viernes, 8 de noviembre de 2013

Se mueven las "placas tectónicas" del sistema internacional

Por Atilio A. Boron *

En la Iª Conferencia de Estudios Estratégicos que tuvo lugar la semana pasada en Cuba, organizada por el Centro de Investigaciones de Política Internacional, se examinaron con detenimiento las principales manifestaciones de la fase actual caracterizada como de “transición geopolítica”.

Uno de esos componentes es este significativo desplazamiento de las “placas tectónicas” económicas del sistema internacional, llamado a tener enormes repercusiones en la política mundial. Nótese como en este estudio cuyos resultados compartimos -hecho por la OECD, un organismo insospechado de poseer un átomo siquiera de marxismo o antiimperialismo- se prevé el descenso de la gravitación económica de Estados Unidos del 22.7 % del PIB mundial al 17.8 % para el año 2030, que en términos histórico-sociales es un lapso sumamente breve. Japón también desciende, al igual que lo hacen otras economías de la OECD y de manera mucho más abrupta las de la zona Euro. Por contraste la China pega un “gran salto adelante” (recordar lo que proponía Mao, que se produjo aunque … ¡no precisamente en la forma que él quería!) y se pronostica que entre el 2011 y el 2030 aquel país pasará de representar del 17 % del PIB mundial a casi el 28 %, al paso que la India ya se situaría en poco más del 11 %. Para ese año, 2030, China y la India combinadas darían cuenta del 39 % del PIB global, y en el 2060 poco menos que la mitad, un 46 %. ¡Impresionante!

Si bien es cierto que es preciso manejar estas cifras con mucha cautela porque acontecimientos inesperados –una guerra mundial o de gran importancia para una región del mundo desarrollado, una catástrofe ecológica, procesos revolucionarios, la profundización de la crisis capitalista, el prematuro agotamiento de algún recurso natural estratégico, como el petróleo, etcétera- pueden alterar dramáticamente estas predicciones, las tendencias están firmemente establecidas. Que luego por algún motivo estas se desvíen, estanquen o -¿por qué no?- aceleren no puede ocultar el hecho de que este movimiento ya está en marcha y que ya ha tenido como resultado la ampliación de los márgenes de maniobra y potencial autonomía de los países de Nuestra América. Que países como Venezuela, Ecuador y Bolivia hayan resistido las ofensivas destituyentes del imperio es una prueba de lo que venimos diciendo. Que Cuba haya resistido a más de medio siglo de bloqueo integral es otra.  Que las bravuconadas retóricas de Washington no hayan podido detener el programa nuclear de Corea del Norte e Irán demuestran lo mismo. Y, más recientemente, la postergación del ataque a Siria anunciado por la Casa Blanca y la fulminante reaparición de Rusia como un actor de gran  peso en el escenario mundial es también un claro indicador de que la “transición geopolítica” ya está en marcha y es harto improbable que algo pueda detenerla. Para concluir, el debilitamiento del poderío global de Estados Unidos –y por lo tanto de su capacidad para imponer su dominación tal como acostumbraba a hacer-  y la emergencia de nuevas configuraciones de poder económico y político, eso que Chávez denominaba el "policentrismo", abre las puertas para un orden internacional potencialmente más justo y equitativo. Para que esto se transforme en una realidad, sin embargo, se requerirán muchos esfuerzos de los pueblos y gobiernos que pugnan por emanciparse de los grilletes del imperialismo, mucha inteligencia política y mucha militancia para neutralizar la contraofensiva que el imperio ya ha lanzado, sobre todo en contra de Nuestra América, que como lo dijeran Fidel y el Che, es  su área de reserva estratégica fundamental.

Porcentaje sobre el PIB global
( Medido en PPP -Paridad de poder adquisitivo- del año 2005)


Estados Unidos
Japón
Zona
Euro
Otros OECD
Otros no OECD
China
India
2011
22,7%
6,7%
17,1%
18,2%
11,7%
17,0%
6,6%
2030
17,8%
4,2%
11,7%
15,3%
12,0%
27,9%
11,1%
2060
16,3%
3,2%
8,8%
14,0%
11,7%
27,8%
18,2%

Fuente: Long-term Growth Scenarios, OECD Economics Department Working Paper No. 1000, en prensa.





A continuación van dos gráficas que ilustran con elocuencia los números de la tabla precedente y los cambios en la economía internacional.


 




viernes, 1 de noviembre de 2013

CAMBIA EL MANDO DEL MUNDO GLOBALIZADO Y NO NOS DAMOS CUENTA



Por Alberto Betancourt Posada

Aunque las grandes potencias parecen no advertirlo, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fortalecen su presencia económica mundial sin proponer una alternativa de modelo de desarrollo.
 
El centro del mundo globalizado se desliza casi inadvertidamente hacia las potencias intermedias que componen las BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y que desafortunadamente promueven un desarrollismo no tan diferente del impulsado por occidente

Jean Paul Sartre, en uno de sus muchos libros dedicados al “Castor”, dice que a veces la historia se nos escapa. La quinta cumbre del BRICS, celebrada a finales de febrero en el puerto de Durbán, Sudáfrica, pasó prácticamente inadvertida en la semiósfera informativa estadounidense-británica. Sin embargo, la cumbre representa una pequeña sorpresa de la historia, el horizonte de un mundo posible en el que las antiguas colonias del siglo XIX empujan intencionalmente el tránsito de una globalización unipolar (dirigida por el G-8) a una multipolar, e intentan mover el epicentro de la economía mundial del Pacífico al Atlántico.

Cada uno de los dirigentes del grupo expresó su balance de la cumbre. Jacob Gedleyihlekisa Zuma, dirigente zulú del Congreso Nacional Africano (organización a punto de fracturarse tras la represión a los mineros de Marikana), tiene 71 años y fue el anfitrión de la cumbre. El 27 de marzo anunció tres noticias trascendentales: la creación de un banco de desarrollo del grupo, que se propone invertir 4.5 billones de dólares en los próximos 5 años para la creación de infraestructura, así como la formación de un Fondo para Previsión de Contingencias que iniciará con 100 mil millones de dólares.

La reunión también permitió crear un consejo de centros de investigación y un espacio de negocios del BRICS. Vladimir Putin, de 63 años, le planteó a sus colegas llevar los acuerdos del BRICS a la presidencia del G-20 y propuso convertir al grupo en un factor central de la gobernabilidad, la economía y las finanzas mundiales. Rusia pone a su consideración –dijo- un proyecto de cooperación en 20 áreas, entre las que se incluyen aviación, industria radioelectrónica, fabricación de máquinas para producir energía, industria metal metalúrgica e industria de fabricación de máquinas.

Dilma Rouseff, de 66 años, saludó a Hailemariam Desaleguem, representante de Etiopía y presidente en turno de la Unión Africana. La presidenta de Brasil expresó que la construcción de infraestructura es fundamental en un continente en el que siete de sus 56 países fueron de los de más rápido crecimiento en 2012. El comercio con los países del BRICS aumentó 10 veces en la última década y llegó a la cifra de 320 mil millones de dólares. Rouseff resaltó la importancia de construir puentes en transportes, cultura, comercio, educación, finanzas y turismo que intensifiquen los intercambios entre el BRICS y África. Finalmente, señaló que existen proyectos comunes del Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BANDES) y el Banco Africano de Desarrollo.

A sus 81 años, Manmohan Sing, primer ministro de la India, recordó que Gandhi vivió y aprendió mucho de la lucha por la descolonización de África. Dijo que India contribuyó en la construcción de la Red Digital Panafricana, que permitió la creación de Telemedicina y Teleeducación, presente en 47 países del continente. El dirigente sink recordó que la Confederación de Industrias Indias y el Exim Bank realizaron recientemente una cumbre del proyecto “Cooperación con África” y acordaron impulsar 500 proyectos con un valor de 70 mil millones de dólares. El primer ministro evocó que 6 mil 500 soldados indios participan en diversas misiones en África, entre las que destacan la estabilización de la República Democrática del Congo, mandatada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Xi Jinping, el presidente chino y el más joven del grupo, realizó a sus 60 años una gira por Tanzania, el Congo, Sudáfrica y Mozambique y mostró la disposición de China para ofrecer una relación “alternativa” al neocolonialismo impulsado por Estados Unidos y Europa. El 26 de marzo en Daar es Sallaam, en Tanzania, en vísperas de la reunión del BRICS, Xi Jinping declaró que en 2012 el comercio sino-africano alcanzó los 200 mil millones de dólares. China apoyará la independencia de los países africanos, aseveró, para resolver sus propios problemas sin injerencia colonial. Su país alojará y brindará capacitación a 45 mil profesionistas y estudiantes africanos. En Durbán, al hacer el balance de la cumbre, señaló cinco logros principales: acuerdos colectivos sobre los principales acontecimientos internacionales, en el marco de la ONU y por vías diplomáticas; apoyo a la presidencia de Rusia en el G-20 para impulsar conjuntamente una reforma en el sistema de cuotas y gobierno del Fondo Monetario Internacional; luchar por estabilizar los precios de los alimentos; promover la economía verde sugerida en Río de Janeiro; y financiar la construcción de infraestructura para facilitar la comunicación entre los países africanos.

El mundo está cambiando, aunque no nos demos cuenta. Desafortunadamente no se trata de un cambio en la orientación de clase o en la defensa de un nuevo paradigma civilizatorio. Las potencias intermedias promueven un desarrollismo no tan diferente del impulsado por occidente, como ocurre, por ejemplo, en la reciente historia de Sudáfrica, donde el Congreso Nacional Africano se jalonea entre los promotores de negocios mineros transnacionales y los defensores de los trabajadores de las minas. Pero de todos modos, una eventual multipolaridad hace un poco de contrapeso a la hegemonía del G-8 y la idea de que la razón cínica es inevitable.


 KAOSENLARED   28 de octubre de 2013   ESPAÑA


EEUU SE CONVERTIRÁ EN UNA ECONOMÍA TERCERMUNDISTA



El país continúa incansablemente deslocalizando su PIB y trasladando empresas y fábricas a otros países.

Al Mannar


Un economista estadounidense muy conocido ha señalado que EEUU se va a convertir en una economía del Tercer Mundo dado que el país continúa incansablemente deslocalizando su PIB y trasladando empresas y fábricas a otros países.

“Si la deslocalización de la economía continúa, EEUU se convertirá en una economía tercermundista en menos de 20 años”, señaló Paul Craig Roberts en un artículo publicado en Press TV.

EEUU está atravesando una situación económica pésima y el resto del mundo lo sabe”, escribió señalando que “cada vez más pequeñas empresas desaparecen... Cada vez más, los licenciados de las universidades vuelven a vivir con sus padres, que utilizan sus ahorros para vivir”.

“Dado que el mundo se deshace del dólar como medio de pago de las transacciones internacionales y la Reserva Federal imprime cada vez más billetes, la velocidad a la que los poseedores de activos en dólares van a vender estos últimos se va a acelerar”, señala Roberts.

El economista añade que los neoconservadores estadounidenses y sus aliados israelíes están, pese a todo, determinados a que “Washington comience todavía más guerras a fin de crear un Lebensraum (espacio vital) para Israel”. EEUU ha gastado unos 6 billones de dólares en las guerras de Afganistán e Iraq.

Un nuevo informe publicado el pasado martes muestra que la economía estadounidense no se está recuperando y que un gran número de economistas han advertido que las constantes luchas fiscales en Washington no hacen más que empeorar la situación.

La economía estadounidense destruyó 148 000 empleos en septiembre mientras que las tasa de paro ha subido hasta el 7,2% (aunque la cifra oficiosa es del 21% si se tiene en cuenta a todos los que carecen de empleo). Las estadísticas oficiales que hablan de empleos creados no dicen que se trata, en su mayor parte, de pequeños empleos, a menudo temporales y mal pagados, explicó Roberts.

“El declive en el valor del dólar y la inflación doméstica que resulta de ello obligarán a la Reserva Federal a detener la impresión de billetes. ¿Quién cubrirá entonces el agujero abierto entre los ingresos y los gastos? La respuesta más que probable es que los fondos de pensiones y todo aquello a lo que Washington pueda meter mano, lo cual empeorará el nivel de vida de los estadounidenses”, señaló Roberts en su artículo.


Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo


LA HAINE,
  31 de octubre de 2013   ESPAÑA

Los Cubanoamericanos de cara a las sociedades cubana y estadounidense


Por Jesús Arboleya 


 LA HABANA. Según el censo de 2010, en Estados Unidos viven 1 884 000 individuos de origen cubano, a los que usualmente se les denomina “cubanoamericanos”, sin importar su estatus legal o lugar de nacimiento, aunque el 59 % de ellos son inmigrantes y otros 775 000 (41 %) nacieron en  ese país.[1]
El concepto de cubanoamericano trasciende lo que pudiera ser considerado un apelativo más o menos arbitrario. Su importancia consiste en reflejar un criterio de identidad étnica, resultante del proceso de integración de los inmigrantes cubanos a la sociedad estadounidense y su reproducción a través de sus descendientes.
Como ha dicho el investigador cubanoamericano Gustavo Pérez Firmat: “[…]  una cosa es ser cubano en Estados Unidos y otra distinta ser cubanoamericano […] la cultura cubanoamericana ha alcanzado una configuración propia, que la distingue de la cultura cubana de la isla tanto como de la norteamericana”.[2]
Según estudios realizados a principios de este siglo por los sociológicos Alejando Portes y Rubén G. Rumbaut, los inmigrantes cubanos y sus descendientes muestran un alto grado de filiación con el término de cubanoamericano, superando incluso al de “cubano”, y ello se incrementa en los más jóvenes, lo que confirma la vigencia y eventual preservación del mismo.[3]
Respecto a la sociedad norteamericana, los cubanoamericanos han superado la etapa en que bastaba considerarlos “emigrados o exiliados cubanos”, como aún los define el discurso oficial en uno y otro caso, sino que son parte integral de esa sociedad y actúan básicamente en función de los requerimientos que les impone esta condición.
Estamos en presencia de la aparición de una nueva categoría de norteamericano: los “norteamericanos de origen cubano”. Efectivamente, un tipo particular de norteamericano, pero tan norteamericano como cualquier otro, en correspondencia con las características de una sociedad tan diversa y segmentada como es la estadounidense.
De cara a la sociedad cubana, el cubanoamericano plantea un problema nuevo para la historia de la nación: la existencia de la cultura cubana a escala social fuera del territorio nacional, expresada a través de individuos que han adoptado otra nacionalidad y se forman bajo los patrones de otra cultura. 

¿Puede un norteamericano ser considerado cubano? 

Para esta pregunta no existen respuestas simples. Sobre todo porque la construcción de la nación cubana ha estado traspasada, desde hace dos siglos, por los intentos hegemónicos y antinacionalistas de Estados Unidos.
En realidad, la transnacionalización de los procesos migratorios ha venido a universalizar el fenómeno – de por sí históricamente bastante común – de la existencia de culturas nacionales fuera del territorio nacional y su imbricación con las culturas de los países receptores, sin por ello perder las cualidades básicas que las distinguen. Sin embargo, ello resulta extraño para la sociedad cubana, donde aún resulta inconcebible la existencia de otra forma de expresarse la cultura cubana y la presencia de un cubano culturalmente diferente a los que residen en el país.
La mayoría de los cubanoamericanos también rechazan el criterio de que son portadores de una cultura cubana diferente y de ambos lados se insiste en que la “cultura cubana es una sola”, como si la diversidad fuese un defecto. Lo más grave es que ello muchas veces conduce a una lucha estéril respecto a la legitimidad de cada cual, donde se confunde cultura con  política, fenómenos sin duda relacionados, pero que actúan en campos distintos. La defensa de la cultura cubana contra influencias que tiendan a adulterarla, no excluye la apropiación de legítimos aportes de otras culturas, muchos menos de aquellas con las que se comparte raíces comunes, como es el caso de los cubanoamericanos.
Sigue siendo la matriz cultural cubana la que caracteriza al cubanoamericano dentro de la sociedad norteamericana, lo que define su propia identidad como individuo, y en ello radica la “cubanía” de su condición, aunque esta cultura se desarrolla en un medio distinto al de Cuba e incorpora atributos que la distinguen de la cultura cubana, tal y como se expresa en el territorio nacional. También la cultura es lo que nos une, toda vez que mantiene inevitablemente conectados a los cubanoamericanos con la sociedad cubana, cualquiera sean sus vínculos filiales en el país, los criterios políticos que profesen o las prioridades resultantes de sus condiciones de existencia.
La identidad cubanoamericana es un proceso social en formación, como ocurre con la propia identidad hispana o latina, y está sujeta a las mutaciones que le impone la vida misma. En la actualidad, el 21 % de los cubanoamericanos tiene menos de 18 años y un 28 % está comprendido entre las edades de 19 y 40 años, por lo que es posible afirmar que casi la mitad de la población cubanoamericana está compuesta por jóvenes, cuya experiencia existencial es distinta a las de sus mayores y sus vínculos con Cuba más difusos que los de sus padres y abuelos. Algunos opinan que esto debe conducir a un mayor desinterés por el tema cubano, pero esto no es lo que reflejan las investigaciones, ni se corresponde con la conducta política de estos sectores en los últimos años.
Desde 1991, el Cuban Research Institute (CRI) de la Universidad Internacional de la Florida, viene realizando encuestas respecto a las inclinaciones políticas de la comunidad cubanoamericana, con énfasis en la importancia que le conceden a las relaciones con Cuba. Según la última de estas encuestas, llevada a cabo en 2011, el 57 % de los cubanoamericanos respaldó la posibilidad de que todos los norteamericanos pudiesen viajar a Cuba sin restricciones y el 61 % se opuso a las propuestas de ley encaminadas a limitar esta posibilidad. Siendo una actitud particularmente mayoritaria entre los que emigraron después de 1994 (76 %), los jóvenes entre 18 y 44 años (74 %) y los nacidos en Estados Unidos, que alcanzaron un 72 %. Si Obama ganó alrededor del 50 % del voto cubanoamericano en las últimas elecciones se debió a la emergencia de estas generaciones en el acontecer público.
A falta de otras explicaciones, es de suponer que el interés por Cuba entre los más jóvenes responde básicamente a necesidades culturales, relacionadas con la propia identidad de los cubanoamericanos, lo que implica un vínculo estratégico con la sociedad cubana que trasciende las coyunturas políticas y se ubica entre los problemas más importantes para el futuro de la nación.
Por imperativos de la historia y las propias necesidades del país, cada día más, Cuba tendrá que aprender a convivir con los cubanos que andan por el mundo y se identifican como tales, aunque muchos de ellos apenas sepan hablar español.

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[1] Salvo que se diga lo contrario, los datos han sido obtenidos de PEW Hispanic Center: Hispanic of Cuban Origin in the United States, Washington D.C., June 27, 2012.

[2] Pérez Firmat, Gustavo: Vidas en vilo.La cultura cubanoamericana. Editorial Colibrí, España, 1994, p. 17.

[3] Portes, Alejandro y Rubén G. Rumbaut: Immigrant America, Tercera Edición, University of California Press, Berkeley, 2006, tabla 19.