martes, 23 de agosto de 2011

Inmigración en USA y procedimientos políticos al uso

 Foto Virgilio Ponce

 
Por Lorenzo Gonzalo

El tema migratorio en Estados Unidos ha mantenido su vigencia, añadiéndose a las presiones que el Ejecutivo recibe por otros asuntos de igual importancia para la salud del Estado.
 
Las cuestiones migratorias tienen mucha importancia en Estados Unidos, porque la descomunal producción y el acelerado desarrollo estable y continuado de su economía, durante los últimos doscientos años, creó la necesidad de poblar su inmenso territorio. Recordemos que de un millón de kilómetros cuadrados existentes en las Trece Colonias que protagonizaron la organización estatal de mayor significación que ha tenido la historia, en menos de cien años se transformó en un territorio de diez millones de kilómetros cuadrados.
 
Desde el inicio de la independencia existió un crecimiento que estuvo dado por la anexión de territorios cedidos por Francia a Gran Bretaña, al terminar la guerra entre ambos países en 1763. Estos Territorios, llamados del Noroeste, no poseían la densidad de población de las Trece Colonias, las cuales a su vez tenían un bajo nivel poblacional comparado con sus extensiones territoriales. Dicha región estaba comprendida por Michigan, Indiana, Ohio, Wisconsin y una porción de lo que fue más tarde el estado de Minnesota con un total de 673,000 kilómetros cuadrados. Al finalizar la Guerra de Independencia, fueron reclamados por las entonces llamadas Colonias de New York, Connecticut, Massachussets y Virginia. 
 
Evidentemente este crecimiento demandó mucha mano de obra. Las impresionantes vías fluviales, aparejado con las condiciones geográficas de cada una estas regiones y la facilidad de conectarse entre ellas, a través de sus inmensas redes fluviales y de los caminos que fueron construyéndose a partir del desbroce de sus espesos montes, requirió con urgencia la formación de esa demanda. Este fue un proceso que estuvo a su vez estimulado por la necesidad de trasladar mercancías, maderas y animales, multiplicados casi geométricamente por iniciativas no coartadas por regulación alguna. La Europa devastada por rencillas y malas cosechas, ayudó a suplir esa carencia.
 
Un movimiento similar sucedió en las regiones de Suramérica, excepto que las características feudales heredadas de España en esa zona, impidieron desatar con la intensidad requerida, sus potenciales agrícolas y sus otros recursos naturales. No obstante esta enorme limitación, también allí confluyeron europeos, provenientes de países que generalmente no eran de habla inglesa y a quienes la cultura de la explotación existente, en contraposición a la de trabajo practicada en el Norte, los llevó a continuar con la tradición del saqueo y el desamor por el terruño.
 
El mundo entero, desde sus inicios, ha crecido gracias al flujo permanente de sus seres pensantes y racionales de un lugar a otro, en un proceso interminable que eventualmente, si no nos autodestruimos, podría convertirlo en un solo y gran país.
 
La diferencia de Estados Unidos con relación a otras naciones, similar por motivos diferentes con la Europa occidental, es que esa dinámica ha desbordado sus necesidades de mano de obra. A esto debemos sumar la existencia de unos controles migratorios que nunca tomaron muy en serio limitar las entradas, por cuanto la mano de obra más rudimentaria era tan imprescindible para sostener su agricultura y las faenas manufactureras de baja especialización, que de haber sido impuestas con rigor hubieran entorpecido el proceso de crecimiento. Aun en estos tiempos de amenazas reales y otras figuradas, el proceso de salida del país carece de un real control y no hay mecanismos oficiales establecidos para el caso, aunque esto no signifique que para asuntos sensibles y de interés nacional, las autoridades carezcan de medios para proceder.
 
En medio de esta turbulencia, nacida del abandono de políticas especializadas como existen en todas las naciones desarrolladas y en vías de crecimiento, ha explotado el fenómeno con la presencia en el país de varios millones de indocumentados, calculados entre doce y quince. Esta situación es crítica desde los primeros años del gobierno de George W. Bush y dio motivo a un amplio movimiento de los inmigrantes y a la decisión de aquel gobierno de cerrar sus fronteras con enormes murallas de hierro.
 
La gravedad del asunto asume tales dimensiones, porque las soluciones en un país, dividido por aspiraciones de poder representadas por grupos y personas entrenadas en esos menesteres, más que en funciones de servicio público, retuercen la realidad. No existe un debate para buscar soluciones, sino para confundir a un público que sufre las consecuencias, con el interés de inclinarlo a votar hacia uno u otro partido.
 
En Estados Unidos, como con el resto de los países divididos por Partidos Políticos, que han escogido representarse ellos mismos en lugar de los intereses nacionales, sus asambleas legislativas se dedican a buscar votos para el próximo período electoral, a costa de postergar la solución de los asuntos urgentes de su comunidad.
 
Indudablemente que para ordenar la inmigración de Estados Unidos, no hay otro camino que ajustarle la documentación a esos varios millones que carecen de ella. Pero eso, que puede parecer tan simple, enfrenta los obstáculos interpuestos por el sector más recalcitrante del Partido Republicano.
 
En medio de esta aberración, los republicanos acusan a Obama de no darle solución a dicha problemática, intentando así capitalizar algunos votos a su favor. Para ocultar su oposición a documentar a quienes carecen de los papeles migratorios requeridos, aducen que proceder de esa manera constituye una amnistía, lo cual enviaría el mensaje de que Estados Unidos premia a los “ilegales” y como resultado de semejante proceder se produciría un estimulo para  continuar violando las regulaciones migratorias. Contradictoriamente mantienen una Ley de Ajuste cubano que precisamente premia a los cubanos que entran ilegalmente al territorio estadounidense.
 
Mientras más nos acercamos a los bizantinos debates que tienen lugar en el tullido Congreso de Estados Unidos, más entendemos la necesidad de transformar los mecanismos políticos al uso en todo el mundo. Para comenzar hay que idear la manera de atemperar el poder de los sectores Ejecutivos y convertir las Asambleas, Congresos, Senados y similares, en centros de debates sociales y económicos, desprovistos de representaciones partidarias.
 
Parece difícil, pero puede hacerse. El secreto estriba en que para hacerlo no podemos recurrir a la imposición, mediante procedimientos que nieguen las costumbres y normas consolidadas por el tiempo y que solamente pueden cambiarse mediante lentos procedimientos, que generalmente superan la vida de una generación.

*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en los EE.UU. y subdirector de Radio Miami

Fuente original: enviado por el autor a MARTIANOS-HERMES-CUBAINFORMACIÓN

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Un contagio de malas ideas

Por Joseph Stiglitz (*)

La gran recesión de 2008 se ha transformado en la recesión del Atlántico norte: son principalmente Europa y EE UU, no los mercados emergentes más importantes, los que se han visto afectados por el lento crecimiento y alto desempleo.

Y son Europa y EE UU los que marchan, juntos o separados, hacia el desenlace de una gran debacle. La explosión de una burbuja condujo a un estímulo keynesiano masivo que evitó una recesión mucho más profunda, pero también impulsó déficit presupuestarios importantes. La respuesta -recortes masivos del gasto- garantiza que los niveles de desempleo inaceptablemente altos (un vasto desperdicio de recursos y un exceso de oferta de sufrimiento) se prolonguen durante años.


La Unión Europea finalmente se ha comprometido a ayudar a sus miembros en dificultades financieras. No tenía opción: la agitación financiera amenazaba con extenderse desde países pequeños como Grecia e Irlanda a otros grandes como Italia y España, y la propia supervivencia del euro afrontaba peligros crecientes. Los líderes europeos reconocieron que las deudas de los países en problemas serían inmanejables a menos que sus economías pudiesen crecer, y que el crecimiento no se lograría sin ayuda.

Pero si bien los líderes europeos prometieron que la ayuda estaba en camino, reforzaron su creencia de que los países sin crisis deben recortar sus gastos. La austeridad resultante retrasará el crecimiento europeo y con ello el de sus economías con mayores problemas: después de todo, nada ayudaría más a Grecia que el crecimiento robusto de sus socios comerciales. Y el bajo crecimiento dañará la recaudación tributaria, socavando la meta proclamada de consolidación fiscal.

Las discusiones previas a la crisis ilustraron lo poco que se había hecho para reparar los fundamentos económicos. La oposición vehemente del Banco Central Europeo a algo esencial para todas las economías capitalistas -la reestructuración de la deuda de las entidades en quiebra o insolventes- evidencia la continua fragilidad del sistema bancario occidental.

El BCE argumentó que los contribuyentes deberían hacerse cargo del coste total de la deuda soberana griega en problemas, por miedo a que cualquier participación del sector privado pudiese disparar un evento crediticio que forzara importantes erogaciones sobre los seguros de impago crediticio (CDS) y posiblemente fomentara mayores problemas financieros. Pero si ese es un miedo real del BCE -si no se trata meramente de actuar en favor de los prestamistas privados-, tendría que haber exigido a los bancos que mantengan más capital.

Además, el BCE tendría que haber prohibido a los bancos operar en el arriesgado mercado de los CDS, donde son rehenes de las decisiones de las agencias de calificación sobre lo que constituye un evento crediticio. En efecto, un logro positivo de los líderes europeos en la reciente cumbre de Bruselas fue comenzar el proceso de limitar tanto al BCE como al poder de las agencias de calificación estadounidenses.

De hecho, el aspecto más curioso de la posición del BCE fue su amenaza de no aceptar los bonos reestructurados como garantía si las agencias de calificación decidían que la reestructuración debía clasificarse como un evento crediticio. La idea de la reestructuración era liquidar deuda y lograr que el resto fuese más manejable. Si los bonos eran aceptables como garantía antes de la reestructuración, ciertamente serían más seguros después de ella y, por tanto, igualmente aceptables.

Este episodio sirve como recordatorio de que los bancos centrales son instituciones políticas con una agenda política, y que los bancos centrales independientes tienden a ser capturados (al menos cognitivamente) por los bancos a los que supuestamente deben regular.
Y la situación no está mucho mejor del otro lado del Atlántico. Allí, la extrema derecha amenazó con paralizar al Gobierno de EE UU, confirmando lo que sugiere la teoría de los juegos: cuando personas racionales se enfrentan a quienes están irracionalmente decididos a la destrucción si no logran su objetivo, son estos últimos quienes prevalecen.

Como resultado, el presidente Barack Obama consintió una estrategia desequilibrada de reducción de la deuda, sin aumentos de impuestos -ni siquiera para los millonarios a quienes les ha ido tan bien durante las últimas dos décadas, y sin siquiera eliminar las dádivas impositivas a las empresas petroleras, que socavan la eficiencia económica y contribuyen a la degradación ambiental.

Los optimistas argumentan que el impacto macroeconómico de corto plazo del acuerdo para aumentar el tope del endeudamiento estadounidense y evitar el impago de la deuda soberana será limitado: recortes en el gasto de aproximadamente 25.000 millones de dólares para el año próximo. Pero el recorte en los impuestos sobre los salarios (que contribuía con más de 100.000 millones al bolsillo del ciudadano común estadounidense) no fue renovado, y seguramente las empresas, anticipando las consecuencias contractivas, serán aún más renuentes a otorgar créditos.

La cesación del estímulo es en sí misma contractiva. Y a medida que los precios de los inmuebles continúan cayendo, que el crecimiento del PBI vacila y el desempleo se empecina en mantenerse elevado (uno de cada seis estadounidenses que desean un trabajo a tiempo completo aún no puede obtenerlo), lo que hace falta es más estímulo y no austeridad -incluso para equilibrar el presupuesto-. El impulsor más importante del crecimiento del déficit es la baja recaudación fiscal debida a un pobre desempeño económico; el mejor remedio sería que EE UU vuelva al trabajo. El reciente acuerdo de la deuda es una jugada en la dirección equivocada.

Ha habido mucha preocupación sobre el contagio financiero entre Europa y EE UU. Después de todo, los errores de gestión financiera estadounidense desempeñaron un papel importante en el desencadenamiento de los problemas europeos, y la agitación financiera europea no será buena para EE UU -especialmente considerando la fragilidad del sistema bancario estadounidense y su continuo papel respecto de los poco transparentes CDS.

Pero el problema real surge de otro tipo de contagio: las malas ideas cruzan fácilmente las fronteras, y las nociones económicas equivocadas a ambos lados del Atlántico se han estado reforzando entre sí. Esto será también válido para el estancamiento que esas políticas conllevarán.

(*) Profesor de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía. Estados Unidos. En Bitácora de Uruguay

Sucre, una estrategia de unión monetaria

Por Hedelberto López Blanch
 
Mientras monedas fuertes como el dólar y el euro sufren embates por la crisis económica mundial provocada en parte por las políticas de globalización neoliberal que las grandes potencias han impuesto al mundo, el sucre, una moneda virtual de intercambio utilizada por varios miembros del ALBA ha comenzado, poco a poco, a abrirse paso.

La crisis económica y política en que se ha desenvuelto la administración de Barack Obama, cuyo último capítulo resultó la lucha entre republicanos y demócratas para aumentar el techo de la deuda y evitar el impago de 9,6 billones de dólares, ha puesto nuevamente a pensar a muchos gobiernos en la importancia de separarse un poco más del dólar como moneda de intercambio.

A última hora, tras profundas tensiones, el Congreso aprobó elevarla. En caso contrario, Estados Unidos hubiera entrado en recesión con estremecimiento en los  mercados financieros globales; caída del dólar respecto a otras monedas y más dudas sobre el billete verde como moneda de reserva internacional.

Asimismo, los graves problemas de endeudamiento público y fiscales en que cayeron naciones de la zona euro como Irlanda, Grecia y Portugal, las amenazas de que el mismo derrotero lo sigan España e Italia, han motivado desconfianzas en varios Estado en buscar refugio en la moneda euro para las transacciones comerciales.

China, Rusia, Brasil, Argentina, Sudáfrica, Corea del Sur, Malasia, Venezuela y otros países con economías importantes han estado trabajando en diversificar sus comercios con el uso de una canasta de monedas y así zafarse de las ataduras del dólar.

China y Rusia en noviembre de 2010 renunciaron al billete verde en las transacciones del comercio bilateral y comenzaron a usar sus propias divisas con la finalidad de proteger sus economías nacionales.

Ambas naciones utilizaban, especialmente el dólar, en sus intercambios pero desde la crisis financiera mundial, funcionarios chinos y rusos exploraron posibilidades para blindar a sus economías de los embates de una crisis a la cual aun no se le ve el fin.

Brasil y Argentina recurrieron al renmimbi (yuan) en sus transacciones directas con China, que alcanzan los 120 millones de dólares. Venezuela fue de los primeros en realizar su intercambio en esa moneda con la nación asiática, mientras Perú, Bolivia y Chile realizan gestiones en ese sentido. Una parte importante del comerio chino-indio se lleva a cabo mediante el yuan y la rupia.

Corea del Sur, Malasia, Belarús e Indonesia se han beneficiado con el uso del renmimbi en los negocios con China. En la lista de las naciones que buscan refugio en otras monedas aparecen Siria, Irán y en menor grado los países árabes petroleros.

Otro desafío de unión monetaria es el que estan llevando a cabo las naciones integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que instauraron el Sistema Unitario de Compensación de Pagos (SUCRE) para sus intercambios internos.

En 2010, Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela comenzaron a realizar operaciones con el SUCRE, las cuales rondaron ese año los 40 millones de dólares.

La moneda virtual se posiciona entre el sector industrial y las pequeñas, medianas y grandes empresas y cooperativas de Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia, como una opción ágil, segura y confiable para el intercambio comercial, donde prima el respeto a la soberanía, complementariedad productiva y la solidaridad.

Un documento emitido por el Banco Central de Venezuela (BCV) asegura que se prevé para el segundo semestre de 2011, un aumento relevante en el número de operaciones y transacciones bajo ese sistema monetario.

Un dato de interés lo aportó recientemente el vicepresidente del BCV, Eudomar Tovar cuando señaló que entre 2010 y 2011 se incrementaron de seis a 77 los negocios mediante ese nuevo medio de pagos.

Tovar, además presidente del Consejo Monetario Regional (CMR) informó que el monto negociado para los primeros seis meses del 2011 se eleva a 144 millones de sucres lo cual augura que se cumplirá la meta para este año de 300 millones.

Para Tovar, el SUCRE ha tenido una buena acogida por parte de los sectores empresariales de los países que integran este mecanismo, pues reduce los costos de las transacciones, acorta los tiempos de pago, permite un ahorro de divisas y estimula una mayor oferta exportable.

Cada vez son más los productos que se agregan a los intercambios entre los que aparecen aceite crudo de palma, textiles, medicinas para consumo humano y veterinario, llantas, desperdicio de papel, plásticos, libros, neumáticos, atún pre-cocido, bobinas laminadas, urea, arroz, leche en polvo y vehículos automotores.

En Venezuela varias entidades fueron habilitadas para actuar como Bancos Operativos Autorizados del SUCRE, entre estos los estatales de Comercio Exterior, de Venezuela Industrial, del Tesoro y Bicentenario, así como el privado Banesco.

Por su parte, el Gobierno de Ecuador anunció que todo el comercio que realicen entidades públicas de su país con  Venezuela será a través del SUCRE. Cuba desde el principio adoptó ese mecanismo y Bolivia marcha en el mismo objetivo.

Como afirmó el presidente bolivariano Hugo Chávez, el Sucre, junto al Banco del ALBA y el Banco del Sur, se encaminan hacia una nueva arquitectura financiera, alejada de los dictámenes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. El desafío de integración esta en marcha y las alternativas surgen por doquier con miras a reducir la preponderancia del dólar en el comercio internacional.

(Publicado en Opciones, Rebelión, Ajintem)

domingo, 21 de agosto de 2011

El espíritu de resistencia vive

Por Manuel E. Yepe

Foto: Virgilio Ponce
La Cumbre de Organización de Cooperación de Shanghái (SCO, por sus siglas en inglés) de junio de 2011 en Astana, Kazajstán, terminó con un histórica expansión: India y Pakistán se unieron a China, Rusia y las repúblicas ex soviéticas de Asia Central como miembros plenos de la organización, en tanto que Afganistán se le incorporó en calidad de observador, junto a Irán y Mongolia.

Esta organización, casi ignorada por la prensa corporativa de Occidente, nació como “Los cinco de Shanghái” (China, Rusia, Kazakstán, Tayikistán y Kirguistán) a raíz de un tratado fronterizo suscrito en 1996 y avanzó en 2001 a la formación de la SCO con la incorporación de Uzbekistán, ocasión en que definió la ampliación de la cooperación entre sus miembros en asuntos económicos y militares como su objetivo existencial.

En 2005 se habían agregado India, Pakistán e Irán como observadores.

Estados Unidos intentó lograr un status de observador pero su solicitud fue rechazada.

Hoy, las naciones que componen la SCO representan a la mitad de la población del mundo.
Pese a la oposición sistemática de Estados Unidos, los afganos estaban decididos a ingresar en la SCO. Su Ministro de Relaciones Exteriores se reunió durante cuatro días con oficiales chinos en Beijing antes de que el 15 de mayo último el Ministro de Relaciones Exteriores ruso anunciara la inclusión de Afganistán como observador.

En los días iniciales de la Cumbre, Moscow Times publicó una declaración del Presidente Nazarbayev de Kazakstán en la que subrayaba la importancia de Afganistán en la SCO: “Creemos que la prosperidad de Asia Central y los estados circundantes solo puede lograrse mediante un Afganistán fuerte, independiente y estable… Es posible que la SCO asuma responsabilidades en muchos asuntos en Afganistán luego de la partida de las fuerzas de la coalición en 2014”, dijo.

El veterano diplomático indio M. K. Bhadrakumar consideró que este desarrollo había logrado desarticular la política de Washington en el Asia Central que pretendía convertir a Afganistán en plataforma desde donde Estados Unidos podría dominar el espacio estratégico y las rutas comerciales entre Rusia, China, Irán. India y Pakistán.

De hecho, Afganistán parece haberse posicionado como la futura plataforma para una ruta terrestre y una red de oleoductos que sortearía el control de las rutas marítimas comerciales por la marina estadounidense y permitiría a todos los países de la región desarrollar sus relaciones sin interferencia de la superpotencia norteamericana.

Al regreso de la Cumbre de SCO, el premier afgano Hamid Karzai sostuvo conversaciones con representantes de Estados Unidos sobre el status de sus fuerzas en Afganistán luego de las cuales, en un discurso televisado nacionalmente, condenó la guerra de la OTAN en Libia, y criticó la actuación de las tropas de la OTAN que ocupan  su país.

“Están aquí para sus propios objetivos y propósitos, usan nuestro suelo para eso”, aseguró a la prensa Karzai cuando anunció que se propone someter a la aprobación del gran consejo tribal “Loya Jirga” el proyecto de status de las fuerzas de EEUU, en vez de hacerlo al Parlamento, como pretende Estados Unidos. Aseguró que será rechazado cualquier intento por imponer un acuerdo que suponga la prolongación de la permanencia de las fuerzas militares estadounidenses.

Todo parece indicar que se está logrando posicionar a Afganistán como la futura plataforma para una ruta terrestre y una red de oleoductos capaz de sortear el control de las rutas marítimas comerciales por la marina estadounidense y permitir a todos los países de la región desarrollar sus relaciones mutuas sin interferencia norteamericana.

Pero, en contradicción con lo anterior, el 19 de agosto, el diario británico The Daily Telegraph anunció que Washington y Kabul suscribirían un pacto estratégico según el cual miles de soldados norteamericanos junto al personal de asesoramiento militar, fuerzas especiales del Ejército y los aviones de combate permanecerán en Afganistán hasta al menos el año 2024 y que a tal efecto se han registrado "importantes avances" por las presiones de Estados Unidos, que insiste en tener este acuerdo antes de la conferencia que tendrá lugar en diciembre en la ciudad alemana de Bonn sobre Afganistán.

Sin dudas, el espíritu de resistencia de los pueblos es capaz de sobrevivir las bombas inteligentes, la brutal ocupación y las torceduras de brazo a los dirigentes locales que han servido al imperio.

Carta abierta al Partido "Popular" y al senador Dionisio García


SEÑORES ¡ESCONDAN ESE BIGOTE!
 
Foto Virgilio Ponce
Por  Jean Ortiz*

Somos miles y miles, hijos del exilio, de represaliados, de "desaparecidos", de torturados, de víctimas de ese fascismo franquista que ustedes se negaron a condenar el pasado 18 de julio (día de lo que algunos de su bando llaman todavía inicio de la "cruzada").


¿Qué autoridad moral tiene el senador de un partido que se niega a condenar el fascismo? ¡Que se negó a votar la timorata Ley de Memoria Histórica a finales del 2007! Un partido que no quiere ni verdad, ni justicia, ni reparación. Que protege la impunidad del franquismo.

¡¡Escondan como mínimo ese bigote que nunca les ha abandonado!!

¿Qué autoridad tiene un partido que administra ciudades donde existen todavía calles y plazas dedicadas a los verdugos?

¿Qué autoridad tiene el señor Aznar que dijo hace unos años: me voy de vacaciones con el libro (un panfleto fascista) de Pío Moa: "Los mitos de la Guerra civil"?

¿Qué autoridad tiene un partido que anida en su seno a centenares de corruptos? ¡Qué es protagonista del caso de corrupción más importante de la historia de España: el caso Gürtel! Un partido que exhibe a impresentables como el señor Camps.

¿Quién es ese señor senador del partido mal llamado "popular", representante de su camarilla en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado español, para emplazar al gobierno Zapatero que apoye la coalición (MUD) opositora antichavista de Venezuela?

En asuntos de derecho y leyes internacionales, eso se llama intrometerse de manera descarada en los asuntos internos de un país soberano, y merece ser sancionado.

Señor senador, primero lávese las manos, llenas de sangre iraquí, afgana, libia...

Segundo: que empiece el Partido "Popular" por limpiar sus propias cuadras, que las tiene llenas de corrupción y de restos del franquismo, para no utilizar una palabra que huele feo. ¿Cómo se puede ser demócrata sin condenar al franquismo? El PP es una derecha sin misericordia, despiadada, una derecha que no ha roto con el pasado franquista.

Entonces, señor senador Dionisio García, tenga la cortesía, la humildad, el buen gusto, el pudor, de callarse.

El rey Juan Carlos, elegido por dedazo del "caudillo", se lo dijo un día al presidente Chávez, elegido democráticamente un montón de veces.

Mientras no sea elegido por el pueblo, el rey Juan Carlos será ilegítimo.

No nos obligue, señor García, a tirarle a la cara a los 150 000 republicanos que yacen todavía en fosas comunes asesinados por defender un gobierno legítimo. Bien conocemos a los asesinos.

¡¡No nos obligue, señor senador, a recordar que sus compinches del PP se ensañaron contra el juez Garzón, que quiso enjuiciar al franquismo y sus crímenes, imprescriptibles, contra la humanidad!! ¡¡No nos obligue a recordar que Garzón fue la última víctima de la Guerra de España!! El único condenado en un juicio vergonzoso, el que quiso hacer justicia, mientras sus acusadores fascistas siguen pavoneándose.

Señor senador, y sus amigotes "populares", como les lanzó un día mi amigo el cantautor Labordeta: VÁYANSE PA' LA M...

*Jean Ortiz, Profesor en la Universidad de Pau (Francia).

Fuente original: enviado por el autor a MARTIANOS-HERMES-CUBAINFORMACIÓN

¿Hasta cuándo vamos a soportar estas mentiras? ¿Qué derecho tienen?




Relaciones Cuba-EEUU
Por Virgilio PONCE

Martianos - Hermes - Cubainformación.- Cuba no es un país terrorista, ni lo ha sido jamás, bien lo sabe la C.I.A, el F.B.I., y todos los Gobiernos de los EE.UU.

Cuba no ha preparado golpes de estado, ni ha asesinado a nadie, ni ha patrocinado ninguna rebelión en los EE.UU.; no ha organizado una invasión contra su territorio y mucho menos un atentado contra su presidente.

En Cuba viven refugiados vascos, están ahí después de acuerdos con el gobierno español en los años 80, saben bien que no han realizado ninguna actividad contra el Reino de España desde que viven en Cuba.

Cuba ha realizado todo lo posible por evitar más sangre en Colombia y por la paz ha sido mediadora en las conversaciones entre el gobierno y las guerrillas.

Por el contrario, por las calles de Miami se pasea Posada Carriles, responsable de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en 1976 (donde perdieron la vida 73 inocentes, entre ellos el equipo cubano juvenil de esgrima), de las bombas en instalaciones turísticas cubanas en 1997 (donde mataron al joven italiano, Fabio Di Celmo) y de muchas otras acciones terroristas contra Cuba. Posada Carriles fue entrenado, preparado y financiado por el Gobierno de los EE.UU. enviándole en múltiples ocasiones a realizar trabajos sucios en diferentes países de A.L.

En los EE.UU. se condecoran a los terroristas, se les hacen homenajes y les recibe el gobierno.

¿Hasta cuando van a engañar a los pueblos?, todos sabemos las acciones terroristas de los diferentes gobiernos de los EE.UU., sabemos la participación en golpes de estado, invasiones, bombardeos, asesinatos, etc., conocemos bien su apoyo a las dictaduras; de las torturas en la base Guantánamo, de como financian los movimientos contrarrevolucionarios para crear el caos, no continúo porque llenaría muchas cuartillas.

3.478 cubanos han muerto y 2.099 han quedado mutilados, por el terrorismo patrocinado por EE.UU., sin contar los muertos al tratar de llegar a sus costas, alentados por la famosa "Política de Pies secos/Pies Mojados" implementada por la administración Clinton en el año 1995.

Estamos cansados ya de que se coloque a Cuba en listas de terroristas. Terroristas son ellos, que mantienen un bloqueo criminal e inhumano contra el pueblo cubano.

Cinco antiterroristas cubanos están presos en cárceles del imperio por tratar de evitar acciones terroristas desde EE.UU. y llevan más de 13 años en sus cárceles.

El heroico pueblo cubano solo quiere continuar su proyecto martiano y socialista en paz.
Por favor señores imperialistas: ¡Basta ya de mentiras! ¡Cuba no es terrorista! ¡Cuba es un ejemplo de resistencia, de independencia y de humanismo!

Foto JFA

sábado, 20 de agosto de 2011

En qué consiste el “milagro económico” ruso: “Progreso” tras el “colapso”

 Por Guennadi Turietski
CEPRID

Soviétskaya Rossía
Traducido del ruso por Josafat S. Comín para el CEPRID

 Los aforismos y la cruda realidad
“Tras el colapso de la Unión Soviética y su economía planificada, nuestro país ha experimentado un enorme progreso en su desarrollo” (de la intervención de Medvédev el 18 de junio en el Forum económico de S. Petersburgo)

Después de una cita tan destacada del presidente de Rusia, son muchas las ganas de detenerse a reflexionar sobre sus dos decisivos componentes: el colapso de la economía planificada de la Unión Soviética y sobre el enorme progreso en el desarrollo de nuestra Rusia actual. Y aquí, como no podía ser de otro modo, es inevitable que te venga a la cabeza, que en economía, por decirlo de un modo burdo, sólo hay dos caminos. Para los países líderes y más desarrollados, la industrialización del país, o como dirían ahora, la creación de una sociedad productiva científico-técnica, altamente avanzada. Mientras que para los países económicamente dependientes, de tipo colonial en la práctica, quedaría la inmersión en una economía importadora y exportadora de materias primas.

¿Dónde está el “colapso” de la primera vía, de la economía planificada?

Antes de intentar responder a esa pregunta, veamos cual es la definición médica de colapso: “estado que amenaza la vida”. Y precisamente en todo lo que afecta a este estado de la sociedad, recordemos y analicemos ¿qué es lo que ofrece a los países esa primera vía en la economía? En la época soviética de Stalin, previa a la guerra, en la unión Soviética se estaba desarrollando un proceso nunca antes visto de industrialización a toda máquina, la sociedad transitaba de la estructura agraria a la creación en el país de la producción de maquinaria pesada. Y para comprender bien, a qué condujo esto, de un modo un tanto inesperado, no citaremos a ningún dirigente ni miembro del partido bolchevique y del PCUS, sino a su santidad el patriarca Alexis I, quien antes de pronunciar la misa de difuntos el 9 de marzo de 1953, en el funeral de I.Stalin, dijo literalmente lo siguiente: “El gran líder de nuestro pueblo, Iosif Visariónovich Stalin, nos ha dejado. Ha desaparecido una enorme fuerza social, en la que nuestro pueblo sentía su propio potencial, con la que se guiaba en su trabajo creador y en sus empresas, en la que encontraba consuelo a lo largo de muchos años. No hay campo donde no penetrase la mirada de nuestro Gran líder…Como todo genio, él podía descubrir en cualquier campo, lo que permanecía oculto e inalcanzable para una mente común”.

En eso residía la esencia de aquel tiempo; la Unión Soviética alcanzó entonces sus más altas cotas. Y durante los años de los planes quinquenales estalinistas, en concreto en esos 13 años en los que “una enorme fuerza social, en la que nuestro pueblo sentía su propio potencial, con la que se guiaba en su trabajo creador y en sus empresas”, permitió que en el país se llevase a cabo un proceso de industrialización sin análogos. La URSS renovó de un modo radical y vertiginoso, toda la base industrial del país, construyendo 9000 nuevas fábricas, minas, centrales eléctricas: Y entonces se consiguió alcanzar un crecimiento nunca visto de la producción: por ejemplo, durante el segundo pan quinquenal, que se ejecutó con antelación (4 años y 3 meses), el crecimiento fue del 73%, a una media anual del 17,25. Fue así como la Unión Soviética dejó atrás su atraso económico y técnico y cómo su producto interno bruto creció en 6,5 veces y la producción de medios de producción en 10 veces.

Más aún, aprendimos a hacer de todo por si mismos, llegando a ser prácticamente independientes económicamente. El peso específico de las importaciones en 1937 ya no superaba el 0’7%. La URSS se convirtió en un país industrialmente desarrollado, alcanzando un nivel de estructura industrial equiparable al de los países más desarrollados del mundo, y por volumen de producción industrial, nos situamos en el segundo lugar, solo por detrás de los EE. UU., algunos de cuyos indicadores, mejorábamos en cuanto a tiempos de crecimiento industrial. ¿Este era el colapso de un país y su economía planificada, que amenazaba su supervivencia? Nada más lejos, nada de eso se corresponde con esa definición. Más bien yo diría que todo lo contrario, entonces nuestro país experimentó un enorme progreso en su desarrollo.

Y esa estructura económica y de desarrollo continuó, aunque con unos tiempos más moderados (3-4% anuales), durante todo el periodo soviético, lo que no hacía más que confirmar, que el modelo económico soviético disponía de recursos comprensibles y eficaces, de mecanismos de desarrollo.

En la actualidad es China la que ha alcanzado ese segundo e incluso primer lugar en el mundo, un país que estaba extraordinariamente retrasado tecnológicamente. En esa economía reformada de la RPCh, de un modo cercano y firme se conjugan tanto los métodos abiertamente capitalistas, como los métodos socialistas de planificación. Pero fuera como fuese, en el país todos estos años se ha desarrollado la industrialización a toda máquina, repitiendo en su desarrollo prácticamente el mismo modelo estratégico de la época de Stalin. 
La RPCh, fruto de sus enormes logros no hace sino avanzar hacia delante en ese desarrollo tecnológico vertiginoso. Tanto es así, que en 2009, si al líder mundial, los EE. UU. le correspondía el 19’9% del volumen mundial de producción industrial, y a China el 18’6%, lo que la situaba en un destacado segundo puesto, ya en 2010, esos indicadores económicos de las dos superpotencias, se igualaron , para posteriormente a final de año, presenciar como China con el 19’8% alcanzaba el primer puesto, dejando por detrás a los EE. UU. con el 19’4%.

¿Y dónde está ese “enorme progreso en el desarrollo” de esta segunda vía “de mercado”?

En Rusia, los “reformadores” no siguieron el camino de desarrollo soviético ni el chino, sino que hace 20 años pusieron en marcha lo que denominaron como reformas “radicales”, que se concibieron en primera instancia como absoluta y diametralmente opuestas. Empezando por la completa renuncia al modelo soviético de planificación, por considerarlo un “punto muerto” y por basarse en la propiedad estatal y colectiva y la transición radical al mercado libre y la propiedad privada. Y se hizo con la completa defenestración de cualquier tipo de control estatal, ya que el “mercado” supuestamente iba a regular por si mismo todas las prioridades.

Y fue así, como resultado de estas “reformas de mercado”, como se ejecutó la práctica desindustrialización de la economía de Rusia, que supuso la casi total aniquilación de la industria nacional, cuando 70 mil fábricas tuvieron que echar el cierre. Y toda la economía nacional (a excepción de la industria extractora) a lo largo de todos estos 20 años se mueve exclusiva y estrictamente en una sola dirección: depresiva. Es lógico que nos hagamos una pregunta natural: ¿a qué colapso se refería el presidente, y dónde se refleja que hayamos alcanzado un “enorme progreso en el desarrollo” en estos 20 años de reformas, tras la completa destrucción de la industria nacional?

Según datos de la ONU, la Rusia actual en cuanto a volumen de producción industrial a fecha de 2010, apenas alcanza el 74’6% (en su cálculo monetario) del nivel que tenía en 1991, y su retraso con respecto a los países punteros del mundo ha aumentado en 2’5 veces, mientras que su peso específico en el volumen mundial del PIB es seis veces inferior al que tenía la Rusia soviética. ¿Y qué decir de ese puesto 63 que ocupa Rusia en el ranking mundial de competitividad? La aspiración de duplicar el PIB en 10 años, para el 2010 no se ha conseguido y ya no se va a conseguir. A lo máximo que llegamos fue al 60% de crecimiento con respecto al PIB del 2000. y alcanzar los índices de producción industrial y agrícola que teníamos en 1991 es algo absolutamente inimaginable.

La mayoría de los sectores, incluyendo el textil, los ferrocarriles, el sector naval, van a la zaga de los indicadores soviéticos en 3 ó 4 veces, el número de aeropuertos se ha reducido en 2’9 veces, y prácticamente han acabado con la industria aeronáutica. Todo esto si que amenaza de verdad con “colapsar” un país, como un estado que supone un riesgo para la supervivencia. Veamos ahora como estos sectores se han ido y se siguen yendo por la borda, poniendo solo dos ejemplos. Dos ejemplos tomados de la Rusia capitalista de “mercado”. Me estoy refiriendo a la construcción naval y aeronáutica.

El 90% de los barcos que se construyen por encargo de Rusia se hacen en astilleros extranjeros. ¿Por qué? Pues por ejemplo, por el hecho de que en los países capitalistas desarrollados los buques se construyen a cuenta de préstamos, que cubren en un 80% el valor del barco, mientras que el 20% restante lo aporta el armador. Los plazos se dan a diez o doce años a un interés del 5-6% y con los barcos como garantía. Mientras que en la Federación Rusa de las “reformas”, el préstamo, en el caso de que tengas la fortuna de que lo concedan, será como máximo a 5 ó 6 años y a un interés del 19-20%. Y eso solo cubrirá el 60% del coste del nuevo barco. La construcción naval nacional no tiene ningún tipo de exención tributaria por parte del gobierno ruso, por lo que hacerla resurgir en estas condiciones –como se expresa el presidente- de “colapso”, es prácticamente imposible. De modo que la construcción naval en Rusia está acabada. Mientras arruinamos lo nuestro, anunciamos orgullosos por todo lo alto, que adquirimos a los franceses dos buques portahelicópteros del tipo “Mistral”, que nos van a construir por un monto de 1200 millones de dólares, de acuerdo al contrato firmado el 17 de junio en Le Bourget.

Prácticamente siguiendo el mismo modelo, con los mismos principios, han terminado con nuestra industria aeronáutica, de la que durante décadas podíamos enorgullecernos y asombrarnos, antes de que llegaran las “reformas” y el “enorme progreso en el desarrollo”. Gracias a eso hoy día no tenemos con qué sustituir los modelos construidos hace 40 años, y ya que no podemos reemplazarnos con aviones de fabricación propia, hasta el 62% de los vuelos se realizan en aparatos de segunda mano de fabricación extranjera. Hoy, la industria aeronáutica rusa no está en condiciones de competir con el extranjero, pues a las compañías aéreas de transporte de pasajeros (que funcionan en régimen de alquiler con derecho a compra) una aeronave de pasajeros de fabricación rusa, se les vende a pagar en 12 meses con un 15-18% de interés, mientras que las de fabricación occidental se venden a pagar en décadas, con un interés que no supera el 10%. Por eso en el 2009 se fabricaron en Rusia 4 aviones y 7 en el 2010.

Pero de nuevo vemos como nuestros más altos cargos anuncian y alardean orgullosos de como el 21 de junio, el día de la catástrofe de Petrozavodsk, Rusia “consiguió vender” en Le Bourget 12 unidades del SSJ 100 Sukhoi Super Jet. Pero por supuesto no para uso propio, sino a una compañía de vuelos charter de Indonesia. Mientras que para nuestras necesidades propias, hemos acabado comprando una vez más, 8 Boeing usados.

En lo que concierne a la fabricación de aviones en Rusia, el gobierno de forma premeditada renuncia a fabricar un modelo que ha demostrado sobradamente sus prestaciones y funcionalidad como es el “Tu-334” (considerado unos de los 10 modelos más económicos del mundo), y cuyos componentes son en un 97% de fabricación propia. Por el contrario no tienen ningún inconveniente en fabricar el SSJ 100 Sukhoi Super Jet, donde el 80% de los bloques de montaje se componen de piezas importadas. Por eso, es lógico que nos preguntemos hasta qué punto se le puede considerar de fabricación nacional. Y ahora, cuando las compañías rusas llevan varios años explotando cerca de 100 “Tu-134”, no tienen ningún modo de reponerlo.

Hasta el momento son 6 los “super jet” fabricados. La Compañía Rusa de Aeroconstrucción “OAK” ha cerrado 170 contratos para su suministro y venta, 104 de los cuales han sido con compañías extranjeras. Y precisamente por eso, gracias a haber destruido prácticamente la mitad de nuestra producción nacional y, como dice el presidente, debido al “enorme progreso en el desarrollo”, es que en estos 20 años nos hemos vuelto absolutamente dependientes de las importaciones. Gracias a este “éxito” sin precedentes, hoy en muchas esferas sufrimos la tiranía de las importaciones. En el sector automovilístico suponen el 85%, en el del calzado el 90%. Los artículos de alimentación importados suponen el 80%, las medicinas el 77%. Así que el así llamado crecimiento económico de Rusia (no relacionado con la extracción de materias primas) se sostiene hoy día solo por la reventa de productos importados y de materias primas, por el desarrollo de la esfera de servicios financieros, por el comercio minorista, por la industria alimentaria y por algunos sectores de la construcción.

Por lo que ahora podemos afirmar, que Rusia tiene reservado para siempre el papel y destino de eterno e incurable “outsider” económico, mientras que nuestra economía, como resultado de las “reformas” y como consecuencia de la total destrucción de la industria que de ellas se ha derivado, tiene reservado un modelo económico completamente distinto y concreto: el modelo de colonia exportadora de materias primas. Es decir, precisamente la segunda vía.

Absolutamente inesperados resultaron los logros en la segunda vía, en la vía de la economía basada en la extracción de recursos. Y la fortuna asociada con esta.

Aunque por supuesto en la estructura de exportaciones de la Unión Soviética, la extracción de combustibles como el petróleo, el gas y el carbón también era importante. Pero entre la industria y esa extracción había una fuerte ligazón económica: por un lado, la industria estimulaba el crecimiento de la extracción de materias primas, mientras que por otro, la apertura de yacimientos rentables estimulaba a su vez la creación de nuevas capacidades productivas para su tratamiento o refinado. Baste decir, que de las 27 refinerías de petróleo actualmente existentes, 6 fueron construidas en los años 30, 7 en los 40 y 6 más en los 50. Pero con el inesperado y fantástico crecimiento que ha experimentado el precio del petróleo estos primeros años del nuevo siglo, nuevos planes y realidades milagrosas nacieron en las cabezas de nuestros dirigentes y oligarcas. Y ocurrió esto porque el valor del petróleo, definido por la OPEP, siempre ha dependido de los conflictos bélicos que se han sucedido en la península Arábiga y Oriente Próximo.

Y si en 1971 el precio del barril era apenas de 2’5-3’5 $, luego debido a distintos escenarios bélicos y guerras, comenzó a subir de forma continuada, alcanzando los 18$ en 1986. Era lógico pensar que con el coste de extracción medio de un barril en Rusia fijado en los 10$, era imposible pensar en obtener suculentas ganancias por exportación, cuando el beneficio no pasaría de los 8$. Yeltsin, con una industria absolutamente arruinada en los años de su mandato, difícilmente podía aspirar a “inflar” sus perspectivas económicas. Y si siguiese con vida, la relación hacia su persona y su gobierno – con la economía igual de despedazada- sería muy negativa.

Cuando su sucesor, Putin, tomó el relevo, el precio del barril de petróleo en Rusia, tanto en 1999 como a principios del 2000, seguía sin pasar de los 18$. Por eso comenzó Vladímir Vladímirovich su actividad como presidente desde la misma base de partida económica que su predecesor, y así continuó “a la yeltsin” los primeros años. Es evidente que la cifra de beneficios que podía ofrecer la entrada por extracción, no superó ni pudo nuca superar en ese 1999-2000 los 300 mil millones de dólares, y que por aquel entonces, era 5 veces inferior, de lo que inesperadamente acabó siendo en los 10 años posteriores.

Pero en 2003 se produjo el ataque de los EE. UU. a Irak y al mismo tiempo, el paro petrolero en Venezuela. Y el precio medio a nivel mundial, como consecuencia de esto, saltó de golpe a lo 28’9$ por barril. Bueno y luego…luego sucedió, que a causa de la reducción –por las circunstancias citadas- en la producción y exportación del volumen de petróleo, aumentó drásticamente la demanda, lo que permitió mejorar sustancialmente la coyuntura de precios del mercado para beneficio de los países exportadores. Para 2004 el precio ya había alcanzado los 37’7$ por barril, y lo que vino después no fue sino una impetuosa alza de los precios: 60$ para 2005, 70$ para 2006; 90 e incluso 100$ para 2007, hasta llegar a mediados de 2008, donde brincó hasta los 140$.

Para Putin y su equipo de oligarcas fue tal el golpe de suerte con este excepcional crecimiento de los precios mundiales de los combustibles, que para el gobierno de la Federación de Rusia en la esfera material de la obtención de beneficios, comenzaron lo que se vino a llamar “años fértiles”, mientras que para el oligarcado, simplemente comenzó el más feliz de los “pelotazos” financieros nunca antes visto.

Cierto, que debido a la crisis mundial, el precio del barril cayó bastante en 2009, hasta los 61$, pero ya en 2010, alcanzaba un valor medio de 65$, mientras que en 2011 la variación ha sido la siguiente: 92’8$ en enero, 100’4$ en febrero, 109’8$ en marzo, 118’1$ en abril. El Fondo Monetario Internacional pronostica que el valor del petróleo se mantendrá en esos parámetros, superando los 100$ por barril, como mínimo hasta 2016.

Por eso a nuestros gobernantes y oligarcas, simplemente les dan ganas de gritar ¡Hurra! de la felicidad, mientras ven la forma de sacar el máximo provecho de estos éxitos financieros. El valor global de los recursos energéticos extraídos en Rusia durante el 2010, alcanzó los 640 mil millones de dólares. Los presupuestos generales de la Federación de Rusia para el 2010, como comparación, ascendieron a 232 mil millones.

En general los beneficios totales obtenidos por los oligarcas, que campan por sus respetos en los oleoductos y gaseoductos, gracias a las así llamadas “reformas”, son increíblemente altos. Entre 2001 y 2010 el beneficio obtenido por la exportación de petróleo fue de 854 mil millones de dólares, y por el gas natural de 354 mil millones, por derivados del petróleo fue de 382 mil millones, lo que en total se eleva a un monto de casi 1’6 billones de dólares superando en más de 5 veces el beneficio por la exportación de materias primas, obtenido en la década anterior, así como los presupuestos de Rusia a lo largo de siete años. Por supuesto ni un solo dólar de estos descomunales beneficios se destina al desarrollo de, pongamos, el sector real de la economía, sino que o bien acaban en la bolsa de los oligarcas, o bien en el sector de la extracción, para seguir exprimiendo nuevas ganancias y rendimientos.

Es lógico, que ahora después de todas las reformas emprendidas en estos años “fértiles”, todos los productos relacionados con el sector energético y de combustibles, representen hasta el 67’8% en la estructura de las exportaciones rusas, superando los indicadores soviéticos en más de 4 veces. Por eso después de 20 años de “reformas”, la producción de productos para la exportación tales como el petróleo, el gas, los metales no ferrosos, han alcanzado prácticamente el nivel soviético (el índice de extracción de petróleo es un 8’8% inferior al de 1991 y el de gas en un 9’4%). Así pues, son las materias primas las que prácticamente suponen todas las exportaciones de la Rusia actual. Unas exportaciones que representan a su vez el 40% del PIB total, o lo que es lo mismo, casi la mitad.

Y actualmente se destina a la exportación el 66’4% (dos terceras partes) de todo el petróleo producido en Rusia (en 1991 era el 19’7%), el 28’8% del gas (en 1991 era un 10’7%), y un 35,2% (más de una tercera parte) del carbón (en 1991 era apenas el 5%). A esto hay que añadir que los metales no tratados, especialmente los no ferrosos, suponen el 15% del total de las exportaciones, siendo que el 76% de lo que se extrae va destinado a la exportación. Otro 10% de las exportaciones se lo lleva la madera. Pero si hace 20 años la proporción de madera de nuestros bosques que se destinaba a la exportación era del 5,5%, ahora es del 23,8%. El 5% restante de nuestras exportaciones, objetivamente apenas pueden valorarse como competitivas.

¿Y qué es lo que ha aportado al pueblo ruso esta segunda vía tan fortuita como afortunada?

Gracias a esta inverosímil concatenación de afortunadas casualidades en la venta recursos energéticos rusos a lo largo de los últimos 10 años de “reformas” que siguieron al “colapso”, se consiguió de una parte, alcanzar en la sociedad una monstruosa estratificación de la gente, mientras que por otra, apareció una nueva elite financiera, que hasta tal punto prosperó en el saqueo del pueblo, que hoy día el 92% de la riqueza nacional se concentra en manos de un 15% de la población de la Federación de Rusia. Gracias a esto y basándonos en los datos de la Agencia Nacional de Estadística de Rusia, concernientes a 2010, encontramos que el 90,9% de la población tiene unos ingresos mensuales inferiores a 25 mil rublos (1€=40 rub.), de los que el 80% tiene ingresos por debajo de los 17 mil rublos y un 41,2% incuso inferiores a los 7400 rublos. Mientras, del otro lado tenemos a un 8,4% de la población con unos ingresos de hasta 75 mil rublos, y un 0,75% de esa elite financiera tiene unos ingresos muy, muy superiores. Hasta tal punto superiores que esa elite más recuerda a una mercancía que se vende por piezas, pues en concreto, sus primeros 500 representantes cuentan con un capital total de 631 mil millones de dólares. Valga como comparación que el presupuesto general de Rusia para el 2010 fue de 232 mil millones de dólares. Mientras que el presupuesto, -esto es algo que también vale la pena recordar- en época soviética para la RSFSR, era entonces incomparablemente superior: 618 mil millones de dólares.

Y por eso en el país de los “reformadores” y sus presidentes y primeros ministros, absolutamente nada cambia. Y aunque haya dinero en el país en cantidades excepcionales, debido a las superproductivas posibilidades de utilizar los gaseoductos y oleoductos, este no se destina a desarrollar el sector real de la economía (a excepción de algunas migajas). Claro que a los círculos gobernantes y al oligarcado esto no parece preocuparles en absoluto. ¿Y por qué habría de hacerlo? No tienen ni pueden tener ningún interés en hacer renacer nuestra industria, cuando menos en los próximos 30 años, cuando no 50. Tanto ellos como sus descendientes, podrán seguir viviendo a cuerpo de rey, exclusivamente a costa de la venta de materias primas.

Y además tanto nuestro gobierno como el oligarcado, por supuesto no piensan en absoluto ni se cuestionan los problemas del desarrollo industrial ni el científico-técnico, sino que llevan 17 años aspirando con frenesí a ser aceptados en la OMC, para ampliar aún más sus capacidades y posibilidades de exportación de recursos energéticos. Un ingreso en la OMC que les permitiría simplificar significativamente el acceso a los mercados occidentales y en consecuencia permitiría a las principales compañías rusas de petróleo y gas acceder directamente al consumidor de esos países, lo que les permitiría por ejemplo adquirir compañías locales de gas y redes de gasolineras, etc.

Pero el hecho de que esta “victoria” de los “ejecutivos del sector energético” ocasione enormes problemas y que los “agonizantes” sectores de la economía rusa sean definitivamente destruidos, parece no inquietar lo más mínimo al gobierno ruso. Aunque, por ejemplo, sean las cuestiones de la seguridad alimentaria de un país, de todo punto necesario, las primeras y más importantes, por las que deberían velar nuestros más altos dirigentes.

Las principales dificultades recaerían sobre nuestro sector agrario, que ya de por sí apenas respira. El ingreso en la OMC lo dejará al borde de la catástrofe.

Todo ese llamado crecimiento económico (que no de la extracción de materias primas) es falso y engañoso. Y para que la gente, contra todo lo esperado, no se pare a pensar sobre todo esto o comience a hacer incómodas preguntas sobre el desarrollo de los sectores productivos, sobre la creación de empleo, o incluso sobre no se sabe que suerte de industrialización, les ofrecen constantemente imaginarios cuentos, a modo de cebo.

Empezando con que nuestro país lo van a “levantar” el fútbol, el turismo, las olimpiadas y las cumbres y terminando con que para eso se necesita la creación de un “Frente Popular”, aunque ese frente en esencia no sea más que una estructura absolutamente prooligárquica, pues para eso tenemos consolidado en lo más alto, a un gobierno burgués de altos funcionarios y oligarcas vendepatrias. Baste como ejemplo, que en los últimos 5 años, la suma media que se ofrece como soborno a los funcionarios en Rusia, se ha duplicado, mientras que el volumen general de la corrupción se estima que alcanzó los 164 mil millones de rublos para 2010. Solo un insignificante 9% de los rusos declaran hoy no saber qué hay que hacer para dar un soborno.

Todo esto ofrece a nuestro gobierno enormes posibilidades para de un modo continuado, efectista e imaginativo, aparecer y dejarse ver entorno a estos eventos, así como “cortar” de un modo absoluto y casi que hasta justificado, cualquier mención sobre la industrialización o el sector real de la economía. Ellos pontifican con énfasis a las masas, que “nuestro país ha experimentado un enorme progreso en su desarrollo”, e indican qué dirección hay que seguir.

Como empalagosa melaza se vierte desde la pequeña pantalla todo tipo de cuentos sobre la financiación de las Olimpiadas de invierno de 2014 en Sochi o sobre el Mundial de fútbol de 2018, en unas ciudades que además, para esa fecha, deberán estar conectadas con Moscú por ferrocarril de alta velocidad. Cuentos sobre la preparación de la futura cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico en Vladivostok, en 2012, que no costará menos de 25 mil millones, sobre la “modernización”, sobre el “Skolkovo” de Víktor Vekselberg, o el “Rosnano” de Anatoli Chubais…

Y suena todo esto de un modo atractivo, e incluso divertido. Pero siempre igual de abstracto, virtual y fabulado. Cierto que como artículos de propaganda para consumo masivo, es algo muy visible y que permite al gobierno ruso hacer ver que está marchando sin avanzar, y mostrárselo no solo a lo rusos, sino a todo el mundo.

Queda perfectamente aclarado dónde y cuando se produjo ese “colapso” y cuando y dónde ese “enorme progreso en el desarrollo”. Como resultado de la total destrucción de la industria, se produjo una enorme pérdida de las fuerzas productivas por lo que el trabajo productivo de una mayoría significativa de la población se ha convertido sencillamente en algo no reclamado.

En el actual estado de toda la economía de la Federación de Rusia, de los 75,5 millones de población activa (entre los 15 y los 72 años), que bien trabaja, o busca trabajo (hay 6,1 millones de parados), solo 34,9 millones están ocupados. De los que solo 8,5 millones lo están en el sector industrial, mientras que 3,1 millones lo están en la agricultura, silvicultura o pesca. Por contra, en el sector servicios están ocupados no menos de 31,4 millones, 12 de ellos en el comercio. No se entiende en absoluto en qué puede estar ocupada la absoluta mayoría de la población activa del país, que no este relacionada –naturalmente- con los flujos financieros de las compañías gasíferas y petroleras. ¿Y qué pasaría en el país, si alguna vez el sistema socio-económico que se ha formado, completamente dependiente de la coyuntura de los precios mundiales sobre los recursos energéticos, se desmoronase y cayese?

Ahora que ya han transcurrido 20 años se puede afirmar sin temor a equivocarse, que con un porcentaje de población urbana como el actual de un 73,7%, han crecido generaciones enteras de aquellos, que no tienen la menor idea de lo que significa el trabajo productivo y que piensan que lo mejor que les podría pasar es que surgiese la posibilidad de “colocarse” en algún sitio donde poder ganar “pasta gansa”.

Por si fuera poco, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas de Rusia, resulta que como resultado de esta vida sin perspectivas de futuro, el número de habitantes de Rusia, que desean emigrar, ha crecido en 20 años del 5% al 21%; es decir, uno de cada cinco. Entre los que tienen de 18 a 24 años, ese porcentaje sube al 39%, de los que un 29% tiene estudios superiores. Queda pues perfectamente claro que nuestros “reformadores” no necesitan, ni pueden producir nada basado en las nuevas tecnologías. El porcentaje de Rusia en el mercado mundial de las nuevas tecnologías se ha reducido desde 1991 en 8 veces, llegando al 0,5%. Como comparación ese sector representa en los EE. UU. el 39%, y en Japón el 30%. La inversión en I+D representó en los EE. UU. a lo largo del 2010, 400 mil millones de dólares, en Japón y China, 140 mil millones. En Rusia también fue de 400 mil millones, pero de rublos., o lo que es lo mismo 28 veces inferior a la inversión de los EE. UU.

Así que aquí también la respuesta que encontramos a todas esas perspectivas de desarrollo es inequívoca. Sencillamente no hay ninguna. Todo lo que está pasando hoy significa, que en un futuro a corto y medio plazo el futuro de la Rusia “reformada” va a depender y estar relacionada únicamente con dos “agujas” económicas: las exportaciones de petróleo y gas y las importaciones de todo lo restante. Y por eso a Rusia se le ha reservado el papel y el destino de un eterno e irremediable “outsider” económico, y a nuestra economía, el modelo de colonia exportadora de materias primas. Aquí reside el sentido real y el precio de todas las “reformas” que se han llevado a cabo en el país a lo largo de los últimos 20 años: que toda la industrialización en el país se fuese por la tubería para siempre.

Fuente:
http://www.sovross.ru/images/pdf/ot_zap235.pdf (páginas 4,5,6 y 7) del suplemento de “Soviétskaya Rossía” “Otéchestvennie zapiski”

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores

El 18 de agosto, el Departamento de Estado incluyó a Cuba, por trigésima ocasión, en la espuria lista de "Estados patrocinadores del terrorismo internacional", con el único propósito de desacreditar a nuestro país y continuar justificando la política cruel y repudiada de bloqueo contra Cuba.

El gobierno de Estados Unidos, que ha practicado históricamente el terrorismo de Estado, las ejecuciones extrajudiciales, los secuestros de personas, los asesinatos con aviones no tripulados, la tortura y las detenciones ilegales, que ha establecido cárceles secretas, que es responsable de la muerte de cientos de miles de civiles inocentes como resultado de sus guerras de ocupación y conquista en Iraq y Afganistán, que bombardea sistemáticamente a Estados soberanos como Libia, no tiene la más mínima moral ni derecho alguno de juzgar a Cuba, que tiene una trayectoria intachable en la lucha contra el terrorismo y que ha sido, además, sistemáticamente víctima de ese flagelo.

El gobierno de Estados Unidos actúa como si no hubiera amparado, de manera permanente, al criminal confeso Luis Posada Carriles, a quien no ha querido juzgar por cargos de terrorismo, a pesar de contar con abundantes pruebas. Posada Carriles, junto con Orlando Bosch Ávila, quien fue beneficiado por un perdón presidencial de George Bush padre, es autor del horrendo atentado contra un avión civil cubano en pleno vuelo, que costó la vida a 73 personas inocentes. También es responsable directo de la muerte del turista italiano, Fabio Di Celmo, durante los atentados con bombas en instalaciones turísticas cubanas en 1997. Hoy Posada Carriles se pasea libre e impunemente por las calles de Miami, tras haber sido absuelto en una farsa judicial en El Paso, Texas.


Al propio tiempo, como prueba irrefutable de su doble rasero, el gobierno norteamericano mantiene en injusta prisión y castiga a nuestros cinco luchadores antiterroristas, por preservar la vida de ciudadanos cubanos, norteamericanos y de otros países.

3 478 cubanos han muerto y otros 2 099 han quedado mutilados, como resultado de acciones terroristas, organizadas, financiadas y perpetradas desde territorio norteamericano, en muchos casos, con la propia complicidad del gobierno de Estados Unidos.

La manipulación política de un tema tan sensible como la lucha contra el terrorismo ofende también la memoria de las víctimas de los criminales actos del 11 de septiembre de 2001, hecho que suscitó la solidaridad y el ofrecimiento de ayuda incondicional de nuestro gobierno y pueblo.

Cuba exige al gobierno de Estados Unidos que castigue a los verdaderos terroristas que hoy residen en territorio norteamericano, libere a los Cinco Héroes y ponga fin a la política de bloqueo y hostilidad contra nuestro país, que atenta contra los intereses legítimos de ambos pueblos.



La Habana, 19 de agosto del 2011