martes, 17 de marzo de 2020

La “paz caliente”: impactos del militarismo de los Estados Unidos en el sistema internacional[1]




Por Leyde E. Rodríguez Hernández

Internet
Todas las sociedades se encuentran estremecidas por las tensiones militares. El sistema internacional no escapa a ese axioma y las entidades que la componen no han vacilado a recurrir a la fuerza militar para solucionar sus diferendos o para protegerse de una amenaza real o potencial. La carrera de los armamentos es intemporal, general y multiforme, porque en ella participan todas las regiones del mundo y todos los tipos y sistemas de armas nucleares o convencionales.

La militarización implica la utilización de considerables medios humanos, materiales, financieros, científicos y comerciales. La presencia, especialmente en los países del Tercer Mundo, de bases militares y arsenales desproporcionados representa un peligro permanente para el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundial.

La supremacía militar que ostentan los Estados Unidos y sus aliados europeos, le permite accionar preventivamente contra países del Tercer Mundo, como ocurrió contra Libia, mientras a mediano y largo plazo Rusia y China emergen con un poderío militar que cuestionará la hegemonía estadounidense en ese campo, en una época de cambios tectónicos en la correlación de fuerzas internacionales de una breve y convulsa unipolaridad hacia una inestable multipolaridad del Sistema Internacional.

En este escenario geopolítico, los gastos militares a escala mundial aumentaron en el 2019 hasta su cifra más alta en los últimos diez años. Lo ilustra un aumento global de un 4 % en 2019 en comparación con el año anterior, impulsados, en gran parte, por el significativo aumento del presupuesto militar de los Estados Unidos, cuyos gastos subieron en un 6,5 %, lo que significa un incremento de 53 400 millones de dólares hasta alcanzar el total de 684 600 millones, el mayor en la última década.[2] Su aumento, en los últimos años, también está vinculado a la política exterior agresiva y unilateralista del gobierno de Donald Trump, quien amenaza con incendiar aún más el ya de por sí convulso Medio Oriente, destruir Venezuela, y tensar las relaciones con China, Rusia, Corea del Norte y con la propia Unión Europea. 


Justamente, en un contexto de histeria contra Rusia y China, el 10 de febrero de 2020, el gobierno de los Estados Unidos presentó  “Un presupuesto para el futuro de América”, en el que proyecta 4,8 billones de dólares para el militarismo; y se solicitó más de 700 millones de dólares para contrarrestar la influencia de Rusia a nivel global. Asimismo, 740.500 millones de dólares serían destinados al gasto de guerra nacional; y también 20.300 millones de dólares para reforzar los programas de defensa antimisiles para el año fiscal 2021 y 3.200 millones de dólares para financiar el desarrollo de armas hipersónicas, que es un aumento de casi 500 millones de dólares comparado con 2020.[3]

Con el sobredimensionamiento de los gastos militares, el unilateralismo de la administración Trump desdeña el funcionamiento de los Organismos Internacionales y la existencia del Derecho Internacional. Se evidencia en el abandono del Tratado de Armas Nucleares de mediano y corto alcance (INF, por sus siglas en inglés), en 2019, y del acuerdo nuclear con Irán firmado por cinco potencias, denominado Grupo 5 + 1, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el Este y del sistema antimisil de los Estados Unidos hasta las fronteras de Rusia.

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Esas acciones están acompañadas de un plan de más de 20 ejercicios para el 2020, entre los que se encuentran  las maniobras Defender-Europe 2020, con el fin de entrenar el traslado de 20.000 soldados estadounidenses a Europa. Los ejercicios Defender-Europe, con la participación de 37.000 soldados y oficiales de 19 países de la Alianza Atlántica, es una de las mayores maniobras militares desde que finalizó la “guerra fría”, y se celebran justo en la misma fecha en que Rusia festeja el 75 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria. Los militares estadounidenses y europeos se trasladarán a los territorios de Polonia y países del mar Báltico, y el territorio de Alemania será el centro logístico durante el simulacro.[4]
 
El plan estadounidense de emplear proyectiles interceptores contra un objetivo que imita un misil balístico intercontinental confirma que han comenzado a probar su sistema de defensa antimisiles contra Rusia. Las próximas pruebas de la última modificación del misil SM-3 Block IIA contra un objetivo, que equivale a un misil balístico intercontinental, se encuentran en la misma lógica de desarrollar un proyectil que solo está a disposición de unos pocos países. La conclusión es que los Estados Unidos ensayan esos tipos de armas estratégicas para contrarrestar directamente a Rusia y crear capacidades que puedan devaluar los medios de disuasión nuclear rusos. Los Estados Unidos despliegan su defensa antimisiles de manera consistente, enérgica e intensiva, lo cual genera preocupación y respuestas asimétricas en la dirigencia rusa.[5]

RT

Ahora solo existe un documento para controlar el desarme: el Tratado de Limitaciones y Reducción de Armas Estratégicas defensivas (START, por sus siglas en inglés), el cual vence en febrero de 2021, y no sabemos todavía si existe la posibilidad de concretar una negociación que permita su actualización y vigencia.

Han existido contactos entre Estados Unidos y Rusia para discutir el futuro del control de las armas nucleares estratégicas. Las conversaciones ruso-estadounidenses probablemente se centren en la ampliación del nuevo Tratado START, que limita a 1.550 la cantidad de ojivas nucleares estratégicas desplegadas por ambas partes.

Desde hace mucho tiempo, Rusia ha reiterado a los Estados Unidos la importancia de prolongar la vigencia del nuevo START, por otros cinco años, sin precondiciones, pero no ha obtenido una respuesta satisfactoria, pues la administración de Donald Trump ha vinculado la negociación a un régimen reformado sobre el desarme nuclear que incluya también a China. Por su lado, Rusia ha propuesto la posibilidad de incluir otras potencias occidentales como Francia y el Reino Unido; mientras que China, que hasta ahora no ha aceptado la propuesta estadounidense, prefiere el respeto al multilateralismo en el tema del desarme nuclear mediante la participación de todas las potencias nucleares.

Cuando estas divergencias prevalecen entre las tres principales potencias nucleares,  los Estados Unidos invierten miles de millones en la modernización de su tríada estratégica nuclear, que constituye la prioridad principal del presupuesto de guerra para asegurar un poderío nuclear que ofrezca mayor seguridad, pues  solo podría usar una fracción de sus armas nucleares de manera segura, sin matar a sus propios ciudadanos con una serie adversa e involuntaria de efectos ambientales en cascada. 

Los científicos consideran  que 100 ojivas nucleares son adecuadas para la disuasión nuclear en el peor de los casos, mientras que el uso de más de 100 armas nucleares frente a cualquier país  -incluido el mejor posicionado estratégicamente para manejar las consecuencias involuntarias-, incluso con suposiciones optimistas de ninguna represalia, causaría un daño inaceptable a la propia sociedad estadounidense. 

Hay que recordar que los Estados Unidos poseen actualmente más de 3.000 de esas armas. La modernización del arsenal nuclear de los Estados Unidos, para dotarlo de nuevas capacidades, eleva la probabilidad de que las empleen y genera preocupación mundial porque también intenta aumentar la gama de armas nucleares de baja potencia, y esto favorece una disminución del umbral para el uso de las armas nucleares, cuya argumentación se basa en las supuestas amenazas de Rusia y China, con la intención de legitimar sus acciones militaristas.[6]

En este dilema de seguridad entre potencias nucleares, la pretendida seguridad absoluta estadounidense se convierte en factor de inseguridad para otras potencias nucleares y estados no nucleares, las que gestionan su propia seguridad con nuevas armas nucleares e incentiva los gastos militares y la espiral de la carrera armamentista en un sistema internacional de proliferación nuclear con todos los peligros que significa para la supervivencia de la especie humana.

El unilateralismo estadounidense puede interpretarse como una reacción de la superpotencia ante la pérdida relativa de hegemonía global en el contexto de la transición hacia la multipolaridad. De ahí que en la reciente 56 sesiones de la Conferencia de Seguridad de Múnich, otras potencias intentaron definir a grandes rasgos el concepto de “desoccidentalización” (westlessness) que consiste en que los Estados Unidos y Europa pierden paulatinamente la iniciativa estratégica, “arrebatada” por China y Rusia, cuyas capacidades económicas y militares, en su conjunto, han ido en ascenso.

Sin embargo, la estrategia estadounidense ha tratado de debilitar a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La cooperación militar entre Estados Unidos y la India gana en importancia. Los ejercicios militares conjuntos, ya bastante habituales, se van a intensificar en el futuro inmediato. Pero igualmente la colaboración diplomática estratégica en ámbitos como Afganistán, Irán, Corea del Norte o los mares de la China, uno de los principales escenarios de tensión. La India es un componente integral de la estrategia de los Estados Unidos en la región Indo-Pacífico, y pieza clave para su éxito en el empeño de doblegar a China.

Esa alianza creciente entre India y los Estados Unidos afecta inevitablemente a los BRICS y acentúa escenarios de conflictividad en lo inmediato. El Brasil de Bolsonaro, pese a mantener la escala de los negocios con China, su primer socio comercial, al retirarse de la CELAC (Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe), también dejó en evidencia que se subordina a la estrategia diplomática y militarista estadounidense, lo cual es otro pilar de los BRICS que ha sido neutralizado por Donald Trump.

En esta coyuntura, resultan trascendentales las propuestas de Rusia y China para prevenir la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre. La diplomacia rusa ha denunciado el propósito estadounidense de desplegar misiles de entre 500 y 5500 kilómetros de alcance –prohibidos en 1987 por el tratado INF- en Europa, Japón, Corea del Sur y algunas islas del Pacífico. 


La Prensa Panamá

No resultaría exagerado clausurar esta intervención con el criterio de que el militarismo de los Estados Unidos, impulsado por un Complejo Militar Industrial cada vez más y más imponente, que justifica su perversa existencia en doctrinas de seguridad nacional y en belicosas estrategias político-militares patrocinadoras de la denominada disuasión nuclear, representa una gran amenaza para la diplomacia mundial en el ámbito multilateral y para las relaciones bilaterales entre los estados, en un sistema internacional global e interdependiente en pugna transicional hacia la multipolaridad. 


Referencias bibliográficas:  


[1] Comentarios presentados en la Casa del ALBA Cultural en La Habana, en su espacio Balcón Latinoamericano, en un panel sobre la coyuntura internacional que analizó el unilateralismo y multilateralismo, el militarismo de las grandes potencias, la administración de Donald Trump y los escenarios principales de la política internacional.  El panel y las reflexiones centrales estuvieron a cargo del Dr. Jorge Hernández, investigador del Centro de Estudios Hemisféricos sobre los Estados Unidos (CEHSEU),  el Dr. Leyde E. Rodríguez, profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) y MSc. Santiago Pérez Benitez, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), el cual contó con la moderación del Dr.  Linio Borroto López, en representación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-CUBA).
[2] SIPRI (2019). World military expenditure grows to $1.8 trillion in 2018. https://www.sipri.org/media/press-release/2019/world-military-expenditure-grows-18-trillion-2018 
[3] Sputnik (2020). Jefe de Estado Mayor: prioridad del Pentágono es la modernización nuclear. https://mundo.sputniknews.com/america_del_norte/202002261090603145-jefe-de-estado-mayor-prioridad-del-pentagono-es-la-modernizacion-nuclear/
[4] Estados      Unidos     decidió     concluir    su participación   en   las  maniobras   Defender   Europe  en Alemania por causa de la pandemia de Coronavirus y se concretará cuando todas las fuerzas estadounidenses abandonen Alemania. Maniobras Defender Europe 2020: "Una demostración de debilidad”. https://mundo.sputniknews.com/defensa/202003071090714061-moscu-recomienda-a-los-paises-de-la-otan-que-piensen-en-consecuencias-de-sus-maniobras/  y en https://mundo.sputniknews.com/america_del_norte/202003161090798253-eeuu-decide-retirarse-de-las-maniobras-defender-europe-en-alemania-por-el-coronavirus/ 
[5] Rusia Today (2020). EE.UU. prueba sus misiles balísticos para desarrollar un sistema antiaéreo que "contrarreste directamente" a Rusia. https://actualidad.rt.com/actualidad/345092-moscu-eeuu-prueba-misiles-balisticos-contrarrestar-rusia.
[6] Sputnik (2020). Rusia advierte que EEUU ve conflicto nuclear como una opción política.https://mundo.sputniknews.com/politica/202003061090696056-rusia-advierte-que-eeuu-ve-conflicto-nuclear-como-una-opcion-politica/




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