Por
Serge Halimi
Director de Le Monde diplomatique.
¿Las políticas económicas impuestas para sostener el
euro son todavía compatibles con las prácticas democráticas? La televisión
pública griega fue creada una vez finalizada la dictadura militar. El gobierno
que ejecuta en Atenas las imposiciones de la Unión Europea (UE) prefirió
remplazarla por una pantalla negra sin autorización del Parlamento. Esperando
que la justicia griega suspendiera la decisión, la Comisión de Bruselas hubiera
podido recordar el texto de la Unión según el cual “el sistema audiovisual
público en los Estados miembros está directamente ligado a las necesidades
democráticas, sociales y culturales de toda sociedad”. Prefirió avalar este
acto de violencia alegando que el cierre se inscribía “en el contexto de los
esfuerzos considerables y necesarios que las autoridades estiman para
modernizar la economía griega”.
Los europeos pasaron por la experiencia de proyectos
constitucionales rechazados por el sufragio popular y sin embargo aplicados.
Recuerdan a los candidatos que, después de haberse comprometido a renegociar un
tratado, lo hacen ratificar sin cambiar una sola coma. En Chipre poco faltó
para sufrir la exacción de todos los depósitos bancarios (1). Acaba de franquearse,
pues, una etapa más; la Comisión de Bruselas se lava las manos ante la
destrucción de los medios griegos que no pertenecen todavía a armadores, en
cuanto eso permite despedir, al mismo tiempo, a dos mil ochocientos
trabajadores del sector público que execra desde siempre. Y lograr así los
objetivos de supresión de empleos dictados por la “troika (2)” a un país en el
cual el 60% de los jóvenes están desocupados.
Esta determinación coincide con la publicación, por la
prensa estadounidense, de un informe confidencial del Fondo Monetario
Internacional que concede que las políticas puestas en práctica en Grecia desde
hace tres años han terminado en “fracasos flagrantes”. ¿Se trata de un
malentendido imputable únicamente a una previsión de crecimiento optimista? De
ninguna manera. Según la interpretación que hace el Wall Street Journal en un
texto revelador, el FMI confiesa que una “reestructuración inmediata [de la
deuda griega] hubiera sido más barata para los contribuyentes europeos, pues
los acreedores del sector privado fueron rembolsados íntegramente gracias al
dinero que pidió prestado Atenas. La deuda griega no fue reducida, sino que
ahora se la debe al FMI y a los contribuyentes de la eurozona más que a los
bancos y a los fondos especulativos (3).
Así, los especuladores se desprendieron sin perder un
céntimo de los préstamos que habían otorgado a Atenas a tasas de interés
astronómicas. Pensamos que tal maestría en el despojo de los contribuyentes
europeos en beneficio de los fondos especulativos confiere una autoridad
particular a la “troika” para martirizar un poco al pueblo griego. Pero después
de la televisión pública, quedan los hospitales, las escuelas, las
universidades a las que se podría cerrar sin encontrar resistencia... Y no solo
en Grecia. Únicamente a este precio Europa entera mantendrá su rango en la
carrera triunfal hacia la Edad Media... g
Notas:
1. Véase “La lección de Nicosia”, Le Monde
diplomatique, edición chilena, abril de 2013.
2. Constituida por la UE, El Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).
3. “IMF Concedes It Made
Mistakes in Greece”, The Wall Street Journal, Nueva York, 5 de junio de 2013.
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