El Congreso de Estados Unidos desestimó una propuesta legislativa que
hubiera facilitado a Cuba la compra de mercancías estadounidenses.
Líderes en el Capitolio norteamericano, presionados por diputados
conservadores de origen cubano, acordaron eliminar la iniciativa
presentada por la representante republicana Jo Ann Emerson, para
flexibilizar los pagos, que hoy deben hacerse en efectivo y por
adelantado.
Una enmienda del Congreso de Estados Unidos aprobó la venta de
alimentos a Cuba como excepción, tras el impacto causado por huracanes
en la isla en 2001.
La medida mantuvo intacto el bloque económico, comercial y
financiero contra Cuba que Washington estableció hace más de medio
siglo con un costo para la isla de 975 mil millones de dólares.
Según fuentes congresionales, la enmienda Emerson fue borrada por
exigencia de la extrema derecha, como compensación por la eliminación
de un acápite incluido en la Ley del Presupuesto para limitar los
viajes y remesas de dinero de los cubanos residentes en Estados Unidos
a su país de origen.
El representante José Serrano, demócrata por Nueva York y miembro
del Comité de Asignaciones de la Cámara, señaló que las restricciones
propuestas por el congresista republicano Mario Díaz-Balart habían sido
el último obstáculo en las negociaciones sobre el proyecto de ley
general para gastos de 2012.
Balart pretendía que las restricciones regresarán al nivel
establecido durante el gobierno de George W. Bush, cuando los
cubanoamericanos sólo podían viajar a la nación caribeña cada tres años
y enviar un máximo de mil 200 dólares anuales en remesas.
El Congreso estadounidense certificó estas resoluciones en las
jornadas finales de discusión acerca de una iniciativa de ley federal
presupuestaria para el siguiente año. El tema cubano, insertado por
Balart, se había convertido en un obstáculo que llegó a bloquear el
análisis del proyecto.
La mayoría republicana de la Cámara de Representantes amenazó con
presionar nuevamente los párrafos sobre Cuba, si ambos hemiciclos
legislativos no alcanzan el entendimiento a la hora de refrendar la
versión final del texto.
Organizaciones a favor de flexibilizar las relaciones entre Estados
Unidos y Cuba habían demandado al Congreso rechazar el proyecto legal
presentado por Díaz-Balart, para limitar los viajes y remesas al
archipiélago.
Entre los opuestos a la idea está el Grupo de Estudios Cubanos,
integrado principalmente por empresarios originarios de la isla y
establecidos en este territorio, recordaron noticiarios.
Kathy Castor, congresista demócrata de Tampa, también llamó a
legisladores de su partido y de la formación republicana a eliminar la
cláusula, incorporada en junio pasado a un programa de gastos del
Tesoro.
A la demanda se sumaron otros defensores de la normativa aprobada
por el presidente Barack Obama en 2009 para flexibilizar algunas
restricciones a los viajes a Cuba, entre ellos compañías de vuelos.
El bloqueo de Estados Unidos a Cuba constituye una violación del
Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas, y ha sido
condenado durante 20 años consecutivo por la Asamblea General de esta
organización.
Luis René Fernández, investigador del Centro de Estudios
Hemisféricos de la Universidad de La Habana, aclaró recientemente que
“no existe comercio, pues lo realizado entre los dos países se limita a
la importación por Cuba de productos agropecuarios y alimentos
provenientes de Estados Unidos”.
“Es un proceso sujeto a estrictas regulaciones que lo limitan
considerablemente estas transacciones deben ser pagadas en efectivo
antes de que las cargas salgan de puertos estadounidenses, un elemento
totalmente contrario a las normas internacionales del comercio”,
argumentó el experto.
(Tomado de Prensa Latina)