martes, 17 de septiembre de 2013

Un mundo más seguro para todos sin armas nucleares

A propósito  de la Reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU sobre el desarme nuclear (26 de septiembre de 2013). 

Intervención en el Foro debate online. 17 de septiembre de 2013. Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU).

Por Leyde E. Rodriguez Hernández

Desde los académicos y profesores la importancia de la convocatoria de la Reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre desarme nuclear, radica en que la seguridad internacional está seriamente amenazada por la existencia de las armas nucleares y esta reunión es una contribución en este complejo escenario. Su total eliminación y prohibición es una cuestión de supervivencia para la humanidad. En el pensamiento político de Fidel Castro Ruz, sobre el desarme nuclear, encontramos una importante alerta a la humanidad por la terrible amenaza que representa la existencia de las armas nucleares. Lo que, junto con el cambio climático, pone en peligro la supervivencia de especie humana. Si no se destruyen los enormes arsenales nucleares en poder de las principales potencias mundiales, la seguridad internacional y la existencia futura de la humanidad seguirán pendiendo de un hilo. Todos los Estados debieran tomar conciencia de los efectos globales de cualquier detonación nuclear accidental o intencional.

La sociedad civil cubana en general le otorga especial prioridad al desarme nuclear y defiende la necesidad de que se adopte un instrumento internacional jurídicamente vinculante que prohíba totalmente las armas nucleares. Alentamos a las autoridades cubanas a que continúen realizando todos sus esfuerzos junto a los países No Alineados para que esta Reunión sea un paso de avance concreto en el necesario camino hacia el desarme nuclear. Cuba alienta a todos los Estados a participar al más alto nivel posible en el encuentro.

Desde este foro hacemos un llamado a académicos y a la sociedad civil en general a que realicen todas las iniciativas a su alcance para que en sus respectivos países asistan y apoyen la reunión de alto nivel. La Conferencia de Desarme deberá negociar un tratado que elimine y prohíba las armas nucleares; un tratado que prohíba la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; un tratado que brinde garantías de seguridad efectivas para los Estados que, como Cuba, no son poseedores de armas nucleares; y un tratado que prohíba la producción de material fisible para la fabricación de armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares.

Uno mi voz a las posiciones defendidas por Cuba cuando ha reiterado que el uso o amenaza de uso de armas nucleares constituye un crimen contra la humanidad y una violación al derecho internacional,  incluido el derecho internacional humanitario, y la Carta de Naciones Unidas. 

Otro gravísimo problema vinculado a esta problemática son los excesivos gastos que tienen lugar para el desarrollo y perfeccionamiento de las armas nucleares. Las doctrinas basadas en la estrategia de la “disuasión nuclear” exacerban los gastos militares en la fabricación, perfeccionamiento y almacenamiento de las armas nucleares, pero, para modificar esta situación, es necesario un cambio de mentalidad en quienes impulsan la Política Internacional. Es un mito la argumentación de que las armas nucleares proporcionan mayor seguridad internacional. 

Los gastos militares excesivos, incluidos los gastos militares para el perfeccionamiento de las armas nucleares, han reducido los recursos disponibles para el desarrollo social. Lo que resulta mucho más grave en una época de grave crisis económica y financiera del capitalismo, que genera más pobreza, desempleo, hambre analfabetos y subdesarrollo. Ante estas realidades incuestionables, los excesivos gastos militares impiden dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta. 

En esta hora crucial para la humanidad, los Estados deben priorizar la reducción de los gastos militares y la utilización de los recursos destinados al mantenimiento de los arsenales nucleares, para el desarrollo, atendiendo a la conexión intrínseca entre desarme y desarrollo. 

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