Lic. Yoslán Silverio González (1)
En los últimos
años la región del África Occidental se ha caracterizado por una profunda
inestabilidad política derivada de conflictos post electorales, golpes de
Estado y las acciones de grupos terroristas. Dichas acciones han sido
desarrolladas por la red de Al Qaeda del Magreb Islámico, el principal grupo
terrorista de carácter islámico que opera en
prácticamente toda la región del Sahel, principalmente en su parte
occidental. Esta fue la razón por la cual Estados Unidos había implementado
desde 2005 la
Iniciativa Transahariana de Lucha contra el Terrorismo
(ITLC). Por lo tanto el factor islamista ha estado presente en la zona y ha
sido un problema de seguridad para aquellos países del Sahel.
La crisis interna en Mali constituye
otro episodio de inestabilidad política para la zona, pero con graves
implicaciones regionales por la magnitud que ha alcanzado el conflicto debido a
la intervención de Francia secundada por los países africanos fronterizos con
Mali. Hay que decir que los grupos islamistas han aprovechado esta coyuntura
para tratar de consolidar posiciones en el área maliense en el corazón del
África Occidental.
El conflicto, ahora internacionalizado,
se inicio en enero de 2012 producto de una insurgencia de los tuareg en el
norte del país, que en su avance
vertiginoso hacia el sur, derrotan a las fuerzas militares regulares y toman
las principales ciudades hasta una región cercana a la ciudad de Mopti. En todo
el territorio “conquistado” por los rebeldes tuareg se establece el Estado de
Azawad (2). Ante el evidente retroceso del ejército, un sector de los
militares - baja oficialidad – realizan
en marzo un golpe de Estado contra el gobierno central, lo que agudizó aún más
la crisis interna y el nivel de incertidumbre política en el país.
Automáticamente los organismos internacionales
comienzan a rechazar el golpe de Estado. La Comunidad Económica
de Estados del África Occidental (CEDEAO) adopta un paquete de medidas contra la Junta Militar (3). Al mismo
tiempo se empieza a dilucidar la idea de una posible intervención militar, como
elemento coercitivo contra la junta golpista, para restablecer el orden constitucional violentado y
salvaguardar la integridad territorial de Mali. Esta fuerza militar estaría
integrada por los efectivos de la
CEDEAO.

Hasta esta fecha la posición de Francia
había sido la de condenar el Golpe y no reconocer los reclamos secesionistas de
los tuareg. El punto de inflexión en el conflicto, y es lo que lleva al
gobierno francés a tomar una postura más radical, fue el hecho de que elementos
islamistas radicales comenzaran una incursión hacia el sur más allá de las
fronteras artificiales del Estado de Azawad.
La cuestión giraba en torno al hecho de
que las fuerzas islamistas presentes - Al
Qaida del Magreb Islámico (AQMI) y el
Movimiento para la Unicidad
y la Yihad en
África Occidental (Mujao) habían infiltrado al movimiento nacionalista y laico
de los tuareg que luchaban bajo la
organización Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), causando fisuras
internas que llevaron a la escisión de los tuareg. Los tuareg islamistas
radicales se agruparon en la organización Ansar Dine (Defensores de la fe) y comenzaron a implantar la Sharia (4) en los
territorios tomados, además de llevar a cabo declaraciones sobre sus
intenciones de establecer el Estado islámico más allá de las fronteras.
La Junta Militar
devenida en Gobierno de Transición, inicia un proceso de búsqueda de respaldo
internacional para hacer frente a esta amenaza islamista, que lo llevó a
solicitar la intervención militar en el marco de la CEDEAO y de la
ONU. El presidente de Mali, Doincounda
Traoré, y su primer ministro, Modibo Diarra, enviaron una carta al secretario
general de la ONU,
Ban Ki-moon, en la que piden que el Consejo de Seguridad autorice la
intervención internacional, según declaraciones ante la prensa en Naciones Unidas el ministro
de Exteriores de Francia, Laurent Fabius.(5)
Luego de rondas de negociaciones fue aprobada
por unanimidad de los quince miembros del Consejo de Seguridad, la
Resolución 2071 (6) del 12 de octubre de 2012, donde
se daba un plazo de 45 días para confeccionar una estrategia militar entre los
países de la subregión para hacer frente a las crisis política. En noviembre
varios dirigentes de la CEDEAO
y de otros países africanos decidieron enviar 3.300 militares durante un año
para ayudar al ejército maliense a expulsar del norte a los grupos
islamistas. El Consejo de Seguridad aprobó,
el 20 de diciembre, el despliegue de una fuerza internacional en Mali sin fijar
un calendario preciso. En su avance hacia el sur los islamistas se adueñan, 10 de enero de
2013, de la localidad de Konna a solo 70 kilómetros de
Mopti. Por la forma rápida en la que se desenvolvieron los hechos, ya el 11 de
enero, Francois Hollande confirmaba el compromiso de las fuerzas armadas
francesas en Mali por “el tiempo que sea
necesario” (7)
El presidente Hollande impulsó la
intervención militar el 11 de enero bajo el pretexto de la amenaza
terrorista islámica, cuando los grupos yihadistas se aproximaban a Mopti,
ciudad que les abriría las puertas de Bamako. Con la llamada operación Cerval, Francia inició otro
período de intervención militar directa en África. Por supuesto, dicha actitud
belicista parte de una tendencia en las relaciones de Francia con sus ex
colonias africanas, sobre las cuales todavía tiene gran poder de influencia.
Dicho así, el país galo estaba llamado a desempeñar un rol decisivo en los
acontecimientos, aspecto que ha sido aceptado tácitamente por los gobiernos
africanos.
Francia tiene un historial de intervenciones
militares en sus antiguas colonias en momentos de revueltas, golpes de Estado e
inestabilidad política. En esta línea se encuentran las producidas en Gabón, República
Centroafricana, Costa de Marfil, la República del Congo. El antecedente más cercano
se tiene en el rol protagónico que tuvo liderando
la intervención de la OTAN
en Libia. Un aspecto novedoso podría ser el carácter preventivo que tiene la
intervención, contra la expansión del islamismo radical. Todo ello pudiera ser
utilizado a largo plazo por las potencias occidentales para demostrar que la
lucha contra el terrorismo sigue estando en la agenda internacional. Es por
ello que una parte de la opinión pública, incluso dentro de Francia, desconfíe
o muestre recelos sobre las “buenas” intensiones de Francia debido a su
actuación en otros episodios de conflicto.
Aunque Francia tiene el apoyo
diplomático de la Unión Europea
(UE) y el respaldo legal de la ONU
sigue buscando el marco para la incorporación de una fuerza militar africana
que le daría a las acciones militares un elemento multilateral. Mientras tanto
sigue llevando el peso de las operaciones militares porque el contingente
africano previsto se ha ido incorporando lentamente. Los jefes de Estado Mayor
de la CEDEAO celebraron
varias reuniones en Bamako para acelerar la intervención de una fuerza africana
de apoyo a las autoridades de Malí. En estos encuentros se perfilaron los
aspectos organizativos de la misión militar (AFINSA) que estaría compuesta por
3.300 efectivos y dirigida por Nigeria. La ofensiva francesa contaba con 750
militares en el terreno en una primera etapa, a quienes se sumarán
progresivamente 1.750. La cifra de soldados franceses directamente implicados
llegó a los 4 mil efectivos. Francia será acompañada en su intervención por
Nigeria con 900 soldados, Níger 500, Burkina Faso 500, Togo 500, Senegal 500,
Benín 300, Guinea 144 y Ghana 120 soldados, que enviarán a sus efectivos
también progresivamente. Al menos este era el número de efectivos planificados.
La intervención militar en Malí representa unos 400 mil euros diarios a Francia
y hasta febrero de 2013 le ha costado al
país galo, 70 millones de euros (8)
Las acciones principales se realizan
desde la aviación mediante los bombardeos nocturnos contra presuntos depósitos
de armas, pero también se han movido fuerzas blindadas procedentes de la base
francesa de Abiyán en Costa de Marfil que comenzaron a llegar a Bamako desde el
15 de enero. La intervención de las unidades aéreas llegó procedente de las
bases estacionadas en Chad. Argelia, uno de los países afectados de manera más
directa por compartir buena parte de su frontera sur con Mali, autorizó que la
aviación francesa utilizara su espacio aéreo para las incursiones en el norte
de Mali. El ministro de Defensa español, Pedro Morenés, comunicó que España
está permitiendo el sobrevuelo por el mar de su espacio aéreo a los aviones
franceses. Ha insistido en que España apoya políticamente la intervención
francesa porque es esencial que la situación no se deteriore más en Malí, lo
que pudiera incrementar la presión migratoria. España ha recibido los mayores
flujos migratorios procedentes del continente africano (9). Estos hechos
siempre han sido presentados como una amenaza a su seguridad.
Hay que tener en cuenta también cuáles
son los intereses franceses en la región que se pudieran haber visto afectados
por los avances de los insurgentes tuareg e islamistas hacia el sur. En este
sentido no se puede perder de vista que la industria nuclear francesa es
dependiente de las importaciones de uranio procedentes del oeste de Níger (10).
Gilles Labarthe, fundador de la agencia de noticias suiza DATAS, en su análisis
de las causas que pudieran haber estimulado la decisión francesa de intervenir, señala lo complicado que es identificar qué
lobby industrial es el que está detrás de todo (11), pero apunta hacia compañías
como la francesa Areva. Dicha compañía tiene importantes explotaciones de
uranio en Níger -apenas a unos 200 kilómetros de la frontera con Malí- que se pudieran ver afectados con una
propagación del conflicto hacia Níger. Otro punto de vista es el hecho de que Malí
podría estar en el punto de mira de las prospecciones de uranio, sobre todo en
el centro del país, así como de gas en el norte. Esta información ha sido manejada
por los medios pero no hay confirmación de ello.
El oro es el otro gran atractivo de
Malí. La mayor parte de las explotaciones de oro se encuentran al sur del país,
en el sureste (Morila) o en la franja occidental, ya en la frontera con Senegal
(Kéniéba, Faléa). Dichas minas prácticamente no han sufrido ninguna
consecuencia negativa del conflicto, pero una fuente de preocupación pudo haber sido el hecho de que
los grupos rebeldes se hicieran con el control de los yacimientos, ganando una
capacidad de financiación sin precedentes. Así como que se vieran afectadas las
propiedades de los franceses residentes en el país – un total de 6 mil.
Al intervenir militarmente en Malí,
Francia se enfrenta a una red no precisa de organizaciones islamistas difíciles
de determinar, a un enemigo difuso que
puede estar en cualquier lugar. Algunas de las facciones islamistas se disputaban el control
de un supuesto estado islámico de Azawad. (12). Varios días después de las
primeras incursiones militares francesas, los grupos armados islamistas
evacuaron tres poblados del norte de Malí, además de Duentza y las dos “capitales”
de la coalición islamista Tombuctú y Gao, quedaron sin sus combatientes. Los
depósitos de armas más importantes de AQMI y de Ansar Dine habían sido llevados
desde hacía mucho fuera de ahí y puestos a buen recaudo en la región de Bambara-Maudé,
donde se encontraban importantes números de armas pesadas aseguradas en Libia o
aquellas que habían sido quitadas al ejército de Malí en abril de 2012 (13).

El abandono de posiciones por los
islamistas no se parece en nada a una fuga en masa, sino más bien a una
retirada táctica como han expresado algunos de los voceros de las
organizaciones islamistas. Las fuerzas franco – malienses han tomado las
principales ciudades del norte del país. Tal vez el problema ahora se dificulte
para las fuerzas intervencionistas debido a que el escenario de guerra se
traslada hacia las numerosas localidades vecinas, más pequeñas, menos visibles
y perdidas en el desierto, desde las cuales pudieran tratar de efectuar ataques
las células islamistas.
Algunos analistas están previendo que el
escenario maliense se pueda convertir en el Afganistán francés (14). Todavía no
queda claro cuánto durará la intervención militar francesa en Mali, puesto que
a pesar de la superioridad militar, se está combatiendo contra un enemigo
difícil de precisar, en un terreno desértico y montañoso. Se plantea como fecha
tope el mes de marzo. A partir de aquí se comenzarán a disminuir los efectivos
militares franceses para dar paso a una misión de mantenimiento de paz de la ONU (15). La guerra que se le presenta
a los franceses es pues una guerra de escaramuzas y continuo movimiento por el
desierto en un territorio inmenso y poco poblado. A ello también se agrega el
hecho de que no están combatiendo contra un enemigo real sino contra personas
que tienen una ideología religiosa
extremista de corte islámico. Esto lleva a la necesidad de preguntarse cómo van
a saber quiénes son los islamistas y quiénes no lo son. Tendrían que desarmar a
todos aquellos milicianos tuareg y no tuareg, y lograr neutralizar a los
integristas.
En resumen, la crisis en Mali tiene un carácter multicausal y
multidimensional. Se está en presencia de una intervención extranjera liderada
por Francia – antigua potencia colonial – pero de mutuo acuerdo con los países
africanos, los cuales secundan las acciones galas. El factor islamista una vez
más está presente en un escenario de conflictividad y la crisis humanitaria
propia de este tipo de hechos se sigue agudizando. Todavía queda pendiente el
proceso final de transición política en Mali, difícilmente alcanzable mientras
perdure la situación de inestabilidad interna. Finalmente se ha desatado un
nuevo conflicto en África que por las magnitudes que tiene llevan a los
analistas a plantear la hipótesis de una nueva Somalia en el contexto africano.
Citas y Notas
3. La
suspensión de Mali en todas las instancias de la CEDEAO. El cierre de
las fronteras. La congelación de sus fondos en el Banco Central de los Estados
de África Occidental (BCEAO) y el no aprovisionamiento de las bancas
nacionales. La suspensión de los programas de ayuda al desarrollo.
5. Mali le pide al Consejo Seguridad
que autorice fuerza militar en el norte del país
7. Chems Eddine Chitour. “Mali está
hecho añicos, ¿a quién le toca ahora?” 16-01-2013. Disponible en:
http://www.perfileconomicomundial.com/index.php?option=com_content&view=article&id=10177:mali-esta-hecho-anicos-ia-quien-le-toca-ahora&catid=35:elmundo&Itemid=71
8. "Lo que más cuesta es el
transporte de tropas y material: 50 millones de euros fueron gastados para
transportar a los 4.000 soldados y su equipamiento a África". "Hemos
transportado 10.000 toneladas de material en quince días. Tanto como en un año
en la retirada de Afganistán", precisó Jean-Yves Le Drian, ministro de
Defensa "Francia desembolsa cada día 2,7 millones de euros. Una factura
sensiblemente más alta que en Libia (1,6 millones de euros diarios) o
Afganistán (1,4 millones)". Ver: “La guerra en Malí le ha costado a
Francia 70 millones de euros”. Disponible en: http://www.espanol.rfi.fr/francia/20130207-la-guerra-en-mali-le-ha-costado-francia-70-millones-de-euros
Bibliografía.
“África Occidental: La Cedeao decide enviar tropas
a Guinea Bissau y Malí”.27 de Abril de 2012. Disponible en:
http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=2827
Eddine Chitour, Chems. “Mali está hecho
añicos, ¿a quién le toca ahora?” 16-01-2013. Disponible en:
http://www.perfileconomicomundial.com/index.php?option=com_content&view=article&id=10177:mali-esta-hecho-anicos-ia-quien-le-toca-ahora&catid=35:elmundo&Itemid=71
“El uranio de Mali y la Hipócrita intervención
humanitaria”. Posted on 19 enero, 2013. Disponible en:
http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2013/01/19/el-uranio-de-mali-y-la-hipocrita-intervencion-humanitaria/
“Mali.
Crónica de una recolonización programada”. 18 de abril de 2012. Disponible en:
http://revistapueblos.org/old/spip.php?article2390
“Milicias islamistas
ofrecen resistencia tras el avance de las tropas francesas en el país africano.
Francia habla de un posible regreso de sus tropas”. 6 de febrero de 2013.
Disponible en: http://www.dw.de/guerra-de-guerrillas-en-mali/a-16578675
“Resolución del Parlamento Europeo
sobre la situación en Malí” (2012/2603 (RSP)) B7‑0204/12.
Disponible en:
http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?type=MOTION&reference=B7-2012-0204&language=ES