viernes, 31 de octubre de 2014

¿Hacia la paz perpetua? Repercusiones en política internacional de las ideas kantianas


Los escritos sobre política internacional de Immanuel Kant (Königsberg, Prusia, 1724-1804), en especial La paz perpetua (1795), clarifican aspectos sobre las relaciones internacionales modernas tan relevantes como la inherente interacción entre los Estados que componen la sociedad internacional (Doyle, 1986: 1157). Además, algunas de sus ideas han sido fundamentales para el forjamiento de las normas de ius cogens, consensuadas por la comunidad internacional en su totalidad, aunque frecuentemente eclipsadas por los intereses políticos de los Estados. No obstante, la federación de Estados que Kant propone con el fin de garantizar la paz perpetua (Kant, 2003: 11-14) transciende en gran medida el poder de maniobra de la actual Organización de las Naciones Unidas. El objetivo de este estudio es, por tanto, aportar una visión general sobre las aportaciones de las ideas kantianas a la teoría de las relaciones internacionales, sus repercusiones en política internacional y su vigencia en nuestros días.
 
La importancia de Kant como teórico de las relaciones internacionales reside en la preponderancia de la moral en las relaciones entre Estados y su inclinación natural hacia el “deber de la paz perpetua” (ídem, 11). Postula la existencia, por tanto, de un imperativo moral que impulsa a los Estados a relacionarse de manera pacífica. La doctrina de Kant se asienta sobre una base epistemológica, pues la paz perpetua es la condición para la acción ética de los Estados, y desarrolla una concepción teleológica del mundo, ya que el fin de las relaciones interestatales es la instauración última de la paz perpetua (Doyle, 1986: 1159).

Una de las ideas centrales del pensamiento internacionalista de Kant, como ha señalado Habermas (1997: 62), es el carácter transitorio del Derecho internacional, es decir, las regulaciones de la paz y la guerra devendrán en un pacifismo jurídico que establecerá un orden cosmopolita y acabará con el uso de la fuerza como medio de resolución de litigios internacionales. Según lo dispuesto en los artículos definitivos para la paz perpetua (Kant, 2003: 5-10), ese orden cosmopolita se materializará con la formación de una federación de Estados autónomos, no sujetos a una autoridad central. Dichos Estados deberán ser, además, de naturaleza republicana (artículo definitivo primero), pues es más improbable que se declare una guerra si el pueblo está en contra, si su voluntad reside en un poder legislativo independiente del ejecutivo. Por último, el comercio interestatal favorecerá que los Estados accedan a asociarse (Habermas, 1997: 67).

La tradición kantiana en teoría de las relaciones internacionales se opone a la hobbesiana en tanto que rechaza frontalmente la idea de que los Estados se encuentren en un estado de guerra de todos contra todos, la anarquía del sistema internacional y la ausencia de restricciones morales en el comportamiento de los Estados. Los kantianos apuestan por unas relaciones internacionales basadas en la cooperación, en las que los Estados pierden relevancia en favor de una sociedad cosmopolita y transnacional (Barbé, 2008: 47).

Otras teorías de la escuela liberal inspiradas en las ideas de Kant son la tesis de la “paz democrática”, que afirma que las democracias no entran en guerra unas con otras, y la “democracia cosmopolita”, que preconiza la llegada de un mundo regido por la paz, la democracia, la igualdad y la justicia (Solomon, 2003: 103).

El origen de estas teorías radica en la confianza en la seguridad colectiva durante la segunda mitad del siglo XX (Habermas, 1997; Solomon, 2003). La Carta de las Naciones Unidas de 1945 recoge principios estructurales del ordenamiento jurídico internacional cuyo objetivo es velar por la seguridad colectiva, e incluyen la resolución pacífica de controversias internacionales y la prohibición del uso de la fuerza (artículos 2.3. y 2.4., respectivamente), aunque otorga al Consejo de Seguridad el poder de decidir si se emprenden acciones militares en caso de “amenazas”, “quebrantamientos de la paz o actos de agresión”.

Por otro lado, Kant consideraba inquebrantable la soberanía de los Estados: “los pueblos [...] forman distintos Estados y no deben fundirse en uno solo” (Kant, 2003: 7). La estructura de las Naciones Unidas se basa en la igualdad soberana entre Estados (artículo 2.1. de la Carta). El  principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados (artículo 2.7.) coincide con el artículo preliminar 2º de La paz perpetua. No obstante, la federación de Estados kantiana se sustentaría en el derecho cosmopolita, que, como apunta Habermas (1997: 72), es inconsistente sin su institucionalización en el ordenamiento jurídico tanto internacional como nacional.

El auge de la democracia liberal como forma de gobierno tras el fin de la Guerra Fría trajo consigo la reivindicación de teorías kantianas sobre la fuerza pacificadora de la democracia y el comercio internacional. Esta idea ha calado en el discurso de numerosos líderes mundiales, quizás enmascarando políticas que únicamente respondían a sus intereses, como el Presidente Reagan a principios de los años ochenta (Doyle, 1986: 1151). La era de la globalización, caracterizada por la creciente interconexión entre los integrantes del sistema internacional, también ha provocado numerosos conflictos étnicos, religiosos y el resurgir de los movimientos nacionalistas.  La irrupción del terrorismo en la escena internacional, en especial tras el 11-S, planteó cuestiones sobre la legitimidad internacional de guerras como la de Afganistán y la de Irak, que sustentaron en parte en la intención de “llevar la democracia” a los pueblos sometidos.

Nos separan más de doscientos años de La paz perpetua de Kant, y aunque las guerras sigan acabando con la vida de numerosos seres humanos, el conflicto armado abierto ha dejado de ser el motor de la política internacional. Para Kant, la consecución de la paz perpetua depende del potencial único de la especie humana en su conjunto para razonar y mejorar moralmente: tanto la razón teórica como la práctica impulsan el progreso (Solomon, 2003: 108). En palabras de Kant (2003: 26), es “un deber, y al mismo tiempo una esperanza [...], no una fantasía vana”. Si todos los Estados y los individuos que los forman actuaran conforme a ese imperativo moral pacífico, la solución a los retos del siglo XXI estaría al alcance de la cooperación y el compromiso efectivo.
Teresa Barrio Traspaderne

Referencias bibliográficas

BARBÉ, Ester (2008): “La teoría de las relaciones internacionales”, Relaciones internacionales, Madrid: Tecnos, p. 41-128.
DOYLE, Michael W. (1986): “Liberalism and World Politics”, The American Political Science Review, Vol. 80, No. 4 (Dec., 1986), pp. 1151-1169.
HABERMAS, Jürgen, trad. Juan Carlos Velasco Arroyo (1997): “La idea kantiana de paz perpetua. Desde la distancia histórica de doscientos años”, Isegoría/16, pp. 61-90.
KANT, Immanuel (2003): La paz perpetua, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
SOLOMON, Benjamin (2003): “Kant’s Perpetual Peace: A New Look at this Centuries-Old Quest”, OJPCR: The Online Journal of Peace and Conflict Resolution 5.1. Summer, pp. 106-126.
http://ginrevista.com/tag/relaciones-internacionales/

 Fuente: cerrarlosojosypoderver.blogspot.com


sábado, 25 de octubre de 2014

¿Colaborarán EEUU y Cuba en África?


Estados Unidos está dispuesto a colaborar con Cuba en la lucha internacional contra el ébola en África Occidental, según confirmó hoy a Efe un portavoz del Departamento de Estado.

“Celebramos la oportunidad de colaborar con Cuba para enfrentar este brote de ébola”, señaló el funcionario estadounidense, que destacó la “significativa contribución” del país caribeño con el envío de cientos de médicos y sanitarios a África.

El ex presidente cubano Fidel Castro ofreció este fin de semana a Washington la cooperación de su país ante la amenaza que plantea la enfermedad.

La portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, no descartó el lunes la posibilidad de una conversación al respecto entre Estados Unidos y Cuba, que carecen de relaciones diplomáticas desde hace más de medio siglo, pero dijo desconocer si Washington está abierto a ello.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, también valoró el esfuerzo de Cuba el viernes pasado, un país de 11 millones de personas, quien ha enviado a África 255 profesionales sanitarios.

“Ningún país, ni grupo de naciones por separado va a resolver este problema por ellos mismos. Esto va a requerir una respuesta colectiva global. Todos manos a la obra”, ha dicho el secretario de Estado.

“Con ese espíritu, el Departamento de Estado está en comunicación con todos los miembros de la comunidad internacional, incluido Cuba, que participan en este esfuerzo global a través de canales multilaterales, como la Organización Mundial de la Salud, así como reuniones diplomáticas”, agregó el citado funcionario estadounidense.

 EFE, octubre 22, 2014
Tomado de El Comercio, por EFE

jueves, 23 de octubre de 2014

Declaración de la cumbre extraordinaria del Alba-TCP sobre el ébola


Los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), reunidos en La Habana, el 20 de octubre de 2014, en ocasión de la Cumbre Extraordinaria para enfrentar la epidemia del ébola.

Profundamente preocupados por la catástrofe humanitaria en África Occidental causada por el Ebola, que ha sido considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “emergencia de salud pública” de preocupación internacional en relación con la amenaza que representa la propagación a otros países y regiones del mundo.

Conscientes de la urgencia de que la comunidad internacional en su conjunto, en plena cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Misión de las Naciones Unidas para el Enfrentamiento de Emergencia al Ébola (UNMEER), acometan acciones para enfrentar este flagelo con todos los recursos necesarios.

Constatando con preocupación que los recursos internacionales requeridos para acometer acciones rápidas y eficaces para enfrentar la epidemia del ébola continúan siendo insuficientes para  enfrentar lo que puede convertirse en una de las pandemias más graves en la historia de la humanidad.

Reafirmando que el ALBA-TCP se sustenta en principios de solidaridad, cooperación genuina y complementariedad entre nuestros países, y el compromiso con los pueblos más vulnerables y con la preservación de la vida en el planeta.

Convencidos de que es imprescindible la adopción de medidas de cooperación eficaces y urgentes que, a través de acciones coordinadas del sector de la salud y otros sectores, contribuyan a impedir que la epidemia del ébola se extienda a los países de nuestro hemisferio.

Recordando lo establecido en el Reglamento Sanitario Internacional (2005) y la Hoja de Ruta de Respuesta al Ébola de la OMS, del 28 de agosto de 2014, que tiene por objeto detener la transmisión de la enfermedad del Ébola a escala global, y encarar las consecuencias de cualquier nueva propagación internacional.

Tomando nota de los protocolos de la OMS para prevenir la transmisión de la enfermedad del ébola entre personas, organizaciones y grupos de población.

Subrayando que es posible contener el brote del Ébola, en particular mediante la aplicación de las acciones establecidas en materia de seguridad y salud, y otras medidas preventivas que han demostrado su eficacia

Acordamos:

1. Coordinar nuestros esfuerzos para prevenir y enfrentar la epidemia del Ébola, incluida la rápida prestación y utilización de la asistencia entre nuestros países, con trabajadores sanitarios y los suministros y materiales pertinentes.

2. Atender con prioridad las necesidades especiales de los hermanos países del Caribe, que les permitiría beneficiarse de la cooperación para prevenir y enfrentar el Ébola que acuerden los países del ALBA-TCP.

3. Activar la Red de Vigilancia epidemiológica del ALBA-TCP cuya creación fue acordada en la I Reunión de Ministros de Salud de la Alianza, que tuvo lugar el pasado 25 de febrero de 2014, en Caracas.

4. Apoyar decididamente a las brigadas médicas voluntarias especializadas en el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias, del Contingente “Henry Reeve” de la República de Cuba, que laboran en países de África. En este sentido, expresamos nuestra disposición como Alianza Bolivariana a contribuir con personal de salud altamente calificado para que se sumen a los esfuerzos de este Contingente en tareas que sean requeridas en la región latinoamericana y caribeña.

5. Establecer mecanismos nacionales para diagnosticar y aislar rápidamente los presuntos casos de infección, teniendo en cuenta las manifestaciones clínicas iniciales de la enfermedad, la historia de viaje y/o la historia de exposición reportada por el paciente u obtenida en la investigación epidemiológica.

6. Compartir y generar capacidades para el diagnóstico de enfermedades que requieran laboratorios con un nivel adecuado de bioseguridad.

7. Diseñar y ejecutar campañas de educación pública sobre la prevención y la respuesta al Ébola, dirigidas a aumentar la preparación de la población y fomentar su confianza.

8. Proporcionar y reforzar las medidas preventivas para la detección y mitigación de la exposición a la infección del Ébola y proporcionar tratamiento y servicios médicos eficaces para el personal de respuesta.

9. Reforzar las medidas de vigilancia y control epidemiológico en las fronteras, en particular en puertos y aeropuertos.

10. Contribuir a la formación de personal de salud especializado en la prevención y enfrentamiento al ébola en los países del ALBA-TCP y del Caribe, a partir de la experiencia acumulada.

11. Crear un grupo de profesionales de diferentes especialidades para la capacitación del personal de salud en los temas de bioseguridad, incluido el uso de equipos de protección personal ante casos sospechosos o confirmados de ébola, la atención a las enfermedades hemorrágicas y al paciente en estado crítico, que puedan convertirse en facilitadores y asesores en sus respectivos países.

12. Asegurar, en la mayor cantidad posible de instalaciones del sistema de salud, equipos médicos de reserva e insumos vitales para el manejo de la enfermedad.

13. Fomentar las investigaciones científicas, epidemiológicas y biológicas sobre el ébola en el marco del ALBA-TCP, y propiciar la cooperación en esta esfera con otros países, como contribución a los esfuerzos internacionales dirigidos a enfrentar la epidemia y con el objetivo de consolidar la independencia científica, médica y sanitaria de los países de la Alianza.

14. Perfeccionar los mecanismos de información entre nuestros países, de tal forma que se mantenga actualizada la situación epidemiológica en los países del ALBA-TCP y se diseminen con mayor facilidad las experiencias adquiridas.

15. Apoyar decididamente las iniciativas de las Naciones Unidas, en particular de la  OMS/OPS y de la UNMEER, encaminadas a implementar las recomendaciones del Comité Internacional de Emergencia del Reglamento Sanitario.

16. Fomentar la cooperación en la esfera del enfrentamiento y prevención del ébola con otros países del Hemisferio y emprender aquellos programas conjuntos que contribuyan a lograr ese fin.

17. Convocar los días 29 y 30 de octubre, en La Habana, Cuba, una reunión técnica de especialistas y directivos de los países del ALBA-TCP para intercambiar experiencias y conocimientos, así como concertar estrategias de prevención y enfrentamiento a la amenaza de la epidemia del ébola.

18. Encargar a los Ministros de Salud de los países del ALBA-TCP la elaboración de un Plan de Acción a la luz de las propuestas de la reunión técnica de especialistas y directivos, y su aplicación inmediata, en coordinación con la OPS/OMS. Dicho Plan deberá ser presentado a la consideración de los Jefes de Estado y Gobierno del ALBA-TCP, a más tardar el día 5 de noviembre de 2014.

19. Utilizar todos los recursos a disposición de la Secretaría Ejecutiva del ALBA-TCP para apoyar las iniciativas acordadas.

20. Felicitar a la República Bolivariana de Venezuela por la donación de cinco millones de dólares para combatir el Ébola, y que fueron entregados al Secretario General de la ONU Ban Ki Moon el pasado 16 de octubre de 2014.

21. Felicitar a la República de Cuba y su pueblo por la demostración de solidaridad con los hermanos países de África Occidental a través del envío de personal médico cubano.

22. Proponer que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) promueva esfuerzos regionales encaminados a prevenir y enfrentar la amenaza de la epidemia del Ébola.

23. Continuar colaborando con los países de África afectados por la epidemia, mantener la cooperación existente con los no afectados e incorporar las experiencias de las brigadas especializadas en el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias, que allí laboran.

La Habana, 20 de octubre del 2014

lunes, 20 de octubre de 2014

Intervención del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP sobre el Ébola


Estimados Jefes de Estado y de Gobierno y Jefes de Delegaciones:

Excelentísimo Señor David Nabarro, enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas:

Excelentísima Señora Clarisse Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud:

Excelentísimo Señor Didacus Jules, director general de la Organización de Estados del Caribe Oriental:

Les damos la más calurosa bienvenida a nuestro país con motivo de celebrarse la Cumbre Extraordinaria del ALBA sobre el Ébola, convocada a iniciativa del Presidente Maduro.

Compañeras y compañeros:

Una terrible epidemia se propaga hoy sobre los hermanos pueblos de África y nos amenaza a todos. El Ébola ha dejado un saldo elevado de casos diagnosticados y fallecidos en varios países, incluyendo dos naciones ubicadas fuera de ese continente.

Constituye un inmenso reto para la humanidad, que debe enfrentarse con la más absoluta urgencia. Se requieren acciones de la comunidad internacional en su conjunto, bajo la conducción de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y la Misión de las Naciones Unidas para el Enfrentamiento de Emergencia al Ébola.

Como parte del crisol de las culturas latinoamericanas y caribeñas, por las venas de “Nuestra América” corre sangre africana, aportada por quienes lucharon por la independencia y contribuyeron a crear la riqueza de muchos de nuestros países y de otros, incluyendo los Estados Unidos.

África y Cuba están unidas por entrañables lazos. Más de 76 mil colaboradores cubanos han prestado sus servicios de salud en 39 países. Se han formado 3 392 médicos provenientes de 45 naciones, de manera totalmente gratuita.

En la actualidad, más de 4 mil cooperantes cubanos de la salud laboran en 32 países africanos y como explicará nuestro Ministro de Salud Pública, se incorporan todos al esfuerzo preventivo contra el ébola.

El pasado primero de octubre, respondiendo a la solicitud realizada por la Directora General de la Organización Mundial de la Salud, doctora Margaret Chan, y el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, señor Ban Ki-moon, una brigada médica especializada de Cuba viajó a Sierra Leona para participar en el enfrentamiento a esta epidemia y mañana martes 21 de octubre partirán rumbo a Liberia y Guinea otras dos brigadas, cuyas avanzadas ya se encuentran en ambos países.

Las numerosas alertas y preocupaciones sobre la insuficiencia de recursos aportados y el ritmo de las acciones, expresadas en días recientes, reflejan una creciente conciencia universal sobre la necesidad de actuar con urgencia a fin de evitar una crisis humanitaria de impredecibles consecuencias.

Tengo la convicción de que si esta amenaza no se frena y resuelve en África Occidental, con una respuesta internacional inmediata, eficaz y con recursos suficientes, coordinada por la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas, puede convertirse en una de las pandemias más graves de la historia de la humanidad.

Ese noble y urgente objetivo reclama el esfuerzo y el compromiso indispensables de todas las naciones del mundo, según las posibilidades de cada una.

Consideramos que debe evitarse cualquier politización de este grave problema que nos desvíe del objetivo fundamental, que es la ayuda en el enfrentamiento a esta epidemia en África y en la prevención en otras regiones.

A partir de lo que le expresé al Secretario General de la ONU el pasado 5 de septiembre, orientamos a nuestros representantes que participaron en eventos realizados en la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas, ratificar que Cuba está dispuesta a trabajar codo con codo, con todos los países, incluyendo los Estados Unidos.

Según las modestas experiencias del sistema de salud cubano, se necesita voluntad integradora, organización, planificación y articulación del trabajo no solo asistencial y curativo, sino preventivo, que requiere, como complemento indispensable, una labor sistémica y permanente, gran disciplina en el cumplimiento de los protocolos médicos, rigor y exigencia. En el transcurso de la reunión, trataremos los aspectos prácticos.

La manera de evitar ser afectados por el virus es prepararnos intensamente y trabajar colectivamente en las Américas en medidas preventivas y de manejo de la enfermedad, para evitar su propagación.

Deseamos ofrecer a los integrantes del ALBA y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), propuestas de cooperación colectiva que puedan contribuir a la capacitación del personal de la salud y diseñar y aplicar medidas eficaces e integrales de prevención, dando prioridad a Haití y a los países del Caribe. Debemos contribuir todos con los estados que presenten mayores vulnerabilidades. Invitamos también a cooperar en este empeño a las naciones de América del Norte.

Si los respectivos gobiernos estuvieran de acuerdo, nuestros colaboradores de la salud, que actualmente prestan servicios en América Latina y el Caribe, están dispuestos a apoyar, en todo lo que esté a su alcance, para prevenir, entrenar personal y ofrecer asesoría.

En pocas palabras, en 25 países de Nuestra América contamos con 45 mil 952 colaboradores de la salud cubanos, de ellos 23 mil 158 médicos, el 50.4 por ciento, quienes junto a sus colegas del continente, constituyen una poderosa fuerza para cumplir este objetivo.

Tengamos presente, que muchos países de nuestra región disponen de 23 mil 944 médicos graduados hasta hoy en universidades cubanas, fundamentalmente en los últimos 15 años.

Finalmente, el 14 de diciembre, conmemoraremos en una nueva Cumbre, en La Habana, el X Aniversario de la Alianza, fruto de la voluntad de los pueblos de nuestra región y la acción de Hugo Chávez Frías y Fidel Castro Ruz. Los esperamos y podremos pasar balance a lo que hoy acordemos.

Sin más, dejamos inaugurada esta Cumbre Extraordinaria.

Muchas gracias.