domingo, 11 de septiembre de 2011

El "factor DSK" y las elecciones en Francia


Por Fausto Triana*




París (PL) Apenas tocó suelo francés y ya destapó otra "Caja de Pandora" en todas sus dimensiones, desde apasionadas defensas hasta críticas destructivas. Sin embargo, ahí está, como la Puerta de Alcalá de Madrid.

  Dominique Strauss-Kahn es lo que muchos llaman el "factor DSK", o sea la influencia que pudiera tener en los meses futuros en la política de Francia el ex patrón del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Envuelto en un escándalo en Nueva York, por presunto abuso sexual y violación, finalmente logró el anhelado "blanchir" (absolución total de los cargos), en razón de la poca credibilidad de la mucama del hotel que lo acusó.

Era hasta mayo del año en curso el candidato a derrotar, si como se esperaba era seleccionado en las filas del Partido Socialista (PS) la figura para los comicios presidenciales de marzo y abril de 2012.

Reconocido como un notable economista y con una labor equilibrada hasta donde puede ser la función de director-gerente del cuestionado FMI, Strauss-Kahn sopesaba en esos momentos si continuar con la responsabilidad o retornar a Francia.

Precisamente el viaje que iba a realizar a mediados de mayo tenía, al parecer, esos propósitos. Quería consultar a sus más allegados y al mismo tiempo medir en el terreno las tendencias del electorado francés.

En definitiva, después de pasar un calvario que lo colocó en una posición nada agradable en calidad de villano muy mediático, se sacudió de la espina, pero la "limpieza" de su imagen dejó huellas indelebles.

Surgieron otras mujeres que aseguran fueron víctimas alguna vez de los acosos de DSK y la opinión pública gala -bastante desenfadada con estos temas en general-, quedó con un sabor amargo: el político del PS dejó de ser el "chou chou" de los electores.

ESCENARIOS

Los escenarios que se vislumbran en el ambiente son varios aunque de momento ninguno augura calma. Todo lo contrario, la tormenta de intercambio de críticas y desplantes que ya venía subiendo el tono, asume el rango de tsunami político.

El actual presidente de la República, Nicolás Sarkozy, de la centroderechista Unión por un Movimiento Popular (UMP) echó a andar su maquinaria de prensa para intentar dejar definitivamente fuera del ruedo a Strauss-Kahn.

Sarkozy tiene notorias influencias en los medios galos, particularmente en la cadena privada de televisión TF1 y en el universo de las estatales France2 y France3, y las internacionales TV5 Monde, France24 y Radio Francia (RFI).

Empero, su popularidad sigue en baja. Pese a intentarlo todo, con un protagonismo belicista poco frecuente en los mandatarios franceses con el caso de Libia; la presidencia temporal del G8 y el G20, logró al menos mejorar ligeramente su imagen.

La economía, sin embargo, anda en graves problemas en Europa, llegan aires pesimistas del aliado mayor, Estados Unidos, y París está en la mira por el volumen enorme de su deuda pública.

Ante este panorama, DSK jugará un papel quizás relevante. Prometió que hablaría ante la televisión en un futuro programa de debates para explicar lo ocurrido, y, sobre todo, disculparse por su tendencia voraz de mujeriego.

Si bien fue defendido a capa y espada por su esposa, Anne Sinclair, una antigua periodista heredera de la fortuna millonaria de su padre, asimismo se conoció que, en efecto, llegó a tener relaciones sexuales con la mucama de marras, al parecer consentidas.

Por tanto, deberá escoger con mucho tino su discurso para encontrar cierto alivio en la opinión de los franceses. Luego, será cosa de ver si se atreve a dar su espaldarazo abierto a alguno de los aspirantes socialistas en liza.

En octubre serán las primarias internas del PS y la puja se concentra en estos momentos entre François Hollande, el favorito, y Martine Aubry, ambos ex primeros secretarios de la principal fuerza opositora de Francia.

Los "strausskahnianos", como denominan aquí a sus seguidores, parecen divididos. Muchos se decantan ya por Hollande, pero otros saben que Aubry siempre fue fiel de DSK. Queda a distancia Ségoléne Royal, candidata perdedora ante Sarkozy en 2007.

A priori, la lucha por el sillón del Palacio del Elíseo volverá a concentrarse entre la UMP y el PS. Igualmente habrá que tomar en cuenta el peso específico que pudiera conseguir la ultraderecha comandada por Marine Le Pen.

Para observadores, Marine Le Pen, hija del veterano fundador del Frente Nacional (FN) y ex aspirante presidencial, Jean Marie Le Pen, pudiera ser una suerte de báscula que pondría a prueba a Sarkozy en sus deseos de hacer concesiones a la extrema derecha.

Mientras, aún en cierne el proceso electoral, el "factor DSK" estará en el umbral de todos los bastiones políticos de Francia, incluidas las organizaciones como EuropaEcología-Los Verdes, el Partido Comunista y el Partido de Izquierda de Jean Luc Melenchon.

* Jefe de la corresponsalía de Prensa Latina en Francia.











No hay comentarios:

Publicar un comentario