jueves, 17 de diciembre de 2015

Sugieren cirugía para Europa: "Expulsar a Estados Unidos de la OTAN"




El presidente de la Cámara Baja del parlamento ruso Serguéi Naryshkin ha propuesto asegurar la paz en Europa extirpando la OTAN que considera es el cáncer de Europa. 

Durante un encuentro mantenido con un grupo de parlamentarios serbios, el parlamentario ruso propuso su receta para el Viejo Continente si se quiere  reforzar la seguridad y estabilidad en Europa, o sea: "Expulsar a Estados Unidos de la Alianza", para luego tener la posibilidad de disolver la organización como tal sin obstáculos". 

Tengo una actitud especial hacia esta organización la OTAN que considero el tumor maligno de Europa", ha afirmado Naryshkin.

El diputado expresó que Rusia está preocupada por la expansión de la OTAN hacia el este y "su acercamiento a nuestras fronteras", según informó RIA Novosti.  

El diputado ruso solo habla de Europa, pero la OTAN es un cáncer también para todas las regiones del planeta. Basta con estudiar sus más recientes enfoques y conceptos sobre los escenarios en que debe actuar y estar presente la alianza militarista en el Sur.










lunes, 14 de diciembre de 2015

Mensaje de Fidel al Presidente Nicolás Maduro


Fidel señala que se une a la opinión unánime de los que felicitaron a Maduro por su brillante y valiente discurso la noche del 6 de diciembre, apenas se conoció el veredicto de las urnas

Por Fidel Castro Ruz

Querido Nicolás:

 Me uno a la opinión unánime de los que te han felicitado por tu brillante y valiente discurso la noche del 6 de diciembre, apenas se conoció el veredicto de las urnas.

En la historia del mundo, el más alto nivel de gloria política que podía alcanzar un revolucionario correspondió al ilustre combatiente venezolano y Libertador de América, Simón Bolívar, cuyo nombre no pertenece ya solo a ese hermano país, sino a todos los pueblos de América Latina.

Otro oficial venezolano de pura estirpe, Hugo Chávez, lo comprendió, admiró y luchó por sus ideas hasta el último minuto de su vida. Desde niño, cuando asistía a la escuela primaria, en la patria donde los herederos pobres de Bolívar tenían también que trabajar para ayudar al sustento familiar, desarrolló el espíritu en que se forjó el Libertador de América.

Los millones de niños y jóvenes que hoy asisten a la mayor y más moderna cadena de escuelas públicas en el mundo son los de Venezuela. Otro tanto puede decirse de su red de centros de asistencia médica y atención a la salud de un pueblo valiente, pero empobrecido a causa de siglos de saqueo por parte de la metrópoli española, y más tarde por las grandes transnacionales que extrajeron de sus entrañas, durante más de cien años, lo mejor del inmenso caudal de petróleo con que la naturaleza dotó a ese país.

La historia debe dejar también constancia de que los trabajadores existen y son los que hacen posible el disfrute de los alimentos más nutritivos, las medicinas, la educación, la seguridad, la vivienda y la solidaridad del mundo. Pueden también, si lo desean, preguntarle a la oligarquía: ¿saben todo eso?

Los revolucionarios cubanos —a pocas millas de Estados Unidos, que siempre soñó con apoderarse de Cuba para convertirla en un híbrido de casino con prostíbulo, como modo de vida para los hijos de José Martí— no renunciarán jamás a su plena independencia y al respeto total de su dignidad. Estoy seguro de que solo con la paz para todos los pueblos de la Tierra y el derecho a convertir en propiedad común los recursos naturales del planeta, así como las ciencias y tecnologías creadas por el ser humano para beneficio de todos sus habitantes, se podrá preservar la vida humana en la Tierra. Si la humanidad prosigue su camino por los senderos de la explotación y continúa el saqueo de sus recursos por las transnacionales y los bancos imperialistas, los representantes de los Estados que se reunieron en París, sacarán las conclusiones pertinentes.

La seguridad no existe hoy ya para nadie. Son nueve los Estados que cuentan con armas nucleares, uno de ellos, Estados Unidos, lanzó dos bombas que mataron a cientos de miles de personas en solo tres días, y causaron daños físicos y psíquicos a millones de personas indefensas.

La República Popular China y Rusia conocen mucho mejor que Estados Unidos los problemas del mundo, porque tuvieron que soportar las terribles guerras que les impuso el egoísmo ciego del fascismo. No albergo dudas que por su tradición histórica y su propia experiencia revolucionaria harán el máximo esfuerzo por evitar una guerra y contribuir al desarrollo pacífico de Venezuela, América Latina, Asia y África.
       
Fraternalmente,

Fidel Castro Ruz
Diciembre 10 de 2015
6 y 42 p.m.

Tomado de Granma

martes, 8 de diciembre de 2015

El gasto militar, una fuente sin explorar para el desarrollo



 
Patrulla militar de Estados Unidos en territorio afgano. Crédito: Rebecca Murray/IPS


NACIONES UNIDAS, 2 dic 2015 (IPS) - Los presupuestos militares son una fuente que la ONU aún no exploró en la búsqueda de los billones de dólares necesarios para financiar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que gobernantes de todo el mundo adoptaron en septiembre.

En su discurso ante la cumbre de los ODS, el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, fue uno de los pocos, si no el único, jefe de Estado que instó a todos los Estados miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a aportar al menos 1,0 por ciento de su presupuesto militar para la financiación del desarrollo.

Los países que más gastaron en armamento en 2014 fueron Estados Unidos (610.000 millones de dólares), China (216.000 millones), Rusia (84.500 millones), Arabia Saudita (80.800 millones), Francia (62.300 millones) y Gran Bretaña (60.500 millones).

Pero la reacción a esa solicitud ha sido mínima,  sobre todo ahora que los atentados terroristas en Europa y Medio Oriente probablemente lleven a los gobiernos a reforzar el gasto armamentista.

La implementación de los ODS, que deberán cumplirse para 2030 y que incluyen a la erradicación de la pobreza y el hambre, podría llegar a costar la asombrosa cifra de 3,5 billones a 5,0 billones de dólares por año, según cálculos de la ONU, mientras que el gasto militar mundial superó 1,8 billones de dólares en 2014.

La Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, una iniciativa de la ONU, asegura que solo para erradicar la pobreza se necesitarán 1,4 billones de dólares al año, sin incluir otros objetivos, como la protección ambiental, la mejora de la salud, la educación de calidad, la igualdad de género y la energía sostenible para todos.

Colin Archer, secretario general de la Oficina Internacional de la Paz (IPB), con sede en Ginebra, comentó a IPS que “una vez más, desilusiona confirmar que ni siquiera se considera la posibilidad de utilizar parte del tesoro militar del mundo”.

IPB, una red internacional de más de 300 organizaciones dedicadas a lograr un “mundo sin guerras”, intenta plantear este tema desde hace más de 10 años, que se analizará en un importante congreso mundial a celebrarse en septiembre de 2016 en Berlín.

IPB aboga por una reducción anual de 10 por ciento en los presupuestos militares de todos los países, para que los ahorros se destinen al gasto social y ambiental durante los 15 años de vigencia de los ODS.

Cuando se le preguntó qué tan factible era esta propuesta, Archer respondió que hubo muchas resoluciones de la ONU, excelentes discursos, buenos análisis, pero pocas medidas reales.

En abril de 1953, el entonces presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower declaró ante la Sociedad Americana de Editores de Periódicos de Estados Unidos que “cada arma que se fabrica, cada barco de guerra que es comisionado, cada cohete que se dispara significa, al fin y al cabo, un robo a los que tienen hambre y no son alimentados, los que tienen frío y no están vestidos”.

Durante la Guerra Fría, la cuestión del gasto militar se vio abrumada por la urgencia de la crisis nuclear, a pesar de que la financiación del desarrollo también era una parte de eso, destacó Archer.

“La cuestión tiene una larga historia, que se remonta a mediados del siglo XIX, pero creemos que la Campaña Mundial del Gasto Militar (que IPB lanzó en diciembre de 2014) es el primer esfuerzo mundial organizado” en ese sentido, sostuvo.

Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, los países que más gastaron en armamento en 2014 fueron Estados Unidos (610.000 millones de dólares), China (216.000 millones), Rusia (84.500 millones), Arabia Saudita (80.800 millones), Francia (62.300 millones) y Gran Bretaña (60.500 millones).

En noviembre, Gran Bretaña anunció que incrementaría el gasto militar, poniendo fin así a años de recortes. El primer ministro David Cameron declaró que su gobierno destinará 18.000 millones de dólares más a su defensa a lo largo de la próxima década.

En opinión de Archer, para que el gasto militar, aunque sea una ínfima parte, se canalice a la financiación para el desarrollo  “se requiere un movimiento de la sociedad civil fuerte para presionar a los legisladores y también a los medios de comunicación. Eso probablemente exija un cambio de gobierno a la izquierda en la mayoría de los países”.

Pero existen enormes intereses creados, y una poderosa cultura nacionalista que tiende a creer en la defensa militar contra todas las amenazas externas, añadió.

“Sin embargo, las desastrosas aventuras en Iraq, Afganistán, Libia, etc., etc., han hecho mucho para hacer que la opinión pública cuestione más las cosas, al menos”, comentó el activista.

Según IPB, el mundo desvía grandes cantidades de recursos hacia el sector de la defensa, dejando a necesidades básicas como la alimentación, la salud, la educación, el empleo y los problemas ambientales en gran medida subfinanciados.

El desequilibrio entre la defensa y los presupuestos para la ayuda social o el desarrollo es notable en la mayoría de los países.

Sin embargo, a pesar de la crisis económica y de que la opinión pública mundial se opone a los excesos del gasto militar, hay pocos indicios reales de que los gobiernos estén listos en este punto para iniciar un cambio radical en las prioridades de gasto.

Archer recordó que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ya ha dicho que “el mundo está súper armado pero que la paz está subfinanciada”.

“Pero (Ban) tiene muchos más problemas y es demasiado débil para enfrentarse a los grandes poderes”, afirmó Archer.

También señaló que la Oficina de la ONU para los Asuntos de Desarme brinda apoyo en este sentido, pero está empantanada en las arenas movedizas de las negociaciones del desarme.

Cada año, la Asamblea General de la ONU aprueba resoluciones al respecto, pero tienen un efecto nulo. Así que es la sociedad civil la que debe luchar para lograrlo, exhortó.


Este artículo integra un proyecto de medios de IPS América del Norte, Global Cooperation Council y Devnet Tokio.


Traducido por Álvaro Queiruga


Venezuela: Aún se está a tiempo de salvar la Revolución

 Por Carlos Aznárez

Venezuela instalada en el peor de los escenarios interpela a la conciencia de muchas y muchos latinoamericanos. ¿Qué ha ocurrido para que una oposición mediocre, sin programa político más allá del odio y el revanchismo contra todos aquellos que sea chavista, haya podido conseguir unos resultados de tanta holgadez que prácticamente los coloca en la puerta de obtener el gobierno?

Sin duda son varias las razones que fueron generando este presente, unas provocadas por el enemigo y otras muy ligadas a las propias contradicciones y errores de un proceso revolucionario, del que nadie, absolutamente nadie, está exento.

Tiene razón Nicolás Maduro cuando señaló en la madrugada del 7D que por sobre todas las cosas triunfó la guerra económica, y con ella puso a la contrarrevolución al borde de asaltar ese poder tan deseado por sus monitores de Washington. Una guerra que prácticamente se convirtió en estos dos últimos años en un bloqueo gestado desde adentro mismo del país para minar día a día, hora a hora, la voluntad de resistencia de quienes, dentro del propio pueblo venezolano, batallaron heroicamente contra el paro petrolero del 2002 y así hasta la fecha.  

“Guerra", se pronuncia fácil esa palabra cuando no se la vive en lo cotidiano: madres deseosas de dar de comer a sus hijos soportando largas colas, llenando sus bolsas no de alimentos sino de frustraciones continuas ante la falta de leche, harina pan, papel de baño, jabón, y tantos otros artículos que se escamotean con criminal insistencia. Contrabando hacia Colombia, llevándose lo que en cada ciudad escasea. Hay que haberlo vivido para saber que la bronca que estas situaciones  producen, apuntan casi siempre hacia arriba, no para denunciar solamente a los gestores reales de estas estrategias letales, empresarios millonarios e inescrupulosos ligados a la oposición más cerril, sino que también, casi lógicamente, el desánimo suele poner al gobierno en la mira. Es indudable que un pueblo, con el nivel de conciencia adquirido en estos 15 años de Revolución, se  plantee exigir a su Gobierno que tome las riendas en sus manos, que aplique toda la dureza necesaria para que los que se enriquecen con el dolor de los más humildes no sigan humillándoles, que si hay que nacionalizar, expropiar y llenar las cárceles de desabastecedores no le tiemble la mano. Que se suba un escalón más y se nacionalice el Comercio Exterior para ir reparando los daños causados por problemas estructurales que se vienen arrastrando desde la Cuarta República.

La capacidad de comprensión de estas demandas urgentes, formuladas una y otra vez, generan un pozo de desesperanza cuando no se obtienen respuestas, y de allí a desmovilizarse -física o mentalmente- hay un solo paso, y la oposición, impulsora directa de todos estos climas, supo aprovecharse de los mismos.  Sólo basta imaginar que de ese 25 por ciento de ciudadanos que se abstuvieron, un buen porcentaje son chavistas, que sin pasarse directamente a la derecha, sí quisieron protestar a su manera contra un gobierno que paradójicamente es el que más ha hecho por ellos en el último siglo.

Pero hay más razones, que son similares a lo que han venido sufriendo todos los procesos progresistas y revolucionarios del continente. El terrorismo mediático, claro que sí. Esa andanada mortífera de mentiras lanzadas por los medios locales y externos, creadores de “escenarios" como pocos, gestores de iniciativas desestabilizadoras o maestros en la creación de “liderazgos”, como el realizado con el golpista Leopoldo López, o apelando a la institucionalización del “victimismo”. Allí está el ejemplo de la esposa del reo, Lilian Tintori, a la que el dinero a raudales invertido por la coalición antichavista internacional (los Aznar, los Felipe González, los Pastrana o los Tuto Quiroga y Uribe Vélez) sirvió para pasearla por todo el mundo, a efectos de provocar adhesiones en su cruzada contra “el dictador Maduro”. 

Todos estos elementos son un detalle que quizás no hubieran alcanzado para llegar hasta este presente, si detrás de cada una de las jugadas contra el gobierno venezolano no estaría el Imperio y una larga lista de cómplices, entre los que el fascismo español ocupa la delantera. Es precisamente ese protagonista tan especial, que desde el mismo momento en que Hugo Chávez llegó al gobierno, puso en marcha todos los mecanismos para lograr su derrocamiento. De idéntica manera pero con diferentes resultados a lo que intentaron hacer con la Cuba de Fidel y Raúl.

Ese imperio es, no  hay que olvidarse, el enemigo principal de la Revolución que ahora está al borde del precipicio, pero a la vez debería ser la matriz que provoque un gigantesco y urgente esfuerzo de reconstrucción de las fuerzas populares para enfrentarlo en todos los terrenos posibles. No es que se haya perdido una elección, sino que se puede perder una Revolución, y eso sí que cuesta años o a veces siglos, si se piensa en recuperar un escenario similar. 

Todo indica que no hay que bajar los brazos ni caer en depresiones paralizantes, aún "tenemos Patria” y a la vez se corre contra reloj, como para titubear o sumergirse en propuestas tibias, claudicantes, socialdemócratas, que suelen abundar en las entrañas del Proceso, inducidas por “asesores” europeos que en sus países son poco y nada. Se trata de defender todas las conquistas alcanzadas, las Misiones, la Educación, las viviendas, la tierra repartida. Contra todo ello embestirá sin dudas, con desprecio y prepotencia racista, ese “universo” que representa la oposición derechista que ahora ha llegado con fuerza a la Asamblea Nacional. Entregarles las conquistas, sería suicida. Endurecer el proceso revolucionario, escuchar lo que se grita en barrios y parroquias, ir por todo, a pesar de las circunstancias, quizás no resulte exitoso, pero vale la pena intentarlo. Existe un liderazgo, Nicolás Maduro, el hombre en el que el Comandante Chávez depositó todas sus esperanzas y confianza. El jefe de un ejército de humildes y patriotas que ha sabido cumplir con la difícil tarea, a pesar de los pesares. Qué más se necesita para empinarse de valor y pegar un volantazo, con el pueblo movilizado en la calle. Aún estamos a tiempo, y vale la pena recordar en estas duras circunstancias, aquella frase premonitoria pronunciada por Fidel después del desembarco del “Granma”: “tenemos 10 hombres y 10 fusiles, vamos a ganar la Revolución”. A casi 57 años de esa gesta, Cuba sigue de pie.