lunes, 1 de abril de 2013

Peligros de la “defensa” antimisil de los Estados Unidos en Asia-Pacífico. ¿Al borde de una guerra nuclear?

Por Leyde E. Rodríguez Hernández *

El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Charles Hagel, anunció, el 15 de marzo de 2013, que el Pentágono reforzará el sistema de “defensa” antimisiles en la costa occidental de su país, con 14 nuevos interceptores antibalísticos en tierra. Una parte de estos medios se ubicarán en la base militar de Fort Greely, en el estado de Alaska; y otros en Vandenberg, California, en un plazo de hasta dos años y a un costo total de más de 200 millones de dólares.

Según esas declaraciones, el objetivo es incrementar las capacidades para derribar en vuelo cohetes de largo alcance enemigos antes de que estos lleguen al territorio continental estadounidense. Esta concepción, típica de la “guerra fría”, está respaldada por unos 30 interceptores en Alaska y Vandenberg, pero la administración de Barack Obama había demorado desde 2009 la instalación de los nuevos medios. La declaración estadounidense tuvo lugar tras la reciente advertencia de la República Popular Democrática de Corea de lanzar un ataque preventivo contra los Estados Unidos; después de que a instancias de la nación norteña y otras potencias, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara más sanciones contra Pyongyang por su programa nuclear.

En estas notas, el lector podrá darse cuenta que este conflicto no es nuevo, y que, por sus serias implicaciones geoestratégicas, hace peligrar la paz y la estabilidad mundial, porque la más mínima guerra en la región Asia-Pacífico, podría convertirse en una catástrofe nuclear de imprevisibles consecuencias para la humanidad.

Para comenzar, hay que resaltar que la República Popular China, que históricamente rechazó los planes estadounidenses de militarizar el espacio cósmico, fue una de las primeras naciones opuestas al Sistema Nacional de Defensa Antimisil (SNDA), y a los intereses de extenderlo a la región asiática –una especie de “miniguerra de las galaxias”-  con el objetivo de proteger a los aliados en esa zona del planeta. La política exterior china fue invariable en los temas relacionados con el desarme y contra la carrera armamentista desde la década de los años 80’ del siglo XX, cuando los Estados Unidos iniciaron la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) o “Guerra de las Galaxias”, en los tiempos de la administración de Ronald Reagan.

Para China el establecimiento de un sistema de armas nucleares en el espacio resultó muy delicado. Su consecuencia principal sería unas relaciones soviético-norteamericanas aun más tensas, lo cual aumentaría el peligro de guerra mundial. La creación de armas espaciales acrecentaría la precisión de las armas nucleares como no nucleares, y las técnicas militares se aplicarían en nuevas direcciones. i      
El gobierno chino de la época percibió que la expansión hegemónica estadounidense y el proyecto de “defensa” antimisil constituían una amenaza para la seguridad y para la estabilidad mundial. Estas acciones del Pentágono representaron las ansias de supremacía absoluta de los Estados Unidos, lo que en el ámbito militar acabaría con el equilibrio estratégico, desencadenaría una nueva carrera armamentista y minaría la seguridad internacional, porque los estados recurrirían al rearme para protegerse de la superpotencia mundial.
Desde el anuncio por la administración Clinton del SNDA y el Sistema de Defensa Antimisil de Teatro (SDAT), los líderes políticos y militares chinos no perdieron oportunidades para denunciarlo y exigir la eliminación completa de las armas nucleares. China consideró que si negociaba la eliminación completa de las armas nucleares, proceso que sería largo, no habría necesidad de establecer ningún sistema antimisil. De no ser así, China no podría quedarse con los brazos cruzados.ii De este modo, China solicitó a la administración Clinton que tuviese en cuenta a la opinión pública internacional y desestimara la continuación del despliegue de los sistemas antimisiles.
 Con la insistencia de la diplomacia china y europea en los organismos internacionales y la presión del factor tecnológico, Clinton se vio compulsado a postergar el despliegue del SNDA, antes de abandonar sus responsabilidades en la Casa Blanca. Es importante tener en cuenta que Clinton había otorgado a la potencia asiática la condición de “socio estratégico”. Sin embargo, el fallo de Clinton a favor de suspender el controvertido sistema, aunque constituyó una victoria de todos los gobiernos, incluida China, duró muy poco tiempo. Con la llegada al poder de George W. Bush, la visión sobre el SNDA cambió sustancialmente y fueron desoídos los argumentos de los estados opuestos a las “defensas” antimisiles.
Los círculos militaristas estadounidenses impusieron una política exterior de fuerza en aras de afianzar, por un largo período, el rango de superpotencia de los Estados Unidos. Se percataron que ninguna potencia del sistema internacional podría enfrentar o cuestionar de modo decisivo, en los próximos 25 años, el enorme poderío militar de los Estados Unidos. El creciente fortalecimiento tecnológico y logístico del ejército chino, todavía no contaba con capacidades reales que contribuyeran a frenar, en una posición de igualdad de fuerzas, las agresivas acciones militaristas estadounidenses.
A pesar de la retórica de los Estados Unidos de que el programa del SNDA y el SDAT solo proporcionarían una defensa adecuada a Taiwán, Japón, Corea del Sur y Australia, ante los peligros de ataques de los llamados “estados villanos”, China consideró que el sistema antimisil estaba más bien dirigido contra su territorio y fuerzas armadas. Por su vulnerabilidad tendría que protegerse mediante la expansión de sus fuerzas estratégicas. Se pensó que podía dotarlas de ojivas nucleares múltiples, si los Estados Unidos desarrollaban la estrategia antimisil.
Evidentemente, China temió el efecto de estos sistemas en el balance de poder regional, por la sencilla razón de que su puesta en funcionamiento constituía una clara desventaja en materia de confrontación militar con los Estados Unidos en el sensible caso de Taiwán: la provincia separatista considerada, por razones históricas y culturales, parte indivisible de su territorio continental, sin renunciar a su reunificación con la aplicación del principio de “Una sola China” esgrimido, desde el año 1949, por el histórico líder Mao Zedong.
Un área de indiscutible conflicto en las relaciones chino-norteamericanas fue la objeción de China al SDAT, con la participación de Taiwán y Japón. Esta situación, el bombardeo estadounidense que, “por error”, destruyó la embajada china en Belgrado, en medio de la agresión de los Estados Unidos y la OTAN contra Yugoslavia, en el año 1999, y la crisis del avión espía que violó el espacio aéreo chino, exacerbó la conflictividad de las relaciones chino-estadounidense y paralizó el diálogo que sobre desarme desarrollaban ambas potencias. Para poder reactivar las conversaciones bilaterales de desarme, las autoridades chinas expusieron dos razones relacionadas directamente con la estrategia antimisil: el cese de la venta de armas a Taiwán y el retiro de la idea de cubrir ese territorio con un “escudo antibalístico”, que sería una versión reducida del diseñado para el territorio continental norteamericano. Los chinos valoraron en ese sistema una amenaza directa contra su integridad nacional. 
Las motivaciones para el despliegue del SDAT trataron de justificarse en un estudio de los estrategas del Pentágono sobre la capacidad de China para cruzar, en caso de un ataque militar, en solo cinco minutos las 95 millas del estrecho de Taiwán. Con este escenario, el gobierno de los Estados Unidos proveyó a la isla separatista de novedosos  armamentos. Por ejemplo, de un sistema de radares llamado “Strong Net” que proporciona la advertencia a los 90 segundos del comienzo de la ofensiva y de radares de alto rango que incrementaron la efectividad de los misiles Patriot taiwaneses, lo que demostró la preparación de la ínsula para una guerra.
Sin embargo, China hizo pocas pruebas de su fortaleza militar en la región. Solo recurrió a ellas durante las crisis provocadas por los dirigentes separatistas isleños o debido a la agresiva intromisión de los Estados Unidos en el conflicto. En los años de la “guerra fría”, y tras el deshielo en las relaciones Este-Oeste, China confirmó sus capacidades de potencia en las acciones diplomáticas emprendidas y en el manejo del poder destructivo de sus fuerzas armadas. Por otro lado, instigada por los Estados Unidos, la isla separatista, en su inferioridad territorial y demográfica, buscó dotarse de un sistema antimisil para reforzar su condición de punto clave en el balance de poder imperialista en el Asia-Pacífico, región que, por su importancia económica en la era de la globalización, activó los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos.
No puede perderse de vista que, en la retórica y el pensamiento estratégico estadounidense, China representa una “amenaza” latente a la estabilidad de la región del Pacífico asiático, porque es una potencia con intereses vitales aún por resolver en lo relacionado con Taiwán y el mar meridional, además le molesta el papel hegemónico de los Estados Unidos en la zona. En las percepciones norteamericanas, a China le agradaría cambiar a su favor el equilibrio de poder en Asia. De ahí que, con la implantación del SDAT, las relaciones de China con los Estados Unidos, y su enclave Taiwán, entraron en una crisis de graves consecuencias, porque la potencia asiática tuvo legítimo derecho a desplegar misiles en su territorio para evitar la separación de la isla. La entrada de Taiwán en el SDAT representó una alianza militar con los Estados Unidos, afectando las relaciones entre las dos potencias nucleares. 
Este sistema antimisil, que en una primera fase estuvo conformado por Japón, Corea del Sur, Taiwán y Australia, entraría en funcionamiento en la primera década del siglo XXI. Los Estados Unidos buscaron reforzar su presencia política y militar en la prometedora región Asia-Pacífico, con la presencia de unos 100 000 efectivos en sus bases militares, en Japón 50 000iii. y en Corea del Sur 37 000, los cuales en una situación de conflicto bélico encontrarían “protección asegurada” en el SDAT.
El temor de las naciones asiáticas a este proyecto militarista partió de la histórica alianza de los Estados Unidos con Japón, una suerte de apéndice de la OTAN en el lejano oriente. En el año 1999, el parlamento nipón votó una ley dirigida a reforzar la participación militar de Japón en el seno de la alianza. Esta iniciativa fue mal acogida por China y rechazada por otras naciones del área. Con esta decisión del órgano legislativo nipón quedó claro que “el futuro de las relaciones de los Estados Unidos con Japón constituye la piedra angular de la seguridad asiática”.iv
La idea del presidente William Clinton de transferir a Asia un SDAT, para enfrentar la supuesta amenaza de un grupo de países que desean romper el equilibrio de poder regional, tuvo receptividad en Japón, y sugirió solidificar la estrategia estadounidense hacia el Este asiático, a través del mantenimiento de sus posiciones militaristas en el área. De este modo, los Estados Unidos se mostraron proclives a proporcionar mayor apoyo a sus operaciones militares con el fin de que Tokio contribuyese con el peso financiero de esas misiones, expandiendo sus fuerzas militares, a despecho del artículo 9 de la constitución pacifista y de las preocupaciones de los países vecinos víctimas del pasado colonialista nipón.
No puede soslayarse que, desde las últimas décadas del siglo XX, para los Estados Unidos fue prioritario el fortalecimiento del lugar de Japón como garante de los intereses económicos y políticos occidentales en Asia, y la intención de tenerlo preparado para compartir las tareas de seguridad vinculadas con su estrategia en las proximidades de las islas japonesas.v
Corea del Sur resultó otro coligado incuestionable de los Estados Unidos que integraría el SDAT. Con el pretexto de que Corea del Norte lanzó, en junio de 1993, el primer misil balístico No-Dong-1 de un alcance de 1000 km y luego, en 1998, disparó, de forma sorpresiva, un misil balístico Taepo-Dong-1que sobrepasó el territorio de Japón, el ejército estadounidense continuó el desarrollo de las maniobras militares en los límites fronterizos con Corea del Norte, y, desde 1998, cambió su campo de batalla simulado para incluir un ataque aplastante contra ese país, debido a las “evidencias” sobre la vulnerabilidad de sus tropas, acantonadas en el sur, a un sorpresivo ataque de los misiles balísticos de Pyongyang.
Y en el Océano Pacífico, en la isla de Guam, el ejército norteamericano desplegó, en agosto del 2000, decenas de misiles cruceros en nítida señal de la capacidad de sus fuerzas misilisticas para alcanzar en muy pocas horas cualquier punto en la región Asia-Pacífico. En junio de 2001, el ejército taiwanés efectuó con éxito una prueba de los misiles Patriot, con el lanzamiento de tres misiles desde la base de Chiupeng, ubicada al sur de la isla. Estos fueron los primeros misiles de este tipo desplegados fuera del territorio continental de los Estados Unidos.
Con esta escalada, a pesar de los contactos y negociaciones al más alto nivel entre las dos Coreas, para la reunificación y la desnuclearización de la península, los Estados Unidos persiguieron perpetuar el clima de tensión en la península y las amenazas de guerra contra China, lo que certificó la persistente mentalidad de “guerra fría” contra la única región del sistema internacional que concentró varios estados socialistas tras el derrumbe de ese sistema social en el Este de Europa.
La administración de W. Bush consideró a China un rival estratégico que no sería “amenazado”, pero sí “controlado y contenido”. Los estrategas militares de los Estados Unidos se adelantaron a predecir que en el escenario asiático del año 2025, los conflictos, sobre todo con China, representarán, a largo plazo, el mayor reto para la “seguridad nacional”. Una estrategia eficiente y realista de los Estados Unidos hacia China propuso combinar el mantenimiento de la interacción económica a la vez que se contiene su poderío y sus aspiraciones en materia de seguridad.vi
 En ese contexto, el estado de las relaciones chino-estadounidenses dependieron, en gran medida, de las acciones que los Estados Unidos proyectaron en respaldo a la política separatista de Taiwán, y los intentos de desplegar el Sistema de Defensa Antimisil de Teatro (SDAT), con el cual se pretendió la protección de la ínsula y los aliados de los Estados Unidos en Asia-Pacífico.
Después de que Corea del Norte aumentó la tensión con el lanzamiento de una prueba de siete misiles en el Mar de Japón, el 5 de julio de 2006, los Estados Unidos dieron el visto bueno para la instalación de un sistema de “defensa” antimisil en el sur de Japón, con el objetivo de mantener el poder militar disuasorio de los Estados Unidos en la región y fortalecer la seguridad nipona.   
Por primera vez, los Estados Unidos desplegaron en Japón misiles tierra-aire destinados a defender al país asiático y a sus fuerzas estacionadas en él. El sistema consistió en la instalación de unas 24 plataformas de lanzamiento de misiles Patriot Advanced Capability-3 (PAC-3), en la base norteamericana de Kadena del archipiélago de Okinawa, en el extremo sur del país. Los misiles PAC-3 fueron diseñados para interceptar en el aire otros proyectiles en la última fase de su trayectoria, cuando ya han regresado a la atmósfera y descendido a altitudes de unos 12 kilómetros. 
Los PAC-3 complementaron a los Standard Missile-3 (SM-3), que fueron instalados, en el año 2008, en barcos estadounidenses y japoneses dotados de un sistema de seguimiento y captación Aegis, con la misión de interceptar misiles cuando aún se encuentren fuera de la atmósfera. Con estos dos misiles y el sistema Aegis, con un radar capaz de registrar hasta cien blancos simultáneos y detectar misiles nada más ser disparados, se completó el controvertido sistema antimisil que blindaría los cielos japoneses.

En octubre del 2008, Israel acordó con su aliado de la OTAN las bases para el emplazamiento de un radar antimisil y la presencia permanente de militares de los Estados Unidos en el territorio hebreo. Este fue un nuevo paso de la militarización indirecta de Asia, que apuntó al acorralamiento de Rusia, China y sus aliados. Washington también contó con sus sistemas antimisiles en Japón, Alaska, California, Groenlandia y las Islas Aleutinas, en el mar de Bering. Es decir, desde Europa del Este, a Medio Oriente, y hasta el Extremo Oriente: todo bajo el control de los famosos sistemas de “defensa” antimisiles.
Algunas de las provocaciones estadounidenses en la península coreana fueron las siguiente: en un primer momento, a finales de julio del 2010, tras el hundimiento de la corbeta antisubmarina surcoreana "Cheonan"vii, los Estados Unidos y Corea del Sur pretendieron hacer ejercicios navales en el Mar Amarillo, pero, como recibieron las fuertes advertencias de China, lo trasladaron al mar del Japón. Luego Corea del Sur hizo sus propios ejercicios navales en sus costas occidentales. Y desde el 16 al 26 de agosto de ese año, los Estados Unidos y Corea del Sur continuaron con sus provocaciones, esta vez en el Mar Meridional de China. Estos ejercicios navales se denominaron "Ulchi Freedom Guardian" y contaron con la participación de 30 000 soldados estadounidenses y 56 000 soldados de Corea del Sur.
Los Estados Unidos pretendieron conformar una especie de OTAN en Asia con la participación de Corea del Sur, Japón y Australia. Incluso, en un término propagandístico, hicieron alardes de sus relaciones de cooperación con Vietnam, sin tener en cuenta que allí persiste el síndrome del "genocidio yanqui" de los años 70´ del siglo XX.
En ese contexto, China advirtió a los Estados Unidos que respete su área de influencia. Sus opciones abarcan las 200 millas marítimas sobre el mar frente a sus costas, pero los estadounidenses reclamaron que son aguas internacionales y exigieron la libre navegación en la zona. Desde Washington, se pretendió imponer sus intereses en la región, porque existe cierta desesperación por contener a China y aislarla  del ámbito de naciones que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Un "informe anual" del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, emitido el 16 de agosto de 2010, criticó los avances de China en materia defensiva. La defensa de un país es una opción única y exclusiva de esa misma nación sin injerencia de otras, pero la clase política estadounidense insistió en la emisión de juicios sobre la seguridad interna del gigante asiático, lo que constituyó una injerencia externa en sus asuntos internos.
Y fue de esa manera, porque la administración Obama corroboró la importancia geoestratégica de la región Asia-Pacífico, para los intereses de los Estados Unidos. Al punto de concebir el intervencionismo militar en esa región de forma permanente con el despliegue de un contingente de 2 500 infantes de marina en Darwin, Australia, entre los años 2011 y 2012. Al margen de las importantes relaciones económicas y políticas con Australia, el Pentágono planificó una significativa presencia militar en este país,  recibiendo el rechazo de China, porque el acuerdo militar con Australia vulneró sus intereses pacíficos que son contrarios a la expansión de alianzas militares en la región. Ese destacamento militar en Darwin, aumentó la influencia de Washington en el Pacífico Sur, y estrechó su alianza con Camberra, en medio de una velada estrategia de contención hacia la República Popular China.
Esto ocurrió mientras los Estados Unidos anunciaba el cierre de la guerra en Iraq y la transición en Afganistán, lo que le permitiría concentrarse de forma vigorosa en la zona Asia-Pacífico, un mercado de enormes posibilidades de bienes y servicios, mientras Europa estaba devorada por la crisis económica. Las motivaciones estadounidenses en la región Asia-Pacífico, también se relacionaron con una presencia militar por pretensiones geoestratégicas, siempre justificadas con el argumento de las “garantías de seguridad”.
Esta tesis quedó ratificada con la firma de un acuerdo con Filipinas, aún en contra de la voluntad popular, para mantener allí sus marines, así como en el esfuerzo del Pentágono de perfilar una arquitectura de seguridad en la región, acorde con las necesidades estratégicas de los Estados Unidos en el siglo XXI.
Con la misma concepción, los Estados Unidos incrementó su presencia militar en la base sudcoreana de Kunsan, donde agregó nuevos aviones cazas de combate y tropas militares. Washington justificó esa acción con el pretexto de una reafirmación del compromiso de crear una fuerza disuasiva para defender a Corea del Sur. Se dispuso la construcción de una base naval estadounidense en la isla sudcoreana de Jeju, la cual permitiría la presencia de portaaviones nucleares y otras fuerzas similares en territorio sudcoreano, perturbando la paz y la seguridad en la zona. Lo anterior dio continuidad a las maniobras militares anuales que desarrollan, desde hace décadas, los ejércitos de Corea del Sur y los Estados Unidos, en medio de un clima de verdadera tensión y amenaza contra Corea del Norte.
El expansionismo militar estadounidense provocó que China tomara sus propias medidas de fortalecimiento militar. Una campaña de ensayos de misiles en el Mar Amarillo lanzó especulaciones sobre la obtención de un arma que podría cambiar las reglas del juego estratégico en la región, pues se trató de un liquidador de portaaviones capaz de enfrentar la hegemonía naval de los Estados Unidos en el Pacífico occidental. Este misil balístico antiportaaviones (ASBM, siglas en inglés), denominado Dongfeng 21-D, podría hacer más complicado el despliegue de un grupo aeronaval estadounidense en el mar de China, en caso de crisis en torno a Taiwán. China desplegó cinco nuevos satélites Yaogan, en apoyo a esa nueva arma. Los expertos reconocieron que el lanzamiento de un misil balístico contra un barco podría tener graves consecuencias porque, en caso de un error de cálculo, el adversario podría parecerle un ataque nuclear con ese tipo de arma.viii
El avance de China en el terreno científico y militar le permitió el lanzamiento al espacio del primer módulo de lo que será su primera estación científica espacial. La nave, bautizada con el nombre de Tiangong-1 o Palacio Celestial, despegó con éxito desde una plataforma en Jiuquan, en el desierto de Gobi. A fines del 2011, China había lanzado al espacio unos 20 cohetes y 25 satélites, cifras que evidencian el creciente desarrollo del país asiático en esta esfera de competencia entre las principales potencias mundiales.
China es la segunda potencia económica mundial, será también un influyente protagonista de la política internacional para el 2030-2050, y deberá comenzar a remodelar el sistema internacional junto a otras potencias: Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, entre otras que, posiblemente, irían sumándose al grupo BRICS, que ya contiene en su seno la configuración multipolar de las relaciones internacionales del siglo XXI. Eso no implicaría, en las próximas décadas, una salida de los Estados Unidos del juego de la política mundial, sino que el sistema internacional será más equilibrado, como no lo ha sido desde hace 250 años, y que occidente está perdiendo su lugar central. Desde el punto de vista histórico, estas evoluciones representan el regreso a la configuración de relativa igualdad internacional que prevaleció antes de la revolución industrial europea. 
Pero, aunque China juegue a un efectivo equilibrio del poder en la región, el plan de Obama se puso en marcha. Y fue mucho más amplio y militarista que el de su predecesor, con el fin de inclinar a los países asiáticos hacia la órbita de influencia de los Estados Unidos. Con Obama, al margen de la retórica del cambio, se ejerció sutiles presiones sobre China por la cuestión de Taiwán. Los portaaviones de propulsión nuclear dotados de decenas de aviones de combate, con bases permanentes en Japón, estuvieron activos para controlar la zona.
Aunque Washington asistió con impotencia a la consolidación de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), todo pareció indicar que seguiría aumentando su rol injerencista en la región Asia-Pacífico, en su tentativa de recrear una unipolaridad estratégico-militar -ya casi inexistente-, y restablecer los vínculos de dominación sobre otros estados soberanos en esa parte del sistema-mundo, al riesgo, incluso, de llevar el conflicto con Corea del Norte al borde de una guerra de carácter nuclear, en las condiciones del rearme actual de los principales actores políticos en la región Asia-Pacífico.

Notas:


* Es autor del libro: De Truman a Obama: Poder, Militarismo y Estrategia Antimisil de los EEUU.  http://www.amazon.com/dp/B00BUGDRXU
http://www.editorialetraviva.com

i Referencias a las declaraciones chinas tomadas de “China propone desarme nuclear”. EFE, Beijing, serie 246, 13, julio, 2000.
ii China desarrolla un programa espacial que estará en condiciones de dotarse de una estación capaz de efectuar investigaciones civiles y militares. El ambicioso proyecto incluye la posibilidad de situar a un hombre en la Luna. China destina mayores partidas de su presupuesto para gastos militares y la construcción de modernos equipos de defensa, lo cual inquieta a los Estados Unidos. A fines del 2011, China lanzaría unos 20 cohetes y 25 satélites. Véase de Paul Bracken, “¿Llegará China a ser la superpotencia mundial número 1?” Time, Washington, 17, mayo, 2000.
iii La prefectura de Okinawa ocupa el 0,6 % de las bases militares de los Estados Unidos en Japón. Sobre las bases militares de los Estados Unidos en el área, Véase de Robert Harkavy. Bases Abroad: The global foreign military presence, Stockholm, Oxford University Press, 1989.
iv Teng-Hui, Lee. “Garantías de seguridad en Asia y las relaciones Taipei-Pekin”. Noticias de la República de China, Beijing, 26, junio, 1999.
v Véase de Amos A. Jordan y William J. Taylor. American Security and Process. Johns Hopkins University Press, 1981, Pp.358-359.
vi Véase de Condoleezza Rice, “La promoción del interés nacional”. Foreign Affairs. (En español), enero-febrero, 2000.
vii El hundimiento de la corbeta antisubmarina surcoreana "Cheonan", el 26 de marzo de 2010, fue obra de los servicios secretos estadounidenses. A través de Global Research se conocieron los detalles de lo ocurrido, publicado en un artículo de Wayne Madsen, periodista investigador que trabaja en Washington DC, que divulgó informaciones de fuentes de inteligencia en el sitio web: Wayne Madsen Report.
viii Véase de Arnaud de la Grange, “Les États-Unis et la Chine se mesurent en haute mer”, Le Figaro, Paris, 25 de julio de 2010, p. 7.

EL GOBIERNO MUNDIAL INVISIBLE




     LOS DUEÑOS DEL MUNDO SON LOS DUEÑOS DE LA RESERVA FEDERAL
 

La humanidad está sometida a un Gobierno Mundial Invisible conformado por banqueros, petroleros, financistas, poseedores de inmensas fortunas y propietarios del Banco Privado de la Reserva Federal de Estados Unidos. Es el Gobierno Todopoderoso que impone y ordena a los demás Estados nacionales.

El estadista inglés, Benjamín Disraeli que sabía de lo que hablaba sostuvo: “el mundo está gobernado por personajes muy diferentes a los que creen, los que no ven más allá de sus ojos”.

El senado de los Estados Unidos aprobó en 1913 un proyecto por el que la famosa y poderosa familia de los Rothschild quedaba facultada para unir sus riquezas y objetivos económico-financieros a la familia Morgan dueña de la banca e inmensamente influyente y a los célebres Rockefeller de incalculable fortuna. Hasta ese momento, estaba prohibido que capitales extranjeros se involucrasen en la banca estadounidense, como era el caso de los Rothschild, poseedores de capital alemán.

El 23 de Diciembre de 1913, el Banco Privado de la Reserva Federal adquirido por esas tres familias, se apoderó de los Estados Unidos de Norteamérica.

Por voluntad de ellos se declaran guerras, se financian atentados terroristas de funestas consecuencias como los de las Torres Gemelas, según algunas hipótesis, los atentados en Londres y en Madrid, o se asesinan presidentes como los del ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera, del panameño Omar Torrijos, de J.F. Kennedy, Warren Harding, McKinley, Jonas Garfield, del africano Patricio Lumumba o de decenas de atentados para acabar con la vida de Fidel Castro.

Esas familias, junto a grupos que ejercen innegable poder, trafican con armas de destrucción masiva o siembran de muerte y destrucción en cualquier parte del mundo. Esos grupos son Carlyle, Bechtel, Lookheed Martin, Raytheon, General Dynamics, McDonnel Douglas, Boeing, Northrop Grumman.

En 1913, el famoso aviador Charles Lindbergh, que en su calidad de senador se opuso al proyecto de los multimillonarios, refiriéndose al proyecto aprobado, declaró: “…con esta ley se constituirá el Consorcio más gigantesco de la Tierra. Cuando el presidente la firme, legalizará el Gobierno Invisible de los amos del mundo”. Algunos analistas sostienen que como consecuencia de estas afirmaciones, su hijo fue secuestrado y asesinado.

Hace algunos años, James Warburg, banquero asociado a los Rothschild y a los Rockefeller, con absoluto convencimiento no exento de cinismo, anunció en el senado norteamericano que “guste o no, tendremos un gobierno mundial. La cuestión es si se logrará mediante consentimiento o por imposición”.

Son nueve familias las que tienen dinero y ejercen un poder absoluto.

Han desarrollado la infraestructura necesaria para que la maquinaria de control de la humanidad funcione. Miles de millones de dólares pagan la infraestructura humana y una organización que domine los medios de comunicación y controle la información.

En su libro “Tragedia y Esperanza”, Carrol Quigley escribía: “la red de conspiración que mueve los hilos del mundo, está formada por banqueros y capitalistas internacionales: es decir el alto mundo de las finanzas. Reúnen a su alrededor un ejército de científicos, tecnócratas, políticos y agentes marionetas, para hacer desde las sombras su alta política”.

Y agregando datos muy interesantes, remata con que “los imperios económicos internacionales están interesados en promover el endeudamiento de los Gobiernos. Cuanto más alta sea la deuda, más caros serán los intereses. Pero además pueden exigir al presidente de turno privilegios fiscales, monopolios de servicios o contratos de obras. Si este no acepta, provocarán su caída, promoviendo disturbios y huelgas que, al empobrecer a la nación, les obliga a claudicar ante lo que piden”.

Cuando a George Bush padre le preguntaron luego del derrumbe de la Unión Soviética qué sucedería, respondió “What we says, goes” (“Lo que decimos, sucede”). Ese “we” (nosotros) no hacía referencia específica al Gobierno de Estados Unidos, sino -según una teoría del investigador Garry Adler- al CFR, que es una agencia financiada por los Rockefeller conocida en el “establishmen” norteamericano, por “El Gobierno Invisible”. El propio Adler escuchó de boca de unos de sus dirigentes la siguiente afirmación “no importa a quien voten los pueblos, siempre nos votará a nosotros…”. Las principales “delegaciones” de la CFR están en Alemania y en Tokio.

Un ex presidente del gobierno albano en el exilio también declaró “…un puñado de personas y la CFR toman las decisiones. Es un poderoso “club privado” que domina todos los gobiernos del mundo. Están confabulados. 

Quieras o no, hay que hacer lo que ellos dicen…”.

Los amos del poder mundial; es decir los poderosos entre los poderosos y que actúan –no siempre dentro de la legalidad-, sino como verdaderas familias con prácticas al estilo mafioso y, en calidad de dueñas de la Reserva Federal estadounidense, son:

1.- Familia Rothschild con sede en Estados Unidos y tentáculos en Inglaterra, Alemania e Israel.

2.- Familia Rockefeller desarrollada en Estados Unidos y con fuerte influencia en el imperio y en Israel.

3.- Familia Morgan propietaria, además, de poderosos bancos en Estados Unidos, Inglaterra y otros países del mundo.

4.- Familia Warburg con sede en Estados Unidos y poderosas extensiones en Alemania.

5.- Familia Lazard de Estados Unidos y grandes influencias e inversiones en Francia.

6.- Familia Mosés Israel Seif de origen judío ortodoxo con poderes económicos y políticos en Estados Unidos, Italia e Israel.

7.- Familia Kuhn, Loeb con sede en Estados Unidos y fuertes intereses en Alemania

8.- Familia Lehman Brothers con sede e influencia en Estados Unidos

9.- Familia Goldman de indudable poder en Estados Unidos A estas familias es necesario agregar al grupos Bildenberg. Todas son miembros de selectos “clubes”, integrados por los quinientos hombres y organizaciones más ricas e influyentes del mundo que se proponen la instauración del un “Nuevo Orden Mundial”, sostenía Martha González, periodista y directora del Círculo Bolivariano de Galicia. El “club Bildenberg” está integrado por titereteros que, por encargo de las nueve familias, mueven los hilos del gobierno mundial invisible.

La misma periodista, refiriéndose a un documento sobre el tema señalaba: “También hay una estrecha vinculación entre estos grupos de los Estados Unidos y el mundo judío. La enigmática secta judía “B’Nai B’Rit” cuenta entre sus miembros de elite a todos los “poderosos” nombrados anteriormente y por supuesto a Henry Kissinger. Fundadores de “La Trilateral” o del mismísimo “Lyons Internacional”, extienden su poder por todo el planeta”. Estos son los aliados incondicionales en la lucha para derrotar a los árabes y palestinos. Es más, al actual Estado de Israel se lo conoce con el mote de “el acorazado de arena”en clara alusión a su subordinación estratégica en Medio Oriente con respecto a los intereses del imperio gobernado por las nueve familias y sus tétricas actividades:

Desestabilizar naciones y Estados libres, soberanos e independientes, derrocar gobiernos, planificar y ejecutar asesinatos, encarcelamientos, torturas, desapariciones forzadas de personas y, en especial de líderes políticos, sindicales, sociales, de intelectuales, periodistas y hasta religiosos son sus actividades cotidianas. Esas actividades cuestan mucho dinero, tanto como practicar el terrorismo de Estado en contra de otros Estados, pueblos y sus dirigentes u organizar actos de sabotaje, pagar chantajes y sobornos a civiles, militares y policías. Pero dinero es lo que les sobra y esas inmorales inversiones son recuperadas con intereses de usura, luego de cada acto criminal.

Violar los derechos humanos, provocar genocidios, imponer bloqueos como el violento y genocida bloqueo a Cuba, provocar otros genocidios en cualquier parte de la tierra, burlarse de elementales principios del derecho internacional y aparecer, en tanto imperio, como guardián de las libertades, de las democracias y defensores de los derechos humanos, cuesta mucho dinero y dinero por montones es lo que les sobra a esa familias.

Desatar guerras, cometer toda clase de crímenes por horrendos y execrables que sean, incluso los de lesa humanidad y quedar impunes cuesta mucho dinero tanto como crear, organizar y movilizar fuerzas de intervención en cualquier parte y contra cualquier Estado o mantener más de mil bases militares, aéreas y navales esparcidas por los cinco continentes, en mares e islas cuesta mucho dinero y el imperio y los propietarios del imperio tienen todo el dinero del mundo, precisamente acumulado por el sistema de explotación impuesto a nivel global y por la incesante e inmisericorde depredación de los recursos naturales y humanos.

La impunidad impuesta por Estados Unidos en convenios y tratados con otros países es una garantía para el cometimiento de todos los atropellos y crímenes. Recuérdese que Estados Unidos no es miembro de la Corte Penal Internacional porque se negó a suscribir el Tratado de Roma.

Los dueños del mundo, jefes del Gobierno Mundial Invisible, en tanto banqueros, financistas, petroleros son, también, dueños de los medios de comunicación que forman los grande monopolios como: FOX, CNN, NBC, ABC, CBS, BBC, de las agencias transnacionales de prensa, entre ellas, la UPI, AP, Reuteres, AFP que se manejan, inclusive con capitales judíos, son copropietarios de inmensos estudios de cine o de los periódicos New York Times, Washington Post y un largo etcétera. El mini imperio Murdoch, comparado con los demás, sirve muy bien a los intereses conservadores de los amos de la tierra.

Todos se especializaron en utilizar estrategias tendentes a distraer a la población con la prensa amarillista, con cursis programas de televisión caracterizados por la superficialidad, para ofertar productos tecnológicos de corta duración, reality shows y dibujos animados violentos que ridiculizan los valores fundamentales de la familia o menosprecian los valores esenciales del humanismo universal, además, con la difusión de noticias violentas de agresiones bélicas que son transmitidas en vivo y en directo para demostrar el “poder invencible” de las fuerzas imperiales o difunden asesinatos y crímenes que colman el amarillismo noticioso que terminan por destruir poco a poco la confianza en el prójimo, evitan la unión, solidaridad y fraternidad entre las personas, y con sus técnicas manipuladoras tratan de impedir una revuelta popular mundial.

Las familias de la Reserva Federal, son propietarias de la NSA, la CIA, el Pentágono y son accionistas mayoritarias del Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, en tanto que sus delegados y sirvientes ejercen, además, el derecho al voto en la Organización de las Naciones Unidas y en la OTAN; en la primera con derecho a veto.

Las nueve familias mega- ricas y sus descendientes son intocables por la justicia y exoneradas de impuestos de por vida. Son dueñas de la paz, la guerra y las finanzas, por eso, cada vez que “conmovedoramente”, hacen un “salvataje económico” en realidad compran los bancos y financieras del mundo, y así se apropian poco a poco del país al que “salvan”, para luego llevarse los recursos naturales que les permite multiplicar, hasta la gula, sus desmesuradas fortunas. 

Los Estados Unidos y las familias que los gobiernan poseen los recursos económicos, tecnológicos, fuerzas militares, sistemas de inteligencia con la CIA a la cabeza, para realizar todo clase de operaciones públicas o clandestinas, “legales” o criminales con el agravante de que los pueblos del mundo terminan por pagar las carreras armamentistas, las intervenciones armadas y los crímenes imperiales, por intermedio del atraco a sus recursos.

Absurda e infame ironía es que los pueblos “salvados” deban quedar agradecidos por los intervencionismos e injerencias que liquidan “la barbarie, el caos, la anarquía”, en defensa de los derechos humanos, las libertades y las democracias al estilo occidental y cristiano. Los pueblos pagan con muertos y heridos esos salvajes “salvatajes”.

Las nueve familias y sus millonarios sirvientes y empleados anglosajones se constituyen en la “clase superior” gobernante. Al respecto, bien se puede afirmar que la famosa Revista Forbes es una farsa porque muestra millonarios populares de segundo nivel como Bill Gates o Warren Buffet, logrando desviar la atención sobre las actividades ilícitas que cometen los verdaderos mega-ricos dentro de la Reserva Federal.

El gobierno invisible es una realidad innegable y está conformado por los multimillonarios y magnates que son los que realmente gobiernan los Estados Unidos en su rol de imperio. No existe gobierno, presidente o ejército que esté por encima de ellos porque en verdad son los jefes del gobierno de Estados Unidos. Ellos, organizan unas veces, otras dirigen o controlan los poderosísimos grupos como los Bilderberg, la CFR, el Instituto Tavistok, y la CIA. Son la “clase superior” en el ejercicio del poder real y, lógicamente, forman la élite que decide qué guerra planificar y ejecutar, qué invasión realizar o qué país atacar, qué presidente matar, qué “atentado terrorista” por monstruoso o infame que sea financiar o cometer, qué crisis económica planear y desatar, qué “pandemia” inventar.

El escritor-investigador estadounidense G. William Domhoff, en su obra “Quién gobierna Estados Unidos”, sostiene que la clase superior anglosajona de Estados Unidos es la clase de multimillonarios que constan en la lista anual especializada “Social Register”, de mejor calidad que la Forbes. Esta “clase superior” social, económica y política es el poder del poder, y ejerce férreo control sobre la CIA inclusive, y, por tanto, sobre la agencia transnacional del crimen.

Domhoff señala: “La relación entre los conceptos de “clase gobernante” y “élite del poder” es perfectamente clara, pero es cierto así mismo que puede producirse confusión al respecto a menos que se los compare y se los contraponga. Repitámoslo: La “clase gobernante” se refiere a la clase social superior que posee una cantidad desproporcionada de la riqueza del país (Estados Unidos), recibe una parte desproporcionada del ingreso anual del país, y proporciona una cantidad desproporcionada de miembros a los cargos del gobierno. Sin embargo, puede ocurrir que algunos de los miembros de este grupo no se ocupen de otra cosa que de criar caballos, asistir a las carreras de galgos o codearse con la nata de la colonia extranjera. La “élite del poder”, por otra parte, comprende a todos aquellos que ocupan cargos de mando en instituciones controladas por miembros de la clase superior (gobernante).

Todo miembro de la “élite del poder” podrá pertenecer a no a la clase superior. (Caso Obama). Lo importante es si la institución a la que sirve está o no regida por miembros de dicha clase…”

Para ser miembro de la clase superior estadounidense, si no pertenece a las nueve sagradas familias, debe ser anglosajón-hombre o mujer de empresa al mejor estilo de la iniciativa privada; es decir sin principios éticos, controlar algún sector de las industrias o financieras, los sistemas de producción y los mercados, los bancos y comercios de importación y exportación; y en especial dirigir o controlar el inmenso complejo industrial-militar o poseer o ser parte de las compañías autoescogidas por el Departamento de Defensa o el Pentágono para fabricar y producir todo tipo de armas, desde las convencionales hasta las de destrucción masiva como las nucleares, químico-bacteriológicas, armas satelitales, armas dotadas con tecnología de punta o de última generación.

Naturalmente que el Departamento de Defensa, como la totalidad del gobierno, están controlados por la misma “clase superior” que gobierna férreamente al Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, la economía nacional y transnacional, las finanzas públicas y privadas para lo que cuenta con políticos, diplomáticos, abogados, periodistas, científicos y técnicos, a la vez que es propietaria o accionista de las principales cadenas de radio y televisión, de las agencias transnacionales de prensa y de los periódicos y revistas más influyentes en todos los idiomas, medios a los que controlan, también, con miles de millones de dólares entregados a través de las más grandes agencias mundiales de publicidad de las que, curiosamente, son dueños o accionistas o por lo menos las dirigen económicamente por medio de sus agentes.

Tan inmenso es el poder económico y político de las nueve familias y sus grupos que si se hiciese un ligero cálculo intelectual, sólo si la fortuna de las familias Rothschild y Rockefeller se repartiera entres seis mil millones de personas de las más de siete mil que pueblan el planeta tierra, a cada una le correspondería la suma de tres millones de dólares. Para defender ese poder económico, mantenerlo y acrecentarlo, el Gobierno Mundial Invisible no conoce barreras de la ética o la moral y, por tanto, no hay acto criminal que esté decidido a cometerlo, por monstruoso que sea.

La periodista y directora del Círculo Bolivariano de Galicia, Martha González, en su correspondencia de cortesía señala que Terry Meyssan, saltó a la luz pública cuando salió a la venta su libro “La Gran Impostura”. Este autor afirma que “los atentados del 11-S fueron llevados a cabo por un sector del Ejército de Estados  Unidos. Meyssan, cuyo libro fue uno de los best sellers a nivel mundial, difundió fotos aéreas del Pentágono, probando que ningún avión se hubo estrellado allí y afirma que el 10 de septiembre de 2001, Osama Ben Laden estaba internado en un hospital de Pakistán, realizándose una diálisis, y que ese mismo día recibió la visita de un alto funcionario de la CIA en ese país.

“Me gustaría -declaró Meyssan en una rueda de prensa en Madrid- que los ciudadanos volvieran a desempeñar un papel más activo y a meditar sobre lo que sucede, sin creerse cualquier estupidez que se les diga, aunque venga del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

González afirma que el 1° de Agosto de 1972, después de “el sábado de las brujas” Philip von Rothschild anunció en el Casino Building de San Antonio, Texas (el Estado de los Busch) y ante los “honorables” miembros del “Consejo de los Trece”, los planes establecidos para dominar al mundo desde 1980 en adelante. La siguiente sentencia marcaba el punto de partida: “Cuando vean apagarse las luces de Nueva York, sabrán que nuestro objetivo se ha conseguido” ¿casualidad? No.Imposible creer en ese tipo de casualidades.

Así, algunos analistas e investigadores científicos afirman que la obra maestra de los dueños de la Reserva Federal fue el atentado de las Torres Gemelas en New York. Sostienen que “utilizando el poder de convencimiento de la televisión, se mostró un falso video en donde un actor se hizo pasar por Osama Bin Laden, para autoproclamarse autor del atentado, cuando en verdad, las Torres contenían poderosos explosivos colocados por agentes especializados de la CIA y aviones previamente preparados por el ejército estadounidense para que chocaran contra las Torres. De llegar a comprobarse fehacientemente esta hipótesis, la humanidad habría sido testigo de uno de los hechos de mayor brutalidad y sanguinario de la historia de la humanidad.

Para abundar en detalles, los investigadores que sostienen la tesis del autoatentado, presentan las siguientes pruebas:

1.- Derrumbe al estilo demolición controlada de ambas torres. Ese derrumbe se constata a simple vista.

2.- Desaparición de videos que muestran explosivos, muy por debajo de donde chocaron los aviones y donde se ve metal derretido. El combustible inflamado de los aviones jamás derrite el acero ni pulveriza el concreto que requieren temperaturas de mayor magnitud.

3.- Derrumbe a las 5 pm (17H00) de una Tercera Torre: la WWC 7, sin que ningún avión la haya tocado, hecho que casi pasó desapercibido.

4.- Restos de “thermite”, poderoso explosivo usado por la industria de la demolición, que fueron encontrados en el lugar de la ubicación de las Torres Gemelas.

5.- Al Qaeda es el nombre que le dio la CIA al movimiento de los mujaidines que combatió a las tropas soviéticas en la década de los 80s ¡La más hipócrita acusación de la historia!

6.- Estados Unidos se está quedando sin petróleo y planeó el atentado para saquear los campos petroleros de Irak, comercializar con órganos humanos, apropiarse de los campos de droga amapola/opio de Afganistán, para exportar a Europa y Asia. Se ha denunciado que aviones de la OTAN transportan el opio hacia los mercados europeos.

7.- Lo que impactó en el Pentágono no fue un avión. Testigos silenciados por la CIA, vieron un misil teledirigido a un área en construcción del Pentágono donde casi no había oficinas. Por eso se vio sólo un agujero y no las marcas de las alas de un supuesto avión. Nunca pudieron presentar los restos del avión estrellado y tampoco cuerpos de tripulantes o pasajeros.

8.- Luego del atentado a las Torres Gemelas que sirvió de pretexto para que Bush declarara la guerra global contra el terrorismo, el propio gobierno de Estados Unidos dio facilidades a la familia del verdadero Osama Bin Laden, socio, además, en los negocios petroleros de Bush, para que abandonara Estados Unidos y para que no se presentara o contactara con la prensa.

9.- Presentación en televisión de una fraudulenta lista de supuestos “terroristas” que pilotearon los aviones, cuando la mayoría de ellos, ni siquiera estaba en Estado Unidos, según se comprobó posteriormente.

10.- El testimonio del famoso cineasta y político Aaron Russo sobre el anuncio que le hiciera, durante una fiesta, Nick Rockefeller al informarle sobre un “evento” (atentado terrorista”) que le ayudaría a Estados Unidos a llevarse el petróleo de Irak, nada menos que nueve meses antes de que ocurriera la destrucción de las Torres Gemelas.

La mafia banquero-petrolera de la Reserva Federal es el origen de los males de nuestro mundo actual. Todas las guerras, todos los atentados, provocaciones por ejemplo contra Corea del Norte e Irán o el cuento de la pandemia de la Gripe AH1 para favorecer a la empresa farmacéutica Gileas Sciencies de propiedad de Donald Rumsfeld quien fuera Secretario de Defensa de Bush II, la crisis económica mundial anticipada por la supercomputadora High Frecuency, instalada en Wall Street, son obra de las familias de la Reserva Federal.

Todos estos actos y muchos más que quizá nunca sabremos, tienen su origen en las decisiones que toman las familias banquero-petroleras de la Reserva Federal. “Al parecer, los acontecimientos que hoy vivimos están programados desde hace más de doscientos años por una elite de personajes famosos, cuyos seguidores siguen actuando en las sombras”.

El gobierno en las sombras es una realidad. En el último libro del escritor estadounidense, Daniel Estulin, “El Imperio Invisible. La auténtica conspiración del gobierno mundial en la sombra”, constan informaciones espeluznantes, pero al parecer muy bien documentadas.

“Estulin aborda varios temas, todos ellos desde la misma perspectiva de un gobierno mundial en la sombra que lo controla todo y que su única razón de ser es la de proteger los intereses económicos y de poder de una elite mundial que ha estado ahí desde siempre, y ésta parece ser su autolegitimación para hacer todo lo que hacen. El autor sostiene: “Desde ese punto de vista, sus planes para la destrucción de la demanda y el cataclismo económico tenían sentido. Si el Imperio Invisible no hubiera realizado ese tipo de intervención para ralentizar el ritmo del crecimiento económico, las naciones-Estado comprometidas con el progreso científico y tecnológico se habrían convertido en dominantes. Eso habría significado la muerte de la oligarquía. Implicaría el final del Imperio Invisible. Las naciones que fomentan el desarrollo mental y creativo de sus pueblos producen personas que no tolerarán indefinidamente las formas de gobierno oligárquicas. Los pueblos analfabetos, tecnológica e intelectualmente atrasados, sí lo harán”.

“En el último capítulo del libro, el más inquietante, habla sobre terrorismo atómico. Sostiene que se han venido llevando a cabo en los últimos años, unos cuantos atentados con minibombas nucleares, entre los cuales destacan:

-El edificio federal Alfred P. Murrah, en Oklahoma en 1995.
-El club nocturno de Bali (Indonesia), el 12 de octubre de 2002.
-El asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Hariri, en Beirut (Líbano) en 2005.
-El de las Torres Khobar, en Dhahran (Arabia Saudí) en 1996.
-El del aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas en 2004.

E incluso menciona como ataques atómicos el “desastre nuclear” de Chernóbil, las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998, el 11-S de las Torres Gemelas o la embajada australiana en Yakarta en 2004”.

Asombroso, espeluznante, inquietante. Cabe preguntarse aún con un poco de escepticismo: ¿Es verdad o ficción o el escritor sufre de alucinaciones? Perro conociendo al imperio y sus actos criminales, todo es posible.

Beatriz Navés, de conformidad con un estudio reseñado, sostiene que el Grupo Bilderberg es parte del gobierno mundial en la sombra, que decide el futuro del mundo en absoluto secreto.

El Grupo Bilderberg o Club Bilderberg es una conferencia anual no oficial de alrededor de 130 invitados. El grupo de elite se encuentra anualmente, en el mes de mayo, en un exclusivo hotel de 4 o 5 estrellas en Europa, y una vez cada cuatro años lo hacen en Estados Unidos o Canadá.

Los asistentes a esta conferencia incluyen banqueros, expertos en defensa, barones de los medios, ministros de gobierno, primeros ministros, financistas internacionales y líderes políticos, que se encuentran durante cuatro días en total reclusión, y no permiten el acceso de la prensa.

El nombre “Bilderberg” viene del Hotel de Bilderberg, en Oosterbeek, Países Bajos, donde se llevó a cabo la primera reunión en 1954. Actualmente tienen una sede no oficial en Leiden, Holanda.

Los fundadores fueron el Príncipe Bernardo de Holanda y David Rockefeller pero fue Joseph Retinger, un consultor político polaco preocupado por el crecimiento del anti-americanismo en Europa occidental, quien finalmente propuso hacer una conferencia internacional con el propósito de promover el entendimiento entre las culturas de los Estados Unidos y Europa occidental.

La lista de invitados incluyó dos asistentes de cada nación que representaran los puntos de vista de los partidos conservador y liberal.

El éxito de la reunión los llevó a organizar una conferencia anual. Se formó un Comité Directivo de 39 miembros que nombraron a Joseph Retinger como secretario permanente hasta que murió en 1960, siguiendo en el cargo Ernst van der Bengel. El Príncipe Bernardo de Holanda fue su Presidente hasta su muerte en 2004. El Comité mantiene un registro de asistentes para crear una red informal de gente importante.

Sus asistentes más famosos son: Juan Carlos I y la Reina Sofía de España, Henry Kissinger, la Reina Beatriz de Holanda, Tony Blair, Bill Clinton, David Rockefeller, Angela Merkel, George Soros, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, pero también concurren los presidentes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo.

Otros asiduos visitantes son los presidentes de las mayores compañías globales: Coca Cola, Pepsi Co., Ford, General Motors, Nokia, Motorola, American Express, Microsoft, Oracle, Ericsson, Shell, JP Morgan, Xerox, directores de la CIA y el FBI, secretarios generales de la OTAN y muchos representantes de los principales bancos de todo el mundo.

El propósito declarado de los integrantes del Grupo Bilderberg es promover la cooperación y el desarrollo económico entre los países occidentales, contra el peligro comunista global, pero se sabe que realmente su fin es el petróleo y el gas natural del planeta, porque los que controlan el petróleo controlan la Tierra.

El periodista estadounidense de investigación Daniel Estulin, un estudioso de los planes del Grupo, dice que “todo eso forma parte de un conflicto global para controlar a la Humanidad: el objetivo final es un futuro que transformará la tierra en un planeta con un mercado único globalizado, controlado por un gobierno mundial único Nada escapa al poder del Gobierno Mundial Invisible que aspirfa a controlar todo cuanto ocurre sobre la epidermis terrestre y sus habitahntes humanos.

Así creó el famoso Instituto Tavistok. En un trabajo presentado por el Dr. Byron T. Weeks, MD, se afirma que el Instituto Tavistok tiene como objetivo fundamental desarrollar campañas de insidiosa propaganda y la manipulación de la opinión pública a nivel global. Uno de los puntos fundamentales de su agenda es desarrollar programas científicos que permitan el control mental de las personas, para lo que efectúan tenebrosos experimentos que incluyen el lavado cerebral o facilitan conocimientos y técnicas a la CIA para la ejecución de sus experimentos como el secreto proyecto MK-ULTRA.

El fundador de la Corporación Rand, Herman Kahn, fundó también el Instituto Hudson en1961. En Educating for the New World Order, B.K. Eakman cuenta acerca del manual de entrenamiento para los "agentes del cambio" desarrollado para el gobierno estadounidense por la Corporación Rand.

El autor John Quinn (NewsHawk) se refiere a un artículo de Byron Weeks, que informa lo que sucede “exactamente en muchos niveles con los extraordinariamente extendidos "viajes de control" " actualmente dirigidos contra las personas del mundo por elementos del gobierno global en la sombra. Weeks, con muchos documentos permite una ojeada del Instituto Tavistok, un instituto británico globalmente activo, que maneja todo movimiento político/ gubernamental de relieve en la mayor parte del mundo desde hace 50 años.

Por ejemplo, ¿nunca se preguntaron quién está "detrás" de, digamos, la CIA? Bien. No le juran lealtad a América, eso es seguro. Prueben con la familia real británica, decía. 

Quien expresaba que “Constituido en 1947, el Instituto Tavistock (30 Tabernacle Street, London EC2A 4DD) es una organización que combina la investigación en las ciencias sociales con la práctica profesional. Se abordan problemas de construcción institucional y de diseño y cambio organizativo, en todos los sectores: gobierno, industria y comercio, salud y bienestar, educación, etc., tanto nacionales como internacionales, y los clientes van desde grandes multinacionales a pequeños grupos comunitarios.

La ideología de las fundaciones americanas fue creada por el Instituto Tavistockof de Relaciones Humanas de Londres. En 1921, el Duque de Bedford, Marqués de Tavistock, el 11º duque, regaló el edificio al Instituto para el estudio del efecto traumático, causado por los bombardeos, en los soldados británicos supervivientes de la Primera Guerra Mundial. Su propósito era establecer el "punto de rotura" de los hombres bajo estrés, bajo la dirección del Departamento de Guerra Psicológica del Ejército Británico.

Sir John Rawlings-Reese señala que el trabajo pionero de Tavistock es la ciencia comportamental, siguiendo las líneas freudianas de "control" de los seres humanos, lo colocó como centro mundial de la ideología fundacional.

“Su red de trabajo se extiende ahora desde la Universidad de Sussex hasta Estados Unidos, a través del Instituto de Investigación de Stanford; Esalen; el M.I.T.; el Instituto Hudson, la Fundación Heritage); el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Georgetown, donde el personal del Departamento de Estado recibe formación; el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea estadounidense, y las corporaciones Rand y Mitre.

El personal de las corporaciones debe seguir adoctrinamiento en una o más de las instituciones controladas por Tavistock. Una red de grupos secretos: la Sociedad Mont Pelerin, la Comisión Trilateral, la Fundación Ditchley, y el Club de Roma, es dirigida siguiendo las instrucciones de la red Tavistock.

El Instituto Tavistock desarrolló las técnicas de lavado de cerebro masivo que fueron utilizadas por primera vez de forma experimental en los prisioneros americanos de la guerra de Corea. Sus experimentos en métodos de control de masas han sido ampliamente utilizados en el público americano, un sutil aunque vergonzoso asalto a la libertad humana, modificando el comportamiento individual a través de la psicología de tópicos.

Todas las técnicas fundacionales americanas y de Tavistock tienen un único objetivo: romper la fuerza psicológica del individuo, y dejarlo incapacitado para oponerse a los dictadores del Orden Mundial.

Cualquier técnica que ayude a romper la unidad familiar, y los principios inculcados por la familia acera de la religión, el honor, el patriotismo y el comportamiento sexual, es utilizada por los científicos de Tavistock como arma de control de masas”. Como se ve, nada escapa al poder imperial del Gobierno Mundial Invisible.

“El Council on Foreign Relations (CFR) conforma una organización discreta, de muy bajo perfil público, y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto nivel, prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder, tanto en EEUU como en Europa. Reúne a los más altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social, investigadores, académicos, oficiales militares de máxima graduación, políticos, funcionarios públicos, decanos de universidades y centros de estudios.

Un verdadero gobierno mundial invisible.

El Council on Foreign Relations (CFR) es una organización poco conocida pero muy influyente en los asuntos internacionales que ha ido creciendo en poder, prestigio y amplitud de ámbitos de acción, hasta tal punto que ya en nuestros días podemos decir que conforma el auténtico “cerebro del mundo” que direcciona el rumbo complejo e incierto hacia el que se empuja y arrastra al planeta entero.

No existe pueblo, región o segmento económico, social, o político que pueda extraerse a su influencia y es, precisamente, el hecho de haber logrado permanecer “detrás del telón” lo que le otorga al CFR su inusitada fuerza e influencia.

CFR reúne a altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social; a investigadores y académicos; a oficiales militares de máxima jerarquía; y a políticos, funcionarios públicos y decanos de universidades, facultades y centros de estudios.

Sus objetivos fundamentales consisten en identificar y evaluar amplios conjuntos de factores políticos, económicos, financieros, sociales, culturales y militares que abarcan a toda faceta imaginable de la vida pública y privada de los Estados Unidos, de sus Aliados y del resto del mundo. Hoy, gracias al enorme poder de Estados Unidos, el ámbito de análisis del CFR abarca al planeta entero. En rigor de verdad, el CFR conforma un poderoso centro de análisis y planeamiento geopolítico y estratégico. Sus investigaciones y evaluaciones son realizadas por distintos investigadores y grupos de trabajo conformados dentro del seno del CFR, que se dedican a identificar amenazas y oportunidades del entorno mundial, evaluar las fuerzas y debilidades de los intereses agrupados dentro del CFR, y realizar amplios planes estratégicos, tácticos y operativos en todos los ámbitos…

Son miembros del CFR los máximos directivos de los grandes bancos como el Chase Manhattan de la familia Rockefeller que se fusionó con el banco J. P. Morgan, el Bank of America y el actual número, CitiGroup, cuya capitalización hoy excede los 250.000 millones de dólares; los directivos y formadores de opinión de los ocho monopolios multimedia mundiales; los rectores y decanos de las grandes universidades y facultades como Harvard, MIT Massachussets Institute of Technology, Columbia, Johns Hopkins, Princeton, Yale, Stanford, y Chicago; y -factor clave en esta verdadera rueda de poder planetario-, los 150 puestos clave del gobierno estadounidense incluyendo los cargos más relevantes en sus fuerzas armadas.”

La humanidad en su conjunto debe poner fin a las guerras. Si la Reserva Federal no entregaría el dinero, la CIA no podría cometer tantos crímenes que permanecen en la impunidad y tampoco se producirían las crisis mundiales que dejan tanto dolor y lágrimas entre los pueblos empobrecidos que son los que pagan las gulas económicas de los que se creen amos del mudo. Sin los dueños de la Reserva Federal, se pondría a disposición de los necesitados las medicinas que ya existen contra el cáncer y el SIDA y se pondrían en circulación los vehículos que no necesitan gasolinas derivadas del petróleo, pero como esas transnacionales de la guerra y el crimen son dueñas del negocio petrolero, el globo terráqueo seguirá contaminándose hasta el fin de su existencia albergadora de la vida humana.

Es la hora de romper el cerco de la desinformación. Hay que destruir el aislamiento.

Fuente: El Heraldo Mambí