Por Leyde E. Rodríguez Hernández[1]
El Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (Movpaz) saluda la visita a Cuba número 18, del Peace Boat (Barco por la Paz)[2], que tradicionalmente en sus travesías abraza nuestra patria y, en especial, a los hibakushas (sobrevivientes de los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki en 1945), quienes, juntos a sus descendientes, siempre nos recuerdan las vivencias de aquella injustificable barbarie.
Nos unimos a la
celebración del aniversario 35 de la fundación de esta importante ONG
internacional con sede en Japón, que trabaja por promover la paz, los derechos
humanos, el desarrollo justo y sostenible y el respeto por el medio ambiente. No
debemos olvidar que con el mismo fin,
hasta la fecha, más de 170 sobrevivientes de los bombardeos atómicos a
Hiroshima y Nagasaki han navegado por el mundo, en tan simbólico buque.
Es
importante enfatizar que las armas nucleares representan una seria amenaza para
la humanidad, y su prohibición y eliminación total debe ser la mayor prioridad
en la esfera del desarme.
La única garantía absoluta contra el empleo o
amenaza del empleo de tales armas, es su total eliminación, si se tiene en
cuenta que son el medio de guerra más peligroso, destructivo, y de más efectos
indiscriminados.
El empleo de armas nucleares
no puede ser justificado bajo ningún concepto o doctrina de seguridad, como es el caso de la "estrategia de la
disuasión".
Por sus catastróficas consecuencias humanitarias, el empleo de las armas
nucleares implicaría la violación flagrante de normas internacionales,
incluidas las relacionadas con la prevención del genocidio y la protección al
medio ambiente. Es un crimen de guerra y de lesa
humanidad. No
es posible limitar los devastadores efectos de esas armas, que se
prolongan por décadas.
La existencia de las
armas nucleares es una amenaza contra la supervivencia misma de los seres
humanos y una afrenta a los principios éticos y morales que deben regir las
relaciones entre las naciones. Su uso significaría la desaparición de la
civilización humana. Abogar por el desarme, y muy particularmente por el
desarme nuclear, no solo es un deber sino un derecho de todos los pueblos del
mundo.
Es
clave crear conciencia en la sociedad civil internacional y ampliar sus
conocimientos acerca de la amenaza que representan para la humanidad las armas
nucleares y la necesidad de su eliminación total, a fin de movilizar esfuerzos
internacionales para alcanzar este objetivo.
El
Movpaz alienta la realización de actividades para conmemorar el “Día
Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares”, el 26 de
septiembre, e invita a los estados miembros del sistema de las Naciones Unidas,
a la sociedad civil, al mundo académico, a los parlamentarios, a los medios de
comunicación y a los individuos a realizar acciones apropiadas para conmemorar
esta fecha.
El mantenimiento y modernización de armas
nucleares consume muchos de los recursos que pudieran, y debieran, ser destinados
al desarrollo económico, la creación de empleo, la reducción de la pobreza y el
hambre, la salud, la educación y para prevenir
y combatir los desastres naturales que provoca el cambio climático global. Deberían reorientarse
esos recursos hacia el
desarrollo.
Los países dotados de armas nucleares reducen sus arsenales pero los modernizan, e incluso los colocan en los armamentos convencionales, a pesar de la voluntad de desarme manifestada por la comunidad internacional.
Nueve países (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) poseían 14 mil 465 cabezas nucleares a comienzos del 2018, de las cuales 3 mil 750 se encuentran desplegadas por todo el planeta.[3]
Los países dotados de armas nucleares reducen sus arsenales pero los modernizan, e incluso los colocan en los armamentos convencionales, a pesar de la voluntad de desarme manifestada por la comunidad internacional.
Nueve países (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) poseían 14 mil 465 cabezas nucleares a comienzos del 2018, de las cuales 3 mil 750 se encuentran desplegadas por todo el planeta.[3]
La disminución del número
total de armas nucleares en el mundo se debe principalmente a que Rusia y
Estados Unidos continúan reduciendo sus fuerzas nucleares estratégicas, de
acuerdo a la puesta en marcha del tratado sobre las medidas de reducción y
limitación suplementarias de las armas estratégicas ofensivas (New START), el
cual prevé una reducción del 30% del número de ojivas nucleares de las que
disponen las dos superpotencias atómicas -sólo entre ambas concentran el 92% de
las armas de este tipo- y verificaciones mutuas más transparentes.[4]
Frente a esa realidad, América Latina y el Caribe fue la primera región densamente poblada del planeta establecida como Zona Libre de Armas Nucleares, en virtud del Tratado de Tlatelolco. Aún más, es la primera región del mundo formalmente proclamada como “Zona de Paz”, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebró en La Habana, Cuba, en enero de 2014.
Frente a esa realidad, América Latina y el Caribe fue la primera región densamente poblada del planeta establecida como Zona Libre de Armas Nucleares, en virtud del Tratado de Tlatelolco. Aún más, es la primera región del mundo formalmente proclamada como “Zona de Paz”, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebró en La Habana, Cuba, en enero de 2014.
La proclamación de la Zona
de Paz lleva aparejado el compromiso de todos los Estados de la región de avanzar
hacia el desarme nuclear como objetivo prioritario y de contribuir al desarme
general y completo.
Consideramos que la No
proliferación nuclear no es un fin en sí mismo, sino un escalón para alcanzar
el desarme nuclear. Nos oponemos a todo tipo de ensayo con armas nucleares,
incluyendo los que se llevan a cabo mediante supercomputadoras y otros sofisticados
métodos no explosivos.
La aprobación el 7 de julio 2017 en la ONU
del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares representa un hito histórico.
Este instrumento establece una nueva
norma de Derecho Internacional al prohibir las armas nucleares en toda
circunstancia.
Cuba
fue el quinto país en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de Armas
Nucleares, muestra de su compromiso con el desarme general y completo.
Este
Tratado es una muestra de la voluntad política de la mayoría de la comunidad
internacional de avanzar en el camino hacia el desarme nuclear y la paz
mundial.
Como
expresara el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, "para
sobrevivir, es imprescindible un salto en la conciencia de la humanidad". Los
participantes en este foro nos comprometemos con un futuro de paz para
toda la humanidad. Con otro mundo mejor y posible.
Hagamos
un mundo sin armas nucleares otra vez.
Muchas
gracias,
Notas:
Notas:
[1] Colaborador del Movimiento Cubano por
la Paz y la Soberanía de los Pueblos. Intervención en el Foro Juventud,
Desarme Nuclear y Paz, celebrado en el ISRI, el 17 de julio de 2018, organizado
por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y la Asociación
Cubana de Naciones Unidas (ACNU).
[2] Como reconocimiento a su acción
solidaria hacia la Revolución cubana, en mayo de 2009 la organización japonesa
fue condecorada con la Orden de la Solidaridad, otorgada por el Consejo de
Estado de Cuba a propuesta del ICAP. Peaceboat desde 2008 ha trabajado con la Campaña
Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), la cual fue
galardonada con el Premio Nobel de la Paz correspondiente al año 2017.
[3] Según el Instituto Internacional de
Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) en 2018.
[4] Ibídem.
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