miércoles, 26 de septiembre de 2018

Cuba mantiene un firme compromiso con el mltilateralismo y con los tratados internacionales en materia de desarme, en particular con la meta de alcanzar un mundo libre de armas nucleares

Intervención del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz Canel, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU para celebrar y promover el día internacional para la eliminación total de las armas nucleares.

 (versión no oficial)

Nueva York, 26 de septiembre de 2018.

Señora Presidenta:

Señor Secretario General:

Distinguidos Jefes de delegaciones:

Delegadas y delegados:

Dicen que cuando al genial físico Albert Einstein le preguntaron con qué armas se libraría una hipotética Tercera Guerra Mundial, respondió que la Cuarta sería con palos y piedras.

Tristemente no vivió para ver que sus enfáticos llamados a detener la carrera armamentista con tecnología nuclear caerían en saco roto y la producción de esas armas crecería descomunalmente al punto de superar cualquier posibilidad de supervivencia si apenas se empleara una ínfima parte de ellas.

Por eso consideramos un deber insoslayable sumarnos a la conmemoración cada 26 de septiembre del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, que contribuye al objetivo de las Naciones Unidas de preservar la paz y la seguridad internacionales.

Nos enorgullece que tal logro se sustente en una iniciativa promovida por el Movimiento de Países No Alineados que la comunidad internacional hizo suya.

Para Cuba, esta convocatoria anual representa, además, un justo tributo a la memoria del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, quien fuera un luchador incansable en favor del desarme nuclear, tema al que dedicó numerosas Reflexiones y todas sus energías.

A 73 años de los criminales bombardeos atómicos contra Hiroshima y Nagasaki la humanidad continua amenazada por la existencia de aproximadamente 14 mil 400 armas nucleares, de las que 3 750 se encuentran desplegadas y casi 2 000 se mantienen en estado de alerta operacional.

Cuba rechaza las políticas de seguridad y las doctrinas militares sustentadas en la disuasión nuclear. Hacemos nuestras las palabras de Fidel cuando en 1979 afirmó, y cito: “El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia”.

Señora Presidenta:

Es motivo de regocijo para América Latina y el Caribe haber sido la primera área densamente poblada en el mundo que se declaró Zona Libre de Armas Nucleares, a través del Tratado de Tlatelolco nacido en 1967. Esta voluntad de nuestros países quedó ratificada en la “Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, documento firmado por los Jefes de Estado y Gobierno de la región, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana, en enero de 2014.

Cuba mantiene un firme compromiso con el fortalecimiento y la consolidación del multilateralismo y con los tratados internacionales en materia de desarme, en particular con la meta de alcanzar un mundo libre de armas nucleares. Como muestra de esta voluntad, el 31 de enero de 2018, nuestro país se convirtió en el quinto Estado en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.

Persistiremos en el objetivo de que ese Tratado, que proscribe el uso, existencia y desarrollo de las armas nucleares y refrenda que estas son inhumanas, inmorales, y éticamente indefendibles, sea alguna vez implementado y complementado con medidas eficaces que conduzcan a la eliminación total de esos arsenales de manera efectiva, transparente e irreversible.

El empleo de la energía y la tecnología nucleares ha contribuido al desarrollo socioeconómico de nuestras naciones. En consecuencia, reafirmamos el derecho al uso pacífico de la energía nuclear sin discriminación.

Rechazamos la decisión del gobierno de los Estados Unidos de retirarse del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) o Acuerdo Nuclear con Irán.  El incumplimiento de estos compromisos internacionales atenta contra las normas de convivencia entre los Estados y provocará graves consecuencias para la estabilidad y la seguridad en el Medio Oriente.

Señora Presidenta:

Para concluir, comparto con ustedes un fragmento del discurso del Primer Secretario de nuestro Partido, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante la Cumbre Río +20: “Dejemos las justificaciones y egoísmos y busquemos soluciones. Esta vez, todos, absolutamente todos, pagaremos las consecuencias (…) Cese el despojo, cese la guerra, avancemos hacia el desarme y destruyamos los arsenales nucleares.”

Muchas gracias.

(Cubaminrex)

martes, 25 de septiembre de 2018

Mandela, a quien el líder histórico de la Revolución cubana calificara como "Un Apóstol de la Paz".



Intervención del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la Cumbre de Paz Nelson Mandela. Nueva York, 24 de septiembre de 2018.

Señora Presidenta: 

Cuánto nos alegra y reconforta que la Asamblea General de Naciones Unidas se reúna en una Cumbre por la Paz y que esa Cumbre lleve el nombre de Nelson Mandela. 

Hace menos de 30 años, el entrañable Madiba era un preso político en las cárceles del apartheid, confinado de por vida, a causa de su noble lucha por la justicia y la igualdad entre todos los hombres y mujeres de Sudáfrica, donde una minoría blanca sometía a la mayoría negra al escarnio de la segregación. 

No olvidamos que durante los oscuros años del apartheid y aún mucho tiempo después de ser elegido Presidente, a Mandela y a los más brillantes y honestos luchadores africanos, los mantuvieron en listas de presuntos terroristas. 

Cuba se honra al recordar que compartió sus luchas, en la primera línea de combate, junto con sus hermanos africanos de Angola y de Namibia. Nunca olvidaremos a Cuito Cuanavale. 

Y no hubo mayor reconocimiento que el abrazo de Nelson Mandela libre a nuestro líder histórico, Fidel Castro Ruz, en territorio cubano. 

Pretendo que nuestro tributo a Mandela no sea sólo al primer presidente negro de Sudáfrica y al Premio Nobel de la Paz, sino que pensemos también en el rebelde que se vio obligado a luchar contra la injusticia cuando le cerraron los caminos pacíficos; al preso político, al defensor de los derechos humanos y de los derechos de su pueblo, y al político que cambió la historia. 

Nos complace que al recordar a Mandela se reconoce la heroica lucha del pueblo sudafricano en contra del oprobioso régimen del Apartheid, conducida bajo el liderazgo del Congreso Nacional Africano y la contribución de mu-chos líderes y combatientes que dedicaron su vida a la causa de la libertad en África. 

El Primer Secretario de nuestro Partido, General de Ejérci-to Raúl Castro Ruz, calificó a Mandela como "un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz". Por su parte, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, lo definió como ejemplo de "hombre absolutamen-te íntegro (...), inconmoviblemente firme, valiente, heroico, sereno, inteligente, capaz…”  Así mismo recuerda el pueblo cubano a Nelson Mandela. 

Señora Presidenta: 

Alarman los recientes anuncios del aumento del gasto militar, que lanzará al mundo a una nueva carrera armamentista, en detrimento de los ingentes recursos que se necesitan para construir un mundo de paz.

No puede haber desarrollo sin paz y estabilidad, ni paz y estabilidad sin desarrollo. No puede haber paz y seguridad para pueblos con altos niveles de pobreza, con hambre crónica y malnutrición, insalubridad y escaso acceso al agua potable, analfabetismo, altos índices de mortalidad infantil, muertes por enfermedades prevenibles y baja es-peranza de vida. 

Para lograr un mundo en el que impere la paz y la solución pacífica de los conflictos, urge atender las causas raigales que los generan. Los millones de excluidos por el injusto orden económico internacional, los desplazados, los hambrientos, los que huyen de las guerras y de la falta de oportunidades hacia los territorios de la abundancia levantada con el saqueo de nuestros pueblos, son víctimas de una segregación silenciosa y silenciada. 

Mucho queda aún por conquistar para hacer realidad los sueños de Mandela. El único tributo digno a su memoria es impulsar el desarrollo de las naciones en desventaja. Actos más que palabras. Cooperación, no intervención. Solidaridad, no saqueo. 

Señora Presidenta: 

Lazos de sangre unen a Cuba y África. La herencia cultural del continente africano en la idiosincrasia de los cubanos es innegable. La cultura y los mejores valores de sus pueblos nutrieron al nuestro. Nos inspiraron su valentía, nobleza, sabiduría y capacidad de resistencia. 

La colaboración de Cuba con los pueblos de África se ha mantenido por más de 50 años como una prioridad de la política exterior de la Revolución cubana. 

La paz internacional permanece amenazada por la filosofía de la dominación. Por ello hacemos nuestras las palabras de Mandela cuando dijo: "Nosotros también queremos ser dueños de nuestro propio destino". 

Trabajemos entonces por el futuro de paz que corresponde por derecho a nuestros pueblos. Honremos de verdad, plenamente, al inolvidable Mandela, a quien el líder histórico de la Revolución cubana calificara como "Un Apóstol de la Paz". 

Muchas Gracias. 

(Cubaminrex)

jueves, 20 de septiembre de 2018

Tejado de vidrio



MSc Enrique R. Martínez Díaz, Profesor Auxiliar, CIPI

Después del triunfo del candidato del Partido Republicano en las elecciones del año 2016 en los EE.UU., se ha hecho común encontrar en la prensa de ese país e incluso en medios internacionales, numerosas informaciones sobre presuntas o probables intromisiones, ataques informáticos, etc,  por parte de Rusia y/o de otras naciones en el proceso electoral  de esa nación. Esto incluye indagaciones judiciales en ese país, ante denuncias por parte de representantes del Partido  Demócrata o de funcionarios de diferentes agencias federales. 

Todo parece indicar que, independientemente de la veracidad de tales hechos, tales intromisiones han devenido en un buen argumento para  hostigar la labor del  actual presidente estadounidense, Mr. Donald J. Trump, cuestión en realidad nada novedosa, si recordamos la actuación del Partido Republicano respecto al gobierno anterior, ya sea saboteando los intentos del Presidente Obama de instrumentar su programa de salud, como imponiendo el llamado “secuestro” del presupuesto de esa nación, con el objeto de reducir el déficit fiscal, lo cual creó grandes dificultades al gobierno en funciones, incluyendo reducciones al “sacrosanto” presupuesto del Departamento de Defensa.

Más allá de la realidad o de la ficción en lo que respecta a tales hechos, nos parece bueno hacer referencia a que no es precisamente EE.UU.  un país que no haya interferido en procesos electorales o asuntos internos de otras naciones a lo largo de su historia, ya sea más lejana o más reciente.

Numerosos documentos testifican que el gobierno de EE.UU., a través de su personal diplomático, de sus agencias de inteligencia, de organizaciones no gubernamentales (supuestamente independientes, aunque mayoritariamente organizadas, dirigidas y financiadas por las instituciones de inteligencia, principalmente la Agencia Central de Inteligencia, CIA)  y otras estructuras (entre las cuales tiene un papel importante la USAID, que supuestamente debiera ayudar al desarrollo de los países pobres), han actuado de forma abierta u oculta contra gobiernos de diferentes naciones, especialmente en los países del llamado Tercer Mundo, aunque no exclusivamente.

Y es algo que tiene larga historia: a principios del Siglo XIX, conscientes de su debilidad ante las potencias europeas, los dirigentes de la por entonces joven nación, intentaron sentar las bases de su predominio en las Américas. Fruto de tales ideas surge la célebre Doctrina Monroe, de cuyo contenido fueron muy cuidadosos en hacer conocer principalmente la famosa frase de “América para los americanos”, pero que en esencia trataba de deslindar, hasta donde fuera posible, al llamado Nuevo Mundo de la influencia europea, para que cuando las condiciones lo permitieran cayeran en sus manos. De ahí su actitud en el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, obstaculizando los planes bolivarianos de liberar a  Cuba y Puerto Rico. 

Theodore Roosevelt, primero subsecretario de Marina, después Vicepresidente y luego  Presidente de esa nación entre 1901 y 1909, es un clarísimo ejemplo de haber desarrollado una labor intervencionista en los asuntos internos de los países de América Latina, cuestiones que justificó  mediante la promulgación del no muy conocido ó recordado  Corolario a la Doctrina Monroe,  esbozado  en un mensaje al Congreso, en el año 1904, y en el que se decía, entre otras cosas,  lo siguiente: 

Política hacia otras naciones  del Hemisferio Occidental:
No es cierto que  los Estados Unidos tengan hambre alguna de tierras o que tiene entre manos nada relativo a las demás naciones del Hemisferio Occidental, salvo que no sea para el bienestar de estas. Todo lo que esta nación desea es ver a las naciones vecinas estables, ordenadas y prósperas. Cualquier nación que cuyo pueblo se comporte bien consigo mismo podrá contar con nuestra amistad de corazón.  Si una nación muestra que sabe cómo actuar con razonable eficiencia y decencia en asuntos sociales y políticos, y si mantiene el orden y paga sus obligaciones, no debe temer ninguna interferencia de los Estados Unidos. Una actuación incorrecta crónica, que tenga como resultado una pérdida general de los lazos de una sociedad civilizada,  ya sea en América, como en cualquier lugar, requerirá en última instancia la intervención de alguna nación civilizada, y en el Hemisferio Occidental, la adherencia de los Estados Unidos a la Doctrina Monroe puede forzar a Estados Unidos, no obstante ser renuente a ello, en casos flagrantes de tales fechorías o de impotencia, a ejercer un poder policial internacional. [i]

Cualquiera que consulte los muchos libros sobre el tema, encontrará amplia información sobre las intervenciones norteamericanas en diferentes países de Nuestra América, como Nicaragua, Panamá, Haití, República Dominicana, México, Guatemala, Granada, etc, y en nuestra propia Patria, en la cual aún tenemos un constante recuerdo,  en la ilegal ocupación de una parte de nuestro territorio en la Bahía de Guantánamo, contra la voluntad del  pueblo cubano.

En otras regiones del mundo también han conocido la actividad norteamericana, desde intromisiones en asuntos internos de los países; asesoramiento y apoyo a organizaciones políticas contrarias a gobiernos en diferentes naciones, principalmente aquellos que intentaban o trataban de mantener una política independiente, o que tomaban medidas internas que afectaban los intereses de empresas extranjeras.

Los casos de Grecia entre 1946 y 1950; Taiwán; Corea; Vietnam; Irán; Irak; Somalia; Afganistán; Yugoslavia; Libia, Siria y otros muchos más demuestran que en cualquier lugar del mundo los sucesivos gobiernos estadounidenses actuaron  para imponer sus intereses, ya fuera en el marco de la llamada Guerra Fría; en la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, o con cualquier otra justificación, empleando todas las formas y métodos disponibles.

Hay constancia de casos tan fragrantes que parecen extraídos de la ficción, como la conocida actuación de la entonces subsecretaria de Estado norteamericana Victoria Nuland en Ucrania en los años 2013-2014, asesorando a la oposición en esa nación, menospreciando a sus aliados de la Unión Europea (según la famosa filtración de su conversación telefónica  con el embajador norteamericano en Kíev), o repartiendo galletas y bocadillos a los manifestantes antigubernamentales en plena Plaza Maidán en la capital de esa nación del este de Europa.

No pueden olvidarse las revelaciones sobre el espionaje telefónico por parte de agencias norteamericanas (como parte del famoso proyecto ECHELON), que incluso espió a jefes de estados aliados, como la Canciller de Alemania Ángela Merkel, hecho que según algunas fuentes databa desde el año 1999, y que fueron reveladas por el ex agente de la NSA Edward Snowden. El entonces presidente Barack Obama trató de restañar un tanto los daños, aunque no existe constancia de que se hayan disculpado por tales hechos.

Con respecto a nuestro país, sabido es que los gobiernos norteamericanos del siglo XIX hicieron todo lo posible para obstaculizar la lucha por la independencia de los cubanos, hasta que, cuando consideraron conveniente, lanzaron la oportunista Resolución Conjunta de 1898 y declararon la guerra al debilitado imperio español, al cual derrotaron con facilidad y le arrebataron sus colonias en el Caribe y el Pacífico. Después impusieron la Enmienda Platt, intervinieron y saquearon a nuestro país de la forma más conveniente a sus intereses; sabido es que en 1960 el ex embajador norteamericano ante Batista declaró cínicamente ante el Congreso de su país que él era prácticamente más importante en la Habana que el propio presidente cubano. Una vez triunfada la Revolución, durante casi 60 años, doce administraciones  norteamericanas han sometido a nuestra patria a todo tipo de agresiones, incluyendo una enorme cantidad de intentos de asesinato contra nuestros líderes, fundamentalmente al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. El actual gobierno de Trump ha vuelto a recrudecer el bloqueo; al parecer no han aprendido todavía que un pueblo que lucha por su libertad es invencible. 

Con los ejemplos que hemos expuesto consideramos que, independientemente de los resultados de los actuales procesos investigativos y judiciales en esa nación,  queda claro que a los gobiernos y partidos políticos dominantes en EE.UU. no le ajustan para nada el papel de víctimas en el caso de la supuesta interferencia por parte de Rusia (por cierto, no sería dudoso que en algún momento aparecieran informaciones sobre acciones de inteligencia y de otro tipo por parte de EE.UU. contra ese país y contra la desaparecida URSS)  y otras naciones en sus elecciones, pues son ellos precisamente los que más han espiado, asesorado, saboteado, atacado e invadido a diferentes países en todo el planeta, promoviendo o imponiendo “cambios de régimen”  dondequiera que hayan considerado necesario para sus intereses (fundamentalmente para asegurar las ganancias de las grandes transnacionales de capital norteamericano). Como reza el viejo refrán, quien tenga tejado de vidrio debe evitar lanzar piedras al vecino.


[i]Traducido por el autor, y tomado de Internet en (www. worldhistory.com)