martes, 4 de marzo de 2014

UCRANIA: LA LOCURA DE LA INTROMISIÓN IMPERIAL


Por Paul Craig Roberts*

Al crear una amenaza estratégica directa para Rusia, la demencia hegemónica de Washington ha urdido un enfrentamiento de Grandes Potencias y creado el riesgo de destrucción del mundo. 
 
En 2004 Hungría se unió a la UE, esperando calles de oro. 

En su lugar, cuatro años después, en 2008 Hungría se endeudó con el FMI. El rock en vídeo del grupo húngaro Mouksa Underground resume el resultado en Hungría actual de haber caído en manos de la UE y del FMI. 

La canción trata de los resultados decepcionantes de caer en manos de la UE y del FMI, y en Hungría los resultados no son ciertamente alentadores. El título es “Desilusión con el cambio de sistema”. El texto es el siguiente:

Desde hace unos veinte años
Hemos estado esperando la buena vida
Para el ciudadano común
En lugar de riqueza tenemos pobreza
Explotación ilimitada

Esto es el gran cambio de sistema
Esto es lo que esperabais

No hay vivienda No hay alimento No hay trabajo
Pero eso es lo que nos habían prometido que no pasaría
Los de arriba
Nos devoran
Los pobres sufren todos los días.

Esto es el gran cambio de sistema
Esto es lo que esperabais

¿Cuándo habrá un cambio verdadero?
¿Cuándo habrá un mundo digno de vivir?
Habrá la solución decisiva
Cuando este sistema económico sea abandonado para siempre

Esto es el gran cambio de sistema
Esto es lo que esperabais

No hay ninguna solución que no sea revolución 

Si tal vez los estudiantes de Kiev hubieran escuchado al grupo de rock húngaro en lugar de las ONG de Washington, comprenderían lo que significa ser saqueado por Occidente, y Ucrania no estaría en el caos y orientada hacia la destrucción. 

Como la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland dejó en claro en su discurso de diciembre pasado y en la grabación filtrada de su conversación con el embajador de EEUU en Kiev, EEUU gastó 5.000 millones de dólares del contribuyente preparando un golpe en Ucrania que derribó al gobierno democrático elegido. 

De que se trató de un golpe es subrayado también por las obvias mentiras públicas que Obama ha expresado sobre la situación, culpando, por supuesto, al gobierno derrocado, y por la tergiversación de los eventos en Ucrania por los medios prostituidos de la prensa de EEUU y Europa. El único motivo para distorsionar los eventos es apoyar el golpe y encubrir la mano de Washington. 

No cabe ninguna duda de que el golpe es una acción estratégica de Washington para debilitar Rusia. Washington trató de capturar Ucrania en 2004 con la “Revolución Naranja” que financió, pero fracasó. Ucrania formó parte de Rusia durante 200 años antes de recibir la independencia en los años noventa. Las provincias orientales y meridionales de Ucrania son áreas rusas que fueron agregadas a Ucrania en los años cincuenta por la dirigencia soviética a fin de diluir la influencia de los elementos nazis en Ucrania occidental que habían combatido por Adolf Hitler contra la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.

La pérdida de Ucrania a manos de la UE y la OTAN significaría la pérdida de la base naval rusa en el Mar Negro y la pérdida de muchas industrias militares. Si Rusia aceptara una derrota estratégica semejante, significaría que Rusia se habría sometido a la hegemonía de Washington. 

Sea cual sea el camino que emprenda el gobierno ruso, la población rusa de Ucrania oriental y meridional no aceptará la opresión por ultranacionalistas y neonazis ucranianos.
La hostilidad que ya se ha mostrado hacia la población rusa puede ser vista en la destrucción por ucranianos del monumento a las tropas rusas que expulsaron las divisiones de Hitler de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial y la destrucción del monumento al general ruso Kutuzov, cuyas tácticas destruyeron el Gran Ejército de Napoleón y llevaron a la caída de Napoleón. 

La cuestión del momento es si Washington cometió un error de cálculo y perdió el control del golpe a manos de los elementos neonazis que parecen haber arrebatado el control a los moderados en Kiev pagados por Washington, o si los neoconservadores en Washington habían estado trabajando con los neonazis durante años. Max Blumenthal dice esto último. 

Los moderados ciertamente han perdido el control. No pueden proteger monumentos públicos, y se ven obligados a adelantarse a los neonazis que andan legislando el programa neonazi. El parlamento ucraniano cautivo ha introducido medidas para prohibir todo uso oficial del lenguaje ruso. Esto, por supuesto, es inaceptable en las provincias rusas. 

Como señalé en un artículo anterior, el propio parlamento ucraniano es responsable por la destrucción de la democracia en Ucrania. Sus acciones inconstitucionales y antidemocráticas han allanado el camino para los neonazis que ahora tienen el precedente de tratar a los moderados de la misma manera que los moderados trataron al gobierno elegido y ocultar su ilegalidad con acusaciones de crímenes y mandatos de arresto. Actualmente el ilegalmente depuesto presidente Yanukovych está en fuga. ¿Estará mañana en fuga el actual presidente, Oleksander Turchinov, puesto en su cargo por los moderados, no por el pueblo? Si una elección democrática no aseguró la legitimidad del presidente Yanukóvych, ¿cómo asegurará la legitimidad de Turchinov un retazo de parlamento? 

¿Qué podría responder Turchinov si los neonazis le plantean la pregunta de Lenin a Kerensky: “¿Quién te eligió?” 

Si Washington ha perdido el control del golpe y es incapaz de restaurar el control a los moderados que ha alineado con la UE y la OTAN, una guerra parecería inevitable. No cabe duda que las provincias rusas buscarían y obtendrían la protección de Rusia. No se sabe si Rusia iría más lejos y derrocaría a los neonazis en Ucrania occidental. Si Washington, que parece haber posicionado fuerzas militares en la región, suministraría la fuerza militar a los moderados para derrotar a los neonazis también está por ver, así como la reacción de Rusia. 

En un artículo anterior describí la situación como “Sonámbulos de Nuevo”, una analogía con cómo los errores de cálculo resultaron en la Primera Guerra Mundial. 

Todo el mundo debería estar alarmado ante la imprudente e irresponsable intromisión de Washington en Ucrania. Al crear una amenaza estratégica directa para Rusia, la demencia hegemónica de Washington ha urdido un enfrentamiento de Grandes Potencias y creado el riesgo de destrucción del mundo. 

* Economista y exsecretario adjunto del Tesoro en época de Reagan. Fue editor y columnista de Wall Street Journal y Business Week. Se le conoce por sus posiciones opuestas al neoconservadurismo y por ser partidario de las tesis conspirativas sobre los atentados del 11-Septiembre. (NdD.)

REBELIÓN 
28 de febrero de 2014 
ESPAÑA


CRISIS UCRANIANA: IMPLICACIONES


Por Santiago Pérez Benítez
Investigador del CIPI*

La crisis ucraniana de los últimos meses ya ha tenido consecuencias importantes para el sistema de relaciones internacionales y para sus escenarios futuros. Si bien los eventos en Ucrania están aún en “pleno desarrollo”, se pueden realizar algunas consideraciones parciales. 

En primer lugar, se percibe determinada euforia en Occidente por “el triunfo de la democracia en Kiev”. Lo han logrado, según la lógica imperial, a un costo relativamente bajo, sin aplicación de sus fuerzas armadas como en Irak, Afganistán o Libia. En la perspectiva, esta euforia   puede implicar un incremento significativo de la agresividad ideológica, política y subversiva de EEUU y algunos países de la OTAN contra  gobiernos opuestos a sus designios. Con las particularidades de cada caso, se está viendo la aplicación de estas  recetas en Venezuela, pero también pudieran incrementarse las acciones contra otros países del ALBA, contra Belarús, Irán, incluso contra la propia Rusia y hasta China. Estas recetas, por demás, no son nada novedosas, sólo se adaptan a las nuevas y cambiantes coyunturas. 

La política norteamericana  hacia Ucrania, por otro lado, forma parte de la ofensiva  actual de la Administración Obama para detener la pérdida de   hegemonía de EEUU e impedir la emergencia de otras potencias, los  BRICS, así como esquemas subregionales independientes. Da la impresión que el 2014 ha traído consigo una mayor ofensiva de la política exterior de la Administración,  después de haber “resuelto” sus problemas internos en el tema del presupuesto y “deshacerse” de su presencia militar en Irak y su eventual retirada este año de Afganistán.

En el caso de la política occidental hacia Ucrania, además de la estrategia propia  hacia el país,  se esconde el claro objetivo de causarle problemas y debilitar a  Rusia, que pretendía sumar este país a la Unión Euroasiática, y que ha venido dando muestras de afirmación como potencia de primer orden en las crisis siria, iraní, en la ONU y en el incremento de sus  nexos con China, entre otras variables de su política exterior. 

La creación de un foco de inestabilidad e incertidumbre en el país geopolíticamente más importante para Moscú, va a implicar, en la lógica de Washington y de sus aliados de la UE y la OTAN, una distracción para Rusia y un serio problema para su seguridad. Habría que dar seguimiento a la marcha  de las relaciones de los subsiguientes  gobiernos ucranianos con la OTAN, los compromisos a que  lleguen, así como el estatus futuro de la principal base naval rusa en el Mar Negro, enclavada en la ciudad de Sebastopol, en la región de Crimea, donde la mayoría de la población es de origen ruso. 

En cualquier caso, estamos en presencia de tendencias que pueden ser  peligrosas para la paz y la seguridad,  y que pueden generar un incremento de la tensión en esta área clave de la geopolítica mundial. Sería, además, añadir  temas adicionales a las contradicciones ya existentes  como la instalación del sistema antimisil norteamericano en Europa diseñado contra Rusia, y la carrera armamentista que transcurre en el área.

Para el panorama interno ucraniano, y pese a la volatilidad de la situación, habría que apuntar un escenario de gran incertidumbre que tiene que ver con el mantenimiento de la estabilidad y de la legitimidad nacional e internacional de las nuevas autoridades;  la magnitud de los fondos que puedan recibir del FMI o de créditos de bancos privados; las condiciones que se le impongan a la sociedad para obtener estos financiamientos prometidos; las relaciones energéticas futuras con Rusia; el pago de la deuda por el gas a Moscú; así como las perspectivas reales de entrar al proceso de acercamiento a la Unión Europea, donde está claro que no entrarían en la perspectiva mediata. 

Otro problema que generará incertidumbre para el escenario ucraniano y europeo, es el proceso de  descentralización y hasta de posible secesión que puede desatarse en el país. En toda Ucrania el 17% de la población es rusa y una gran parte de la economía de las regiones del Este, sobre todo la producción industrial y buena parte de la agricultura, tienen sus mercados en ese país y no son competitivas en la Unión Europea. Precisamente el argumento del exprimer Mykola Azarov para no firmar el acuerdo con la UE en la Cumbre de Vilnius en noviembre del 2013, fue que implicaría pérdidas por más de 20.000 millones de USD a Ucrania, pues se afectarían las relaciones con Rusia.

Otro elemento internacional a tener en cuenta para el futuro, y que se ha visto con nitidez en esta crisis, es la constatación del nuevo protagonismo de Alemania como la principal potencia europea, ilustrada en  su estrecha relación con el líder del partido UDAR, el excampeón mundial de boxeo profesional Vitali  Klichkó, quien hizo su carrera profesional en  Hamburgo. Este rol protagónico de Berlín, ahora en Ucrania, ya se había hecho evidente con el manejo de la crisis en la eurozona, las propuestas de unión bancaria en la UE, y la participación germana en Mali. El incremento de  la visibilidad internacional de Alemania  es uno de los elementos de prioridad en la agenda de gobierno de la Gran Coalición que dirige la canciller Ángela Merkel entre los socialcristianos (CDU-CSU) y los socialdemócratas (SPD).

La crisis ucraniana, por otro lado, ha generado un precedente negativo para la estabilidad interna de los propios países europeos, pues han sido empleadas acciones de fuerza y de manifestaciones de la oposición, y sobre todo de la  extrema derecha - de corte fascista y nacionalista- para propiciar la salida del poder de las autoridades electas, incluyendo al Presidente del país. Hay que recordar que en muchos países europeos la extrema derecha y el neofascismo están cobrando un auge inusitado.
Después de Ucrania, ¿quién sería el próximo?

*Centro de Investigaciones de Política Exterior, MINREX, Cuba.

viernes, 28 de febrero de 2014

Noam Chomsky: la democracia europea va camino al colapso total “y a la dictadura”


El filósofo estadounidense, al participar en el Festival de las Ciencias, en el Auditorio de Roma, dijo que las democracias en Europa están al borde del “colapso total” en un paso previo “hacia las dictaduras”.

Chomsky entiende que el colapso se está produciendo “independientemente del color político de sus gobiernos, porque las decisiones las toman dirigentes y burócratas de Bruselas, no electos”.

Particularmente destacó el caso de Italia, donde dictó su conferencia a comienzos de esta semana, país en el cual “la democracia desapareció”, cuando asumió el gobierno Mario Monti –el ex comisario de la Unión Europea- que fue “nombrado por los burócratas de Bruselas”.

Extendió su visión en forma global a todo el mundo en tanto “hasta el diario Wall Street Journal ha descripto que la democracia en los Estados Unidos está al borde del colapso, pues todo gobierno, sea de derecha o de izquierda, sigue la misma política, decidida por grupos de banqueros y burócratas.”

Los banqueros a la caza de los sistemas de previsión social.

Chomsky recordó recientes palabras del presidente del Banco Central Europeo –cuando dijo que “el contrato social ha muerto”- lo que interpretó como el reconocimiento que la agenda política está siendo dictada por los financistas y sus grupos de poder. Enfatizó que el interés principal ahora de estas fuerzas combinadas, es la destrucción “ de los sistemas de previsión social. La política solo servirá de ahora en más para hacer mucho más ricos a los banqueros”, concluyó.

En cuanto al aporte de Internet en algunas formas de los movimientos contestatarios, aceptó que pueden tener su contribución, pero no dejan de ser peligrosos.

“Me parece que a menudo los nuevos medios llevan hacia una visión más estrecha del mundo, porque las personas son atraídas por medios que expresan exactamente su misma concepción de las cosas (…) Depende mucho de cómo se usen estos medios. Pueden ser un bien al ampliar nuestros horizontes, pero también un mal”.

Finalmente dijo que el neoliberalismo no es más ni menos que “un gran ataque contra la población mundial, el más grande ataque ocurrido en los últimos 40 años”.




lunes, 24 de febrero de 2014

El poder y la política con la mirada de Carlos María Vilas [1]


Por Roberto M. Yepe Papastamatin
Centro de Estudios Hemisféricos y sobre los Estados Unidos
Universidad de La Habana

Esta es una ocasión muy especial para todos los interesados en la teoría y la práctica políticas y en los temas asociados al ejercicio del poder. Estoy convencido de que el libro que presentamos hoy “El poder y la política. El contrapunto entre razón y pasiones.” figura ya como una referencia obligada y fundamental en estas materias.

Su autor, Carlos María Vilas, es Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina, donde dirige la Maestría en Políticas Públicas y Gobierno y la Revista Perspectivas de Políticas Públicas. También es docente de posgrado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Su carrera académica se extiende a lo largo de casi cincuenta años, en universidades e institutos de enseñanza e investigación superior de América Latina y el Caribe, Estados Unidos, Europa y Asia-Pacífico. Sus investigaciones y producción bibliográfica cubren un amplio campo en teoría y sociología política y del estado, análisis de políticas públicas, procesos de cambio político y desarrollo, dinámica política en sociedades multiétnicas y la sociología política de las revoluciones. 

Es autor y coautor de 24  libros publicados y de más de 250 artículos en revistas académicas y profesionales. Dos de sus libros figuran en la lista de obras secuestradas y destruidas por la dictadura de 1976-1983. Entre muchos otros reconocimientos, su libro “Perfiles de la Revolución Sandinista” recibió el Premio Casa de las Américas (1984). 

Vilas ha conjugado está rica trayectoria académica e investigativa con la práctica política y el desempeño de responsabilidades en la gestión gubernamental en su país. Previamente, durante toda la década de los ochenta  se desempeñó como asesor del gobierno sandinista en Nicaragua.

De esta manera, puede afirmarse que Carlos Vilas ha sido tanto un observador como un actor del fenómeno político. Este conocimiento desde dentro se evidencia a lo largo de “El poder y la política” y le concede a su autor una indudable autoridad. De hecho, uno de los propósitos explícitos de esta obra es contribuir a cerrar la brecha entre la teoría y la realidad del fenómeno político, lo cual ha sido, en mi opinión, plenamente logrado. 

Vilas consigue desarrollar una temática tan compleja en un texto con un alto rigor teórico y que a la vez es de agradable lectura, y que puede resultar de gran utilidad tanto para el estudiante universitario como para los más eruditos estudiosos e investigadores de la ciencia política. Por él desfilan las principales figuras del pensamiento político, como Platón, Aristóteles, Spinoza, Maquiavelo, Hobbes, Spinoza, Locke, Hegel, Marx y Mariátegui, entre otros, pero no como pensadores sagrados o intocables, sino que, como ha dicho el propio autor, son tratados con una sana irreverencia, lo cual significa respeto y seriedad, pero también tener en cuenta las circunstancias y los escenarios en los cuales desarrollaron sus perspectivas y sus reflexiones, haciéndolos así más cercanos y comprensibles para el lector.

El poder y la política son los ejes temáticos que recorren toda la obra. El autor evita definiciones absolutas e introduce siempre los matices y las acotaciones necesarias, apoyándose en referencias que evidencian un amplísimo conocimiento sobre las experiencias y procesos políticos reales en diferentes momentos históricos y en las más diversas latitudes geográficas. Cuestiones como la naturaleza del poder; los medios y herramientas para su ejercicio; los respectivos esfuerzos para expandirlo y contenerlo; la tensión entre el poder y el derecho; la comprensión de la política como práctica de la organización y la conducción de la sociedad en función de determinados fines, y que implica algún tipo de combinación de la lucha entre adversarios y de procesos deliberativos entre iguales –negando así las respectivas visiones teóricas absolutas y excluyentes con relación a ambos aspectos-; los procesos de construcción del adversario político; la dimensión temporal de la acción política, es decir, el reconocimiento de la existencia de una política del tiempo y un tiempo de la política cuyos manejos pueden decidir su éxito o fracaso; así como la racionalidad propia o peculiar de la política y su combinación con factores emocionales e incluso irracionales; conforman el interesante conjunto temático del libro.  

En varios momentos del texto, el autor realiza breves pero agudas incursiones en el campo de la política internacional. Como estudioso de esta materia, quedé con deseos de mayores elaboraciones, pero entiendo perfectamente que ese no era el objeto de este volumen.

El plan original de la obra sí incluía una sección dedicada al Estado pero, por diversas razones, Vilas decidió dejar este tema para un texto posterior. Quedamos entonces esperando que cumpla esta promesa.

Estamos en presencia de un libro que contribuye significativamente a la comprensión de la política tal cual es pero que, distanciándose del pesimismo antropológico y de las visiones cínicas que quizás con cierta injusticia se le atribuyen al realismo político, Vilas nos trae aquí una perspectiva razonablemente optimista sobre la posibilidades de la política como herramienta de construcción y transformación en un sentido progresivamente emancipador del ser humano, aunque con plena conciencia de que la política también históricamente ha servido y sirve a las peores causas, y que se trata de un fenómeno sujeto a ciclos de avances y retrocesos.

Dicha visión optimista debe resultar particularmente estimulante para los más jóvenes, sobre quienes pesa la principal responsabilidad por las profundas transformaciones sociales que reclama un mundo que agonizará inexorablemente si no se logran imponer, precisamente mediante la lucha política a nivel global, nuevos patrones de reproducción económica ecológicamente sostenibles y una ampliación y radicalización de la democracia participativa.

A nivel mundial, la calidad del liderazgo político de los principales centros de poder muestra un panorama desolador desde hace varios años. Al margen de sus respectivas preferencias políticas e ideológicas, cabría preguntarse dónde están los Franklin Delano Roosevelt, los Churchill o los De Gaulle de hoy. Frente a esta situación a nivel general, nuestra región de América Latina y el Caribe, que ha tenido a Lázaro Cárdenas, a Perón, a Fidel, al Che y a Allende, puede enorgullecerse por haber tenido en años recientes –después de la oscura noche neoliberal con su larga lista de presidentes hoy impresentables y en varios casos verdaderos delincuentes-  a líderes políticos y estadistas de la talla de Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, Luiz Inácio Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa, que han sabido conducir procesos con una amplia participación popular para la recuperación de la dignidad, los recursos estratégicos y la independencia política de sus respectivas naciones. Es esa participación popular la que nos brinda confianza en la continuidad de estos procesos y en una creciente unidad de Nuestra América, trascendiendo a los respectivos líderes políticos necesariamente coyunturales, y frente a la sostenida reacción imperialista y oligárquica.

Creo que de eso se trata la recuperación de la política de la que nos habla Carlos Vilas al introducirnos en su texto. Y ello también es muy relevante para un país como Cuba, en pleno proceso de transformación para enfrentar nuestros problemas y los importantes desafíos que plantea el futuro inmediato.

Por todo eso debemos agradecer a Vilas por su excelente texto y también les agradezco a ustedes su presencia.

[1] Presentación del libro de Carlos María Vilas “El poder y la política. El contrapunto entre razón y pasiones” (Editorial Biblos, Buenos Aires, 2013), realizada en la Casa de las América, La Habana, 19 de febrero de 2014.



[1] Presentación del libro de Carlos María Vilas “El poder y la política. El contrapunto entre razón y pasiones” (Editorial Biblos, Buenos Aires, 2013), realizada en la Casa de las América, La Habana, 19 de febrero de 2014.