martes, 4 de diciembre de 2012

“LATIFUNDIOS MEDIÁTICOS IMPULSAN INSURRECCIÓN CONTRA GOBIERNOS PROGRESISTAS”

Por Ignacio Ramonet 
ALAINET

¿Cómo se explica la actitud de manipulación y mentira de los monopolios mediáticos en América Latina?, se pregunta el especialista español en ciencias de la comunicación Ignacio Ramonet, al referirse sobre el fenómeno de lo que muchos analistas han calificado como “la canalla mediática”.

Su respuesta es contundente: los que él denomina “latifundios mediáticos” privados en Latinoamérica porque concentran canales de televisión, estaciones de radio, periódicos y revistas, han declarado una guerra a muerte a los gobiernos progresistas de la región debido a que en su lucha por pagar la deuda social mediante un Estado redistributivo, pretenden desconcentrar el poder de la palabra impulsando una información pluralista que afecta sus intereses corporativos.

Lo paradójico, explica, es que por buscar ampliar la oferta informativa a través de fortalecimiento de canales públicos, los grandes dueños de los monopolios mediáticos que quieren seguir conservando su privilegio, no solo distorsionan la realidad sino que aducen que dichos gobiernos están atentando contra la libertad de prensa. Por el contrario, recalca Ramonet, de lo que se trata es que haya más libertad de expresión mediante la pluralidad y diversidad de expresión.

Este destacado científico social, doctor en Semiología e Historia de la Cultura, con una amplia experiencia tanto periodística como docente, y uno de los analistas más agudos internacionalmente sobre el fenómeno de las comunicaciones, director actualmente de la edición en español de Le Monde Diplomatique, estuvo en Bogotá y Medellín entre el 13 y el 16 de noviembre cumpliendo una serie de compromisos académicos.

En la Universidad Piloto de Bogotá presidió un dinámico conversatorio, especie de rueda de prensa, en el que participó el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.

COMPORTAMIENTO DESCARADO Y CARICATURAL

Al estar empeñados los gobiernos de países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Venezuela en democratizar el acceso a los medios de comunicación a través de una legislación que permita diversificar la oferta informativa, impulsando y fortaleciendo los canales de radio y televisión públicos y comunitarios, están tocando en forma directa los intereses de los dueños de los grandes medios de comunicación que por años han tenido posición dominante.

Ello explica en buena medida, señala Ramonet, la guerra mediática descarada que han desatado los empresarios de los medios privados contra mandatarios progresistas como Cristina Fernández de Kirchner, Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, para traer a colación los casos más recurrentes.

En la actualidad, explica, “los medios de comunicación se utilizan como arma de combate y su propósito es el de defender sus intereses de casta. Ya no actúan como medios sino como auténticos partidos políticos. Si antaño se exigía la reforma agraria porque la tierra era un elemento de poder, ahora se hace necesario una reforma a la concentración de los medios, los denominados latifundios mediáticos”, por cuanto que de “la calidad de la información depende la calidad de la democracia. No puede haber opinión pública si no hay medios de masas”, afirmó el científico social.

Calificó de “descarado y caricatural” el comportamiento de los “latifundios mediáticos” en la región que, por defender sus oligopólicos intereses corporativos, vienen desplegando una intensa campaña para desestabilizar los gobiernos que no les son afines a sus conveniencias lucrativas.

Señaló al Grupo Clarín de Argentina que concentra innumerables canales de televisión abierta y por cable, estaciones radiales y posee el diario del mismo nombre que se edita en Buenos Aires, de estar detrás de la organización e impulso de la manifestación del pasado 8 de noviembre que se publicitó bajo la denominación del 8N contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.

La impudicia llegó a tanto, agregó Ramonet, que la CNN en español, “en un caso de intromisión de una cadena internacional pocas veces visto en un debate nacional como el argentino, hacía llamados a la insurrección publicitando el 8N”. Y todo lo presentan como si fuera información, en una actitud caricatural de periodismo, recalcó.

Lo mismo ha ocurrido, dijo, con el gobierno de Rafael Correa en Ecuador, país en que los grandes medios han estado tradicionalmente en manos de banqueros corruptos que estafaron a millones de ciudadanos o de grupos económicos reducidos, los cuales han pretendido seguir ostentando la propiedad de los mismos. Como se resisten a perder el control de la información, han montado toda una matriz mediática para hacer aparecer al mandatario ecuatoriano como autócrata, contrario a la libertad de prensa y reacio a la crítica.

Afortunadamente, agregó, “poco a poco los ciudadanos van tomando conciencia y empiezan a mostrar gran desconfianza de la manipulación mediática. Temen encontrarse en un estado de inseguridad informativa”.

SE CREYERON DUEÑOS DEL ESPACIO RADIOELÉCTRICO
 
Tras visitar durante los últimos seis meses países como Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Venezuela y ahora Colombia para informarse en detalle sobre la legislación y funcionamientos de los medios de comunicación en estas naciones latinoamericanas, Ramonet explica que en todas ellas se adoptó la pauta norteamericana en el sentido de que los medios fueran manejados por el sector privado a través de concesión de espacios del espectro radioeléctrico que, como se sabe, es de propiedad de los Estados.

Por lo general, recuerda, las licencias para operar canales de televisión y las emisoras de radio fueron entregadas a familias prominentes del establecimiento o a determinados grupos empresariales por favoritismo político o por conveniencias económicas. Dichas licencias se otorgaban para que esos medios fueran explotados durante 15 o 20 años. Lo que ocurre, dice Ramonet, es que los favorecidos se consideraron “dueños de los espacios por siempre jamás”.

DE MEDIOS DE INFORMACIÓN A PARTIDOS POLÍTICOS

Al tiempo que la canalla mediática en América Latina defiende a rabiar sus intereses corporativos mediante estrategias de desprestigio contra los gobiernos progresistas, hasta tal punto que logró dar un golpe de Estado como el de Venezuela en abril de 2002 cuando fue derrocado por 48 horas el presidente Hugo Chávez, simultáneamente se ha convertido en partido político, explica Ramonet.

En efecto, afirma, “ante el derrumbe de los partidos corruptos de derecha que ya no tienen apoyo popular, en varios países latinoamericanos los grandes medios que están en manos del establecimiento, han asumido el rol de oposición y desestabilización política”, lo cual se observa no solo en Venezuela sino en Honduras y Paraguay en donde contribuyeron a tumbar a los presidentes José Manuel Zelaya en junio de 2009 y Fernando Lugo en 2012, respectivamente, así como en Ecuador cuando trataron de derribar del poder a Rafael Correa en septiembre de 2010; y actualmente en Argentina, en que el Grupo Clarín y el ultraconservador diario La Nación buscan torpedear por todos los flancos a la mandataria Fernández de Kirchner.

DEMOCRATIZACIÓN DE LOS MEDIOS ESTÁ EN LA DIVERSIDAD

No obstante la guerra mediática contra los líderes de izquierda y progresistas de la región, Ramonet resalta que paulatinamente varios países latinoamericanos están implementando legislaciones que permitan la pluralidad de la información, lo que como es obvio, va a posibilitar diversidad de miradas y voces sobre la realidad.

En ese sentido, hace un comparativo con lo que ocurre en Europa, en donde los Estados desarrollan canales de comunicación pública, cuyo trabajo responsable y profesional han posicionado a emisoras como la BBC de Londres, RTVE de España, Deutsche Welle de Alemania, la RAI de Italia, Radio Francia, entre otras, al tiempo que el sector privado explota como negocio sus propios medios.

No sería justo, afirma Ramonet, que el Estado solo manejara la totalidad de los medios de comunicación, por el contrario, lo es necesario y lo importante es la diversidad. “Hay que defender la pluralidad informativa pero infortunadamente en América Latina se oponen los privados porque tiene concentrado todo el pastel comunicacional y publicitario”. De allí, colige, es imperativo desarrollar los canales públicos y el sector comunitario, dándoles espacios radioléctricos y brindándoles financiación.

Sin embargo, reitera que es precisamente la búsqueda de pluralidad informativa por parte de varios mandatarios latinoamericanos lo que ha creado irritación en los monopolios mediáticos que están viendo perder su exclusividad, y por esta razón la han emprendido contra los gobiernos que están tocando directamente sus plutocráticos intereses.

NUEVAS TECNOLOGÍAS Y EL IMPULSO DE MEDIOS ALTERNATIVOS

Como bien lo señala en su último libro “La explosión del periodismo”, Ramonet recalca que Internet ha puesto en jaque a los medios tradicionales, pero al mismo tiempo, está impulsando la generación de medios alternativos y comunitarios.

“Las nuevas tecnologías han transformado la comunicación y han permitido el apoderamiento de la sociedad frente a los monopolios mediáticos”, hasta tal punto, agrega, que “nunca había sido tan fácil ser periodista como hoy”.

Destaca experiencias comunicacionales como la radio La Colifata de Argentina que emite desde un sanatorio psiquiátrico y sobre la cual Ramonet tuvo conocimiento gracias a la información que le suministró el cantautor francés de origen español Manu Chau.

Como lo señala en la presentación de su web (www.lacolifata.org/) esta estación radial “es una ONG que brinda servicios en salud mental utilizando los medios de comunicación para la creación de ‘espacios en salud’, además, desarrolla actividades en el área de investigación. Es comúnmente conocida como LT 22 Radio ‘La Colifata’, la radio de los internos y ex internos del Hospital Borda de Buenos Aires. Es la primera radio en el mundo en transmitir desde un neuropsiquiátrico”.

MODELO TRADICIONAL DE MEDIOS ESTÁ EN CRISIS

Las posibilidades que ofrecen no solo el Internet sino la computadora, el celular, el iPad, las cámaras digitales, etc., para procesar información han producido la crisis de los medios tradicionales, sostiene el director de la versión española de Le Monde Diplomatique.

Por ello no duda en aseverar que “la democratización de la información es relativamente posible” gracias a estas tecnologías que han permitido la irrupción de medios alternativos, pero así mismo es evidente que “el modelo tradicional de los medios está en crisis, y eso que la revolución en Internet apenas está empezando”.

Ramonet explica que esta crisis se refleja en tres aspectos: la mayor parte de los medios de prensa escrita están perdiendo dinero; o están ganando menos; o están en quiebra. Puso como ejemplo el hecho de que en Estados Unidos más de 120 periódicos en los últimos años han cerrado y 35 mil periodistas han perdido su trabajo. O el caso de El País de España adquirido recientemente por el fondo financiero Liberty que acaba de despedir a 129 trabajadores. Es más, se atrevió a afirmar que “nadie puede asegurar que la CNN pueda llegar al final del próximo año”.

Frente a este panorama desolador dijo que la alternativa son los medios independientes que por sus innovadores esquemas funcionales están posibilitando hacer buen periodismo. Trajo a colación el caso de la web norteamericana de noticias on line Politico.com, especializada en noticias sobre la Casa Blanca y el Congreso de los Estados Unidos.

“Su modelo económico se basa en la gratuidad, pero este diario on line a lanzado a principios de 2011 una web de pago: Político Pro con una suscripción anual que cuesta 1.49 dólares”.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La estrategia de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe: Perspectivas para el próximo cuatrienio[1].


Roberto M. Yepe Papastamatin 
Profesor en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales
“Raúl Roa García”

La estrategia global:

Históricamente, las sucesivas estrategias de política exterior de los Estados Unidos han sido el resultado del consenso de los sectores y grupos de poder prevalecientes dentro su clase dominante. Han sido, por tanto, bipartidistas y responden a los intereses y objetivos de largo plazo definidos por el Estado imperialista.

En las condiciones de la segunda posguerra, los Estados Unidos pudieron plantearse el objetivo de la hegemonía global, frustrado por la rápida emergencia de una superpotencia nuclear rival. El fin de la Guerra Fría condujo a lo que un comentarista neoconservador llamó un “momento unipolar”. Desde ese momento, hasta nuestros días, la estrategia norteamericana ha estado dirigida a perpetuar esa hegemonía global.

Recordemos que hace veinte años fue filtrado a la prensa un documento del Pentágono que planteaba descarnadamente el objetivo de impedir, por todos los medios posibles, la emergencia de alguna nación o grupo de naciones con la aspiración de desafiar el liderazgo militar y económico norteamericano. Hubo una rápida desautorización pública de dicho documento y fue reformulado con un lenguaje eufemístico. Sin embargo, la evidencia empírica y el propio discurso oficial evidencian que ese ha seguido siendo el principio rector de la política exterior norteamericana.

El lugar de América Latina y el Caribe:

La tradicional, multidimensional y persistente estrategia de dominación y sometimiento sobre las naciones latinoamericanas y caribeñas, con su trágico saldo en términos de vidas perdidas y sufrimientos humanos de todo tipo[2], cobró un nuevo sentido, así como una importancia aun mayor que la que ya tenía, con esa pretensión de hegemonía global, percibida como viable al finalizar la segunda guerra mundial.

El dominio sobre nuestra región es uno de los soportes fundamentales de la  estrategia global norteamericana. Desde su propia percepción, los Estados Unidos no pueden pretender mantener una posición de primacía global si no es capaz de controlar en lo fundamental al hemisferio occidental.

A pesar de los extraordinarios avances logrados por las fuerzas progresistas en América Latina y el Caribe desde 1998, los Estados Unidos la siguen considerando como una zona relativamente segura (o asegurada a su favor), dentro de un contexto global crecientemente competitivo, inestable, impredecible y desafiante para sus intereses hegemónicos.

Esta es la causa principal de su supuesta o aparente baja prioridad o importancia dentro de la política exterior norteamericana, que en realidad es un falaz cliché, interesadamente desmovilizador, que se intenta imponer a fuerza de repetirlo incesantemente por medio de las agencias internacionales de prensa y la columna de Andrés Oppenheimer en El Nuevo Herald, a su vez replicada en los medios bajo la órbita de la Sociedad Interamericana de Prensa.

Los elementos que, en mi opinión, sintetizan los intereses estratégicos de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe son los siguientes:
 
Mantener una superioridad apabullante en el plano estratégico-militar en el continente americano.
* Preservar, reproducir y renovar los mecanismos estructurales de dependencia e inserción subordinada de las economías latinoamericanas y caribeñas en el sistema económico mundial.
*  Garantizar el acceso, en condiciones ventajosas, a los recursos naturales estratégicos presentes en la región.
*  Maximizar su participación en el sistema de propiedad, la base productiva, los mercados y los sistemas financieros de los países latinoamericanos y caribeños, en particular su participación relativa vis a vis otras potencias extrarregionales.
*   Mantener la preponderancia de los valores norteamericanos en los circuitos mediáticos y de la cultura popular.
Contrarrestar los fenómenos transnacionales percibidos como amenazas para la sociedad estadounidense.

  El segundo mandato de Obama. 
      
      No existe ningún indicio o razón para prever la posibilidad de que durante el segundo mandato de la administración demócrata se pueda o se desee producir un cambio fundamental en las líneas estratégicas anteriormente mencionadas.
   
    De entrada, los márgenes de acción de un Presidente, su equipo asesor y las nuevas autoridades departamentales que designe son bastante limitados, sobre todo en materia de definiciones estratégicas. En el caso de América Latina y el Caribe, en particular, se trata de una política bien establecida, en la que órganos como el Pentágono y su Comando Sur, la CIA, y el Departamento de Estado velan por su conveniente continuidad de acuerdo a las demandas y los intereses definidos por la elite del poder norteamericano.
     
     La promesa del inicio de una nueva época en las relaciones interamericanas, anunciada en la Cumbre de Trinidad y Tobago de 2009, basada en una relación entre iguales, no fue un hecho novedoso en la historia de la retórica y de la diplomacia presidencial estadounidense. Tampoco fue novedoso su posterior incumplimiento. 

     Todo lo anterior en modo alguno significa que la reelección de Obama no haya sido relevante para nuestra región. Entre un Obama que asegura que Venezuela no representa una amenaza para los Estados Unidos y un Romney rehén político de la ultraderecha hay una diferencia muy importante. Dentro de las limitaciones anteriormente referidas, las decisiones tomadas o dejadas de tomar por los Presidentes y otras autoridades pueden determinar el curso de los acontecimientos de manera decisiva, y estas decisiones, a su vez, están influidas por sus valores, sus pensamientos más íntimos y sus visiones del mundo y de los propios Estados Unidos.
     
     Pero en cualquier caso, durante este segundo mandato de Obama debemos esperar mucha más continuidad que cambios, pudiéndose esbozar los siguientes pronósticos en cuanto a los temas a priorizar por su administración:      

     *  La relación con México. Es el nexo bilateral más intenso de los Estados Unidos con nuestra región, representando el 58% del comercio de los Estados Unidos con América Latina y el Caribe, así como alrededor del 12% del total de su comercio a nivel mundial. Es un interés norteamericano fundamental profundizar el control y la absorción subordinada de la economía mexicana, incluyendo los recursos petroleros. Por México y Centroamérica pasa el 90% de la cocaína consumida en los Estados Unidos y el enfrentamiento al crimen transnacional sirven de contexto a una creciente presencia de personal militar, policíaco y de seguridad norteamericano. 
  * Intensificación de la política de cooptación hacia Brasil. La administración de   Obama pareciera estar siguiendo en buena medida las recomendaciones del informe del Consejo de Relaciones Exteriores del pasado año[3]. Está en curso un proceso de creciente institucionalización del diálogo político, incluyendo los aspectos de cooperación militar y en los temas de seguridad, así como de proliferación de iniciativas y programas bilaterales en materia económica, científica y educacional[4]. 
    *  Ampliación y/o profundización de la red de acuerdos bilaterales de liberalización económica, particularmente a través del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP).Ampliación y/o profundización de los acuerdos bilaterales y los regímenes subregionales cooperativos en materia militar y de seguridad. La Cuenca del Caribe seguirá siendo un área de máxima prioridad en materia de seguridad. Dentro de ella, la presencia militar en Colombia reviste particular importancia por su ubicación geográfica equidistante con respecto  a los dos extremos del continente americano y su eventual utilización como punta de lanza hacia Venezuela, la región amazónica y otros territorios de América del Sur ricos en recursos naturales [5]. 
     *  Realización de todos los esfuerzos posibles para desgastar, subvertir, derrocar e intentar revertir los diversos procesos emancipadores en el continente (gobiernos del ALBA, otros gobiernos progresistas y los procesos multilaterales de concertación y unidad regionales).    

  En el marco del sistema interamericano el gobierno de Obama se enfrentará a los espinosos temas pendientes de la Cumbre de las Américas realizada este año en Cartagena, en particular las demandas latinoamericanas para que el gobierno norteamericano asuma cambios fundamentales en sus respectivas políticas con relación a Cuba  y al enfrentamiento al tráfico de drogas.

De manera general, continuará la sistemática satanización mediática de todos los líderes, actores sociales y procesos que se oponen a la dominación norteamericana, con el correspondiente apoyo a todos aquellos aliados locales portadores de los intereses retrógrados, imperiales, transnacionales y oligárquicos.

Igualmente, continuará el estímulo a la división entre una “América Latina del Pacífico”, supuestamente bien dispuesta para recibir los beneficios de la globalización neoliberal, frente a la “América del Atlántico”, limitada por supuestos prejuicios neoproteccionistas y nacionalistas anticuados. Y, finalmente, deberá seguir el discurso para dividir a las fuerzas y gobiernos progresistas entre la “izquierda responsable” y la que supuestamente no lo es.

En suma, durante el segundo mandato Obama, habrá que esperar principalmente más de lo mismo, en tanto no ocurran cambios fundamentales en los factores y variables claves que determinan la estrategia de política exterior norteamericana hacia nuestro hemisferio.

La Habana, 22 de noviembre de 2012


[1]  Ponencia presentada en la XI Conferencia de Estudios Americanos, organizada por el Centro de Investigaciones de Política Internacional (La Habana, 21-23 de noviembre de 2012).
[2] Luis Suárez Salazar (2003): Madre América. Un siglo de violencia y dólar (1898-1998), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003.
[3] Samuel W. Bodman, James D. Wolfensohn y Julia E. Sweig (2011): Global Brazil and U.S.-Brazil Relations.
[4] Como parte del programa de becas en el exterior “Ciencia sin fronteras” implementado por el gobierno brasileño, Estados Unidos podría recibir entre 50 mil y 60 mil estudiantes de ese país. El embajador norteamericano en Brasilia ha calificado esta cooperación como “un ejemplo de la diplomacia estratégica moderna”, añadiendo que “ese amplio acceso a la nueva generación de líderes científicos y empresariales de Brasil le da a los Estados Unidos una oportunidad de moldear la manera con la que estos estudiantes comprenden nuestro país. Nuestra experiencia con los intercambios educaciones y juveniles demuestran claramente que los vínculos desarrollados durante esos programas crean una impresión positiva y duradera de los Estados Unidos.”
[5] Pero los intereses de Estados Unidos en este tema no se limitan a nuestra región. En un reciente documento del Pentágono se señala: “Continuará la identificación de oportunidades de colaboración para desarrollar asociaciones que trasciendan el hemisferio. Este enfoque no solo fortalece las asociaciones de EEUU en el hemisferio, sino que realza la importancia que ellas revisten para apoyar las prioridades globales de los EEUU, incluyendo el vuelco a Asia y el Pacífico.” (Departamento de Defensa. La política de defensa para el Hemisferio Occidental, octubre de 2012)

viernes, 30 de noviembre de 2012

Estados Unidos ¿autosuficiente en gas y petróleo?



 Por Juan Carlos Ortiz
 LaRepública.com.co

Hace pocos días salió el reporte anual de la Agencia Internacional de Energía sobre el estado de la energía mundial, dentro de sus investigaciones se destaca el desarrollo logrado en Estado Unidos, que lo llevaría a convertirse en el productor de petróleo más grande del mundo superando incluso a Arabia Saudita. Se espera que se logre la autosuficiencia para el 2020, teniendo en cuenta el significativo avance en el crecimiento de petróleo y de gas esquisto.

Y es que el uso masivo de perforación horizontal y fracturamiento hidráulico para abrir las reservas de gas esquisto han convertido el déficit de gas en el país en un superávit  creando una industria renaciente. El futuro, al parecer, resulta de reducir la dependencia en la importación.

En cifras, Estados Unidos es actualmente el país con más rápido crecimiento en la producción de petróleo y gas en el mundo. En los últimos cinco años, el país ha agregado 2,59 millones de barriles diarios al suministro total y con un crecimiento promedio de 500,000 barriles por año, de acuerdo a cifras del Citigroup.

El crecimiento económico, originado en la perforación, se ha impulsado en estados como Dakota del Norte, Oklahoma, Wyoming y Texas, con tasas de desempleo muy por debajo de la tasa nacional de 7.8%. Por ejemplo, Dakota del Norte tiene una tasa de 3% y Oklahoma 5.2%.

En definitiva, la producción del país ha aumentado en un momento en que la demanda doméstica está bajando, de esta manera las importaciones han bajado. De hecho; el país se ha convertido en un exportador neto de productos petroleros.

Pero así como la dependencia de Estados Unidos en importaciones se va reduciendo, la de China va aumentando.  Más de la mitad del petróleo consumido en la región de Asia es importado del Medio Oriente, lo que expone a China cada vez más a un riesgo potencial desabastecimiento en el Golfo. Hasta el momento, China no se ha tenido que preocupar de esos probables desabastecimientos debido a que se ha visto beneficiado con el papel que ha jugado Estados Unidos en el tema de seguridad. Pero esto podría cambiar.

Por décadas, una de las estrategias de Estados Unidos ha sido el proteger las líneas marítimas que conectan el Medio Oriente con el resto del mundo. La norma encontró su expresión en la doctrina Carter en 1980, en la cual se expone como la nación usaría la fuerza militar para defender sus intereses en el golfo, en caso de ser necesario.

Pero aunque la crisis financiera del 2008 y el déficit fiscal han hecho que el país se auto examine, y ahora busque más sus recursos de energía en casa para impulsar el crecimiento, el precio del barril es también importante, es quizás por eso que para evitar mayores volatilidades, Estados Unidos continúe defendiendo las líneas marítimas del Medio Oriente.

Adicionalmente, aunque el aumento de la producción no se ha materializado en gasolina más económica, en los próximos años, se espera que los precios permanezcan altos debido a la creciente demanda de petróleo en los países en desarrollo y a la inestabilidad política en el Medio Oriente.

Es claro que para el país, este boom energético representa una oportunidad para ser más competitivos, aprovechando el know how y mejorando las prácticas ambientales, con el fin de avivar la situación económica generando mayores ingresos y más empleos.