martes, 31 de mayo de 2016

El fundamentalismo islámico: un análisis teórico



Msc. Yoslán Silverio González
          Investigador/CIPI


El despegue de las concepciones del fundamentalismo islámico ha sido uno de los factores que más ha influido en las últimas décadas en la transformación de las sociedades árabes, con una marcada incidencia en la vida cotidiana de las personas y en especial de las mujeres. Este fenómeno ha sido estudiado por varios investigadores quienes han aportado diferentes conceptos a la hora de identificarlos. Muchas son las denominaciones: integristas, islamistas, extremistas, radicales, islam político. Todas recogen, en esencia, las bases de lo que constituye el fundamentalismo religioso. La diferencia básica entre estos conceptos está dada por la magnitud con la que sus partidarios operan en la sociedad, porque se puede ser fundamentalista en el plano personal y no necesariamente un extremista que aplique la violencia (1). 

Con en este ensayo propongo retomar el análisis sobre las diferentes tendencias y métodos que emplean los musulmanes más conservadores, sus características y los argumentos sobre los que legitiman sus programas. Una premisa que sí debe quedar establecida es que en ninguna circunstancia estos términos hacen referencia a los grupos terroristas que tienen una base ideológica supuestamente islámica, porque sus métodos contradicen todos los principios básicos del islam. Existe de esta forma una tendencia que asocia las posturas islámicas conservadoras con el terrorismo, llamado intencionalmente islámico. Ahora bien, si bien existen grupos terroristas cuyas bases programáticas descansan en el “islam”, asumir dicho enfoque es bien reduccionista, puesto que el conservadurismo dentro del islam es muy diverso y se manifiesta de diferentes maneras, una de las cuales – y la menor – es el uso de la violencia indiscriminada contra civiles inocentes: terrorismo. 

La primera interrogante a plantear es qué se entiende por fundamentalismo. Para el sociólogo Anthony Guiddens constituye un “tipo de pensamiento que propugna la vuelta a los significados literales de los textos sagrados. Puede surgir como respuesta a la modernización y la racionalización, insistiendo en respuestas que se basan en la fe y en la defensa de la tradición con razones también tradicionales” (2). El concepto recoge de forma clara la esencia del fundamentalismo: retomar los fundamentos iniciales de la religión, por lo que es propio de cualquier manifestación religiosa que persiga estos objetivos. Guiddens sostiene que los grupos religiosos, que profesan esos objetivos, demandan la aplicación literal de las sagradas escrituras y piensan que los mandamientos de las mismas tienen que ser aplicados estrictamente en todos los aspectos de la vida social. Se les denominan fundamentalistas “porque creen en el retorno a las bases fundamentales de sus doctrinas religiosas” (3). 

El economista y pensador egipcio, Samir Amín, en el último capítulo de su libro La desconexión, en lo referido al fundamentalismo islámico, hace alusión a la obra de Sayed Qotb, el ideólogo principal de los Hermanos Musulmanes (4). El origen de esta corriente de pensamiento, dice Amín, se sitúa en la elaboración teórica ofrecida por Qotb, en su obra titulada La justicia social en el Islam, de la cual se nutren los fundamentalistas islámicos actuales y cuyas tesis, dice, no han sido superadas. Es decir, los primeros indicios teóricos se ubican en el pensamiento del egipcio Sayed Qotb.

Dentro de los planteamientos expuestos por Qotb nos encontramos los referidos a la organización del Estado. En este, el poder político estaría expresado por la comunidad musulmana, donde el imán (5) sólo tendría que “asegurar el cumplimiento de la ley divina, que rige por sí sola y de forma positiva todos los aspectos de la vida social (familia, matrimonio, herencia)” (6). De esta forma el Islam no es sólo un conjunto de creencias sino también una forma de ordenar la sociedad, la cual es regida por una ley ya establecida, elaborada y que no precisa de ninguna modificación. La aplicación de La Sharia, tal y como fue concebida, es una de las demandas de los islamistas hoy en día. Según Qotb, el hombre es el auténtico sostén familiar, mientras que la mujer es demasiado emotiva como para que su testimonio valga tanto como el masculino (7). Para los musulmanes conservadores los problemas que existen en la actualidad son consecuencia de la no adopción de un Estado islámico ideal (8) con la Sharia como Constitución. Samir Amín destaca las causas que han provocado el resurgimiento islamista, el cual ha endurecido de forma acentuada los problemas familiares, en el marco del matrimonio por ejemplo: “por la parte árabe, la derrota ante el expansionismo sionista, y la sumisión en el proyecto norteamericano (…) han reducido la perspectiva de la región a nada (…). El Islam ocupó evidentemente el vacío creado por (…) el nacionalismo reformista” (9). Estos son otros factores que posibilitaron el ascenso de la ideología islamista en los años ´70.

La repercusión que tuvo la derrota egipcia ante Israel en 1967 y los acuerdos de Nasser con los países del Golfo, encabezados por Arabia Saudita, para compensar con financiamiento, las pérdidas egipcias en el Sinaí, significaron el fin de su liderazgo nacionalista árabe. La crisis económica de los setenta, vino a sumarse también a la insatisfacción social producto de la marginalidad de los que, procedentes del campo, se instalaban en las ciudades y no tenían empleo. La muerte de Nasser en 1970 y la sucesión a la presidencia de Anwar al Sadat, quien cambió el sentido de la política egipcia de su predecesor, fueron factores que posibilitaron que los islamistas hallaran un camino para hacer evidentes sus programas en Egipto. La Revolución Islámica de Irán (10), en 1979, demostró que un gobierno islamista podía llegar al poder y sirvió de apoyo moral para los mismos.

 Bajo estas circunstancias, comenzaron a escalar posiciones dentro de los gobiernos árabes para tratar de impulsar desde allí sus programas. En todo este entorno, el discurso islamista, hizo hincapié en que los problemas que existían eran producto de no establecer el Islam correcto, el verdadero, y de haberse apartado de él, asumiendo tendencias tales como el socialismo. Así la propaganda islamista tuvo buenos receptores dentro de la población, respaldados por los programas de asistencia social que desarrollaban en las áreas más pobres del país.

Siguiendo el planteamiento de Samir Amín, Mario González en el artículo El fundamentalismo: ayer y hoy, también se puede encontrar las múltiples causas de su despertar. Para Mario González el fundamentalismo islámico es la reacción a la ruptura de una tradición y a la crisis de una identidad que se ha visto afectada por el fortalecimiento del sionismo y la incapacidad árabe de contrarrestarlo y tras el agotamiento y los fracasos de los discursos políticos después de la descolonización – nacionalismo de Nasser y liberalismo de Sadat (11). Él afirma que el integrismo surgió de un movimiento social devenido en expresión política. Aquí radica una característica esencial: “el Islam, en su variante fundamentalista se ha convertido en nuestros días en una fuerza política” (12).

Samir Amín ha sido uno de los pensadores que más ha criticado las variantes del pensamiento islamista radical como corriente política, desmontando el proyecto de construcción nacional sobre la base del Islam como centro del sistema político  y  ha denunciado las verdaderas intenciones de sus principales promotores  cuando plantea que: “el Islam político se alinea en el campo del capitalismo dependiente y el imperialismo dominante. Defiende el principio del carácter sagrado de la propiedad y legitima la desigualdad y los requisitos de la reproducción capitalista. El apoyo prestado por los Hermanos Musulmanes en el parlamento egipcio a las recientes leyes reaccionarias que refuerzan los derechos de los propietarios en detrimento de los arrendatarios rurales” (13)

Para Amín el Islam político que llegó al poder en determinados países árabes islámicos lo hizo luego del fracaso de los proyectos nacionalistas de corte social democrático y laico. En muchos de estos casos han actuado más como garantes del sistema capitalista que de los sectores más necesitados. El Islam conservador es resultado del subdesarrollo y dichos modelos no producen una modernización (14). El islamismo como corriente surge en contraposición de los valores de la cultura occidental pero desde el punto de vista económico no se plantea destruir las relaciones capitalistas de producción y eliminar la supeditación a esos mismos poderes que critican, por lo que Samir Amin afirma que: “el Islam político no es antimperialista, ¡hasta sus militantes piensan que no lo es! Es un aliado inapreciable del imperialismo y éste lo sabe. Es fácil entender, por tanto, que el Islam político haya contado siempre en sus filas con la clase dominante de Arabia Saudí y Pakistán” (15). 

León Rodríguez, investigador del Colegio de México, afirma que el fundamentalismo “al politizar la religión la hace una ideología con Dios, establece un programa político, utiliza la propaganda y (…) recurre a la lucha política institucional y en su fase extrema, a la violencia.  Su objetivo (…) es restaurar la soberanía de Dios sobre el Estado y recuperar el papel de la religión en la sociedad” (16).Para Gema Martín Muñoz estas corrientes proponen  “a través de la reafirmación cultural y religiosa islámica, un modelo político y social basado en los principios del Islam primero, enmarcado en el período de Mahoma y los cuatro primeros califas. Estos grupos deslegitiman a los poderes establecidos culpándolos del fracaso económico, social y político de sus regímenes a causa de su alejamiento del modelo propio islámico”(17).

Hay islamistas que promueven la educación de la sociedad en lo que son los auténticos valores islámicos, para de esta manera el propio pueblo pida instaurar un gobierno verdaderamente islámico. Mientras, estos trabajan desde el interior del gobierno presionando mediante reformas con el fin de imponer su programa.  Al mismo tiempo crean una red de servicios sociales para captar a la población, mientras el gobierno no puede asumir estos planes sociales. “Tratan de ocupar el terreno de lo cotidiano que el Estado no puede cubrir o resolver para convertirse en verdaderos partidos de masas” (18). Estos son los que se conocen como moderados.  Otros islamistas, rechazan las instituciones estatales y la sociedad debido al abandono de lo que ellos denominan “el Islam correcto”. Para estos “la sociedad vive una forma idéntica a la jahililla (ignorancia) preislámica y no tiene ninguna esperanza de redención” (19). La adopción de la violencia sería un medio legítimo para alcanzar sus objetivos.

Teniendo en cuenta los criterios anteriores hay que establecer una diferencia entre el concepto de islamistas e islámico puesto que islámico o musulmán es toda aquella persona que siga  las revelaciones de Mahoma producidas en el siglo VII y acepte su fe como forma de vida. Dicho esto se pudiera definir como islamistas a aquellos musulmanes que quieren establecer un Estado islámico regido por La Sharia en su versión inicial, deseando que los principios establecidos en el Corán y la Sunna sean cumplidos cabalmente por todos los practicantes de la fe. Estas ideas las pueden profesar de manera individual o colectiva formando grupos. Para ellos no existe diferencia entre el Islam como religión y como forma de gobierno. Se pueden dividir en diferentes tendencias, desde las moderadas hasta las más radicales. Los moderados son los que tienen una mayor presencia en la sociedad egipcia y su ejemplo principal es la Hermandad Musulmana, que utiliza la vía de las reformas políticas para alcanzar sus objetivos. Los radicales son los que legitiman la violencia para lograr la islamización de la sociedad, entendida como la implementación estricta y sin concesiones del modelo islámico que tiene como referente la sociedad islámica del siglo VII. 

Indiscutiblemente las tendencias islamistas constituyen corrientes políticas en la mayoría de las naciones árabes, presentándose en muchos de estos países como una alternativa a los discursos políticos dominantes, con el inconveniente de lo que significarían estás ideas para la sociedad en su conjunto. En este debate sólo se han tenido en cuenta la repercusión en el plano político de sus acciones, pero no lo que significaría para la sociedad en sentido general, y en especial para las mujeres musulmanas, sector social que se ha visto más afectado por la entronización de estas ideas desde las esferas del poder político, debido a la gran carga de concepciones tradicionales que lastrarían los avances que el movimiento feminista en estos países ha logrado a pesar de las dificultades. 

Su gran heterogeneidad dificulta poder precisar hasta dónde son fuerzas políticas contestatarias a los poderes occidentales o aliadas a ellos en algunos casos, por ejemplo si vemos la estrecha relación de las conservadoras y cerradas sociedades de las monarquías del Golfo con EE.UU. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que no es un fenómeno exclusivo para nada de los países árabes, puesto que encontramos manifestaciones de este tipo de fundamentalismo más allá de las fronteras árabes, inclusive en las sociedades musulmanas del África Subsahariana, donde de igual manera existen grupos que operan sobre estas bases como es el caso de  Boko Haram en Nigeria que prosigue tomar el poder para establecer un “Estado” con la Sharia como ley, más allá de las regiones del norte y en contra de la educación occidental, alejado de los valores islámicos “reales”. Sus programas políticos constituyen toda una forma de organización social, sobre qué es lo que se debe hacer para mantener una sociedad islámica “correcta” con un Estado verdaderamente islámico. 
Citas y referencias:
1) Aleya 4: 76 – 78. “Los que combaten por la causa de Alá nosotros les concederemos una retribución inmensa. Alá prefiere a los combatientes.” El Sagrado Corán. Traducción de Ahmed Abboud y Rafael Castellanos. (Primera edición) Centro Islámico de Venezuela, Valencia.
2) Anthony Guiddens. Sociología. Madrid, Alianza Editorial S.A, 2007, p.912.
3) Ibídem, p. 550.
4) Organización islamista fundada en 1928 por Hassan al Bana. Su ideólogo principal fue el egipcio Sayed Qotb. En 1954 intentaron asesinar a Nasser en Alejandría y realizaron otro complot contra él en 1965.
5) Los imanes o sheijs actúan como jueces, árbitros, guías espirituales en las mezquitas locales. Cada uno tiene la facultad de legislar, de emitir decretos religiosos para guiar la conducta de la comunidad. Estos decretos son las fatuas (dictamen religioso en caso de duda sobre una cuestión determinada y hecho público por una autoridad reconocida a menudo un mufti)
6) Samir Amin. La desconexión. Buenos Aires. Ediciones del Pensamiento Nacional. Editorial IEPALA, 1988, p.339.
7) Íbidem, p. 340.
8)El estado islámico ideal se define como una teocracia que implica que Alá es el soberano y cualquier gobernante terrenal no es más que un guía temporal, electo por la comunidad para cumplir la ley divina (…) la voluntad divina se manifiesta (…) invariablemente a través de una Ley Revelada que está en el Corán, que es la palabra y la ley de Alá a los hombres”. Ver: León Rodríguez. El papel político del Islam en el Medio Oriente. Fundamentalismo y modernidad: el caso islámico. 12 de septiembre de 2000. p. 4. Disponible en: http://delfos.mty.itesm.mx/Audio/islam.html. Consultado en diciembre de 2008.
9) Samir Amin. Ob. cit., p .139.
10) Movimiento revolucionario – religioso dirigido por el Ayatollah Ruhollan Khomeini, que derrotó al Sha (dinastía Palhavi) de Irán, en 1979, quién había tratado de promover una modernización inspirada en Occidente. Khomeini organizó un gobierno islamista con la Sharia como Constitución. Se comenzó a practicar una rigurosa segregación de sexos y las mujeres fueron obligadas a cubrirse la cabeza en público.  Khomeini fue presidente de Irán hasta su muerte en 1981.
11) Mario González. El fundamentalismo: ayer y hoy. En: Revista de África y Medio Oriente, La Habana, vol. 11, no 1, 1984, pp. 10 y 19.
12) Íbidem, p. 16.
13) Samir Amin. “El Islam político, al servicio del imperialismo”. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69804
14) Samir Amin. “Conflictos políticos y luchas sociales en los países árabes. Avances revolucionarios a partir de derrotas dramáticas”. En: El mundo árabe: raíces y complejidades de la crisis. Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 2011. p 134.
15) Samir Amín. “El Islam político, al servicio del imperialismo”. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69804
16) León Rodríguez. Ob. cit. p.2.
17) Gema Martín Muñoz, Begoña Valle Simón y Ma. Ángeles López. El Islam y el mundo árabe. Ediciones Mundo Árabe e Islam, Madrid, 1996, pp. 339 – 340.
18) Zelmis Domínguez. Movimientos políticos – religiosos de filiación islámica: Egipto y Sudán. En: Revista de África y Medio Oriente, La Habana, vol. 11, No 1, 1984, p. 104.
19)Mediterráneas. Feminismo e islamismo en Egipto, en busca de nuevos paradigmas.2004, p. 2. Disponible en: http://www.mediterraneas.org/article.php3?id_article=58. Consultado en 2007.
 











lunes, 23 de mayo de 2016

"Rusia es esencial para la seguridad y la multipolaridad del mundo"


Para esclarecer algunas de las claves de la actual política exterior de Rusia, Sputnik entrevista en exclusiva desde La Habana al analista Santiago Pérez Benítez, del Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba (CIPI), recién llegado de la capital rusa, donde participó en la V Conferencia Internacional de Seguridad.

Graduado por el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú y con una brillante carrera diplomática en Cuba, está considerado uno de los más importantes expertos en temas de política internacional en la isla. 

¿Cuáles son las causas y razones históricas que han llevado a Rusia a actuar en el terreno internacional del modo en que lo hace hoy? ¿Cómo definiría la política rusa en este momento?

Como toda política exterior, la política rusa se explica por factores históricos, domésticos, intereses de sus sectores dominantes, el contexto internacional en que se desenvuelve, las características del liderazgo del país, su psicología, la percepción del poder propio y del de los demás, entre otros.

Pero me atrevo a señalar que la proyección actual de Moscú —sobre todo desde el 2014— se explica más que todo como una reacción frente a las tentativas de Occidente de detener, y si es posible revertir, el proceso observado desde mediados de los años 2000 de reemergencia de Rusia como una potencia global con intereses y proyección propios — no necesariamente antagónicos al sistema global imperante—.

La acción ofensiva de Occidente en la crisis ucraniana en el 2014 desató todas las alarmas en Moscú respecto a los verdaderos motivos y posibles alcances, internos y externos, de la estrategia occidental, sobre todo norteamericana. En el debate geopolítico ruso hay consenso —finalmente— en que Occidente no pretende aceptar a Rusia como un actor capitalista global en igualdad de condiciones, sino que desea un Estado débil, subordinado, y cuyo sistema interno, además, pretende modificar.

La política exterior rusa es activa, pragmática, defensora de los intereses de su Estado y de sus sectores dominantes. Goza de apoyo en la sociedad rusa, que mayoritariamente percibe a su país como amenazado, y que conserva una mentalidad de gran potencia.

Estamos presenciando una agresiva campaña desde Occidente, en particular desde Estados Unidos, que busca minimizar y demonizar a Rusia. ¿Por qué los EEUU están tan interesados en esto?

Durante el primer mandato de Obama, con su política del ‘reset', EEUU buscó cambiar los métodos de enfrentamiento con Moscú que tuvo Bush, pero no los objetivos de debilitar y provocar inestabilidad interna en el país. Desde el segundo mandato, sin embargo, y con el ascenso de los republicanos en el Congreso, Washington ha estado empeñado en recuperar las posiciones globales que perdió por los desatinos de la Administración de Bush en los años 2000, la gran crisis del 2008-2009 y sus efectos en los años subsiguientes. La estrategia ha puesto en la mirilla a Moscú —único país que militarmente los puede destruir y con el cual no tienen una gran interdependencia— pues lo perciben debilitado por su economía vinculada a las materias primas y vulnerabilidades estructurales.

La ofensiva contra Rusia es parte de una proyección más dura de enfrentamiento contra los actores que desafían el poder de EEUU a nivel global, lo que incluye a China, pero también a Brasil y a Venezuela en nuestra región. EEUU percibe que no tiene grandes costos con la guerra fría que ha desatado contra Moscú y sí determinadas ganancias.

Han demonizado a Rusia y a Putin, lo que les ha dado la imagen de "un nuevo enemigo" para justificar sus gastos militares, la revitalización de la OTAN, la histeria de la ‘seguridad' en Europa y una búsqueda de la ‘protección' norteamericana por parte de los países de Europa Oriental. También han debilitado la economía rusa con las sanciones y la disminución del precio del petróleo —la economía rusa decreció un 3,5% en el 2015— pero no previeron su fortalecimiento político doméstico, las enérgicas y asimétricas reacciones rusas en Ucrania, Siria, el llamado espacio postsoviético, y la mayor cohesión estratégica con China y otros actores no europeos.

Hablando de economía, ¿han tenido las sanciones europeas el resultado esperado? ¿Qué cree que ocurrirá en este sentido?

Lo que más ha influido en el decrecimiento de la economía ha sido la caída de los precios del petróleo y gas. Aunque por otro lado, ha hecho que el país desarrolle un proceso de sustitución de importaciones, diversifique su comercio exterior y desarrolle la agricultura. A los rusos se les ha hecho más claro que nunca la necesidad de hacer cambios estructurales en su economía y modernizarla.

A EEUU no le afectan tanto las sanciones, pero a los europeos, en cambio, sí les afectan mucho más, sobre todo por la interdependencia que tienen con el mercado ruso, importante para sus exportaciones, importaciones y acción de sus empresas. Las sanciones y las contrasanciones de Moscú llegan en un momento de crisis económica en Europa, lo que agrava la situación, sobre todo para determinados países. El mayor debilitamiento de la UE, entre otras consecuencias, la hace más vulnerable a las presiones de EEUU para que acepte un estratégico Tratado de Comercio e Inversión (TTIP) que favorece a Washington. Creo que en el mediano plazo, con un posible reacomodo en el Donbás por la ‘observancia' de los Acuerdos de Minsk, la eventual mayor cooperación en otros temas de seguridad con Moscú, y otra Administración en EEUU, las sanciones deben tender a retirarse de manera paulatina. Es probable que para su levantamiento, tanto EEUU como la UE, pidan concesiones ulteriores a Rusia, quien ha dicho ya que no las haría.

El detonante o justificante de las sanciones fue la recuperación de Crimea por parte de Rusia. ¿Cómo piensa que va a evolucionar este tema?

La pertenencia de Crimea a Rusia es algo que llegó para quedarse. La población de la península es rusa, y el gobierno de Moscú ha fortalecido su posición militar en la región por su importancia geoestratégica en el mar Negro y frente a la OTAN. Si bien la devolución de Crimea continuará siendo un reclamo político, diplomático y propagandístico del gobierno ucraniano y de Occidente, no percibo que vayan a ir a una guerra para cambiar la situación.

Rusia se ha implicado activamente en la lucha contra el terrorismo. ¿Cuáles son los principales resultados de la operación rusa en Siria?

Pocos esperaban acciones militares directas de Rusia en la guerra en Siria. Es la primera acción bélica que Moscú acomete fuera del espacio de la CEI, desde la invasión soviética a Afganistán en 1979. Estas acciones han demostrado voluntad de ejercer el poderío ruso en función de lograr sus intereses, en este caso, evitar un descalabro del gobierno sirio, la toma del poder en Damasco por parte de los terroristas, y las pérdidas de sus bases militares en el país. Por otro lado, ha sido una demostración de la eficacia de su maquinaria militar. En pocos meses lograron en el terreno mucho más que la coalición internacional dirigida por EEUU en el enfrentamiento al Daesh. Hoy Rusia tiene un papel más importante en Siria y en el Oriente Medio del que tenía años atrás. Dígase lo que se diga, y con todas las dificultades que existen, está más cercana que antes la posibilidad de determinado acuerdo político-diplomático en Siria, y el gobierno de Asad está en mejores condiciones para enfrentar esta negociación, aunque Rusia ha dejado claro que no está en Siria para favorecer a una u otra fuerza política, sino para defender principios y luchar contra el terrorismo.

¿Cómo evalúa usted la amenaza del terrorismo para Rusia? ¿Cómo puede Rusia seguir ayudando a erradicarlo?

El terrorismo es una amenaza interna para Rusia. Ya enfrentaron este flagelo en períodos anteriores, sobre todo en el Cáucaso. A cada rato hay acciones terroristas contra determinados objetivos en Daguestán, Volgogrado, Moscú y otras ciudades, si bien han logrado controlar de manera eficaz estas amenazas. Hay miles de combatientes del Estado islámico provenientes de los países de la CEI, muchos de los cuales hablan ruso y pueden infiltrarse en sus países de origen y realizar acciones armadas.

Las fronteras de Rusia con los países de la antigua URSS son porosas, y hay un tráfico importante de mercancías y personas. Existen serias preocupaciones en Rusia y en los países vecinos por los nexos y ramificaciones que pueden incrementarse entre los terroristas que hoy combaten en el Medio Oriente y los talibanes en Afganistán. Pese a los conflictos con Occidente y EEUU en especial, es posible un incremento de la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo para enfrentarlos. En septiembre del 2015 Putin hizo un llamado a una coalición internacional contra el terrorismo, que no ha sido respondida adecuadamente por Washington y otros estados involucrados. De todos modos, los esfuerzos bilaterales y multilaterales continúan. Es fundamental, no obstante, el enfrentamiento armado y las acciones de los respectivos servicios de seguridad. 

Ahora que se normalizan las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ¿Cuáles son las perspectivas de los lazos bilaterales de la isla con Rusia?

Algunos medios han incluido la variable de la normalización con EEUU como si fuera a afectar la proyección y compromiso cubano con Moscú. La Habana siempre ha mantenido una política coherente con sus principios y ha sido "amiga de sus amigos" en las diferentes coyunturas. Esto es una posición inteligente, además de ética, pues de lo contrario pierdes legitimidad y confiabilidad frente a los otros actores en la arena internacional y en la perspectiva. Y un país pequeño como Cuba tiene que cuidar sus recursos de poder blandos y este es uno de ellos, como la autoridad moral y la confianza. Sería también absurdo para Cuba disminuir la intensidad de sus nexos con amigos internacionales probados como Rusia —independientemente de los vaivenes de la relación histórica— por una mejoría con un actor tan inestable y rapaz como EEUU, que por otro lado, persigue cambiar el ordenamiento interno cubano, lo que otros no hacen. Una relación no va en contra de la otra. En todos los planteamientos cubanos desde el 2014 no ha dejado de mencionarse la condena a EEUU y la OTAN por las estrategias de acercamiento de su accionar a las fronteras de Rusia, ni las condenas a las sanciones contra Moscú.

Las relaciones ruso-cubanas tienen su propia dinámica, se desarrollan al más alto nivel y tienen bases sólidas, aunque pueden fortalecerse mucho más. Además del diálogo político y la concertación internacional, son muy interesantes, por ejemplo, los proyectos de modernización de las termoeléctricas de Santa Cruz y Mariel por un monto de más de 1.000 millones de euros, y de Antillana de Acero por cerca de 100 millones de dólares. Además de otra colaboración en más de diez áreas y sectores como el transporte, la biotecnología, la ciencia, el turismo o posibles inversiones en la zona de Mariel. La colaboración con Rusia ha sido orientada a fortalecer y recuperar en lo posible la base industrial cubana, clave para el futuro de la isla, lo que otros actores no hacen.

¿Considera usted a Rusia como un factor clave para la seguridad y la multipolaridad del mundo?

Históricamente Rusia, excepto en determinados momentos de su historia, ha sido un actor esencial para la seguridad del mundo. Y creo que continuará siéndolo, no sólo por sus dimensiones, recursos, su poder militar y peso político, sino porque su clase dirigente tiene la voluntad y determinación de hacerlo, independientemente de sus actuales problemas económicos. El poderío de Rusia tiene muchas reservas internas que no han sido aún explotadas.

En cuanto al sistema internacional, creo que no será más unipolar como pasó después de la caída del campo socialista a inicios de los noventa, en buena medida gracias a la actuación de Rusia. Ya las modalidades de la multipolaridad, el nivel de poderío de los distintos actores, su dinámica, sus ascensos y descensos, sus conflictos, alianzas, cooperaciones, etc., serán variables en constante movimiento a las que hay que continuar prestando atención pormenorizadamente. Nada está escrito.

miércoles, 11 de mayo de 2016

La conmemoración en Rusia del Aniversario 71 de la Victoria contra el Fascismo y la celebración del Desfile de la Victoria fueron los temas principales de la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Por: Yailín Orta, especial para la Mesa Redonda


La conmemoración en Rusia del Aniversario 71 de la Victoria contra el Fascismo y la celebración del Desfile de la Victoria fueron los temas principales de la Mesa Redonda de este lunes, junto al análisis de la situación en Brasil y el Golpe de Estado parlamentario que se intenta contra la Presidenta Dilma Rousseff.
Unos 10 000 militares y más de 100 unidades de equipos militares, así como 71 helicópteros y aviones, número elegido a propósito de los años de celebración de la gloriosa victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi, desfilaron por el corazón de la capital rusa este 9 de mayo.

La conmemoración de la hazaña del pueblo soviético estremeció la Plaza Roja de Moscú con el espectacular Desfile del Día de la Victoria, en el que se rinde emotivo homenaje con la marcha del Regimiento Inmortal a los más de 27 millones de soviéticos que perdieron la vida en los cuatro años de conflicto de la Gran Guerra Patria.

Uno de los momentos clave del evento fue la aparición sobre el empedrado de la Plaza Roja de la Bandera de la Victoria, la misma que soldados soviéticos hicieron ondear sobre el Reichstag de Berlín en mayo de 1945.

El Presidente Vladimir Putin recalcó, antes de declarar un minuto de silencio: “Inclinamos la cabeza ante la bendita memoria de hijos, hijas, padres, madres, abuelos, esposos, esposas, hermanos, hermanas, compañeros de armas y amigos. Ante todos los que no regresaron de la guerra, ante todos los que ya no están con nosotros”.

Para el Doctor Leyde Rodríguez, con este hecho estamos en presencia de una evolución de los desfiles militares en ese país, y eso se corresponde con la política exterior y los cambios de carácter geopolítico, porque Rusia es una potencia reemergente en el sistema internacional.

“A través de ese despliegue de su poderío militar se visibiliza su capacidad para responder a las sanciones o a las amenazas a su seguridad nacional, como ha ocurrido con el caso de Ucrania y los movimientos de tropas hacia ese país”, añadió.

El analista argumentó que aunque en el discurso Putin no menciona a los actores que amenazan, como lo son la OTAN y sus aliados, lo cierto es que se refería a estas fuerzas, que han buscado la forma de cercarlos.

En su opinión, este fue un desfile que mostró las tradiciones de lucha de las fuerzas progresistas y resaltó los valores y la identidad nacional de ese país.

Los desfiles, acotó, tienen una visión estratégica en cuanto a la inspiración que deben tener las nuevas generaciones en el pasado, a la vez que le rinden honor por salvar al mundo del fascismo que quería controlar a todo el planeta.

La Segunda Guerra Mundial, dijo, afectó a más de 60 países y la Gran Guerra Patria abarcó a todo el territorio de la Unión Soviética, pero consiguieron conservar la supervivencia frente a la agresión extranjera y derrotaron al fascismo.

Leyde Rodríguez explicó que estos desfiles reivindican y ponen en su justo lugar a la historia de ese país, cuando el proceso de revisión de la historia tuvo un alto costo para la Unión Soviética. “Desmontaron lo que habían construido con un gran esfuerzo. Por ello hay que tener un especial cuidado con la historia”.

Resaltó que la entrega de ese pueblo fue un ejemplo de lucha por la paz, y que lo que se trata es de poner la historia en su lugar. Además, en cierto momento se trató de ponderar que fue Estados Unidos quien tuvo un papel decisivo en la Segunda Guerra Mundial, cuando ellos se incorporaron cuando apenas quedaban unos meses para el fin del fascismo.

“Los pueblos aliados a la Unión Soviética fueron los que tuvieron un mayor peso. El día de hoy es el del pueblo Soviético y el día de Europa y de la humanidad, por ello una ceremonia como esta tiene tanto simbolismo e importancia”, subrayó.

También aludió a que hay que admirar a ese pueblo, que fue capaz de reconstruirse pacientemente con su propio esfuerzo y no con un Plan Marshall, que fue la estrategia de Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial.

Julio César Mejías, periodista de Prensa Latina y corresponsal de Telesur, vía telefónica precisó que esta fue una jornada grandiosa, “porque además de este desfile y la Gran Parada Militar, ciudadanos de la antigua Unión Soviética marcharon con fotografías de sus familiares en todas las ciudades de Rusia.

Igualmente se detuvo en el hecho de que los Cinco Héroes y el coronel Orlando Cardoso Villavicencio participaran en esta celebración. “Estuvieron invitados especialmente a este gran desfile, y luego acompañaron a integrantes de movimientos de solidaridad con Cuba que participaron en un acto multitudinario en el centro de Moscú. Allí pudieron estrechar las manos de muchos de los que se integraron a la lucha por su regreso”, expresó.

En este momento necesario para mantener viva la memoria histórica, Putin pronunció un emotivo discurso, que para el Doctor Leyde Rodríguez constituyó una pieza bien elaborada, breve y concisa, pero con los elementos fundamentales que debía expresar a los sectores de poder, tanto internos como a nivel internacional.
“Cuando escuchamos el discurso y vemos el desfile, advertimos que no era necesaria una pieza de oratoria extensa, porque la propia marcha habla de la capacidad que tiene Rusia de vencer y de disuadir las amenazas a su seguridad nacional y a su economía”.

Doctor Leyde Rodríguez
En el plano interno, afirmó, tiene un contenido muy patriótico porque exalta el orgullo y la identidad nacional, y en ello radica la cohesión de todo el pueblo en torno al liderazgo de Putin y al lugar que se proponen en el sistema internacional.

Con esta marcha se resaltó además el sentido del internacionalismo de ese pueblo y se busca generar una cultura política para rescatar lo positivo del pasado. “Este era un país respetado. Y aunque no es posible regresar al pasado, bajo la bandera de la Unión Soviética ellos alcanzaron resultados gloriosos como haber salvado al mundo del fascismo”.

Fuente: El mundo celebra la victoria contra el fascismo ( Fotos y Video)
             Mesa Redonda.