Siria e Irán, guerras imperiales planificadas
Por Hedelberto López Blanch
Al igual que las guerras y ocupaciones contra Afganistán,
Irak y Libia, las futuras invasiones contra Siria e Irán han sido diseñadas por
Estados Unidos desde hace años y los objetivos fueron expuestos por uno de sus
máximos asesores, el sionista norteamericano Henry Kissinger.
La ultraderecha dentro de los gobiernos norteamericanos que
han impulsado la instauración de dictaduras, golpes de Estado, guerras,
represiones y asesinatos en muchas partes del mundo, tiene entre sus máximos
consejeros e inspiradores a Kissinger, ex secretario de Estado durante la
administración de Richard Nixon.
Las recientes declaraciones que el ex secretario de Estado
hizo a periodistas desde su lujoso apartamento en Manhattan, Nueva York,
resultan reveladoras de la ideología fascista de la ultraderecha
norteamericana:
“Estados Unidos está rendido ante China y Rusia, y el último
clavo en el ataúd será Irán, que es, por supuesto, el principal objetivo de
Israel. Hemos permitido a China aumentar su fuerza militar y a Rusia recuperarse
de la sovietización, lo que les dará una falsa sensación de valentía, pero que
traerá para todos juntos una muerte más rápida. Somos como el tirador que se
atreve a dejar que el novato coja el arma, y cuando lo intenta, es bang bang”.
A continuación, ese señor, uno de los gestores principales
del golpe de Estado contra el presidente chileno Salvador Allende y propulsor
de la operación Cóndor agregó: “La próxima guerra que viene será tan grave que
solo una superpotencia puede ganar, y esa somos nosotros, amigo. Les dijimos a
los militares que tendrían que conquistar más de siete países de Oriente Medio
por sus recursos y casi han completado su trabajo. Todos sabemos lo que pienso
de los militares, pero tengo que decir que han obedecido las órdenes
someramente en esta ocasión”.
Sin ningún escrúpulo de respeto por los derechos humanos ni
por la sobrevivencia de la
Humanidad, Kissinger apologiza y apuesta por una guerra,
hasta nuclear, que puede ser el principio del fin del mundo.
Y al parecer, sus pensamientos estan acordes con las
acciones de la Casa Blanca
y de los militares pues ya Estados Unidos ha colocado en la zona del Golfo
Pérsico a los portaaviones Abraham Lincoln y el Carl Vinson, además de dos
cruceros con 26 misiles a bordo cada uno; cuatro destructores, con capacidad de
portar de 8 a
56 misiles y dos submarinos nucleares del tipo Annapolis que portan 12 misiles
de crucero.
Para abril se prevé que llegue a la zona el portaaviones
Enterprise. Con su arribo, el grupo de combate contará con 430 misiles cruceros
Tomahawk, de medio y largo alcance, capaces de volar a baja altura de modo que
pueden ser lanzados desde un submarino sumergido.
Mientras, la élite sionista que dirige a Israel amenaza
constantemente con atacar a la nación islámica y mediante los abundantes medios
de comunicación occidentales atemoriza al mundo con noticias distorsionada
sobre la utilización de la energía nuclear por parte de Teherán.
El politólogo norteamericano James Petras en un artículo
divulgado hace pocos días señaló: “La Casa Blanca está totalmente en deuda con los
recaudadores de fondos sionistas y recibe órdenes de los 52 presidentes de las
principales organizaciones judías estadounidenses. La estrategia
israelí-sionista es rodear a Irán, debilitarlo económicamente y atacarlo
militarmente. La invasión de Irak fue la primera guerra de Estados Unidos
realizada para Israel; la guerra de Libia la segunda; la actual guerra por
poderes contra Siria es la tercera. Estas conflagraciones han destruido o están
destruyendo a los adversarios de Israel”.
Por su parte, Irán esta muy bien armado, cuenta con
suficiente tecnología para detener ataques de los posibles invasores, un
extenso territorio y sobre todo gran unión del pueblo alrededor de sus
dirigentes.
Moscú y Beijing ya se opusieron a resoluciones en Naciones
Unidas contra Siria, auspiciadas por Estados Unidos, Unión Europea y con la
utilización de varias monarquías del Golfo que controlan en estos momentos a la Liga Árabe. También esos dos
miembros permanentes del Consejo de Seguridad han declarado que no permitirán
en ONU, nuevas resoluciones agresivas contra Irán.
En el caso de Moscú, esta semana el comandante del Estado
Mayor, general Nicolai Makárov, advirtió que cualquier agresión militar de
Estados Unidos contra la
República Islámica de Irán será respondida de forma
contundente por Moscú.
Makárov en declaraciones a la prensa, agregó que el
Ministerio de Defensa de Rusia está controlando la situación que se vive en
Irán y Oriente Medio a través de un centro recién creado de monitoreo y
control, además de observar cualquier movimiento de las fuerzas extranjeras en
la zona y que en el caso de un supuesto conflicto militar en la región, Moscú
baraja varias opciones al respecto.
En sus declaraciones, Kissinger fue mucho más allá y divulgó
la verdadera razón de los sucesivos conflictos bélicos:
“Es sólo la última piedra del camino, es decir, Irán, la que
realmente inclinará la balanza. ¿Cuánto tiempo pueden China y Rusia esperar y
ver a América poniendo orden? El gran oso ruso y la hoz china se han despertado
de su letargo, y aquí es cuando Israel tiene que luchar con todas sus fuerzas y
armas para matar a tantos árabes como pueda. Esperemos que si todo va bien, la
mitad de Oriente Medio será israelí”.
El fin es entregarle casi todo el Medio Oriente a Israel, el
fiel aliado de Washington. Pero, por lo expuesto, una guerra será larga,
extensa, difícil y desastrosa tanto para invadidos como para invasores.
Esperemos que prime la sensatez sobre la inconciencia imperial.