El Secretario de Estado norteamericano, John
Kerry, dio por terminada la Doctrina Monroe
Por Dalia Gonzáles Delgado
La frase provocó aplausos y revuelo mediático. "La era de la
Doctrina Monroe ha terminado", afirmó John Kerry, el mismo que hace
siete meses se refirió a América Latina como el "patio trasero" de
Estados Unidos.
La Doctrina Monroe ha servido para justificar el intervencionismo de Estados Unidos
en América Latina.
Esa doctrina, concebida en 1823 y sintetizada en la frase
"América para los americanos", ha servido como sostén ideológico
para las intervenciones unilaterales de Washington en cualquier país
siempre que "sus intereses" estuvieran en "riesgo".
"La relación que buscamos y por la que hemos trabajado duro no es
una declaración de Estados Unidos sobre cuándo y cómo intervendrá en
los asuntos de otros Estados americanos, sino de que todos nos
veamos como iguales, compartiendo responsabilidades, cooperando en
temas de seguridad", argumentó Kerry a comienzos de esta semana, en
un discurso en la sede de la Organización de Estados Americanos
(OEA), el primero sobre la región desde que asumió como titular de
la diplomacia norteamericana.
Aunque la expresión que ocasionó ovaciones es nueva, la idea es
reciclada. En el 2009, recién llegado a la presidencia, Barack Obama
dijo en la V Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, que era
el momento de desarrollar una relación entre iguales. "A veces
intentábamos imponer nuestras condiciones —afirmó. Podemos estar
equivocados, lo admitimos, somos humanos".
Más de cuatro años después, Amé-rica Latina es otra, pero la
actitud de Estados Unidos se mantiene inamovible. ¿Será posible
esperar cambios ahora que Obama está "de salida"? ¿Las declaraciones
del Secretario de Estado caerán en el vacío?
Para el doctor Jorge Hernández Martínez, director del Centro de
Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (Cehseu) de la
Universidad de La Habana, el discurso de Kerry "es más de lo mismo".
"Los gobernantes de Estados Unidos ensayan frases, presentan
enfoques supuestamente nuevos, que en la mayoría de los casos no
resultan en verdad novedosos", comentó a Granma. "Con el paso
del tiempo se verifica que no fueron más que expresiones retóricas,
con una considerable carga demagógica".
Según el profesor e Investigador Titular, a Obama le interesaba
des-de que comenzó su segundo mandato "mover la agenda
interamericana", como parte de una "nueva imagen", pero ha debido
atender al contexto de crisis financiera, depresión económica, y
otros problemas domésticos y dilemas internacionales.
La alocución de Kerry fue calificada por el diario mexicano La
Jornada como "incoherente y hasta grotesca", aunque refleja "cierto
reconocimiento implícito" de la pérdida de influencia de Estados
Unidos en el resto de América. Pero eso no ha sido consecuencia de
una decisión tomada en Washington, sino voluntad de pueblos y
gobiernos de recuperar y defender su soberanía.
A juicio de Hernández, el proyecto imperialista, bajo los
argumentos públicos de que busca la prosperidad y protege la
seguridad, persigue el "libre comercio" y el "control de la
situación interna", sobre todo en las naciones donde "les inquieta
el rumbo político, el radicalismo progresista, revolucionario, lo
que estiman reta su hegemonía".
A veces se cae en la trampa de identificar "el discurso con el
decurso real de la política", cuando la historia muestra que "dichos
y hechos no coinciden", advierte el académico. El hecho de que Kerry
se haya referido a nuestra región como "patio trasero", expresa la
"continuidad de propósitos, estilos, manipulaciones y juegos
retóricos".
Sobre el futuro de las relaciones, Hernández opina que la
perspectiva inmediata es más continuidad que cambio. "América Latina
ha cambiado, se han abierto paso procesos, gobiernos y movimientos
sociales de izquierda, junto a alternativas integracionistas, pero
hasta la fecha, no se aprecia una real voluntad de modificar
esencialmente la proyección estadounidense".
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