viernes, 9 de marzo de 2012

Las revoluciones árabes un año más tarde


Las victorias electorales del Islam político en Egipto y en Túnez

Por Samir Amin
Argenpress

La victoria electoral de los Hermanos Musulmanes y de los Salafistas en Egipto (enero 2012) no es sorprendente. La degradación producida por la mundialización capitalista contemporánea ha provocado una inflación prodigiosa de las actividades llamadas “informales” que, en Egipto, proveen los medios para sobrevivir a más de la mitad de la población (60% según las estadísticas). Los Hermanos Musulmanes están en muy buena posición para sacar provecho de esta degradación y perpetuar su reproducción. Su ideología simple proporciona legitimidad a esta economía primitiva de mercado/bazar. Los medios financieros fabulosos puestos a su disposición por los Gobiernos del Golfo [las monarquías petroleras, nota del traductor] permiten traducirla en medios de acción eficaces: adelantos financieros a la economía informal, acciones caritativas de acompañamiento (centros sanitarios y otros).

Con estos medios los Hermanos Musulmanes se implantan en la sociedad real y la colocan bajo su dependencia. Pero su éxito hubiera sido difícil si no hubiera respondido perfectamente a los objetivos de los Gobiernos del Golfo, de Washington y de Israel. Esos tres íntimos aliados comparten la misma preocupación: hacer fracasar la recuperación de Egipto. Porque un Egipto fuerte, erguido, significa el fin del triple hegemonismo: del Golfo (la sumisión al discurso de islamisación de la sociedad); de los Estados Unidos (un Egipto comprador y miserable queda sometido a su dominación) y de Israel (un Egipto impotente deja hacer en Palestina).

El aborto planificado de la “revolución egipcia” garantizará entonces la continuidad del sistema establecido desde Sadat, fundado en la alianza de los jefes del Ejército y del Islam político. Una revisión de la “dosificación” en el reparto de los beneficios de esta alianza en beneficio de los Hermanos Musulmanes puede sin embargo resultar difícil.

La Asamblea Constituyente surgida de las elecciones de octubre de 2011 en Túnez estará dominada por un bloque de derecha que reunirá el partido islámico Ennahda y muchos cuadros reaccionarios hasta hace poco asociados al régimen de Ben Alí, siempre en sus puestos e infiltrados en los “nuevos partidos” bajo el nombre de “bourguibistas”. Unos y otros comparten la misma adhesión incondicional a la “economía de mercado”, tal como existe, es decir un sistema capitalista dependiente y subalterno. Francia y los Estados Unidos no piden otra cosa: “cambiar algo para que nada cambie”.

Sin embargo, dos cambios están a la orden del día. Positivo: una democracia política pero no social (es decir una “democracia de baja intensidad”) que tolerará la diversidad de opiniones, respetará más los “derechos humanos” y pondrá fin a los horrores policiales del régimen precedente. Negativo: una probable regresión de los derechos de las mujeres. Dicho de otra manera un retorno a un “bourguibismo” pluripartidario teñido de islamismo. El plan de las potencias occidentales, basado en el poder del bloque reaccionario comprador, pondrá fin a esta transición que se quería “corta” (lo que el movimiento aceptó sin medir las consecuencias) no dejando tiempo a las luchas sociales para organizarse y permitirá la instalación de la “legitimidad” exclusiva del bloque reaccionario comprador mediante elecciones “correctas”. El movimiento tunecino prácticamente se desinteresó de la política económica del régimen destituido, concentrando sus críticas sobre la “corrupción” del presidente y su familia. Muchos contestatarios, incluso “de izquierda” no cuestionaban las orientaciones fundamentales del modo de desarrollo implementado por Bourguiba y Ben Ali. El resultado era entonces previsible.

Es así que las mismas causas producen a veces los mismos efectos. ¿Qué pensarán y harán las clases populares en Egipto y en Túnez cuando verán que continúa inexorablemente la degradación de sus condiciones sociales, con su cortejo de desempleo y de precarización, probablemente agravada con las degradaciones suplementarias intensificadas por la crisis general de la mundialización capitalista? Es muy pronto para decirlo, pero no cabe obstinarse e ignorar que sólo la rápida cristalización de una izquierda radical que vaya mucho más allá de la reivindicación de elecciones correctas, puede permitir la reanudación de las luchas por un cambio digno de ese nombre. Corresponde a esa izquierda radical saber formular una estrategia de democratización de la sociedad que vaya mucho más allá que la simple realización de elecciones correctas, que asocie la democratización al progreso social, lo que implica el abandono del modelo de desarrollo existente, y que refuerce las iniciativas por una posición internacional independiente y francamente antiimperialista. No son los monopolios imperialistas y sus servidores internacionales (el Banco Mundial, el FMI y la Organización Mundial del Comercio) que ayudarán a los países del Sur a salir del atolladero: la tarea será menos difícil orientándose hacia los nuevos interlocutores del Sur.

Ninguna de estas cuestiones políticas fundamentales parecen preocupar a los mayores actores políticos. Todo transcurre como si el objetivo final de la “revolución” fuera conseguir rápidamente que se celebren elecciones. Como si la fuente exclusiva de legitimidad del poder residiera en las urnas. Hay, sin embargo, una legitimidad superior: la de las luchas. Esas dos legitimidades están destinadas enfrentarse seriamente en el futuro.

¿Serán posibles en Argelia reformas dirigidas desde el interior?

Argelia y Egipto han sido, en el mundo árabe, los dos países de vanguardia en el primer “despertar del Sur” en la época de Bandung, del no Alineamiento y del despliegue victorioso de la afirmación nacional post-colonial, asociado a auténticas realizaciones económicas y sociales importantes y progresistas que auguraban hermosas posibilidades en el futuro. Pero después los dos países llegaron a un punto muerto para finalmente aceptar la “vuelta al redil” de los Estados y sociedades dominados por el imperialismo.

El modelo argelino dio signos evidentes de una consistencia más fuerte, lo que explica que haya resistido mejor su degradación ulterior. Por esa razón la clase dirigente argelina es heterogénea y está dividida entre quienes mantienen aspiraciones nacionales y quienes han adherido a la “compradorización” (a veces esos dos componentes conflictivos se combinan en las mismas personas). En Egipto, por el contrario, la clase dominante se convirtió íntegramente, con Sadat y Mubarak , en burguesía compradora, carente de toda aspiración nacional.

Dos razones principales explican esta diferencia. La guerra de liberación en Argelia produjo, naturalmente, una radicalización social e ideológica. En cambio en Egipto el naserismo surge al final del período de expansión del movimiento iniciado por la revolución de 1919 que se radicaliza en 1946. El golpe de Estado –ambiguo- de 1952 es una respuesta al callejón sin salida en que se encuentra el movimiento. Por otra parte la sociedad argelina sufrió, con la colonización, enormes asaltos destructores. La nueva sociedad argelina, surgida de la reconquista de la independencia, no tenía nada en común con la de la época precolonial. Se había convertido en una sociedad plebeya, marcada por una muy fuerte aspiración a la igualdad.

Esta aspiración no se encuentra con la misma fuerza en ninguna otra parte en el mundo árabe, ni en el Maghreb ni en el Mashrek. Por el contrario, Egipto moderno se constituyó desde el comienzo (a partir de Mohamed Ali) por su aristocracia progresivamente convertida en “burguesía aristocrática” (o “aristocracia capitalista”). Esas diferencias generan otra, de evidente importancia, que se refiere al porvenir del Islam político. Como indica Hocine Bela lloufi (La democracia en Argelia: ¿reforma o revolución?, en curso de publicación) el Islam político argelino (el FIS), que mostró su faz horrible, fue derrotado. Ello no significa que el problema esté definitivamente resuelto. Pero la diferencia es grande con relación a la situación en Egipto, caracterizada por una sólida convergencia entre el poder de la burguesía compradora y el Islam político de los Hermanos Musulmanes.

De todas esas diferencias entre los dos países derivan posibilidades diferentes de respuesta a los actuales desafíos. Argelia me parece en mejor posición (o en posición menos mala) para responder a dichos desafíos, por lo menos en el corto plazo. Me parece que en Argelia existe todavía la posibilidad de reformas económicas, políticas y sociales controladas desde el interior. En cambio en Egipto la confrontación entre el “movimiento” y el bloque reaccionario “contrarrevolucionario” parece tender inexorablemente a agravarse.

Argelia y Egipto constituyen dos ejemplos paradigmáticos de la impotencia, hasta ahora, de las sociedades implicadas de hacer frente al desafío. Argelia y Egipto son dos países del mundo árabe candidatos posibles a la “emergencia”. Es evidente la responsabilidad principal de las clases dirigentes y de los sistemas de poder actuales en el fracaso de lograr dicha “emergencia”. Pero la de las sociedades, los intelectuales, la de los militantes de los movimientos en lucha debe también tomarse seriamente en cuenta.

¿Cabe esperar una evolución democrática pacífica en Marruecos? Lo dudo en la medida que el pueblo marroquí seguirá adhiriendo al dogma arcaico que no disocia la monarquía (de derecho divino: “amir el mouminine”) de la Nación, Esa es sin duda la razón por la cual los marroquíes no comprenden la cuestión saharaui: los nómadas orgullosos del Sahara tienen otra concepción del Islam, que les prohíbe arrodillarse ante otro que no sea Allah, así sea el Rey.

El drama de Siria

El régimen de Bashar el Assad no es ni más ni menos que un régimen policial que acompaña la sumisión a las exigencias del “liberalismo” mundializado. La legitimidad de la rebelión del pueblo sirio es indiscutible. Pero la destrucción de Siria constituye el objetivo de los tres asociados que son Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita que movilizan con esa finalidad a los Hermanos Musulmanes y los proveen de armas. Su eventual victoria –con o sin intervención extranjera – tendrá como resultado el desmembramiento del país, la masacre de los alauitas, de los drusos y de los cristianos. Pero no importa. El objetivo de Washington y de sus aliados no es liberar a Siria de su dictador, sino de destruir el país, como no era liberar de Saddam Hussein a Irak, sino destruirlo.

La única solución democrática sería realizar reformas substanciales en beneficio de las fuerzas populares y democráticas existentes y que rehúsan dejarse enrolar por los Hermanos Musulmanes. Si el régimen se muestra incapaz de comprenderlo, nada impedirá que el drama continúe hasta su culminación. Es irónico ver que ahora el Sultán de Qatar y el Rey de Arabia Saudita son los campeones de la promoción de la democracia (en otros países). ¡Resulta difícil que la farsa vaya todavía más lejos!

La geoestrategia del imperialismo y la cuestión democrática

He querido demostrar en este libro que la despolitización ha sido decisiva en la ascensión del Islam político. Esta despolitización no es, por cierto, específica del Egipto nasserista. Ella ha sido la práctica dominante en todas las experiencias nacionales populares del primer despertar del Sur e incluso en las de los socialismos históricos una vez terminada la primera fase del hervor revolucionario. El denominador común ha sido la supresión de la práctica democrática (que yo no reduzco a la celebración de elecciones pluripartidarias), es decir el respeto de la diversidad de opiniones y de propuestas políticas y de su eventual organización.

La politización exige la democracia. Y la democracia solo existe cuando los “adversarios” gozan de libertad. En todos los casos su supresión, que origina la despolitización, es responsable del desastre ulterior. Que este adopte la forma de anacronismos (religiosos u otros) o de adhesión al consumismo y al falso individualismo promovido por los medios de comunicación occidentales, como fue el caso de los pueblos de Europa Oriental y de la ex URSS y como es el caso en otras partes no solamente de las clases medias (eventuales beneficiarias del desarrollo) sino también en el seno de las clases populares que, a falta de otra alternativa, aspiran también a beneficiarse aunque sea en muy pequeña escala (lo que es perfectamente comprensible y legítimo).

En el caso de las sociedades musulmanas, esta despolitización reviste la forma principal de vuelta (aparente) del islamismo. La articulación que asocia el poder del Islam político reaccionario, la sumisión “compradora” y la pauperización por la informatización de la economía de bazar no es específica de Egipto. Ella caracteriza a la mayor parte de las sociedades árabes y musulmanas hasta Paquistan y más allá. Esta misma articulación existe en Irán: el triunfo de la economía de bazar había sido señalada desde el comienzo como el principal resultado de la “revolución khomeinista”. La misma articulación poder islámico/economía de mercado de bazar devastó la Somalía, ahora borrada del mapa de naciones existentes (veáse mi artículo sobre la cuestión en el sitio Pambazuka 1/2/2011).

¿Qué se puede entonces imaginar si este Islam político asume el poder en Egipto o en otra parte?

Nos invaden los discursos tranquilizantes, de una increíble ingenuidad, sincera o falsa: Algunos dicen: “Era fatal, nuestras sociedades están impregnadas por el Islam, se ha querido ignorarlo y se ha impuesto”. Como si el éxito del Islam político no se debiera a la despolitización y a la degradación social que se quiere ignorar. “Esto no es tan peligroso, el éxito es pasajero y el fracaso del poder ejercido por el Islam político llevará a que la opinión se aleje del mismo”. ¡Como si los Hermanos Musulmanes adhirieran al principio del respeto de los principios democráticos! Como aparentan creer en Washington, las “opiniones” fabricadas por los medios dominantes y la cohorte de “intelectuales” árabes, por oportunismo o ausencia de lucidez.

No. El ejercicio del poder por el Islam político reaccionario estará destinado a durar…¿50 años? Y mientras contribuirá a hundir en la insignificancia del tablero mundial a las sociedades que someterá, los “otros” continuarán avanzando. Al final de esta triste “transición” los países implicados se encontrarán en lo más bajo de la escala de la clasificación mundial.

La cuestión de la politización democrática constituye, en el mundo árabe como en el resto del mundo, el eje central del desafío. Nuestra época no es de avances democráticos sino de retrocesos. La centralización extrema del capital de los monopolios permite y exige la sumisión incondicional y total del poder político a las órdenes de aquél. La acentuación de los poderes presidenciales, aparentemente individualizados al extremo pero de hecho íntegramente sometidos a la plutocracia financiera, constituye la forma de esta deriva que aniquila el alcance de la difunta democracia burguesa (ella misma reforzada en su tiempo por las conquistas de los trabajadores) substituída ahora por la farsa democrática.

En las periferias los embriones de democracia, cuando existen, asociadas a regresiones sociales todavía más violentas que en los centros del sistema, pierden toda credibilidad.

El retroceso de la democracia es sinónimo de despolitización. Porque la democracia implica la afirmación en la escena de ciudadanos capaces de formular proyectos de sociedad alternativos y no solo la perspectiva de la “alternancia” (sin cambios) elecciones mediante.

Desaparecido el ciudadano sin imaginación creadora, lo sucede el individuo despolitizado que es un espectador pasivo de la escena política, un consumidor modelado por el sistema que se cree (equivocadamente) un individuo libre. Son tareas indisociables avanzar por los caminos de la democratización de las sociedades y de la repolitización de los pueblos.

Pero ¿por dónde comenzar? El movimiento puede iniciarse a partir de uno u otro de esos dos polos. Nada puede sustituir al análisis concreto de las situaciones concretas, en Argelia, en Egipto como en Grecia, en China, en el Congo, en Bolivia, en Francia o en Alemania.

A falta de progresos visibles en esa dirección el mundo entrará, como de hecho ya lo está, en una tormenta caótica asociada a la implosión del sistema. Entonces es de temer lo peor.

Samir Amin es director del Foro del Tercer Mundo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Dia Internacional de la Mujer: La Rosa de la Revolución

ROSA LUXEMBURGO: 

REVOLUCIÓN, INTERNACIONALISMO Y EMANCIPACIÓN

«”¡El orden reina en Berlín!” ¡Estúpidos secuaces! Vuestro “orden” está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy y yo seré!» (Últimas palabras de Rosa Luxemburgo escritas la misma noche de su asesinato)

Rosa Luxemburg o Rosa Luxemburgo (Zamosc, parte polaca del Imperio Ruso, 5 de marzo de 1871 - Berlín, Alemania, 14 de enero de 1919), quiza fue la mujer y teórica marxista mas importante del periodo revolucionario entre 1880 y 1918. Su padre fue Elías Luxemburg, comerciante de maderas judío, y su madre Line Löwenstein. Rosa tuvo cuatro hermanos mayores que ella y nació con un defecto en el crecimiento que la discapacitó físicamente toda su vida.

Con apenas 22 años Rosa Luxemburgo fundó en 1893 el periódico La causa de los trabajadores(Sprawa Robotnicza, junto a Leo Jogiches y Julian Marchlewski, alias ‘Julius Karski’), desde el que se criticaban las políticas nacionalistas del Partido Socialista de Polonia. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente sólo podía derivarse de una revolución proletaria en Alemania, Austria y Rusia. Ella mantenía que la lucha social frente al capitalismo era lo esencial, cuestionando en cierto modo el posterior concepto de derecho de autodeterminación de las naciones bajo el socialismo, desarrollado por Lenin, con quien sostuvo debates dialécticos al respecto. 

Militancia en el SPD alemánLucha frente al imperialismo y por el internacionalismo

En 1898 Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck y se mudó a Berlín. Su capacidad política y dialéctica la llevó pronto a ser una de las portavoces del partido. Temible tanto hacia el exterior, frente a sus enemigos políticos y de clase, como hacia el interior del movimiento socialdemócrata, donde denunció repetidamente el creciente conformismo parlamentario del SPD frente a la cada vez más probable situación de guerra, Rosa insistió en que el conflicto entre capital y trabajo sólo podía ser superado históricamente si el proletariado tomaba el poder y se producía un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción. Quería que los revisionistas abandonaran el SPD, lo cual no tuvo lugar, pero al menos consiguió que el líder del partido, Karl Kautsky, mantuviera el marxismo en el programa del SPD; aun cuando su intención era exclusivamente aumentar el número de escaños en el Reichstag. Desde 1900 Rosa Luxemburgo expresó sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales en varios artículos en periódicos de toda Europa. Sus ataques al militarismo alemán y al imperialismo se volvieron más insistentes conforme vislumbraba la posibilidad de una guerra en Europa, e intentó persuadir al SPD en el sentido de tomar la dirección opuesta. Rosa Luxemburgo quería organizar una huelga general que uniera solidariamente a todos los trabajadores europeos y así evitar la Primera Guerra Mundial, pero el líder del partido se opuso y esto provocó la ruptura de Rosa con Kautsky en 1910.

Relaciones con Lenin y otros líderes obreros

Entre 1904 y 1906 su trabajo se vió interrumpido a causa de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) en Londres, donde se entrevistó con Lenin [el POSDR fue el partido de Lenin y los bolcheviques (sector mayoritario del partido) antes de su transformación en Partido Comunista a raíz de la Revolución socialista de 1917 en Rusia]. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart (Alemania), presentó una resolución -que fue aprobada- para que todos los partidos obreros europeos se unieran en el objetivo de evitar la guerra.

Por esos años Rosa comenzó a enseñar marxismo y economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue el que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República de Weimar, Friedrich Ebert, que tuvo mucho que ver en el desenlace final de la vida de Rosa Luxemburgo, como veremos más adelante.

En 1912, como representante del SPD, participo en los congresos socialistas europeos como el que tuvo lugar en París. Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que en el caso de que estallara la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando y su mujer, que fueron asesinados el 28 de junio de 1914, y aparecer la guerra como algo ya inevitable, organizó varias manifestaciones (por ejemplo la de Fráncfort) llamando a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las órdenes. A causa de esto fue acusada de «incitar a la desobediencia contra la ley y el orden de las autoridades» y sentenciada a un año de prisión. Su detención, sin embargo, no se produjo inmediatamente, lo que le permitió tomar parte en una reunión de la dirección socialista en julio, en la que confirmó desoladoramente que el sentimiento nacionalista de los partidos obreros era más fuerte que su conciencia de clase.

Su ruptura con el SPD: antimilitarismo y fundación de la ‘Liga de Spartakus’

Activa militante del SPD alemán hasta 1914, año en que abandona este partido al considerar la adhesión del SPD a la “guerra entre imperialistas” desde el nacionalismo alemán como una traición a los principios de la Internacional. En efecto, tras comenzar la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914, el SPD  hizo suya la política de Unión Sagrada, que consistía en colaborar con elKaiser (emperador del II Reich alemán) y los jefes del ejército para llevar a cabo la guerra, incumpliendo de esa manera los acuerdos de los congresos de la II Internacional en el sentido de oponerse a la guerra por todos los medios. Otro tanto sucedió con los socialistas franceses pese a la oposición de su líder, Jean Jaurès. La II Internacional saltaba en pedazos. Sólo un pequeño grupo de la izquierda del partido alemán mantiene los postulados antibélicos, agrupados en torno al diputado Karl Liebknecht, Franz Mehering, Clara Zetkin, Leo Jogiches y donde destacaría la figura de Rosa Luxemburgo. A partir de 1916 este grupo es conocido con el nombre de la Liga de Spartakus, (los espartakistas o espartaquistas en español) porque inicia la publicación de una revista que lleva por título Cartas de Spartakus (en memoria de Espartaco, héroe comunista de los esclavos sublevados en la antigua república de Roma hace más de veinte siglos).

El nuevo grupo rechazó el «alto el fuego» entre el SPD y el gobierno alemán del Káiser Guillermo II por la cuestión de la financiación de la guerra, luchando vehementemente en su contra e intentando provocar una huelga general. Como consecuencia de ello, el 28 de junio de 1916 Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron sentenciados a dos años y medio de prisión. Durante este tiempo escribió varios artículos usando el seudónimo de ‘Junius’, los cuales fueron sacados clandestinamente de la cárcel y publicados ilegalmente. En ellos se incluía el titulado «La Revolución rusa», en el cual criticaba a los bolcheviques y con lúcida anticipación avisaba del peligro de que se desarrollase una dictadura si se seguía el criterio bolchevique (aunque, sin embargo, continuó utilizando el término “dictadura del proletariado”). Fue en este contexto en el que escribió su famosa frase: «Freiheit ist immer die Freiheit des Andersdenkenden» (”La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensen diferente”).

En abril de 1917 se produce la escisión del SPD, surgiendo el USPD (Partido Socialdemócrata Independiente Alemán) que se opone a la guerra y propone una paz negociada. Los espartaquistas, aproximadamente un millar de militantes, se integran en el nuevo partido, que cuenta con unos cien mil afiliados. La gran mayoría de la clase obrera alemana y de las clases medias compartían el fervor nacionalista que se había suscitado al inicio de la guerra, sin embargo, las grandes perdidas humanas, las privaciones crecientes y el impacto de la Revolución rusa, fueron generando un gran descontento en el pueblo alemán. En 1917 se produjo un primer motín en la Flota de guerra. En enero de 1918 tuvo lugar una huelga general que siguieron un gran numero de ciudades, formándose los primeros consejos obreros a semejanza de los soviets (consejos) rusos. El gobierno reaccionó mediante la represión de los trabajadores, pero hubo una nueva huelga en Berlín en abril en 1918 organizada por los llamados delegados revolucionarios, militantes independientes de los partidos, que gozaban de la confianza de sus compañeros.

La paz y la señal para la revolución… o la reforma

En octubre de 1918 se sublevaron las tripulaciones de los barcos de guerra anclados en el puerto báltico de Kiel, lo que fue el detonador de una gran ola revolucionaria en toda Alemania. De Kiel la revolución se extiende a Hamburgo, Holstein, Hannover, Brunswick, Colonia, Munich, Rostock, Leipzig, Dresden, Stuttgart, Núremberg y otras ciudades… El dirigente del SPD, Scheidemann, proclama en el Reichstag la “Republica Alemana”. Dos horas después, Liebknecht proclama ante los manifestantes la “República Socialista Libre de Alemania”, pero pronto quedara claro que será la primera declaración la que prevalezca.
El surgimiento de los consejos de obreros y de soldados en toda Alemania es una creación espontánea de las masas, influidas -sin duda- por el ejemplo ruso, pero al mismo tiempo esos consejos, penetrados por oficiales burgueses del ejercito, son mayoritariamente socialdemócratas en su composición y sus aspiraciones coincidían con los objetivos reformistas de las cúpulas del SPD y el USPD: conclusión inmediata de la paz, abolición de la monarquía, instauración de la republica parlamentaria, reformas sociales, etc. Para superar la -para ellos- peligrosa fase revolucionaria, el SPD levantará la bandera de la unidad socialista (reunificación del SPD y del USPD), con un apoyo mayoritario en las asambleas multitudinarias que se suceden por toda Alemania.

Frente a esta “situación acomodaticia”, se levantarán los espartaquistas y otros grupos de la izquierda revolucionaria alemana. Éstos, secundados en cierta medida por el ala izquierda del USPD, hacen un llamamiento a las masas a profundizar la revolución y a transformarla en socialista, explicando que, para alcanzar esos objetivos, es necesaria la lucha armada para hacer frente a los militares de la burguesía y a los propios dirigentes socialdemócratas, a los que califican de traidores y contrarrevolucionarios. Pero la correlación de fuerzas les es adversa. Entre el 16 y el 20 de diciembre de 1918 se reúne el I Congreso de consejos de soldados y obreros de Alemania. De 480 delegados; 292 son del SPD, 84 del USPD, 11 pertenecen al grupo de extrema izquierda Unión de Revolucionarios y 10 a la Liga Spartakus.

La división estratégica entre ambos bloques, reformista-parlamentarista y revolucionario-bolchevique se fraguó antes, en noviembre, cuando el SPD consigue, en el marco del proceso de transición hacia la república tras la abdicación del Káiser Guillermo II, dos importantes iniciativas políticas: la primera que es el socialdemócrata Ebert quien asume el cargo de canciller alemán de manos del príncipe Max de Bade, presidente interino tras la abdicación de Guillermo II. La segunda iniciativa consistió en logra atraer al USPD hacia un gobierno unitario dejando fuera a los espartaquistas. El 10 de noviembre Ebert anuncia la formación de un nuevo gobierno con tres ministros de cada partido que presenta en un gran mitin en el Circo Busch de Berlín. En ese mismo acto Karl Liebknecht, líder junto a Rosa Luxemburgo de los espartaquistas ocupa la tribuna para -entre otras cosas- afirmar que la Revolución Alemana “está amenazada por los que hoy marchan con la revolución y ayer estaban contra ella”. En alusión a los príncipes, generales y dirigentes socialdemócratas que habían pactado la salida republicana parlamentaria. También manifiesta que “los enemigos de la revolución utilizan pérfidamente para sus propios fines la organización de los soldados”, aludiendo a la hegemonía del SPD entre los consejos de soldados que incluían a mandos de alto grado que se habían pasado al campo republicano, frente a los consejos de los obreros, con mayor predominio revolucionario… pero voces de “¡unidad!”, “¡unidad!” ahogaron las palabras de Liebknecht.


Rosa Luxemburgo y los espartaquistas fundan el Partido Comunista de Alemania

Los espartaquistas permanecen un mes y medio más en el USPD, para a finales de diciembre de 1918 lanzar un ultimátum a su dirección para romper con el proceso farsa liderado por los generales y el SPD. El ultimátum es rechazado y en las navidades de 1918 la Liga Espartaquista celebra una Conferencia Nacional en la que decide formar, junto a otros pequeños grupos, elPartido Comunista de Alemania (KPD Spartakusbund, en alemán) que celebra su congreso fundacional el 30 de diciembre, con su órgano de expresión Die Rote Fahne (La Bandera Roja) y varios miles de militantes distribuidos por toda Alemania, pero poca fuerza aún en Berlín.

En el Congreso triunfan los planteamientos de Rosa Luxemburgo, quien plantea la lucha por el poder revolucionario sobre la base de ganar previamente el apoyo mayoritario de las clase trabajadora, que mayoritariamente confiaba en la socialdemocracia. La tarea inmediata de los espartaquistas (ya comunistas) debía consistir en impulsar las luchas parciales de los trabajadores y difundir entre ellos el programa revolucionario socialista. Otros, que con el tiempo ganarían para su causa a Liebkneck, abogan por una conquista inmediata del poder, al modelo ruso, olvidando que en Alemania en noviembre ya se había firmado la paz, con lo que esa bandera, además de la de los campesinos, netamente conservadores en Alemania, les privaba de las mismas condiciones que habían tenido en Rusia los seguidores de Lenin. Estas diferencias estratégicas tuvieron su consecuencia en las decisiones tácticas; por ejemplo en la decisión final, frente a la opinión de Rosa Luxemburgo, de no participación en las elecciones a la Asamblea Nacional constituyente de la Republica alemana de Weimar. [El KPD fue, ya entrada la década de 1930, el partido comunista más poderoso y masivo de Europa Occidental, con una fuerza creciente en relación con el SPD. Los comunistas alemanes consiguieron 100 escaños en el Reichstag en las elecciones de 1932].

La revolución que no pudo ser… “Una ‘mujer diabólica’ y un tipo ‘dispuesto a jugarse el todo por el todo’ al frente de los espartaquistas”

En enero una segunda ola revolucionaria sacudió Alemania, aunque lgunos de los líderes del KPD -incluída Rosa Luxemburgo- no la deseaban promover previendo que iba a acabar mal (aunque otros intentaron aprovecharse). La situación se precipita cuando, tras una crisis de gobierno con la USPD, el canciller Ebert decide destituir a principios de 1919 al prefecto de policía de Berlín (Eichhorn, del USPD). El comité berlinés del USPD, los delegados revolucionarios y el KPD convocan una manifestación de protesta el 5 de enero en Berlín que cuenta con decenas de miles de participantes. Los representantes de las tres organizaciones convocantes deciden continuar la acción y los manifestantes ocupan los locales de varios diarios y algunas dependencias del gobierno como la prefectura de Policía. Se declara la Huelga General y se convoca una manifestación para el día siguiente.

En respuesta al levantamiento, el líder socialdemócrata Friedrich Ebert utilizó a la milicia nacionalista, los «Cuerpos Libres» [Freikorps, posteriormente el germen de las primeros grupos nazi-fascistas alemanes], para sofocarlo. El SPD da “plenos poderes” a Gustav Noske, gobernador de Berlín y miembro del ala derecha del SPD, para organizar la represión en colaboración con los jefes militares a través de los cuerpos libres, milicias paramilitares con oficiales de confianza y mercenarios a sueldo. Uno de los jefes de esos cuerpos libres, el general Maercker arenga a sus hombres dándonos algunas claves sobre el conflicto: “Yo soy un viejo soldado. Durante 34 años he servido a tres emperadores. Amo y venero a[l Káiser] Guillermo II igual que el día en el que le presté juramento. Pero ahora el gobierno imperial ha sido reemplazado por el del canciller Ebert. Y este gobierno se encuentra en una situación muy difícil. Esa Rosa Luxemburgo es una mujer diabólica y Karl Liebknecht un tipo decidido a jugarse el todo por el todo [...]“.

Entre los días 11 y 14 de enero de 1919 se produjeron duros combates en Berlín. El gobernador Noske lanza a los cuerpos francos en ofensiva el día 11, recuperando en los días siguientes los bastiones de los revolucionarios y la Prefectura de Policía. Tanto Rosa Luxemburgo como Liebknecht fueron capturados en Berlín el 15 de enero de 1919, siendo asesinados ese mismo día. Rosa Luxemburgo fue golpeada a culatazos hasta morir y su cuerpo fue arrojado a un canal cercano. Liebknecht recibió un tiro en la nuca, y su cuerpo fue enterrado en una fosa común. Otros cientos de miembros del KPD fueron asesinados y sus comités suprimidos.


Algunas consecuencias de la Revolución alemana: la Historia rectifica a Marx

La historia demostró que Marx subvaloró las fuerzas del imperialismo y del nacionalismo para que la revolución no triunfase en la industrializada Alemania y sí en la depauperada y campesina Rusia.

La desaparición en enero de 1919 de la figura de Rosa Luxemburgo nos privó prematuramente de una de las mujeres con más relieve en la historia de los teóricos e intelectuales del socialismo. Quizá por compartir con Carlos Marx un origen judío, liberada de falsos chauvinismos, entendió de una manera muy precisa el internacionalismo como estrategia fundamental para la causa de la clase trabajadora, enfrentada en su época a penosas condiciones de explotación y al imperialismo, y combatiendo asimismo las desviaciones nacionalistas y reformistas del movimiento socialdemócrata. La muerte de Rosa Luxemburgo privó al socialismo internacional de una de sus mas eminentes teóricos marxistas y facilitó, por el contrario, el desarrollo de tendencias sectarias en el seno del KPD y de la propia Internacional. Sus críticas al menosprecio por ciertos aspectos formales de la democracia (participación de los comunistas en asambleas, elecciones, etc.) y a las estrategias que condujeron al triunfo de la teoría del “socialismo en un solo país” que terminó imponiendo Stalin tras la muerte de Lenin, marcaban un contrapunto cuya evolución hubiera sido interesante para el movimiento comunista internacional. Pero habrá otros hombres y mujeres que retomaron su antorcha, y a las que pretendemos seguir rindiendo homenaje en estas páginas.

Rosa Luxemburgo fue una de las primeras mujeres intelectuales del movimiento obrero. Junto aClara Zetkin, o la española Dolores Ibarruri y un escaso pero significativo número de otras mujeres que, en lo que hoy calificaríamos como una sociedad terriblemente machista, se atrevieron a compartir debates, luchas y aventuras con sus homólogos masculinos.

Algunas de las obras de Rosa Luxemburgo publicadas en castellano son Reforma o Revolución(1900), Huelga de masas, partido y sindicato (1906), La Acumulación del Capital (1913) y La revolución rusa (1918), donde plantea una crítica constructiva a la misma y sostiene que la forma soviética de hacer la revolución no puede ser exportada a otros países; aunque defiende al mismo tiempo la vigencia de la “dictadura del proletariado” como estadio histórico previo al comunismo.

Texto: José Gabriel Zurbano* / Ciudad futura

* Historiador.
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Referencias biográficas y bibliográficas: Octubre Rojo, Oleadas revolucionarias en Europa (1917-1921),Historia 16Temas de Hoy (1997) y Wikipedia.
Ilustración: “Rosa roja” • Paco Arnau / Ciudad futura
Tomado de Cubadebate.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El llamado de Fidel: “Internet es un instrumento revolucionario”


Por Omar Pérez Salomón
Tomado del blog La pupila insomne de Iroel Sánchez
El 3 de febrero de 2012, en la presentación de los dos tomos del libro Guerrillero del Tiempo, que recoge las conversaciones de la periodista y escritora Katiuska Blanco con el líder de la Revolución cubana, Fidel llamó la atención sobre la enorme revolución que se ha producido en el pensamiento, en un momento marcado por avances científicos y tecnológicos inusitados, y expresó:
“Internet es un instrumento revolucionario que permite recibir y transmitir ideas, en las dos direcciones, algo que debemos saber usar”, y se preguntó: “¿Estamos aprovechando esos valores y recursos para transmitir ideas?”.
Sin duda, como nos convoca Fidel, la respuesta consiste en estar bien informados, conocer los argumentos y conceptos que permitan desarrollar el debate de ideas, defender una concepción de la verdad diferente de la que quieren imponer los medios de comunicación capitalistas, y utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para lograr este propósito.
En el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, el imperialismo norteamericano tiene un plan dirigido a subvertir el orden y la constitución cubana, empleando las redes y aplicaciones informáticas.
En este sentido, recuerdo lo planteado por Mauricio Manuel Reyes, en el artículo, “Ciberguerra VS Cuba: Los gobiernos incómodos del “Cuarto Mundo”, publicado en Cubadebate, el pasado 3 de febrero, “Bajo esta estrategia injerencista, es ‘legal’ para el Ejecutivo estadounidense fabricar ‘ciberdisidentes’ o mercenarios virtuales orientados a difundir mensajes manipulados o realizar llamamientos a la desobediencia civil en Cuba, empleando plataformas como Twitter, Facebook, Blogs y otras. Ante esta hostilidad permanente, no se descarta que en el futuro inmediato se incremente las acciones subversivas hacia la isla”.
A un plan” -dijo José Martí- “obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan; enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.”
Ante esta situación la respuesta de Cuba, es decir nuestro plan, está basado en la misma obra de la Revolución, que ha permitido el desarrollo del recurso más valioso, el humano, y un uso conveniente de los pocos recursos económicos y tecnológicos, puestos a disposición de la educación y la cultura del pueblo cubano.
A continuación, algunos resultados que validan el pensamiento de Fidel y el uso social y ordenado de las TIC en Cuba, en condiciones de un férreo bloqueo, impuesto por el gobierno de Estados Unidos, que dura más de 50 años:
La Unión Internacional de Telecomunicaciones en su último informe, situó a Cuba en el cuarto lugar, entre todos los países en habilidades en el uso de las TIC.
El servicio de navegación en Internet se facilita de acuerdo al poco ancho de banda que dispone el país, 229 Mbps (megabytes por segundo) para la salida y 458 Mbps para la entrada, priorizando la conexión a la red de manera organizada para garantizar un uso social de la misma, y que pueda ser utilizada adecuadamente por médicos, científicos, estudiantes, profesionales, periodistas, personalidades de la cultura, empresas, centros de investigación y pueblo en general. Este servicio se facilita hasta el momento vía satélite; pero cuando se ponga en operación el cable submarino con Venezuela, no significará que automáticamente aumente el acceso a la red de redes en nuestro país. Será necesario a lo interno, ejecutar importantes inversiones en la infraestructura de telecomunicaciones e incrementar el ancho de banda a un costo de cerca de 2 mil dólares el megabit.
604 Joven Club de Computación han graduado a 2,5 millones de personas en cursos que tienen como objetivo proporcionar una cultura informática a la comunidad, con prioridad para los niños, adolescentes y jóvenes; pero también a personas con discapacidad o de la tercera edad.
Cuba posee más de 780 mil computadoras, de ellas más de 500 mil conectadas en red, puestas a disposición del desarrollo económico y social del país. Un 18% de las mismas se encuentran en viviendas y unas 100 000 están instaladas en todos los niveles de enseñanza del sistema de Educación.
Hoy existen más de 500 mil páginas cubanas en Internet, más de 2,6 millones de usuarios de servicios de Internet y más de 600 mil con navegación plena, todo lo cual se multiplica en cientos de miles más si se tiene en cuenta el carácter social de muchas de estas facilidades, que permite que un mismo punto de conexión sea utilizado por varias personas, al igual que sucede con una cuenta de correo electrónico.
La red de la Salud, Infomed, cuenta con más de 100 mil usuarios, y casi dos tercios de ellos acceden desde sus viviendas. Según el proveedor de información sobre la Red, Alexa, es el 13 339 más visitado en la red de redes y en Venezuela ocupa el lugar 877, en El Salvador el 939 y en Colombia el 989.
En el 2010 la UNESCO informaba que Cuba es el país del mundo que tiene la mayor tasa bruta de matrícula universitaria, con el 109 por ciento y una tasa de alfabetización de un 99,8%, por encima de muchos países desarrollados. Con el inicio del curso escolar 2011-2012, abrieron sus puertas más de 60 universidades de la isla, con una inscripción de cerca de 500 mil alumnos.
Todos los asentamientos de Cuba de más de 300 habitantes tienen comunicación telefónica, instalados a un alto costo asumido por el Estado cubano. Se trabaja en facilitar comunicación a los poblados de menos de 300 habitantes.
La Enciclopedia Colaborativa Cubana, EcuRed, con más de 83 mil artículos, más de 14 mil colaboradores registrados y unas 40 mil visitas diarias, se ha convertido en la primera Red Social de contenidos en nuestro país, pues además de textos, se pueden compartir opiniones, fotos y acceder a una biblioteca virtual con más de 6 mil títulos hasta el momento. 

Cada vez más cubanos utilizan Facebook, Twitter y otras redes sociales como vía de comunicación con el mundo, y más de 300 blogs con perfiles diferentes divulgan la verdad de Cuba desde nuestro país.

Fidel Castro: “Estamos obligados a ganar la batalla por la sobrevivencia”

Por Rosa Miriam Elizalde, Arleen Rodríguez Derivet. 
Tomado de Cubadebate
Fidel con los "hibakushas", sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Junto al Comandante, con blusa verde, Kenia Serrano, presidenta del ICAP. A la derecha del líder de la Revolución, Hiroshi Nakamura. Foto: Roberto Chile
Va a ser difícil olvidar la imagen que cerró el encuentro. Fidel, con un kimono por encima de la chaqueta deportiva y de pie, muy serio, rodeado por diez hibakushas, como llaman en Japón a los sobrevivientes de las bombas atómicas que lanzó Estados Unidos contra Hiroshima y Nagasaki. Cada uno lo saludó con una reverencia de cortesía y una de las dos mujeres, Ritsoku Ishikawa, no solo se inclinó, sino que besó el dorso de la mano del Comandante.

Aunque difícilmente el Palacio de las Convenciones recuerde otro encuentro en el que haya habido más cámaras fotográficas por metro cuadrado, ni los flashes se sintieron en ese instante. Fue la emoción la que congeló la imagen para el pequeño grupo de cubanos y los  770 japoneses que llegaron en la mañana del jueves al puerto de La Habana a bordo del Crucero por la Paz, el barco que recorre el mundo cada año con activistas contra las amenazas nucleares y medioambientales.

Por segundo año consecutivo se reúnen en este edificio con el líder histórico de la Revolución cubana, y por segunda vez, no pudo ser más estremecedor escuchar testimonios del dolor que padecen millones de personas víctimas de los efectos de la radiación nuclear. Pero no fue este un encuentro de cortesía, sino la sesión principal del “Foro global por un mundo libre de armas nucleares”, evento que había sido uno de los acuerdos del encuentro anterior en La Habana y cuyos organizadores decidieron celebrarlo aquí.

Las intervenciones de los participantes fueron de lujo e incluyeron la de un sobreviviente del bombazo de Hiroshima, un profesor de la Universidad de Fukushima -donde el terremoto y el tsunami que devastó Japón provocó el accidente de una electronuclear-, el presidente de la Asociación de Víctimas Nucleares “Morurua e Tatou”, de Tahití, y un médico cubano que narró la experiencia de la Isla en el tratamiento de niños afectados por el accidente en la planta de Chernobil, Ucrania. “Las descripciones que ustedes hacen le rompen el alma a cualquiera”, había reaccionado Fidel, notablemente conmovido ante lo que allí se dijo.

Tres días en el infierno

Sobrecoge el auditorio. No solo porque son más de 700 personas, no solo porque se trata de pacifistas, enemigos declarados de todas las armas. Es que sufrieron en carne propia o en la de sus antepasados, el infierno de un bombardeo nuclear. Hibakushas llaman a los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. En el Peace Boat o Crucero por la Paz, viajan algunos que tenían un año, cuatro, 13 ó 16, cuando se produjo el criminal ataque a las ciudades japonesas donde ellos vivían. Hoy cuentan entre 67 y 83 y como una distinción se les sienta en la primera fila. De conocerse más y mejor sus historias, quizás el mundo no fuera el lugar de miedo en que lo han convertido las armas.

Hiroshi Nakamura tiene ahora 80 años y una figura menuda y respetable como la serena naturaleza de su tierra. Pero su testimonio es tan estremecedor como un terremoto o un tsunami, aunque la comparación no vale porque su sufrimiento no es la consecuencia de un fenómeno natural sino de un deliberado acto de barbarie.

Él vivía a 8 kilómetros del epicentro de una de las dos tragedias provocadas por la prepotencia norteamericana aquel agosto de 1945. “Sentí un ruido ensordecedor y vi un gran rayo de luz que me deslumbró y ya no supe qué hacer…”, cuenta y su testimonio parece el relato de una película de ficción cuando todo arde alrededor del niño de 13 años que, huyendo del fuego, solo se cruzaba con espectros de seres humanos sin cabellos, con el rostro ennegrecido y las ropas desechas. “Algunos iban desnudos completamente, con los brazos cruzados como tratando de cubrirse el pecho y uno no podía saber si eran hombres o mujeres de tan deformados que estaban…”

Tres días estuvo Nakamura ayudando a mover cadáveres. A él le tocaba tomarlos por los tobillos y al principio no lograba alzarlos porque se le corrían o se desgarraban las carnes. Alguien le gritó que metiera los dedos hasta el hueso. “Pero yo solo era un niño de 13 años y mi cuerpo estaba paralizado ¿No eres un hombre japonés? me gritaron. Entonces me resigné e introduje mis dedos en las carnes descompuestas y apreté fuerte…Cargué alrededor de 30 cuerpos para los camiones y los llevamos hasta una gran fosa en las afueras de la ciudad y allí los dejamos… Fueron tres días en el infierno.”

Para más horror, la tragedia de Nakamura, que es la de miles de ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki, no terminó con el fin de la II Guerra Mundial. A lo largo de su vida, el infierno se ha sostenido en constantes enfermedades que comenzaron por la caída total del cabello a los pocos días del ataque, encías sangrantes, adelgazamiento abrupto, anomalías hormonales, cinco cirugías por cáncer… “Los daños que me provocaron las radiaciones me han hecho sufrir toda la vida…” Hoy mismo, mientras llegaba a La Habana, en Japón moría una hermana, otra hibakusha, sobreviviente de Hiroshima.

“Esta puede ser la última vez que cuente mis experiencias”, afirma el hombre que, a pesar de los sufrimientos, considera un honor haber vivido tantos años para contarle al mundo el profundo daño físico y psíquico que provoca el contacto humano con la energía nuclear. Y cita a una persona allegada, cuyo pensamiento comparte: “La energía nuclear y la Humanidad no deben convivir…” Entonces, en nombre de los hibakushas le pide a Fidel que encabece un movimiento para promover las zonas desnuclearizadas en todo el planeta y que convoque a los alcaldes del mundo por la paz,  promoviendo la eliminación de todas las armas nucleares.

“El desastre que nos robó la naturaleza”

Fuminori Tamba, profesor de la Universidad de Fukushima expone datos que, según afirma, escamotearon las autoridades japonesas sobre la tragedia en la planta nuclear de su ciudad tras el terremoto y el tsunami del pasado año.

“Ese desastre nos robó la bella naturaleza de la región y obligó a decenas de miles a abandonar sus hogares.
El experto califica la tragedia como un escape grande de radiación que ha contaminado la tierra y las aguas, dañando todos la agricultura y la pesca. “El problema más grande es que el gobierno no informó a tiempo y muchas personas estuvieron expuestas a “una radiación inútil”. Se le pasó información inmediata al ejército norteamericano que no se les brindó a las personas expuestas. El gobierno solo lo admitió la fusión de los reactores dos meses después del accidente.

Los datos abruman. Más de 60 mil personas se han ido de la prefectura y aun más de 100 mil niños permanecen en refugios temporales. Los que no han sido evacuados viven en áreas contaminadas sin poder salir de aulas cerradas bajo fuerte calor en condiciones alarmantes para su crecimiento y salud.

De acuerdo con una encuesta de la Universidad, realizada en un universo de 30 mil personas, hay familias que han cambiado hasta 10 veces de hogar en unos meses, hogares divididos en instalaciones provisionales. El desempleo y el subempleo sobrepasa el 50 por ciento de la población laboralmente activa. Cerca de la mitad de los menores de 35 años evacuados no tienen interés en regresar a su lugar de origen.

El abuelo de Tamba es sobreviviente de Hiroshima. “Hace poco alguien me preguntó en la calle si era japonés, cuando le dije que sí me dijo: Fukushima”, comentó conmovido con la solidaridad de los cubanos y a ellos pidió que los acompañen en la lucha por la atención a los sobrevivientes y por un mundo desnuclearizado.

Al terminar su exposición entregó a Fidel un sello donde manos de niños sostienen una paloma.
También expuso sus experiencias el doctor Julio Medina, quien dirige el programa de atención a los niños víctimas de la tragedia de Chernobil, que en Cuba ha atendido a más de 26 mil personas en 21 años.

Nuestro deber es divulgar estos testimonios

Los hermanos japoneses -comenzó diciendo Fidel tras escuchar a los participantes en el Foro- han añadido un problema nuevo, que tiene que ver no solo con el uso de la bomba atómica o con el accidente de Chernobil, sino con accidentes naturales o no que desaten el uso no controlado de la energía nuclear.

“Es muy valioso valorar lo que ocurrió en 1945 y lo que sobrevino después con el uso de esa energía en aquella planta sin mucha seguridad, Chernobil, originando un grave accidente… Si seguimos hurgando, podríamos conocer con más detalles las consecuencias de aquellas pruebas que se hicieron en el Pacífico Sur, entre ellas lo que provocaron las lluvias radiactivas. Ahora tenemos nuevas noticias, tras el accidente en Fukushima. Por ejemplo, que Alemania haya anunciado que cerrará todas las plantas nucleares”, enumeró.

Casi nadie ha meditado mucho sobre el hecho de que hoy la energía nuclear está menos protegida que nunca. “Un avión pequeño puede provocar una catástrofe mucho mayor que la de Chernobil. ¿Y cuál podría causar un loco? ¿O un suicida? ¿Y acaso no los hay? Puede crear una peor todavía un hombre con un botón nuclear. En la época de Hiroshima y Nagasaki nadie disponía de tal botón. Eran solo dos bombas las que se habían producido, y fueron lanzadas deliberadamente… Nadie tenía entonces un botón nuclear, ni hacía falta”, añadió Fidel.

Hoy ha cambiado dramáticamente la situación y la humanidad es mil veces más vulnerable. Fidel explicó: “Son 25 000 armas nucleares las que tiene el mundo y cada vez son más automáticas las respuestas posibles, porque no disponen de tiempo los hombres para tomar las decisiones.”

El Comandante en Jefe recordó que Cuba sabe muy bien lo que es una crisis nuclear. “Nos tocó vivir la de Octubre de 1962, y sabemos lo cerca que estuvo el mundo de la catástrofe. Ahora será peor: hay bombas de varios megatones y mucho más precisas. Se han hecho pruebas con bombas que alcanzan decenas de veces la potencia de las que fueron lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, que apenas rebasaban algunas decenas de kilotones. Nadie sabe qué efectos causaron las lluvias ácidas tras esas pruebas”.

Por eso, dijo Fidel, “nuestro deber -y es la mejor forma de apoyar el esfuerzo de las víctimas de aquel bárbaro y brutal ataque contra Hiroshima y Nagasaki- es divulgar todo esto”.  Por ello exhortó a los organizadores del Foro a que escribieran un libro que narrara las historias e incluyera los análisis que allí se habían compartido. Que se editara “con un lenguaje claro, en favor de la paz, de la eliminación de estas armas, persuadiendo al mundo. El reto no es que esto lo conozca un millón, sino millones. Es una gran batalla de ideas y la conciencia es fundamental”.

Y concluyó: “El mundo tiene que defender la causa más importante de todas: la supervivencia de la especie.”

Un acto de racismo nuclear

En esos términos se expresó Roland Olham, Presidente de la Asociación de Víctimas de las armas nucleares, de Tahití, quien luego de expresar un profundo reconocimiento a Fidel por su liderazgo y al pueblo cubano por haber resistido al bloqueo norteamericano por más de cinco décadas, realizó una potente denuncia contra Francia, por sus ensayos nucleares primero en Argelia y, tras la independencia de ese país, en la llamada Polinesia francesa.

Por más de 30 años, entre 1960 y 1996, explotaron en ese pequeño territorio del Pacífico 133 bombas, la mayor concentración de ensayos nucleares en un solo lugar del planeta.

Los norteamericanos, los ingleses y los franceses han utilizado el Pacífico para sus ensayos nucleares. Algunas islas del Pacífico como el Atolón  de Muroroa se siguen usando como almacenes de desechos nucleares. Allí se han hecho más de cien ensayos subterráneos y el atolón está a punto de fragmentarse y pulverizarse. Si se desmorona, podría provocar un tsunami que causaría una gran catástrofe no solo para el Pacífico sino para el mundo por la gran cantidad de material radiactivo, químico, que contaminaría la vida marina.

“Lo que han hecho los franceses en mi país es un acto de agresión contra la minoría que somos. Es un acto de racismo que yo denomino “racismo nuclear”.
Oldham fue especialmente agudo en el análisis de la hipócrita política occidental que mientras habla de la paz, comete uno tras otros los más grandes crímenes. “Tienen sangre en las manos”, denunció y aseveró: “No se puede obtener la paz a través de las armas nucleares. No se puede cuando un país trata de agredir y dominar a otros…”

Un mundo con armas nucleares no puede existir

Tras escuchar la intervención del tahitiano Roland Oldham, Fidel siguió el hilo de la narración que había esbozado antes: ¿Qué hacer? ¿Cómo ayudar en este gravísimo problema que la humanidad tiene ante sí? El asunto primordial para el Comandante en Jefe es reconocer que “un mundo con armas nucleares no puede existir. No es compatible la paz con las armas nucleares, un hecho que cualquiera puede comprobar”.

La gran paradoja que se vive hoy es que el ser humano está más amenazado que nunca, y a su vez, es un hecho real que nunca la ciencia ha avanzado “a un ritmo tan fabuloso”, acotó el Comandante. Cuba es un ejemplo de cuánto nos hemos beneficiado de ella, particularmente de la ciencia médica, algo que ha compartido con decenas de países sin hacer la más mínima publicidad, y desde los primeros años de la Revolución, cuando un equipo médico de la Isla asistió a los argelinos víctimas de la guerra contra la invasión francesa. “Hay hechos que demuestran las posibilidades reales de nuestros países, aunque no seamos ricos”, y más adelante añadió una certeza: “Lidiando con estos problemas, la ciencia es capaz de salvar muchas vidas.”

Pero la primera y gran preocupación de Fidel -tema al que volvió mas de una vez en su intervención en el Foro- es “qué hacer por la supervivencia de la humanidad”. Hubo en torno a esta idea reflexiones memorables. Citamos una, que quizás explica por qué los diez hibakushas rindieron aquel emocionado homenaje a Fidel: “Nadie nos puede arrebatar la libertad para influir en los demás, dando a conocer la verdad que es la única forma de cambiar los acontecimientos… Se trata de una batalla que estamos obligados a ganar, y habrá que  hacer todo lo posible para ganarnos el derecho a seguir existiendo.”

Los diez hibakushas

Takaaki Kitamura
Nació en Nagasaki el 3 de enero de 1929. Recibió el impacto de la bomba a la edad de 16 años. Vive en Nagasaki. Entró a esta cuidad al día siguiente de la agresión, como parte del equipo de socorro y fue testigo de las horrorosas escenas. Varios años después presentó hemorragias en la encías y otros síntomas debido a la exposición de las radiaciones. Al concluir la guerra, trabajó en la Universidad de Nagasaki y en el hospital de este centro. Sufrió cáncer de lengua y barbilla y necesitó de una operación.
Shokong Lee
Nació en Hiroshima el 15 de agosto de 1929. Recibió el impacto de la bomba a la edad de 16 años. Actualmente vive en Hiroshima. Pertenece a la segunda generación de coreanos en Japón. Su papá fue traído a la fuerza por la colonización. Shokong trabajó en la Empresa Japonesa de Trenes y le impactó la bomba mientras se dirigía a la oficina. Sus padres entraron a la ciudad justo después de la bomba y debido a ello pasaron buena parte de su vida en hospitales.
Sadao Haraguchi
Nació en Nagasaki el 25 de junio de 1931. Tenía 14 años cuando lanzaron la bomba. Actualmente vive en Nagasaki. Recibió el impacto cuando se encontraba a 3 km del epicentro. Se dedicó a la docencia.
Shizuko Matsunaga
Nació el 1 de enero de 1932. Recibió el impacto de la bomba a la edad de 13 años. Actualmente vive en Hiroshima. Cuando la bomba fue lanzada, ella era estudiante de secundaria y estaba preparándose para evacuar la ciudad. Sufrió quemaduras en la cara y el cuello. Su abuela, con quien vivía, fue aplastada por el armario que calló a causa de la onda expansiva y murió un mes después. Ella misma sufrió enfermedades a causa de la radiación y durante 6 meses permaneció en cama luchando contra una grave enfermedad a la cual sobrevivió milagrosamente.
Hiroshi Nakamura
Nació el 5 de enero de 1932 en Hiroshima. Recibió el impacto de la bomba a la edad de 13 años. Ahora vive en Fuchu-city, Hiroshima. Durante la guerra trabajaba en la Empresa Japonesa de Trenes y cuando se produjo el hecho, se dedicó a salvar y ayudar a otros sobrevivientes, además de recoger cadáveres. Un mes después de la explosión, presentó hemorragias en las encías y perdió el cabello. Tuvo que ser hospitalizado por reducción de glóbulos blancos. Actualmente es el presidente de la Asociación de los Hibakushas de Fuchu-city.
Kazumi Yamada
Nació el 3 de agosto de 1922 y recibió el impacto de la bomba en Nagasaki, a la edad de 12 años. Actualmente vive en Nagasaki. Nació en el noroeste de China por el trabajo de su padre. Llegó a Nagasaki para vivir con su abuela. Recibió el impacto de la bomba cuando se encontraba a 2,3 km del epicentro. Pertenece a la Asociación de la Promoción de Paz de Nagasaki trabaja como guía y contador.
Masakazu Masukawa
Nació el 2 de abril de 1941. Tenía 4 años cuando recibió el impacto de la bomba. Actualmente vive en Nagasaki. Estaba a 3,4 km del epicentro. Su abuelo y su padre, que estaban más cerca, murieron y jamás se encontraron sus cuerpos. Padeció un tumor medular cuanto tenía 37 años. Trabaja en la emisora de radio Nagasaki Housou y se dedica a producir programas sobre experiencias Hibakushas. Es director del Museo para la paz en Nagasaki.
Mitoshi Nagashima
Nació el 13 de abril de 1941. Tenía 4 años cuando recibió el impacto de la bomba. Actualmente vive en Usuki-city, Oita. Estaba a 2 km del epicentro y sufrió quemaduras en su brazo izquierdo y en ambas piernas, donde aún tiene cicatrices. Su padre había muerto en la batalla de China y sus madre y sus abuelos recibieron la radiación, pero no sufrieron efectos graves. Es director de la Asociación de Hibakushas de Usuki-city.
Ritsuko Ishikawa
Nació el 15 de enero de 1944 en Hiroshima, donde reside. Recibió el impacto de la bomba cuando tenía un año. Es la segunda de tres hermanas. Tras la bomba, perdió a su padre y a dos tías con quienes vivía. Siete años después, su madre falleció por las secuelas de la radiación y ella y sus hermanas fueron criadas por su abuela. Actualmente es maestra de escuela.
Tadayoshi Ogawa
Nació el 23 de marzo de 1944. Recibió el impacto de la bomba cuando tenía 1 año, en Nagasaki, donde vive. El día en que cayó la bomba su familia se encontraba fuera de la ciudad y cuando regresaron, recibieron los efectos de la radiación. Se dedica a la fotografía y todos los años toma fotos de Nagasaki a las 11.02 horas del día 9 de agosto (momento exacto en que EEUU lanzó la bomba contra su ciudad).