martes, 17 de julio de 2012

Elecciones en Francia: Democracia pirotécnica y promesas al archivo

Por Alejandro Teitelbaum
Argenpress / CEPRID

En Francia las elecciones presidenciales dieron la victoria al candidato del Partido Socialista con diez millones de votos sobre 46 millones de votantes inscriptos. Se abstuvieron 9,4 millones y votaron en blanco 900.000. Es decir quienes no votaron o votaron en blanco igualaron el “score” del candidato triunfante, quien no llegó al 22% del total de los electores inscriptos para votar.

En el segundo turno de las elecciones legislativas se abstuvo o votó en blanco el 48,5% del electorado.

El Partido Socialista , sobre un total de 577 bancas obtuvo 278 (el 48%) y sus aliados 55 (10%) con lo cual tienen la mayoría absoluta en el Parlamento.

El sistema de dos vueltas en las elecciones legislativas permite en Francia una total distorsión de la representación popular en el Parlamento.

Si se hace una simulación de los resultados electorales con representación proporcional (que existió en Francia hace 30 años) comparándolo con el sistema actual, se obtienen estos resultados: El Partido Socialista tiene 278 diputados, con representación proporcional hubiera tenido 169. Sus aliados tienen 55 diputados y con representación proporcional hubieran tenido 33. Es decir que con representación proporcional, el PS y sus aliados no hubieran alcanzado la mayoría absoluta de que disponen ahora.

El Frente de Izquierda tiene 10 diputados y con representación proporcional hubiera tenido 40. El caso extremo es el Frente Nacional (de extrema derecha) que tienen dos diputados y con representación proporcional hubiera tenido 80.

En resumen, los diputados representan globalmente la mitad del electorado francés y dentro de esa mitad, la representación de las distintas tendencias políticas está totalmente distorsionada. La explicación que se da para justificar ese sistema totalmente antidemocrático es que así se puede lograr un Gobierno estable. No se ve muy bien la diferencia con los regímenes de partido único, salvo que en cada elección, los electores que entran en el juego (el 50% -60% aproximadamente) pueden optar entre dos o más variantes que se les ofrecen, todas destinadas a perpetuar el sistema.

Es cierto que hay opciones marginales que proponen cambios más o menos de fondo, pero varios factores influyen para que continúen siendo marginales: la ideología dominante, vehiculizada de manera sistemática y permanente por los monopolios de la información, un sistema electoral, como el descripto, que desalienta al elector, el temor instintivo al cambio y el “ombliguismo” o individualismo de buena parte de los ciudadanos y por último, aunque no menos importante, los errores políticos e ideológicos, e incluso tácticos, de los partidos y tendencias de izquierda.

El Partido Comunista que en 1946 era el primer partido de Francia con el 28% de los votos, fue desgastándose como consecuencia del abandono del objetivo estratégico de un cambio radical de la sociedad y de su oportunismo político que lo puso al servicio de los partidos de centro izquierda, en particular del Partido Socialista. Ahora agoniza con un caudal electoral propio de algo más del 2 por ciento y para seguir sobreviviendo penosamente y conservar algunos diputados no le queda otro recurso que establecer acuerdos electorales con el PS. En las últimas elecciones legislativas perdió algunos de los pocos bastiones que le quedaban desde hace decenios.

Su naufragio político se aceleró cuando, participando en el Gobierno del “socialista” Lionel Jospin, avaló la más importante ola de privatizaciones de grandes empresas y servicios en Francia después de la Segunda Guerra Mundial.

Hace pocos días le Consejo Nacional del PC, casi por unanimidad, tuvo la lucidez de decidir no participar en el Gobierno de Hollande. En las elecciones presidenciales, con el nombre de Frente de Izquierda (que integraron, además del PC otros pequeños grupos) y la candidatura extrapartidaria del ex PS Jean-Luc Melenchon, obtuvo el 11% de los votos, sobre todo gracias a las cualidades como tribuno de este último. 

Pero Melenchon cometió dos errores: 1) fue ambiguo en sus críticas al programa del PS, con propuestas positivas pero manifiestamente insuficiente para superar la profunda crisis actual y 2) hizo del combate al populismo de derecha representado por el Frente Nacional de Marine Le Pen un combate personal contra ésta última, no exento de diatribas.

El combate contra el populismo, tanto de derecha como de izquierda, debe ser riguroso e intransigente, ideológico, político y profundamente pedagógico, denunciando sin reserva alguna la demagogia, el discurso intrínsecamente contradictorio y la contradicción entre los dichos y los hechos de ambos populismos. Y no dejarse intimidar ni paralizar por sus contrataques, consistentes en una especie de terrorismo ideológico seudo nacionalista y seudo popular.

Esto vale no sólo para Francia sino para cualquier otro país del mundo. El Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), fundado hace algunos años sobre la base de la Liga Comunista Revolucionaria, tuvo un periodo de crecimiento ayudado por la figura carismática de su líder Besancenot, pero nunca sus miembros (de distintos orígenes) acordaron sobre un programa claramente de izquierda adaptado a la realidad francesa, (la prueba es que ni siquiera se pusieron de acuerdo para darle un nombre positivo al Partido. Debe se el único partido en el mundo que se llama anti-algo). Así es como osciló entre el sectarismo político y el oportunismo ideológico y ahora, escindido, ha quedado reducido a la mínima expresión.

Lucha Obrera nunca ha logrado crecer significativamente y es, desde siempre, una especie de izquierda sectaria y folklórica. Hay analistas que se dicen de izquierda que han escrito “Francia votó socialista”. En primer lugar no votó Francia sino la mitad de Francia y en segundo lugar, ni esa mitad (ni la mitad de esa mitad) votó socialista. La realidad es que Francia tiene ahora un Gobierno con mayoría propia en ambas cámaras (algo así como la suma del poder) que pese al nombre de su principal componente, no tiene nada de socialista. En estos tiempos de crisis profunda, su gestión será catastrófica, pues apenas logrará maquillar la continuación de una política de austeridad (para quienes trabajan, no para los ricos y el capital financiero). 

Ya hay signos precursores: la participación de Hollande en el chantaje prelectoral de la Unión Europea y del FMI contra el pueblo griego y el “descubrimiento” de que el Tesoro del Estado francés está más vacío de lo que pensaban, lo que los obligará a achicar sus promesas en materia social (salarios, jubilaciones, etc).

Y a nivel europeo Jean-Marc Ayrault, Primer Ministro de Hollande, acaba de declarar al semanario alemán Die Zeit que “la mutualización de las deudas exige obligatoriamente una integración política más fuerte, lo que tardará varios años”. Dicho de otra manera, el nuevo Gobierno de Francia abandona su propuesta de las euro-obligaciones, tan publicitada durante la campaña electoral, y se inclina ante la canciller alemana Angela Merkel, quien propugna sangrar implacablemente a los países europeos agobiados por sus deudas y por los intereses usurarios que deben pagar al capital financiero internacional. En Francia no tardarán en comenzar las protestas populares que, si no son encauzadas por una izquierda ideológicamente rigurosa, inteligente y políticamente hábil, serán capitalizadas por un nuevo conglomerado –en formación- de buena parte de la derecha tradicional y de la extrema derecha.

El Parlamento de Cuba aclara que "no hay fecha" para aprobar la reforma migratoria



(foto Virgilio Ponce)


Por Ricardo Alarcón.


  EUROPA PRESS.- Comenta que la nueva reforma atenderá la situación de los "muchos" cubanos que quieren retornar a la isla .

El presidente del Parlamento de Cuba, Ricardo Alarcón, ha revelado que todavía "no hay una fecha" para la aprobación de la reforma migratoria que, no sólo podría poner fin a las restricciones que tienen los cubanos para salir de la isla, sino que además flexibilizaría las condiciones para aquellos que quieran regresar de manera permanente a esa nación caribeña.
   El levantamiento de las restricciones "es un trabajo que toma su tiempo por dos razones, primero, porque nosotros aspiramos a hacer todo eso con el consenso más amplio posible y para eso hay que tomar en cuenta varios factores, pero además hay que considerar las regulaciones que ya existen", ha explicado Alarcón en una entrevista con Europa Press en Madrid.
   La Asamblea Nacional de Cuba (Parlamento unicameral) --que se reúne dos veces al año-- realizará su primera sesión ordinaria de 2012 el próximo 23 de julio con una agenda que todavía no ha sido divulgada, lo que ha dado pie a que vuelvan los rumores sobre la posibilidad de que los diputados debatan finalmente la tan deseada reforma migratoria.
   Al ser consultado sobre los plazos que ha establecido la Asamblea Nacional para dar luz verde a la nueva ley, Alarcón ha dejado claro que "no hay una fecha" todavía por tratarse de un asunto complejo que implica "revisar todas las regulaciones" vigentes "para evitar que haya choques" entre las leyes.
   En agosto del año pasado, el presidente cubano, Raúl Castro, reveló que el Gobierno estaba trabajando para "reducir prohibiciones y regulaciones" a los viajes al extranjero que perduraron "innecesariamente". En diciembre, volvió a mencionar el asunto, pero advirtió de que la suspensión de las restricciones se realizaría de forma paulatina, sin que hasta el momento se conozca ningún detalle del proyecto.
   El objetivo es transformar el modelo migratorio actual para "hacerlo lo más flexible posible", ha aseverado Alarcón. "Se van a modificar algunas regulaciones migratorias en la dirección que Raúl dijo, eso es parte de las muchas otras cosas en las que estamos metidos", ha explicado.
   Desde hace medio siglo, los cubanos que desean salir de la isla por cualquier motivo deben solicitar un permiso de salida --conocido popularmente como 'carta blanca'-- cuya aprobación está supeditada a la discrecionalidad de las autoridades migratorias. El proceso puede durar semanas y su coste es de unos 150 pesos convertibles (CUC), es decir, unos 120 euros.

 

Regreso a Cuba

 

   Hasta ahora se ha hablado únicamente de los cambios que se realizarán en torno a las restricciones para salir de la isla, pero la reforma migratoria también podría suavizar las medidas para que los cubanos que viven en el extranjero puedan regresar a su país de forma permanente.
   "No son pocos los que han regresado, ni son pocos los que quisieran regresar y restablecerse en Cuba. Puedo asegurar que son muchos, pero muchos los cubanos que han regresado y se han quedado, y son muchos los cubanos que quisieran regresar", ha resaltado Alarcón, quien lleva 19 años como presidente de la Asamblea Nacional de Cuba.
   Según Alarcón, "la campaña es que los cubanos se quieren ir de Cuba, que los únicos que se escapan son los cubanos y se habla muy poco del movimiento al revés".
   Por este motivo, el Gobierno de Castro ha tomado la "decisión política de liberalizar y flexibilizar" la normativa migratoria "en ambos sentidos" para dar espacio a los retornados. "Nosotros no somos tan pujantes, pero en Estados Unidos hay muchos problemas económicos", ha resaltado el parlamentario, al referirse a los millones de cubanos que viven en territorio norteamericano.
   Pero el hecho de que "muchos" cubanos quieran retornar --comenta Alarcón-- "plantea otro tipo de problemas porque Cuba es un país con recursos limitados". "Quieren regresar, pero ¿para dónde? ¿para su antigua casa? Puede ser que su familia no les pueda recibir y eso es lo que estamos analizando", ha destacado.
   Uno de los pasos que han dado en ese sentido tiene que ver con la reforma en materia de vivienda que permite a los cubanos que emigran conservar su casa y hasta alquilarla durante su ausencia, algo que no pudieron hacer miles de cubanos que salieron de la isla después del triunfo de la revolución en 1959.
Fuente: epsocial
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lunes, 16 de julio de 2012

La nueva vida de los opositores cubanos en España


 
Por Salim Lamrani
Opera Mundi


En 2010 y 2011, todos los denominados presos “políticos” cubanos fueron liberados tras la mediación de la Iglesia Católica Cubana y del gobierno español. La mayoría de ellos eligió instalarse en España con sus respectivas familias y empezar una nueva vida. Pero el soñado Eldorado europeo no existe en una Península Ibérica golpeada por una grave crisis económica. Algunos incluso quieren volver a Cuba.

            A petición del Vaticano y del gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero, la Iglesia Católica Cubana que dirige el Cardenal Jaime Ortega hizo una mediación con las autoridades de La Habana que desembocó en 2010 y 2011 en la liberación de 127 presos, de los cuales 52 eran considerados “políticos” por Amnistía Internacional.[1] Según esta organización de defensa de los derechos humanos, actualmente no hay ningún preso de conciencia en Cuba.[2] La Iglesia Católica Cubana comparte este punto de vista.[3]
            Algunos sectores acusaron al gobierno cubano, a la Iglesia Católica y al gobierno de Zapatero de obligar a esas personas al exilio. Varios medios informativos occidentales repitieron esa versión.[4] El Partido Popular español (derecha) denunció “el destierro” de los opositores cubanos.[5]
            No obstante, esta versión resiste difícilmente el análisis. En efecto, de las 127 personas liberadas en el marco del acuerdo entre La Habana, el Vaticano y Madrid, 12 eligieron quedarse en Cuba. Laura Pollán, entonces portavoz del grupo opositor “Las Damas de Blanco” y acérrima detractora del gobierno cubano, estuvo clara al respecto: “Nadie ha obligado a ningún preso a abandonar el país. Quien diga lo contrario está mintiendo”. Del mismo modo, varios disidentes afirmaron que en ningún momento las autoridades cubanas les habían pedido que abandonaran el país como condición previa a su liberación.[6]
            Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en La Habana, también desmintió esa afirmación. Varios opositores que eligieron dejar el país le confesaron que “podrían haberse quedado en la isla de haberlo querido. Aseguran que en ningún momento se les impuso la salida al extranjero como condición para ser puestos en libertad”.[7]

La dolorosa realidad española

            Lejos de encontrar una nación próspera, los disidentes cubanos fueron golpeados con toda fuerza por la crisis económica que afecta a España. La mayoría de ellos se encuentra sin trabajo, sin recursos y a veces incluso sin techo, siendo los centros de acogida de la Cruz Roja los que se encargan de ellos. Según la prensa ibérica, “pasado un año de su llegada, los exiliados han ido perdiendo las ayudas del Gobierno y se están quedando sin recursos, ya que la inmensa mayoría no ha logrado empleo estable”.[8]
            El nuevo gobierno español de derecha decidió eliminar la ayuda otorgada a los disidentes cubanos un año después de su llegada y se negó a prorrogarla doce meses, como estaba previsto al principio, por razones económicas.[9] En efecto, España gastó un promedio de 2.000 euros mensuales por persona, o sea más de 18 millones de euros para cubrir las necesidades de los 115 opositores acompañados de 648 familiares durante un año. El costo se consideró demasiado elevado en un país que cuenta con 5 millones de parados, es decir alrededor del 25% de la población activa.[10]
            No obstante, el Partido Popular (PP) no vaciló en usarlos en su guerra política contra La Habana y llevó a cuatro de ellos a Bruselas para que testificaran y defendieran la necesidad de mantener la Posición Común de la Unión Europea respecto a Cuba (que limita las relaciones políticas, diplomáticas y culturales. Sin embargo se mostró poco agradecido al suprimir las ayudas dejando así a los opositores cubanos la amarga sensación de que los habían utilizado.[11] Desde su llegada a España, éstos no habían dejado de expresar su apoyo al PP y de criticar al PSOE de Zapatero que contribuyó a su liberación.[12]
            Entonces los disidentes cubanos decidieron recurrir a una huelga de hambre para protestar contra esta decisión y expresar su “total desamparo”. “Es la única alternativa que nos queda”, declaró uno de ellos, instalado en una tienda frente al Ministerio de Exteriores español.[13]
            Lejos de ser atendidos por las autoridades españolas, la policía desalojó “brutalmente” a los huelguistas y les ordenó abandonar la plaza.[14] Dawuimis Santana denunció la violencia policial de la cual fueron víctimas: “los arrastraron por el suelo, les golpearon la cara, el brazo, uno tiene la nariz partida”. Cuatro de ellos fueron detenidos.[15] Las fuerzas del orden se muestran generalmente severas con los manifestantes de todo tipo y no hicieron excepción con los opositores cubanos. Algunos observadores señalaron que el Partido Popular, de costumbre tan dispuesto a acudir a la defensa de los disidentes cubanos y a denunciar la “opresión” de la cual eran víctimas en la isla, se mostró esta vez discreto en relación con la actuación de la policía municipal de Madrid contra ellos.[16]
            José Manuel García Margallo, ministro español de Exteriores, reconoció que el caso de los cubanos no era “sencillo” y que éstos se encontraban “en un situación difícil”. Pero rechazó cualquier idea de prorrogar las ayudas financieras debido a la crisis económica que azota el país. Se comprometió como máximo a acelerar el proceso de validación de los títulos universitarios.[17]
            A veces, el desamparo al que se enfrentan los opositores cubanos en España toma giros trágicos. Así, Albert Santiago du Bouchet, instalado en las Islas Canarias desde su liberación, se suicidó el 4 de abril de 2012 porque no soportaba que las autoridades españolas lo abandonaran a su suerte eliminando la ayuda financiera mensual que le concedían.[18] El gobierno español rechazó todo “vínculo directo” entre el suicidio y la decisión de poner fin a la ayuda financiera. No obstante, su familia y varios amigos afirmaron que su precaria situación económica fue la principal causa del drama.[19]

¿Volver a Cuba?

            Contra todo pronóstico, varios disidentes declararon su intención de volver a Cuba, a falta de poder viajar a Estados Unidos, acusando a España de abandono.[20] “Es mejor estar en Cuba que aquí en la calle”, declaró Ismara Sánchez.[21] “Desde el 31 de marzo estoy en la calle”, pues no puede pagarse una vivienda, se quejó Idalmis Núñez. “Ahora es difícil: hemos arrastrado a nuestras familias lejos de casa y no podemos darles de comer. Por primera vez en mi vida tengo cargo de conciencia. Tengo miedo”, admitió otro opositor.[22] “Ya los niños no tienen comida, no tienen leche. Ya los niños no pueden ir a la escuela porque no tienen dinero para el transporte”, expresó el opositor Bermúdez.[23]
            Del mismo modo, Orlando Fundora y su esposa, tuvieron que enfrentar condiciones de vida tan difíciles que hasta añoraron su tierra de origen. En una entrevista a la BBC, Fundora confesó algo inesperado: “Comíamos mejor en Cuba”.[24]
            En realidad, la decisión de regresar a Cuba no es tan sorprendente. A pesar de los recursos limitados de la nación caribeña, las dificultades y vicisitudes cotidianas que engendra el estado de sitio económico que Estados Unidos impone a Cuba desde 1960, el cual afecta a todas las categorías de la población y constituye el principal obstáculo al desarrollo de la nación, el gobierno de La Habana ha edificado un sistema de protección social relativamente eficaz que satisface las necesidades básicas de la población. Así, a pesar de los pesares, el 85% de los cubanos son propietarios de su vivienda. Del mismo modo, se benefician de acceso gratuito a la educación, a la salud y a las actividades culturales. La libreta de abastecimiento les permite recibir cada mes, además del salario, una alimentación de base suficiente para dos semanas. Así nadie queda abandonado a su suerte y el Estado se encarga de las categorías más vulnerables de la sociedad. Por eso, a pesar de los límites en términos de recursos naturales, en Cuba no hay personas sin techo ni niños desamparados en las calles. Por otra parte, con respecto a la infancia, según la UNICEF Cuba es el único país del Tercer Mundo donde no existe la desnutrición infantil.[25]

            A fin de cuentas, Europa no ha sido el Eldorado prometido a los opositores cubanos. Éstos tuvieron que enfrentarse a la brutal realidad económica de la Península Ibérica y descubrieron que los más vulnerables eran abandonados rápidamente a su suerte. También pudieron darse cuenta finalmente de que su Isla no es la antesala del infierno, a pesar de los problemas cotidianos, y de que el sistema de protección social se encarga de proteger a los más débiles.

Fuentes:

http://www.cubadebate.cu/opinion/2012/07/15/la-nueva-vida-de-los-opositores-cubanos-en-espana/
http://operamundi.uol.com.br/conteudo/opiniao/23007/a+nova+vida+dos+opositores+cubanos+na+espanha.shtml

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: Salim.Lamrani@univ-mlv.fr



[1] Amnesty International, «Cuba, Annual Report 2012», 2012. http://www.amnesty.org/en/region/cuba/report-2012 (sitio consultado el 2 de julio de 2012).
[2] Ibid.
[3] Juan O. Tamayo, «Tensa cita de las Damas de Blanco con Iglesia cubana», El Nuevo Herald, 25 de mayo de 2012.
[4] Axel Gyldén, «En exil forcé, un dissident cubain met fin à ses jours», L’Express,7 de abril de 2012.
[5] Público, «Aznar afirma que los presos cubanos sufren ‘un destierro’ en España», 28 de julio de 2010.
[6] Fernando Ravsberg, «La conspiración católico-comunista», BBC, 23 de junio de 2011. http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2011/06/la_conspiracion_catolico-comun.html (sitio consultado el 14 de junio de 2012).
[7] Ibid.
[8] Carmen Pérez-Lanzac, «Exprisioneros políticos refugiados en España protestan tras quedarse sin ayudas», El País, 11 de abril de 2012.
[9] Carmen Pérez-Lanzac, «Entre 2010 y 2011 llegaron a España 767 cubanos: 115 presos y sus familiares», El País, 10 de abril de 2010.
[10] Joaquín Gil, «El Gobierno paga 2.000 euros al mes por cada uno de los 762 disidentes y familiares», El País, 13 de julio de 2011.
[11] Jerónimo Andreu, «Exprisioneros políticos traídos a España por Exteriores hace un año pierden las ayudas públicas», El País, 9 de abril de 2012.
[12] EFE, «Opositores cubanos piden a España una actitud ‘más enérgica’ contra castrismo», 20 de enero de 2012.
[13] EFE, «Diez ex presos cubanos deciden emprender una huelga de hambre en Madrid», 13 de abril de 2012.
[14] Ibid.
[15] Europa Press, «Denuncian la detención de cuatro expresos cubanos que protestaban en Madrid ante el Ministerio de Exteriores», 23 de mayo de 2012.
[16] EFE, «El Partido Popular español exige a Cuba que deje de oprimir a la disidencia», 20 de enero de 2012.
[17] Carmen Pérez-Lanzac, «Exprisioneros políticos refugiados en España protestan tras quedarse sin ayudas», El País, 11 de abril de 2012.
[18] El País, «Fallece un expreso político cubano llegado a España el año pasado», 6 de abril de 2012.
[19] Europa Press, «España no ve ‘relación directa’ entre el suicidio de un disidente y el fin de la ayuda», 9 de abril de 2012.
[20] Juan O. Tamayo, «Ex presos políticos cubanos en España viven pesadilla», El Nuevo Herald, 17 de abril de 2012.
[21] Ríos Biot, «‘Es mejor estar en Cuba que aquí en la calle», El País, 13 de abril de 2012.
[22] Jerónimo Andreu, «Exprisioneros políticos traídos a España por Exteriores hace un año pierden las ayudas públicas», El País, 9 de abril de 2012.
[23] EFE, «Ex presos cubanos denuncian en Madrid su ‘total desamparo’», 10 de abril de 2012.
[24] Fernando Ravsberg, «La conspiración católico-comunista», BBC, op. cit.
[25] UNICEF, Progreso para la infancia. Un balance sobre la nutrición, 2011.


jueves, 12 de julio de 2012

Armamento nuclear: hipocresías escandalosas

Por Immanuel Wallerstein 


El mundo se ha preocupado por un posible Armagedón nuclear desde que Estados Unidos arrojó dos armas nucleares sobre Japón en 1945. Éstas fueron, digamos, las únicas dos bombas atómicas que se han utilizado en alguna guerra real.

Que Estados Unidos poseyera la bomba atómica le dio, por supuesto, una ventaja militar enorme. De ahí siguió que Estados Unidos quisiera mantener un monopolio del arma y que otros países intentaran romperlo. Primero, sobre todo, la Unión Soviética lo intentó, y lo logró en 1949. Lo que se temía como una gran catástrofe resultó una bendición maravillosa. Desde ese punto en adelante las dos superpotencias se trabaron en un acuerdo mutuo, no expresado, de no ser el primero en utilizarla. Pese a las constantes sospechas de cada uno, el acuerdo tácito se mantiene hasta el día de hoy.

Hubo otros, sin embargo, que pensaron que merecían ser parte del club. Gran Bretaña fue invitado a entrar por Estados Unidos. Y tanto Francia como China ignoraron todos los ruegos y presiones de que permanecieran no nucleares. Así, en la década de 1970, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas eran potencias atómicas.

Fue en ese momento que Estados Unidos hizo el intento de cerrar el club a futuros miembros. Promovió un Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares (NNPT, por sus siglas en inglés), que en esencia ofrecía un trato. Si todos los otros (no los cinco) renunciaban a desarrollar armas atómicas obtendrían dos cosas a cambio: 1, el derecho a desarrollar los usos pacíficos de la energía nuclear, y, 2, una promesa de que los cinco nucleares negociarían una reducción de sus arsenales atómicos, encaminados hacia un eventual punto cero.

El mundo entero firmó ese tratado, excepto tres países: Israel, India y Pakistán. Los tres procedieron a desarrollar armamento nuclear. Y pese a las reprimendas iniciales de varios tipos, quienes no fueron invitados al club se volvieron miembros de facto.

Desde el principio han existido dos problemas con este pacto. El primero es que ninguno de los cinco iniciales (mucho menos los tres adicionales) han tenido nunca la intención de reducir su arsenal nuclear y nunca lo han hecho. En fechas recientes, con el fin de que el Congreso estadunidense ratificara una extensión al NNPT cuando expiraran los primeros 25 años planteados en el tratado, el presidente Obama anunció una actualización de las armas estadunidenses. No hay duda de que lo están emulando las otras potencias atómicas.

El segundo problema fue técnico y tuvo implicaciones políticas enormes. Parece que, con el fin de garantizar los usos pacíficos de la energía nuclear, un país necesita alcanzar niveles de competencia técnica tales que, entonces, es muy fácil ir un paso más allá y construir armas atómicas. Este derecho, sin embargo, fue la gran zanahoria que se ha ofrecido a las potencias no nucleares que accedieron a no proliferar.

Eso nos deja en donde estamos ahora. Los cinco atómicos (sin duda los ocho nucleares) han estado mejorando sus armas. Simultáneamente, Estados Unidos (y algunos otros) intenta tenazmente negar a las potencias no nucleares el único derecho que tenían en el tratado que firmaron. Éste es el punto que se debate con Irán. Lo que Estados Unidos e Israel argumentan vociferando es que a Irán no puede confiársele que pueda ejercer el derecho que el tratado le da a Irán, porque entonces, no importa lo que diga ahora, irá un paso más allá. Y entonces, implican, utilizará la bomba para atacar a Israel.

Corea del Norte se retiró del NNPT (aunque un tanto ambiguamente) y ahora es la novena potencia nuclear. Toda una serie de países están siguiendo el mismo camino que Irán, es decir, aumentar el nivel técnico de sus procesos atómicos. Pero Estados Unidos parece pensar que son más dignos de confianza y, por tanto, no hace escándalo público sobre el asunto.

Todo mundo miente con todos los dientes. Los países no están trabajando para evitar una catástrofe nuclear. Están buscando mantener y/o mejorar su posición política vis-à-vis sus supuestos antagonistas. Nadie quiere una bomba para arrojársela a otros. Todo mundo desea una bomba para que nadie le arroje una.

Se trata de un estancamiento total, y continuará siéndolo. No está en el interés de ningún país hacer concesiones. El mundo se mueve, por tanto, hacia la proliferación en todas partes. ¿Es esto peligroso? Por supuesto. ¿Implicará esto necesariamente una catástrofe? Hay muy poca probabilidad. Incluso una probabilidad en mil, sin embargo, es demasiado. Pero dado que nada cambiará, no tenemos otra opción que confiar en que una probabilidad en mil no ocurra antes de que todos recapacitemos. El acuerdo tácito de facto de no utilizar la bomba le funcionó Estados Unidos y a la Unión Soviética. Le ha funcionado a India y Pakistán. ¿Por qué no podría seguir funcionando con más potencias nucleares en el juego, que ahora es no sólo un juego de buscar la ventaja geopolítica sino también prestigio y orgullo? 

Fuentes: La Jornada, Rebelión.
08-07-2012


Traducción: Ramón Vera Herrera

jueves, 5 de julio de 2012

“La teoría de las ventanas rotas”


En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.
  
Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
  
Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.
  
¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?
  
No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales. 
Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.
 
En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
 
Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas),  y esos mismos espacios abandonados por la gente, serán progresivamente ocupados por los delincuentes.
 
La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que; ante el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.
 
Tan solo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer  en prisión.
 
Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, la falta de oportunidades ha generado un país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.
 
La teoría de las ventanas rotas fue  aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el  lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes.. 

Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.

Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de 'tolerancia cero'.

La estrategia consistía en crear  comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana.
El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York.
 
La expresión 'tolerancia cero' suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y  promoción de condiciones sociales de seguridad.

No se trata de linchar al  delincuente, ni de la prepotencia de la policía; de hecho, respecto de los  abusos de autoridad, debe también aplicarse la tolerancia cero.
No es  tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo. 

Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.