miércoles, 27 de marzo de 2013

“República Centroafricana: «rebeldes» en el poder.”





Lic. Yoslán Silverio González
Aspirante a Investigador
Centro de Investigaciones sobre Política Internacional



El panorama socioeconómico y político en la República Centroafricana (RCA) se ha caracterizado por una constante crisis. Ello se ha manifestado en una sensible situación humanitaria que afecta a decenas de miles de personas, muchos servicios sociales han sido suspendidos o reducidos, se mantiene el deterioro de las condiciones de vida de la población, lo que tributa a su mayor empobrecimiento. Lo hasta aquí señalado ha sido el resultado de años de enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y los distintos grupos rebeldes.

Las crisis producidas en los países fronterizos han influido también de manera directa en la situación interna de la RCA. Esto se ha evidenciado con las acciones desarrolladas por parte de otras milicias procedentes de naciones vecinas como Chad, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, que operan de manera activa en la RCA, aprovechando la porosidad de las fronteras entre ellos. Lo anterior, junto a la presencia de fuerzas militares extranjeras, ha contribuido a la agudización de la inestabilidad y al aumento de la inseguridad en este país centroafricano. Las regiones de Ouham, Haute-Kotto, han sido dos de las más afectadas por el conflicto.

Por estas razones los ataques contra las poblaciones civiles en zonas ocupadas por los rebeldes, con casos de violencia física y sexual, saqueos,  persecución de minorías étnicas y religiosas, intimidación y detenciones arbitrarias de opositores políticos, junto al número creciente de personas que se ven obligadas a desplazarse, son problemas cotidianos en el país.

La conflictividad, por tanto, ha sido un elemento constante y los acontecimientos de los últimos meses muestran la complejidad del escenario político interno. La huida del presidente François Bozizé el pasado 24 de marzo  de 2012 ha constituido el momento de mayor incertidumbre dentro de la actual crisis  que atraviesa esta nación africana. La toma de la capital – Bangui – por parte de las fuerzas rebeldes y por ende, del poder político, abre nuevas incertidumbres sobre el derrotero político centroafricano.

El presidente François Bozizé (1), tras tomar el poder político a merced de un golpe de Estado en 2003, resultó elegido por primera vez en 2005 y desde finales de 2008 el país empezaba a estabilizarse. En el 2011 Bozizé fue reelegido, pero debido a las irregularidades constatadas en las elecciones, la oposición parlamentaria boicoteó los comicios generales (2). Los países occidentales cuestionaron la victoria de Bozizé en las elecciones de 2011. Entre las críticas que se le hacían al gobierno de Bozizé estaban la corrupción institucional y el nepotismo (3),  mientras no se conseguía un avance económico y no se soluciona el grave problema alimentario.

La última ofensiva de los rebeldes se inició a fines de 2012. Este nuevo movimiento insurgente retomó las armas el 10 de diciembre de 2012 para exigir que se respetaran los acuerdos de paz concluidos entre 2007 y 2011. Desde esa fecha, se fueron apoderando de ciudades estratégicas, como Bria (centro), Bambari (centro sur) y Kaga Bandoro (centro norte).  Conquistaron también otras tres localidades del norte como Ndele, Sam Ouandja y Ouadara, y se acercaron peligrosamente a Bangui por el norte y por el este. Con estas acciones, los rebeldes se hicieron del 75%  del territorio, en el plazo de un mes.



Mapa División Política – Administrativa de la RCA (4)

Los rebeldes entraron a su vez en el importante centro diamantífero de Bría. Entre otras de las zonas ricas en diamantes en poder de los rebeldes están, Sam Ouandja y Bamingui. El ejército nacional: Fuerzas Armadas Centroafricanas o FACA, apenas opuso resistencia. Lo que al principio parecía una revuelta confinada a algunas zonas del norte pronto se convirtió en una ofensiva bien coordinada que ocupó una ciudad tras otra.  

El 29 de diciembre el pánico se apoderó de los habitantes de Bangui, cuando Séléka anunció que había tomado la ciudad de Sibut, a unos 150 kilómetros al norte, por lo que estuvieron a punto de alcanzar la capital. Este fue el punto de mayor amenaza para el gobierno central. La reactivación de este grupo motivó la evacuación del personal de la ONU y el cierre de la embajada de Estados Unidos.

La alianza rebelde Séléka, «coalición» en lengua sango (5),  no tiene una  línea política que pueda ser perceptible,  tampoco responden a una ideología definida ni estructurada y no tienen un programa político. Todo esto lleva a plantear la idea de que  Séléka, en su forma actual, no es una alternativa creíble al período de  gobierno de Bozizé (6). Está integrada  por cuatro grupos rebeldes que son facciones escindidas de antiguos grupos armados, ellos son:

-       La Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz (CPJP)
-       La Unión de Fuerzas Democráticas para el Reagrupamiento (UFDR)
-  El Frente Democrático del Pueblo Centroafricano, dirigido por Abdoulaye Miskine. (FDPC)
-       La Convención Patriótica de Salvación del Kodro (CPSK).


Estos grupos rebeldes  habían acordado integrarse en el ejército regular de la República Centroafricana tras los acuerdos de paz de 2007 y 2011. En 2007, los dos primeros acuerdos de paz fueron suscritos en Sirte, Libia y después en Birao, con el FDPC y UFDR. En mayo de 2008, el Acuerdo Integral de Paz de Libreville – capital de Gabón – hubiera allanado el camino a un diálogo político inclusivo entre el gobierno, los partidos políticos de oposición, los rebeldes y la sociedad civil, pero no fue así. Los acuerdos de 2007 pretendían poner fin a un largo período de inestabilidad y de rebeliones. Los mismos plateaban  un ambicioso programa de desarme y de reinserción,  así como el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme. También contemplaban una compensación económica para los antiguos combatientes y la liberación de presos políticos. Desafortunadamente este pacto no se cumplió y muchos de ellos comenzaron a desertar, acusando al gobierno de Bozizé, de no cumplir su parte del acuerdo:

“Regularización del pago de 15 millones de francos CFA por combatiente, según el acuerdo con el General François Bozizé, pago incondicional de la suma negociada de un millón de francos CFA por combatiente, monto liberado pero aún retenido en parte por el Ministro de Defensa, Jean Francis Bozizé, regreso incondicional de los diamantes y el oro, así como del efectivo y otras propiedades expropiadas por el gobierno en 2008, la libertad de todos los presos políticos, tanto en África Central y en el extranjero” (7).

A lo interno de la alianza se manifestaron diferencias en cuánto a la forma de operar en la resolución de la crisis. Debido a ello, resulta extremadamente difícil saber las verdaderas intenciones políticas de las organizaciones que integran Séléka. Estas discrepancias se pusieron de relieve en los primeros momentos de la rebelión de diciembre de 2012, cuando algunos de sus jefes habían decidido detener el avance sobre Bangui para participar en las conversaciones de paz en Libreville, mientras que otros de sus líderes militares aseguraban que no tenían ninguna intención en negociar con el gobierno central y que continuarían con su ofensiva hasta el final, como finalmente ocurrió, con el derrocamiento de Bozizé.

Si los rebeldes de Séléka no llegaron a conquistar Bangui en aquella oportunidad, fue debido a la presencia de las tropas de países de la Comunidad Económica de Estados de África Central  (CEEAC) – chadianas, gabonesas y camerunesas – que  detuvieron el avance de los insurgentes. Esta fuerza multinacional de estabilización se había formado en 2008. Durante la segunda mitad de 2012 habían empezado a retirarse, sólo para regresar apresuradamente. Gabón, la República del Congo, Chad y Camerún han enviado tropas desde 2008 como parte de la Fuerza Multinacional de África Central – FOMAC – desplegada por la CEEAC. A partir de 2008 esta fuerza multinacional fue sustituida por la MICOPAX (Misión para la Consolidación de la Paz en la República Centroafricana – (8). Para tratar de frenar la crisis, la CEEAC tenía planteado el envío de más efectivos militares al país, donde en su momento hubo 500 soldados, para tratar de proteger la capital, objetivo que no pudo cumplir por el avance vertiginoso de los rebeldes que provocó la huida del presidente, junto con alguno de sus familiares y personas más allegadas (9).

La complejidad de la crisis política por la que atraviesa la nación centroafricana se puede percibir además por la gran cantidad de actores que se ven involucrados. Además de los ya mencionados – los rebeldes, el gobierno central y los partidos de oposición – se encuentran los actores foráneos como las tropas francesas, la guerrilla ugandesa del Ejército de Resistencia del Señor - LRA - (10) y el chadiano Frente Popular para la Recuperación, (FPR) del líder rebelde Baba Laddé (11). Esto ha provocado una mayor presencia militar extranjera y de asesores militares norteamericanos que intentan combatir al LRA.

Las relaciones que se establecen entre los diferentes actores dentro del conflicto son cambiantes y difíciles de precisar. Por ejemplo, el presidente chadiano Idriss Déby, había apoyado a Bozizé a tomar el poder en el 2003, debido a que perseguía tener un aliado fuerte en el sur. El gobierno de Chad es el principal aliado de Bozizé y  ha enviado refuerzos para frenar a los rebeldes.  Ambos países comparten una larga y porosa frontera.  Al parecer, a raíz de la agudización del conflicto en el mes de diciembre,  Idriss Déby pudiera estar apoyando a los rebeldes de Séléka, pero no está del todo clara  su posición al respecto.

Francia, otro actor importante, sigue teniendo grandes intereses económicos en dicho territorio, que es rico en  recursos naturales como la madera, el oro, los diamantes y el uranio. El presidente François Hollande había pedido al Ministerio de Defensa que tomara todas las medidas necesarias para proteger las sedes de empresas e instituciones galas en suelo centroafricano y garantizar la seguridad de sus 1.200 nacionales. El Gobierno centroafricano había pedido ayuda a Francia para frenar la expansión de los rebeldes, pero contrario a lo que hizo en Mali, Francia solo se ha limitado a reforzar con unos pocos soldados.

París decidió reforzar el contingente militar con tropas procedentes de Gabón, un total de  350 militares que se añaden a los 250 efectivos que ya estaban desplegados en el país en una misión de paz (12), la mayoría de ellos en la capital. Esto es un ejemplo del doble juego del gobierno francés en África y del nivel de prioridades que le dan a determinadas  situaciones internas. A raíz de la toma del poder de manera inconstitucional por parte de los rebeldes, los soldados franceses tomaron posesión del aeropuerto de Bangui y tienen la misión de salvaguardar a los ciudadanos franceses.

Bozizé había ofrecido la oportunidad de conversar con los rebeldes y prometió formar un gobierno de coalición en el cual ellos estarían representados, pero con la condición de no dejar su cargo antes de finalizar  su mandato en el  2016.  A principios de enero de 2013,  después de tomar varias ciudades en el norte, los rebeldes llegaron a un nuevo acuerdo de paz. Este acuerdo se alcanzó el 11 de enero,  entre el gobierno central y la coalición Séléka.

El acuerdo formal de alto el fuego fue firmado nuevamente en Libreville.  En el marco del mismo se convino la formación de un gobierno de unidad nacional. Las pláticas de paz  fueron organizadas por la CEEAC. Entre las demandas de la coalición rebelde figuran la liberación de los prisioneros políticos y una revisión de la Constitución que privara al presidente de algunos poderes, incluido el derecho a destituir a su primer ministro.

Los tres documentos firmados – cese al fuego, declaración de principios y el  acuerdo político – constituían los primeros pasos para un arreglo que pretendía estabilizar de alguna manera a la RCA y estipulaba que el nuevo gobierno de transición contaría con un Primer Ministro procedente de la oposición y que habría elecciones parlamentarias en el plazo de doce meses. En el documento se planteaba que el ejecutivo (transitorio) no podía ser revocado por el presidente durante el período de transición y se establecía además que los miembros de ese gabinete de unidad nacional no podrían ser candidatos en futuras elecciones. Este aspecto es poco creíble debido a que los principales políticos y figuras de las fuerzas rebeldes están en ese gobierno de transición. El texto contemplaba además la retirada progresiva de todos los militares que no formen parte de la misión de la CEEAC. Este apartado afectaba a las tropas ugandesas y sudafricanas emplazadas en la RCA con el objetivo de proteger la capital del país.

El Gobierno de Unidad Nacional fue conformado para  un mandato de un año y podía ser renovable. Al mismo tiempo se deberían celebrar elecciones legislativas durante  2014. Los miembros de este nuevo Gobierno procedían de los cinco grupos que firmaron el acuerdo de paz de Libreville en enero: el bloque presidencial, la coalición rebelde Séléka, la oposición democrática, los grupos políticos no armados y la sociedad civil. El Gobierno de transición conformado estaba compuesto por 33 miembros, incluido el jefe de Gobierno, dos viceprimeros ministros, 23 ministros y 7 viceministros (13).

Como resultado de estos acuerdos, Nicolas Tiangaye, uno de los mayores rivales políticos de Bozizé, fue elegido como Primer Ministro (14). Por ser dirigente de la coalición opositora tiene la misión de confeccionar un nuevo gabinete de ministros y decretar comicios nacionales en los próximos doce meses. Nicolás Tiangaye, contó con el respaldo de Séléka para su designación, también ocupó la cartera de Finanzas. Michel Dotodjia Am Nondroko, abogado y líder de la coalición rebelde Séléka, había asumido como Viceprimer Ministro y Ministro de Defensa Nacional (15). El resto de los ministerios fueron ocupados por  figuras políticas de la oposición y de las filas rebeldes.

La formación de este gobierno de unidad nacional no detuvo la ofensiva de los rebeldes, a pesar de que algunos de sus líderes principales estaban representados en el gobierno. Los acontecimientos se precipitaron y el 24 de enero, los milicianos de la coalición armada rebelde Séléka violaron el alto al fuego firmado el 11 de enero en Libreville y ocuparon dos ciudades más del sur del país (16). Los rebeldes tomaron en esta oportunidad las localidades de Kémbé y Djimbi, en la prefectura de Basse Koto, y se dirigían hacia la importante ciudad de Bangassou. Estos hechos fueron un reflejo de la oposición de ciertos sectores de Séléka a los acuerdos de paz. 

A pesar de la conformación del gobierno de unidad nacional, el cual había garantizado el fin de las hostilidades solo por unas semanas, los rebeldes de Séléka siguieron tomando poblados hasta la ofensiva final contra la  capital. Una de las acusaciones a  Bozizé por parte del líder de los rebeldes, Michel Djotodia, era que aquel había incumplido el convenio al no incluir en el Ejército a sus hombres. 
Sudáfrica había comenzado a ayudar en la estabilización de la RCA con el envío de unos 400 soldados. En los combates por tomar el control de la capital perecieron 13 militares sudafricanos (17). El presidente Jacob Zuma declaró su intención de mantener  sus unidades militares para cumplir con su misión. El mandatario sudafricano, al rendir honores a los soldados caídos, indicó que las tropas de su país no se retirarán de esa nación debido a la existencia de un acuerdo entre ambas partes (18).

Con la huida de Bozizé a Camerún, Djotodia quien fuera  proclamado Viceprimer Ministro y Ministro de Defensa en el gobierno de unidad, se autodeclaró presidente del Gobierno de Transición, consolidándose así el golpe de Estado. Al parecer, no todas las facciones de Séléka apoyaron esa proclamación, esto puede apuntar a que resurjan las discrepancias que existen a la interno de la múltifacética colación Séléka.
Entre las primeras acciones que realizó el gobierno de facto, estuvieron la suspensión de  la Constitución del 27 de noviembre de 2004, para así disolver el Parlamento. La junta militar se propone realizar un período de transición de tres años que debe terminar con la celebración de elecciones generales en el 2016. Este punto había estado presente en los acuerdos de enero de 2012. Djotodia, se comprometió a mantener a muchos de los funcionarios del gobierno de unidad previo, incluido el Primer Ministro, Nicolas Tiangaye.

Tendiendo en cuenta la forma en la que se han desarrollado los acontecimientos, se podría arribar a las siguientes conclusiones:

● No se alcanzarán cambios políticos  significativos dentro del país que ayuden a resolver la crisis interna.

● Persistirán las acusaciones de violaciones de los derechos humanos, entre ellos los relacionados con los derechos de la infancia (19).

● La crisis interna posibilita el desarrollo de numerosas bandas armadas no identificadas en diversas partes del país. Relacionado con ello se encuentra la persistencia del grave vacío de seguridad en muchas zonas que permiten que grupos armados nacionales y extranjeros sigan operando amen de que Séléka haya tomado el poder central. Los crueles rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor, mantienen sus operaciones y no podrán ser  neutralizados.

● La situación humanitaria se mantendrá, pues el número de personas desplazadas sigue aumentando. El avance rebelde ha dejado más de 26 mil refugiados, por el momento.

● El posible tráfico de diamantes en bruto procedentes de zonas controladas por los rebeldes podría reavivar el conflicto y desestabilizar aún más a la nación. No se podría vaticinar en un entorno como el actual la adopción de medidas por parte de la junta golpista para combatir la explotación y el comercio ilegal de recursos naturales, de lo cual se han estado financiando los grupos paramilitares que en la actualidad detentan el poder.

● La desunión que parece reinar dentro de  las filas de Séléka,  podría desembocar en una guerra por el poder, entre sus diferentes facciones. Esta falta de coordinación hace que el panorama político se complejice por la falta de un programa político común. 

La seguridad en la capital – Bangui – y  los centros urbanos no está garantizada, por lo que el “apoyo” de la fuerza multinacional de la CEEAC – MICOPAX – y  los soldados franceses presentes en la nación, no es efectivo. El clima de militarización no desaparecerá. La fragilidad del Estado y su inviabilidad prevalecerán.

Citas y notas:

1). Bozizé, un militar veterano que sirvió como general entre 1977 y 1979 para el dictador Jean-Bedel Bokassa, autoproclamado Emperador Bokassa I. Bozizé tiene un nutrido historial de golpes de Estado, el primero de ellos fallido, contra el mandatario centroafricano André Kolingba en 1982, tras el cual huyó del país. A su regreso volvería a desempeñar altos cargos dentro del Ejército Centroafricano bajo el mandato del entonces presidente Ange-Félix Patassé. Ver: “Angola condena el golpe de Estado en la República Centroafricana”. Disponible en: http://noticias.terra.cl/en-vivo/10399/

 

2). En 2011 se creó el Frente para la Anulación y Repetición de las Elecciones de 2011 (FARE-2011), a iniciativa del fallecido presidente Ange-Félix Patassé con el objetivo, de conseguir la anulación de los comicios de enero de 2011, que permitieron la reelección de Bozizé. Patassé, fallecido en abril de 2011, fue presidente entre 1993 y 2003, cuando fue derrocado mediante golpe de Estado militar por el actual mandatario.

3). El país es dirigido por  un grupo de familiares y allegados del presidente. Entre ellos están el sobrino de Bozizé, Silvain que estaba a cargo de la cartera del Ministerio de Minas. Fue destituido en junio de 2012 acusado de planificar un golpe de Estado. El Ministro de Defensa era el propio hijo de Bozizé, Jean Francis Bozizé, hasta que fuera  despedido ante la ineficiencia extrema del ejército para contener a los rebeldes. Ver: “Bozizé asume el control del ministerio de Defensa”. Disponible en: http://globedia.com/centroafricana-bozize-asume-control-ministerio-defensa

4). Disponible en: http://www.un.org/Depts/Cartographic/map/profile/car.pdf

 

5). Sango, es la lengua vehicular de República Centroafricana cuyos orígenes datan de inicios del siglo XIX. Es el idioma oficial del país, lo cual convierte a RCA en uno de los pocos africanos cuya lengua principal no es la de los colonialistas.  

 

6). ¿Quiénes son los rebeldes de la República Centroafricana?”. Disponible en: http://www.abc.es/internacional/20130326/abci-perfil-rebeldes-centroafrica-201303251628.html


7). “¿Quién quiere derrocar al Presidente François Bozizé de la República Centroafricana?”. Disponible en: http://es.globalvoicesonline.org/2012/12/31/quien-quiere-derrocar-al-presidente-francois-bozize-de-la-republica-centroafricana/

8).http://ec.europa.eu/europeaid/where/acp/regional-cooperation/peace/peace-support-operations/micopax_en.htm

9). El presidente François Bozizé llego en un helicóptero presidencial acompañado de dos de sus hijos y de su guardaespaldas, procedente de  la localidad de Zongo, en la República Democrática del Congo y aterrizó en el aeródromo de la ciudad de Baturi, en la Región del Este Camerún. Ver: “El derrocado presidente centroafricano encuentra refugio en Camerún”. 25 de marzo de 2013. Disponible en: http://noticias.lainformacion.com/disturbios-conflictos-y-guerra/golpe-de-estado/el-derrocado-presidente-centroafricano-encuentra-refugio-en-camerun_kTBPU51L8CWlZtH1tguuP3/

10). Lord´s Resistance Army, milicia ugandesa liderada por Joseph Kony que operan en la zona de Obo, en el Sureste del país. El LRA desde 2008 aterroriza a la población civil mediante los secuestros y los asesinatos.  Otros dos líderes del LRA, por debajo de Kony, Dominic Ongwen y Okot Odhiambo, requeridos por la Corte Penal Internacional, permanecen  escondidos en la República Centroafricana.

11). Abdel Kader Baba-Laddé, exmiembro de las fuerzas chadianas y líder de la rebelión chadiana durante mucho tiempo. El grupo alega pertenecer al movimiento islamista y espera unir a todos los grupos islámicos. Debido a las porosas fronteras entre Chad y la República Centroafricana, a veces el FPR ha ocupado la región norte y norte central. En setiembre de 2012, se suscribió un acuerdo entre Chad, la República Centroafricana y Baba-Laddé para poner fin a la rebelión y permitir su regreso a Chad.

12). “París envía tropas a la República Centroafricana”. Disponible en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/paris-envia-tropas-republica-centroafricana-2348819

13). “ONU elogia nuevo gobierno en República Centroafricana”. 6 de febrero de 2013. Disponible en: http://spanish.peopledaily.com.cn/31618/8124291.html

14). “Bozizé designa primer ministro a su gran rival político y candidato de la oposición, Nicolas Tiangai”. Disponible en: http://globedia.com/bozize-designa-ministro-rival-politico-candidato-oposicion-nicolas-tiangai


15). “El líder de Séléka, ministro de Defensa en el nuevo Gobierno de unidad centroafricano. Disponible en: http://globedia.com/lider-seleka-ministro-defensa-gobierno-unidad-centroafricano

16). Los rebeldes de Séléka violan el alto el fuego y ocupan dos ciudades del sur del país. Disponible en: http://globedia.com/rebeldes-seleka-violan-fuego-ocupan-ciudades-sur-pais

17). “Gobierno sudafricano confirma muerte de 13 soldados de mantenimiento de paz en República Centroafricana”. 25 de marzo de 2013. Disponible en: http://spanish.news.cn/mundo/2013-03/25/c_132261050.htm

18). “Inestabilidad en República Centroafricana tras golpe de Estado”. 26 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.granma.cubaweb.cu/2013/03/26/interna/artic09.html

19). Antes de la erupción de la violencia a finales de 2012, unos  2 500 niños formaban parte de los grupos armados activos en la RCA. Grupos guerrilleros como la Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz (CPJP) y la Unión de Fuerzas Democráticas para la Reagrupación (UFDR) han sido los que mayores cantidades de menores han reclutado como soldados.


Bibliografía:

“Angola condena el golpe de Estado en la República Centroafricana”. Disponible en: http://noticias.terra.cl/en-vivo/10399/

 “Bozizé asume el control del ministerio de Defensa”. Disponible en: http://globedia.com/centroafricana-bozize-asume-control-ministerio-defensa

 

“Bozizé designa primer ministro a su gran rival político y candidato de la oposición, Nicolas Tiangai”. Disponible en: http://globedia.com/bozize-designa-ministro-rival-politico-candidato-oposicion-nicolas-tiangai

“Chad apuesta por diálogo en crisis de República Centroafricana”. Disponible en: http://www.informador.com.mx/internacional/2012/426881/6/chad-apuesta-por-dialogo-en-crisis-de-republica-centroafricana.htm

“El líder de Séléka, ministro de Defensa en el nuevo Gobierno de unidad centroafricano”. Disponible en: http://globedia.com/lider-seleka-ministro-defensa-gobierno-unidad-centroafricano

 

“Francia exhorta a partes en Rep. Centroafricana a unirse a pláticas de paz”. Disponible en: http://spanish.china.org.cn/international/txt/2013-01/04/content_27573169.htm

“Gobierno sudafricano confirma muerte de 13 soldados de mantenimiento de paz en República Centroafricana”. 25 de marzo de 2013. Disponible en: http://spanish.news.cn/mundo/2013-03/25/c_132261050.htm

 “Inestabilidad en República Centroafricana tras golpe de Estado”. 26 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.granma.cubaweb.cu/2013/03/26/interna/artic09.html

 “La Inestabilidad de la República Centroafricana”. Disponible en: http://www.redcross.int/es/mag/magazine2007_3/14-15.html

“Los rebeldes de Séléka violan el alto el fuego y ocupan dos ciudades del sur del país”. Disponible en: http://globedia.com/rebeldes-seleka-violan-fuego-ocupan-ciudades-sur-pais

 

MARIMA,  TENDAI. “República Centroafricana busca respuestas tras golpe de Estado”. 26/03/2013. Disponible en: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=3520
 “ONU elogia nuevo gobierno en República Centroafricana”. 6 de febrero de 2013. Disponible en: http://spanish.peopledaily.com.cn/31618/8124291.html

ONU condena "golpe de estado" en República Centroafricana”. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/03/24/214011615-onu-condena-golpe-de-estado-en-republica-centroafricana

“París envía tropas a la República Centroafricana”. Disponible en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/paris-envia-tropas-republica-centroafricana-2348819

 París condena golpe de Estado en República Centroafricana”. Disponible en: http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/431666.paris-condena-golpe-de-estado-en-republica-centroafricana.html

 ¿Quiénes son los rebeldes de la República Centroafricana?”. Disponible en: http://www.abc.es/internacional/20130326/abci-perfil-rebeldes-centroafrica-201303251628.html

¿Quién quiere derrocar al Presidente François Bozizé de la República Centroafricana?”. Disponible en: http://es.globalvoicesonline.org/2012/12/31/quien-quiere-derrocar-al-presidente-francois-bozize-de-la-republica-centroafricana/

 “Rebeldes de República Centroafricana suspenden la Constitución”.  26 de marzo de 2013. Disponible en: http://www.excelsior.com.mx/global/2013/03/26/890908

 “República Centroafricana ha tenido más golpes de Estado que elecciones”. Disponible en: http://www.eluniversal.com/internacional/130325/republica-centroafricana-ha-tenido-mas-golpes-de-estado-que-elecciones

viernes, 22 de marzo de 2013

La visión de Hobsbawm para transformar el mundo


Amelia Duarte de la Rosa
 

En homenaje a la vida y obra de Eric Hobsbawm, uno de los más importantes autores clásicos del pensamiento social contemporáneo, sesionó los días 20 y 21 de marzo el Coloquio Internacional Cambiar la historia, transformar el mundo, homenaje al historiador marxista Eric Hobsbawm, auspiciado por la Cátedra Antonio Gramsci, del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (ICICJM).

Con la participación de importantes investigadores y especialistas de Cuba, Gran Bretaña y América Latina, el Coloquio consistirá en 14 conferencias y debates donde se analizará el trabajo intelectual de Hobsbawm como historiador y marxista.

En declaraciones a Granma, el filósofo y ensayista Fernando Martínez Heredia, coordinador general del evento, explicó que el coloquio pretende contribuir al manejo de referentes interpretativos, la promoción del pensamiento crítico y el trabajo con nuevas interrogantes en historia, las ciencias y el pensamiento social. Los interesados en asistir deben contactar con el ICICJM para formalizar su participación, manifestó.

"Creemos que la mejor manera de honrar a Hobsbawm, quien falleció hace seis meses, a los 95 años de edad, es analizar, discutir y divulgar cuestiones fundamentales de la historia y del marxismo. Fue uno de los impulsores de una historia social marxista que revalora a las clases populares y los oprimidos, sus luchas, sus motivaciones y estructuras mentales y culturales. Sus obras de síntesis históricas están entre los libros más leídos".

Considerado como el más popular de los autores de historia marxista de la humanidad, Hobsbawm (Alejandría, 1917-Londres, 2012), periodista e investigador, se hizo historiador en Cambridge. Impulsor de la primera hornada de la corriente de la historia social británica —una de las más influyentes tendencias de la ciencia histórica del siglo XX— sus obras alcanzaron gran difusión, y en la fase final del siglo se convirtió en uno de los más influyentes historiadores. Varios de sus títulos están entre los más populares de la producción historiográfica.

Hobsbawm, quien en una ocasión escribió que "la injusticia social necesita ser denunciada y combatida (... ), el mundo no se va a arreglar por sí solo", mantuvo una implacable consecuencia en sus valores y posición socialista. El último libro, escrito un año antes de su muerte, se titula Cómo cambiar el mundo. Historias de Marx y el marxismo, y presenta en su cubierta al Che Guevara.

Tomado de Granma.

jueves, 21 de marzo de 2013

Proponen en Cuba releer la historia a través del marxismo




La Habana, 20 mar (PL) Un coloquio homenaje al intelectual británico Eric Hobsbawn (1917-2012) propone hoy aquí releer de manera crítica la historia a través de un marxismo honesto y libre de dogmas. 

El Instituto de Investigación Cultural Juan Marinello honra así a una de las principales figuras de la historiografía social, autor de clásicos como Las Revoluciones Burguesas y Cómo cambiar el mundo.

El investigador cubano Fernando Martínez Heredia explicó a Prensa Latina que el ejemplo de Hobsbawn es vigente y útil, pues demuestra que la tenacidad impertinente puede vencer al sentido común.

"Los que tenemos la preocupación fundada respecto a los mensajes que reciben nuestros jóvenes, entendemos la necesidad del marxismo para romper las divisiones entre las elites y las masas", agregó. 

Señaló que Hobsbawn enseñó que el mundo jamás cambiaría si nadie hacía algo por cambiarlo, y su obra fue una escuela para contar y entender a los marginados por la historia.

Rosario Alonso, coordinadora del coloquio, espera que el evento genere un debate teórico que permita rescatar en Cuba el legado de Hobsbawn, de quien apenas fue publicado aquí un libro en 1968.

"Queremos estimular la lectura de este militante que, además, fue un intelectual consecuente con el marxismo como herramienta de una historia más honesta y sin la rigidez del dogma", agregó. 

En la jornada inaugural, el investigador Jorge Ibarra destacó los estudios sobre nación y nacionalismo de Hobsbawn, quien rompió con los ambiguos conceptos para hacer estudios desprejuiciados. 

Por ejemplo, considera ilegítimo apelar a un nacionalismo judío para justificar el retorno a la Tierra Prometida, porque dicho concepto recién fue inventado a finales del siglo XIX. 

Auspiciado por la Cátedra Antonio Gramsci, este coloquio reúne a intelectuales de varios países, entre ellos Robin Blackburn, editor de la revista New Left Review.

El evento pretende contribuir además al manejo de referentes interpretativos, la promoción del pensamiento crítico y el trabajo con nuevas interrogantes en las ciencias y el pensamiento social.



De Bergoglio a Francisco



Por Atilio A. Boron

MONCADA


Poco nuevo hay por agregar a lo mucho que ya se ha dicho sobre el papa Francisco desde su sorpresiva elevación al trono de San Pedro. Trataré de sintetizar esta breve nota en torno de tres ejes: a) las acusaciones sobre su actuación durante la dictadura genocida cívico-militar; b) su política como arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal; c) el posible impacto de su pontificado sobre la realidad sociopolítica de América latina.

En relación con el primer punto es indiscutible que su conducta se encuadró, en términos generales, en las deplorables líneas establecidas por la jerarquía católica. No fue un monstruo como Christian von Wernich, activo participante en la comisión de delitos de lesa humanidad y por ello condenado por la Justicia argentina; o un troglodita medieval como el obispo castrense Antonio Baseotto, que propuso colgarle una piedra de molino al cuello y tirar al mar al ministro de Salud Ginés González García por haber recomendado la utilización de preservativos. Pero tampoco fue un cristiano ejemplar como los obispos Enrique Angelelli y Carlos Horacio Ponce de León, el padre Carlos Mugica, los sacerdotes palotinos o las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, todos asesinados por la dictadura, o como los obispos Miguel Hesayne, Jorge Novak y Jaime de Nevares, duros críticos del régimen militar. El por entonces Provincial de la Compañía de Jesús tuvo una conducta reprobable en relación con dos de sus directos subordinados, los sacerdotes Francisco Jalics y Orlando Virgilio Yorio, quienes ejercían su labor pastoral en una villa del Bajo Flores y fueron secuestrados y torturados por la dictadura ante la inacción de su superior, que los privó de su protección. Algunos testimonios, como el de Alicia Oliveira, rechazan estas críticas señalando su activa colaboración para salvar la vida de clérigos y laicos en peligro. Pero la evidencia documental –que no es lo mismo que una opinión– aportada en estos días por Horacio Verbitsky en Página/12 o lo que escribiera un eminente católico como Emilio F. Mignone lo tipifican como un pastor que entregó “sus ovejas al enemigo sin defenderlas ni rescatarlas”, en un caso al menos de un nieto que fue apropiado por los represores manteniendo oculta esta información por años. Lo más probable es que ambas actitudes sean ciertas, pero los buenos gestos destacados por algunos no alcanzan para opacar la gravedad de los otros. En un país en donde todos sabían de los crímenes perpetrados por el terrorismo de Estado no se puede aducir ignorancia, menos que menos un sacerdote que administraba el sacramento de la confesión y en permanente contacto con el común de la gente. En su momento, Bergoglio pidió perdón en nombre de la Iglesia “por no haber hecho lo suficiente” para preservar los derechos humanos ante la barbarie del terrorismo de Estado; debería haberlo pedido, en cambio, por el explícito apoyo que la jerarquía les brindó a los genocidas y no por lo poco que hizo para combatirlos. ¿Neutralidad o tolerancia ante el terrorismo de Estado? ¡Hum!, recordemos lo que dice el Dante en La Divina Comedia: “El círculo más horrendo del infierno está reservado para quienes en tiempos de crisis moral optan por la neutralidad”.

Pero supongamos que un examen exhaustivo e imparcial dictamine la absoluta inocencia de Bergoglio en los años de plomo. ¿Qué podemos decir de su actuación durante la reconstitución democrática posterior a la dictadura? A tono con la contrarreforma lanzada por Juan Pablo II con el apoyo y beneplácito de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, Bergoglio se asoció a las tendencias más reaccionarias de la Iglesia argentina, lo que no es poco decir. Formado en el peronismo de derecha, militante de Guardia de Hierro en su juventud, durante su gestión como cardenal primado de la Argentina se alineó inequívoca y sistemáticamente en contra de todas las buenas causas: se opuso –sin éxito– al matrimonio igualitario; reaccionó con el furioso fanatismo de Tomás de Torquemada ante la muestra del artista plástico León Ferrari, que tuvo que ser levantada antes de tiempo; ha combatido con fiereza todo lo relacionado con la educación sexual, el control de la natalidad, la despenalización del aborto y los derechos de las minorías sexuales; mantiene dentro de la Iglesia (y así les extiende su protección) a criminales como Von Wernich y Julio César Grassi (condenados los dos últimos por pedofilia); atenta contra el carácter laico del Estado democrático y defiende con enjundia los privilegios que tiene la Iglesia en materia financiera y en el control sobre el proceso educacional, en abierta violación a lo dispuesto por la Constitución de 1994.

En conclusión, un papa austero y alejado del boato del Vaticano con una marcada preocupación por la suerte de los pobres, pero sumamente conservador. ¿Es esto novedoso? Para nada. El conservadurismo popular tiene larga historia, y no sólo en América latina. A diferencia de su variante elitista y aristocratizante, los valores e intereses tradicionales que sostienen un orden social injusto se refuerzan, aprovechándose de la ignorancia y credulidad de los sujetos populares ganados por la prédica eclesiástica. Es un conservadurismo plebeyo, excéntrico en sus formas, pero que presta un valioso servicio a las clases dominantes, como lo prueba la obscena explosión de júbilo de los genocidas en los juzgados cuando se conoció la designación de Bergoglio como pontífice, o la desbordante alegría de las más diversas expresiones y variados representantes de la derecha argentina, o la fenomenal campaña apologética de los diarios de la burguesía y del imperio –principalmente Clarín y La Nación, este último marcando la penosa involución moral de un periódico fundado por Bartolomé Mitre, un masón probado y confeso– ante las noticias procedentes de Roma. Con semejantes amigos, ¿cómo creer que Francisco va a imitar al santo de Asís, cuya renuncia a la riqueza y los bienes materiales fue total y absoluta? En compañía de estos ricos cofrades, la “opción por los pobres” difícilmente pueda ser algo más que un lejano acompañamiento de sus sufrimientos y privaciones, pero cuidándose de enseñarles quién es el que los condena a transitar por este valle de lágrimas, padecimientos e infortunios. Hace casi medio siglo que don Helder Cámara, obispo de Olinda y Recife, explicó muy bien esta contradicción: “Si les doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista”. No basta con la humildad ni con la confraternización con los pobres: de lo que se trata es de enseñarles que la pobreza no es resultado de un designio divino o de un capricho de la naturaleza, sino un producto histórico de una sociedad llamada capitalista, máquina implacable de fabricar pobreza y miseria y a la cual la Iglesia jamás tuvo la osadía de condenar a pesar de su intrínseca malignidad.

De los dichos y los hechos de Francisco no se desprende que esto vaya a ocurrir. Es bueno que el esclavo se rebele contra su amo, pero como decía Lenin, el cambio sólo se producirá cuando aquél se rebele contra la esclavitud, contra el sistema y no sólo contra uno de sus agentes. ¿Alentará Francisco la rebelión anticapitalista de los pobres, dado que dentro del capitalismo su suerte está echada? Nada en su biografía autoriza a pensar en ese curso de acción; lo más probable será que estimule su mansedumbre y eternice su sumisión. Es que la “opción por los pobres” de la Iglesia que surge de la contrarreforma liderada por Juan Pablo II y que barrió con los avances del Concilio Vaticano II no es la que proponía la Iglesia de Carlos Mugica, Jaime de Nevares, Miguel Hesayne, Oscar Arnulfo Romero (arzobispo de San Salvador), Sergio Méndez Arceo (obispo de Cuernavaca, México), Samuel Ruiz García (obispo de San Cristóbal, Chiapas), Pedro Casaldáliga y don Helder Cámara (Brasil) y Ernesto Cardenal (Nicaragua) o, en nuestros días, los teólogos de la liberación como Frei Betto, Leonardo Boff, Gustavo Gutiérres o Jon Sobrino.

¿Será su pontificado una remake del de Juan Pablo II? Es muy poco probable. El papa Wojtila fue un producto de finales de los setenta, cuando el mundo era muy diferente del de hoy. Fue el ariete que la burguesía imperial necesitaba para derrumbar a la Unión Soviética y los países el Este europeo. Pero esa estrategia fue eficaz porque aquellos regímenes padecían de un avanzado estado de descomposición moral, política, económica y social. En realidad, Juan Pablo se limitó a desencadenar la embestida final a un inmenso edificio que ya se venía abajo producto de sus propias contradicciones. Hoy el mundo ha cambiado mucho: el imperialismo ya no tiene, tal como lo reconocen sus propios intelectuales orgánicos, la gravitación del pasado. Los rivales son más numerosos y diversificados, y económicamente mucho más fuertes que lo que eran la URSS y los países de Europa Oriental. Sus aliados, además, son más débiles y vacilantes. La Iglesia, a su vez, se ha visto debilitada por una interminable sucesión de escándalos y carece de la credibilidad que había ganado en los años de Juan XXIII. Además, si se quisiera lanzar todo su peso para desestabilizar los procesos bolivarianos en Venezuela, Bolivia y Ecuador o las experiencias de transformación política en curso en otros países de la región, la respuesta será muy diferente de la que hace más de treinta años se verificara en el Este europeo. 

Aquí se trata de procesos que cuentan con un enorme apoyo popular que ni remotamente existía allá, y por consiguiente el proyecto de las derechas latinoamericanas –organizadas, orientadas y financiadas por el imperio– de reutilizar el ariete eclesiástico que tan buenos resultados le diera en Europa Oriental para acabar con los gobiernos progresistas y de izquierda en la región terminaría en un rotundo fracaso. La “revolución de terciopelo” de Checoslovaquia nada tiene que ver con la Revolución Bolivariana de Venezuela, Evo Morales no es Lech Walesa, y Correa no es Ceaucescu. No sólo los procesos y la época histórica son distintos: los enormes problemas que enfrenta hoy la Iglesia (crisis financiera, delitos económicos del Banco Vaticano, alianzas con intereses mafiosos, pedofilia y sus juicios, el celibato sacerdotal, la incorporación de la mujer al sacerdocio y el postergado aggiornamiento reclamado por Juan XXIII) difícilmente le permitirán a Francisco dedicarle mucha atención a lo que ocurra en los países de Nuestra América. Es un buen administrador y tendrá que poner la casa en orden. Es también un muy hábil político, y sabe que muy pronto deberá convocar a un Concilio que permita destrabar viejas disputas que están corroyendo la Iglesia y aislándola cada vez más del mundo real. Hace exactamente quinientos años Nicolás Maquiavelo diagnosticaba en El Príncipe que, para salvarse, la Iglesia necesitaba una revolución. Tal cosa no ocurrió. Cuatro años más tarde, en 1517, estallaba la Reforma Protestante de Martín Lutero, y la revolución quedó congelada. Ahora, la revolución es muchísimo más urgente y necesaria que antes.

Si Francisco fracasa en este empeño, la suerte de la dos veces milenaria institución se verá muy seriamente comprometida. No hay que engañarse con las cifras manejadas por la prensa en estos días: de esos mil doscientos millones de católicos en todo el mundo, los realmente practicantes son una ínfima minoría, que además se achica cada día. Pretender socavar los procesos emancipatorios en curso en América Latina y el Caribe sería una pérdida de tiempo, el pasaporte para una segura derrota y un esfuerzo que desviaría al papado de su desafío fundamental. Tal vez por eso Leonardo Boff confía en que, pese a sus antecedentes, Francisco se abstendrá de seguir el curso que la derecha y el imperialismo le instan a seguir y elegirá, en cambio, el camino de la reforma. En pocos años la historia ofrecerá su veredicto.

* Politólogo, director del PLED, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.