jueves, 13 de marzo de 2014

DERECHAS CON LOOK DE IZQUIERDA


Por Raúl Zibechi

Las recientes manifestaciones de masas generadas por las derechas en los más diversos países, muestran su capacidad por apropiarse de símbolos que antes desdeñaban, introduciendo confusión en las filas de las izquierdas.

El 17 de febrero de 2003 Patrick Tyler reflexionaba sobre lo que estaba sucediendo en las calles del mundo en una columna en The New York Times: “Las enormes manifestaciones contra la guerra en todo el mundo este fin de semana son un recordatorio de que todavía puede haber dos superpotencias en el planeta: los Estados Unidos y la opinión pública mundial”.

“Mira a tu alrededor y verás un mundo en ebullición”, escribió el editor estadounidense Tom Engelhardt, editor de la página TomDispatch. En efecto, diez años después del célebre artículo del Times, que dio la vuelta al mundo en ancas del movimiento contra la guerra, no hay casi rincón del mundo donde no exista ebullición popular, en particular desde la crisis de 2008.

Se podrían enumerar la Primavera Árabe que derribó dictadores y recorrió buena parte del mundo árabe; Occupy Wall Street, el mayor movimiento crítico desde los años sesenta en Estados Unidos; los indignados griegos y españoles que cabalgan sobre los desastres sociales provocados por la megaespeculación. En estos mismos momentos, Ucrania, Siria, Sudán del Sur, Tailandia, Bosnia, Turquía y Venezuela están siendo afectadas por protestas, movilizaciones y acciones de calle del más diverso signo.

Países como Brasil que hacía décadas que no conocía protestas sociales, aguarda manifestaciones durante el Mundial luego de que 350 ciudades vieran cómo el desasosiego ganaba las calles. En Chile se ha instalado un potente movimiento juvenil estudiantil que no muestra signos de agotamiento y en Perú el conflicto en torno a la minería lleva más de un lustro sin amainar.

Cuando la opinión pública tiene la fuerza de una superpotencia, los gobiernos se han propuesto entenderla para cabalgarla, manejarla, reconducirla hacia lugares que sean más manejables que la conflagración callejera, conscientes de que la represión por sí sola no consigue gran cosa. Por eso, los saberes que antes eran monopolios de las izquierdas, desde los partidos hasta los sindicatos y movimientos sociales, hoy encuentran competidores capaces de mover masas, pero con fines opuestos a los que esa izquierda desea.

Estilo militante

Desde el 20 hasta el 26 de marzo de 2010 se realizó en el departamento uruguayo de Colonia un “Campamento Latinoamericano de Jóvenes Activistas Sociales”, en cuya convocatoria se prometía “un espacio de intercambio horizontal” para trabajar por “una Latinoamérica más justa y solidaria”. Entre el largo centenar de activistas que acudió ninguno sospechaba de dónde habían salido los recursos para pagar sus viajes y estadías, ni quiénes eran en realidad los convocantes.

Un joven militante se dedicó a investigar quiénes eran los Jóvenes Activistas Sociales que organizaban un encuentro participativo para “comenzar a construir una memoria viva de las experiencias de activismo social en la región; aprender de las dificultades, identificar buenas prácticas locales aprovechables a nivel regional, y maximizar el alcance de la creatividad y el compromiso de sus protagonistas”.

El resultado de su investigación en las páginas web le permitió averiguar que el campamento contó con el auspicio del Open Society Institute de George Soros*, y de otras instituciones vinculadas al mismo. La sorpresa fue mayúscula porque en el campamento se realizaban reuniones en ronda, fogones y trabajos colectivos con papelógrafos, con fondo de whipalas y otras banderas indígenas. Un decorado y estilos que hacían pensar que se trataba de un encuentro en la misma tónica de los Foros Sociales y de tantas actividades militantes que emplean símbolos y modos de hacer similares. Algunos de los talleres empleaban métodos idénticos a los de la educación popular de Paulo Freire que, habitualmente, suelen emplear los movimientos antisistémicos.

Lo cierto, es que unos cuantos militantes fueron usados “democráticamente”, porque todos aseguraron que pudieron expresar libremente sus opiniones, para objetivos opuestos para los que los convocaron. Este aprendizaje de la fundación de Soros fue aplicado en varias ex repúblicas soviéticas, durante la “revuelta” en Kirguistán en 2010 y en la revolución naranja en Ucrania en 2004.

Ciertamente, muchas fundaciones y las más diversas instituciones envían fondos e instructores a grupos afines para que se movilicen y trabajen para derribar gobiernos opuestos a Washington. En el caso de Venezuela, han sido denunciadas en varias oportunidades agencias como el Fondo Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), creada por el Congreso de Estados Unidos durante la presidencia de Ronald Reagan. O la española Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES) orientada por el expresidente José María Aznar.

Ahora estamos ante una realidad más compleja: cómo el arte de la movilización callejera, sobre todo la orientada a derribar gobiernos, ha sido aprendida por fuerzas conservadoras.

El arte de la confusión

El periodista Rafael Poch describe el despliegue de fuerzas en la plaza Maidan de Kiev: “En sus momentos más masivos ha congregado a unas 70.000 personas en esta ciudad de cuatro millones de habitantes. Entre ellos hay una minoría de varios miles, quizá cuatro o cinco mil, equipados con cascos, barras, escudos y bates para enfrentarse a la policía. Y dentro de ese colectivo hay un núcleo duro de quizás 1.000 o 1.500 personas puramente paramilitar, dispuestos a morir y matar, lo que representa otra categoría. Este núcleo duro ha hecho uso de armas de fuego” (La Vanguardia, 25 de febrero de 2014).

Esta disposición de fuerzas para el combate de calles no es nueva. A lo largo de la historia ha sido utilizada por fuerzas disímiles, antagónicas, para conseguir objetivos también opuestos. El dispositivo que hemos observado en Ucrania se repite parcialmente en Venezuela, donde grupos armados se cobijan en manifestaciones más o menos importantes con el objetivo de derribar un gobierno, generando situaciones de ingobernabilidad y caos hasta conseguir su objetivo.

La derecha ha sacado lecciones de la vasta experiencia insurreccional de la clase obrera, principalmente europea, y de los levantamientos populares que se sucedieron en América Latina desde el Caracazo de 1989. Un estudio comparativo entre ambos momentos, debería dar cuenta de las enormes diferencias entre las insurrecciones obreras de las primeras décadas del siglo XX, dirigidas por partidos y sólidamente organizadas, y los levantamientos de los sectores populares de los últimos años de ese mismo siglo.

En todo caso, las derechas han sido capaces de crear un dispositivo “popular”, como el que describe Rafael Poch, para desestabilizar gobiernos populares, dando la impresión de que estamos ante movilizaciones legítimas que terminan derribando gobiernos ilegítimos, aunque estos hayan sido elegidos y mantengan el apoyo de sectores importantes de la población. En este punto, la confusión es un arte tan decisivo, como el arte de la insurrección que otrora dominaron los revolucionarios.

Montarse en la ola

Un arte muy similar es el que mostraron los grupos conservadores en Brasil durante las manifestaciones de junio. Mientras las primeras marchas casi no fueron cubiertas por los medios, salvo para destacar el “vandalismo” de los manifestantes, a partir del día 13, cuando cientos de miles ganan las calles, se produce una inflexión.

Las manifestaciones ganan los titulares, pero se produce lo que la socióloga brasileña Silvia Viana define como una “reconstrucción de la narrativa” hacia otros fines. El tema del precio del pasaje pasa a un segundo lugar; se destacan las banderas de Brasil y el lema “Abajo la corrupción”, que no habían estado originalmente en las convocatorias (Le Monde Diplomatique, 21 de junio de 2013). Los medios masivos también desaparecieron a los movimientos convocantes y colocaron en su lugar a las redes sociales, llegando a criminalizar a los sectores más militantes por su supuesta violencia, mientras la violencia policial quedaba en segundo plano.

De ese modo la derecha, que en Brasil no tiene capacidad de movilización, intentó apropiarse de movilizaciones cuyos objetivos (la denuncia de la especulación inmobiliaria y de las megaobras para el Mundial) estaba lejos de compartir. “Es claro que no hay lucha política sin disputa por símbolos”, asegura Viana. En esa disputa simbólica la derecha, que ahora engalana sus golpes como “defensa de la democracia”, aprendió más rápido que sus oponentes.


* Excolaborador nazi en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial. Ganó miles de millones de dólares especulando en el mercado de las divisas y es dueño de fundaciones y del llamado Instituto de Estudios Democráticos, cuyo propósito es financiar acciones para imponer la “democracia” en el sentido que a Washington y a las trasnacionales interesa. (NdD.)

ALAI                   

miércoles, 12 de marzo de 2014

CHOMSKY: "LA IGNORANCIA PÚBLICA ES LA ÚNICA SEGURIDAD QUE IMPORTA A EE.UU."

El público no tiene el derecho de saber cómo van las cosas en EE.UU. Esta es la idea clave y el objetivo clave de Washington, que se preocupa no de la seguridad nacional, sino de la seguridad del sector empresarial, afirma Noam Chomsky.

El experto, citado por AlterNet, menciona a luchadores por la verdad como Edward Snowden y Chelsea Manning que proclamaron que el público tiene derecho a saber acerca de los programas gubernamentales, lo que el Gobierno está haciendo en su nombre, y lo que el Gobierno está haciendo en contra de la opinión pública.

Mientras tanto, las autoridades de EE.UU. están pensando que "el público no tiene el derecho de saber, porque su seguridad de este modo se ve socavada".

Cuando se expone un acto de las autoridades, el Gobierno reflexivamente aboga por su propia seguridad, por tanto, la respuesta predecible lleva poca información. 

"A menudo, el intento de mantener el estado de secreto está motivado por la necesidad de garantizar la seguridad de los poderosos sectores nacionales... Por el contrario, hay pruebas sustanciales de que la seguridad de la población del país -como se supone debe entenderse el término de la "seguridad nacional"- no es una alta prioridad para la política estatal", sostiene Chomsky. 

"Hoy en día, la palabra "culpable" significa "ser un blanco para ser asesinado por parte de Obama", mientras que "inocente" es similar a "todavía carece de dicho estatus", resume el experto en su último artículo.



RT
 

lunes, 10 de marzo de 2014

LA GUERRA A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN.


Por Ernesto Gómez Abascal. Especial para Alahed.news
                                                                     
  La utilización de las campañas de prensa para lograr objetivos políticos, económicos o de cualquier otro tipo, no es nada nuevo, pero con la llegada y la introducción masiva de modernas tecnologías de comunicación, la utilización de la desinformación como arma de guerra, ha pasado a ocupar un lugar preeminente.

  Durante el pasado siglo XX, los jefes militares, por lo general planificaban el inicio de las hostilidades mediante un ablandamiento de las posiciones enemigas utilizando masivos bombardeos aéreos o de la artillería.  Hoy, los dirigentes políticos, en especial los de las grandes potencias, cuentan para ello con instituciones especializadas en guerras mediáticas. Ellas son las responsables de llevar al campo que se proponen atacar, ocupar y dominar, las ideas que supuestamente crearán las premisas para su derrota y para tratar de convencer a la opinión pública internacional de que la criminal e ilegal acción que emprenderán, persigue defender la libertad, la democracia y los derechos humanos.

  Estaba como embajador en Iraq en el 2003 cuando lanzaron su genocida guerra contra esa nación árabe y pude comprobar cómo los grandes medios de prensa occidentales se plegaron a la campaña de mentiras que utilizaron previo a la invasión: el peligro de armas de destrucción masiva, los vínculos con terroristas de Al Qaeda, etc. Fueron informaciones de primera plana de las grandes cadenas de televisión, incluso de periódicos que se consideraban por algunos como serios y objetivos, como fue el caso del New York Times, que tiempo después tratando de limpiar su imagen publicaría una autocrítica.  La campaña de terror, lanzada a través de los medios, concebida con el nombre de “Conmoción y Pavor”, perseguía hacer deponer las armas al pueblo iraquí y rendirse antes de defender su tierra.

  Cuba posee una larga experiencia en el enfrentamiento de estas guerras mediáticas debido al viejo anhelo estadounidense de impedir su independencia y apoderarse de nuestro territorio, tan cercano a sus costas y al cual concedían (y conceden) un valor estratégico.  A finales del siglo XIX, cuando después de casi treinta años de lucha, los patriotas cubanos tenían al borde de la derrota al colonialismo español, el gobierno de Washington intervino militarmente para impedirlo.  Al menos dos años antes del desembarco de sus tropas y de declararle  la guerra a España, la prensa yanqui, especialmente los periódicos New York Journal y New York World, lanzaron una furibunda campaña dirigida a crear condiciones para el inicio del conflicto, el cual sería calificado por Vladmir Ilich Lenin, como la primera guerra imperialista.
 
  Cuando la revolución dirigida por Fidel Castro derrotó a la dictadura pro imperialista de Fulgencio Batista y llegó al poder el 1ro. de enero de 1959, no perdieron mucho tiempo antes de lanzar una feroz campaña para desprestigiarla y utilizaron todos sus poderosos medios para acusarla de dictadura represiva violadora de los derechos humanos y tratar de impedir se hiciera justicia con los asesinos del pueblo, y los torturadores del régimen derrocado.  La Revolución lanzó una primera contraofensiva llamada “Operación Verdad”, invitando al país a cientos de periodistas y representantes de medios de prensa de todas partes del mundo, especialmente de EEUU, para que presenciaran los juicios e informaran objetivamente sobre lo que ocurría en el país.  Sin embargo, sus propósitos difamatorios persistieron, para dejar al descubierto que su verdadero objetivo era desprestigiar la Revolución, que aun en esos meses iníciales de 1959, solo proclamaba su vocación independentista y justiciera y no había adoptado medidas que afectaran los intereses económicos de Washington.

  La prensa  cubana, que en ese entonces casi toda respondía a intereses reaccionarios y estadounidenses, rápidamente se sumó a la campaña de difamación orientada desde EEUU, publicando evidentes mentiras y falsedades, en algo muy parecido a lo que ocurre actualmente en Venezuela y otros países latinoamericanos que han emprendido un camino independiente y progresista.  El gobierno revolucionario entonces, aprobó una ley mediante la cual otorgaba el derecho a los periodistas  y trabajadores de la prensa, a publicar una nota debajo de la información falsa o tergiversada, que se llamó “coletilla”, donde aclaraban no estar de acuerdo con lo publicado por no responder a la verdad y por considerarla dirigida a confundir y perjudicar los intereses del pueblo.

  La lucha entablada fue de tal intensidad, que los dueños de los periódicos, revistas, publicaciones, radios y televisión, no pudieron resistir la confrontación, cerraron estos medios, que después se continuarían publicando, pero ya en manos de los obreros, y se fueron casi todos a Miami con la esperanza de que el gobierno estadounidense invadiera militarmente a Cuba y por esa vía volver a instaurar el régimen corrupto anterior.  Eso ocurrió hace más de 50 años y casi todos han muerto en la espera de volver a Cuba para instaurar de nuevo el poder mediático corrupto subordinado a los intereses imperiales.
 
  Por supuesto que los gobiernos estadounidenses no se conformaron  con esta situación y crearon varias emisoras de radio para transmitir, desde la Florida y otros lugares del Caribe, sus mentiras contra Cuba, y más adelante inventaron la mal  llamada Televisión Martí, en la que han malgastado en estos últimos años, cientos de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses. Esta situación ha sido más contradictoria, si se tiene en cuenta, que las transmisiones de su famoso canal de televisión no pueden ser captadas en la Isla debido a la interferencia técnica que aquí se le hace y al poco interés en ella de nuestro pueblo.

  La Revolución Cubana, mediante la cual los intereses populares alcanzaron por primera vez el poder, tuvo que enfrentarse a una batalla donde el enemigo imperialista utilizó todos los medios para tratar de destruirla, no solo la guerra mediática, que lejos de concluir tratan de perfeccionar  con todos sus adelantos técnicos y científicos, internet y redes de todo tipo incluidos.  Ahora se habla incluso de la utilización de “drones mediáticos”.

  A Cuba la han acusado y la acusan diariamente a través de cualquier vocero, internauta o blogueros, de antidemocrática, de represora de la libertad de prensa, violadora de derechos humanos, etc. Seguimos defendiéndonos como es natural y tratamos de vencer siempre apoyándonos en la verdad y la justicia, que son principios inviolables en nuestra Revolución.  Pero tampoco nos acomplejamos y por ello, en todo lo que esté a nuestro alcance, no le abrimos espacio al hipócrita enemigo imperialista, principal represor,  y violador de los derechos de los pueblos, así como a sus agentes, para evitar que envenenen y confundan con sus campañas a través de la utilización de sus poderosos medios, equivalentes a “armas de destrucción masiva”, verdadero armamento de guerra.  Recientemente hemos visto como utilizan sin ningún pudor, fotos falsas, escenarios fabricados o que responden a sucesos ocurridos en otros momentos y países, así como todo tipo de engaños y subterfugios contra la Revolución Bolivariana.  En este hermano país, la oposición proimperialista dispone aún del 80% de los medios.

  La Revolución en el poder, si se decide a defender los verdaderos derechos  del pueblo y  enfrentar al poderoso enemigo imperialista, debe liquidar sin temor a sus destacamentos de avanzada, sus poderosos medios masivos de desinformación, que provocan tanto o más daños que su sofisticado armamento.  De cualquier forma la van a acusar de antidemocrática, violadora de los derechos humanos y de la libertad de prensa.  Ellos cuando están en el poder, no tienen ninguna compasión con el pueblo.

  Bien lo decía el Che: “Al imperialismo no le podemos dar ni un tantico así”


 6 marzo de 2014
 Publicado en: spanish.alahednews.com.lb



viernes, 7 de marzo de 2014

La historia exigirá responsabilidad a los EE.UU. y sus aliados, por las consecuencias de una doctrina militar cada vez más ofensiva

Conferencia de prensa del ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez Parrilla, 6 de marzo de 2014, teatro Camilo Cienfuegos del MINREX

Agradezco su presencia en la mañana de hoy, de un día saturado de noticias.

Como es conocido, el presidente Raúl Castro Ruz rindió homenaje en el día de ayer, en el Cuartel de la Montaña, en el Mausoleo donde reposan los restos del presidente Hugo Chávez Frías, a este prócer de Nuestra América, líder de extraordinario alcance, amigo especial de Cuba.

El Presidente cubano también asistió al impresionante desfile cívico-militar, que demostró la solidez de la unidad del pueblo venezolano con la Fuerza Armada Nacional, la pujanza de la Revolución Bolivariana y la voluntad expresada, de manera reiterada, y democrática en sucesivas elecciones, por su pueblo, y en las condiciones en que enfrenta hechos violentos, desestabilizadores, provocados por una derecha fascista, que pretende impedir el ejercicio de la autodeterminación por el pueblo venezolano.

El legado de Chávez preside los sentimientos del pueblo venezolano, defiende conquistas irrenunciables, alcanzadas al precio de luchas de más de 200 años y sacrificios históricos.

Reitero aquí la invariable, permanente, plena solidaridad de Cuba con la República Bolivariana de Venezuela, frente al intento de desestabilización, frente a intentos de derrocamiento violento de su gobierno, frente a la injerencia e intromisión extranjeras, especialmente del gobierno de los Estados Unidos.

Los hechos violentos han provocado muertos, numerosos heridos, destrucción de propiedad pública e impedido a los ciudadanos venezolanos ejercer sus derechos, lo cual merece enérgica condena.

Los colaboradores cubanos, como se expresó en el desfile de ayer, continuarán cumpliendo su deber y compartiendo la suerte del heroico pueblo venezolano, bajo cualquier circunstancia.

Deseo expresar nuestra enérgica condena a las Resoluciones del Senado y la Cámara de los Estados Unidos de América y a los intentos de injerencia de la Organización de Estados Americanos, a la que, como se conoce, Cuba jamás regresará.

Venezuela tiene todo el derecho a defender su independencia y su soberanía.

En segundo lugar, como expresó el Presidente Raúl Castro Ruz el 22 de febrero, "la intervención de potencias occidentales en Ucrania debe cesar, para permitir a su pueblo ejercer de forma legítima su derecho a la autodeterminación. No debe ignorarse que estos hechos pueden tener consecuencias muy graves para la paz y la seguridad internacionales". Fin de la cita.

Los acontecimientos ulteriores han demostrado y demuestran la seriedad y vigencia de esa afirmación.

No puede aceptarse el derrocamiento de manera violenta de un gobierno constitucional, al precio de decenas de muertos y heridos, mediante una intervención de EE.UU. y algunos de sus aliados de la OTAN, mediante amenazas a la integridad de los ciudadanos ucranianos por su origen nacional, y de destrucción de instituciones, partidos políticos, y entidades legítimas y jurídicamente reconocidas.

Quienes hoy amenazan con sanciones y represalias a la Federación de Rusia son los go-biernos que precipitaron un cambio de régimen en Ucrania, y antes lanzaron guerras de con-quista, interfieren o intervienen directamente en los asuntos internos de diferentes Estados que no se avienen a sus intereses de dominación y defienden su soberanía e independencia.

Cuba rechaza la hipocresía, el doble rasero y la agresividad manifiesta de las acciones y el discurso de la OTAN al respecto.

La historia exigirá responsabilidad a los EE.UU. y sus aliados, por las consecuencias de una doctrina militar cada vez más ofensiva fuera de las fronteras de la alianza del Atlántico Norte, que amenaza la soberanía y la independencia de todos los Estados, sin excepción, y que constituye una violación flagrante del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.

El intento de extender la OTAN hasta las fronteras de la Federación de Rusia constituye una grave amenaza a la paz, la seguridad y la estabilidad internacionales.

Un tercer tema: el presidente Raúl Castro Ruz declaró el 22 de febrero y cito, "No pocas analogías pueden encontrarse en los manuales de guerra convencional, aplicados en varios países de nuestra región latinoamericana y caribeña, como hoy sucede en Venezuela y con matices similares se ha evidenciado en otros continentes, con anterioridad en Libia y actualmente en Siria y Ucrania. Quien tenga dudas al respecto le invito a hojear la circular de entrenamiento 18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales norteamericanas, publicada en noviembre de 2010, bajo el título "La Guerra no convencional". Fin de la cita.

Un alto funcionario de seguridad nacional de la Casa Blanca había escrito en agosto de 2011, y cito: "La nueva estrategia de Estados Unidos es más eficaz y menos costosa. La del gobierno de Bush considera la ocupación, la de Obama es una liberación nacional, mediante el desarrollo de un movimiento nacional. La estrategia de la intervención militar en Libia podría aplicarse también en otros casos."

Como ninguno de ustedes ha publicado nada al respecto, les reitero la invitación.

La circular 18-01 del Departamento de Defensa de los Estados Unidos fue emitida en Washington exactamente el día 30 de noviembre de 2010. Describe la realización de operaciones subversivas, encaminadas a atacar y degradar la moral o fuerza política, sicológica, económica o militar del adversario; su cohesión y efectividad; a distanciarlo de la población, socavando el poder de un gobierno al divulgar que es incapaz de gobernar con efectividad; utilizando el apoyo de un socio de coalición o un tercer país, para debilitar y restar legitimidad a un gobierno; segmentar a la población y generar descontento; influir o crear líderes y unificarlos ideológicamente; utilizar a los emigrados; provocar eventos catalizadores y crear condiciones favorables para la intervención con el empleo de propaganda, demostraciones, boicots y sabotajes, aun en ausencia de hostilidades declaradas, a fin de obtener concesiones, y habiendo degradado su capacidad, de forma que un levantamiento popular contra el Palacio Presidencial pueda derrocar al gobierno en cuestión.

Pregunto, ¿pueden el gobierno de EE.UU. y la OTAN dar garantías de que el uso de la fuerza y estos conceptos de guerra no convencional no son aplicables y no se aplican hoy contra Venezuela, Cuba y otros países de América Latina y el Caribe, proclamada recientemente en la II Cumbre de la CELAC, Zona de Paz? ¿Qué opina sobre esto la Unión Europea? ¿Qué harán las Naciones Unidas?

Los que deliran con el éxito en Cuba de estas formas de guerra y sus agentes pagados internos, chocarán con una Revolución que sabe defenderse y con el poder político y la soberanía, que como principal conquista ejerce nuestro pueblo.

Un último tema: el 10 de febrero recibí una carta de la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea (UE), Su Excelencia Baronesa Ashton, con la invitación a iniciar negociaciones sobre un acuerdo de diálogo político y de cooperación entre la UE y sus Estados miembros, de una parte, y Cuba.

Este camino, largo, empezó con una propuesta similar de Cuba a la Unión Europea en 1988, hace 26 años, cuando se establecieron relaciones diplomáticas entre las Comunidades Europeas y Cuba, lo que desde entonces siempre fue rechazado.

En 1996, el presidente del gobierno español, José María Aznar, impuso apresuradamente, en una reunión de Ministros de Finanzas de la Unión Europea, una política unilateral, cuyo borrador en inglés había recibido de Washington, como se ha publicado.

En 2003, la Unión Europea intentó imponer a Cuba sanciones incultas e inaplicables, que fueron respondidas con el rechazo a toda forma de cooperación de la UE y con la cancelación de nuestra solicitud de adhesión al Convenio de Cotonú, relativo a las relaciones entre los países de la Unión Europea, Asia, Caribe y Pacífico.

En enero de 2005, la UE suspendió temporalmente, dijeron, aquellas sanciones a Cuba que nunca pudo aplicar.

En el 2007, se firmó un acuerdo de diálogo y cooperación con el siguiente gobierno de España.

En junio de 2008, la Unión Europea decidió retirar incondicionalmente aquellas sanciones inaplicables, e invitó a Cuba a un proceso de diálogo político y a retomar la cooperación.

En octubre de 2008, se acordaron las bases para el diálogo político de alto nivel. Las bases son: carácter incondicional, recíproco y no discriminatorio, pleno respeto a la igualdad soberana de los Estados, al marco jurídico y al ordenamiento institucional de las partes, y total apego al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

En ese momento, es decir, en octubre de 2008, nos visitó, en este mismo teatro, el Comisario Europeo Louis Michell y se firmó una declaración conjunta para el restablecimiento de la cooperación con la Comisión Europea.

Se han realizado cinco sesiones del diálogo político de alto nivel entre la Unión Europea y Cuba. Catorce Estados miembros de la UE firmaron Acuerdos Bilaterales de Cooperación y Memorandos de Entendimiento para el intercambio político con Cuba, totalmente recíprocos y respetuosos.

Debo declarar que Cuba acoge con satisfacción esta propuesta del 10 de febrero, de la Alta Representante que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y acepta el inicio de negociaciones al respecto, lo que acabamos de hacer saber al Embajador de la UE en La Habana.

Agradezco a la Alta Representante Baronesa Ashton, a los Estados miembros de la UE, y a la Comisión Europea sus esfuerzos que culminaron en dicha propuesta.

Reitero que Cuba actuará en el proceso que se avecina de manera constructiva y considera que los principios enunciados, aquellos que cité, tienen plena vigencia y deben seguir siendo el referente en nuestras relaciones.

Las políticas unilaterales, como las que aplica el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, centrada en el bloqueo económico, político y mediático, anclada en la Guerra Fría, que viola los derechos humanos de los cubanos, provoca daños humanos incalculables, afecta gravemente nuestra economía, nuestro bienestar, nuestro nivel de vida, y nuestro desarrollo, y constituye un acto de genocidio; no funcionan, no funcionaron, no están funcionando y están condenadas al fracaso.

Muchas gracias.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Soledad Álvarez Martín, jefa de la corresponsalía de EFE en La Habana. Quería saber sobre las negociaciones con la UE, cuándo se van a producir y dónde y cuándo van a iniciar, y por otra parte si de alguna manera esa negociación lanza algún mensaje a EE.UU. como acaba de referirse en su intervención.

Ministro: Acabamos de informar al distinguido Embajador de la UE. Se establecerán los contactos por la vía diplomática para determinar las modalidades y fechas de este proceso que seguramente será largo. Yo creo que esta correcta decisión de la UE demuestra que las políticas unilaterales no funcionan y no tienen lugar en la época actual.

Andrea Rodríguez, corresponsal de la agencia de prensa norteamericana AP. El Presidente venezolano ayer rompió relaciones diplomáticas con Panamá. Usted expresó la solidaridad de Cuba con el proceso venezolano y su rechazo a cualquier tipo de injerencia, incluyendo la OEA, ¿Cuba está dispuesta a llevar esto hasta las últimas consecuencias y también romper con Panamá o a abroquelarse más allá de la simple declaración que usted ha hecho?

Ministro: He reiterado nuestra firme y absoluta solidaridad con Venezuela y nuestro respaldo al derecho de su pueblo y de su gobierno a defender su soberanía, su independencia y su autodeterminación.

Patrick Hoppman, jefe de la corresponsalía de CNN en La Habana. La semana pasada el Ministro de Defensa ruso dijo que su gobierno está negociando con varios países, incluyendo Cuba, para establecer una presencia militar rusa. ¿Qué nos puede decir de esas negociaciones y si Cuba estaría dispuesta a aceptar una base militar rusa en la Isla?

Ministro: No hay ninguna negociación, no estoy informado de ninguna iniciativa. Habría que ocuparse de la Base Naval de Guantánamo, que se usurpa ilegalmente, contra la voluntad de nuestro pueblo, donde se tortura y se somete a alimentación forzada a prisioneros ilegales.

Daniel Trota, jefe de la corresponsalía de Reuters en La Habana. En primer lugar quisiera saber, en cuanto a la UE. Entendemos que Cuba no está contenta, el gobierno cubano no está contento con la Posición Común, pero también entendemos que hay gobiernos en la UE que quieren negociar sobre el tema de los Derechos Humanos, entonces ¿qué precio está dispuesto a pagar para deshacerse de la Posición Común, en cuanto a aceptar alguna condición de la UE?. Y por otro lado, sobre Venezuela, qué tan preocupados están sobre un posible derrocamiento del gobierno de Maduro, sea por "la vía de Ucrania" o por las urnas, y si se ha hablado de algún plan de contingencia.

Ministro: Usted es la primera persona que escucho hablar de temas de los que nadie se acuerda, y los cuales ni siquiera se han mencionado en las declaraciones recientes de la UE, ni en su invitación a negociar con Cuba un acuerdo bilateral. Cuba tiene toda la disposición a discutir, sobre bases de igualdad soberana y respeto mutuo, cualquier tema, incluidos los temas de Derechos Humanos, sobre los cuales tiene muchas preocupaciones de lo que acontece en diversos países europeos. Con relación a Venezuela, debo reiterarle que nosotros sentimos absoluta seguridad y tranquilidad. Si algún iluso podía tener dudas, habiendo visto ayer la impresionante demostración de unión cívico-militar y la expresión de voluntad soberana del pueblo venezolano de defender su Revolución Bolivariana, su gobierno legítimo democráticamente electo, presidido por el compañero Nicolás Maduro Moros, y las conquistas irreversibles que ha alcanzado, debía haberlas disipado.