, y aunque nosotros podemos y debemos aprender del pasado, nada es más fútil que tratar de vivir en el pasado.

El presidente Obama y yo creemos que podemos satisfacer las necesidades de nuestros pueblos con políticas para mejorar el futuro. Después de todo no hay nada para perder, mucho para ganar, alentando los viajes entre nuestros respectivos países, el intercambio de información de ideas, la reanudación del comercio y también la remoción de los obs­táculos que han dificultado que las familias se visitasen.

No nos equivoquemos, el proceso de la normalización plena de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba será largo y complejo, pero obviamente vamos a encontrar algunos momentos también de frustración. Se va a necesitar mucha paciencia, por lo tanto debemos comenzar ya este viaje, porque es un viaje que debíamos haber comenzado hace mucho tiempo.

Hoy, con la apertura de nuestras embajadas y la visita del Canciller, estamos dando un paso histórico en la dirección correcta. Te­nemos que seguir avanzando en ambos países y tenemos que trabajar de manera abierta y con respeto.

Deseo asegurarle a todo el mundo, incluyendo al pueblo de Cuba, que Estados Unidos va a cumplir con su parte.

Ahora es un placer para mí darle la palabra a nuestro invitado, ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.

Bruno Rodríguez.—Buenas tardes. Per­dón por haber llegado tarde.

Acabamos de sostener un encuentro respetuoso y constructivo con el Secretario de Estado, John Kerry.

Fue de especial significación izar la bandera cubana por primera vez, después de 54 años. No habríamos podido llegar a este momento, sin la sabia conducción del liderazgo histórico de la Revolución, encabezado por Fidel Castro, y sin la resistencia y autodeterminación del pueblo de Cuba y su firme convicción de seguir el camino escogido soberanamente.

Hemos llegado hasta aquí también gracias al apoyo solidario de la América Latina y el Caribe, de la inmensa mayoría de los países del mundo y de muchos estadounidenses y cubanos patriotas residentes en este país, que persistieron durante años en sus esfuerzos para que Cuba y Estados Unidos tuvieran una mejor relación.

Con el Secretario de Estado hemos intercambiado sobre los asuntos tratados por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama en su histórico encuentro en la Cumbre de las Américas en Panamá; sobre el estado actual de las relaciones y los avances que se han logrado desde los anuncios realizados el pasado 17 de diciembre, incluyendo la salida de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, donde nunca debió estar, y la ampliación de los intercambios sobre temas de interés común.

Trasladé el reconocimiento de nuestro pueblo y gobierno al presidente Obama por su decisión de trabajar por el cese del bloqueo, de instar al Congreso a eliminarlo definitivamente, y por su disposición a adoptar medidas ejecutivas que modifican la aplicación de algunos aspectos de esta política que, aunque han sido limitadas, van en la dirección positiva.

Hemos subrayado que el Presidente de Estados Unidos puede continuar usando sus prerrogativas ejecutivas para contribuir significativamente a la modificación de aspectos de la aplicación del bloqueo con vistas a su eliminación, no para buscar cambios en Cuba, que son de la exclusiva soberanía de la república de Cuba y de los cubanos, sino para atender al mejor interés de los ciudadanos estadounidenses.

Hemos insistido en que el levantamiento total del bloqueo es esencial para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales, así como la devolución del territorio ocupado ilegalmente en Guantánamo y el pleno respeto a la soberanía de Cuba, así como la compensación a nuestro pueblo por daños humanos y económicos.

Reiteramos nuestra invitación a los ciudadanos estadounidenses a ejercer su derecho de viajar a Cuba, como al resto del mundo, y a las compañías de este país a aprovechar, en igualdad de condiciones, las oportunidades que Cuba ofrece.

El Secretario de Estado y yo hemos ratificado el interés en normalizar los vínculos bilaterales, reconociendo que este será un camino complejo y largo, que demandará de la voluntad de ambas partes.

He reiterado al señor Secretario de Estado, la voluntad del gobierno cubano de avanzar en el proceso hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos sobre bases de respeto e igualdad soberana, sin menoscabo a la independencia y soberanía de Cuba y sin injerencias en nuestros asuntos internos.

Es cierto que existen diferencias profundas entre los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos, en cuanto a nuestras concepciones sobre el ejercicio de los derechos humanos por parte de todas las personas y en todo el planeta, y también en temas de derecho internacional, las cuales, inevitablemente, persistirán; pero estamos convencidos de que ambos podemos cooperar y coexistir de manera civilizada, sobre la base del respeto de estas diferencias y el desarrollo de un diálogo constructivo, orientado al bienestar de nuestros países y pueblos del continente y del mundo.

He transmitido al Secretario de Estado que será bienvenido en La Habana con motivo de la ceremonia de reapertura de la embajada de Estados Unidos. Así que le estaré esperando, señor Secretario, en cualquier momento y le agradezco su hospitalidad en Washington.

Muchas gracias.

Andrea Mitchell (NBC).—Señor Ministro y señor Secretario:

El Ministro de Asuntos Exteriores dijo que el que todavía tuviésemos la Base Naval de Guantánamo es uno de los resultados de los deseos de Estados Unidos para controlar el hemisferio, y el retiro del bloqueo es algo fundamental. ¿Puede usted responder de esos comentarios de lo que dijo el Ministro de Asuntos Exteriores? Parecería que esta sería una precondición, o sea que no quería intervención por parte de Estados Unidos en los temas domésticos de Cuba.

¿Qué quisiera decir con respecto a los cambios con respecto a los derechos humanos, incluso esos cambios que son requeridos por el Congreso?

Señor Ministro, bienvenido a Estados Uni­dos y al Departamento de Estado. Para todos nosotros que hemos visto esta relación durante tantos años, debo decir que este es un evento histórico. Parece indicar que hay precondiciones, incluyendo el retiro del embargo y la devolución de Guantánamo. ¿Ve usted algún cambio en Cuba, en el caso de que Estados Unidos tuviera algún requerimiento, antes de que se lleven a cabo estos eventos?

John Kerry.—Bueno, no es ninguna sorpresa, porque ha sido un tema de debate a lo largo del tiempo en el que hemos estado examinando nuestra relación y en que hemos estado obrando para llegar al día de hoy, de que hay cosas que Cuba querría ver y cosas que querría ver Estados Unidos.

Ambos hemos sido sumamente claros el uno con el otro, no ha habido ningún tipo de secreto, y es por eso que hemos podido construir esta capacidad de llegar al momento actual.

Con respecto al bloqueo, el presidente Obama no podía ser más claro al respecto, el presidente ha llamado al Congreso pidiendo que se retire ese bloqueo. Nuestra esperanza es que en el transcurso del desarrollo de esta relación a lo largo de las próximas semanas, meses, años —esperamos que no sean años—, la gente empiece a ver los beneficios que surgen en ambos países como resultado de este cambio el día de hoy.

Entonces, desde luego, nosotros esperaríamos que en el momento más apropiado se retire este bloqueo y que se puedan construir mayores cimientos para esta relación. Claro, esto va a requerir más tiempo, todos lo comprendemos, pero esta vez no hay ningún tipo de discusión ni de intención de parte nuestra de alterar el tratado con respecto al arriendo; pero nosotros sabemos y entendemos que Cuba tiene sentimientos fuertes al respecto.

Yo no sé qué nos depara el futuro, pero les puedo decir que de parte nuestra esa no es parte de la discusión. Como dije, ambas partes tenemos sentimientos muy profundos. Noso­tros hemos expresado y siempre expresaremos, porque es parte de nuestra política, es parte de nuestro ADN como país, en Estados Unidos nosotros expresamos nuestro entendimiento.

Con respecto a derechos humanos hemos tenido buenos intercambios, pero, como sa­ben, parte de este arreglo que se llevó a cabo tuvo que ver con un intercambio de personas y la puesta en libertad de otras. Nuestra esperanza es que a medida que siga adelante el tiempo, podamos seguir desarrollando aún más.

El día de hoy lo que comentamos fue cómo llevar esta relación a una relación más fuerte, más robusta, de una manera eficaz, para poder poner el acento sobre todos los temas pendientes, para aprovechar al máximo este momento y no perder el futuro con respecto al bloqueo y a otros temas pendientes.

Nosotros seguiremos obrando en este sentido.  Creo que el día de hoy es el principio de un esfuerzo constructivo y queremos que así se quede.

Bruno Rodríguez.—Hemos finalizado la etapa de intercambios para restablecer las relaciones diplomáticas y reabrir las Emba­jadas.

Ha sido alcanzado un progreso muy importante en el último período. El Gobierno de Estados Unidos ha reconocido que el bloqueo a Cuba es una política errónea que le causa aislamiento y provoca daños humanitarios y privaciones a nuestro pueblo, y se ha comprometido a involucrarse con el Congreso en un debate con el objetivo de levantarlo.

En segundo lugar, el Presidente de Estados Unidos ha adoptado algunas medidas ejecutivas, aún limitadas, pero orientadas en la dirección correcta.

He intercambiado con el secretario Kerry en relación con los propósitos para el período siguiente dirigido a la normalización de relaciones bilaterales. No hemos hablado de condiciones, sino de la necesidad de avanzar mediante el diálogo sobre bases de igualdad soberana y respeto mutuo a crear un comportamiento civilizado dentro de las diferencias profundas que existan entre ambos gobiernos al servicio de los intereses de nuestros respectivos pueblos.

Para mí es muy importante que se haya abierto hoy una Embajada en Washington y que se creen los instrumentos diplomáticos que aseguran completo reconocimiento mu­tuo y un aporte práctico al desarrollo del diálogo bilateral.

He expresado también que para Cuba la normalización de relaciones supone la solución de toda una serie de problemas pendientes, entre los cuales he mencionado el cese del bloqueo a Cuba, la devolución del territorio de Guantánamo y el completo respeto a la soberanía de nuestro país.

Hemos confirmado en la mañana de hoy que existen condiciones para que el diálogo sea ampliado para expandir la cooperación bilateral de mutuo beneficio entre ambos países y, por supuesto, siendo necesariamente asimétrica la situación que existe entre Esta­dos Unidos y Cuba, toda vez que nuestra pe­queña isla no tiene ninguna política discriminatoria contra ciudadanos estadounidenses o empresas estadounidenses; no aplica ninguna medida coercitiva de ninguna naturaleza, unilateral, económica; no ocupa ninguna porción de territorio, precisamente mediante el diálogo han de crearse las condiciones que permitan avanzar hacia la normalización de relaciones.

Me declaro complacido con los intercambios que he tenido esta mañana con el secretario Kerry y con el hecho de que después de los anuncios del 17 de diciembre se hayan restablecido esta madrugada las relaciones diplomáticas, haya abierto nuestra Embajada y tenga la oportunidad de recibir al secretario Kerry para la reapertura de la Embajada de Estados Unidos en La Habana en las próximas semanas.

Cristina Escobar (TV-Cuba).—Muchas gracias.

Ministro Rodríguez, me gustaría saber cuáles son las ventajas que en este momento existen después de la apertura de la Embajada, considerando que el bloqueo todavía sigue, y cuáles son las ventajas que tenemos ahora que tenemos una Embajada.

Secretario Kerry, el gobierno de Cuba ha dicho varias veces en el pasado que los diplomáticos estadounidenses en La Habana han quebrantado el Convenio de Viena. O sea, ¿van ustedes a respetar el Convenio de Viena, como usted lo ha dicho en varias ocasiones?

Bruno Rodríguez.—El hecho de que se hayan restablecido las relaciones diplomáticas y se abran embajadas en ambas capitales, demuestra, en primer lugar, la voluntad mu­tua de avanzar hacia el mejoramiento de las relaciones entre nuestros países.

En segundo lugar, establecen nuevos instrumentos que permiten ampliar y profundizar el diálogo bajo las circunstancias que he descrito.

En tercer lugar, durante el proceso de conversaciones previas, tal como expresan las cartas históricas que se han intercambiado el presidente Raúl Castro Ruz y el presidente Barack Obama, que las bases del normal funcionamiento de estas misiones diplomáticas son los propósitos y principios de la Carta de Na­ciones Unidas, los principios de Derecho In­ternacional y las normas de las Conven­ciones de Viena de Relaciones Diplomáticas y Con­sulares.  Por lo tanto, hemos arribado a acuerdos en esta materia, y puedo decir que Cuba será absolutamente respetuosa de di­chas disposiciones, sus diplomáticos se atendrán firmemente en su conducta a esas reglas y crearemos en La Habana todas las condiciones para el normal funcionamiento de la nueva Embajada de Estados Unidos en nuestra capital.
John Kerry.—Yo nada más quiero recalcar lo que ha dicho Bruno. Desde luego, parte de las negociaciones que han llevado a la apertura de las embajadas era que teníamos que llegar a un acuerdo con respecto a todas las funciones diplomáticas.  Entonces transcurrió bastante tiempo y la secretaria adjunta, Jacobson, negoció con su homóloga, y el Canciller y yo nos reunimos y firmamos un acuerdo que se acata la Convención de Viena y requiere que ambos países entiendan lo que es necesario y lo que es apropiado en este momento. Claro, puede estar sujeto a algún cambio en el futuro, pero por ahora estamos satisfechos, puesto que nos acatamos a la estructura de la Convención de Viena.

Periodista (La Voz de América).—Bue­nas tardes, ministro Rodríguez.

Quería saber si establecieron ustedes algún tipo de ruta, de trayectoria para las charlas y cuáles son sus prioridades. Y, por lo tanto, ¿prevé usted una apertura política sobre la libertad de expresión, de asamblea y la legalización de los partidos de oposición?

Secretario Kerry, si le puedo preguntar a usted algo sobre el aspecto nuclear. El Consejo de Seguridad ha votado hoy en la ONU. Los críticos dicen que con respecto a este convenio, probablemente todo esto se está llevando a cabo antes de que el Congreso pueda debatir este trato. ¿Cuál es la respuesta de usted ante estas críticas?

John Kerry.—Yo quiero recordarles a ustedes, creo que en el caso de ir a la guerra en administraciones anteriores, el Consejo de Seguridad de la ONU votó antes del Congreso, pero cosa aun más importante en este caso en particular, con respecto a este acuerdo, noso­tros nos esmeramos en proteger las prerrogativas del Congreso. En efecto, nosotros pudimos hacer que nuestros colegas en países soberanos, que no tienen ninguna obligación con el Congreso, estuvieran de acuerdo en aceptar 90 días de no instrumentación de la Resolución sobre la cual se votó en el día de hoy.

Todo está muy bien, o sea que el Congreso pueda interactuar con el Departamento Eje­cu­tivo y que requiera que hagamos ciertas cosas, pero francamente algunos de estos países se vieron renuentes, o sea, de que naciones soberanas que tuvieran que estar sujetas al Con­greso de Estados Unidos, entonces elaboramos un compromiso, y al elaborar ese compromiso lo hicimos de tal manera que protege las prerrogativas del Congreso de Estados Unidos para que se revise esto en los próximos 60 días. Dijimos que habría 90 días en el que no habría instrumentación; o sea, ningún tipo de habilidad o de capacidad del Congreso ha sido nominado, o sea, esas son sus prerrogativas. Pero, por otra parte, estamos negociando con otros seis países y eso requiere, desde luego, que haya cierta medida de sensibilidad y de cooperación multilateral que tiene que tomar en cuenta el deseo de otras naciones. Al mismo tiempo, fueron bastante insistentes. O sea, en el hecho de que se llevara a cabo ese voto, porque estaban negociando bajo el techo de las Naciones Unidas, y pensaron que cuando completaran su trabajo las Naciones Unidas pudieran emitir su fallo.

Entonces, yo espero poder seguir adelante a lo largo de los próximos 60 días con testimonios y con reuniones privadas y cualquier foro que sea necesario, para poder ayudar al Congreso a entender de que este trato hace exactamente lo que dice; es decir, previene la posibilidad de que un arma nuclear caiga en las manos de otro país, mientras que simultáneamente abre la oportunidad a que los Estados Unidos de este momento en el tiempo, puedan poner a prueba la verificación y todos esos elementos, en vez de tener que escoger el día de hoy, el tener que forzar potencialmente un conflicto, casi inmediatamente que si es exactamente lo que sucedería si el Congreso no acepta este acuerdo.

Bruno Rodríguez.—(inaudible) ...son re­cibir al señor Secretario Kerry en las próximas semanas en La Habana, continuar nuestras conversaciones, establecer los mecanismos apropiados para ampliar el diálogo en aspectos relacionados con la cooperación bilateral, orientada al beneficio común y retomar la conversación acerca de los aspectos sustanciales de la relación bilateral mencionados antes, que determinarán el proceso hacia la normalización de relaciones.

Debo decir que la apertura política en Cuba ocurrió en el año 1959, la bandera que izamos esta mañana en la embajada de Cuba esperó 54 años para regresar a esta capital. Los cubanos nos sentimos muy felices con la manera en que manejamos nuestros asuntos internos. Somos optimistas en la solución de nuestras dificultades y somos muy celosos de nuestra soberanía, de manera que nos mantendremos en permanente consulta con nuestro pueblo, para cambiar todo lo que necesite ser cambiado por voluntad soberana y exclusiva de los cubanos.

Jorge Gestoso (Telesur).—Tengo que ad­mi­tir que estoy... Porque yo escucho al Se­cretario Kerry, que habla perfecto español y al Ministro Rodríguez, que habla perfectamente el inglés. O sea que yo no sé en qué idioma voy a plantear la pregunta original.

Empecemos con el señor Secretario Kerry. ¿Opina usted que esta nueva era de relaciones con Cuba sea el reconocimiento de que las políticas de los Estados Unidos de aislar a países en Latinoamérica que difieren de sus opiniones políticas, simplemente no funciona?
¿Opina usted que los viajes recientes a Caracas del señor Thomas Shannon sea el principio de un intento para reconstruir la relación con Cuba?

Ministro Rodríguez, ¿se puede tener relaciones con Estados Unidos cuando Estados Unidos da todas las señales de que no quiere levantar el bloqueo o el embargo —como le dicen aquí— y no quiere retirarse de Guan­tánamo? ¿Y para aquellos escépticos que en realidad lo que ven aquí es un cambio de estrategia que Estados Unidos durante más de medio siglo trató de cambiar a Cuba desde afuera, ahora haya implementado una manera creativa para intentar cambiarla desde adentro?

Gracias.

Bruno Rodríguez.—Puedo decir que el hecho de que se hayan restablecido las relaciones diplomáticas y se estén abriendo ambas embajadas muestra una voluntad mutua de avanzar hacia la normalización de relaciones bilaterales.

No fue poco escuchar en apenas 15 minutos, en diciembre pasado, al Presidente de los Estados Unidos de América reconocer que la política de bloqueo a Cuba había sido errónea, había ocasionado daños y privaciones al pueblo cubano y había provocado aislamiento al gobierno de Estados Unidos. Se ha abierto hoy una embajada con un país al que se reconoce totalmente soberano, aunque es una isla pe­queña y vecina.

Debo decir que, precisamente, el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas es apreciada por mi país como una señal de avanzar hacia una relación civilizada, a pesar de las diferencias, y tendrá sentido únicamente si el bloqueo es levantado; si podemos, en efecto, resolver los problemas pendientes desde hace más de un siglo y si podemos componer una nueva clase de relaciones entre Estados Unidos y Cuba distinta a la que ha existido a lo largo de toda la historia.

De manera que, en efecto, nosotros sentimos que en el reconocimiento de la necesidad de levantar el bloqueo a Cuba, en el hecho de que en las conversaciones que hemos tenido, incluida la mañana de hoy, percibimos respeto a la independencia de Cuba, a la autodeterminación de nuestro pueblo. El hecho de que podemos hablar, como aprecio que hemos hablado el Secretario de Estado y yo, en condiciones de absoluta igualdad soberana, pese a las diferencias, demuestra como ha ocurrido en los hechos que nos han traído aquí hoy, que el diálogo es provechoso y que Estados Unidos y Cuba, por mandato del pueblo norteamericano y del pueblo cubano, estamos en condiciones de avanzar hacia un futuro de relaciones diferentes a las que hemos acumulado a lo largo de nuestra historia, y que responda, precisamente, a los mejores intereses de nuestros ciudadanos.

Hay un orden internacional, se reconoce el Derecho Internacional como la norma de conducta civilizada de los Estados, hay principios universalmente aceptados y estos son los que han permitido llegar hasta este minuto y los que orientarán nuestra conducta de relación hacia el futuro.

John Kerry.—Bueno, yo he aprendido en mi vida pública que no hay nada más difícil que el intentar cambiar actitudes y creencias arraigadas profundamente, que se basan en experiencias personales.

También he aprendido, obviamente, en la experiencia en la que me uní al senador John McCain en un esfuerzo de 10 años para intentar cambiar nuestras relaciones y llegar a la paz, para terminar con la guerra después de que habían pasado 20 años desde que había terminado la guerra; pero había batallas muy profundas en nuestro país sobre ese tema, y durante ese tiempo, con mucho esfuerzo, pudimos mostrar a la gente que había un camino mejor.

Hace un par de semanas tan solo, el Secretario del Partido Comunista de Viet Nam estaba aquí visitando al Presidente, el día de hoy tenemos relaciones comerciales y las cosas están cambiando rápidamente en ese país, no tan rápidamente como querrían varias personas, pero por lo menos están cambiando. Entonces, es así con Cuba, todavía hay pasión, todavía hay sentimientos muy profundos. Aquí en Estados Unidos hay mu­chos cubanoamericanos que han contribuido a la vida en nuestro país, muchos de ellos se oponen al cambio. Algunos opinan que ha llegado el momento de cambiar.

Cuando yo presté mi servicio en el Senado de Estados Unidos había muchos que pensaban que con el tiempo nuestra política de aislamiento simplemente no estaba funcionando, nos estábamos autoaislando, y pensamos que después de todos esos años había llegado el momento de intentar algo nuevo.

El presidente Obama está haciendo eso en este momento, cuando habló de este cambio de política: si quieren excavar un hoyo muy profundo y siguen excavando y no encuentran lo que están buscando, dejen de excavar. Queda muy claro que nosotros hemos escogido un trayecto distinto, diferente. La gente me dice, la gente que ha visitado Cuba siente, advierte la emoción, las posibilidades; pero estoy convencido de que a medida en que vayamos resolviendo estos temas, vamos a encontrar un mejor camino que va a satisfacer las necesidades de ambos pueblos, de ambos países, y es por ello que el Presidente nos ha puesto sobre este camino. Durante años, años y años él sentía, percibía que el pueblo cubano era el que estaba pagando el precio más alto y que no estábamos alcanzando el tipo de relación que tenemos ahora.

Con respecto a Venezuela, el apoderado legal del Departamento de Estado, Tom Shan­non, ha tenido varias conversaciones con Venezuela, tuvimos una conversación muy productiva antes de la Cumbre de las Amé­ricas en Panamá.

Estados Unidos ha dicho repetidas veces que nosotros querríamos tener una relación normal con Venezuela y nos hemos acercado en un diálogo para cambiar ese diálogo. Y, claro, hay diferencias con el presidente Ma­duro y su gobierno, y hemos planteado esas diferencias y hablamos de ellas.

También el día de hoy el ministro Rodrí­guez y yo hablamos específicamente de Vene­zuela, con la esperanza de encontrar una me­jor manera para salir adelante, ya que se beneficiaría toda la región. Si ningún país es un chivo expiatorio, entonces, sí de hecho todos los países están obrando para resolver esos problemas. Ese será nuestro objetivo. Es­peramos seguir adelante con este diálogo con Venezuela. Esperamos que nuestras re­laciones diplomáticas con Cuba puedan alentar un mejor diálogo con Venezuela; pero quizás, incluso, esfuerzos para ayudar a Colombia a poner fin a su guerra de 50 años, y otras iniciativas.

No vamos a estar desbordándonos de expresiones, con expresiones de un optimismo excesivo para encontrar estas capacidades específicamente, pero sabemos que las vamos a buscar. Opinamos que esto va a incidir y vamos a seguir obrando en este sentido, y creo que este va a ser el beneficio que surgirá del día de hoy.

Con el inicio de relaciones diplomáticas nos comprometemos en hablar de nuestras diferencias, encontrar terrenos en el que podemos trabajar mancomunadamente para ayudar al pueblo de Cuba y de Estados Unidos y a los pueblos de toda la región.
Muy bien, muchas gracias a todos por su asistencia.


Que tengan buenas tardes.

Fuentes: Granma

Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos



El diplomático cubano preside el acto de izamiento de la bandera cubana en la embajada de Cuba en Estados Unidos

Discurso de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de la Re­pú­blica de Cuba, en la ceremonia de reapertura de la Embajada de Cuba en Estados Unidos, Washington, 20 de julio de 2015
(Versiones Taquigráficas–Consejo de Es­tado)

Excma. Sra. Roberta Jacobson, secretaria de Estado Adjunta y señores funcionarios del go­bierno de Estados Unidos que la acompañan;

Honorables miembros del Congreso;

Estimados representantes de las organizaciones, movimientos e instituciones estadounidenses que han realizado ingentes esfuerzos por el cambio de política hacia Cuba y el mejoramiento de las relaciones bilaterales;

Estimados representantes de las organizaciones y movimientos de la emigración patriótica;
Excelentísimos señores Embajadores;

Compañeros de la delegación cubana;

Encargado de negocios José Ramón Ca­ba­ñas, funcionarios y trabajadores de la Em­ba­jada de Cuba;

Estimadas amigas y amigos:

La bandera que honramos a la entrada de esta sala es la misma que aquí fue arriada hace 54 años, conservada celosamente en la Flo­rida por una familia de libertadores y luego por el Museo de nuestra ciudad oriental de Las Tunas, como anticipación de que este día tendría que llegar.

Ondea nuevamente en este lugar la bandera de la estrella solitaria que encarna la generosa sangre derramada, el sacrificio y la lucha más que centenaria de nuestro pueblo por la independencia nacional y la plena autodeterminación, frente a los más graves desafíos y peligros.

Rendimos homenaje a todos los que cayeron en su defensa y renovamos el compromiso de las generaciones presentes y, con absoluta confianza en las que vendrán, de servirla con honor.

Invocamos la memoria de José Martí, quien vivió consagrado a la lucha por la libertad de Cuba y conoció profundamente a Es­tados Uni­dos. En sus Escenas Nor­tea­me­ri­ca­nas, nos dejó una nítida descripción de la gran nación del norte y el elogio de lo mejor de ella. Tam­bién, nos legó la advertencia de su desmedida apetencia de dominación que toda una historia de desencuentros ha confirmado.

Hemos llegado aquí gracias a la conducción firme y sabia del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, a cuyas ideas siempre guardaremos lealtad suprema (Aplausos). Recordamos su presencia en esta ciudad, en abril de 1959, para promover relaciones bilaterales justas y su sincero homenaje a Lincoln y Washington. Los propósitos que tempranamente lo hicieron venir, son los que hemos intentado en estas décadas y coinciden exactamente con los que nos proponemos hoy.

Muchos en esta sala, políticos, periodistas, personalidades de las letras o las ciencias, estudiantes, activistas sociales estadounidenses, atesoran infinitas horas de enriquecedora conversación con el Comandante que les permitieron comprender mejor nuestras razones, objetivos y decisiones.

Este acto ha sido posible por la libre e inquebrantable voluntad, la unidad, el sacrificio, la abnegación, la heroica resistencia y el tra­bajo de nuestro pueblo, y por la fuerza de la Na­ción y la cultura cubanas.

Varias generaciones de la diplomacia revolucionaria confluyeron en este esfuerzo y entregaron sus mártires. El ejemplo y el verbo trepidante de Raúl Roa, el Canciller de la Dig­nidad, continúa animando la política exterior cu­bana y estarán en el recuerdo de los más jóvenes y de los futuros diplomáticos.

Soy portador de un saludo del Presidente Raúl Castro Ruz, expresión de buena voluntad y de la sólida decisión política de avanzar, mediante el diálogo basado en el respeto mutuo y la igualdad soberana, hacia una convivencia civilizada, aun dentro de las diferencias entre ambos gobiernos, que favorezca la solución de los problemas bilaterales, promueva la cooperación y el desarrollo de vínculos mutuamente ventajosos como desean y merecen ambos pueblos.

Sabemos que ello sería una contribución a la paz, el desarrollo, la equidad y la estabilidad del continente, al ejercicio de los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados La­ti­no­ame­ricanos y Caribeños, en La Ha­bana.

Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de Embajadas, culmina hoy una primera etapa del diálogo bilateral y se abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

Es grande el desafío porque nunca ha habido relaciones normales entre los Estados Unidos de América y Cuba pese a un siglo y medio de intensos y enriquecedores vínculos entre los pueblos.

La Enmienda Platt, impuesta en 1902 bajo ocupación militar, cercenó un esfuerzo libertador que había contado con la participación o la simpatía de no pocos ciudadanos norteamericanos y dio origen a la usurpación de territorio cubano en Guantánamo. Sus nefastas consecuencias marcaron indeleblemente nuestra historia común.

En 1959, Estados Unidos no aceptó la existencia de una pequeña y vecina isla totalmente independiente y unos años después, aun menos, la de una Revolución socialista que tuvo que defenderse, y desde entonces, encarna la voluntad de nuestro pueblo.

Cito la historia para afirmar que hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas y distintas a todo lo anterior. Para ello, el gobierno cubano compromete toda su voluntad.

Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que es­ta­mos viviendo hoy.

Cada paso que se avance contará con el reconocimiento y la favorable disposición de nuestro pueblo y gobierno, y recibirá seguramente el aliento y el beneplácito de la América Latina y el Caribe y del mundo.

Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos.

Persistir en objetivos obsoletos e injustos y solo proponerse un mero cambio en los métodos para conseguirlos, no hará legítimos aque­llos ni ayudará al interés nacional de Es­ta­­dos Unidos ni al de sus ciudadanos. Sin em­bargo, si así ocurriera, estaríamos dispuestos a aceptar ese desafío.

Acudiremos a este proceso, como escribiera el presidente Raúl Castro en su carta del 1ro. de julio al presidente Barack Obama, “animados por la intención recíproca de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación entre nuestros pueblos y gobiernos”.

Desde esta Embajada, continuaremos trabajando con empeño para fomentar las relaciones culturales, económicas, científicas, académicas y deportivas, y los vínculos amistosos entre nuestros pueblos.

Transmitimos el respeto y reconocimiento del gobierno cubano al Presidente de Estados Unidos por su llamado al Congreso a levantar el bloqueo y por el cambio de política que ha enunciado, en particular por la disposición que ha expresado de ejercer sus facultades ejecutivas con ese propósito (Aplausos).

Recordamos especialmente la decisión del pre­sidente Carter de abrir Secciones de In­tereses respectivas en septiembre de 1977.

Me complace agradecer al gobierno de la Confederación Suiza por su representación de los intereses cubanos durante los últimos 24 años.

En nombre del gobierno y del pueblo de Cuba, deseo expresar nuestra gratitud a los miembros del Congreso, académicos, líderes religiosos, activistas, grupos de solidaridad, empresarios y tantos ciudadanos estadounidenses que se esforzaron a lo largo de mu­chos años para hacer llegar este día.

A la mayoría de los cubanos residentes en Estados Unidos, que han defendido y reclaman una relación diferente de este país con nuestra nación, expresamos reconocimiento. Nos han dicho, conmovidos, que multiplicarán sus esfuerzos, leales a la tradición de la emigración patriótica que sirvió de sustento a los ideales de independencia.

Expresamos gratitud a nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños, que han estado de manera decisiva junto a nuestro país y reclamaron un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, al igual que lo hicieron con extraordinaria constancia muchísimos amigos en todo el mundo.

Reitero nuestro reconocimiento a los gobiernos, aquí representados por el Cuerpo Di­plomático, que con su voz y voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en otros ámbitos dieron una contribución decisiva.

José Martí organizó desde aquí el Partido Revolucionario Cubano para conquistar la libertad, toda la justicia y la dignidad plena de los seres humanos. Sus ideas, reivindicadas heroicamente en el año de su Centenario, siguen siendo la esencial inspiración en este camino que nuestro pueblo, soberanamente, ha escogido.

Muchas gracias (Aplausos).

Fuente: Granma