Por Jorge Risquet Valdés (*)
Verdaderamente
emocionante fue para mí estar presente el 8 de enero del actual año en las
actividades celebradas en la ciudad de Bloemfontein en conmemoración del Centenario
de la fundación del Congreso Nacional Africano (ANC).
Un siglo atrás, en
una pequeña sinagoga de aquella ciudad, entonces capital del Estado Libre de
Orange, república boer, menos de un centenar de jefes tribales de lo que es hoy
la República Sudafricana, así como de Botswana, Swazilandia y Lesotho y algunos
clérigos, profesionales y trabajadores negros, culminaron la acción que venía
gestándose paulatinamente, fundaron el Congreso Nacional Africano.
En esta histórica
sinagoga, tuvo lugar a media noche, como inicio de la celebración del
Centenario, una solemne recordación con
la asistencia reducida de 150 personas, dada la pequeñez del antiguo recinto.
El gran acto se
efectuó en la tarde del domingo día 8, en un gran stadium del fútbol que resultó
pequeño para las decenas de millares de ciudadanos que acudieron a la masiva
conmemoración, que resumió el Presidente Jacob Zuma con una magistral
disertación de recuento histórico.
Antecedentes
Aunque la vida
humana en el territorio que hoy ocupa la República de Sudáfrica tiene una
presencia que se pierde en los tiempos, los antecedentes de la conquista
colonial comienzan en 1652 con el arribo de los primeros holandeses. Esta
ocupación europea se inició con el establecimiento
de una estación de abastecimientos por parte de la Compañía Holandesa de India
Oriental en el Cabo de Buena Esperanza.
El crecimiento
numérico de los empleados de la compañía condujo al asentamiento familiar y
gradualmente al apoderamiento por parte de ellos de tierras que habitaba el
grupo étnico Khoisan en esa parte
del territorio. Ese proceso dio origen a
los campesinos libres que en idioma holandés recibieron el nombre boers, quienes pronto convirtieron a
los khoisan en esclavos agrícolas.
El colonialismo
holandés duró en Sudáfrica más de 150 años y durante ese periodo de tiempo los
boers se asentaron definitivamente, desarrollaron un idioma derivado del
holandés (afrikaans) y por intereses
socioeconómicos entraron en contradicción con las estrictas regulaciones de sus
autoridades coloniales y directamente con la citada Compañía, que se llevaba la
mejor tajada del comercio del trigo, vino y otros productos agrícolas que los
boers ya producían con mano de obra esclava.
El arribo creciente
de colonos holandeses los condujo a la búsqueda de nuevas tierras aptas
también para la ganadería, pero en su avance hacia el nordeste y norte del
territorio chocaron con el poderoso grupo étnico Xhosa que se les enfrentó militarmente con sus armas rústicas. Aquellos encuentros militares duraron cerca
de 50 años sin que una de las partes lograra imponerse sobre la otra. Los colonos europeos desarrollaron
gradualmente una fuerte ideología racista mediante la cual consideraban que los
khoisan eran una especie de creación de dios que nombraban en su idioma como skepsels, o sea, una especie de animal
intermedio superior al de la selva pero inferior al hombre blanco. Esta era su
absurda y criminal interpretación de la Biblia.
Colonialismo Británico
Los ingleses se apoderaron
del Cabo de Buena Esperanza en 1806 y de inmediato comenzaron a introducir una
nueva estructura socioeconómica. Inglaterra se encontraba en pleno proceso de
su Revolución Industrial con una visión imperial del mundo que no existía en
Holanda. Con su política de libre
mercado, aunque incipiente, Londres ya procuraba nuevos mercados para su
acelerada producción industrial y por su ventaja geográfica el Cabo le ofrecía
un punto estratégico en la ruta hacia las llamadas Indias y toda el Asia. Uno de los primeros resultados de lo anterior
fue la eliminación gradual de la esclavitud impuesta por los boers que culminó
oficialmente en 1838. Había comenzado en
Sudáfrica el desarrollo de la agricultura comercial.
En la década de
1860 fue descubierto un enorme depósito de diamantes en Kimberley con su
consiguiente explotación y en la década del 80 se encontraron importantes minas
de oro en lo que es hoy Johannesburgo.
La ambición imperial británica en el territorio se elevó a niveles sin
precedentes. Las Repúblicas de Transvaal
y Orange Free State, declaradas por los boers 10 años antes y aceptadas como
tales por Londres fueron ahora impugnadas; las contradicciones ya existentes
entre británicos y boers se recrudecieron
y desembocaron en la guerra anglo-boer de 1899
a 1902 ganada por los primeros.
Lenin califica a la
guerra hispano-americana en Cuba y la anglo-boer en Sudáfrica, como las
primeras contiendas interimperialistas por un nuevo reparto del mundo.
Todo el territorio
que hoy ocupa la República de Sudáfrica se convirtió entonces en 4 provincias
bajo el dominio de Londres. Durante
aquella guerra los británicos crearon campos de concentración en zonas rurales
en los cuales murieron de hambre y enfermedad miles de mujeres, ancianos y
niños boers, exactamente igual que lo
ocurrido con la población rural cubana en la guerra de 1895-98
a mano de los españoles en los crueles campos de
concentración de Weyler.
Poco después, en
1910, los ingleses se pusieron de acuerdo con los boers para crear la Unión de
Sudáfrica y entre ambos continuar explotando a la mayoría absoluta negra. En 1921
a la Unión Sudafricana se le adjudicó el carácter de
Estado independiente, miembro del Commonwealth.
El Congreso Nacional Africano (ANC)
El 8 de enero de
1912 fue fundado con el nombre inicial de Congreso Nacional Nativo Sudafricano
(South African Native National Congress).
Su nombre actual, de contenido más amplio, fue adoptado en 1923. El evento fue convocado por un intelectual
sudafricano llamado Pixley ka Isaka Seme y al mismo asistieron unos
setentitantos representantes de varias regiones del país y de territorios
vecinos. Entre los más destacados están
Sol Plaatje, autor y editor de un periódico; John Langalibalele Dube, maestro;
el religioso y escritor Walter Rubusana; Alfredo Mangena, abogado; Charlotee
Maxseke, maestra educada en Estados Unidos; Thomas Makipela, hombre de
negocios; el pastor Ngakayiya y otros.
Entre los líderes
tribales se encontraban Salomón Kadinizulu; Montsoia del grupo étnico Barolon; Dalindyebo del grupo Tembu; Sekhukhuni de los Bapedi; Labotsibeni de Swazilandia; Lewanika de los Lozi de Zambia; Letsie II de Lesotho
y Khama de Botswana, entre
otros. El rey de los zulúes, Dinizulu había sido desterrado
por los británicos a la Isla Santa Elena, (la misma donde había expirado
Napoleón) por su fuerte oposición militar a los colonialistas, pero fue elegido
Presidente Honorario de la Organización.
Con su declaración
visionaria inicial “Nosotros los
africanos somos un solo pueblo” esta organización comenzó una prolongada lucha de unidad en la
diversidad que demostraría su validez histórica por su esencia antitribal. Durante varios años el ANC fue
una pequeña organización apoyada en jefes tradicionales y en pequeños hombres
de negocios y algunos intelectuales. Sus
objetivos iníciales eran lógicamente limitados: crear grupos
de presión contra las regulaciones racistas y promover los intereses de los
africanos. Sus métodos eran
estrictamente constitucionalistas: peticiones escritas, delegaciones ante
Londres y las autoridades boers y campañas de propaganda.
Los principales
dirigentes de la Organización se oponían a métodos y objetivos más radicales
contra el Estado.
Durante la década
del 30 al 40 el ANC desarrolló poca actividad, pero en la década del 40 surgió
un nuevo escenario en medio de la Segunda Guerra Mundial en la cual Sudáfrica
combatió junto a los Aliados por presión
de Gran Bretaña. La pequeña burguesía
negra que avanzaba a pesar de la discriminación racial también comenzaba a
radicalizarse políticamente. El entonces
Presidente del ANC, Dr. Xuma, jugó un papel importante en el proceso de
transformación de la organización en movimiento de liberación de masas. El ANC adoptó una constitución más
democrática y más exigente en relación a las demandas hechas al gobierno,
incluyendo la exigencia de plenos derechos políticos para los africanos. Fue esta la primera vez que el ANC exigió el
derecho universal y no racial al voto y
años más tarde abrió sus filas a blancos, mulatos e indios, como antes había
admitido a las mujeres. La alianza con
el Partido Comunista (fundado en 1922) y la cooperación con otras
organizaciones nacionales se hicieron más abiertas y fuertes.
Ese mismo escenario
fue testigo de la creación del ala juvenil del ANC que recibió el nombre de
Congreso de la Liga Juvenil, entre cuyos principales dirigentes se encontraban
Nelson Mandela, Oliver Tambo, Walter Sisulu y otros líderes que serían luego
prominentes en la dirección del ANC.
En los años en que
los pueblos del mundo, al precio de decenas de millones de vidas, la mayor
parte del heroico pueblo soviético, habían librado la guerra contra el eje
nazi-fascista en Europa y Asia, paradójicamente, en África del Sur, asumieron
el poder en 1948, las fuerzas más retrógradas, agrupadas en el Partido
Nacional, bajo la presidencia de Daniel Malan, implantando el más despiadado de
los regímenes de colonialismo y opresión, el Apartheid.
En las décadas
siguientes, Sudáfrica se convirtió, por la pobreza, el desempleo y la opresión
racial de la inmensa mayoría de la población, en la sociedad más desigual del
mundo y el régimen del Apartheid en el más repudiado del orbe,
La Liga Juvenil
creció políticamente y se convirtió en
el factor ideológico dominante hasta que sus principales líderes pasaron a
dirigir el ANC en 1949. Esta nueva
dirigencia le puso fin a los métodos constitucionalistas que habían nacido con
la organización desde 1912 y predominado más tres décadas. Ese mismo año el
programa de acción de la Liga Juvenil fue adoptado como nueva estrategia
política del ANC; este programa situaba el derecho de los africanos a la
autodeterminación en el centro de sus demandas bajo la bandera del nacionalismo
africano, y concebía por vez primera una política de huelgas y desobediencia
civil. No obstante lo anterior, todavía
su principal forma de lucha era la
resistencia pasiva.
Este programa de
acción condujo en 1952 al hecho conocido como “Campaña de Desafío contra las
leyes injustas”. Sus objetivos fueron
bloquear las cárceles, frenar la aplicación de leyes racistas y demostrarles a
los africanos la eficacia de la acción de masas no violenta. Esta campaña fue desarticulada a golpe y
porrazo mediante fuerte represión estatal pero tuvo efectos favorables para el
ANC.
En pocos meses las
filas de la organización se multiplicaron hasta alcanzar unos cien mil
miembros. Por primera vez tuvieron lugar acciones públicas conjuntas con otras
agrupaciones políticas y de hecho esto último sirvió de base para la creación
poco después de una nueva organización llamada Alianza del Congreso, o sea, la
coordinación política entre el ANC, el Congreso Indio Sudafricano, el Congreso
de los Pueblos de Color, el Congreso de Demócratas (blancos), a quienes se les
unió luego el Congreso Sindical Sudafricano (SACTU). En cuanto a los comunistas ya actuaban desde
el seno de las filas de la ANC manteniendo una doble militancia. La Campaña de Desafío produjo igualmente un
cambio en el pensamiento estratégico de algunos de los dirigentes de la
Organización, particularmente en el grupo alrededor de Nelson Mandela quien en
ese momento ocupaba el cargo de líder principal del ANC en el Transvaal.
Mandela comenzó a
argumentar que la Organización debía prepararse para el trabajo semiclandestino
-lo que llamó Plan-M- dirigido a
reorganizar los métodos del ANC. No todas las regiones estuvieron de acuerdo,
pero esta idea continuó cobrando fuerza.
Aquella Campaña de Desafío mostró también a la Dirección del Movimiento
la necesidad de elaborar un nuevo programa de acción que incluyera mayores
demandas de derechos para los africanos que las hasta entonces
solicitadas. Con esta nueva visión
política fue convocado el Congreso del Pueblo en junio de 1955; esta
convocatoria fue realizada por la Alianza del Congreso. Con la presencia de 3000 delegados de todas
las regiones del país se adoptó un documento histórico en la lucha del ANC y del pueblo
sudafricano: La Carta de la Libertad, principios
aun vigentes como programa de objetivos.
Entre las
principales demandas de la Carta tenemos: el pueblo gobernará; todos los grupos
nacionales tienen iguales derechos; el pueblo se beneficiará de las riquezas
del país; la tierra será distribuida entre quienes la trabajan; todos
disfrutaran de iguales derechos humanos; habrá empleo y seguridad para todos;
se abrirán las puertas del conocimiento y la cultura para todos; habrá
viviendas, seguridad y bienestar; habrá paz y amistad.
La estrategia de
política de masas continuó ininterrumpidamente durante la década del 50 y
también creció la represión policíaca y del aparato de seguridad.
El principal aliado
del ANC, el Partido Comunista de Sudáfrica, fue ilegalizado en 1950. En 1956
fueron encarcelados centenar y medio de
los principales dirigentes del ANC entre los cuales estaban Mandela y Sisulu;
el Estado llevó a cabo un largo proceso judicial contra ellos conocido como el
Juicio de la Old Sinagogue, que duró
cinco años y aunque al final fueron absueltos, habían sufrido años de prisión,
durante los cuales la Organización estuvo descabezada.
Con sus líderes de
nuevo en las calles, el ANC organizó en 1960 una campaña contra los infames pases (que se exigía a los africanos
para transitar por las zonas urbanas) y acto seguido las manifestaciones
populares organizadas por el PAC que culminaron con la conocida masacre de
Sharpeville. El ANC y el PAC
(organización formada por una fracción del ANC de criterios políticos
estrechos) fueron ilegalizados ese mismo año.
El próximo único paso para ellos –como había ocurrido con el Partido
Comunista años atrás- era la lucha clandestina y eso fue lo que ocurrió. Oliver Tambo, entonces vicepresidente de la
Organización, y otros dirigentes fueron enviados de inmediato a radicarse en
el exterior para movilizar a la opinión pública internacional. En 1961 el ANC y el Partido Comunista de
Sudáfrica crearon el Umkhonto We Sizwe
(MK), cuya traducción al español es Lanza
de la Nación, brazo armado del ANC, con Nelson Mandela como Comandante en
Jefe.
Comenzó también la
salida de cuadros para recibir entrenamiento militar en el exterior y ese mismo año arribaron a Cuba los 3 primeros
estudiantes del ANC quienes cursaron carreras universitarias en Santiago de
Cuba. Max Moabi, uno de ellos, fue años
más tarde el Primer Representante Permanente del ANC ante el MPLA en Luanda,
después de la independencia de Angola.
Mandela realiza un
periplo por países africanos independientes y progresistas: Egipto, Argelia,
Ghana, Guinea y regresa más resuelto aún a desarrollar el combate frontal
contra el régimen del Apartheid.
Las primeras
acciones militares del MK se dirigieron contra instalaciones estatales mediante
sabotajes con explosivos: Entre otros objetivos a alcanzar estaba el de
preparar a las masas a favor de la nueva estrategia basada en la lucha armada,
que sustituía la política de resistencia
pasiva inculcada por la misma organización durante su primer medio siglo de
existencia.
En una operación
del aparato de seguridad del gobierno racista, fueron capturados casi todos los
principales dirigentes del MK en 1963 y luego del llamado juicio de Rivonia,
por ser aquel el lugar donde fueron apresados;
los principales líderes fueron condenados a cadena perpetua, entre
ellos: Mandela, Sisulu, Mbeki, Mhlaba,
Motsoaledi, Mlangni, todos africanos negros, MKathrada indio y Goldberg
blanco.
Mandela, que
igualmente había actuado como su propio abogado defensor en 1962 en el juicio
de Old Sinagoga, pronunció ante la corte su extenso y profundo alegato conocido
como “Estoy dispuesto a morir”.
Mandela clavó en la
picota al régimen abominable del Apartheid, declaró ilegítimo a un gobierno
electo por el voto exclusivo de los blancos para regir una sociedad donde de
cada 100 personas, 63 eran negros, 10 mestizos, 3 indios, es decir, 86 colered y sólo 14 blancos.
Describió con datos
irrefutables las condiciones infrahumanas en que vivía la población negra,
arrinconada en las llamadas reservas nativas rurales, en los guetos urbanos y
en las villas-miseria; la brutal injusticia económica y social y la negación
absoluta de derecho político de que era objeto.
Expuso con
razonamiento convincente la línea política consecuente del Congreso Nacional
Africano desde su fundación en 1912, basada en la lucha pacífica para la
conquista de sus legítimos derechos.
Demostró que frente
a este modo de actuar del ANC, el gobierno blanco había respondido, una y otra
vez, a las protestas cívicas de los negros, con horrenda masacres, señalando
las más sangrientas con fecha, lugar y número de víctimas, hasta la más
reciente en Shaperville en 1960, donde murieron 69 sudafricanos desarmados.
Los asesinatos
aislados de negros perpetrados cotidianamente en toda la geografía del país,
conformaban cifras tan incontables como monstruosas.
Explicó la decisión
de crear el Umkhonto we Sizewe que
él encabezaba, como un instrumento aparte del ANC, para aplicar una forma de
lucha violenta, las acciones de sabotaje económico y efecto político sin
víctimas humanas.
Esta presión se
sumaría a las acciones pacíficas de masas del ANC, y a la vez tratarían de evitar
que los partidarios de la violencia cayeran en acciones terroristas
desesperadas contra la población blanca, lo cual profundizaría tan hondo la
división que haría imposible la convivencia pacífica de todas las razas en una
futura Sudáfrica democrática y no racista.
Con el aplomo de
quien está narrando un acto absolutamente justo, legítimo y honroso y la
valentía de arrostrar la pena capital como castigo, expuso que si la lucha
pacífica del ANC, incluyendo formas declaradas ilegales como las huelgas
obreras y las acciones de violencia debidamente controladas por un Umkhonto, no lograban un cambio en la
intolerable situación en que vivía el pueblo negro, el camino más apropiado
sería la guerra de guerrilla.
Para estar preparado,
si el desarrollo de los acontecimientos conducía a ello, (cito)
“Intenté examinar
todos los tipos de autoridad al respecto, de oriente y occidente, partiendo de
la obra clásica de Clausewitz y
abarcando hasta Mao Ze Dong y Che Guevara, por una parte, y los escritos sobre
la guerra de los boers, por otra”.
A la noche
siguiente de dictar la sentencia a cadena perpetua, el líder africano era
conducido junto a sus compañeros de lucha y de condena a Ciudad de El Cabo y de
allí, en vote a Robben Island, la pequeña isla penal de máxima seguridad y
crueldad para los prisioneros políticos sudafricanos: ¡27 años de sádico e
implacable encierro!
La heroica
resistencia de Mandela y sus compañeros de lucha desde la prisión de Robber
Island es bien conocida.
La dirigencia
externa del ANC presidida por Oliver Tambo había comenzado sus nuevas tareas en
1960 y pronto estableció vínculos de trabajo político con los movimientos de
liberación de la región austral. La Organización pronto comenzó a recibir apoyo
de la URSS y de otros países socialistas.
La principal
actividad guerrillera del ANC a través del MK
tuvo lugar a finales de 1967 y principios del 68 en una región del territorio
entonces llamado Rhodesia del Sur, cuando en operación conjunta con
guerrilleros zimbabweanos intentaron llegar hasta la frontera sudafricana pero
fueron detectados por los rhodesianos en un área llamada Wankie donde se
libraron varios combates; la incorporación de tropas sudafricanas puso fin a
aquella incursión que costó la vida a muchos hombres del ANC y de ZAPU.
En el mismo momento
que tenían lugar aquellos combates terminaban su entrenamiento guerrillero de
varios meses en el PETI 1 de Pinar del
Río alrededor de 130 zimbabweanos de las dos organizaciones independentistas ZAPU
y ZANU, (coordinadas luego en el Frente Patriótico).
Cuando todos ellos regresaron por vía marítima
al puerto de Dar es Salam ya era tarde para incorporarse a las campañas de
Wankie, que por haber terminado en derrota militar afectaron lógicamente la
moral combativa del ANC, pero no tanto como para detener la lucha por la
emancipación.
Un próximo hecho
político importante para el ANC fue la organización de una Conferencia
Consultiva efectuada en Morogoro, Tanzania, en 1969. La Organización abrió sus puertas a todos los
demócratas del país.
En dicho evento el
ANC definió lo que ocurría dentro de Sudáfrica como Colonialismo de Tipo Especial y convirtió esa definición en parte
importante de su política oficial.
Asimismo, en el documento adoptado en Morogoro titulado La Estrategia y
la Táctica se hacía énfasis en el
objetivo de la emancipación económica y confería un papel especial en la lucha
a la clase trabajadora como garante del período de transición hasta la
liberación total.
Recordó igualmente
que los principios recogidos en la Carta
de la Libertad aceptados por todos los africanos se mantenían vigentes,
entre los cuales estaban: nacionalización de las industrias monopólicas, de los
grandes latifundios, de las minas, de los bancos y otros.
La Revolución
Cubana, que desde 1959 había condenado en todos los foros internacionales al
régimen del Apartheid ofreció al ANC todo su apoyo la formación de técnicos y
profesionales en Cuba y el entrenamiento militar que necesitaran.
El
régimen del Apartheid y el gobierno fascista lusitano, estrechamente aliados,
dominaron durante décadas la vasta región del África Austral, hasta la
Revolución de los Claveles en Portugal, en 1974.
Mozambique
obtuvo la independencia a mediados de 1975 y accedió al poder el FRELIMO, encabezado por Samora Machel.
En
Angola, tras la larga y heroica lucha de su pueblo bajo la Dirección del MPLA presidida por Agostinho Neto esta
organización se aprestaba a ganar las elecciones y a dirigir el país en la
independencia, fijada para el 11 de Noviembre de ese año de la liberación de
las colonias portuguesas,
Mas
existían dos organizaciones contrarrevolucionarias, FNLA y la UNITA que, con
el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos, Sudáfrica y Zaire de Mobutu,
desarrollaron la lucha armada contra el MPLA y pretendían acceder al poder en
una república neocolonial, que habría terminado en el desmembramiento.
El
14 de octubre, una poderosa columna blindada sudafricana, con infantería de las
bandas fantoches y mercenarios portugueses, penetró en Angola desde el
territorio ocupado de Namibia, en dirección a Luanda. En marcha hacia el norte,
a 70 kilómetros
por día, el objetivo era ocupar la ciudad capital antes del 11 de Noviembre.
Es
conocido que los días primero y dos del mes crucial, una fuerza de reclutas
angolanos del Centro de Instrucción de Benguela, con sus instructores cubanos
se enfrentó a las fuerzas invasoras en dos puntos de dicha provincia,
produciéndole fuertes bajas. En esos días cruciales sangre angolana y cubana
regó por vez primera el suelo de la patria de Agostinho Neto.
Fue
el día 4 de noviembre que se conoció en Cuba aquel inicio del heroico
enfrentamiento de angolanos y cubanos ante una fuerza invasora de gran
superioridad militar.
Ese
mismo día, un avión tipo Britania partió de La Habana con un centenar de
instructores militares de blindados, morteros, cañones anti-tanques y
artillería reactiva, armamento entregado por la Unión Soviética al MPLA. Los instructores llegaron a Luanda el día 6.
El armamento mencionado llegó el día 7 en un barco cubano procedente de Punta
Negra. El día 9 arribó por vía aérea la primera compañía de un batallón
especial.
La
triple invasión de la triple alianza (Washington, Pretoria, Zaire) para ocupar
Luanda y Cabinda fue derrotada.
No me
aparto del tema.
La
derrota militar de las tropas del Apartheid, infligida por una tropa colored, de negros, mulatos y blancos, terminó con el
mito de la superioridad racial, esencia de la ideología del Apartheid.
Pese
a la superioridad en armamento de la columna Zulú abastecida por aire desde
Sudáfrica, el millar de combatientes del Centro de Instrucción de Benguela -reclutas angolanos y medio centenar de
instructores cubanos- encabezado por el
Comandante Díaz Arguelles en sucesivos combates, hizo costoso, difícil y lento
el avance de los invasores.
El
día 13 de noviembre lograron llegar hasta la margen sur del río Queve, a 250
kilómetros de Luanda. A partir de esa posición, serían
empujados hacia su punto de partida por las tropas cubanas que por aire y por
mar llegaban a Angola incesantemente.
Volviendo
a Luanda.
El
intento de tomar la capital desde el norte, por fuerzas zairotas, bandidos del FNLA y mercenarios portugueses,
asesorados por un general sudafricano, fracasó el 10 de noviembre, en Kifangondo,
22 kilómetros
al norte de Luanda. La novena brigada de las FAPLA y artilleros cubanos de una
batería de morteros, otra de cañones y otra de artillería reactiva BM21, bajo
el mando del Comandante Carlos Fernández Gondín, destruyeron los tanques invasores
y produjeron más de 300 bajas al enemigo, que se retiró en desbandada.
En
Cabinda, entre el 10 y el 12 de noviembre, fuerzas de las FAPLA y reclutas
angolanos del Centro de Instrucción con instructores cubanos, dirigidos por el
Comandante Ramón Espinosa rechazaron a las fuerzas regulares zairotas y la
banda fantoche del FLEC.
Con
olor a pólvora del reciente combate
victorioso, los patriotas angolanos, congregados en una plaza de Luanda,
acompañaron al Presidente del MPLA Agostinho Neto, que proclamó el nacimiento
de la República Popular de Angola en las primeras horas en la madrugada del 11
de Noviembre.
A
fines de marzo de 1976, las tropas sudafricanas derrotadas cruzaron el río
Cunene internándose en Namibia. En ese momento, 36 mil combatientes cubanos
habían llegado a Angola y peleaban junto a las FAPLA.
La
derrota de las tropas del régimen del Apartheid constituyó un poderoso aliento
para el pueblo de Sudáfrica y su ANC.
La
rebelión del Soweto en Johannesburgo fue una resonante muestra del impulso
creciente que adquiriría en los años siguientes la lucha contra el Apartheid.
La
consolidación de la República Popular de Angola bajo la dirección del MPLA
crearía una firme base, donde los movimientos de liberación, el ANC, la SWAPO
de Namibia, y el ZANU-ZAPU de Zimbabwe tendrían un sitio en África meridional
donde preparar y equipar sus combatientes.
Angola,
Cuba y la Unión Soviética coordinarían sus esfuerzos y aportarían los recursos
para este hermoso objetivo internacionalista.
Ante
la nueva situación creada el Secretario de Estado norteamericano Henrry Kissinger
declaró “si no se resuelve el problema de Rodhesia del Sur (Zimbabwe) las
tropas cubanas actuarían allí como lo han hecho en Angola.
Estados
Unidos y Gran Bretaña, auspiciaron el establecimiento de negociaciones entre el
Frente Patriótico de Zimbabwe y el gobierno racista de Iam Smith, extensión del
sistema del Apartheid en Rodhesia del Sur, colonia británica que había accedido
a la independencia.
En
las negociaciones entre el Frente Patriótico y Londres, se llegó al acuerdo de
efectuar elecciones generales en Rodhesia del Sur, que aunque no se basaron en
el principio de “un hombre un voto” fueron ganadas arrolladoramente por los
patriotas y así surgió, con el nombre de Zimbabwe, el gobierno independiente de
Robert Mugabe en 1982.
En
relación a Namibia, el llamado Grupo de los Cinco (Estados Unidos, Canadá. Gran
Bretaña, Francia, Alemania) elaboró la Resolución 435 aprobada por la ONU en
1978 que planteaba el cese de la lucha armada SWAPO-Sudáfrica, comicios
generales supervisados por la ONU para elegir al gobierno de Namibia
independiente.
Mas
el gobierno de Pretoria, pese al creciente repudio universal de su criminal
régimen no renunciaba a sus planes de dominio de toda el África Austral.
Ello
fue alentado por la política adoptada por la
Administración de Ronald Reagan llamada de “compromiso
constructivo” con Sudáfrica y el apoyo irrestricto a la
UNITA.
Sudáfrica
se negó a aceptar la Resolución 435 de la ONU y emprendió un acelerado rearme
incluyendo la fabricación de bombas atómicas, con el objeto de mantener su
ocupación de Namibia y revertir los gobiernos patrióticos de Angola y
Mozambique.
Seria
largo de relatar sus tropelías en el prolongado período de 1975-1988.
Basta
una palabra para resumir sus acciones genocidas y su temor a las tropas
cubanas: Cassinga. En este lugar del sur de Angola, a 250
kilómetros de la frontera, radicaba un campamento de refugiados
de más de 3 mil civiles, la inmensa mayoría mujeres, niños y ancianos,
procedentes de la Namibia
ocupada y aterrorizada por Sudáfrica.
El 4
de mayo de 1978 el campamento fue bombardeado intensamente. Más de una docena
de aviones MIRAGE y C-130 y 8 helicópteros de la fuerza aérea sudafricana
sembraron el terror y la muerte durante toda la mañana, con un saldo de 600
muertos y 650 heridos graves.
Fuerzas
cubanas acantonadas en Chamutete. A 15
kilómetros de distancia, avanzaron en dirección al campamento,
sufriendo la pérdida de 16 combatientes muertos y 76 heridos a causa de la
aviación sudafricana y las minas terrestres instaladas por los agresores en la
senda obligada entre uno y otro punto.
A la
llegada de nuestro destacamento, los cobardes asesinos dedicados a seguir
liquidando refugiados, eludieron el combate y huyeron en sus helicópteros.
Analistas
militares de Pretoria se jactaron de que había sido la operación aérea más
grande realizada en África después de la
Segunda Guerra Mundial.
Para
Cuba, el enfrentamiento al Apartheid se convirtió en su más importante y
decidida tarea internacionalista. En la
Conferencia Cumbre de los Países no Alineados, efectuada en
Harare en 1986, el Comandante en Jefe Fidel Castro expuso ante la opinión
mundial, la decisión cubana en mantener sus tropas en Angola hasta el fin del
régimen del Apartheid, siempre partiendo de la anuencia del Gobierno del país.
En
la segunda mitad de 1987, frente a una ofensiva de las tropas de elite de las
FAPLA en dirección al extremo sudeste del país hacia el cuartel general de la
UNITA, los halcones dentro del gobierno de Sudáfrica se
lanzaron esta vez a una nueva agresión en profundidad, haciendo retroceder a la
agrupación de las brigadas hasta Cuito Cuanavale.
Se
trataba de una agresión abierta, con una visita publicitada del Presidente de
Sudáfrica y sus Ministros a las tropas invasoras que contaban con blindados y
artillería reactiva, muy superiores a las que participaron en la aventura de
1975-76, y 6 bombas atómicas.
Se creo
una situación muy difícil para la agrupación de brigadas angolanas.
Ante
la gravedad de la situación militar el Presidente José Eduardo dos Santos
solicitó el auxilio de las tropas cubana.
Como
en 1975, decidimos satisfacer la ayuda solicitada, aceptar el reto del abyecto
Apartheid y obligarlo a retirarse de Angola y de Namibia, acercando con ello la
victoria del pueblo sudafricano y su ANC sobre el afrentoso régimen racista.
Para
ello fue necesario incrementar el número de nuestras tropas y enviar nuestras
más poderosas armas.
Fue
una verdadera proeza de nuestro país trasladar y desplegar en el suroeste
angolano, entre otros medios:
--- 40 000 combatientes (otros 15 mil quedaron acantonados en Luanda, Cabinda y el
nordeste de Angola
--- 998 tanques
---
600 transportadores blindados
--- 1 600 piezas de artillería, morteros y medios de Defensa antiaérea
--- 1 600 piezas de artillería, morteros y medios de Defensa antiaérea
Mil
bocas de fuego apuntando hacia el cielo y nuestra aviación de combate en un
aeropuerto construido en tiempo record más cerca de los objetivos vitales del
enemigo nos dio por primera vez la supremacía aérea bajo los cielos de Angola.
Cuito
Cuanavale se convirtió en un bastión inexpugnable y trampa para los arrogantes
agresores.
El
Comandante en Jefe, artífice de la táctica y la estrategia de esta victoria las
definió muy gráficamente: “…el boxeador con la mano izquierda lo mantiene y con
la derecha lo golpea, Cuito Cuanavale fue la mano izquierda y la mano derecha
fue las fuerzas que se acumularon”.
El
avance de nuestra fuerza hacia la frontera con Namibia los obligó a retroceder.
Tras
el inicio en Londres a principios de mayo de 1988 de las negociaciones entre
los contendientes (Angola-Cuba-Sudáfrica y Estados Unidos como “mediador”)
continuaron en El Cairo a fines de junio, en víspera de los golpes demoledores
que habrían de recibir.
El
avance por el sudoeste, de las tropas de Cuba, Angola y la
SWAPO hacia la frontera con Namibia y los golpes al enemigo en
Tchipa, Ruacaná y Calueque obligó a las tropas sudafricanas internarse en
Namibia y volar el puente sobre el río fronterizo Cunene para evitar nuevas derrotas.
En
el mes de agosto todas las tropas sudafricanas se retiraron de Angola.
Mientras
tanto las negociaciones culminaron el 22 de diciembre de 1988 con los acuerdos
de Nueva York, sede de la ONU,
que prescribían la aplicación de la
Resolución 435 para la independencia de Namibia, el cese de la
ayuda a la UNITA
por Sudáfrica y la retirada gradual de las tropas cubanas hasta junio del 2001.
En el largo período
desde la primera derrota de los invasores sudafricanos en Angola en 1975-76
y esta nueva victoria de las fuerzas cubanas expulsándolos otra vez y
definitivamente en 1987-88, la lucha del ANC en Sudáfrica creció tanto en la
movilización política como en acciones militares y en la misma medida el
régimen del Apartheid se hizo acreedor de la más universal repulsa.
Nuestra
colaboración con el ANC y el Partido Comunista se hizo muy estrecha. Oliver Tambo, Joe Slovo, Crist Hani, Tabo
M´beki, Cyril Ramaphosa, Ronny Castry y
otros dirigentes sudafricanos visitaron nuestro país, algunos de ellos varias
veces.
Las elecciones en
Namibia fueron ganadas por la
SWAPO y su líder Sam Nujoma accedió a la presidencia de la
nueva república independiente en marzo de 1990, 40 días antes había sido liberado Nelson Mandela ante el
creciente combate del ANC, el repudio internacional del Apartheid y la derrota
militar sudafricana. Era el principio del fin del repugnante régimen implantado
más de cuatro décadas atrás.
En abril de 1994,
el triunfo electoral del ANC en alianza con el Partido Comunista y la central
sindical COSATU, llevó a Mandela a
asumir la presidencia de Sudáfrica, libre para siempre del apartheid.
Nunca olvidaremos
sus palabras, pronunciada en su visita a Cuba. Recordarlas es la forma más
emocionante de concluir este largo artículo sobre el centenario del ANC.
“Hemos venido aquí
conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país
puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en
sus relaciones con África?
Yo me encontraba en
prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas
internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola –en una escala
tal que nos era difícil creerlo- cuando los angolanos se vieron atacados en
forma combinada por las tropas sudafricanas, FNLA financiado por la
CIA, los mercenarios y las fuerzas de la
UNITA y de Zaire en 1975.
La presencia de
ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una
importancia verdaderamente histórica.
¡La aplastante
derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para
toda África!
¡Esa contundente
derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de
disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía!
¡La derrota del
ejército racista le permitió al pueblo combatiente de Namibia alcanzar
finalmente su independencia!
¡La decisiva
derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la
invencibilidad del opresor blanco!
¡La derrota del
ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de
Sudáfrica!
¡Sin la derrota
infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no hubieran sido
legalizadas!
¡La derrota del
ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí
con ustedes!
¡Cuito Cuanavale
marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África Austral!
¡Cuito Cuanavale marca
del viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del
apartheid!"
(*) Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
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