viernes, 14 de febrero de 2014

Los Estados Unidos en el trasfondo del conflicto marítimo-territorial de las Islas “Senkaku” o “Diaoyu Tai”.

Por Adria Espinosa Escobar

La rivalidad por el poder hegemónico, que existe entre la República Popular China y los Estados Unidos de Norteamérica es con frecuencia, la causa de las confrontaciones en la Región Asia-Pacífico. Mientras la República Popular China trata de ganar liderazgo en el área con el objetivo de disminuir la influencia norteamericana en la región, los Estados Unidos de Norteamérica se apoyan en su aliado Japón, para cercar militarmente al gigante asiático y desencadenar conflictos favorables a sus intereses.

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos de Norteamérica impusieron una fuerte presencia militar en Japón, que les ha permitido consolidar su hegemonía en el continente y proyectar por más de cinco décadas su poderío militar en Asia Oriental. 

Los intereses de Estados Unidos de Norteamérica están en el trasfondo del diferendo que existe entre la República Popular China y Japón por la soberanía de las Islas Senkaku o Diaoyu Tai. Estas islas están bajo el control de Japón desde 1972 y son reclamadas por China y Taiwán desde 1971, pero este no es el único tema pendiente, además la República Popular China y Japón tienen que solucionar el problema del santuario de Yasukuni, la explotación del campo de gas natural en el Mar de China Oriental, la revisión histórica de los textos escolares, el conflicto de Taiwán, los  desacuerdos relacionados con su plataforma continental y las reclamaciones de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE).

Antecedentes históricos de las Islas Senkaku o Diaoyu Tai

Las islas Senkaku o Sento Soso para los japoneses, Tiao Yu T'ai para los taiwaneses y Diaoyu Tai (plataforma de pesca) para los chinos, es un archipiélago de 7 kilómetros cuadrados formado por  cinco islas volcánicas y  tres rocas o peñones, la mayoría de las islas están distribuidas alrededor de la isla mayor “Uotsuri/Diaoyu”. Son islitas pequeñas y deshabitadas, sin embargo, su ubicación geográfica las convierte en una zona estratégica, el archipiélago jurídicamente pertenece a la ciudad de Ishigaki (Okinawa), se encuentra al noreste de Taiwán, al este de China continental y al sureste de Okinawa (la prefectura más sureña de Japón y también la más pobre).

Al concluir la primera guerra sino-japonesa (1894-1895), se firmó el Tratado de Shimonoseki, por el cual China tuvo que ceder a Japón las Islas de Taiwán y sus archipiélagos subyacentes (las Islas Senkaku/DiaoyuTai).

Las Senkaku fueron administradas por Japón hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial (1940). Entre los años 1895 y 1945, las islas fueron pobladas por más de 200 japoneses oriundos de las islas Ryukyu (Okinawa), que se dedicaban a la producción de katsuobushi (escamas de pescado), en el año 1945 el archipiélago volvió a quedar deshabitado.

Okinawa, que históricamente era el reino independiente de Ryukyu, fue el escenario en abril de 1945 de una de las últimas y más cruentas batallas de la Segunda Guerra Mundial. 180 000 soldados aliados de Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron el mayor ataque anfibio del frente del Pacífico y combatieron a las tropas japonesas durante 82 días hasta tomar la isla que quedó destruida, en esta batalla murieron más de 100 000 civiles.

La presencia de Estados Unidos en la Región Asia-Pacífico                     
       
De conformidad con  el “Acuerdo de El Cairo” de los tres grandes firmado en 1943 y con “Las Declaraciones de Postdam” de 1945,  Japón tuvo que devolverle a China el territorio de Taiwán. El gobierno del Koumintern  recibió Taiwán pero no demandó de inmediato la soberanía sobre las Islas Dioayu Tai, que también debían haber sido devueltas por ser archipiélagos subyacentes de Taiwán.

Las Senkaku y Okinawa (Ryukyu) quedaron bajo el control de los países aliados.  Las tropas estadounidenses fueron estacionadas en los archipiélagos y las Islas pasaron a ser administradas directamente por los Estados Unidos de acuerdo a lo establecido en el artículo 3 del “Tratado de Paz de San Francisco” firmado en 1951 entre las potencias aliadas y Japón, el tratado entro en vigor en 1952.

El ejército norteamericano situó en Okinawa la base de operaciones del Mando del Pacífico y utilizó Kuba-jima y Taisho-jima como zonas de maniobras, con la excusa de proteger y defender a Japón ante posibles ataques de sus vecinos comunistas, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Popular China. Desde esta ubicación Estados Unidos libró la guerra de Corea y después la de Vietnam. Mientras las Islas estuvieron bajo el control norteamericano, los habitantes de Okinawa fueron considerados apátridas y privados de todos sus derechos.

Origen del diferendo entre la República Popular China y Japón por las Islas Senkaku o Diaoyu Tai.

Las investigaciones realizadas en el suelo marino correspondiente a las islas, en el año 1968, pusieron al descubierto la existencia de diversos e importantes recursos minerales y energéticos, tales como petróleo y gas natural. Cuando la Comisión Económica de Naciones Unidas para Asia y el Lejano Oriente informó que podían existir depósitos de hidrocarburos en las aguas de Diaoyu Tai, la República Popular China y Taiwán, comenzaron a reclamar su soberanía.

En el año 1971 Japón y los Estados Unidos de Norteamérica firmaron el Pacto de Devolución de Okinawa, la República Popular China y Taiwán se negaron a firmar  este documento porque en el mismo solo quedaba asentado que Japón renunciaba a  todos sus derechos sobre las islas de Formosa y los Pescadores, pero no se hacía alusión a las Islas Diaoyu Tai.  Por su parte,  la República Popular China y Taiwán, presentaron una reclamación oficial sobre el Territorio de las Islas Diaoyu Tai.

En 1972 Estados Unidos devolvió a Japón las Islas de Ryukyu (Okinawa) y Daito (islas del sur occidental que incluían las Senkaku), pero no disminuyó en absoluto su presencia militar en Okinawa.  Ese mismo año Japón hizo su reclamación oficial sobre las islas y desde entonces insiste en que el grupo de islas es parte de su territorio, manteniendo el control sobre las mismas.

Todas las islas Senkaku/DiaoyuTai están ubicadas en el polígono que delimita el regreso de las Islas, sin embargo, durante la ratificación del acuerdo por parte del Senado de los Estados Unidos, se especificó que el documento no afectaba la determinación de la soberanía sobre las islas en disputa, a fin de no adoptar una posición oficial al respecto.

Estados Unidos reconoce a Japón como el administrador de  las Islas Senkaku y considera que las mismas están dentro de los límites del Tratado de Seguridad entre ambos países, al mismo tiempo argumenta que la soberanía del archipiélago está en litigio y se niega a participar directamente en el problema.

Japón plantea que:

·         En 1985 cuando las islas eran tierra de nadie, ellos las descubrieron y las incorporaron a su territorio, sin objeción de China, y por lo tanto siempre han sido consideradas como parte de Okinawa. Desde 1895 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial se desarrollaron en las islas diversas actividades por parte de los japoneses.

·      En 1895, después de la primera Guerra sino-japonesa, Taiwán (incluyendo Diaoyu Tai) fue cedida a Japón. Durante la ocupación japonesa de Taiwán, el archipiélago estuvo bajo la jurisdicción de la prefectura de Taipei.

·       Se trata de islas y, en ese supuesto, una línea equidistante, trazada desde las islas Senkaku, debe­ría marcar la frontera.

China argumenta que:

·         China y Taiwán están de acuerdo en que las islas pertenezcan a Taiwán.

·         Las descubrió y rigió desde mucho antes del siglo XVI hasta el año 1895.

·      La historia muestra que las islas han sido parte del territorio chino desde la Dinastía Ming (1368-1644), que estableció una zona de defensa marítima que incluyó a los islotes.  China descubrió las islas en 1372 y las usó como ayuda de navegación, incorporándolas a la defensa marítima china en 1556.

·       El nombre de la isla Diaoyu Tai  apareció en 1403 en un libro chino, "Viaje con el viento de cola". Para 1534, todos los principales islotes habían sido identificados y nombrados en el libro "Registro del Enviado Imperial a Ryukyu".

·     Los llamados "pioneros" de Japón de las islas Diaoyu Tai en 1895 llegaron casi 50 años después de la reivindicación de las islas por parte de China. 

·    Las islas fueron utilizadas por pescadores taiwaneses y en 1893 el Edicto Imperial de la Emperatriz Dowager entregó las islas a un farmacéutico que recogía hierbas medicinales en ellas.

·     Las islas fueron transferidas a Japón  junto con Taiwán por el Tratado de Shimonoseki de 1895 que puso término a la guerra sino-japonesa de 1894-95 y deberían de haber sido regresadas a China, después de la Segunda Guerra Mundial, bajo las previsiones de la “Declaración de El Cairo” del año 1943, los “Acuerdos de Postdam” de 1945 y el Artículo 2 del “Tratado de Paz de San Francisco”, de 1951.

·       China reclama que se trata de islotes y que deberían ignorarse a la hora de determinar la frontera  que, en su opinión, debería ser la hoya de Okinawa.

El Tratado de Paz entre Taiwán (República de China) y Japón de 1951, reitera que este último renuncia a todos los derechos y reclamos sobre Formosa y Penghu (Pescadores), así como las Spratly y las Paracel, y reconoce que todos los tratados, convenciones y acuerdos concluidos antes del 9 de diciembre de 1941 entre China y Japón son nulos.

Evolución de las relaciones bilaterales entre la República Popular China y Japón.

En 1972 el Primer Ministro de Japón Kakuei Tanaka concluyo su visita a China con el Comunicado Conjunto chino-japonés que normalizo las relaciones diplomáticas entre ambos países y anulo el Tratado de Paz de 1952 concertado entre estas naciones.

El nuevo Tratado de Paz y Amistad entre Japón y China se firmó en 1978, momento en el cual, ambos países se comprometieron a dejar a un lado las disputas sobre las Islas Senkaku. Esta postura fue ratificada en octubre de ese mismo año por el Presidente de la República Popular China, Deng Xiaoping, en ocasión de su visita a  Japón cuando  expresó en una rueda de prensa: “Nuestra generación no es lo suficientemente inteligente como para encontrar un lenguaje común sobre este tema. La próxima generación será más sabia”.

Si bien, en la década de los setenta las relaciones bilaterales Japón-China tuvieron un buen nivel, estas mejoraron aún más en los años noventa gracias al importante papel que jugó Japón en la reinserción de China en la esfera  internacional tras los sucesos de la Plaza de Tiananmen (1989). Las visitas que realizaron, en 1991 el Primer Ministro de Japón y en 1992 el Emperador japonés, a la República Popular China, redujeron en gran medida  la desconfianza del mundo hacia el gigante asiático.

En el año 1998 por primera vez en la historia un Presidente de la República Popular China visito Japón. La visita de  Jiang Zemin fue un éxito y culmino con la Declaración Conjunta entre Japón y China sobre la Construcción de la Asociación Amistosa y Cooperativa para la Paz y el Desarrollo. Sin embargo, al mismo tiempo, Japón empezó a preocuparse por el aumento anual del presupuesto militar chino, así como por su acelerado desarrollo y crecimiento económico. Debido a la combinación del desarrollo de China y el estallido de la burbuja de la economía japonesa, Japón reforzó la relación con EEUU, aunque mantenía una buena relación con China.

En el 2001 las relaciones políticas retrocedieron notablemente con la llegada al poder del Primer Ministro japonés Junichiro Koizumi, a pesar de las constantes y duras críticas oficiales del gobierno chino, fue a rezar anualmente y hasta la culminación de su mandato gubernamental en 2006, al santuario Yasukuni.

En el año 2005, los chinos consideraron que las disculpas históricas de Japón eran insuficientes y se  opusieron a su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU, esto desató gran cantidad de manifestaciones antijaponesas en las todas las ciudades chinas.

Independientemente de las discordias políticas, las relaciones económicas se incrementaron considerablemente en esa época,  en el 2003 el comercio bilateral llegó a alcanzar los 120 mil millones de dólares. El presidente chino Hu Jintao calificó las relaciones bilaterales sino-japonesa con la expresión: SeireiKeinetsu que significa “la política está fría, pero la economía está caliente” entre China y Japón.

Los gobiernos que siguieron a  Koizumi, trabajaron para mejorar  las relaciones con China. En el 2006 el Primer Ministro japonés Shinzo Abe, visitó la República Popular China y en el 2007 el Primer Ministro chino Wen Jiabao, devolvió la visita a Japón. Durante el gobierno del Primer Ministro de Japón Yasuo Fukuda (2007-2008)  se aceleraron las gestiones para mejorar la relación entre ambos países.

El presidente chino Hu Jintao  visito  Japón en el año 2008,  en esa ocasión los presidentes de ambos piases firmaron el Comunicado Conjunto sobre la promoción global de las “Relaciones Recíprocas Estratégicas” (Mutually Beneficial Relationship Basedon Common Strategic Interests). Los  Primeros Ministros japoneses  que sucedieron a Yasuo Fukuda, Taro Aso en 2008 y Yukio Hatoyama en 2009, también otorgaron mucha importancia a la relación con China.

Cuando la República Popular China y Japón establecieron  relaciones diplomáticas acordaron resolver el diferendo por vías pacíficas, no obstante a lo acordado,  la disputa por la jurisdicción marítima de esta zona estratégica, poseedora de importantes recursos energéticos y marinos,  ha sido durante años la causa de grandes tensiones entre estos países. A pesar de los esfuerzos por ambas partes, diversos aspectos han complicado las relaciones, la explotación del campo de gas natural en el Mar de China Oriental empezó en 2010, esto provoco que la relación entre Japón y China volviera al nivel de SeireiKeinetsu anteriormente  expuesto, empeorando rápidamente en la segunda mitad de 2010.

No obstante a la objeción por parte de Japón a las actividades chinas en materia de exploración de gas en el Mar del Este de China, área en la que ambos países comparten la zona económica exclusiva, China realizo con éxito operaciones de perforación y producción en un pozo de gas que está situado muy cerca de la línea equidistante que Japón reivindica como el límite de la pla­taforma, pero que China no reconoce, durante las operaciones China situó buques de guerra cerca de su pozo.

Después de la explotación exitosa del pozo de gas en el 2010, el reclamo del control de las islas pasó a ser una de las prioridades del gobierno chino por ser una  zona con un prometedor potencial en término de hidrocarburos, además son terrenos ricos en guanos y fertilizantes y las Islas Senkaku están ubicadas cerca de vías marítimas estratégicas. Tres de las islas pertenecen al comerciante Kunioki Kurihar, quien las alquila al estado japonés.

Dinamismo en torno a Senkaku

Una visión del punto de vista de China con respecto a su posición actual en la región Asia-Pacífico, quedó plasmada en el libro “Cerco teniendo forma de media luna”,  publicado en el 2010.

El autor Dai Xu, coronel activo de la aviación china, explica que “Cerco teniendo forma de media luna”, significa que China está sumamente involucrada en los asuntos de países vecinos como Japón, el Sudeste Asiático, India, etc, plantea que EEUU desempeñó un papel principal en este “Cerco de Media Luna”,  que Japón es el principal enemigo que tiene China y que Okinawa debe pertenecer a China. El autor predice que se desarrollarán guerras de China contra los países del denominado “Cerco de Media Luna” de aquí a 10 o 20 años. El libro que también fue publicado en Japón con el título: “Ataca a Japón, el enemigo más grande de China!”, tuvo un impacto notorio en ambos países.

China no quiere que EEUU participe en la construcción de la Comunidad del Este Asiático y se opone  rotundamente a la presencia norteamericana en el área, sin embargo, la influencia de Estados Unidos  en el continente aún es notoria y palpable.

El 19 de enero de 1960, los Estados Unidos de Norteamérica y Japón, firmaron el  Tratado de Seguridad Mutua y Cooperación, la firma de ese documento le abrió las puertas a Estados Unidos en la región. Según el tratado, ambas partes acordaron que los Estados Unidos asistirían a Japón en caso de producirse un ataque armado contra territorios bajo su administración, si bien, no se incluyeron en el documento a las Islas Ryukyu,  se añadió una minuta al mismo, que aclara que en caso de un ataque armado contra las islas, ambos gobiernos consultarían y tomarían la acción apropiada.

Los gastos militares de Japón son muy bajos, están por debajo del uno por ciento de su PIB. Los Estados Unidos históricamente han ofrecido a Japón ayuda ante el ataque de cualquier adversario extranjero, a cambio de que Japón les permita mantener sus tropas en la base militar de Okinawa. Con el ascenso al poder en el año 2010 del presidente Hatoyama del Partido Democrático de Japón, disminuyó la cooperación militar entre ambos países, en enero de ese año, se puso fin a la operación de apoyo logístico a Estados Unidos y sus aliados en Afganistán, y a cambio se destinó una ayuda de cinco mil millones de dólares para la reconstrucción civil de Afganistán. El gobierno reconoció por primera vez la existencia de acuerdos secretos firmados en los años sesenta por los que Japón permitía a Estados Unidos introducir armamento nuclear en el país.

Sin embargo, Estados Unidos ya había previsto el fin del Gobierno del Partido Liberal Democrático y pensado en  la posibilidad de que fuera desmantelada completamente la base área estadounidense de Futenma (Okinawa), sin construir otra base en la isla, lo que podría suponer el principio del fin de las bases norteamericanas en Japón. Esto conllevó a firma por Hilary Clinton y el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Nakasone Hirofumi,  en febrero de 2009 del “acuerdo internacional de Guam”, según el cual, Japón se comprometía a construir una nueva base para Estados Unidos en la costa norte de Okinawa, en Henoko y a aportar más de seis mil millones de dólares para costear la construcción de unas instalaciones nuevas en Guam, para alojar a ocho mil marines procedentes de la base de Futenma.

El acuerdo internacional de Guam es ilegal y anticonstitucional. El acuerdo  no tiene en cuenta el proceso abierto en un tribunal de San Francisco contra la construcción de la base en Henoko, ni prevé el necesario estudio de impacto medioambiental, la construcción de la base supone la destrucción del habitad del dugongo, mamífero marino en peligro de extinción; además, según la Carta Magna japonesa se tenía que haber consultado a la población de Okinawa, que lleva años pidiendo el cierre de la base de Futenma y oponiéndose a su traslado a cualquier otro lugar dentro de su territorio.

Como era de esperar la población de Okinawa se opuso a la firma de este acuerdo, ante lo cual Hilary Clinton declaró que: “se trataba de un acuerdo entre dos naciones, independientemente de quien detente el poder” y negó que pudiera ser sometido a cualquier tipo de revisión por un futuro gobierno. Sin embargo, el Gobierno de Hatoyama anunció, después de ganar las elecciones, su intención de revisarlo y cumplir con su promesa de cerrar la base definitivamente. Tras varios meses de fuertes presiones diplomáticas y amenazas por parte de la administración Obama, el primer ministro Hatoyama se vio obligado a aceptar el “acuerdo internacional de Guam” y la construcción de la base en Henoko, tras lo cual dimitió de su cargo.

Estos problemas que se generaron entre Japón y Estados Unidos en el año 2010 por el traslado de la base militar de Okinawa, fueron aprovechados por la República Popular China para intentar mejorar por todos los medios sus relaciones con los norteamericanos y provocar  a Japón con las Islas Senkaku.

Conclusiones

La población de Okinawa se opone fuertemente a la presencia militar estadounidense, sin embargo el gobierno japonés trata de recuperar la relación con Estados Unidos, ligeramente dañada. Japón trata de reasumir la importancia de la alianza estratégica con EEUU y expone que la alianza de Japón con Estados Unidos constituye un eje fundamental de la política exterior japonesa.

La República Popular China reclama de forma cada vez más enérgica, la soberanía sobre las Islas Senkaku.  En el "Libro Blanco" del año 2012, Japón alerta sobre el comportamiento "enérgico" de China en las disputas, la presencia "rutinaria" de embarcaciones en aguas cercanas al archipiélago nipón y sus incursiones en las disputadas islas Senkaku, situadas a unos 400 kilómetros al oeste de la isla de Okinawa (sur de Japón). 

China tiene claro que Estados Unidos no va a abandonar  sus intereses en la región, y que la visita de Clinton el 6 de septiembre de 2012, tuvo dos objetivos que responden a la estrategia de Estados Unidos para la región Asia Pacífico, el primero de ellos es contener la creciente influencia China y el segundo es defender su dominio y hegemonía en la región, de ahí que el discurso de China vaya encaminado a promover una relación sana y estable que ejerza un impacto significativo en el mantenimiento de la paz regional, la promoción del crecimiento mundial y el acometimiento de los desafíos globales.

El gobierno chino por un lado convoca a los Estados Unidos, como país que esta fuera del Mar Meridional de China, a respetar la decisión de las partes involucradas en el conflicto,  a mantener una posición imparcial sobre el asunto y a realizar más esfuerzos a favor de la paz y estabilidad regionales en lugar de provocar efectos perjudiciales. China pidió a Estados Unidos que respete firmemente la soberanía e integridad territorial y que considere los intereses claves de China y los sentimientos de los chinos, y  por  el otro lado China trata de coaccionar a Japón para que no compre las Diaoyu Tai, y manifiesta que cualquier acción por parte del gobierno japonés destinada a “nacionalizar” las islas será en vano.

Si China lograra obtener el control efectivo sobre las islas, Japón perdería la soberanía sobre el archipiélago, y a su vez se establecería un precedente para la adquisición posterior por parte de China de otras islas en disputa con países de la región, esto haría a China más fuerte y hegemónica mientras Estados Unidos se debilitaría. Detrás de la compra por parte de Japón de las islas Diaoyu Tai, están los intereses norteamericanos, por lo tanto Japón seguirá ignorando las protestas chinas independientemente de las amenazas y presiones que realice el gigante asiático, lo que si no va a hacer es ponerse a mal con Estados Unidos.

Estados Unidos por su parte, seguirá aplicando su habitual política de decir una cosa y hacer otra, no cumplirá con nada de lo acordado con China, y en caso de agresión militar por parte de China a Japón, intervendrá en el conflicto y ayudará a Japón, no por solidaridad con la causa japonesa, si no porque está defendiendo sus propios intereses.

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