sábado, 19 de octubre de 2013

50 verdades sobre la Revolución Cubana



Por Salim Lamrani

Opera Mundi

 Símbolo de los anhelos de independencia de América Latina y del Tercer Mundo, la Revolución Cubana marcó la historia del siglo XX.


1.   El triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 es el acontecimiento más relevante de la Historia de América Latina del siglo XX.

2.       Las raíces de la Revolución Cubana se remontan al siglo XIX y a las guerras de independencia.

3.   Durante la primera guerra de independencia, de 1868 a 1878, el ejército español derrotó a los insurrectos cubanos sumidos en profundas divisiones internas. Estados Unidos brindó su apoyo a España vendiéndole las armas más modernas y se opuso a los independentistas persiguiendo a los exilados cubanos que intentaban aportar su contribución a la lucha armada. El 29 de octubre de 1872, el secretario de Estado Hamilton Fish hizo partícipe a Sickles, entonces embajador estadounidense en Madrid, de sus “deseos de éxito para España en la supresión de la rebelión”. Washington, opuesto a la independencia de Cuba, deseaba tomar posesión de la isla.

4.      Cuba es efectivamente una de las más antiguas inquietudes de la política exterior de Estados Unidos. En 1805, Thomas Jefferson señaló la importancia de la isla, subrayando que su “posesión [era] necesaria para asegurar la defensa de Luisiana y de la Florida pues [era] la llave del Golfo de México. Para Estados Unidos, la conquista sería fácil”. En 1823, John Quincy Adams, entonces Secretario de Estado y futuro presidente de Estados Unidos, aludió al tema de la anexión de Cuba y elaboró la teoría de la “fruta madura”: “Cuba, separada por la fuerza de su propia conexión desnaturalizada con España, e incapaz de sobrevivir por ella misma, tendrá necesariamente que gravitar alrededor de la Unión norteamericana, y únicamente alrededor de ella”. Así, durante el siglo XIX, Estados Unidos intentó seis veces comprar Cuba a España.

5.      Durante la segunda guerra de independencia, entre 1895 y 1898, los revolucionarios cubanos, unidos alrededor de su líder José Martí, tuvieron que hacer frente otra vez a la hostilidad de Estados Unidos que brindó su concurso a España vendiéndole armas y arrestando a los exilados cubanos que intentaban apoyar a los independentistas.

6.      José Martí, en una carta profética a su amigo Gonzalo de Quesada escrita el 14 de diciembre de 1889, advirtió de la posibilidad de una intervención estadounidense: “Sobre nuestra tierra, Gonzalo, hay otro plan más tenebroso […]: el inicuo de forzar a la Isla, de precipitarla, a la guerra, para tener pretexto de intervenir en ella, y con el crédito de mediador y de garantizador, quedarse con ella”.

7.       En 1898, a pesar de su superioridad material, España se encontraba al borde del abismo, vencida en el campo de batalla por los independentistas cubanos. En una carta al presidente estadounidense William McKinley, de fecha 9 de marzo de 1898, el embajador Woodford, ubicado en Madrid, señaló que “la derrota” de España era “segura”. “[Los españoles] saben que Cuba está perdida”. Según él, “si Estados Unidos desea Cuba, debe conseguirla mediante la conquista”.

8.      En abril de 1898, tras la explosión misteriosa del buque de guerra estadounidense The Maine en la bahía de La Habana, el Presidente McKinley solicitó autorización del Congreso para intervenir militarmente en Cuba e impedir que la isla consiguiera su independencia.

9.    Varios congresistas denunciaron una guerra de conquista. John W. Daniel, senador demócrata de Virginia, acusó al Gobierno de intervenir para evitar una derrota de los españoles: “Cuando llegó la hora más favorable para un éxito revolucionario y la más desventajosa para España, […] se exige al Congreso de Estados Unidos entregar el ejército de Estados Unidos al Presidente para ir a imponer un armisticio por la fuerza a las dos partes, mientras que una de ellas ya depuso las armas”.

10.  En tres meses, Estados Unidos tomó el control del país. En diciembre de 1898, Estados Unidos y España firmaron un tratado de paz en París sin la presencia de los cubanos, destrozando así su sueño de independencia.

11.   De 1898 a 1902, Estados Unidos ocupó Cuba y obligó a la Asamblea Constituyente a que integrara la enmienda Platt en la nueva Constitución, so pena de prorrogar la ocupación militar.

12.   La enmienda Platt prohibía que Cuba firmara cualquier acuerdo con un tercer país o que contratara una deuda con otra nación. También daba derecho a Estados Unidos a intervenir en cualquier momento en los asuntos internos de Cuba y obligaba a la isla a arrendar indefinidamente a Washington la base naval de Guantánamo.

13.  En una carta de 1901, el general Wood, entonces gobernador militar de Cuba, felicitó al Presidente McKinley: “Desde luego hay poca o ninguna independencia para Cuba bajo la enmienda Platt y la única cosa importante ahora es buscar la anexión”.

14.  De 1902 a 1958, Cuba tenía el estatus de república neocolonial, política y económicamente dependiente, a pesar de la abrogación de la enmienda Platt en 1934, entonces obsoleta.

15.   Estados Unidos intervino militarmente en Cuba en 1906, 1912, 1917 y 1933 tras la caída del dictador Gerardo Machado, cada vez que un movimiento revolucionario amenazaba el estatu quo.

16.  La Revolución de 1933, liderada por Antonio Guiteras, fue frustrada por la traición de un sargento llamado Fulgencio Batista, que se convirtió general y colaboró con la embajada de Estados Unidos para mantener el orden establecido. Dirigió el país entre bambalinas hasta su elección como presidente en 1940.

17.  Tras las presidencias de Ramón Grau San Martín (1944-1948) y Carlos Prío Socarrás (1948-1952), gangrenadas por la violencia y la corrupción, Fulgencio Batista puso fin al orden constitucional el 10 de marzo de 1952 orquestando un golpe de Estado militar.

18.   El 26 de julio de 1953, un joven abogado llamado Fidel Castro, miembro del Partido Ortodoxo fundado por Eduardo Chibás, se puso al frente de una expedición de 131 hombres y atacó el cuartel Moncada en la ciudad de Santiago, segunda fortaleza militar del país, así como el cuartel Carlos Manuel de Céspedes en la ciudad de Bayamo. El objetivo era tomar el control de la ciudad –cuna histórica de todas las revoluciones– y lanzar un llamado a la rebelión en todo el país para derrocar al dictador Batista.

19.  La operación fue un fracaso y numerosos combatientes –55 en total– fueron asesinados tras ser brutalmente torturados por el ejército. En efecto, sólo seis de ellos murieron en combate. Algunos lograron escapar gracias al apoyo de la población.

20.  Fidel Castro, capturado unos días después, le debió la vida al sargento Pedro Sarría, quien se negó a seguir las órdenes de sus superiores y ejecutar al líder de Moncada. “¡No disparen! ¡No disparen! ¡Las ideas no se matan!”, exclamó frente a sus soldados.

21.  Durante su histórico alegato titulado “La Historia me absolverá”, Fidel Castro, quien se encargó de su propia defensa, denunció los crímenes de Batista y la miseria en la cual se encontraba el pueblo cubano y presentó su programa para una Cuba libre.

22.  Condenado a 15 años de prisión, Fidel Castro fue liberado en 1955 después de la amnistía que le concedió el régimen de Batista y se exiló en México donde organizó la expedición del Granma, con un médico argentino llamado Ernesto Guevara.

23.  El 2 de diciembre de 1956, Fidel Castro desembarcó en la provincia oriental de Cuba a la cabeza de 81 revolucionarios con el objetivo de desatar una guerra de guerrillas en las montañas de la Sierra Maestra.

24.  Contrariamente a una idea preconcebida, Estados Unidos jamás brindó su apoyo al Movimiento 26 de Julio, organización político-militar dirigida por Fidel Castro, durante toda la guerra insurreccional del 2 de diciembre de 1956 al 1 de enero de 1959.

25.  Al revés, Washington persiguió con saña a todos los simpatizantes del Movimiento 26 de Julio exilados en Estados Unidos, quienes intentaban suministrar armas a los rebeldes.

26.  Al mismo tiempo, el Presidente Dwight D. Eisenhower siguió suministrando armas al ejército de Batista, incluso después de la instauración de un embargo de fachada en marzo de 1958.

27.  El 23 de diciembre de 1958, a una semana del triunfo de la Revolución, mientras el ejército de Fulgencio Batista se encontraba en plena desbandada a pesar su superioridad en armas y hombres, tuvo lugar la 392 reunión del Consejo de Seguridad Nacional, con la presencia del Presidente Eisenhower. Allen Dulles, entonces director de la CIA, expresó claramente la posición de Estados Unidos: “Tenemos que impedir la victoria de Castro”.

28.  Como en 1898, el Presidente Eisenhower estaba a favor de una intervención armada para impedir el triunfo de Fidel Castro. Preguntó si el Departamento de Defensa había pensado en “una acción militar que podría ser necesaria en Cuba”. Sus asesores lograron disuadirlo de ello.

29.  Así, la hostilidad de Estados Unidos hacia la Revolución Cubana no tiene nada que ver con el contexto de la Guerra Fría. Empezó antes de la llegada al poder de Fidel Castro, antes de la alianza con Moscú en mayo de 1960, y siguió después de la desaparición del bloque soviético en 1991.

30.  El 1 de enero de 1959, cinco años, cinco meses y cinco días después del asalto al cuartel Moncada del 26 de julio de 1953, triunfó la Revolución Cubana.

31.  En enero de 1959, Estados Unidos acogió con los brazos abiertos a los partidarios del antiguo régimen, incluso a los criminales de guerra, quienes habían robado 424 millones de dólares al Tesoro cubano.

32.  Desde el inicio, la Revolución Cubana tuvo que edificar su proyecto de sociedad en un contexto de estado de sitio permanente, frente a la creciente hostilidad de Estados Unidos. Desde 1959, Cuba nunca ha disfrutado de un clima de paz para construir su futuro. En abril de 1961, Cuba tuvo que enfrentar la invasión armada de Bahía de Cochinos que organizó la CIA, y en octubre de 1962 la isla fue amenazada de desintegración nuclear durante la crisis de los misiles.

33.  Desde 1959, Estados Unidos, decidido a derrocar a Fidel Castro, ha llevado una campaña de terrorismo contra Cuba con más de 6.000 atentados, que costaron la vida a 3.478 civiles e incapacitaron de por vida a 2.099 personas. Los daños materiales se evalúan en varios miles de millones de dólares y Cuba ha tenido que gastar sumas astronómicas para su seguridad nacional, lo que limitó el desarrollo de los programas sociales. El propio líder de la Revolución fue víctima de 637 tentativas de asesinato.

34.  Desde 1960, Washington impone sanciones económicas sumamente severas, ilegales según el Derecho Internacional, que afectan a las categorías más vulnerables de la población, o sea las mujeres, los niños y los ancianos. Este estado de sitio, condenado por la inmensa mayoría de la comunidad internacional (188 países de 192), que constituye el principal obstáculo al desarrollo de la isla, ha costado más de un billón de dólares a Cuba.

35.  A pesar de todos estos obstáculos, la Revolución Cubana es un innegable éxito social. Al dar la prioridad a los más desheredados con la reforma agraria y la reforma urbana, al erradicar el analfabetismo, al desarrollar la educación, la salud, la cultura y el deporte, Cuba ha creado la sociedad más igualitaria del continente latinoamericano y del Tercer Mundo.

36.  Según la UNESCO, Cuba dispone de la tasa de analfabetismo más baja y de la tasa de escolarización más alta de América Latina. El organismo de las Naciones Unidas señala que “la educación ha sido la prioridad en Cuba desde hace [más de] 40 años. Es una verdadera sociedad de educación”. Su informe sobre la educación en 13 países de América Latina clasifica a Cuba como primera en todas las asignaturas. Según la UNESCO, Cuba es la nación del mundo que consagra la parte más elevada del presupuesto a la educación, con cerca del 13% del PIB.

37.  Cuba tiene una tasa de mortalidad infantil de 4,6 por mil, o sea la más baja del continente americano, más baja que la de Canadá o Estados Unidos.

38.  Cuba es la nación que dispone del mayor número de médicos per cápita del mundo, con 85.000 profesionales para 11,1 millones de habitantes. Según el New England Journal of Medecine, la revista médica más prestigiosa del planeta, “el sistema de salud [de Cuba] ha resuelto problemas que el nuestro [el de Estados Unidos] todavía no ha logrado resolver”. La revista subraya que “Cuba dispone ahora del doble de médicos por habitante que Estados Unidos”.

39.  Según la UNICEF, “Cuba es un ejemplo en la protección de la infancia” y un “paraíso de la infancia en América Latina”, y enfatiza que Cuba es el único país de América Latina y del Tercer Mundo que ha erradicado la desnutrición infantil.

40.  Según el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), Cuba es el único país de América Latina y del Tercer Mundo que se encuentra entre las diez naciones del mundo con el mejor Índice de Desarrollo Humano sobre los tres criterios “esperanza de vida, educación y nivel de vida” durante la última década.

41.  La Revolución Cubana ha hecho de la solidaridad internacionalista un pilar esencial de su política exterior. Cuba acoge a decenas de miles de estudiantes procedentes de los países pobres, les ofrece formación universitaria gratuita de alto nivel y se encarga de todos los gastos. La Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana es una de las más famosas del continente americano y ha formado a varios miles de profesionales de la salud procedentes de más de 123 países.

42.  Desde 1963 y la primera misión internacionalista en Argelia, cerca de 132.000 médicos cubanos y otro personal sanitario trabajaron voluntariamente en 102 países. Actualmente, 38.868 colaboradores médicos, entre ellos 15.407 médicos, ofrecen sus servicios en 66 naciones del Tercer Mundo.

43.  Gracias a la Operación Milagro que lanzó Cuba en 2004, que consiste en operar gratuitamente a poblaciones pobres víctimas de enfermedades oculares, cerca de 2,5 millones de personas de 28 países recobraron la vista.

44.  El programa de alfabetización cubano “Yo, sí puedo”, lanzado en 2003, permitió que 7 millones de personas de los cinco continentes aprendieran a leer, escribir y sumar.

45.  Según el World Wild Fund for Nature (WWF), la organización más importante de defensa de la naturaleza, Cuba es el único país del mundo que ha alcanzado un desarrollo sostenible.

46.  Cuba desempeñó un papel clave en la lucha contra el apartheid, con la participación de 300.000 soldados en Angola entre 1975 y 1988 para hacer frente a la agresión del ejército supremacista surafricano. El elemento decisivo que puso fin al apartheid fue la estrepitosa derrota militar que las tropas cubanas infligieron al ejército surafricano en Cuito Cuanavale, en el sureste de Angola, en enero de 1988. En un discurso, Nelson Mandela rindió homenaje a Cuba: “¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral!”

47.  Contrariamente a una idea preconcebida, la Revolución Cubana ha tenido cuatro presidentes distintos: Manuel Urrutia de enero de 1959 a julio de 1959 y Oswaldo Dorticós de julio de 1959 a enero de 1976 bajo el antiguo régimen de la Constitución de 1940, y Fidel Castro de febrero de 1976 a julio de 2006 y Raúl Castro desde 2006 tras la adopción de la Constitución de 1976.

48.  Los medios informativos occidentales, propiedad de conglomerados económicos y financieros, vilipendian a la Revolución Cubana por una razón muy precisa que no tiene nada que ver con la democracia y los derechos humanos: el proceso de transformación social iniciado en 1959 sacudió el orden y las estructuras establecidos, puso en tela de juicio el poder de los dominantes y propone una alternativa social donde los recursos se destinan a la mayoría y no a una minoría.

49.  La principal conquista de la Revolución es haber hecho de Cuba una nación soberana e independiente.

50.  La Revolución Cubana, edificada por varias generaciones de cubanos, posee todas las virtudes y defectos de la condición humana y nunca ha tenido la pretensión de erigirse en modelo. Sigue siendo, a pesar de sus dificultades, un símbolo de dignidad y de resistencia en el mundo.


*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano.





lunes, 14 de octubre de 2013

¿Es socialista el Presidente François Hollande?

Por Salim Lamrani
 
El Primer Ministro francés Jean-Marc Ayrault anunció el 27 de agosto de 2013 una nueva reforma del sistema de pensiones con una ampliación de la duración de cotización a 43 años. Es la primera vez en la historia de la V República que una mayoría de izquierda arremete contra este símbolo del progreso social conquistado al precio de muchas luchas: el derecho a una existencia digna para los últimos años de vida. Ni el Presidente Jacques Chirac (1995-2007) ni el Presidente Nicolas Sarkozy (2007-2012) –ambos de derecha y de sensibilidad neoliberal – se habían atrevido a retrasar hasta este punto la edad de jubilación. [1]

No obstante, cuando se encontraba en la oposición, François Hollande había condenado con vigor la ampliación de la duración de cotización a 41 años tras las reformas de 2003 (Ley Fillon) de Chirac: “El proyecto del Gobierno Raffarin [Primer Ministro] suscita tres rechazos mayores por parte de los socialistas: el rechazo de una filosofía que consiste en pedir a los asalariados que trabajen más tiempo para ganar menos. La ampliación de la duración de cotizaciones – 40, 41, 42 años y aún más si es necesario– era la posición de los empresarios, ahora es la solución del Gobierno Raffarin”. [2]

Cuando en 2010 Nicolas Sarkozy amplió de nuevo la duración de cotizaciones, Hollande no dejó de estigmatizar este atentado contra una conquista social valorada por los ciudadanos franceses: “Es la reforma más injusta que arbitró el Presidente Nicolas Sarkozy. Quiso ante todo mandar una señal a los mercados y a los socios europeos. Eligió hacer pagar a los pobres y a los que empezaron a trabajar temprano. Esta reforma penalizará a quienes entraron temprano en la vida activa y que podían jubilarse a partir de 60 años, que tenían todos sus derechos, pero que tendrán que trabajar no 41 años, sino 42 años, 43 años, incluso 44 años”. [3]

Pero una vez en el poder, lejos de abrogar las reformas de Fillon y Sarkozy, François Hollande las validó y fue más lejos, atentando contra todo un sector de personas vulnerables, los ancianos. En efecto, para poder jubilarse con una pensión completa, los trabajadores tendrán que cotizar más, hasta 43 años. Ahora bien, es notorio que el desempleo de las personas de más de 50 años es cada vez más importante, como el de los jóvenes. La consecuencia previsible e inevitable será que un número cada vez más elevado de personas tendrán que jubilarse sin haber cotizado lo suficiente para beneficiarse de una pensión completa, lo que ocasionará un aumento de la pobreza y de la precariedad en las personas de la tercera edad.

El argumento esgrimido por Hollande – de costumbre usado por los neoliberales– es que el aumento de la esperanza de vida, ahora considerada como un obstáculo, exige una ampliación de la duración de cotizaciones. Ahora bien, si la esperanza de vida aumenta, es precisamente porque la gente trabaja menos tiempo y puede disfrutar de su jubilación con buena salud. Así, la reforma Hollande tendrá un impacto sobre el estado de salud de los trabajadores y por lo tanto sobre su esperanza de vida.

Por otra parte esta reforma –exigida por la Comisión Europea–, que prevé además un aumento de los impuestos directos y en consecuencia una disminución de los salarios, es un contrasentido económico. En efecto, agrava la austeridad a la vez para los ancianos que no tienen suficientes años de trabajo –cuyas pensiones disminuirán automáticamente– y para los jóvenes que entrarán más tarde en el mercado laboral a causa de la salida diferida de sus predecesores. Así, la disminución de los salarios debida al alza de los impuestos directos y la disminución de las pensiones ocasionarán una reducción del consumo y por lo tanto una bajada de la actividad económica, la cual se traducirá en una subida del desempleo, para desembocar en una disminución de los ingresos del Estado (impuestos no pagados por los nuevos desocupados) y un incremento de sus gastos (para pagar los subsidios de desempleo).

Desde su llegada al poder, François Hollande multiplicó las decisiones favorables a los conglomerados económicos y financieros, particularmente con el regalo fiscal a las empresas de 20.000 millones de euros y el rechazo a regular el mundo financiero a pesar de las promesas electorales. También adoptó medidas contra el interés general y los sectores más modestos, con el alza del IVA y la reforma del sistema de pensiones. La consecuencia fue inmediata: de las ocho elecciones parciales llevadas a cabo bajo la presidencia de Hollande desde su elección en mayo de 2012, entre las cuales cinco circunscripciones estaban dirigidas por la mayoría presidencial, el Partido Socialista las perdió todas.

http://www.telesurtv.net/articulos/2013/10/08/es-socialista-el-presidente-francois-hollande-8184.html



viernes, 4 de octubre de 2013

El nuevo modelo cubano sigue siendo socialista

 

Por Salim Lamrani
Opera Mundi





  

            La actualización del modelo económico cubano suscita críticas y controversias. Para unos, Cuba abandonaría la vía del socialismo. En realidad, lejos de renunciar a su modelo de sociedad, la Isla preserva sus conquistas y perfecciona su funcionamiento.

            Desde 2011 Cuba procede a la “actualización de su modelo económico”. El proyecto inicial, elaborado en noviembre de 2010, se sometió a un amplio debate popular (8 millones de participantes) que duró cerca de cinco meses hasta abril de 2011 y fue adoptado durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.[1]
Unos estiman que se trata de un regreso al capitalismo, a causa de la introducción de algunos mecanismos de mercado en la economía nacional. En realidad, el objetivo de los cubanos es perfeccionar su sistema para preservar las conquistas sociales, únicas en América Latina y el Tercer Mundo. Para ello, deben superar dos retos mayores: unos recursos naturales muy limitados y las sanciones que impone Estados Unidos desde 1960, que constituyen el principal obstáculo al desarrollo nacional. A ello conviene agregar las fallas propias del sistema, como la burocracia o la corrupción. El Presidente Raúl Castro fue claro al respecto: “La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella dependen la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social”.[2]
            El nuevo modelo económico introduce mecanismos de mercado pero sigue basado en la “planificación socialista” a todos los niveles, y “la empresa estatal socialista es la forma principal en la economía nacional”.[3] No obstante, el país se abre a las inversiones extranjeras –para atraer los capitales indispensables para el desarrollo de la nación–, mediante empresas mixtas, en las cuales el Estado cubano siempre dispone de una mayoría de al menos un 51%. Este modelo de gestión económica actualizado promueve también las cooperativas, las pequeñas propiedades agrícolas, los usufructuarios y los trabajadores independientes en todos los sectores productivos, con el fin de reducir el papel del Estado en los campos no estratégicos.
            El objetivo de estas reformas es conseguir una mejor eficiencia en la gestión de las actividades económicas, con un sistema de autonomía y descentralización que responsabiliza directamente a los dirigentes de las empresas de los resultados. Los lazos entre estructuras económicas se rigen ahora exclusivamente por contratos.
            Las empresas estatales o las cooperativas estructuralmente deficitarias y no viables serán liquidadas o podrán ser transformadas y adoptar una forma jurídica no estatal. Del mismo modo, el Estado no subvencionará las pérdidas. En cambio, las empresas beneficiarias podrán invertir las ganancias para desarrollarse, aumentar los salarios de los trabajadores en los límites que establece la legislación, o contratar a nuevos trabajadores. Disponen así de una libertad total en lo que se refiere a la gestión de los recursos humanos.
            El auge de las cooperativas ilustra la voluntad cubana de profundizar el desarrollo socialista de la economía en todos los sectores, con una propiedad colectiva. Disponen de una autonomía completa a todos los niveles. No obstante, para evitar toda concentración de riqueza, no pueden ser vendidas o entregadas a otras entidades que no sea el Estado.
            A nivel agrícola, la prioridad nacional es la producción de alimentos para reducir la dependencia del exterior en un país que importa más del 80% de su consumo. Se entrega la tierra en usufructo a los campesinos que se convierten en productores independientes, remunerados por su propio trabajo, pero sigue siendo propiedad del Estado.
            La nueva política monetaria permite otorgar créditos a las empresas y a los ciudadanos con el objetivo de favorecer la producción de bienes y servicios para la población. Uno de los grandes desafíos de la sociedad es la unificación monetaria. En efecto, la dualidad monetaria vigente en Cuba es fuente de serias desigualdades. Para ello, se deben realizar importantes esfuerzos en términos de productividad y de redistribución de la riqueza de acuerdo con la ley de redistribución socialista “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según su trabajo”.
            La política salarial se sigue basando en el principio socialista “a cada cual según su trabajo”, con el objetivo de satisfacer “las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias”. Los salarios se incrementarán de modo gradual, en función de los resultados de producción. Para evitar el desarrollo de las desigualdades, la legislación prevé un salario mínimo y un salario máximo. Se favorece el sector no estatal como alternativa adicional para el empleo.
            La elaboración de una imposición tributaria en Cuba tiene como meta permitir al Estado disponer de los recursos necesarios para cumplir su papel social con la población. Gracias al impuesto progresivo, las categorías más acomodadas contribuyen más al esfuerzo nacional, según el principio de solidaridad socialista entre todos los ciudadanos. La cohesión social sigue siendo el objetivo prioritario. Así, para evitar todo crecimiento de las desigualdades en la sociedad, la concentración de propiedad está prohibida para las personas jurídicas o naturales, siendo una prerrogativa exclusiva del Estado. Por otra parte, la política de precios sigue siendo centralizada, particularmente en los productos de interés general desde un punto de vista económico y social.
            A nivel de la política social, base del socialismo, el objetivo prioritario no sólo es “continuar preservando las conquistas de la Revolución, tales como el acceso a la atención médica, la educación, la cultura, el deporte, la recreación, la tranquilidad ciudadana, la seguridad social y la protección mediante la asistencia social a las personas que lo necesiten”, sino también “dar continuidad al perfeccionamiento de la educación, la salud, la cultura y el deporte”. El Estado garantizará “la protección de la asistencia social [a] las personas que realmente la necesitan”.
            El Estado no abandona la cultura. La política cultural se basa en la defensa de la identidad, la conservación del patrimonio cultural, la creación artística y literaria y la capacidad para apreciar el arte, mediante las formaciones necesarias. El Estado seguirá su misión de “promover la lectura, enriquecer la vida cultural de la población y potenciar el trabajo comunitario como vías para satisfacer las necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales”.
            Así, el nuevo modelo económico cubano, basado en la planificación, una política de precios centralizada, la prohibición de concentración de riqueza, un salario mínimo y un salario máximo y la protección de todas las categorías de la población, particularmente de las más vulnerables (no hubo despidos masivos), es indudablemente socialista. Pero se adapta a su época basándose en la filosofía de José Martí, héroe nacional cubano, según el cual “el primer deber del hombre es ser un hombre de su tiempo”. Tiene como objetivo alcanzar una mayor eficiencia económica, luchar contra la burocracia y la corrupción –principales obstáculos internos al desarrollo del país –, preservar las conquistas sociales de la Revolución Cubana, reforzar la República Social y mejorar el bienestar material y espiritual de TODOS los cubanos.


*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano.


[1] VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, « Información sobre el resultado del debate de los lineamientos de la política económica y social del Partido y de la Revolución”, mayo 2011. http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2011/05/tabloide_debate_lineamientos.pdf (sitio consultado el 15 de agosto de 2013).
[2] Raúl Castro Ruz, « Discurso de Raúl Castro Ruz en la Clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas », 4 de abril de 2010.
[3] n°1