Texto completo de la
intervención en el Taller sobre Desarme Nuclear, celebrado el 12 de marzo de
2013, en la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU).
La idea del desarme
nuclear es de larga data en el pensamiento político de Fidel Castro Ruz. La dimensión de su humanismo universalista radica
en la prédica incansable por la salvación del planeta y todo lo creado por el
hombre: una maravillosa y única especie capaz de “pensar la paz y el desarme”.
Las
concepciones expuestas por Fidel relacionadas con el desarme nuclear,
constituyen un amplio acervo político que nos introduce en la compresión de la compleja
realidad política y económica internacional, conscientes de los graves peligros
y amenazas que acechan la supervivencia de la especie humana.
Es
importante enmarcar los enfoques de Fidel, sobre la paz y el desarme nuclear,
en la tradición de la cultura política cubana, que tiene en el ideario martiano
el principal sostén de la justicia social, la cultura de paz -con dignidad-y
una vocación en la que “Patria
es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en
que nos tocó nacer.”[2]
Y por ser en la que nos tocó nacer hay
para con ella un deber más inmediato. Es, además, la que conocemos mejor y por
la que podemos trabajar con mayor efectividad, pero siempre con la conciencia
de que es solamente una parte del todo. Es lícito y necesario que se ayude a
levantar una parte del todo como contribución a la obra mayor de alzar a la
humanidad. En la búsqueda de la integración y el
equilibrio en la política regional e internacional frente a la creciente
codicia, prepotencia y agresividad del imperialismo norteamericano, que - como un
aldeano vanidoso- desestima que las
armas del juicio vencen a las otras muy poderosas proporcionadas por las nuevas
tecnologías aplicadas a los destructivos armamentos de los tiempos modernos.
La
Revolución cubana, de Martí a Fidel, ha demostrado que trincheras de ideas,
valen más que trincheras de piedras.[3] El contenido
ético-humanista del pensamiento político de Fidel, como forjador de la Revolución cubana, es expresión de continuidad del ideario
martiano, y se nos muestra en sus
múltiples discursos, artículos, entrevistas, mensajes y
declaraciones publicadas en la prensa escrita durante décadas de bregar
revolucionario por Cuba y la humanidad.
El
paradigma[4] Marxista–Leninista está presente en la obra de
Fidel concerniente a la paz, contra la carrera armamentista y el desarme
nuclear. Los principios teóricos y metodológicos marxistas aparecen en cada uno
de los análisis que realiza; ya sea de manera explícita sobre las causas
históricas, políticas, económicas, tecnológicas y científicas del surgimiento y
desarrollo de las armas nucleares, de las guerras actuales, así como de manera
implícita, en sus estudios sobre los problemas globales que amenazan la
perpetuación y el avance de la civilización.
Ese
conjunto de principios conforman la base teórica de sus proyecciones políticas
sobre la paz y el desarme nuclear, resultando de utilidad para la formación de
las nuevas generaciones de cubanos, los estudios académicos y la orientación de
la opinión pública internacional, en cuanto al curso de las acciones para alcanzar el desarme nuclear.
Las
valoraciones de Fidel referidas al desarme nuclear son identificables en los múltiples
discursos pronunciados desde 1959, en Cuba y en el extranjero, y en una serie
de recientes reflexiones publicadas bajo el rótulo del “compañero Fidel”, que arrojan
un acumulado de propuestas paradigmáticas que nutren los objetivos de la
política exterior cubana en un período histórico en que la política ha tomado
un extraordinario alcance global, con sus consecuencias para todas las naciones
e individuos, al margen del tipo de régimen socio-económico de sus respectivas
sociedades y de la posición geográfica en que se encuentren.
Como
planteamientos a favor del desarme y en
su crítica a los monopolios que controlan la industria armamentista y a los peligros de una guerra nuclear, Fidel,
en el discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 26 de
septiembre de 1960, expresó: "ahora, ¿cuáles son las dificultades del
desarme? ¿Quiénes son los interesados en estar armados? Los interesados en
estar armados hasta los dientes son los que quieren mantener las colonias, los
que quieren mantener sus monopolios, los que quieren conservar en sus manos el petróleo del Medio Oriente, los recursos naturales de América
Latina, de Asia, de África; y que, para defenderlos, necesitan la fuerza. Y
ustedes saben perfectamente que en virtud del derecho de la fuerza se ocuparon
esos territorios y fueron colonizados; en virtud del derecho de la fuerza se
esclavizó a millones de hombres. Y es la fuerza la que mantiene esa explotación
en el mundo. Luego, los primeros interesados en que no haya desarme son los
interesados en mantener la fuerza, para mantener el control de los recursos naturales y de las riquezas de los
pueblos, y de la mano de obra barata de los países subdesarrollados. (…)
Luego, los colonialistas son
enemigos del desarme. Hay que luchar con la opinión pública del mundo para
imponerles el desarme, como hay que imponerles, luchando con la opinión pública
del mundo, el derecho de los pueblos a su liberación política y económica.
Son enemigos del desarme los
monopolios, porque además de que con las armas defienden a esos intereses, la
carrera armamentista siempre ha sido un gran negocio para los monopolios. Y,
por ejemplo, es de todos sabido que los grandes monopolios en este país duplicaron
sus capitales a raíz de la Segunda Guerra. Como los cuervos, los monopolios se
nutren de los cadáveres que nos traen las guerras.
Y la guerra es un negocio. Hay que
desenmascarar a los que negocian con la guerra, a los que se enriquecen con la
guerra. Hay que abrirle los ojos al mundo, y enseñarle quiénes son los que
negocian con el destino de la humanidad, los que negocian con el peligro de la
guerra, sobre todo cuando la guerra puede ser tan espantosa que no queden
esperanzas de liberación, de salvarse, al mundo"[5]
Como
hemos visto, el pensamiento de Fidel es expresión de una ética progresista y
revolucionaria, que se propone no solo interpretar la problemática
internacional, sino transformarla con una profunda inspiración emancipadora. Pero
esta visión redentora choca directamente con la posibilidad de la
autodestrucción del planeta, por el estallido de una devastadora guerra nuclear
o el paulatino daño que produce al ecosistema el acelerado cambio climático
mundial.
La
amenaza de una guerra nuclear y el cambio climático global son el resultado directo
de un inusitado e irracional modo de producción capitalista que en el siglo XX,
y hasta hoy, exacerbó un armamentismo que tomó su mayor auge en el contexto de
un Complejo Militar-Industrial estadounidense cada vez más y más imponente,
después de 1945, arrastrando en esa lógica suicida a sus principales aliados
europeos, pero también a la Unión Soviética (Rusia), China, India, y a otros
actores de menor dimensión territorial o protagonismo internacional, ubicados en
Asia, Medio Oriente y África.
Al respecto, el líder histórico de la Revolución
cubana esbozó que “se inició la Guerra Fría y la fabricación de miles de
armas termonucleares, cada vez más destructivas y precisas, capaces de
aniquilar varias veces la población del planeta. El enfrentamiento nuclear sin
embargo continuó; las armas se hicieron cada vez más precisas y destructivas. Rusia no se resigna al mundo
unipolar que pretende imponer Washington. Otras naciones como China, India y Brasil emergen con inusitada fuerza económica. Por primera vez,
la especie humana en un mundo globalizado y repleto de contradicciones ha
creado la capacidad de destruirse a sí misma"[6]
El
pensamiento de Fidel coincide con el de V. I. Lenin, cuando este último legó a
la teoría marxista, a principios del siglo XX, ya en la época del imperialismo,[7] que “el militarismo es el resultado del
capitalismo. Es en sus dos formas, una manifestación vital” del capitalismo:
como fuerza militar utilizada por los Estados capitalistas en sus choques
externos y como instrumento en manos de las clases dominantes.[8]
Fidel,
en la segunda década del siglo XXI, explicó a un grupo de periodistas que “el
imperialismo y sus aliados han convertido la industria militar en el sector más
próspero y privilegiado de su economía. Cada día se publica alguna noticia
sobre los más increíbles artefactos para destruir y matar; se elaboran códigos
para su empleo; los derechos de la persona, elaborados durante siglos, han sido
barridos. Matar y destruir, sin límite alguno, es su filosofía. Como es lógico,
tal actitud provoca la reacción de los países adversarios con suficiente
desarrollo técnico y científico para fabricar las armas capaces de
contrarrestar, e incluso superar tales armas.[9]
Para Fidel, “cuando
las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos
para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que
impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer
Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?[10]
Todo lo que significó de negativo la
desintegración de la URSS y del campo socialista, para la causa de la paz y el
desarme nuclear quedó expuesto por Fidel de la manera siguiente: “(…) Al socialismo había que perfeccionarlo, no
destruirlo, los únicos que salieron gananciosos con la destrucción del
socialismo fueron los países imperialistas. (…) Creo que sí había que luchar
por la paz, habría que luchar por el desarme, y pienso que un mundo más sabio
habría luchado por alcanzar a través de negociaciones lo que pudo conseguirse
sin la disolución y sin la desintegración de la Unión Soviética. (…)
Digo que se habría
podido concebir la paz; pero, bueno, hubo una competencia entre Estados Unidos
y la Unión Soviética en la carrera armamentista. Y todo el mundo conoce hoy que la estrategia
de Reagan fue la estrategia de arruinar a la Unión Soviética, imponiéndole una
carrera armamentista que iba más allá de sus posibilidades económicas.
No solo se
equivocaron los dirigentes soviéticos, se equivocaron los dirigentes mundiales,
porque no fueron capaces de luchar por una paz verdadera sin desintegrar países
enteros, cuyas consecuencias no se sabe todavía cuáles serán”. [11]
Como derivaciones de esos hechos, en las últimas décadas, un nuevo periodo de
desequilibrio estratégico-militar y de guerras imperialistas, conducidas por
los Estados Unidos, azotaron la estabilidad, el orden y la paz internacional,
impidiendo así el desarme nuclear.
A continuación
expondré, en forma de breves mensajes, algunas de las principales ideas o
frases contenidas en los discursos y las reflexiones en las que Fidel ha manifestado
sus criterios vinculados al fenómeno de
las armas nucleares, y la consecuente lucha que debemos librar por la paz y el
desarme nuclear:
· Ningún
país grande o pequeño tiene el derecho a poseer armas nucleares.
· La
existencia de las armas nucleares es uno de los más graves peligros que
amenazan la existencia de nuestra especie.
· No
cometeré la ingenuidad de asignar a Rusia o a China la responsabilidad por el
desarrollo de este tipo de armas, después de la monstruosa matanza de Hiroshima
y Nagasaki, ordenada por Truman, tras la muerte de Roosevelt.
· La
destrucción es la única garantía de que las armas nucleares no puedan usarse,
por los estados ni por nadie.
· La única solución es el desarme general y completo bajo estricta verificación internacional.
· La única solución es el desarme general y completo bajo estricta verificación internacional.
· Para
sobrevivir, es imprescindible un salto en la conciencia de la humanidad.
· El nuevo tratado START, suscrito en Praga en el mes de abril del 2010, entre las mayores potencias nucleares, no implica más que ilusiones, con relación al problema que amenaza a la humanidad.
· El nuevo tratado START, suscrito en Praga en el mes de abril del 2010, entre las mayores potencias nucleares, no implica más que ilusiones, con relación al problema que amenaza a la humanidad.
· Las
soluciones acordadas de forma multilateral constituyen el único método viable
de abordar los asuntos relacionados con el desarme y la seguridad
internacional.
· Alrededor de 25 000 armas nucleares en manos
de fuerzas aliadas o antagónicas dispuestas a defender el orden cambiante, por
interés o por necesidad, reducen virtualmente a cero los derechos de miles de
millones de personas.
· El
"invierno nuclear", inconciliable con la supervivencia humana, sería
la consecuencia del empleo de un reducido porcentaje de las armas nucleares acumuladas
por las potencias que las poseen.
· Israel,
que con la ayuda y la cooperación de Estados Unidos fabricó el armamento
nuclear sin informar ni rendir cuenta a nadie, hoy sin reconocer la posesión de
estas armas, dispone de cientos de ellas. Para impedir el desarrollo de las
investigaciones en países árabes vecinos atacó y destruyó los reactores de Iraq
y de Siria. Ha declarado a su vez el propósito de atacar y destruir los centros
de producción de combustible nuclear de Irán.
· A
fin de impedir la proliferación nuclear, Israel puede acumular cientos de
ojivas nucleares mientras Irán no puede producir uranio enriquecido al 20 %.
· Gracias
a la posesión de las armas de destrucción masiva es que Israel ha podido
desempeñar su papel como instrumento del imperialismo y el colonialismo en esa
región del Medio Oriente.
· Crece
igualmente la tensión en torno a Rusia, país de incuestionable capacidad de
respuesta, amenazada por un supuesto escudo nuclear europeo. [12]
· Mueve a risas la afirmación yanqui de que el escudo
nuclear europeo es para proteger también a Rusia de Irán y Corea del Norte. Tan
endeble es la posición yanqui en este delicado asunto, que su aliado Israel ni
siquiera se toma la molestia de garantizar consultas previas sobre medidas que
puedan desatar la guerra.
· Es
realmente inusitado observar una nación (se refiere a Estados Unidos) tan
poderosa tecnológicamente y un gobierno tan huérfano a la vez de ideas y
valores morales.
En estas reflexiones encontramos
una guía para la acción concertada en el ámbito político-diplomático, con el
propósito de sensibilizar a amplios y diversos sectores sociales sobre la
necesidad de lograr el desarme nuclear. En cada pensamiento hay un motivo de
rigor para comenzar un dinámico proceso de negociaciones internacionales que interrumpa
la peligrosa ruta que nos conduce inexorablemente al desastre nuclear, el que también
podría ocurrir no necesariamente por el desencadenamiento de un conflicto
violento entre estados poseedores de estos tipos de armas.
Del permanente optimismo de
las ideas de Fidel y su inquebrantable fe en el progreso del hombre, que es capaz
de conducirse por el conocimiento y menos por los instintos, se afirma, sin dogmatismo,
que la guerra no es una calamidad natural, como un huracán, una sequia, una
plaga. La guerra no es un acto de Dios. La guerra es una enfermedad social
engendrada por las sociedades explotadoras y desplegadas a su máxima expresión
en la época histórica de la barbarie imperialista. La guerra la hacen los
hombres y por consiguiente los hombres la pueden evitar. La hacen los hombres y
ellos la pueden eliminar, si cesan los egoísmos, si cesan los hegemonismos, si cesan
la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño, como razonó Fidel hace 21
años en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
celebrada en Rio de Janeiro.[13]
Sin embargo, “mientras los
polos se derriten velozmente, el nivel de los mares sube por el cambio
climático, inundando grandes áreas en unas pocas decenas de años, todo lo cual
supone que no habrá guerras, (incluyendo la nuclear) y las sofisticadas armas
que se están produciendo a ritmo acelerado no se usarán nunca. ¿Quién los
entiende?”[14] Evidentemente a los hombres,
en el curso de una de las crisis sistémica y multidimensional de las más graves
que haya conocido el sistema capitalista. “Nuestra época que se caracteriza por
el avance acelerado de la ciencia y la tecnología. Estemos o no conscientes de
ello, es lo que determina el futuro de la humanidad, se trata de una etapa
enteramente nueva. La lucha real de nuestra especie por su propia supervivencia
en todos los rincones del mundo globalizado”.[15]
En resumen, el pensamiento
político de Fidel es una fuente que nos ilumina
para luchar de forma consecuente por el desarme nuclear, sabiendo que no
significa una campaña o una retórica coyuntural, porque es desafiar poderosas
fuerzas e intereses que desprecian a la humanidad en su conjunto e impiden la construcción
de un equilibrio justo y respetuoso entre las naciones. En las condiciones de
una tiranía impuesta al mundo por Estados Unidos y sus poderosos e
incondicionales aliados en dos temas: la guerra nuclear y el cambio climático[16], dejar el desarme nuclear
para mañana será demasiado tarde. Sería hacer, dijo Fidel, lo que debimos haber
hecho hace mucho tiempo.[17]
Muchas gracias.
Notas
[1] Doctor
en Ciencias Históricas. Profesor en el Instituto Superior de Relaciones
Internacionales “Raúl Roa García”. La Habana, Cuba.
[2] José Martí. Obras Completas, Editorial
de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Véase también de Rolando López del Amo, El
equilibrio del mundo según José Martí”.
http://www.cubarte.cult.cu/periodico/opinion/el-equilibrio-del-mundo-segun-jose-marti/24080.html:
28-01-2013
[3] Véase de José Martí. Nuestra América.
Edición Crítica. Centro de Estudios Martianos/Casa de las Américas. P. 13.
[4]Thomas Kuhn. La estructura de las revoluciones
científicas. Fondo de Cultura Económica. Trad. De Agustín Contin, Argentina,
2004. Para Kuhn, un paradigma científico es un conjunto coherente de modelos,
conceptos, conocimientos, hipótesis y valores estrechamente vinculados. Hay una
revolución científica cuando un marco conceptual (paradigma) es remplazado por
otro. El Marxismo es uno de los influyentes y fuertes paradigmas de la Teoría
de las Relaciones Internacionales del siglo XX, por su propuesta emancipadora y contra-hegemónica, frente al pensamiento
dominante del Liberalismo y el Realismo político en dicha disciplina académica.
[5] Discurso ante la Asamblea
General de las Naciones Unidas, en New York, el
26 de septiembre de 1960. www.cuba.w/gobierno/discurso.
[6] Reflexión “Los peligros que nos amenazan”, Periódico Granma, 8 de marzo de 2010, p.
2.
[7] Véase sobre el imperialismo de V.I.
Lenin, El imperialismo fase superior del capitalismo. Editorial Progreso,
Moscú, 1977.
[8] V. I. Lenin, “El militarismo belicoso
y la táctica antimperialista de la socialdemocracia”, Obras Completas, Segunda
Edición, Buenos Aires, Tomo 4, 1968, p. 331; y sobre las primeras armas que
revolucionaron el arte militar, véase de Federico Engels, “La táctica de la
infantería y sus fundamentos materiales /1700-1870” en: Anti-Dührin, Ediciones
Pueblos Unidos, Montevideo, 1961, p. 409.
[9] Entrevista ofrecida por el Comandante
en Jefe Fidel Castro Ruz a la prensa nacional después de ejercer su derecho al
voto por los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional de Cuba, el 3 de
febrero de 2013. Periódico Granma, 12 de febrero de 2013, p. 4.
[10] Discurso pronunciado en Rio de
Janeiro por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el 12 de junio de 1992. Periódico
Granma, 27 de enero de 2012, p. 7.
[11] Discurso en la clausura de V Fórum de
Ciencia y Técnica, Periódico Granma, 21
de diciembre de 1995. p. 5
[12] Sobre esta problemática, véase de
Leyde E. Rodríguez Hernández, “La Defensa antimisil de los Estados Unidos.
Editorial Publibook, París, 2010.
[13] Discurso pronunciado en Rio de
Janeiro por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Ibídem.
[14] Intervención del Líder Histórico de
la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz durante la Sesión de
constitución de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Periódico Granma, 25 de febrero de 2013.
[15] Reflexiones del compañero Fidel: “Lo
que Obama conoce”. Periódico Granma, 28 de abril de 2012, p. 2.
[16] Véase en reflexiones del compañero
Fidel: “La marcha hacia el abismo”. Periódico Granma, 6 de enero de 2012, p. 2
[17]Discurso pronunciado en Rio de Janeiro
por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Conferencia de Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Ibídem.