Intervención del Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en
la Cumbre de Paz Nelson Mandela. Nueva York, 24 de septiembre de 2018.
Señora
Presidenta:
Cuánto nos
alegra y reconforta que la Asamblea General de Naciones Unidas se reúna en una
Cumbre por la Paz y que esa Cumbre lleve el nombre de Nelson Mandela.
Hace menos
de 30 años, el entrañable Madiba era un preso político en las cárceles del
apartheid, confinado de por vida, a causa de su noble lucha por la justicia y
la igualdad entre todos los hombres y mujeres de Sudáfrica, donde una minoría
blanca sometía a la mayoría negra al escarnio de la segregación.
No olvidamos
que durante los oscuros años del apartheid y aún mucho tiempo después de ser
elegido Presidente, a Mandela y a los más brillantes y honestos luchadores
africanos, los mantuvieron en listas de presuntos terroristas.
Cuba se
honra al recordar que compartió sus luchas, en la primera línea de combate,
junto con sus hermanos africanos de Angola y de Namibia. Nunca olvidaremos a
Cuito Cuanavale.
Y no hubo
mayor reconocimiento que el abrazo de Nelson Mandela libre a nuestro líder
histórico, Fidel Castro Ruz, en territorio cubano.
Pretendo que
nuestro tributo a Mandela no sea sólo al primer presidente negro de Sudáfrica y
al Premio Nobel de la Paz, sino que pensemos también en el rebelde que se vio
obligado a luchar contra la injusticia cuando le cerraron los caminos
pacíficos; al preso político, al defensor de los derechos humanos y de los
derechos de su pueblo, y al político que cambió la historia.
Nos complace
que al recordar a Mandela se reconoce la heroica lucha del pueblo sudafricano
en contra del oprobioso régimen del Apartheid, conducida bajo el liderazgo del
Congreso Nacional Africano y la contribución de mu-chos líderes y combatientes
que dedicaron su vida a la causa de la libertad en África.
El Primer
Secretario de nuestro Partido, General de Ejérci-to Raúl Castro Ruz, calificó a
Mandela como "un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz".
Por su parte, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz,
lo definió como ejemplo de "hombre absolutamen-te íntegro (...),
inconmoviblemente firme, valiente, heroico, sereno, inteligente, capaz…”
Así mismo recuerda el pueblo cubano a Nelson Mandela.
Señora
Presidenta:
Alarman los
recientes anuncios del aumento del gasto militar, que lanzará al mundo a una
nueva carrera armamentista, en detrimento de los ingentes recursos que se
necesitan para construir un mundo de paz.
No puede
haber desarrollo sin paz y estabilidad, ni paz y estabilidad sin desarrollo. No
puede haber paz y seguridad para pueblos con altos niveles de pobreza, con
hambre crónica y malnutrición, insalubridad y escaso acceso al agua potable,
analfabetismo, altos índices de mortalidad infantil, muertes por enfermedades
prevenibles y baja es-peranza de vida.
Para lograr
un mundo en el que impere la paz y la solución pacífica de los conflictos, urge
atender las causas raigales que los generan. Los millones de excluidos por el
injusto orden económico internacional, los desplazados, los hambrientos, los
que huyen de las guerras y de la falta de oportunidades hacia los territorios de
la abundancia levantada con el saqueo de nuestros pueblos, son víctimas de una
segregación silenciosa y silenciada.
Mucho queda
aún por conquistar para hacer realidad los sueños de Mandela. El único tributo
digno a su memoria es impulsar el desarrollo de las naciones en desventaja.
Actos más que palabras. Cooperación, no intervención. Solidaridad, no
saqueo.
Señora
Presidenta:
Lazos de
sangre unen a Cuba y África. La herencia cultural del continente africano en la
idiosincrasia de los cubanos es innegable. La cultura y los mejores valores de
sus pueblos nutrieron al nuestro. Nos inspiraron su valentía, nobleza,
sabiduría y capacidad de resistencia.
La
colaboración de Cuba con los pueblos de África se ha mantenido por más de 50
años como una prioridad de la política exterior de la Revolución cubana.
La paz
internacional permanece amenazada por la filosofía de la dominación. Por ello
hacemos nuestras las palabras de Mandela cuando dijo: "Nosotros también
queremos ser dueños de nuestro propio destino".
Trabajemos
entonces por el futuro de paz que corresponde por derecho a nuestros pueblos.
Honremos de verdad, plenamente, al inolvidable Mandela, a quien el líder
histórico de la Revolución cubana calificara como "Un Apóstol de la
Paz".
Muchas
Gracias.
(Cubaminrex)
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