Con mucha satisfacción acabo de escuchar tus
excelentes intervenciones en la VIII Cumbre de Petrocaribe. Fue muy justo que
la sede de esa reunión hubiese correspondido a Nicaragua, un país que fue capaz
de superar el artero golpe del imperio bajo el gobierno de uno de los farsantes
más incultos y cínicos, seleccionado por la oligarquía de Estados Unidos.
Con dinero de las drogas y de las armas, extrajo
de las prisiones de Venezuela al principal terrorista del grupo formado por la
CIA para destruir en pleno vuelo el avión cubano de línea donde viajaban 73
personas a bordo, entre ellas, los jóvenes cubanos que acababan de ganar el
Campeonato Centroamericano de esgrima.
En numerosos pueblos de Nuestra América, como
Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Panamá, México y otros, dejaron
sus huellas sangrientas los asesinos a sueldo de Estados Unidos.
Sería interminable incluir en este mensaje la
multitud de crímenes y saqueos que en el resto del mundo llevaron a cabo los
gobiernos y las fuerzas represivas del imperio y sus bastardos cómplices.
A ti Daniel, y a Rosario, deseo felicitarlos por la formidable reunión de hoy.
A ti Daniel, y a Rosario, deseo felicitarlos por la formidable reunión de hoy.
No puedo dejar de mencionar, un día como este, la
voz sincera, valiente y clara de Nicolás Maduro, un hombre de pura estirpe
obrera, modesto, honrado y pobre, que nunca aspiró a cargo alguno y hoy se
entrega a cumplir el deber que puso en sus manos el inolvidable Hugo Chávez,
líder de la Revolución Bolivariana, cuando el azar de la vida le impidió seguir
dedicando cada minuto, cada segundo, a lo que hoy constituye el más noble sueño
de la humanidad.
Maduro ha demostrado el talento, integridad y
energía que el gran líder supuso en él.
El talento brilla también entre los líderes que
se reunieron en Managua. Estoy seguro de que ellos junto a la Patria de Bolívar
y asociados a ella, luchan por el derecho de sus pueblos a la salud, la
educación, el desarrollo y el bienestar material y moral.
No puedo concluir estas palabras sin expresar mis
simpatías por Rafael Correa, Presidente de Ecuador, que en estos precisos
instantes, cuando el imperio amenaza con guerras y el posible empleo de armas
sofisticadas a la República Popular China y a la Federación Rusa, dos poderosas
naciones que nunca fueron potencias coloniales y hoy son víctimas de actitudes
amenazantes de Estados Unidos, rechazó enérgicamente las amenazas del
Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, si se le concedía el
asilo político solicitado a Ecuador por Edward Snowden.
Un comunicado de la Presidencia de la República
expresa: “Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie, y no comercia con
los principios ni los somete a intereses mercantiles por importantes que estos
sean”.
Felicidades a todos, Daniel. Para ti y Rosario un
fuerte abrazo.
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