Declaración final del IV Encuentro Parlamentario del XXI Foro de Sao
Paulo
(Ciudad de México, 31 de julio de 2015)
Desde la esencia de esta tierra que
alberga a la Ciudad de México-Tenochtitlan, las y los legisladores provenientes
de las distintas naciones que conforman el continente de Abya Yala y en
particular la Región de América Latina y el Caribe, reunidos en este día en que
Meztli iluminó el sendero en la noche precedente para llegar a buen puerto con
las disertaciones y debates que nos hemos permitido argumentar en este
Encuentro; y Tonatiu, que ayudó a esparcir las ideas en sus confluencias y
yuxtaposiciones, que van marcando el signo de los tiempos; estas tierras
surgidas del corazón de Cópil, hicieron florecer la palabra que traducimos en
esta Declaración del IV Encuentro Parlamentario del XXI Foro de Sao Paolo.
A lo largo de nuestra historia, los que
prevalecemos en estas tierras continentes e insulares, enfrentamos una ofensiva
que las derechas nacionales, amparadas por el capital transnacional y el
imperialismo, realizan contra gobiernos progresistas, contra la esencia de
izquierda que hoy nos une y que debemos evitar cualquier signo de
agrietamiento.
Una buena parte de la región ha dejado
atrás el modelo neoliberal para construir un nuevo horizonte más plural y
democrático, que no solo recupere el rol del Estado del rincón donde el
neoliberalismo lo había dejado, sino que continúe con el proceso de
redistribución de la riqueza que ha permitido sacar a millones de personas de
la pobreza.
Hoy en día, esa derecha reciclada se
apropia de los símbolos y logros de esta década ganada para tratar de recuperar
lo perdido y volver a sumergir a América Latina en la larga noche neoliberal,
poniendo de nuevo la soberanía sobre nuestros recursos naturales y economías al
servicio de unas elites políticas y económicas.
Por eso, las y los parlamentarios
reunidos en este Encuentro emitimos el siguiente
PRONUNCIAMIENTO
Condenamos los intentos de
desestabilización que en este momento promueven la derecha y el imperialismo
contra los gobiernos legítimos y democráticos de Ecuador, Brasil, El
Salvador y Venezuela.
En este cambio de época, las victorias
electorales son fundamentales para mantener lo logrado y abrir la posibilidad
de profundizar y radicalizar los horizontes, y por eso mostramos nuestro apoyo
al Frente para la Victoria de Argentina y el binomio presidencial
Scioli-Zannini en las elecciones presidenciales de octubre, al igual que a
todos los y las candidatas del PSUV y Gran Polo Patriótico Simón Bolívar de
Venezuela, en las elecciones parlamentarias de diciembre.
Saludamos la apertura de relaciones y
sedes diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, pero asimismo nos reafirmamos
en la necesidad imperiosa del cese del bloqueo criminal que por más de 50 años
se viene ejerciendo contra el pueblo cubano y su gobierno revolucionario. Al
mismo tiempo, Cuba debe recobrar la soberanía plena sobre su territorio y por
eso es urgente y necesario el cierre inmediato del centro de detención ilegal y
tortura de Guantánamo y la entrega territorial a Cuba.
Nos comprometemos con el proceso de paz
en Colombia. Una paz que sólo puede venir acompañada de justicia social y de la
participación política de la insurgencia. La paz en Colombia es la paz de todo
el continente, y en la misma dirección saludamos también la declaración de la
CELAC que declara América Latina y el Caribe como una zona libre de armas
nucleares y agresiones fronterizas, para lo que retiramos la exigencia del
cierre de las bases militares de Estados Unidos en la región.
Realizamos una apuesta por la
integración latinoamericana y caribeña, por fortalecer todos los instrumentos
de integracion política, económica, comercial, cultural, científica,
tecnológica o militar, instrumentos como el ALBA, la UNASUR, CELAC o Mercosur,
además de Petrocaribe o el Banco del Sur.
Manifestamos que la integracion
nuestroamericana solo será plena cuando desaparezcan todas las situaciones de
neocolonialismo que todavía permanecen. En ese sentido nos comprometemos con la
independencia de Puerto Rico, y con las legítimas reivindicaciones del pueblo
argentino sobre las Islas Malvinas al igual que, en el marco de la integración
de la Patria Grande.
Esperamos una solución a la justa
demanda boliviana de acceso soberano al mar, que sea razonable, equitativa y
duradera, mediante el diálogo. Saludamos el mensaje de Papa Francisco en
relación a este tema, cuando propuso que el diálogo es el único mecanismo para
resolver esta histórica injusticia que limita los derechos de un pueblo a
acceder al mar.
Exhortamos a los gobiernos de los
pueblos hermanos de Venezuela y Guyana a resolver la controversia territorial a
través del Acuerdo de Ginebra, acordada por ambos países en 1966. Exigimos la
derogación del decreto ejecutivo del Presidente Barack Obama que declara a
Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria.
Manifestamos nuestra preocupación por la
violación de los Derechos Humanos, la persecución y criminalización de la lucha
y la protesta social en Paraguay.
También queremos mirar más allá de
nuestras fronteras, desde el sur a otros sures, y solidarizarnos con el pueblo
griego que estos días sufre la imposición de un nuevo plan de austeridad en
forma de deuda destinada a pagar y generar más deuda. Allá en Europa desahucian
a familias enteras mientras salvan a bancos privados con dinero público. Al
igual que sufrimos el Consenso de Washington, los pueblos del sur de Europa
sufren un austericidio en forma de Consenso de la Troika contra su soberanía
política y económica. Pero también surgen movimientos soberanistas que
llenan de esperanza, como el que realizará Cataluña el próximo 27 de septiembre
celebrando unas elecciones en clave plebiscitaria para decidir su futuro
político en libertad, a pesar de las amenazas del gobierno de España.
Y en ese Sur geopolítico del que somos
parte se encuentran también nuestros hermanos saharauis y palestinos.
Denunciamos las continuas agresiones sionistas contra los territorios de Gaza y
Cisjordania, sometidos a un apartheid como hace años lo tuvo Sudáfrica.
Asimismo, hacemos un llamamiento a reconocer a la Republica Saharaui como forma
de dar un mayor impulso a la paz.
Nos comprometemos a seguir transformando
nuestras realidades socio-políticas y, por tanto convocamos a la operatividad de
la Red de Parlamentari@s del Foro de Sao Paulo, el mejor instrumento para la
armonización legislativa, que nos habrá de permitir, desde nuestros parlamentos
y asambleas legislativas, como Grupos y Bancadas, darle carácter de leyes
irreversibles a los cambios, iniciativas y proyectos que presentemos para
lograr una genuina sociedad soberana, basada en la democracia, la justicia, el
respeto y la cooperación mutuas. También, fortalecer la Red para la Paz en
Colombia que recién se relanzó en Uruguay.
Nos pronunciamos por la unidad de las
izquierdas y la integración para construir un modelo alternativo de desarrollo,
aliados plenamente con los diversos movimientos sociales.
Y si hablamos de luchas sociales, este
Encuentro Parlamentario del Foro de Sao Paulo no puede olvidar a los
desaparecidos de Ayotzinapa, Tlatlaya, Ostula, Apatzingán y de todos los
lugares donde se han trasgredido los derechos humanos.
Pedimos al Estado Mexicano que asuma su
responsabilidad y ponga todos los medios a su alcance hasta encontrar a todos y
cada uno de los jóvenes desaparecidos. Es necesario romper con el pacto de
impunidad que no permite el acceso a la justicia y deslinde de
responsabilidades ante los hechos más lesivos de pérdida de vidas en los
diferentes estados de la República Mexicana.
Ante un nuevo modelo de invasión y
colonialismo, hacemos nuestra la agenda de reconocimientos a los derechos de
los pueblos indígenas y a su resistencia por la defensa de sus tierras,
territorios y recursos naturales ante proyectos hidroeléctricos, eólicos,
industria extractiva y energética de transnacionales coludidas con gobiernos
neoliberales.
Impulsemos acuerdos parlamentarios para
atender el proceso de migración y movilidad humana que se dan en nuestros
pueblos, descriminalizando al migrante y proteger sus derechos humanos en toda
la región. Así como, promoviendo la ciudadanía latinoamericana y caribeña
dentro del marco de integración de los pueblos de la región.
Precisamos integrarnos a la humildad y
la sencillez del planteo político para transferir nuestra propia práctica en el
ejemplo que les damos a los que depositan en nosotros su confianza.
Por la integración de las izquierdas, la
defensa de la soberanía y el buen vivir,
¡Vivan los pueblos y
naciones de América Latina y el Caribe!
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