jueves, 13 de febrero de 2014

La Federación de Rusia y la República Popular China en la Organización de Cooperación de Shanghai.


Por Adria Espinosa Escobar

La globalización ha estrechado los vínculos entre los distintos países y profundizado la interdependencia, ha cambiado los contenidos y conceptos de la diplomacia, la relación entre los asuntos internos y externos,  el entorno, los temas, los métodos y medios. La diplomacia en la actualidad rebasa el tradicional marco político y llega hasta los campos económico, cultural y militar, hoy los actores de la diplomacia son los Estados, las organizaciones internacionales, corporaciones transnacionales, partidos políticos, parlamentos y organizaciones no gubernamentales.  El proceso de globalización económica se aceleró después del fin de la Guerra Fría, momento a partir del cual, Estados Unidos de Norteamérica quedó como la única potencia hegemónica a nivel mundial.

Ante esta nueva situación mundial la Federación de Rusia y la República Popular China proponen el establecimiento de un nuevo orden político y económico internacional que propicie la creación de un mundo multipolar, la democratización de las relaciones internacionales y la diversificación de los modos de desarrollo económico.
  
Los temores de Rusia y China con respecto a “Estados Unidos de Norteamérica” fueron confirmados por hechos tales como: el despliegue de los movimientos diplomáticos y las alianzas por la región; la prohibición de Estados Unidos de Norteamérica a la Unión Europea de levantar el embargo de ventas de armas a China, el cual se estableció en el año 1989 tras los sucesos de Tiananmen; la ampliación de la Unión Europea y la OTAN hacia el Este y la actitud más activa de Estados Unidos de Norteamérica, desde la antigua Yugoslavia hasta Taiwán; así como la guerra de Kosovo. Todo esto le demostró a China y a Rusia que no podían hacer valer sus intereses, lo cual los compulsó a realizar una serie de intercambios militares-tecnológicos y a adoptar posiciones diplomáticas coincidentes frente a lo que han considerado como “unilateralismo” y “hegemonismo” estadounidense.

La concepción euroasiática de la Federación de Rusia

La política euroatlantista desarrollada por el gobierno de Boris Yeltsin en la Federación de Rusia resultó ser un camino erróneo y artificial que no se correspondía con la historia,  ni la cultura de la población. La poca efectividad de la ayuda occidental y  la desigual competencia en los mercados exportadores occidentales, fueron situaciones muy criticadas por la oposición nacionalista, finalmente se acordó que la copia de esquemas occidentales, carentes de arraigo y raíces en la sociedad rusa, podría crear problemas adicionales más que resolverlos.

La Federación de Rusia eligió finalmente la integración regional con los países de Asia, se estructuró una estrategia hacia esta región y se comenzó a concebir a Rusia como un país euroasiático. De esta manera la estrategia geopolítica de la Federación de Rusia hacia Asia-Pacífico adquirió prioridad sobre la vertiente euroatlántica.

La estrategia trazada por el presidente Vladimir Putin desde su primer mandato, es la que continúa aplicando la Federación de Rusia en la actualidad. Esta política se basa en el retornó a la concepción geopolítica euroasiática a partir de una serie de factores objetivos tales como los recursos naturales y energético. En este sentido la cooperación entre la Federación de Rusia y la República Popular China ha propiciado en gran medida la aproximación de Rusia hacia el Noreste y Sudeste asiático.

Una de las primeras estrategias adoptadas por la Federación de Rusia fue promover  la integración económica, política y militar con los países de la CEI. Rusia necesitaba controlar los mercados, los recursos industriales y las materias primas de la Comunidad de Estados Independientes, para garantizar su crecimiento económico, al mismo tiempo, no podía perder su liderazgo estratégico sobre estas nuevas repúblicas y tenía que proteger a sus importantes minorías, disgregadas por los nuevos países, algunas de ellas enfrentadas entre sí, y otras opuestas a las intensiones hegemónicas internacionales de la Federación de Rusia.

Para consolidar el liderazgo de la Federación de Rusia sobre las áreas de Europa Central, Europa Oriental y Cáucaso,  el gobierno de Vladimir Putin aplicó las siguientes medidas políticas:

1. Incrementó la influencia política, económica y militar en los países vecinos más vinculados a Rusia, tales como: Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán; 

2. Se opuso a las iniciativas expansionistas de occidente, especialmente a las de Estados  Unidos de Norteamérica durante la administración Bush.

3. Ejerció presión  sobre los países que se oponían a los intereses de seguridad de la Federación de Rusia, díganse los países bálticos, Moldavia, Georgia y Polonia.

La estrategia de la Federación de Rusia consiste en utilizar los intereses que comparte con los países de la región para desarrollar sus relaciones bilaterales y multilaterales, así como para promover y crear asociaciones que incluyen aspectos geopolíticos y regionales. Rusia define su táctica como pragmática, y su objetivo fundamental es desarrollar los territorios de Siberia y Lejano Oriente, para que la región pueda mantener una integración equilibrada con los países vecinos.
 
En cuanto a seguridad territorial una de las prioridades que tiene el país es parar la entrada de narcóticos desde Afganistán y de activistas islámicos por el sur, la Federación de Rusia presta especial atención a las repúblicas islámicas ex – socialistas soviéticas en Asia Central, con las cuales trata de mantener las mejores relaciones.

El nuevo concepto de seguridad de la República Popular China

Los dirigentes de la República Popular China formularon un nuevo concepto de seguridad en respuesta a los cambios profundos que se produjeron en las relaciones internacionales al finalizar la Guerra Fría. Este nuevo concepto de seguridad promueve la confianza mutua, el beneficio recíproco, la igualdad y la colaboración. Es un concepto amplio, que incluye los siguientes principios: integridad territorial, inviolabilidad de la soberanía, seguridad económica, cultural, ecológica y de la información, así como la lucha contra los crímenes internacionales, la proliferación nuclear, los conflictos étnicos, el tráfico de drogas, el terrorismo y las migraciones transfronterizas.

Las relaciones de la República Popular China con los países de la región se caracterizan por ser pacíficas y amistosas y se basan en los cinco principios de coexistencia pacífica: respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial, no agresión, no injerencia en los asuntos internos de otros países, igualdad y beneficios recíprocos y coexistencia pacífica.  Con el objetivo de mantener la seguridad regional y mundial, la República Popular China promueve su nuevo concepto de seguridad y convoca a aumentar la comprensión y la confianza mutuas mediante el diálogo y la cooperación, aboga por la solución pacífica de las divergencias y los conflictos internacionales.

El gobierno de la República Popular China desarrolla sus relaciones exteriores por diversos canales y a distintos niveles, China aplica el concepto de “diplomacia integral” que se desglosa en: la diplomacia económica, la diplomacia cultural, la diplomacia al servicio del pueblo, la diplomacia militar, la diplomacia de cumbres, la diplomacia parlamentaria, la diplomacia entre partidos y la diplomacia entre los pueblos.

La estrategia de China hacia la región Asia-Pacífico se basa fundamentalmente en el desarrollo de una diplomacia económica, la cual está incluida en la estrategia nacional de desarrollo económico-social del país por constituir un medio eficaz para promover los intereses nacionales y una plataforma importante para fortalecer las relaciones internacionales.  Misiones de la diplomacia económica:

1.  Fortalecer las relaciones económicas, desarrollar la cooperación en lugar de la confrontación para asegurar el mercado necesario para el desarrollo económico de China;

2.    La cooperación en condiciones de igualdad y beneficio mutuo en el campo económico;

3.    Impulsar y desarrollar las relaciones con los países del área;

4.    La integración en los mecanismos económicos globales y la participación en la cooperación económica;

5.     Desarrollar diálogos económicos multilaterales y construir zonas de libre comercio;

6.   Promover la cooperación internacional en los campos de la energía, cambio climático y medio ambiente.       

La  República Popular China compra yacimientos y acciones en importantes corporaciones energéticas y al mismo tiempo concede créditos generosos y costea proyectos de inversión para promover la industria en la región, esto le ha permitido estrechar lazos con los dirigentes locales.

Al mismo tiempo China despliega una “diplomacia cultural”, que tiene como objetivo materializar los intereses nacionales, salvaguardar la integridad territorial, la soberanía y la seguridad nacional. El intercambio cultural con el extranjero es un elemento importante en las relaciones exteriores de China. El país a través de la diplomacia cultural busca:

1.    Salvaguardar la seguridad nacional;

2.    Aumentar el entendimiento recíproco entre el pueblo chino y los pueblos del mundo;

3.    Difundir la cultura tradicional china en ultramar y brindar una visión real al mundo de China;

4.  Elevar la confianza mutua entre China y los países vecinos, a través de intercambios culturales no gubernamentales;

5.   Estabilizar las relaciones de China con aquellos países con los que aún tiene conflictos diplomáticos.

El gobierno chino aplica el principio de cooperación de beneficio mutuo ganar-ganar. Con actitud abierta y pragmática la República Popular China mantiene con los países de la región y las organizaciones internacionales estrechas relaciones de consulta y diálogo sobre las cuestiones de interés común o temas pendientes.

La Organización de Cooperación de Shanghai.

La República Popular China y la Federación de Rusia abogan por el establecimiento de un nuevo orden político y económico internacional,  que sea multipolar, promueven la democratización de las relaciones internacionales y la diversificación de los modos de desarrollo.

Por iniciativa de la República Popular China, en el año 1996 la Federación de Rusia, la República Popular China, Kazajistán, Tayikistán y Kirguizistán fundaron el grupo de los “Cinco de Shanghai”,  este mecanismo limitó la intromisión foránea en Asia Central y creó una atmósfera favorable para la cooperación y el desarrollo de las relaciones entres sus estados miembros. Los primeros encuentros estuvieron dedicados a la solución de los problemas fronterizos, en ese sentido se adoptaron dos documentos fundamentales, el Acuerdo sobre Construcción de Confianza en la Esfera Militar en las Áreas Fronterizas y el Acuerdo sobre la Reducción Mutua de las Fuerzas Militares en las Áreas Fronterizas. 

A raíz de estos acuerdos, la República Popular China (Jiang Zemin) y la Federación de Rusia tomaron medidas a favor del impulso de la confianza mutua en las fronteras, esto a su vez propició  la cooperación en otros terrenos. Por iniciativa del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin,  el grupo creo mecanismos para luchar de forma coordinada contra el extremismo religioso, el crimen organizado, el contrabando de armas, el terrorismo, el tráfico de drogas. A su vez, se expandió la cooperación a los campos de humanidades, educación, cultura y economía, ciencia y tecnología, se comenzaron a ejecutar programas conjuntos para el aprovechamiento de la energía, la protección ambiental  y la salvaguarda de  la paz y la seguridad regional  mediante la articulación político-militar.

Los intereses comunes de la Federación de Rusia y la República Popular China en cuanto a la seguridad internacional y la creación de un mundo multipolar, los llevaron a unificar posiciones en los asuntos internacionales. El 15 de junio de 2001 el Mecanismo de Cooperación de Shanghai se convirtió en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) e incorporó un sexto país, UzbekistánLa carta y la declaración de establecimiento de la OCS, retoman y amplían los objetivos del mecanismo de los Cinco de Shanghai.
      
La OCS atrae a muchos países de la región Asia Pacífico que buscan un diseño multipolar de las relaciones internacionales, la importancia de este organismo crece a gran velocidad, hay muchos países interesados en ingresar y es reconocido por muchas organizaciones internacionales. Hasta la fecha cuatro naciones han adquirido el estatus de “país observador”: Mongolia en el año 2004 e Irán, la India y Pakistán en el año 2005; Afganistán y Turkmenistán han participado en las cumbres anuales como “invitados distinguidos” Bielorrusia y Sri Lanka son considerados “socios del diálogo”.  
La República Popular China comparte fronteras con Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, la población china de esas zonas es islámica y quiere separarse de la nación. El gobierno de China caracteriza el irredentismo uigur como las “tres fuerzas maléficas”, las cuales están representadas por “el extremismo, el separatismo y el terrorismo”; la OCS tiene entre sus principales objetivos combatir estos males y a su vez garantizar la estabilidad regional, sus principios básicos están en correspondencia con los principios de la Carta de la ONU; el respeto por la independencia, soberanía e integridad territorial de cada uno de sus miembros; la no interferencia en los asuntos internos del otro, la no utilización de la fuerza contra el otro, ni la amenaza con la misma; la igualdad entre todos los estados miembros; la solución de todas las cuestiones a través de las consultas, la no-alineación y no elegir como blanco a otro país u organización; la apertura y deseo de llevar a cabo toda forma de diálogo, intercambio y cooperación con otros países y organizaciones relevantes internacionales y regionales.

El narcotráfico y las actividades de las organizaciones islamistas son motivos de preocupaciones para La Federación de Rusia, La República Popular China y las repúblicas centroasiáticas.
En el caso de la Federación de Rusia constituye un objetivo de seguridad nacional mantener su influencia económica, política y militar en la región. Con el fin de garantizar la estabilidad estratégica y la cooperación multilateral equitativa en el ámbito internacional, la Federación de Rusia centra sus esfuerzos en  mantener la paridad con Estados Unidos en el campo de las armas estratégicas ofensivas, con el menor coste posible.

La Federación de Rusia ha impulsado iniciativas regionales tales como la creación en el año 2002 de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC),  que es la primera organización intergubernamental de seguridad formalizada en la época de la postguerra fría, la OTSC tiene carácter político-militar y está compuesta por los siguientes países: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, en febrero del 2009 sus miembros firmaron el acuerdo que aprueba la creación de la Fuerza Colectiva de Reacción Rápida, que se  utilizará para rechazar cualquier agresión dirigida contra los países miembros, en caso de catástrofes y desastres naturales, así como para realizar operaciones especiales contra el terrorismo, narcotráfico, extremismo y crimen organizado.

El papel de la Federación de Rusia juega en la OCS es importante en cuanto a: garantía de la paz y la seguridad regional, cooperación energética y exportación de materias primas hacia la República Popular China. La República Popular China por su parte ha promovido la integración del comercio de toda la zona euroasiática, con esto busca incrementar el intercambio mercantil entre los países miembros para poder establecer una zona de libre comercio hacia el 2020. Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán aportan carbón, uranio, lana, cuero, ganado, algodón, textiles, trigo, carne y turismo.

Conclusiones

La Organización de Cooperación de Shanghai surge como parte del diseño geoestratégico y geopolítico de la  Federación de Rusia y la República Popular China, es un instrumento y mecanismo de política exterior utilizado por estas dos potencias. 

La alianza sino-rusa traza el camino a seguir y a su vez le concede importancia geopolítica a nivel internacional,  ambas potencias  se opone a los proyectos de la OTAN y a la injerencia de Estados Unidos en Asia Central y el Cáucaso, estos objetivos han sido aceptados por   los países que integran la OCS como propios. 

Esta organización regional estrecha los vínculos políticos, militares y económicos entre la Federación de Rusia, la República Popular China, Kazajistán, Tayikistán, Kirguizistán y Uzbekistán, a su vez refuerza la confianza mutua entre estos estados, crea lazos de nueva vecindad y amistad, impulsa el desarme en las fronteras compartidas, promueve la cooperación regional en diferentes áreas,  exhorta a trabajar juntos para mantener la paz, la seguridad y la estabilidad regionales; insta a  la creación de un nuevo orden político y económico internacional que sea justo, razonable y democrático.

La OTSC está estrechamente vinculada a la OCS y juega un papel geopolítico importante en el transporte y los corredores de energía, los corredores hacia el Este que unen a Asia Central con la República Popular China están militarmente protegidos por la OCS-OTSC.

La Federación de Rusia respondió al “Gran Juego” de Estados Unidos, con una estrategia energética, que se basa fundamentalmente en la exportación de gas natural y petróleo. Poseer las mayores reservas de petróleo y gas natural del mundo, le ha dado la posibilidad de crear un sistema de oleoductos que además de garantizar su propio desarrollo y seguridad energética, propicia el acercamiento hacia Europa a través del incremento de la cooperación energética regional, mantener el abastecimiento y el control del mercado de gas natural europeo tiene gran importancia geopolítica.   

La República Popular China logró concretar sus acuerdos energéticos con Turkmenistán y Kazajistán, este proyecto estrecha los vínculos económicos entre los países de la Organización de Cooperación de Shanghai y al mismo tiempo favorece a la Federación de Rusia ya que los países centroasiáticos ahora disponen de menos gas para enviar a Europa.

La República Popular China persevera en el diálogo y evita la confrontación directa, busca soluciones pacíficas a las divergencias y fricciones, partiendo de los intereses comunes establece asociaciones estratégicas de diversos tipos y relaciones de cooperación con diferentes países, contribuye al desarrollo regional con su propio desarrollo, respalda los esfuerzos para mejorar los sistemas comercial y financiero internacionales, promueve la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión.

China se opone a la política imperialista de agresión y guerra y basa su política exterior en los siguientes principios: salvaguardar la independencia, la libertad y la integridad soberana y territorial del país, apoyar la paz duradera internacional y la cooperación amistosa entre los pueblos. Para la solución de los problemas regionales la República Popular China sigue los principios que rigen las relaciones internacionales y aboga por la justicia.
      
Bibliografía

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lunes, 10 de febrero de 2014

El declinar del Imperio



Por Ernesto Gómez Abascal
Rebelión

Las injustas, ilegales y criminales guerras lanzadas por el imperio-sionismo contra los pueblos árabes e islámicos, bajo el falso argumento de combatir el terrorismo, han contribuido a provocar lo que se puede considerar el inicio de su definitivo declive. 

Su aventura bélica en Iraq, ha costado cientos de miles de muertos al pueblo iraquí y prácticamente la destrucción del país, pero las tropas invasoras han debido retirarse después de tener casi 5 mil muertos y varios miles de heridos y traumatizados, sin poder alcanzar sus objetivos de controlar el país e imponer un gobierno títere. Ante el fracaso, promueven su división y la guerra sectaria.

En realidad, está guerra no ha terminado al igual que la que iniciaron anteriormente en Afganistán, convertido en verdadero pantano para los invasores extranjeros.

El costo económico de ambas, devenidas en las más largas en que se ha visto envuelto, según estudios del economista estadounidense y Premio Nobel, Joseph Stigliz, supera los 3 millones de millones de dólares y ha sido uno de los factores determinantes de la crisis económica, que iniciada en los Estados Unidos, hoy se extiende a una buena parte del mundo. Excepto los gastos de la Segunda Guerra Mundial, el saldo de lo gastado en las aventuras de Afganistán e Iraq, superan ampliamente lo desembolsado en las guerras de Corea y Viet Nam, con la salvedad de que en los dos primeros escenarios el conflicto armado no ha llegado a su fin y siguen demandando importantes erogaciones.

John W. Dower, profesor emérito de Historia en el Massachusetts Institute of Technology y laureado escritor y periodista, afirma en su libro “Culturas de Guerra”, que “el grupo que se mantenía en el poder en Washington durante el gobierno de George W. Bush, actuó guiado por un fanatismo increíble al lanzar lo que llamaron “guerra contra el terrorismo”, obviando todo tipo de análisis histórico, y existió una predisposición total en ellos, que los hizo desconocer la realidad y ver solo lo que querían ver. El dogma superó al análisis objetivo e impidió una correcta previsión y planificación de las acciones que debían acometerse. Antes, habían desconocido la información de inteligencia que les indicaba el posible ataque terrorista que ocurrió en septiembre del 2001. (Fidel Castro, en un profundo análisis sobre estos hechos, había señalado casi lo mismo en su discurso en Santiago de Cuba el 8 de junio del 2002). 

No tuvieron en cuenta la herencia negativa dejada por décadas de participación e intervenciones europeas y estadounidenses en el Cercano Oriente, que influía en la visión de conjunto que poseía la mayor parte de los musulmanes y árabes.”

Según estudios realizados por Frank Slijper, miembro de la campaña neerlandesa contra el comercio de armas, investigador y colaborador del “Transnational Institute”, está demostrado también que en el origen de la crisis económica actual que sacude a los países europeos, se encuentran los crecientes gastos militares en que han incurrido en la última década. Gastos por demás injustificados, debido a que no han estado sometidos a reales amenazas de guerra y solo obedecen a nuevas ambiciones neocoloniales, a veces inducidas o promovidas desde Washington, como la aventura realizada contra Libia por la OTAN.

Por otra parte, la política del imperio estadounidense en el Cercano Oriente y el Norte de África, es capaz de ocasionar gran destrucción, daños materiales y enormes sufrimientos a sus pueblos, pero está demostrando su incapacidad de dominarlos e imponer sus intereses. Lejos de esto, sus acciones promueven el odio y la venganza, nunca la seguridad ni la estabilidad, además de proporcionar serios daños a su economía.

No obstante, su complejo de gran potencia imperial y el empeño de los dirigentes de la estructura financiera-militar-industrial por dominar el mundo, (influida en buena medida por intereses sionistas), continúa llevándolo por el camino equivocado. Por ello cada vez son más evidentes las señales de decadencia y resquebrajamiento como primera potencia mundial.

El fracaso de la guerra contra Siria y de su empeño en eliminar el importante papel que juega Irán en la región, para imponer el absoluto dominio de los intereses sionistas imperialistas, dan evidencia adicional del declive de su política hegemonista.

El imperio comenzó su momento de crecimiento en el siglo XIX, cuando consolidó la expansión de las originales 13 colonias hacia el oeste a costa de desplazar y casi aniquilar a los pobladores originarios y desmembrar buena parte de México, después de obtener por diferentes vías, los territorios de la Florida, la Luisiana, y Alaska. Lenin calificó como la primera guerra imperialista, la lanzada por el gobierno de Washington en 1898 contra España, que lo llevaría a ocupar la Isla de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas. Antes, habían promovido el desgajamiento de parte de Colombia, para establecer y dominar en el istmo de Panamá, la estratégica Zona del Canal, vía indispensable para las comunicaciones marítimas entre los océanos Atlántico y Pacífico. Sus marines intervinieron después en diferentes países de América Latina y El Caribe para imponer sus intereses comerciales y financieros, así como para establecer numerosas bases militares. Era entonces la época dorada del imperio, “su primavera”, cuando llegó a desplazar a Gran Bretaña como potencia hegemónica durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta etapa se había consolidado con la imposición del dólar como moneda privilegiada por los acuerdos adoptados en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, en la cual se crearon también el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, devenidos rápidamente en instrumentos de explotación y dominación financiera.

América Latina y el Caribe, eran en realidad en esos tiempos, lo que recientemente el Secretario de Estado, John Kerry, cometiendo un fatal desliz, calificó como “el actual patio trasero” de los Estados Unidos. En efecto, durante buena parte del siglo XX, los gobernantes de Washington hacían y deshacían lo que querían en todo el continente: cambios de régimen a su antojo; golpes de estado; desembarco de sus marines y ocupación de tierras; dominio casi absoluto del comercio; imposición de privilegios para sus empresas transnacionales; control bancario y financiero, y dominio económico a través del manejo de una deuda externa impuesta según sus intereses, etc.

El pensamiento del Sr. Kerry, al igual que el de otros políticos estadounidenses, parece haber quedado atrapado en el pasado y no se ha dado cuenta del declive del poder estadounidense en la región, el cual se iniciaría con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, país que por estar a solo 150 kilómetros de sus costas, atado a la economía de la gran potencia y donde sus empresas eran propietarias de los principales recursos, parecía poseer las más alejadas posibilidades de llevar adelante, con éxito, una revolución antimperialista. 

Este acontecimiento histórico y el hecho de que la Revolución Cubana demostrara la capacidad de resistir de forma exitosa la guerra que le hacía la gran potencia, y además fuera capaz de resolver problemas básicos para su población, como el otorgamiento general y gratuito de los derechos a la educación, salud, empleo, seguridad social y otros, sirvió de ejemplo y estímulo a otros pueblos de la zona, donde a partir de la segunda mitad del siglo XX, se iniciaron similares procesos liberadores, los cuales aunque no llegaron a tomar el poder, crearon las condiciones para los profundos cambios populares que se han producido en las dos últimas décadas, en las que, a pesar de lo manifestado por Kerry, dejamos de ser “el patio trasero” del imperio. 

Gobiernos independientes, que trabajan por producir transformaciones básicas en las estructuras de poder, reducir las desigualdades económicas y sociales, coordinan hoy sus intereses para consolidar una integración regional al margen y en contra de la histórica política hegemónica de los Estados Unidos.

La Revolución Bolivariana en Venezuela, con el importante liderazgo de Hugo Chávez, que aún después de su muerte sigue inspirando a los pueblos de la región y de otras partes del mundo, vino a fortalecer de forma decisiva la línea independentista latinoamericana.

Así han surgido la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA); la Unión de Naciones Sudamericana (UNASUR); la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); PETROCARIBE Y MERCOSUR. Los exitosos resultados de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana los pasados días 28 y 29 de enero, donde no participan Estados Unidos ni Canadá, dan otra muestra muy importante del declinar de su poder.

La República Popular China ya está sobrepasando a los Estados Unidos como principal socio comercial del subcontinente latinoamericano y caribeño, que en un proceso no exento de dificultades, pero al parecer irreversible, avanza y tiene condiciones para convertirse en un factor importante en un nuevo mundo multipolar.

El grupo de países, integrados en el llamado BRICS, también marcha en esta dirección y es sin dudas, otro elemento que menoscaba el predominio de los Estados Unidos como única potencia hegemónica. 

De las turbulencias políticas y sociales que han generado en el Cercano Oriente, no podrán esperar resultados positivos para sus intereses, pues lo que realmente se fomenta es el odio de los pueblos hacia su política y hacia las élites corruptas que ellos protegen. Desde hace más de medio siglo, la política exterior de los Estados Unidos para la región, ha sido secuestrada por el sionismo y esto no cambiará hasta que el pueblo estadounidense tome conciencia de que ha estado siendo manipulado en contra de sus intereses. Solo entonces se crearán las condiciones para alcanzar la paz.

Rusia y China han mantenido su posición firme para evitar que la política antisiria de los EEUU, logre el aval del Consejo de Seguridad y la ayuda militar de Moscú a Damasco juega un papel importante.

El imperio estadounidense todavía puede causar mucho daño y destrucción en su empeño hegemónico, pero sin embargo cada vez es más incapaz de imponer su dominio. El propio pueblo estadounidense está tomando conciencia de que una élite privilegiada de banqueros, financieros y empresarios de los sectores más poderosos, como la industria armamentista, energética y farmacéutica, que también controlan los grandes medios, obtienen crecientes y multimillonarios ingresos, mientras hacen recaer sobre los trabajadores y los miembros de las clases bajas, las consecuencias de la crisis económica.
No creemos ser demasiados optimistas si afirmamos que el declinar del imperio es indetenible.

Ernesto Gómez Abascal, es escritor y periodista. Fue embajador en varios países del Oriente Próximo y durante muchos años atendió las relaciones con partidos, organizaciones y movimientos de liberación de la región.

miércoles, 5 de febrero de 2014

ESTADOS UNIDOS, PRIMER FINANCISTA MUNDIAL DEL TERRORISMO


Desde la guerra de Afganistán contra los soviéticos, numerosos autores han mencionado el papel de Estados Unidos en el financiamiento del terrorismo internacional. Pero hasta ahora se trataba de acciones secretas cuya existencia Washington nunca reconocía mientras estaban teniendo lugar. En el caso de Siria se ha dado un paso decisivo: el Congreso estadounidense ha votado financiamiento y armamento para dos organizaciones que representan a al-Qaeda. Lo que hasta ahora fue un secreto a voces se ha convertido en la política oficial del «país de la libertad»: el terrorismo.


Por Thierry Meyssan

Muchas sorpresas marcaron la primera semana de la conferencia de paz Ginebra 2. Desgraciadamente, la censura impuesta a los grandes medios de difusión no permitió que el público occidental fuese informado sobre esos acontecimientos.

En eso reside la principal paradoja de la guerra contra Siria: se divulgan imágenes que ofrecen un panorama contrario a la realidad. Según los medios de prensa internacionales, en este conflicto un grupo de Estados, reunidos alrededor de Washington y de Riad, que supuestamente defienden la democracia y encabezan la lucha mundial contra el terrorismo, se enfrentan a Siria y a sus aliados rusos, presentados a su vez como dictaduras que manipulan el terrorismo.

Si bien todo el mundo está perfectamente consciente de que Arabia Saudita no es una democracia sino una monarquía absolutista, la tiranía de una familia y una secta sobre todo un pueblo, Estados Unidos tiene la reputación de ser una democracia y hasta se le considera como «el país de la libertad».

Pero la información más importante de toda la semana fue censurada en el conjunto de los países miembros de la OTAN: el Congreso de Estados Unidos se reunió en secreto para votar financiamiento y armamento destinados a los «rebeldes en Siria» hasta el 30 de septiembre de 2014.

Sí, querido lector, ¡usted ha leído bien! En Estados Unidos, el Congreso realiza reuniones secretas que la prensa ni siquiera tiene derecho a mencionar. Es por esa razón que la información, originalmente transmitida por la agencia británica Reuters [1], ha sido cuidadosamente ignorada por toda la prensa escrita y audiovisual, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los medios de difusión de Europa occidental, al igual que en los llamados países del Golfo. Esa verdad sólo tiene derecho a conocerla los habitantes del «resto del mundo».

La libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a la información son –al menos eso se supone– condiciones sine qua non de la democracia. Y resulta que son más respetadas en Siria y en Rusia que en Occidente.

Como nadie ha leído la ley que adoptó el Congreso estadounidense, ni siquiera se sabe exactamente lo que en ella se estipula. Lo que sí ya se hace evidente es que los mencionados «rebeldes» ya no están tratando de derrocar el Estado sirio –han tenido que renunciar a ello– y que su nuevo objetivo es «desangrarlo». Por eso es que no se comportan como soldados sino como terroristas.

De nuevo ha leído bien, estimado lector. Estados Unidos, el país que supuestamente fue víctima de al-Qaeda el 11 de septiembre de 2001 y que desde entonces encabeza la «guerra global contra el terrorismo», financia ahora el principal vivero del terrorismo internacional, donde actúan dos organizaciones oficialmente subordinadas al-Qaeda: el Frente al-Nusra y el Emirato Islámico en Irak y el Levante. Y ya no se trata de una oscura maniobra de los servicios de inteligencia sino de una ley, plenamente asumida y legalizada, aunque haya sido adoptada a puertas cerradas para no entrar en contradicción con la propaganda oficial.

Por otro lado, ¿cómo podría la prensa –la prensa que afirma desde hace 13 años que al-Qaeda es el autor de los atentados del 11 de septiembre, la prensa que nunca ha mencionado el hecho que aquel 11 de septiembre el presidente George W. Bush fue destituido por los militares–, cómo explicaría esa prensa a su público esta decisión del Congreso? En Estados Unidos hasta el procedimiento mismo de «Continuidad del Gobierno» (CoG) está protegido por la censura. Así que el público del mundo occidental nunca supo que el 11 de septiembre de 2001 se produjo en Estados Unidos una transferencia del poder de manos de los civiles a manos de los militares a las 10 de la mañana y hasta bien entrada la noche, ni que durante todo aquel día Estados Unidos estuvo gobernado por una autoridad secreta, en violación de las leyes y de la Constitución de ese país.

En tiempos de la guerra fría, la CIA financiaba al escritor George Orwell, cuando este autor concebía la dictadura del futuro. Washington creía que despertaría así las conciencias ante el peligro soviético. La realidad es que la URSS nunca llegó a parecerse a la pesadilla que describió Orwell en su novela 1984, mientras que Estados Unidos se ha convertido en su encarnación misma.

Así que el discurso anual de Barack Obama sobre el Estado de la Unión se transformó en un ejercicio excepcional de la mentira. Ante los 538 miembros del Congreso que lo aplaudían de pie, el presidente declaró: «Hay algo que no cambiará: nuestra determinación de que los terroristas no lancen otros ataques contra nuestro país.» Y también dijo: «En Siria, apoyaremos a los grupos de oposición que rechazan los planes de las redes terroristas.»

Sin embargo, cuando la delegación siria que participa en Ginebra 2 propuso a la delegación que supuestamente debería representar a la «oposición» una moción basada única y exclusivamente en las resoluciones 1267 y 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el terrorismo, los «opositores» rechazaron ese documento, sin que Washington protestase en lo absoluto. Pero es normal que no hubiese tal protesta dado que es Estados Unidos quien estimula el terrorismo… y que la delegación de la «oposición» recibe órdenes directamente del embajador estadounidense Robert S. Ford, incluso presente en Ginebra.

Robert S. Ford, trabajó como asistente de John Negroponte en Irak. A principios de los años 1980, John Negroponte dirigió la guerra estadounidense contra la revolución sandinista en Nicaragua contratando para ello miles de mercenarios que, junto a algunos colaboradores locales, fueron rápidamente identificados por la población nicaragüense como «los Contras». La Corte Internacional de Justicia, o sea el tribunal interno de las Naciones Unidas, condenó a Washington por aquella injerencia, cuyo verdadero carácter se trataba de esconder. Más tarde, en los años 2000, Negroponte y Ford aplicaron el mismo escenario en Irak. En aquel momento, el objetivo era acabar con la resistencia nacionalista iraquí utilizando contra ella a los hombres de al-Qaeda.

Esta vez, en enero de 2014, mientras que los sirios y la delegación de la «oposición» discutían en Ginebra, en Washington el presidente Obama proseguía su ejercicio de hipocresía diciéndole al Congreso –cuyos miembros lo aplaudían mecánicamente– que «luchamos contra el terrorismo no sólo a través de las actividades de inteligencia y las operaciones militares sino también cuando permanecemos fieles a los ideales de nuestra Constitución y dando el ejemplo al mundo (…) y seguiremos trabajando con la comunidad internacional para dar nacimiento al futuro que merece el pueblo sirio, un futuro sin dictadura, sin terror ni miedo».

La guerra de la OTAN y del Consejo de Cooperación del Golfo contra Siria ya ha dejado un saldo de 130 000 muertos –según las cifras del MI6 divulgadas por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH)–, muertos cuyos verdugos son los mismos que atribuyen la responsabilidad de sus muertes al pueblo que se atreve a oponerles resistencia y a su presidente, Bashar al-Assad.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

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FRANCIA

martes, 4 de febrero de 2014

Rusia y China empujan los gastos mundiales de defensa ante los recortes de Occidente

Rusia y China están detrás del crecimiento del presupuesto militar global por primera vez en cinco años, según un nuevo informe.

Las Fuerzas Armadas de China y Rusia ven su presupuesto aumentado mientras el Pentágono y muchos países de la OTAN están recortando sus gastos militares.

China gastará 148.000 millones de dólares en las Fuerzas Armadas este año, en comparación con los 139.200 millones de 2013, según reveló IHS Jane's, una empresa de consulta y análisis en el ámbito de defensa.

Se espera que el centro de gravedad de los gastos militares siga desplazándose hacia el sur y el este  

Los gastos militares del gigante asiático ya sobrepasan los de cualquier país excepto Estados Unidos. Aunque Washington desembolsa mucho más –se han pronosticado 574.900 millones para este año–, sus gastos militares han decrecido desde los 664.300 millones en 2012.

Este año China destinará para fines militares más dinero que el Reino Unido, Alemania y Francia juntos, y para 2024 China gastará más que Europa occidental entera, según IHS Jane's.

El crecimiento del presupuesto militar chino –que este año será superior al de 2009 en una tercera parte– coincide con la escalada de tensión con sus vecinos debido a la disputa sobre distintos territorios: con Vietnam y las Filipinas por varias islas y zonas marítimas en el mar de la China Meridional, y con Japón por unas islas deshabitadas en el mar de la China Oriental.

La tercera potencia en gastos militares, Rusia, ha registrado el mayor aumento de presupuesto militar.

Es una causa de preocupación que otros países estén invirtiendo cada vez más en defensa, pues significa que otros poderes que no necesariamente comparten nuestros intereses o nuestros valores llenarán un vacío  

Sus gastos se incrementarán en más del 44% en el transcurso de los tres próximos años, simultáneamente a una modernización de sus fuerzas. 

Este año Rusia gastará 78.000 millones de dólares en fines militares pese a la desaceleración económica.

Los datos indican que "se espera que el centro de gravedad de los gastos militares siga desplazándose hacia el sur y el este", concluyó IHS.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, acentuó que Occidente está cediendo influencia en la arena mundial a Rusia y China.

"Es una causa de preocupación que otros países estén invirtiendo cada vez más en la defensa, pues significa que otros poderes que no necesariamente comparten nuestros intereses o nuestros valores llenarán un vacío", dijo el jefe de la alianza, citado por 'The Telegraph'. 

Fuente: RT.