Por MSc Enrique R. Martínez
Díaz,
Profesor Auxiliar,
CIPI
El 1 de Junio de 2019 fue hecho público en el
sitioweb del Departamento de Defensa (DOD) de los Estados Unidos de América
(EE.UU.) un documento denominado Reporte de la Estrategia Indo-Pacifico (INDO-PACIFIC
STRATEGY REPORT). La emisión de
este documento, ¿coincidió?, con la
participación del entonces Secretario de Defensa en funciones de EE.UU., Mr.
Patrick M. Shanahan, en la edición correspondiente al año 2019
del evento Diálogo Shangri-Lá, también denominadoXVIII Cumbre de Seguridad de Asia,
convocado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), cuya
sede principal se encuentra en Londres.
El
documento tiene cuatro partes, con la siguiente denominación: Introducción;
Panorama Estratégico del Indo-Pacífico: Tendencias y desafíos; Intereses
Nacionales de EE.UU. y Estrategia de Defensa; y Mantener la Influencia de
EE.UU. para alcanzar sus objetivos nacionales.
Este
documento confirma el interés principal
que asigna Washington a la región Indo-Pacífico, intensificado desde que la ex
Secretaria de Estado Hillary Clinton hablara del llamado Pivot hacia la región, en un
artículo denominado “America´s Pacific
Century”, que apareció en la revista Foreign Policy de Noviembre de 2011.
Posteriormente este enfoque recibió la denominación de Rebalance, y enmarcado en dos documentos estratégicos de la
administración Obama, la Strategic Guidance (Lineamientos Estratégicos) del
Departamento de Defensa (DOD) del año 2012, y la Estrategia de Seguridad Nacional de 2015.
Subsiguientemente, la actual administración
norteamericana lo ha recalcado, tanto en su actividad política (por ejemplo, en
Febrero de 2017 el entonces Secretario del DOD, James N. Mattis, en
su primera visita al exterior se dirigió a Japón y Corea del Sur; no a países
de la OTAN); como en sus documentos estratégicos: la Estrategia de Seguridad
Nacional de 2017, la Estrategia de Defensa Nacional de 2018; los diferentes
reportes del Director Nacional de Inteligencia, de los Comités del Congreso,
etc; la participación en importantes eventos en la región, como el Foro
Regional de la ASEAN y el Diálogo Shangri-lá, y confirmado con la emisión del
documento objeto de este artículo, ratifican a nuestro criterio que, independientemente
de que EE.UU. como principal potencia imperialista a nivel global tiene
intereses en todo el planeta e incluso más allá, como es el espacio exterior,
es en la actualidad en la región que ellos denominan Indo-Pacífico donde
concentran y continuarán concentrando sus intereses estratégicos y sus
principales contingentes militares, pues allí se encuentra el país que
consideran su principal rival a nivel global, la RPCH, la cual además tiene
importantes lazos con otro adversario importante, la Federación de Rusia.
Los autores del documento insisten en la pertenencia de
EE.UU. a la región, avalada porque cinco de los 50 estados que integran esa
nación tienen costas en ese océano, uno
de ellos un archipiélago (Hawaii); además de otras posesiones norteamericanas
en ese océano: Guam, Samoa Americana,
Isla Wake y la Comunidad de las Islas Marianas del Norte (CNMI). Hacen referencia
a la evolución histórica de los lazos de esa nación con la región del Pacífico
desde 1784, aunque de forma bastante sucinta, autovanagloriándose de una supuesta
influencia en el avance económico y en la “relativa paz y estabilidad” de los
últimos 70 años; al parecer la memoria histórica de los funcionarios del DOD es
muy corta, pues obvian eventos, nada pacíficos, de gran importancia a nuestro juicio, como
las Guerras de Corea y de Vietnam durante el siglo pasado,
y en la cual EE.UU. tuvo un papel bastante nefasto por cierto.
En otra parte del documento en el mismo se
exponen 4 principios que según la parte norteamericana son los que este país
persigue:
1.
Respeto por la soberanía e independencia de todas las naciones;
2.
Resolución pacífica de controversias;
3.
Comercio libre, justo y recíproco basado en inversión abierta, acuerdos
transparentes y conectividad;
4.
Adherencia a las reglas y normas internacionales, incluidas las de libertad de
navegación y sobrevuelo.
El lenguaje empleado por los autores del documento
no parece a nuestro juicio concordar con la real conducta de EE.UU. en esa región, teniendo en cuenta la
histórica tendencia a la intervención y al empleo de la fuerza militar por ese país, la
actual política proteccionista en el plano económico del gobierno de Mr Trump,
su rechazo a los tratados internacionales, etc.
En esta parte se hace un intento de comparar las
supuestas políticas “abiertas” de EE.UU. con acciones de otros países,
claramente aludiendo a la República Popular China (RPCH), a la que dedican especial atención,
calificándola de poder
revisionista; aunque destacan el
avance económico de esa nación, critican que este país, de acuerdo a sus
criterios, tiene una conducta internacional más “asertiva” o buscadora de
fricciones “en la búsqueda de un conjunto más amplio de intereses políticos,
económicos y de seguridad”.
En el informe se acusa a la
RPCH de socavar el sistema internacional desde dentro explotando sus beneficios
mientras que simultáneamente erosiona los
valores y principios del orden basado en reglas (reglas a las que el propio presidente norteamericano renuncia cuando
afecta lo que considera sus intereses); de aplicar políticas represivas en
la región de Xingiang contra la minoría musulmana; también plantean que la violación
de las normas internacionales por parte de China se extiende ademásal exterior,
incluyendo actividades de espionaje (algo
que al parecer la CIA y otras agencias estadounidenses no hacen), robos
cibernéticos dirigidos a la propiedad intelectual y la información comercial y
tecnológica confidencial de proveedores de servicios.
Hacen referencia a la
militarización de objetivos en el Mar Meridional de China y realización de acciones violentas en
las disputas marítimas en ese mar; igualmente acusan a la RPCH de realizar
patrullajes y maniobras militares en las
cercanías de Taiwán; hacen una
importante referencia al desarrollo militar de la RPCH, señalando que “busca la hegemonía regional del
Indo-Pacífico en el corto plazo y, en última instancia, la preeminencia mundial
en el largo plazo”. Se refieren a
las inversiones chinas en una amplia
gama de programas militares y de armamentos, diseñados para mejorar la
proyección de poderío: fuerzas nucleares; operaciones complejas en el ciberespacio, el espacio y
las operaciones de guerra electrónica; capacidades de limitación de acceso/
denegación de área (A2 / AD), incluidos los dominios aéreo y marítimo.
Respecto a Rusia, al que
califican como “actor maligno
revitalizado”, consideran que su influencia
en la región continúa aumentando a través de la difusión nacional y la
modernización militar, tanto en sus fuerzas convencionales como en sus fuerzas
estratégicas. También se refieren a las ventas de armamento rusas en la región.
Destacan la colaboración de
la RPCH y Rusia en los ámbitos diplomático, económico y de seguridad, y que estas
naciones frecuentemente se oponen conjuntamente a medidas patrocinadas por EE.UU.
en el Consejo de Seguridad de la ONU. Destacan que: “En general, comparten una preferencia por un orden mundial multipolar
en el que Estados Unidos es más débil y menos influyente”.
Se refieren a la República
Popular Democrática de Corea (RPDC), a la cual denominan “estado villano” (rogue
state), calificación que viene de la etapa del expresidenteGeorge W.
Bush; plantean que este país seguirá siendo un desafío de seguridad para el DOD,
sus aliados en la región, etc, hasta que se logrela desnuclearización definitiva y
totalmente verificable.
También se refieren al
desarrollo por la RPDC de armas convencionales, tecnología nuclear, misiles
balísticos y agentes químicos, que según ellos suministran a países como Irán y
Siria. También acusan a ese país de violaciones y abusos de los derechos humanos, incluidas
las violaciones de la libertad de expresión; hacen referencia además al llamado
problema de los secuestrados japoneses.También acusan a este país de burlar las
sanciones internacionales y la campaña de presión liderada por los Estados
Unidos a través del compromiso diplomático, la presión contra el régimen de
sanciones y la evasión de sanciones directas.
En el documento el DOD cataloga como desafíos o amenazas transnacionales, que
afectan la región de Indo-Pacífico, los siguientes: el terrorismo; comercio de armas
ilícitas; tráfico de drogas, humanos y vida silvestre; la piratería; patógenos
peligrosos, la proliferación de armas y los desastres naturales. Respecto a
fenómenos naturales, señalan que amén de ser una región propensa a los
terremotos y volcanes como parte del Anillo de Fuego del Pacífico, la región
del Indo-Pacífico sufre regularmente desastres naturales como monzones,
huracanes e inundaciones, terremotos y
actividad volcánica, así como las
consecuencias negativas del cambio climático (es llamativo que señalen esto, siendo el gobierno de los EE.UU. un
consecuente denegador del Cambio Climático, incluso recientemente en la reunión
del G 20).
El Tercer Capítulo del documento se refiere a los Intereses Nacionales de EE.UU. y su Estrategia de Defensa. Los
intereses de seguridad nacional de los EE.UU. están consignados en la Estrategia
de Seguridad Nacional de 2017, páginas 3 y 4. Plantean que su Estrategia para
el Indo-Pacífico deberá está en conexión con estos intereses, que tiene tanto
valor global como regional, especialmente en una región de una importancia estratégica y
económica.
A partir de las misiones previstas para el DOD
en su Estrategia de Defensa nacional de 2018, valoran como fundamental su poder
militar para mantener la posición de “liderazgo” (término que generalmente
utilizan) o hegemonía a nivel global, y en los diferentes teatros de
operaciones, como es el caso del Indo-Pacífico (recordar que este coincide con
el Área de Responsabilidad del Comando Indo-Pacífico, USINDOPACOM).
Establecen una denominada Línea de Esfuerzo 1 Preparación, hacen
referencia a que la EDN de 2018 establece que el DOD debe emplear sus recursos
en formas que mejoren la letalidad, la capacidad de recuperación, la agilidad y
la preparación de la Fuerza Conjunta, y a emplear los recursos e inversiones
necesarios para modernizar y rediseñar las Fuerzas Armadas de EE.UU., así como
desarrollar capacidades y conceptos operativos innovadores.
El USINDOPACOMes el que posee la mayor
cantidad de fuerzas destinadas a un Comando Unificado fuera del territorio
continental de EE.UU.; esto se corresponde con lo previsto en el llamado
Rebalance (de la anterior administración),
que planteaban cambiar la proporción de
las fuerzas aeronavales norteamericanas
desplegadas en los océanos Atlántico/Pacífico, que era en aquellos momentos
(cuando el gobierno de Obama) de 50%-50%, a una de 40%-60% en favor del
Pacífico. La actual administración, aun cuando ha tratado de desmarcarse de la
mayor parte de las posturas de su antecesor (al menos en la parte discursiva),
ha mantenido e incluso reforzado esa postura.
Para el futuro pretenden
incrementar este despliegue de fuerzas, incluyendo reforzar sus capacidades en
Asia Sur, Sudeste Asiático y Oceanía. Por ejemplo, se habla de establecer una
base en Papua-Nueva Guinea en coordinación con Australia.
En otras Líneas de Esfuerzo
hacen referencia a las alianzas y asociaciones que poseen en la región, las que
consideran les aportan ventajas no comparables con las que tienen otras
potencias. No obstante, debemos significar que por determinadas razones, EE.UU.
no pudo crear una alianza militar tipo OTAN en esa región en épocas anteriores
(recordar el fracaso de la SEATO, y la casi inexistencia del tratado ANZUS).
EE.UU. establece varias categorías en sus asociaciones regionales, de acuerdo
al grado de comprometimiento de cada país con sus objetivos y políticas; estas
son:
* Alianzas: Japón, Corea del
Sur, Australia, Filipinas y Tailandia.
*
Asociaciones:
Singapur, Taiwán, Nueva Zelanda y Mongolia
* Asociación Principal de Defensa: India
* Asociaciones Emergentes: Sri
Lanka, las Maldivas, Bangladesh y Nepal
* Relaciones de Seguridad
con socios del Sudeste Asiático: Vietnam, Indonesia y Malasia
* Compromisos de seguridad: Brunei,
Laos y Camboya
* También se refieren a
compromisos con las Islas del Pacífico.
* Además hacen referencia al
papel de aliados extrarregionales que operan eventualmente en la región, como
Gran Bretaña, Francia y Canadá.
Con respecto a los aliados,
uno de los elementos en que ha insistido el actual gobierno norteamericano es
el llamado Reparto de la Carga, o
sea, que estos aliados o socios les ayuden a costear los gastos que representan
para EE.UU. mantener estas grandes agrupaciones de fuerzas fuera de su
territorio. También se plantean que sus aliados o socios adquieran más
armamento y medios de combate norteamericanos; participen en ejercicios
militares combinados, etc.
Dos aspectos importantes
debemos señalar: Taiwán es considerado importante dentro del documento, y hacen
referencia a las entregas de armamento al mismo y a que este enfrenta lo que
ellos consideran una amenaza por parte de la RPCH; y el caso de la India, a la cual le dan un status especial y a
nuestro criterio es evidente que pretenden involucrar más en su rivalidad con
China, aun cuando a nuestro juicio el gobierno hindú trata de mantener un
equilibrio en sus relaciones con las grandes potencias, en base a sus propios
intereses.
Un aspecto de interés de
EE.UU. en lo que denominan: Apoyar la libertad y el acceso a los comunes
globales. Ante lo que ellos
consideran reclamaciones marítimas excesivas y otros elementos, EE.UU. se autoasigna el
papel de garante de la llamada libertad de navegación aérea y marítima, y
proclaman que sus fuerzas continuarán volando, navegando y operando donde el
derecho internacional lo permita, y alentarán a aliados y socios a hacer lo
mismo. Esto enmarca las llamadas Operaciones de Libertad de Navegación, o FONOP,
que aducen realizan para para proteger el orden económico estable y mantener la
capacidad de respuesta de las fuerzas estadounidenses. Es muy curioso este interés,
sabiendo que EE.UU. no ha ratificado la Convención de Derechos del Mar de las
Naciones Unidas, por problemas en el Congreso de esa nación.
Amén de
sus alianzas y asociaciones directas con los diferentes países, plantean que
buscan diferentes estructuras que asocien a EE.UU. con dos o más aliados o
socios; entre ellas están las llamadas Asociaciones Trilaterales: plantean que
una de ellas es la que enlaza a la República de Corea, Japón y los EE.UU., que
incluye: aplicación de las sanciones contra la RPDC (UNSCR); el intercambio de
información; guerra antisubmarina; Defensa contra Mísiles Balísticos(BMD);
guerra antiminas; y los esfuerzos en Asistencia Humanitaria/Alivio de Desastres
(HA/DR). Otra de estas alianzas
trilaterales incluye a EE.UU. Japón y
Australia, “para mejorar la seguridad en
toda la región y aumentar la interoperabilidad; aumentar el intercambio de
información; y capacidades de construcción”. Otra
variante trilateral, según los autores del documento, enlaza a EE.UU. con la India y Japón; incluye lo que denominan el
diálogo trilateral, que se dirige por el Departamento de Estado de EE.UU., y
que completó su novena iteración en abril de 2018. Este diálogo refuerza la
cooperación trilateral en las áreas de conectividad y desarrollo de infraestructura,
lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, contraterrorismo,
seguridad marítima, y HA/DR.
En el documento se significa
también la importancia de organizaciones subregionales, como la ASEAN, y la
participación de EE.UU. en el Foro Regional de esa organización (generalmente
debate problemas de seguridad): así como sobre la participación de EE.UU. en la
Cumbre de Asia Oriental (EAS), presidida
por el jefe rotatorio de la ASEAN.
También plantean que el
DOD apoya el llamado restablecimiento de
las consultas del cuadrilátero diplomático, o QUAD, entre Estados Unidos,
Australia, India y Japón, que se han reunido tres veces a nivel de
Subsecretario desde noviembre de 2017. Plantean que las consultas se centran en
mantener el orden basado en normas en el Indo-Pacífico, aumentar la
conectividad de acuerdo con el derecho y las normas internacionales, y
coordinar los esfuerzos de lucha contra el terrorismo y la seguridad marítima.
Finalmente,
las conclusiones del Reporte sobre la Estrategia Indo-Pacífico del DOD de los
EE.UU. vuelven a ratificar que ese país se considera una nación
del Pacífico y que tiene un interés
natural y duradero en el mismo. Recalcan
su denominada visión de un Indo-Pacífico libre y abierto. Manifiestan su
voluntad de continuar actuando en la región, en medio de la llamada
“competencia” con otras potencias (evidentemente y especialmente la RPCH).
Consideramos que del estudio
del documento puede colegirse que EE.UU. continuará concentrando sus intereses
en la región que ellos denominan Indo-Pacífico, fundamentalmente mediante el
despliegue y modernización de sus fuerzas armadas: esta tendencia se mantendrá
en los próximos años, y tendrá repercusiones en los planos políticos,
económicos, militares y de toda índole, incluyendo una intensificación de la
Carrera Armamentista global, debido a la evidente identificación por la parte
norteamericana de la RPCH y Rusia como rivales estratégicos, lo cual no aleja
la posibilidad de confrontaciones bélicas.
Por
ello es necesario recordar las palabras de nuestro Comandante en Jefe: Luchar por la paz es el deber más
sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus religiones o país
de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su juventud.
Bibliografía
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La Habana, 2016 (http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2016//02/21/luchar-por-la-Paz-es-ei-deber-mas-sagrado-de-todos-los-humanos/)
Clinton, Hillary. America’s
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