Hay figuras que se agigantan con el
paso de los años. Es tal su trascendencia en el tiempo que, al concluir
cada jornada, se hacen más cercanas y necesarias. Esa interconexión
entre esos seres humanos legendarios y las personas de carne y hueso que
levantamos el presente (y pensamos en un futuro mejor) no es resultado
de fuerzas supraterrenales. Es expresión, eso sí, de lo hondo que caló
en lo más genuino del pueblo las ideas que ellos enarbolaron.
Che Guevara. Fotos: Internet |
Ernesto Guevara, sencillamente el Che para millones de personas de
todas las latitudes, es una de esas leyendas surgidas desde una realidad
histórico concreta, que desbordó con su accionar cualquier
encasillamiento. Noventa años atrás, el 14 de junio de 1928, nació en
Rosario, Argentina. Desde principios de la década del 50 de la centuria
anterior, sin embargo, comenzó a cincelar su nombre en el imaginario
latinoamericano y caribeño, y tercer mundista en general, a partir de la
coherencia ejemplar entre su ideario y comportamiento.
Recorrer en su motocicleta Poderosa parte de nuestra identidad
profunda, junto a su amigo Alberto Granado, lo puso en contacto con
zonas históricamente preteridas. Imbuido de un espíritu rebelde que lo
acompañó toda su vida, supo mirar más allá de contingencias o modas. Su
fina sensibilidad, educada desde la primera infancia dentro de su hogar,
le permitió atrapar el verdadero drama al que nos enfrentábamos como
naciones.
Los estudios de medicina le propiciaron estar en contacto con
padecimientos de toda clase, especialmente aquellos que se presentaban
en determinadas personas con mayor dramatismo, por el origen social de
las mismas. Desde esa etapa estuvo clara para él una idea que luego hizo
realidad con el triunfo de la Revolución Cubana: “Vale infinitamente
más la vida de un solo ser humano que toda la riqueza del mundo”. Ser un
observador agudo, y tener un marcado interés por la investigación
científica, desde múltiples dimensiones, contribuyeron, entre muchos
factores, a pertrecharlo de la fortaleza integral que lo acompañó en lo
adelante.[1]
Lo demás —solo supuestamente, pues quedan numerosas zonas por
explorar— es conocido para quienes lo tenemos como inspiración en el
diseño de ese otro mundo posible. La vocación de acercarnos
permanentemente a sus aportaciones hace que nuestro arsenal se renueve y
multiplique, precisamente en la medida que le incorporamos el acervo de
un hombre de su estatura. Al igual que con Camilo, el mejor homenaje
emerge del diario cumplimento del deber y de la voluntad irrenunciable
que brota con Fidel, de prepararnos en el terreno de las ideas como
garante para sostener nuestra independencia.
Múltiples imágenes y el mismo sentimiento
Con la certeza de que el Che tiene mucho que aportar en las batallas
cotidianas, la Editorial Ocean Sur y la Agencia Informativa
Latinoamericana Prensa Latina unieron esfuerzos para obsequiarles a los
lectores de todos los continentes una verdadera joya: el libro Che Guevara en el lente de through the lens of Prensa Latina.
Se trata de una obra, en español e inglés, a través de la cual aflora
el revolucionario excepcional que se entregó a la causa de la
emancipación universal.
En sus páginas observamos al dirigente, enfundado en su inseparable
uniforme verde olivo, lo mismo junto a Gamal Abdel Nasser, presidente de
la República Árabe Unida (RAU) en El Cairo, en junio de 1959; que el 27
de noviembre de ese año en el homenaje a los ocho estudiantes de
medicina fusilados por las autoridades españolas en 1871; o al lado de
Fidel y Osvaldo Dorticós, en el sepelio a las víctimas de la explosión
del barco francés La Coubre.
Libro
Un mérito de la obra es que nos dibuja a una personalidad vital,
desde la riqueza de su quehacer inagotable en todos los planos que
supone llevar adelante una revolución. Desde la magia que aportan las
instantáneas en blanco y negro aflora el Che diplomático, trabajador
voluntario, presidente del Banco Nacional de Cuba o el amante por la
fotografía y el ajedrez. De igual manera el ser humano que sonríe
saludando a delegaciones amigas y a los niños, y aquel por el que corren
gotas de sudor estibando en la rada habanera.
Junto a él, como hermanos de lucha identificados desde el primer
abrazo en México, aparecen Fidel y Raúl. También Aleida, Vilma, Blas
Roca, Machado Ventura, Carlos Rafael Rodríguez, Raúl Roa y Lázaro Peña.
Acompañado del inolvidable líder de la clase obrera aparece por cierto,
en 1964, en la actividad de reconocimiento a los trabajadores
vanguardias. Al fondo, a quienes mira con atención el hombre que pasó a
la inmortalidad desde La Higuera, actúa el popular cuarteto Los Zafiros.
Como destaca Edel Suárez Venegas en las palabras introductorias,
editor y corresponsal de Prensa Latina por más cuarenta años, en este
material se pone énfasis en imágenes menos conocidas de alguien que
cautivó a fotorreporteros de aquí y acullá. Ni siquiera escapó de
instantes de relativo ocio, mientras jugaba golf con Fidel y Antonio
Núñez Jiménez en 1961.
Partido de golf
Ocean Sur, proyecto de Ocean Press con más de tres décadas de trabajo en nuestro país, tiene el mérito de haber publicado prácticamente toda la obra del Che, unos 35 volúmenes. Todos ellos representan textos de enorme valía, no solo para acercarse a la figura paradigmática de este latinoamericano universal, sino para encontrar luces sobre cómo hacer realidad los sueños antiimperialistas y descolonizadores que nos acompañan.
David Deutschmann, presidente de la prestigiosa casa editorial y Luis
Enrique González, presidente de Prensa Latina (entidad fundada por el
Che, quien aparece aquí comprobando los equipos de trasmisión de la
agencia y recorriendo sus instalaciones junto al primer director de la
misma, su compatriota Jorge Ricardo Masetti) coincidieron en la
significación de este libro, el cual marca un hito en la colaboración
entre ambos proyectos.
Al imperialismo ni tantico así…
Horas antes, en el propósito de rendir tributo a un hombre que
pertenece al futuro (como señaló Fidel en la estremecedora velada en la
Plaza de la Revolución el 19 de octubre de 1967) Ocean Sur dio a conocer
otro libro que en lo adelante devendrá obligatorio para adentrarse en
el pensamiento del Guerrillero Heroico. Desde el Memorial José Martí,
ningún sitio mejor para el lanzamiento, comenzó a circular El Che y las
relaciones Estados Unidos-Cuba en los años sesenta, de Elier Ramírez
Cañedo.
En el texto, con prólogo de María del Carmen Ariet —una de las voces
más autorizadas en el estudio sobre la extraordinaria figura— se recogen
18 documentos, buena parte de ellos casi desconocidos, que demuestran
la claridad del dirigente para entender las esencias del sistema
político estadounidense, y del comportamiento de este país como centro
del imperialismo mundial.
Ahí están, por solo citar algunos materiales, sus discursos en la
quinta y séptima sesión del Consejo Interamericano Económico y Social
(CIES) celebradas en Punta del Este, Uruguay, en agosto de 1961; la
célebre intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas el
12 de diciembre de 1964, y la entrevista que le concediera a la
periodista norteamericana Lisa Howard, el 12 de febrero de ese propio
año. Vale la pena reproducir, por la sabiduría de sus reflexiones, las
respuestas a dos de las interrogantes finales que les formuló la afamada
entrevistadora.
¿Qué es lo que a usted le gustaría ver a
los Estados Unidos hacer en lo que refiere a Cuba? Es muy difícil
precisar esa pregunta, es un poco irreal; casi que la contestación más
franca y más objetiva sería nada, nada en todos los sentidos: nada a
favor y nada en contra; dejarnos tranquilos, en una palabra. ¿Se siente
usted optimista con respecto a la posibilidad de una normalización de
las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos? Creo que es difícil
también contestar. Estamos expectantes, observando la situación,
simplemente, tomando providencias para uno u otro camino que se pueda
seguir, depende de una serie de circunstancias, de las características
mismas del gobierno norteamericano, y depende también de cómo sepa
valorar la situación del mundo. (…) Si fuera así, podríamos convivir al
menos; amigos difícilmente podamos ser durante muchos años del Gobierno
norteamericano. Contra el pueblo norteamericano creo que usted habrá
visto aquí no tenemos absolutamente nada, y que no hay el menor odio en
nuestro país contra el pueblo norteamericano.[2]
El Dr. Ramírez Cañedo, joven historiador con una obra relevante
(entre cuyos títulos descuellan De la confrontación a los intentos de
normalización. La Política de los Estados Unidos hacia Cuba –Editorial
de Ciencias Sociales, 2011 y 2014- y Aproximaciones al conflicto Estados
Unidos-Cuba –Editora Política, 2014-, ambas en coautoría con el Dr.
Esteban Morales) apunta con acierto que: “… a pesar del mito que se ha
pretendido construir —en especial por los adversarios de la Revolución
Cubana— donde se presenta al Che, junto a Fidel, como los principales
obstáculos para la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y
Cuba, varios documentos desclasificados en los Estados Unidos revelan a
un hombre que sin dejar de ser intransigente en relación con la
soberanía y los principios de la Revolución, no se oponía al diálogo y
la negociación con el vecino del norte, e incluso muestran a un Che que
tuvo cierto protagonismo en la diplomacia secreta con los Estados
Unidos, durante las administraciones de J. F. Kennedy y Lyndon B.
Johnson”.[3]
La presentación del texto estuvo a cargo del Dr. Jorge Hernández
Martínez, quien dirigió durante 18 años el Centro de Estudios
Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU), de la Universidad de La
Habana, y el Máster Fabio Fernández, profesor del Departamento de
Historia de Cuba de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de
la UH y vicepresidente de la Cátedra sobre el estudio del pensamiento
del Comandante en Jefe Fidel Castro de la propia institución.
Hacia el porvenir…
Otro de los textos elaborados por Ocean Sur, como parte del amplio
plan de actividades concebidas en relación con el 90 aniversario de su
natalicio, es Resonancias de futuro. Para leer al Che, precisamente de
la autoría de María del Carmen Ariet García.
El volumen contiene varios ensayos y trabajos de distinta naturaleza
publicados en diversos formatos, a lo largo de dos décadas. Con el
objetivo de brindar al lector una mejor comprensión de la integralidad
del pensamiento del Che los materiales fueron agrupados en cuatro
bloques: Biográfico metodológico; Proyectos alternativos en América
Latina; Transición socialista, e Internacionalismo.
En uno de ellos, correspondientes al segundo acápite (cuyo origen es
al artículo “Che Guevara: pensamiento y acción. Una mirada a 50 años de
sus asesinato”, el cual apareció en la revista Universidad de La Habana,
no. 284, julio-diciembre de 20177, pp. 8-19) la destacada investigadora
señala:
“Tocante a la política se presenta una fusión creadora que parte de
una retrospectiva crítica al marxismo imperante, pero del que extrae
enseñanzas válidas para reforzar sus criterios sobre la relación entre
la teoría y la práctica, los cuales convirtió en mecanismo creativos del
devenir de toda revolución socialista, en tanto totalidad
revolucionaria y no como subproducto de la base económica, con lo que
destierra de sus posiciones el economicismo y el positivismo imperantes.
(…) En su producción es evidente la necesidad de nuevos basamentos
aplicados a las condiciones del Tercer Mundo y cuyos temas centrales se
consolidan en sus concepciones antiimperialistas, latinoamericanistas y
la conformación de la revolución tercermundista a través de la lucha
revolucionaria”. [4]
Ariet García es licenciada en sociología y doctora en Ciencias
Históricas. Es investigadora titular de la Academia de Ciencias de Cuba y
profesora titular adscrita a la Universidad de La Habana. Funge como
Coordinadora Científica del Centro de Estudios Che Guevara. Es la autora
principal del proyecto “Colección documental Vida y obra de Ernesto Che
Guevara (1928-1967)” que obtuvo en 2015 el premio de la Academia de
Ciencias de Cuba y el Premio Especial del CITMA. Entre sus libros más
relevantes se encuentran El pensamiento Político de Ernesto Che Guevara
(2010) y Che Guevara, fases integradoras para su proyecto de cambio
social (2008).
Entre los libros editados por Ocean Sur elaborados con los materiales
y papelería del Guerrillero Heroico se encuentran Justicia global.
Liberación y socialismo (Compilación y prólogo de María del Carmen
Ariet, 2002); Che Guevara presente. Una antología mínima (Compilación y
prólogo de David Deutschmann y María del Carmen Ariet, 2004); Che desde
la memoria. Los dejo ahora conmigo mismo: el que fui (Compilación,
edición y textos introductorios de Víctor Casaus, 2004); Notas de viaje.
Diario de motocicleta (Prólogo de Aleida Guevara March, compilación de
Aleida March y María del Carmen Ariet, 2004); Punta del Este. Proyecto
alternativo de desarrollo para América Latina (Compilación y notas de
María del Carmen Ariet, 2006); Otra Vez. Diario del segundo viaje por
Latinoamérica (Prólogo de Alberto Granado, compilación de Aleida March y
María del Carmen Ariet, 2007) y América Latina. Despertar de un
continente (Compilación, edición y prólogo de María del Carmen Ariet,
2017).
Mención especial para El diario del Che en Bolivia (2006), el cual
incluye la introducción del Comandante en Jefe Fidel Castro; prólogo de
Camilo Guevara March y notas de María del Carmen Ariet.
Notas:
[1]
El destacado escritor Juan Bosch conoció al Che en Costa Rica en 1954.
El quisqueyano sería electo años después, en diciembre de 1962, como el
primer presidente dominicano luego de la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo. Pocos meses más tarde, en septiembre de 1963, un golpe de
estado ejecutado por la oligarquía nacional, la cúpula militar y la
jerarquía de la iglesia católica, con el contubernio de la embajada
yanqui, lo sacó del gobierno. En 1968 evocó la impresión que le causaron
los encuentros con el joven argentino. “Ernesto Che Guevara era
asmático –y de ahí el uso del inhalador- pero su cuerpo estaba
constituido como si no lo fuera. No tenía el pecho hundido ni era bajito
ni delgado. No llegaba a ser alto; no era grueso; no era musculoso. Sin
embargo, producía sensaciones de firmeza física. Tenía unos rasgos que
lo hacían inconfundible. (…) Su mirada era a la vez fija e intensa, pero
con más firmeza que intensidad, y muy clara, casi iluminada. Oía
cuidadosamente y solo de tarde en tarde hacía alguna pregunta, pero
siempre era una pregunta que iba directamente al fondo del problema que
estaba siendo tratado. (…) Me parecía que estaba temperamentalmente
dotado para la investigación científica”. Juan Bosch: “Mis recuerdos de
Che Guevara”, en Juan Bosch: Temas Internacionales (Ensayos y artículos), Fundación Juan Bosch, Editora Búho, Santo Domingo, 2006, pp. 223-225.
[2] Elier Ramírez Cañedo: El Che y las relaciones…Ob. Cit., p. 168.
[3] Ibídem, p. 10.
[4] María del Carmen Ariet García: Resonancias de futuro…Ob. Cit., p. 101.
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